Título: INSUFICIENCIA RENAL AGUDA (prerrenal) Codificación CIE 10 N17.9 insuficiencia renal aguda, no especificada Problema: Síndrome caracterizado por una disminuida perfusión renal, producida por disminución del volumen intravascular, hipotensión relativa, producción cardíaca disminuida o síndrome hepatorrenal. La hipoperfusión renal leve o moderada, la disminución rápida del filtrado glomerular (horas o días), produce retención de productos de desecho nitrogenados y la alteración del equilibrio hidroelectrolítico y ácido base. A menudo es transitoria y completamente reversible, pero en los casos prolongados puede evolucionar a la necrosis tubular aguda severa, la mayoría de veces producida por isquemia o toxinas. Constituye el 75% de todas las formas de insuficiencia renal aguda. Objetivos terapéuticos: 1. Restaurar el equilibrio hemodinámico 2. Mantener la homeostasis y corregir las anormalidades bioquímicas 3. Prevenir el daño renal Selección del medicamento de elección: Principios activos Eficacia Seguridad Conveniencia Niveles 1 Solución salina normal +++ +++ + ++ 1-2-3 2 Lactato Ringer ++ ++ + 1-2-3 3 Dextrosa al 5% ++ ++ + 1-2-3 Medicamento de elección – condiciones de uso: Principio activo: solución salina al 0.9% Presentación: Solución para infusión 500 y 1000 mL. Posología y forma de administración: La cantidad de líquidos debe ser determinada sobre una base individual, sin embargo, pueden emplearse de 500 a 1000 mL de solución salina normal en un período de 30 a 60 minutos. La administración de líquidos debe ser cautelosa en pacientes oligúricos. Idealmente el reemplazo de líquidos y electrolitos debe ser equivalente al volumen perdido y debe considerarse además el promedio de pérdidas basales por lo que se considera como base administrar 30 ml/kg y adicionar al cálculo de pérdidas que determinan el grado de deshidratación o de hipovolemia. Duración: Hasta corregir el volumen perdido. La administración posterior de líquidos debe ser cuidadosa, para evitar la sobrecarga de volumen. Precauciones: Medición permanente del volumen urinario. El aumento de la diuresis, puede permitir una administración más liberal de líquidos y electrolitos. Eventualmente puede ser necesario el empleo de diuréticos, en casos de sobrecarga de volumen. No existen evidencias a favor del empleo de diuréticos en la prevención de la Necrosis Tubular Aguda; en cambio se justifica su empleo, cuando existen evidencias clínicas de que exista una sobrecarga de volumen de líquidos y electrolitos, en cuyo caso se recomienda la prueba con una combinación de diuréticos tiazídicos o furosemida. Como los diuréticos deben ser secretados y filtrados, deben administrarse dosis superiores de los mismos. Cuando mejora la diuresis después de una inyección de furosemida, puede tratarse con una infusión continua de furosemida de 10 a 20 mg/hora, o con inyecciones repetidas cada 6 a 8 horas, para revertir la situación clínica de oliguria. Sin embargo, se debe enfatizar que esta circunstancia no mejora el pronóstico, con referencia a una potencial Necrosis Tubular Aguda. Efectos indeseables: Los eventuales acontecimientos o complicaciones son propios de la enfermedad (infección, hiperpotasemia, uremia, sangrado, anemia, etc.). Observaciones: * Usualmente se requiere un monitoreo continuo de líquidos, electrolitos séricos, diuresis. Una fase diurética puede ocurrir durante la recuperación. Se debe tener cuidado con la posible sobrecarga de volumen, condición en la cual se sugiere el empleo de diuréticos. * La hiperkalemia es frecuente y cuando es leve puede ser tratada con restricciones dietéticas y resinas; la hiperkalemia severa requiere medidas especiales en centro especializado, inclusive diálisis urgente. * La hiperkalemia puede ser una amenaza seria para la vida del paciente, y cuando no sea posible su corrección por diálisis en centro especializado puede considerarse su remoción empleando diuréticos de asa en dosis elevadas y la desviación del potasio intracelular, para lo cual se recomienda la administración de agonistas β2 inhalados, tipo salbutamol, en dosis superiores a las empleadas en el asma o EPOC, hasta 10 veces más, con poco éxito; la infusión intravenosa de insulina y glucosa (5-10 U de insulina de rápida acción IV + 1 ampolla de 50 mL dextrosa al 50%, durante 10 a 20 minutos), bicarbonato de sodio; estos procedimientos desvían el contenido del K intracelular, pero no disminuyen el K corporal total, hasta cuando pueda ser sometido a diálisis. * La acidosis metabólica es leve y generalmente no necesita tratamiento. * La administración de cualquier medicamento debe dosificarse considerando el grado de disfunción renal. * Recientes meta-análisis no demuestran el beneficio de usar dopamina. * Diálisis según indicaciones en centro especializado. Diálisis: La acidosis severa, la hiperkalemia y el edema severo refractario al tratamiento con medicamentos, son indicaciones para el empleo de la diálisis. Se recomienda recurrir a la diálisis antes de que se desarrolle un proceso significativo de uremia o serias complicaciones. Todos los pacientes con insuficiencia renal aguda, requieren una vigilancia clínica continua ante la posibilidad de necesitar una terapia de remplazo renal.