REPÚBLICA ARGENTINA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN REUNIÓN DE LAS COMISIONES DE PRESUPUESTO Y HACIENDA Y DE ECONOMIA NACIONAL E INVERSION Salón Auditorio 20 de octubre de 2004 Presidencia del señor senador Jorge Milton Capitanich — En Buenos Aires, en el Salón Auditorio de H. Senado de la Nación, a las 12 y 2 del 20 de octubre de 2004: Sr. Presidente (Capitanich).— Damos inicio a esta reunión plenaria conjunta de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía Nacional e Inversión del Honorable Senado de la Nación, con el objeto de recibir al señor presidente del Banco Central del República Argentina, doctor Martín Redrado, quien va a exponer sobre el informe de la inflación. Cabe destacar que la intención es que esta presentación se realice en forma trimestral, a fin de establecer un sistema de interacción permanente con el Congreso de la Nación. No sé si el señor presidente de la Comisión de Economía Nacional e Inversión quiere hacer alguna mención al respecto... Sr. Marín. — No. Sr. Presidente.— Muy bien. Tiene la palabra el señor presidente del Banco Central de la República Argentina, doctor Martín Redrado. Sr. Redrado. — Señores presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía Nacional e Inversión y señores senadores: en esta nueva gestión, el Banco Central se propone —como parte de su tarea permanente de interacción con el Poder Legislativo y, en particular, con el Senado de la Nación— ser responsable frente a ustedes y mostrarles su informe de inflación antes de que sea conocido en las próximas horas por todo el público en general y también en el exterior. Por ello nos parece importante instalar este método de trabajo; es decir, cuando se produce el informe de inflación del Banco Central —cada tres meses— compartirlo, en principio, con los señores senadores, a fin de recibir las inquietudes al respecto. Esto demuestra el compromiso del Banco Central, cuya intención es realizar el máximo aporte para el bienestar de los argentinos y el mejoramiento del salario real, lo que significa tener una inflación bajo control y metas monetarias que se cumplan para, de esta manera, ir recobrando la confianza y la credibilidad de los argentinos en su sistema bancario y financiero. En principio, quiero comenzar hablando del escenario internacional. Como ustedes saben, por primera vez tenemos lo que podemos denominar “los cuatro motores prendidos” de la economía mundial. Estamos en una coyuntura en donde crece todo el mundo: crecen los Estados Unidos, la Unión Europea y los países del Asia Pacífico. A diferencia de otras oportunidades en que, por ejemplo, Japón no crecía o sólo los Estados Unidos era el motor de la economía mundial, en 2004 hemos tenido las cuatro regiones del mundo creciendo en forma simultánea, lo que continuará durante el año 2005. Si bien es cierto que en promedio se caerá aproximadamente medio punto —de 5 puntos de crecimiento que hemos tenido para el mundo, este año nuestra expectativa y proyección es de un crecimiento de 4,5 puntos—, sin duda podemos decir que seguimos teniendo un escenario benigno en materia de crecimiento; lo que impacta en las perspectivas de la región, en nuestro comercio exterior y, por supuesto, en las inversiones. Ahora bien, cuando hay buenos escenarios nunca podemos decir que están exentos de riesgo. Actualmente, a nuestro juicio, el principal riesgo que tiene la economía mundial —que analizaremos en profundidad— son los desajustes que sufre la economía norteamericana, que están visualizados en lo que podemos denominar “déficit gemelos”; es decir, un déficit fiscal muy importante y también un déficit de cuenta corriente que se va acercando casi a 6 puntos de producto. Por consiguiente, como economista profesional podría decir que se necesitará algún tipo de ajuste en el futuro, ya sea un ajuste fiscal o de la tasa de interés, como ya empezamos a observarlo. Sin duda, este es un punto que quiero destacar. Estamos ante un escenario en el que, a pesar de lo benigno, es necesario realizar ajustes. Momentáneamente, se percibe que la economía mundial va haciendo ajustes graduales; es decir que la tasa de interés va subiendo de manera gradual. En el gráfico que figura en pantalla pueden observar los indicadores principales de tasa y en color azul se puede apreciar la tasa de interés de los Estados Unidos. En ese sentido, la tasa de referencia de la Reserva Federal ha subido ya a 1,75 por ciento y se espera un crecimiento de esta tasa también antes de fin de año y muy probablemente durante el año próximo. Actualmente, las expectativas están puestas en que la tasa de interés de la Reserva Federal esté entre un 2,5 y un 3 por ciento para final de 2005. Vemos también en el gráfico la tasa del euro, que se ha mantenido estable porque ha bajado menos de lo que había bajado antes la tasa de la Reserva Federal. Y también observamos los últimos movimientos de la libra y del Banco Central del Reino Unido, donde hubo movimientos hacia arriba de la tasa de referencia en materia de libra. Esto muestra que estamos en un escenario de aumento de tasa de interés y, por ahora, solamente podemos decir que se trata de un aumento pautado y programado, lo que permite que en un escenario benigno tengamos un ajuste suave de los desequilibrios de la economía norteamericana. El principal problema que hoy tiene el mundo y al cual nos enfrentamos es, sin duda, la incertidumbre que existe en materia de precios de petróleo. Aquí, en este gráfico, hicimos una comparación donde se muestra cómo serían los precios hoy, de acuerdo a lo que fueron en la serie histórica en términos de precios reales. La cumbre más alta del gráfico —identificada con la línea colorada— se relaciona con la crisis del petróleo en la primera Guerra del Golfo —ustedes recuerdan la invasión de Irak y, luego, la llamada “Operación Tormenta del Desierto”—; y si tomásemos los precios de aquel momento y los trasladáramos a la actualidad, el precio del petróleo hoy debería estar en 89 dólares el barril. ¿Esto qué significa? Que en términos nominales el precio actual del petróleo a 50 ó 55 dólares no sufrió el impacto que tuvo en ese momento, donde hubo sobreprecios internacionales. Por lo tanto, todavía no hemos visto un escenario de crisis en materia petrolera. Sin embargo, podemos decir que si aún en términos reales el precio del petróleo no está en los niveles de las crisis más importantes, el stock de reserva está llegando a su techo. Digo esto porque las zonas productoras más importantes del mundo —particularmente diría que hoy está fuera de producción la zona del norte de Irak que no sólo ha sido destruida sino que también presenta una fuerte inestabilidad política y militar, sumado a lo ocurrido con la empresa petrolera Yukos en Rusia, los problemas políticos en Nigeria y los problemas climáticos en el golfo de México— nos están dejando una tasa de producción o de capacidad instalada en materia de petróleo en casi un 99 por ciento. Es decir, hay poco para expandir la producción de petróleo. Y si ustedes miran a los precios de petróleo a futuro, lo que están mostrando es que difícilmente bajen o puedan bajar muy suavemente de los niveles actuales. Por lo tanto, vamos a tener precios altos de petróleo. Lo que podemos decir es que la expectativa es que no haya un crecimiento mayor del que hemos visto hasta ahora. Cuando uno mira las curvas de mercado ve que hace un año los precios a futuro se ubicaban en un rango de 45 a 50 dólares. De todas maneras, si bien esto no genera una situación como las que hemos tenido con otras crisis petroleras, sin duda éste es un factor de preocupación para algunos países no petroleros, no es el caso de la Argentina que es exportador neto de petróleo. Precisamente, en Brasil ustedes han visto como ha subido la tasa de interés frente a lo que puede ser el impacto inflacionario del aumento del precio del petróleo. Indudablemente, lo que pueda ocurrir con Brasil sí tiene un efecto directo sobre la Argentina. Entonces, la conclusión es que tenemos un escenario benigno en materia internacional no exento de riesgos. En ese sentido, hay dos variables que hoy están trabajando en materia de ajuste: una es el aumento de la tasa de interés internacional, que por ahora vemos un aumento pausado, y la otra es que vamos a tener precios altos de petróleo en el corto y mediano plazo. O sea, no vamos a tener precios de crisis petrolera. De todas maneras, eso va a impactar en algunas economías que precisamente son más petróleo dependientes. Vamos a lo que ha ocurrido en la Argentina en el último trimestre. Realmente, quisiera que ustedes pudieran focalizar en el índice de actividad. En este gráfico, en la columna de más a la derecha, estamos midiendo cuánto creció el tercer trimestre comparado con el segundo. Y ustedes ven que después de un crecimiento muy moderado de 0,5 por ciento en el segundo trimestre hemos crecido un 1,6 por ciento en el tercer trimestre. Yo diría también que todos los motores de la economía argentina hoy están encendidos; está creciendo el consumo, la inversión, las exportaciones y las importaciones como lo muestra este gráfico. Al respecto, podemos decir que la tendencia del segundo trimestre se vio fundamentalmente afectada por la percepción de los problemas que podía haber en la oferta energética así como también de un fenómeno de absorción que tuvo el sector público con el pago de impuestos sobre el mes de mayo, lo que generó un fenómeno temporal. Pasado esos dos temas, el energético y el impositivo con la concentración de vencimientos, volvemos a una tasa de crecimiento fuerte. En ese sentido, también las importaciones de bienes de consumo están cayendo un 3,2 por ciento pero están creciendo las importaciones de bienes de capital un 5,1 por ciento con respecto al trimestre anterior. Asimismo, podemos ver una incipiente mejora en la distribución de ingresos. Miren la línea colorada, como el consumo privado se va incrementando, lo que sin duda es un motor para el consumo interno. También empezamos a ver que el presupuesto de infraestructura comienza a tener ya sus efectos cuando está disminuyendo la tasa. En este gráfico estamos mostrando la tasa de crecimiento de la inversión; fíjense cómo creció sobre finales de 2003 la tasa de crecimiento de la inversión bruta fija. Es verdad que veníamos de niveles muy bajos de inversión, por lo tanto creció casi un 80 por ciento. Ahora, se está acomodando a niveles más razonables de un 20 o 30 por ciento. Eso nos está llevando a que de un piso que tuvimos de la inversión contra producto del 12 o 13 por ciento, hoy estemos en un poco más de 17 por ciento. Cuando miramos a la inflación lo que debemos ver es si hay problemas en la oferta o si hay creciente demanda que no puede ser satisfecha por la oferta. Y como ustedes ven en ese gráfico tanto en materia de bienes como servicios hay un crecimiento de la oferta en el último trimestre de 6,9 por ciento para bienes y de 5,2 para servicios. Por otra parte, la Argentina sigue mostrando superávit gemelos; tenemos un buen comportamiento del sector público con un superávit primario consolidado creciente, que probablemente termine en algo más de 4 por ciento para este año. Y también tenemos un superávit de cuenta corriente. Es decir, las cuentas externas están mostrando gran fortaleza con crecimiento de las exportaciones, aproximadamente 14 por ciento, y también un fuerte crecimiento de las importaciones. Y eso es lo que está generando en materia monetaria que tengamos un excedente de divisas que se está volcando al mercado cambiario. Este año hemos tenido un superávit de 11.500.000 de dólares y el año que viene calculamos tener 10.000.000 de dólares de superávit. Eso significa que podemos mostrar, y también es la otra pregunta que siempre nos hacemos en materia cambiaria, que sigue habiendo afluencia de dólares por comercio internacional, lo que nos plantea también un escenario de estabilidad. Otro tema en discusión es si hemos llegado al tope de la capacidad instalada en materia de sectores. En este gráfico las líneas muestran los índices de crecimiento de la producción industrial con dos indicadores de la capacidad instalada. Allí lo estamos midiendo sobre el eje derecho y si ustedes miran el final del gráfico vemos que en promedio la capacidad instalada hoy en la Argentina se está utilizando en un 70 por ciento. Dije en promedio porque hay algunos sectores que están al límite de su capacidad instalada, en un 90 ó 95 por ciento, como el textil, mientras que otros sectores están muy bajos, como el sector automotriz que todavía está en un 30 o 35 por ciento. Pero, en términos generalizados, no hay estrangulamiento de oferta que hoy posea la economía argentina como para poder tener algún riesgo inflacionario en este caso. Respecto del mercado de trabajo hicimos dos mediciones; por ejemplo, una es la tasa de desempleo corregida. Es decir, corregida por los planes Jefes y Jefas de Hogar. Por supuesto, las dos tasas de desempleo siguen siendo realmente muy altas a pesar de que proyectamos tener hacia fin de año una tasa de desempleo del 13 por ciento. Y con respecto a los precios minoristas hemos hecho una división en tres tipos. Por un lado, tenemos los precios estacionales como son las frutas y hortalizas. Es decir, aquellos que tienen precisamente “estacionalidad” de acuerdo a su tiempo de salida al mercado. Por otro lado, tenemos los precios regulados, que son aquellos que tienen una fuerte influencia impositiva como el precio de los cigarrillos o los combustibles. Es decir, donde el Estado determina buena parte de cómo va a ser la resultante de precios. También el sector de servicios en general y de servicios públicos en particular están sujetos a regulación. Y por último, tenemos como residual el resto del índice de precios al consumidor. Es decir, alimentos, indumentarias, esparcimiento, etcétera. Si ustedes miran la barra celeste más clara verán que en el segundo trimestre tuvimos algunos picos de 4,5 por ciento en estacionales así como también en precios regulados. Pero, como ustedes ven, en el tercer trimestre hay un comportamiento muy moderado de los tres grupos de productos que hoy tienen impacto en el índice de precios al consumidor. También podemos decir que la presión en términos de precios se debe a que han caído los precios de las materias primas. Y la línea inferior azul está mostrando la caída del precio en materias primas, fundamentalmente la soja y otros productos que han tenido una fuerte caída pero que se van a mantener estables en esos niveles. Pero fíjense cómo también ha permitido que el índice de precios mayoristas —indicado con una línea negra— empiece a caer, tal como lo observamos al final de la curva. Eso significa que no existen presiones del lado de los precios. En la caída de los precios de las materias primas no sólo se incluyen materias primas agropecuarias sino también industriales. En los últimos días hubo una caída de un pico de distintos insumos industriales, como el precio del cobre y del aluminio. Por otra parte, pueden observar en el gráfico que desde el punto de vista laboral la productividad en la Argentina —medida e indicada en líneas verde y colorada— está creciendo. En efecto, está creciendo más rápidamente la eficiencia en materias de costos. En términos históricos, podemos ver que los ajustes en precios regulados —que sufrieron un fuerte ajuste el año anterior— se reflejan con una curva, una pendiente muy suave en materia de crecimiento de estos precios. Con relación a la credibilidad que va estableciendo el Banco Central, es importante destacar la comunicación con los legisladores y, luego, con el público en general en materia de metas de inflación. En ese sentido, el Banco Central se propuso una meta de inflación para este año, con un piso y un techo del 5 al 8 por ciento. Para ser concordantes con este objetivo, planteamos un programa monetario de crecimiento de la cantidad de dinero. En este gráfico, observarán los pasivos monetarios del Banco Central; es decir, la base monetaria más los pases que está haciendo el Banco Central. Como ustedes saben, los pases pasivos que hace el Banco Central —tema que vamos a profundizar— radican en establecer una tasa de referencia tomando dinero del mercado a una tasa del 2,5 por ciento. Por lo tanto, este concepto ampliado de pasivos monetarios —los límites superior e inferior marcados en color verde—, prácticamente refleja que la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero se está manteniendo como un dibujo en el medio de ese límite superior y del límite inferior, lo cual permite mostrar que cumpliendo con las metas monetarias se cumplen con las metas de inflación. Actualmente, a diferencia de otros momentos de nuestra historia, contamos con tres fuentes contractivas de la cantidad de dinero en el mercado. En primer lugar, se ubica el sector financiero. Todos sabrán que al sector financiero se le brindó un apoyo en materia de redescuentos. En ese sentido, el Banco Central otorgó redescuentos por 20 mil millones de pesos durante el año 2002 que comenzaron a pagarse a partir de 2003. Por lo tanto, hoy el Banco Central está recibiendo pagos del sistema financiero y, por ende, eso es contractivo, significa menos dinero en el mercado. También el sector público —que tiene por primera vez en mucho tiempo un comportamiento superavitario— está siendo un factor contractivo de la cantidad de dinero. Además, como ustedes saben, el Banco Central ha lanzado hace más de un año y medio letras del Banco Central, que se licitan y que nos sirven para establecer una tasa de referencia en el mercado; lo que también implica absorción de cantidad de dinero a través de la venta de títulos al mercado. La única fuente de creación de dinero la tiene hoy el Banco Central por la compra de divisas. Y aquí quiero hacer un paréntesis por lo que ha ocurrido en los últimos días. Se dice que el Banco Central tiene una influencia sobre la cotización de la divisa. Sin embargo, en las últimas semanas propiciamos que el Banco Central prácticamente esté inactivo en el mercado de cambio durante las primeras horas, a fin de que sea la propia oferta y demanda la que vaya regulando el precio de la divisa. Sí claramente observamos mucho la liquidación en materia de exportaciones, de comercio internacional y cuánto es la liquidación también por ingreso de capitales, donde apreciamos que en los últimos días hay un ingreso de capitales para tomar posición en títulos públicos de la Argentina con una expectativa favorable que existe con la reestructuración de la deuda. A mí lo que me interesa al observar la liquidación de divisas en materia de exportaciones, es que se está manteniendo constante. Es más, algunos productores están esperando todavía la necesidad de capital de trabajo para su cosecha y, por lo tanto, no existe tanta liquidación de divisas en materia de comercio internacional y sí la hay en materia de ingreso de capitales. Y porque hay ingreso de capitales que son volátiles, el Banco Central está comprando reservas, que está dentro del programa monetario pero que se ha acentuado en los últimos días. Entonces, por ese ingreso de capitales es que el Banco Central tiene un comportamiento contracíclico. Ante ese exceso de dólares en el mercado —que no es natural— estamos teniendo ese comportamiento. Ahora bien, ¿hay mucho o poco dinero en el mercado? ¿Cuánto se ha venido emitiendo en el último año? Lo que podemos decir es que el circulante en poder del público —reflejado en la línea inferior— ha venido creciendo a una tasa del 9 por ciento anual, lo que significa claramente una suba muy, muy moderada. Lo que se observa es un crecimiento y quizá también mayor potencial de crecimiento en lo que llamamos “M2" y “M3". En efecto, M2 es el circulante más los depósitos a la vista y M3 son todo tipo de depósitos —a la vista, a plazo, cajas de ahorro— más el circulante. Eso implica que al aumentar el dinero que hay en los bancos, crece la posibilidad de lo que llamamos los economistas “creación secundaria de dinero”; porque cuando hay dinero en los bancos, ese dinero se presta y esos préstamos vuelven al sistema financiero a colocarse en los bancos y genera lo que los economistas llamamos el “multiplicador del dinero”. En síntesis, como mensaje simple y conceptual de este gráfico, podemos decir que no hay exceso de cantidad de dinero en el mercado argentino. Lo que sí observamos es justamente que hay un crecimiento secundario en la cantidad de dinero porque está creciendo el crédito. El crédito anualmente está creciendo un 17 por ciento. Pero, tal como lo señalé hace unos días en la Comisión de Acuerdos, mi preocupación es que crece el crédito del corto plazo. Debemos trabajar para generar instrumentos que nos permitan alargar plazos en materia de fondeos, para que los fondos del sistema financiero puedan ser a más largo plazo. En ese sentido, ya estamos trabajando en una serie de instrumentos para poder lanzarlos en los próximos 60 ó 90 días. Ahora bien, ¿qué tipo de créditos están creciendo? Claramente notamos cómo los créditos con garantía real —los hipotecarios— todavía no crecen. ¿Por qué no crecen los créditos hipotecarios? Existen dos problemas: en primer lugar, es muy difícil prestar a 10 ó 15 años en pesos —porque de eso se trata— si los fondos que se tienen en el sistema financiero todavía son de corto plazo; es decir de 30, 60 ó 90 días. Por lo tanto, nuestro desafío es crear instrumentos que se puedan colocar en inversores institucionales, en fondos de pensión o en empresas aseguradoras que nos permitan y le permitan dar al sector financiero un crecimiento del crédito a largo plazo; y allí el hipotecario es clave. Observen la tasa de crecimiento de los créditos prendarios, sobre todo para la compra de automotores. Por el incremento de la venta de automotores —como figura en la segunda parte de las barras— proyectamos créditos prendarios que crecen paulatinamente. Esta es un área que ciertamente va a crecer de manera fuerte en los próximos meses. Y, luego, vemos los créditos personales, para el consumo, tarjetas de crédito, documentos también de corto plazo de las empresas y adelantos en cuenta corriente —en la última barra—, que crece de manera más moderada pero va reforzando este punto, donde todavía lo que crece es el crédito de plazo corto. Lentamente, también hay una extensión de plazos en el sistema financiero. En ese sentido, recién estábamos hablando de 30, 59 y más de 90 días. Pero en términos graduales se empiezan a estirar las colocaciones en depósitos. Lo que podemos ver es que hay un aumento de plazos ajustados por el índice CER. Y justamente, lo que vamos a proponer es que haya otro tipo de instrumentos que los bancos puedan colocar a mayor plazo; no en el público sino en inversores institucionales ajustados por este tipo de índice. Como ustedes saben, como producto de una política de baja de tasas, también tenemos tasas nominales muy bajas en el mercado. Por lo tanto, el público prefiere tasas ajustadas por CER. Además, podemos decir que estamos fijando un programa para que en materia de política monetaria también tengamos una tasa de referencia en el mercado como la tiene cualquier banco central de otro país. Y para eso hemos instalado un programa de pases a 7 días. Yo les decía que el Banco Central estableció un corredor de pases pasivos en el cual toma pesos de las entidades a un 2,5 por ciento y otro de pases activos en la cual otorga dinero a 7 días. Con respecto a ese corredor de 2,5 a 3,5 por ciento hemos notado de manera saludable que los bancos no vienen a pedirle plata al Banco Central y eso es bueno. Por lo tanto, no hay mucha actividad en el límite del 3,5. Por otra parte, estas semanas nos hemos ocupado de hacer un trabajo de mayor coordinación con la banca pública. Y allí hay un desafío que también sin duda les va a interesar a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Es decir, tenemos un fenómeno nuevo en el sector público: hay excedentes que hoy están colocados en la banca pública. Por lo tanto, necesitamos un gerenciamiento más ágil de esos excedentes para permitir precisamente que se genere un mercado más activo y que haya un mejor manejo de la liquidez del sector público. Al respecto, en los últimos días hemos coordinado con instituciones de la banca pública para que estén más activos en las franjas de pases activos. Es decir, en la franja de brindar liquidez hacia el mercado y eso lo estamos logrando. Si ustedes miran la línea colorada que representa el corredor de entre 2,5 y 3,5 por ciento, lo que estamos haciendo es que la tasa interbancaria o “call” converja hacia la tasa que está estableciendo el Banco Central. En la medida que logremos más profundidad de esta tasa vamos a tener otro instrumento de política en regulación monetaria y eso claramente lo vamos a lograr el año que viene. Finalmente, lo que podemos decir en términos de presupuestos o programas monetarios es que para este año el Presupuesto marcaba una tasa de inflación de 10,5 por ciento. En ese sentido, el Banco Central había planteado un piso y un techo de 7 a 11 por ciento respectivamente. Lo que podemos decir es que vamos a estar por debajo de ese piso; vamos a estar debajo del 6,5 por ciento para todo el año 2004. Hacia el año 2005 el límite inferior y superior lo hemos fijado entre 5 y 8 por ciento respectivamente; el Presupuesto fija un 7,9 por ciento. Y también, para dar un horizonte de mediano plazo, hemos planteado para el año 2006 una meta de entre 4 y 7 por ciento. Allí tenemos lo que llamamos inflación subyacente de aproximadamente 5 puntos para el año que viene y ajuste de precios relativos que se están dando en nuestra economía de entre 1 y 2 por ciento. Eso nos permite mirar con tranquilidad que la economía argentina va a cumplir la meta de inflación propuesta para el año entrante. Asimismo, en términos de las expectativas que existen en los agentes económicos, como ustedes saben el Banco Central está llevando a cabo una encuesta entre 50 entidades que en términos de comunicación también estamos divulgando una vez por mes. Fíjense que las expectativas de inflación están bien dentro de ese límite inferior y superior. ¿Que quiere decir eso? Que el Banco Central con metas monetarias que se van cumpliendo, comunicando claramente qué es lo que hizo y qué es lo que va a hacer hacia adelante, cumpliendo precisamente con las metas monetarias y el correlato de haber cumplido con las metas de inflación va generando una incipiente credibilidad. Yo digo que hay que cumplirlas día tras día después de lo que ha ocurrido en nuestro país. Luego de haber presentado este tercer trimestre podemos decir que nos parece central que ambas comisiones trabajen con nosotros y sean los primeros en conocer esos resultados. También quiero plantear una dinámica de trabajo con el Congreso no sólo en lo que hace a la tasa de inflación sino también a nuevos instrumentos de financiamiento para las economías regionales y a la flexibilización de la normativa en materia de créditos del sector de la pequeña y mediana empresa. Lo que ha ocurrido en nuestro país hace que tengamos que mirar mucho más hacia adelante a las empresas de lo que ha ocurrido en el pasado. La normativa siempre busca que haya garantías reales en materias de nuevos créditos en lugar de mirar la capacidad de negocio que está generando, las ventas o la capacidad del mercado. Y en eso también vamos a estar adecuando la normativa. Por supuesto, el diálogo entre la Nación y estas dos comisiones va a ser central. En ese sentido, estamos planteando también, señores presidentes de ambas comisiones, un esquema de trabajo en conjunto para que cada vez que salgan nuevas medidas del Banco Central lo hagan con un fuerte consenso de los representantes del pueblo de la Nación. Eso es lo que quería transmitirles en el día de hoy. Y además que, como dijo el senador Capitanich, vamos a venir cada trimestre a informar sobre las metas de inflación. Eso muestra el compromiso que tienen las autoridades del Banco Central de mostrar qué se ha hecho, cómo se ha hecho y también cómo nos vamos a manejar hacia adelante. Sr. Presidente. — Muchísimas gracias, señor presidente. Queda abierto el debate para interrogar al señor presidente del Banco Central. Tiene la palabra el señor senador Cafiero. Sr. Cafiero. — Doctor Redrado, para quienes de alguna manera hemos seguido la evolución de la economía argentina en los últimos años debo decir que el comportamiento macroeconómico que venimos observando es extraordinariamente positivo y ojalá dure varios años más, pero todavía nos quedan algunas dudas o por lo menos algunos interrogantes. ¿Tiene usted una idea de cómo repercute en los niveles de desocupación, pobreza e indigencia esta mejoría de los índices macroeconómicos? Porque realmente a nosotros lo que nos preocupa es que aquí notamos que ha habido una mejora de la distribución del ingreso, aun así sigue siendo notoriamente negativa con relación a otras épocas que ha vivido el país en esta materia. Entonces, mi pregunta concreta es: ¿dispone el Banco Central o usted de datos que nos permitan apreciar cuándo estos índices macro se van a transmitir a la economía micro, fundamentalmente a los niveles sociales que nos preocupan a todos? Sr. Redrado. — Su pregunta es clave, siempre digo que el presidente del Banco Central debe mirar, por supuesto, la tasa de inflación pero también tiene que mirar otras cosas en materia de política monetaria como el crecimiento económico y el empleo. En ese sentido, lo que estamos viendo es que en el último trimestre la economía ha crecido generando mucho empleo. Y para darle un número preciso, la elasticidad de ingreso del empleo en la década pasada estuvo en 0,6 por ciento. Es decir, por cada punto que crecía el producto crecía un 0,6 el empleo. Y hoy el crecimiento del empleo es uno a uno. O sea, por un punto que crece el producto está creciendo un punto el empleo. Eso nos está permitiendo mostrar que hacia fin de año probablemente tengamos una tasa de desempleo todavía alta del 13 por ciento. Pero podemos decir que la recuperación se está dando en todos los sectores de empleo intensivo. Por ejemplo, el sector textil. Por eso mencioné que allí tenemos también la necesidad de nuevos tipos de especializaciones en materia de entrenamiento laboral. A veces, en la Argentina faltan especializaciones porque se perdieron en décadas pasadas. Ocurre en el sector metal mecánico donde, por ejemplo, actualmente faltan matriceros. Digo esto en términos de absorber ese tipo de empleos. Por supuesto, esto excede la competencia del Banco Central. Pero se podría sugerir que claramente los programas sociales estuvieran vinculados también con la capacitación; es decir, dar el entrenamiento laboral que nuestra gente necesita para ocupar bases en la industria y en distintos sectores de servicios. Por otra parte, podemos afirmar que la pobreza y la indigencia han disminuido de un máximo de un 52 por ciento. Si bien hay incipientes mejoras, todavía estamos con un nivel intolerable de indigencia y pobreza y, por lo tanto, necesitamos seguir creciendo a una tasa como a la que lo estamos haciendo. No me animaría aquí a dar una proyección de tasa de desempleo para el año próximo, pero podría decir que en las proyecciones internas que maneja el Banco Central esta mejora de crecimiento de producto, con baja tasa de inflación y en un contexto de estabilidad, va a generar que hacia el año entrante también tengamos una sensible mejora de la tasa de desempleo. Sr. Presidente.— Tiene la palabra el señor senador López Arias. Sr. López Arias. — En primer lugar, con respecto al restablecimiento del índice de actualización, coeficiente CER, etcétera, no me queda claro si es una idea como política general o solamente a los clientes institucionales, como se planteó en algún momento. En segundo lugar, me parece muy bien la preocupación que se enuncia en tratar de hacer llegar el crédito a las economías regionales, pero no sé si ya han avanzado en algún instrumento o han definido algún tipo de mecanismo. Eso tampoco me quedó claro. Sr. Redrado. — Senador: es bueno que podamos hacer la aclaración. El Banco Central está pensando en instrumentos que sean colocados a largo plazo y en inversores institucionales o que tengan un límite mínimo en términos de quién compra este tipo de títulos. Actualmente, se han indexado los depósitos —es decir, los pasivos que tienen las entidades financieras— y no tienen manera de calzar ese pasivo. Entonces, en un contexto de baja inflación —como está garantizando el Banco Central— y de bajas tasas de interés, estamos todos muy bien. Pero con seis años de mandato, tengo que prever que puede haber tiempos más difíciles. Por lo tanto, estoy buscando instrumentos adecuados. Yo sé adónde va dirigida su pregunta y para su tranquilidad le digo que no estamos pensando en un mecanismo de ajuste por índice generalizado sino simplemente para poder calzar este fenómeno que se ha abierto frente a una posibilidad de que haya depósitos ajustados por CER. En materia de crédito regional, fundamentalmente, queremos dar empuje a un instrumento que ha sido impulsado precisamente desde esta Casa: las cajas y las cooperativas de crédito. Allí se ha avanzado rápidamente en la reglamentación y esperamos trabajar con cooperativas del interior del país —sabemos que hay muchas y muy saludables— que nos permitan generar con menores requisitos de capital la posibilidad de que haya intermediación financiera. Nos parece que es la mejor manera de tener instituciones más ágiles y que estén más cerca de las necesidades. Por lo tanto, un gran instrumento para generar una mejor distribución del crédito es precisamente darle un fuerte impulso a las cajas de crédito regionales y cooperativas. Sr. Presidente.— Tiene la palabra el señor senador Sanz. Sr. Sanz. — Tengo dos preguntas para hacerle. La primera, se relaciona con algo que usted mencionó recién y con un dato de la realidad: la liquidez de la banca pública. Una liquidez que, en verdad, juega asimétricamente, ya que así como existe una fuerte liquidez en la banca pública no se advierte que eso se traslade al crédito. Es decir, el crédito de la banca pública es inferior al de la banca privada. En ese sentido, usted dijo que ha tenido contacto con la banca pública para dinamizar esto y si no hay una respuesta rápida en 2005, puede ocurrir lo mismo. Entonces, la pregunta es: ¿qué herramientas hay para generar un mecanismo de transmisión de la liquidez que genere finalmente este proceso de crédito? La segunda inquietud es que con esta perspectiva optimista de la evolución de la economía argentina —de los números macro, que recién mencionaba el senador Cafiero—, no se advierte por qué razón se insiste desde el gobierno en la postergación o prórroga de la emergencia económica. La pregunta concreta es: ¿usted no ve en la prórroga de la emergencia económica que, por ejemplo, permite modificar el tipo de cambio por decreto, un factor innecesario de incertidumbre en la economía argentina? Sr. Redrado. — Respondo la primera pregunta. En esta búsqueda de coordinación de la banca pública nos hemos encontrado con que necesitamos trabajar con muchos organismos descentralizados. El cuestionamiento que nos hacen en la banca pública es que los depósitos del sector público son volátiles porque están todos puestos en cuenta corriente. Ustedes han visto que en las últimas semanas — producto de una mejor coordinación— los distintos organismos del sector público, como la ANSeS y la AFIP, por primera vez están colocando dinero a plazo, lo que genera mayor seguridad en la banca pública para poder disponer de esto. Pero claramente tenemos que buscar la forma de estirar los plazos de los depósitos. Este es un fenómeno nuevo en el sector público, al cual los tesoreros de las distintas entidades no están acostumbrados. Están acostumbrados al faltante y no al sobrante y ahora deben tener más agilidad en cómo colocar esos sobrantes. En ese sentido, nosotros podemos persuadirlos y mostrarles la oportunidad que están perdiendo; pero, en definitiva, va a depender de ellos. También estamos trabajando con la banca pública en la creación de nuevos instrumentos que permitan ampliar esos plazos. Otro instrumento en el que está trabajando el Banco Central se relaciona con los depósitos a más largo plazo —a un año— ajustado por otros índices como, por ejemplo, el del precio de la soja, del maíz u otro índice que sea fácil de entender y que le sirva a los productores. Con respecto a la prórroga de la emergencia económica, como dije en otras oportunidades, yo me ocupo del metro cuadrado que me compete y que me ha dado la ley, que es la política monetaria, la política cambiaria, la política de tasas de interés. Por lo tanto, la pregunta sobre la prórroga o no de la emergencia cambiaria debe ser dirigida al Poder Ejecutivo. Sí puedo afirmar que actualmente en materia de tipo de cambio la Argentina se está manejando con total flexibilidad. Quiero dejar en claro que el Banco Central no controla el tipo de cambio. Lo que sí puede hacer es una buena administración morigerando las subas y los descensos del tipo de cambio; y eso es lo que estamos haciendo en estos momentos. Pero si usted hoy mira el volumen comercial o diario de dólares verá que es de aproximadamente 200.000.000 de dólares y el Banco Central está interviniendo entre 10 y 15 por ciento de ese total. Así que claramente no tenemos una posición dominante en el mercado cambiario, más bien está dado por la liquidación de exportaciones del comercio internacional y por el ingreso de capitales que se ve en estos momentos. En ese contexto, más como analista económico que como presidente del Banco Central, digo que con la oferta de dólares que tenemos hacia adelante veo un escenario de tranquilidad cambiaria, un tipo de cambio flotante que se maneja sin ningún problema. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Morales. Sr. Morales. — ¿Tiene previsto algunas medidas relativas al recupero de clientes morosos? Con la crisis muchas personas y empresas tuvieron malas performances crediticias y problemas económicos. Lógicamente, a partir del crecimiento y la recuperación económica hay clientes que están en una situación diferente y podrían realmente enfrentar sus compromisos de otra manera. ¿Está previsto alguna recategorización o alguna medida que tienda a recuperar morosos? Después, con relación al tema de la capacidad instalada, en ese cuadro se expone en un 70 por ciento el límite de la capacidad instalada actual. En función del índice del crecimiento de la industria, ¿en qué tiempo cree que podemos llegar al tope de la capacidad instalada? ¿En alguna medida eso puede ser un incentivo para la inversión? Sr. Redrado.— Muy buena pregunta. Respecto del recupero de deudores morosos, cuando dijimos que vamos hacer nuevas normativas que miren hacia adelante, lo que estamos haciendo es trabajar sobre aquel deudor que de repente, producto de la crisis, llegó a tener una convocatoria de acreedores y a estar en la categoría 5, para que una vez que haya salido de la convocatoria de acreedores sea tomado como sujeto de crédito en el nivel 1; obviamente, mirando la capacidad de pago que tiene hacia adelante. En ese sentido, estamos trabajando juntos con las entidades financieras para tener en los próximos 30 o 45 días una normativa que efectivamente permita facilitar, flexibilizar y mirar hacia el futuro más que al pasado. Así que eso lo vamos a tener en el muy corto plazo. Y con respecto a la segunda pregunta, no se olvide senador que hablé del promedio de la capacidad instalada, pero lo importante es que también estamos viendo un crecimiento de la inversión. O sea, junto con el crecimiento del índice de producción industrial también está creciendo la inversión, como lo mostramos en el gráfico de la inversión bruta fija, que si bien no crece a niveles del 80 por ciento como lo hizo en la salida de la crisis, lo está haciendo a una tasa del 20 o 25 por ciento. Con lo cual, salvo algún caso puntual como el sector metal mecánico, no veo cuellos de botella porque hay inversión que está acompañando al proceso de crecimiento. Sr. Morales. — ¿No ve problemas en la oferta a mediano plazo? Sr. Redrado.— No veo problemas. Sr. Presidente. — Tiene la palabra la señora senadora Paz Sra. Paz. — ¿Qué mensaje le puede dar a la gente común, al público, para que vuelva a tener confianza en los bancos? Porque creemos que hay desconfianza y la gente tiene mucho dinero guardado en el colchón. ¿Qué le podríamos decir a esas personas que todavía no tienen seguridad jurídica ni confianza necesarias para volver a depositar su dinero en los bancos? Sr. Redrado.— Usted sabe que cuando se pierde la confianza para recuperarla hay que hacer un trabajo serio y profesional día tras día. Entonces, no hay nada que uno pueda prometer sino que parte de la recuperación de la confianza es precisamente esto que estamos haciendo ahora, mostrar cómo está el sistema financiero, mostrar cómo están creciendo los depósitos y mostrar que también uno de los objetivos del Banco Central es el cuidado de la moneda. Y como dije, mi objetivo central en los próximos seis años no es sólo que el peso sea una moneda para transacción sino una reserva de valor. Al respecto, lo que podemos decir es que estamos trabajando con mucha seriedad y profesionalismo, día tras día estamos generando resultados que puedan dar confianza. Yo creo que lo principal que uno puede decir hacia adelante es que estamos creando un sistema de pesos. Y un sistema de pesos significa que nosotros ganamos en pesos, no ganamos en dólares, y podemos tomar obligaciones a futuro en pesos. Entonces, en la medida que se recupere el nivel de empleo y el nivel de actividad la gente va teniendo confianza. Así como ya se ve un aumento del consumo muy importante en el último trimestre, consumo que en muchos casos la gente financia en cuotas cuando va a comprar algún bien durable o de consumo, claramente teniendo un sistema denominado en pesos también el Banco Central juega un rol clave en este mercado, que en última instancia es ser prestamista. Por otra parte, podemos decir que hoy tenemos un Banco Central que también ha recuperado fuertemente reservas en dólares, ya que han crecido 2.500.000.000 en lo que va del año. Ya tenemos un Banco Central fuerte que tiene capacidad de respuesta. Y le puedo decir también que de las 90 entidades que tiene hoy el sistema financiero todas presentan índices de liquidez, solvencia y capitales mínimos y están por encima de los requerimientos del Banco Central. Por supuesto, otra tarea nuestra es estar focalizando, monitoreando y fiscalizando las entidades financieras para que sean saludables. Y hoy lo que podemos decir es que tenemos un incipiente mercado financiero en pesos que está muy saludable. Confiar es algo que es difícil pedirlo, hay que demostrarlo. Y con estas demostraciones creo que vamos a ir ganando la confianza día a día. Sr. Presidente. — Ya que está aquí voy a aprovechar y le haré cuatro preguntas. Sr. Redrado.— Cómo no. Sr. Presidente. — Después, lo tendremos a usted en el último informe que vamos a realizar el 1Ε de diciembre del corriente año, también enuna reunión conjunta, acerca de la presentación del Plan Monetario. La primera pregunta se refiere a los factores de potenciación de la inflación. Me interesa tener una opinión respecto del escenario que ustedes observan. Desde la salida de la convertibilidad tuvimos un primer año 2002 con altas tasas de inflación; después, tuvimos un 2003 con 3,7 por ciento de tasa de inflación, y tenemos la proyección en el 2004 de una tasa, de acuerdo a las previsiones que ustedes realizan, de menos de 6,5 por ciento que obviamente tendería a ubicarse en una cifra similar o decreciente para el año próximo. Efectivamente, cuando uno analiza el escenario respecto del comportamiento a nivel de precios en la Argentina, uno observa que los precios internacionales siguen siendo favorables. Es decir, la importación tiende a no generar un factor de inducción a la presión alcista. En segundo lugar, es necesario hacer un análisis con respecto al escenario tarifario. Es decir, ver cómo puede eventualmente impactar con respecto a la situación de los contratos. En ese sentido, no se observan presiones salariales derivadas de altas de desocupación. Usted dice claramente que no observa problemas de reducción de capacidad instalada para la oferta de bienes y servicios. Y en materia del sector público se advierte un fuerte incremento de la tasa de inversión. Por lo tanto, también eso podría no afectar el cuello de botella y la competitividad. Y el otro tema es el efecto multiplicador bancario. La pregunta más precisa que quería hacer es: ¿ustedes no creen que nosotros deberíamos trabajar en la búsqueda de una regulación más adecuada de la competencia, en la cuestión de morfología de mercado o en sistemas más transparentes de cotización de precios? Porque lo que uno advierte en la Argentina es que las expectativas contribuyen sustancialmente a la tasa de inflación. Y las expectativas están fuertemente organizadas en el índice de precios de carácter estacional. Y esos precios estacionales pueden regularse vía flujo de importación en base a la apertura de la economía o eventualmente a una mejor regulación de la competencia o fundamentalmente a una mayor transparencia de la cotización de precios. ¿Usted cree que nosotros, como Congreso, podríamos inducir a procesos mucho más estables de largo plazo en la estructura de precios? ¿Y usted cree que realmente la estructura de precios en la República Argentina, dada su historia, se ubicaría en los parámetro básicos que se toman en los países más desarrollados del mundo en términos de inflation target de 2 o 3 por ciento o deberíamos coexistir con una estructura de precios un poquito superior? Sr. Redrado. — Excelente pregunta. Por supuesto, es bienvenido todo lo que ayude a tener mayor competencia y mayor transparencia. El Banco Central también está comprometido a que en el sistema financiero haya mayor transparencia de precios. A modo de ejemplo, publicamos por medios electrónicos —y estamos pensando hacerlo en medios más masivos— los costos implícitos que hay en los precios de los préstamos, de manera que la gente pueda comparar y que haya más transparencia. Por lo tanto, todo lo que en materia normativa sirva para ampliar la competencia y mejorar la transparencia, sobre todo en los sectores que usted menciona, claramente para el presidente del Banco Central eso es más que bienvenido. Modestamente en lo que podamos contribuir, desde ya estamos a las órdenes. Usted mencionó factores de ajuste. La Argentina está viviendo un proceso de ajuste, de precios relativos todavía, que se van a seguir dando el próximo año. En términos de inflación o tasa de inflación base o subyacente, tenemos una tasa calculada del 5 por ciento, que tendrá esta modificación en materia de ajuste de precios relativos probablemente el año que viene y que pueda añadir uno o dos puntos de una vez de esos ajustes a los que usted hace mención. Pero pasados esos ajustes, nuestra tasa subyacente es del 5 por ciento anual. Eso hace que no estemos en niveles de países desarrollados —como usted menciona— del 2,5 ó 3 por ciento ni tampoco que estemos en niveles del 8 ó 9 por ciento que tienen algunos países emergentes. En fin, con relación a lo que pueda hacerse para mejorar este índice, claramente los temas que usted señala dan justo en las necesidades que tenemos en ese sentido. Sr. Presidente.— Tiene la palabra el señor senador Salvatori. Sr. Salvatori. — Ante todo, agradecemos mucho su presencia en esta reunión y la claridad de su exposición. Tengo una sola pregunta para hacerle, que se relaciona con un tema originado con la ley de emergencia económica, la 25.587. En momentos de tremendo caos económico, financiero y jurídico, esa medida de emergencia estableció que los ancianos mayores de 75 años recibirían la devolución de sus depósitos en la moneda de origen, sin más trámite que la acreditación de su edad. Sin embargo, dicha medida fue cumplida por el sistema de bancos públicos pero no por el privado. Se trata de una muy pequeña cifra que se adeuda. En ese sentido, muchos octogenarios no se cansan de deambular por entidades financieras y han recurrido incluso a los estrados judiciales. Sin embargo, en este tema los jueces han demostrado que no se han preocupado demasiado; y muchos de esos ancianos se están muriendo. Por lo tanto, mi pregunta es: ejerciendo la potestad que tiene sobre el sistema financiero, ¿no le corresponde obligar a las entidades privadas a que cumplan con la ley? Sr. Redrado. — No está dentro de nuestra capacidad regulatoria y normativa. No es lo que la ley nos indica que podamos ejercer sobre las entidades financieras. Ese es un resorte de la Justicia, que es la que tiene que hacer cumplir la ley de emergencia económica. Por más que yo quisiera hacerlo, no podría. Soy sensible a lo que usted señala, senador, y lo haría si estuviera dentro de mis facultades, pero si yo le pido a un banco que lo haga, lo primero que me van a decir es: “Usted no tiene facultades normativas”. “Usted, como Banco Central, tiene facultades normativas para pedirme capitales mínimos, para pedirme solvencia, para pedirme liquidez o si no tiene esta normativa, poder sacarla y plantearla en un plan de reencuadramiento.” En consecuencia, el Banco Central no tiene herramientas legales para hacer cumplir esa normativa. Sr. Salvatori. — Señor presidente: le informo que en la Comisión de Economía e Inversión, junto con el senador Marín, elaboramos un proyecto que será reconsiderado para que se aplique una sanción sobre los bancos que no cumplan con esa disposición, que es una ley de la Nación. Sr. Redrado. — Totalmente de acuerdo. Sr. Presidente.— Usted ha planteado ante la Comisión de Acuerdos y aquí mismo el tema de la política que está desarrollando el Banco Central con el objeto de inducir a la reactivación del crédito del sistema bancario. Sr. Redrado. — Así es. Sr. Presidente.— También ha planteado el objetivo de la bancarización. Me parece muy interesante y novedosa la posibilidad de establecer mecanismos de financiamiento sobre la base de índices ajustables en virtud de economías regionales y productos de carácter regional. Con respecto al tema de normas prudenciales, ¿habrá alguna mediación específica o algún mecanismo de instrucción para el desarrollo de políticas específicas de crédito en ámbitos de carácter regional? Cabe destacar que nosotros también estamos pensando y debatiendo la necesidad de que la banca pública tenga un proceso de capitalización gradual, que pueda ayudar con tasas de referencia mucho más bajas al sistema y que induzca al acceso al crédito, ya que entendemos que el modelo de crecimiento de la República Argentina hacia el futuro es un modelo más endógeno, donde el sistema bancario cumpla un rol fundamental. Entonces, la pregunta es: ¿cómo usted visualiza este tema? Sr. Redrado. — Senador: hoy por hoy el sistema financiero no tiene un problema de normas prudenciales regionales para expandir el crédito, lo que existe es una falta de fondos a largo plazo que permita a las entidades prestar a más largo plazo. Por lo tanto, no descarto que pueda darse en el futuro. Actualmente, hay un excedente de liquidez que está colocado en el corto plazo. Entonces, el desafío es trabajar en instrumentos que nos permitan alargar plazos y tener entidades financieras más pequeñas y más ágiles en las ciudades de nuestras provincias — como cajas y cooperativas de crédito—, que nos permitan tener mayor afinidad. En ese sentido, usted sabe que ahí los requerimientos de capital son infinitamente menores de los que tiene cualquier entidad financiera. En consecuencia, también resulta fundamental el trabajo que cada uno de ustedes hace en las provincias. En efecto, nos parece importante que haya una difusión de estas nuevas normativas y reglamentación en términos de caja y créditos. Estoy convencido de que en las propias cooperativas eléctricas o telefónicas que existen en muchas ciudades de sus provincias hay una base natural para crear este mecanismo de caja de crédito que, a mi juicio, es el ideal para impulsar en este momento el crédito en materia regional. En consecuencia, no veo que en la actualidad tengamos un problema con las normas prudenciales. Más bien debemos dedicarnos a generar una ampliación de plazos para utilizar mejor la liquidez excedente que hoy tiene el sistema financiero. Sr. Presidente.— Agradecemos mucho su presencia y celebramos la posibilidad de que pueda emitir el informe en el ámbito del Senado de la Nación. Damos por concluida la reunión. — Son las 13 y 8.