Que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General de Educación y del Código Penal Federal, a cargo de la diputada María de Jesús Aguirre Maldonado, del Grupo Parlamentario del PRI La suscrita, diputada federal del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional de la LXI Legislatura del Congreso de la Unión, con fundamento en lo establecido en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 77 y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados, somete a consideración de la honorable asamblea el presente proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 55, se adiciona un numeral XVII al artículo 75 de la Ley General de Educación y se reforma la denominación del Título Vigésimo del Libro Segundo del Código Penal Federal, se derogan los Capítulos Primero, Segundo y Tercero y se reforman los artículos 344 y 345 del mismo ordenamiento. Exposición de Motivos El trato degradante con el objetivo de afectar y menoscabar la integridad moral y psicológica de una persona es una acción que debe ser tratada en la legislación mexicana para poder desarrollar los elementos jurídicos óptimos que permitan coadyuvar en la cultura de la paz y la sana convivencia de las personas que interactúan en una relación institucional. El maltrato físico y psicológico continuado es una práctica que desafortunadamente, en los últimos años ha tenido un incremento en su violencia, hecho que ha alarmado a las autoridades judiciales y escolares, pues sus consecuencias sobre quienes lo padecen son graves, las cuales van desde improductividad, problemas de identidad, de comportamiento social, traumas y lesiones, llegando en algunas ocasiones al suicidio de la víctima. El maltrato con fines de degradación psicológica y moral consiste en la acción de un hostigador con la finalidad de producir miedo e incertidumbre en su víctima y así mantener una relación de superioridad o dominación. Dicho acoso tiene una temporalidad continua y se agudiza cuando el agresor tiene una posición jerárquica sobre el ofendido. Esta práctica se advierte principalmente en menores de edad que acuden a algún centro educativo, sin embargo sus vertientes pueden ser identificadas también en el ámbito laboral o cualquiera donde exista una colectividad. En el espacio escolar, esta práctica es mejor conocida como bullying, mientras que en el mundo laboral se le reconoce como mobbing. Por otro lado, la directora de Centros de Atención a Víctimas del Delito de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas de la Procuraduría General de la República, Karla Gallardo Sánchez, señaló que existen tres vertientes de bullying (las cuales pueden aplicarse en el mbbing), estas son física, psicológica y sexual. Las acciones más comunes, según Iñaki Puñuel, incluyen, bloqueo social, hostigamiento, manipulación, coacción, intimidación, agresiones leves, amenazas, sobrecarga de trabajo sistemática, críticas, burlas, infravaloración de los esfuerzos de la víctima, robo, invasión de la privacidad, ataques a sus convicciones religiosas e ideológicas y el fomento de ataques por parte los compañeros. Las causas de este fenómeno son diversas, así como sus efectos entre los que destacan la desvaloración personal, bajo rendimiento, depresión, inseguridad, somatización, afecciones físicas y problemas psicológicos irreversibles. Por tal motivo han surgido diversas propuestas provenientes de la sociedad civil e incluso de autoridades gubernamentales, como la PGR, la cual a través de su Director General de Prevención del Delito, Francisco Castillo Alemán, promovió el pasado 31 de mayo, la tipificación de éste tipo de delitos en la legislación nacional. Lo anterior, hace evidente la necesidad de adecuar la legislación mexicana con el objeto de poder eliminar éste tipo de prácticas, proteger a las víctimas y sobretodo prevenir y evitar conductas que desemboquen en consecuencias irreversibles. La modificación legislativa es pertinente, pues no existe en el marco nacional una tipificación correcta de éste delito, el cual evidentemente no se circunscribe en el ámbito penal de las riñas, lesiones o violencia física simple, pues estos dejan de lado las afectaciones morales y psicológicas, la sistematicidad del fenómeno y las repercusiones opresoras que provocan en la víctima. Para ejemplificar lo anterior hay que observar las siguientes cifras, las cuales exponen que éste tipo de violencia la ejercen 8.8 por ciento de los niños en escuelas primarias y 5.6 por ciento en secundarias, además el 16.5 por ciento (uno de cada seis) de los jóvenes víctimas de ese fenómeno termina suicidándose, de hecho en 2009, 190 adolescentes se quitaron la vida. Por otro lado, en lo que se refiere al área laboral preocupa el hecho de que entre el 10 y el 15% de los trabajadores sufren de violencia psicológica, según la Organización Internacional del Trabajo. Esta situación hace imperante una reforma legislativa, que no sólo tenga un carácter punitivo, sino que prevea mecanismos preventivos en la Ley General de Educación. Lo anterior, reconociendo los esfuerzos realizados por ésta legislatura, que el 13 de abril de 2011 aprobó una serie de modificaciones a la Ley General de Educación, las cuales tuvieron por objeto que los criterios, atribuciones, modalidades y principios del sistema educativo nacional promovieran la cultura de la paz y previniera los casos de violencia. Sin embargo, es pertinente que la legislación educativa contemple mecanismos que garanticen que los planteles educativos velen por los derechos de aquellos que forman parte de la comunidad escolar y aseguren su sana convivencia. Este tipo de reformas legislativas han sido evidentes después del incremento de la violencia en los casos de delitos contra la integridad moral en distintas partes del mundo. Un ejemplo claro es la propuesta de la procuradora de Massachusetts, Betsy Scheibel, quien promovió la tipificación penal de éste tipo de prácticas al levantar cargos por el hostigamiento que sufrió la joven Phoebe Prince de 15 años de edad, el cual la llevó al suicidio. Incluso, naciones como Chile, Colombia y España han logrado reformas legislativas integrales que les han permitido integrar este tipo de delitos en su legislación local. Por lo anteriormente expuesto propongo a esta Honorable asamblea el siguiente: Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Educación y del Código Penal Federal, relacionado con el maltrato psicológico. Artículo Primero . Se reforma el artículo 55 de la Ley General de Educación, para quedar como sigue: Artículo 55. Las autorizaciones y los reconocimientos de validez oficial de estudios... I. a III. ... IV. Contar con un reglamento de orden interno que establezca las normas mínimas de conducta de las y los integrantes del plantel educativo, el cual deberá garantizar su integridad física y psicológica, así como el justo procedimiento en caso de que se contemplen sanciones. Dicho reglamento no podrá contravenir con lo establecido en la presente ley. Artículo Segundo . Se adiciona un numeral XVII al artículo 75 de la Ley General de Educación, para quedar como sigue: Artículo 75. Son infracciones de quienes prestan servicios educativos: I. a XVI. ... XVII. Incumplir con lo establecido en el numeral 4 del artículo 55 de la presente Ley. Artículo Tercero. Se reforma la denominación del Título Vigésimo del Libro Segundo del Código Penal Federal, se derogan los Capítulos Primero, Segundo, Tercero y Cuarto y se reforman los artículos 344 y 345 del mismo ordenamiento, para quedar como sigue: Título Delitos contra la integridad psicológica y moral Vigésimo Artículo 344. Al que infrinja a otra persona trato degradante con el objeto de afectar gravemente su integridad psicológica y moral será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años. Artículo 345. Al que en el ámbito de cualquier relación laboral, funcional o escolar y aprovechando su relación de superioridad, realice contra otro de forma reiterada actos de trato degradante, se le impondrá de uno a tres años de prisión. Artículo 346 al 347. ... Transitorio Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a 6 de septiembre de 2011. Diputada María de Jesús Aguirre Maldonado (rúbrica)