RESULTADOS DE LA INVESTIGACION ANALISIS CUALITATIVO La importancia de la ayuda psicológica aumenta en momentos de la crisis económica. Los problemas de la vida social como la disminución de los salarios, el riesgo de despido, falta de armonía en las familias y las relaciones laborales pueden tener un impacto en la salud emocional de las personas. Las expectativas de ayuda psicológica y social contrastan, en ocasiones, con la realidad en la consulta. La gente no está segura de si conseguirá una verdadera ayuda cuando busca la intervención psicológica y social, orientación y/o asesoramiento. De ahí que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿Las personas están motivadas para acceder a estos servicios de apoyo psicológico? Del contacto y la discusión, gracias a este proyecto, con diferentes profesionales que prestan ayuda psicológica y social en diferentes países de la UE (Reino Unido, España y Austria) ha sido posible identificar determinadas barreras de acceso y, además, proponer posibles soluciones, de cara a establecer líneas de actuación futuras, que quizás sean útiles para definir otros proyectos. Este documento, tiene con objetivo aglutinar algunas de las conclusiones alcanzadas tras estos meses de trabajo. Ya hemos comprobado, a través del análisis de los cuestionarios aplicados a la población general y a profesionales, que entre las opiniones de las personas acerca de cuáles son los obstáculos que dificultan el acceso a recursos de ayuda psicológica, nos encontramos con que el desconocimiento sobre lo que es la psicoterapia y cómo funciona entorpece el acceso y –a su vez- que se puedan beneficiar de este tipo de servicios. Quizás, por este desconocimiento, siguen presentes mitos alrededor de la práctica de la psicología y su utilización. Entre dichos mitos se encuentran, entre otros: ־ Al psicólogo acuden las personas problemáticas, “si voy al psicólogo pensarán que estoy loco”, “Debo resolver mis problemas sin ayuda”, “Iré cuando no pueda aguantar más”, “Alguien puede saber que acudo a un servicio de ayuda psicológica y eso va a perjudicar mi imagen social”, etc. ־ Al psicólogo acuden personas débiles, sin habilidades, inmaduros, sin apoyo social y familiar. Puede percibirse, tanto a nivel individual como social, como un síntoma de debilidad. ־ Cuando no se tiene clara la función del psicólogo, podemos pensar que se dedica exclusivamente a tratar trastornos mentales graves. ־ Duración: acudir a psicoterapia seguro que se alarga mucho en el tiempo y nunca acaba. ־ Confidencialidad. profesional. Dudas acerca de hasta dónde llega el secreto Existen, además del propio desconocimiento, otros factores influyentes a la hora de decidir ir o no al psicólogo: La historia previa de la persona con otros profesionales, los fracasos acumulados en experiencias previas influyen decisivamente a la hora de buscar ayuda psicológica, así como en establecer una relación de confianza y colaboración con el terapeuta. Las expectativas con las que se acude a terapia y la creación de las mismas por parte del sistema terapeuta-consultante, generan una idea acerca de lo que puedo conseguir (o no) yendo a terapia. Las recomendaciones de un “buen psicólogo”, “de un psicólogo serio y profesional”, también repercuten a la hora de acudir a un servicio de atención psicológica, fundamentalmente en la práctica privada. Pero también a la hora de solicitar la utilización de un recurso público. El desconocimiento cuando nos decidimos a buscar un profesional de la salud mental genera dudas y prejuicios. Determinadas problemáticas individuales y/o familiares, tienden a permanecer en el anonimato de la vida privada. Tal es el caso de problemas de violencia doméstica, malos tratos, abusos sexuales. Y como factor más apuntado y que repercute directamente a la hora de acudir o no a un servicio de ayuda psicológica, se envuelta el aspecto económico, especialmente delicado en tiempos de crisis. Tras la reflexión conjunta, pueden establecerse –entre otras muchas- las siguientes líneas de actuación: Líneas de actuación: ־ Creación de sistemas de divulgación e información acerca de recursos de ayuda psicológica, por ejemplo, a través de la utilización de las nuevas tecnologías (páginas web, redes sociales, etc.), campañas publicitarias, jornadas divulgativas, etc. ־ Prevención: realización de campañas de prevención para sensibilizar a la sociedad y utilizar los servicios antes de que los problemas se amplifiquen. Por ejemplo, favorecer la creación de servicios de mediación familiar en los juzgados, antes situación de separación y divorcio de parejas con hijos menores de edad. De tal manera que se pueda prevenir la posible aparición de dificultades de relación entre padres e hijos, o de desarrollo en los menores. A la vez que se potencia la resolución de conflictos de una manera más saludable, económica y ejemplarizante. ־ Creación de instrumentos de análisis de la calidad de los servicios prestados en la ayuda psicológica. Por ejemplo, escalas de satisfacción de la ayuda recibida a cubrir por los propios usuarios, del trato del terapeuta, de calidad del servicio, de la calidad de la relación terapeutacliente, etc. ־ Promover campañas de formación continua y reciclaje permanente de los propios psicólogos/terapeutas. ־ Promover servicios gratuitos de ayuda psicológica con personal cualificado: servicios de mediación familiar, grupos de autoayuda, terapia individual y familiar desde entidades sociales. ־ Proporcionar información preventiva en edades tempranas para evitar que esas barreras aparezcan, a través de un modelo educativo que muestre la asistencia a estos servicios como algo natural.