Catequesis de Adultos - Diócesis de Plasencia

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Catequesis de Adultos.
Interesa mucho no perder de vista los siguientes objetivos/Propósitos en todos los temas
1. Iniciar en el compromiso apostólico y misionero de la Iglesia como "confesión de su
fe" par hacer cristianos "militantes", activos dentro y fuera de la Iglesia2. Búsqueda y aceptación de la vocación que Dios da a cada uno.
3. Plantearse a Jesús como Señor.: creyentes y alejados para poder llegar a una fe de
seguimiento y conversión.
4. Iniciación en la experiencia religiosa: en la oración y en la vida litúrgica. Procurar una
participación activa y frecuente en la vida de la comunidad: Dando razón de la fe:
"profesión" de fe, celebrando la fe: oración y sacramentos, viviéndola en relación con
el mundo, de forma comprometida: compromiso, para llegar a ser persona cristiana con
un estilo, valores… propios de una persona creyente.
Día 1º
“FE QUE SE CELEBRA, AMOR QUE SE ACTUALIZA”
Signo posible:
Atril con la Biblia abierta adornada con flores y candeleros.
Momento inicial de Oración:
Monición: Nuestra Diócesis nos ha invitado a realizar un camino conjunto de renovación interior
para ser mejores discípulos misioneros. Ese es el fin de la Mision diocesana. El tema de hoy, lleva por
título “Fe que se celebra, amor que se actualiza”. Pidamos al Señor que cada uno de nosotros saque el
mejor provecho espiritual. Comencemos rezando para que así sea.
Rezar juntos:
Señor y Dios Nuestro, te pedimos especialmente por nuestra Iglesia Diocesana presidida por
nuestro Obispo Amadeo, para que el itinerario de renovación interior de esta Misión popular dé frutos
abundantes de conversión y juntos asumamos el compromiso bautismal de ser auténticos cristianos.
Padrenuestro… Gloria al Padre…
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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Exposición del tema.
“FE QUE SE CELEBRA, AMOR QUE SE ACTUALIZA“. Bajo este lema estamos celebrando
nuestra Misión evangelizadora diocesana y durante estos días queremos celebrar la fe y actualizar el amor.
En estos días, lo fundamental va a ser la misión, por lo que se paralizarán algunas de las
actividades apostólicas normales de nuestra Comunidad. Bajo el signo elegido para la misión
descubriremos lo esencial de la vida cristiana: la fe y su fruto: el amor.
La idea de la paralización temporal de las actividades pastorales la hemos recogido del Papa
emérito Benedicto XVI que en su día convocó a toda la Iglesia universal a hacer una parada con el fin de
“tomar el pulso” y descubrir sin prisas ni agobios el dónde estamos y hacia dónde queremos ir, pues a
veces, se vive la vida cristiana impulsada por el agobio, las prisas, la necesidad de hacer, la angustia por
no saber si se está haciendo bien…
Estos días de misión serán días para el silencio, meditación, encuentro, reflexión conjunta… sobre la fe
que se celebra y el amor que se actualiza. Te invitamos a llenarte de esperanza, optimismo, a ver las
cosas de forma positiva… y sobre todo como gracia del Señor.
Contenidos
Benedicto XVI es su carta Porta Fidei con la que convocó el Año de la Fe dijo: “Deseamos que
este Año de la Fe suscite en todo creyente la aspiración de confesar la fe con plenitud y renovada
convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propia para intensificar la celebración
de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía. Al mismo tiempo, esperamos que el
testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble.”
Se trata de conocer, celebrar, vivir y orar nuestra fe, el don más preciado que tenemos los
cristianos.
Otro hecho muy importante que recientemente ha vivido la Iglesia universal ha sido el Sínodo de
Obispos sobre cómo hacer para que la Nueva Evangelización sea la respuesta a la crisis de fe actual. El
reto de la Evangelización hoy no se debe olvidar ni mucho menos infravalorar. Hoy la transmisión de la
fe reclama que se “vuelva” a la mirada a cómo lo hicieron los primeros cristianos y con nuevos métodos,
ardor y expresión se utilicen en el aquí y ahora actual. La Buena Noticia es la misma ayer, hoy y
siempre, porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre dice el autor de la Carta a los Hebreos (13,8).
Por lo tanto, como dijo Benedicto XVI, lo nuevo está en el ardor y celo en la vivencia de la fe.
Nuestro obispo también desea ardientemente que nuestra diócesis se ponga en clima de Nueva
evangelización, por eso estamos nosotros aquí, hemos recibido esa llamada y a su vez la compartimos
con vosotros, para que juntos encendamos nuestro corazón de amor a Dios y de amor al hermano y así
seamos testigos del Dios vivo, del Dios con nosotros.
Es necesario, y muy importante que redescubramos la belleza del seguimiento de Cristo. Los
laicos tenéis/tenemos un papel insustituible en esta tarea que nos confía el Papa como Iglesia universal y
nuestro Obispo como iglesia particular. Ojala el Espíritu de Dios abra nuestra mente y nuestro corazón
para que el ardor que abrasó a tantos santos y santas, a tantos creyentes de todos los tiempos, nuestra
Diócesis viva con entusiasmo y esperanza la llamada de la Nueva Evangelización.
Volviendo a nuestro lema: “Fe que se celebra, amor que se actualiza.”
En torno a la fe.
Muchísimas escenas sagradas sacadas de las Sagradas Escrituras se podrían poner hablar de la fe
y del amor: conversión de la Samaritana, Zaqueo, el ciego de Jericó, las vírgenes prudentes y necias…
Piensa en estos momentos en otras que recuerdes.
¿Recuerdas el relato de los Magos de Oriente?
Si se considera oportuno se puede leer según San Mateo (2,1-12)
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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San Mateo intenta hacer ver a los destinatarios de su evangelio que la salvación de Dios e para
todos. Por lo tanto, todos deben buscar a Dios con corazón limpio.
La figura de los Magos y su camino, puede ser imagen de nuestro proceso personal de fe,
nuestra búsqueda de Dios, de ponernos en camino y tener un encuentro personal con Jesús.
Es, también, modelo de aquellos que buscan más allá de lo que se ve.
Interrogantes a suscitar:
1.- ¿Tengo mi corazón y mis ojos abiertos para ver a Dios. 2.- ¿Estás dispuesto a
seguir al Señor de verdad? ¿Qué cosas tienes que dejar para tener una fe más
viva? ¿Te sientes comprometido con tú Parroquia?
Los Magos se acercan a Belén, signo de los que se acercan a la Iglesia, la casa abierta del Señor donde
todos caben, todos tienen su lugar. En la Iglesia, el centro es Jesucristo, y desde El estamos llamados a
ser signo de unidad y amor. San Pablo lo manifiesta con la imagen del cuerpo donde cada uno tiene su
misión.
Hay muchos a nuestro alrededor que piensan que lo de creer no se lleva.
Benedicto XVI en la eucaristía de acción de gracias por el inicio de su pontificado entre otras cosas
dijo lo siguiente: “Hay muchas personas que viven una verdadera experiencia del desierto de la oscuridad
de Dios, del vacío de las almas que ya no tienen conciencia de la dignidad y del rumbo del hombre, por
ello la Iglesia en su conjunto y a nivel personal, han de ponerse en camino como Cristo para rescatar a
los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia
Aquel que no da la vida, y la vida en plenitud.” CIC 176
Nuestro mundo, nuestros hermanos los hombres, quizá hasta nosotros, necesitamos fe. Benedicto
XVI afirma que es un drama para el hombre el no-reconocimiento, la pérdida o la marginación del
primado de Dios.
Nosotros escuchamos la invitación del Señor a tener fe, pero tampoco entendemos muchas cosas,
nuestro mundo confunde y genera dudas. Necesitamos creer en el Camino, en la Verdad, en la Vida;
Vivimos sin meta, sin esperar nada, sin llegar a ningún lado. Vivimos sin referencia, todo es relativo,
todo lo basamos en lo sensible y creemos que todo se puede comprar. No sabemos vivir, tenemos
cuerpos sin Vida por que se dejan manipular, traer y llevar. Creando “absolutos” de lo que es “relativo” y
“relativos” de lo que es absoluto.
No nos salta ninguna alarma cuando los cristianos que decimos creer en Dios como Señor de
nuestra vida, después vivimos sirviendo a otros señores y, se dice llamar cristiano, pero no perdona la
ofensa recibida; o dice ser cristiano pero no celebra la Eucaristía cada domingo, o dice creer, pero eso de
la resurrección es mucho creer,…nosotros también necesitamos pedirle al Señor como sus discípulos:
“Señor, auméntanos la fe”, “Señor, que me fe sea vida
 ¿Cómo definir la fe?
La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él. La fe es un acto de la libertad, nadie
puede darnos o quitarnos la fe. Es Cristo quien “inició y completa nuestra fe” (Heb 12,2) en Él encuentra
su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. El primer acto con el que se llega a la fe
es don de Dios y acción de la gracia que actúa y transforma a la persona hasta en lo más íntimo.
La fe, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, es una adhesión del hombre entero a Dios que
se revela. Comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha hecho
de sí mismo mediante sus obras y palabras.
La fe es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que
Dios hace por nosotros. Reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia.
Hemos de recibir la formación necesaria para saber dar razón de su fe, especialmente aquellos
que les toca ser testigos del Dios vivo en lugares donde se rechaza la fe, o se quiere ignorar.
Uno de nuestros propósitos ha de ser, el de la formación, conocer los contenidos fundamentales de la
fe. En el Catecismo están sintetizados formando cuerpo. Conocer, también, los textos del Magisterio de
la Iglesia sobre doctrina social, o sobre el valor de la Vida, sobre la dignidad de la mujer, sobre el sentido
del dolor,…
Dice Benedicto XVI a los obispos en Porta Fidei, 8: “Es necesario intensificar la reflexión sobre la
fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y
vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo.” Esto
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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que nos dice Benedicto XVI en Porta fidei, porque no se trata sólo de saber, hay que dar el paso de vivir
y esto, en parte, es don de Dios;”Cuenta San Lucas que mientras Pablo se encontraba en Filipo, fue un
sábado a anunciar el Evangelio a algunas mujeres; entre estas estaba Lidia y el “Señor le abrió el corazón
para que aceptara lo que decía Pablo” (He 16,14).
San Lucas enseña, -continua diciéndonos el Papa-, que el conocimiento de los contenidos que se han
de creer no es suficiente si después el corazón, auténtico sagrario de la persona, no está abierto por la
gracia que permite tener ojos para mirar en profundidad y comprender que lo que se ha anunciado es la
Palabra de Dios.
No nos puede bastar el “saber”, tenemos que “ser”, que en el acercamiento al conocimiento de
los contenidos de la fe, a la escucha de la Palabra,… también el Señor nos abra el corazón y no permita
que tanto como hemos recibido se quede sin dar fruto.
Te invita a hacer en esta tarde-noche la misma súplica de los Apóstoles: “Auméntanos la fe” (Lc
17,5) Está es la súplica de los discípulos a Jesús al percibir que solamente en la fe, don de Dios, podía
ayudarles a entender lo que veían para asimilarlo.
Posible compromiso:
Dejar unos minutos de silencio para que cada uno mentalmente piense en cómo dar un mayor
sentido a su fe.
Rezar juntos:
En las manos de María, ponemos la misión diocesana. A ella le pedimos que nuestra Iglesia formada por
nuestro Obispo, sacerdotes, religioso/as, consagrado/as, laicos se sientan ilusionados con la misión, y
nosotros peregrinos de la fe como ella para poder decir “Señor aquí estoy para hacer tu voluntad”.
Avemaría…
Día 2º
NACIDOS DE LA FUENTE BAUTISMAL.
Signo posible:
Poner recipiente con agua, si es el que se utiliza para bautizar mejor, sobre una mesa
rodeada de flores y candeleros.
Momento inicial de Oración:
Rezar juntos a dos coros el Salmo 41 de la Liturgia.
Coro 1: Como busca la
cierva corrientes de agua, así mi alma
te busca a ti, Dios mío;
Coro 2: Tiene sed de Dios, del Dios
vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro
de Dios?
Coro 1: Las lágrimas son mi pan
noche y día, mientras todo el día me
repiten: "¿Dónde está tu Dios?"
Coro 2: Recuerdo otros tiempos, y
desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del
grupo, hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza, en
el bullicio de la fiesta.
Coro 1: ¿Por qué te acongojas, alma
mía, por qué te me turbas? Espera en
Dios, que volverás a alabarlo: "Salud
de mi rostro, Dios mío".
Coro 2: Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo desde el Jordán y el
Hermón y el Monte Menor.
Coro 1 Una sima grita a otra sima con
voz de cascadas: tus torrentes y tus
olas me han arrollado.
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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Coro 2: De día el Señor me hará
misericordia, de noche cantaré la
alabanza del Dios de mi vida.
Todos: ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas? Espera en Dios,
que volverás a alabarlo: "Salud de mi
rostro, Dios mío".
Coro 1: Diré a Dios: "Roca mía, ¿por
qué me olvidas? ¿Por qué voy
andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo?"
Coro 2: Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
"¿Dónde está tu Dios?"
Exposición del tema.
Nuestro carnet de identidad cristiano fue expedido el día de nuestro Bautismo. Ese día
comenzó nuestro camino de seguimiento al Señor.
El Bautismo de Jesús es narrado por los cuatro evangelistas y marca el inicio del ministerio
apostólico de Jesús. Su misión consiste en dar a conocer el amor de Dios Padre y su designio de
salvar a todos.
Detengamos nuestra mirada en la escena del Bautismo de Jesús que narra el evangelista San
Mateo (3,13-17).
Se puede leer la narración
Contenidos
En el Bautismo de Jesús se manifiesta el misterio de su persona y misión. El es el Cristo,
Mesías, hijo de Dios, Profeta, Siervo, Rey, que vence el mal y la muerte. Anunciado por los
Profetas y esperado por el pueblo de Israel.
En nuestro Bautismo, participamos del bautismo de Jesús. Es necesario, que ahora, una
vez más, se tome conciencia del Bautismo y la condición de seguidores de Jesús. El Señor nos
ha llamado a seguirle para vivir como El, aprendiendo a vencer el mal con el amor de El recibes.
El te llama a crecer en una vida nueva, una vida de comunión con Dios y el prójimo.
El carnet de identidad de Jesús: representante de Dios, hijo de Dios, y representante de
los hombres, hijo del hombre. El es nuestro modelo de identidad. Hijo de Dios y al mismo
tiempo hijo del hombre. En El se cumplen las Escrituras.
Toda la Biblia, palabra revelada de Dios, tiene a Cristo y su mensaje de salvación por
centro. Nuestro bautismo nace del bautismo de Jesús y nos traslada del mundo del pecado al
mundo de Jesús.
Es necesario tomar conciencia del Bautismo si queremos imitar a Cristo, convertirnos
en discípulos suyos. Formarnos en este sentido es más que un simple deseo, es una necesidad
indispensable para vivir con compromiso de fe la vida cristiana.
Seguir a Jesús no es seguir una doctrina únicamente, o la realización de prácticas de
piedad, o cumplimiento de algún rito. Es más. Implica el seguimiento de la persona de Jesús no
por un tiempo o por una circunstancia concreta, sino toda la vida. Y, desde Jesucristo, asumir su
enseñanza. El seguir a Jesús tiene que ver con la cruz.
¿Cómo vivir este seguimiento en nuestra sociedad actual donde hay secularismo,
indiferencia, individualismo…? Es una tarea difícil, pero no imposible porque podemos vivirlo
ayudados por la gracia de Dios. Si te consideras autosuficiente no podrás ser discípulo del
Señor. Pero, si te sabes necesitado y humilde Dios no te abandonará y te abrirá la puerta de su
corazón
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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Con la mirada puesta en los santos y mártires algunas indicaciones para seguir a Jesús:
- El Bautismo es la raíz de la vocación a la santidad. Los santos y mártires los que han
vivido de modo coherente su bautismo, han sabido poner en práctica el Evangelio en su vida
cada día.
- Los santos están ante el rostro del Señor y rezan por nosotros, por el mundo entero.
- El bautismo nos hace miembros de Cristo y de la comunidad. La fuente bautismal nos
da la gracia y nos convierte en discípulo misionero. En la misión a la que somos llamados
estamos obligados a compartir lo que hemos recibido: la experiencia del amor de Dios.
- La santidad no es una meta reservada a los santos, sino a todos para que seamos santos.
El Concilio Vaticano II nos lo recuerda diciendo que nadie está excluido de ser santo.
- Cristo nos invita también a nosotros a seguirlo. Creer en él es ponerse en camino y seguir
sus huellas. EI auténtico seguidor de Cristo es, en primer lugar, aquel que tiene las actitudes
fundamentales que vivió Jesús: de servicio, solidaridad, liberación, perdón, obediencia y
entrega total a Dios y a su proyecto de salvación.
-
El seguidor de Jesús, en segundo lugar, es un testigo del Evangelio que se pone a anunciar
y construir el Reino de Dios que está ya en marcha. El seguimiento es un CAMINO DE CRUZ
Y SERVICIO. El seguidor no puede esperar mejor suerte que Jesús. El seguimiento exige renuncia,
pobreza, humillación, sacrificio. Cruz y servicio son los signos del verdadero seguidor de Cristo.
ERES DISCÍPULO DE JESÚS SI…
1.- Prestas a Cristo tus manos para que siga acogiendo y acariciando a los sin rostro atrayente…
si prestas a Cristo tus labios, tu corazón, tu ser entero, para que siga amando a los desheredados
de caricias y de los más elementales cuidados.
2. Pasas por la vida disminuyendo las tristezas y las penas de los hermanos.
3. Tienes las manos abiertas para acoger, acariciar, levantar, sostener y ayudar a los débiles y
pequeños.
4.- Pasas por este mundo brindando alegría y disminuyendo las tristezas de los esclavizados de
la sociedad de consumo.
5. Te haces fortaleza para el débil, amistad para el abandonado y sonrisa para el desilusionado.
6.- Vives todo esto desde tu corazón como discípulo de Jesús
ORACIÓN
Señor Jesús, a tu paso por el mundo,
inauguraste un nuevo estilo de ser persona;
una forma nueva de ser hombre entre los hombres.
Renunciaste al poder y al tener.
Señor Jesús, como ayer, hoy nos dices: veniros conmigo;
no traigáis ni cayado de mando ni cartera;
Desde hoy nos vamos contigo.
Tú lograrás que los sin amor de esta tierra seamos tu amor;
los deformes y feos, tu hermosura;
los inquietos, tu descanso; los sin palabra, tu palabra".
Te seguiremos a donde vayas.
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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Día 3º
CELEBRAR LA FE
Signo posible: Cirio Pascual
Introducción del tema: Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres no
aisladamente sino constituyendo un pueblo que le confesara en verdad y le sirviera con una vida
santa. Así lo recoge el Concilio Vaticano II en la Constitución sobre la Iglesia, Lumen Gentium,
9.
Cuando un creyente dice Creo, debe pensar que su credo es el mismo de la Iglesia.
Momento inicial de oración.
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad,
todo mi haber y poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponedlo para
vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia que esto me basta.
Exposición del tema:
Celebrar la fe es vivir la fe desde la afectividad y el sentimiento. Es necesario tener el corazón
configurado con el de Jesucristo, que a su vez está configurado con el de Dios. ¿Dónde encontramos la
“forma” de Dios? En su Palabra que se hace alimento y en la entrega eucarística
Contenidos
¿Qué significa “celebrar la fe”?, ¿la fe se celebra?,…
 ¿Qué es celebrar?
Es la manera de expresar lo que las palabras no pueden abarcar. Celebramos cuando las
palabras no expresan suficientemente lo que queremos trasmitir.
Celebrar es hacer fiesta y hacer participes a otros de lo que para nosotros es motivo de
gozo y alegría, aquello que no nos podemos callar por que nos brota comunicarlo, compartirlo.
¡Esto hay que celebrarlo! –es una expresión que nos gusta usar tras un acontecimiento
personal o familiar que le dan a la vida y al día a día un tono festivo y alegre.
Es cierto que cada día deberíamos celebrar el don de la vida que se nos regala, el
alimento, el cariño de las personas cercanas,…pero solemos esperar a acontecimientos más
significativos que varían según culturas y mentalidades, pero desde tiempo inmemorial el
hombre siente la necesidad de celebrar, de abrirse al gozo y compartir.
Celebrar no es repetir siempre lo mismo, aunque lo parezca
-
Celebrar es:
participar en lo que pasó. Una manera de ser protagonistas hoy de lo que pasó un día
recordar el amor que Dios siente por nosotros
Entrar en el misterio de Dios, en el amor de Dios.
Meternos en el misterio de Dios, que aunque parezca igual siempre, no es igual en el sentido
de que cada celebración la vivimos de forma nueva.
 ¿Tenemos los cristianos motivos para celebrar?
Los cristianos creemos en el amor inmenso que Dios nos tiene, esto debería ser motivo para
hacer fiesta continuamente.
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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Los cristianos, por la fe, creemos en un Dios que lleva nuestro nombre tatuado en la palma de su
mano. Cf. Is 49,16.
Nos dice San Juan en su evangelio: “Tanto amó Dios al mundo que nos envió a su propio hijo
para que ninguno perezca”. Jn. 3,16.
Esta tarde podemos escuchar la invitación del Señor a celebrar la fe, a gozarnos de creer en nuestro
Dios. Se nos regalan estos días de Misión para descubrir y profundizar esta llamada del Señor, para
experimentar el gozo y la alegría de creer, para hacer fiesta, celebrar. Ninguno debemos quedar
indiferentes, debemos sentir que Jesús nos mira y nos invita: “Celebra tu fe, actualiza el amor”.
Celebrar la fe es exigente, no se me da hecho, quizá vivimos un tanto acomodados a nuestra fe “de
siempre”. “Si yo ya creo, pero…”, “Si yo sé que Dios existe, pero…”, “Si yo soy muy creyente,
pero…”,…
Mirando a nuestro alrededor.
Hay cristianos que:
 se bautizan, casan, se entierran por la Iglesia… pero no son practicantes, no celebran
litúrgicamente la fe con la Iglesia.
 por vergüenza, falta de hábito… solo celebran la fe de forma puntual: entierros, bosas,
misas difuntos… fiestas grandes
 sin embargo, los hay que son perseverantes en la celebración, y tienen la Eucaristía en
grado muy alto, como alimento de su fe y compromiso cristiano.
 Y con cierto grado de compromiso en sus parroquias llevando algunas celebraciones
litúrgicas: rosario, viacrucis…
Pero la fe que no se vive con gozo, la fe que no se celebra es una fe muerta,
acomodada, estancada,…y termina rancia, oliendo mal.
 Entonces, ¿qué es celebrar la fe?
Celebrar la fe es dejar que el corazón se abra de lleno a Dios y entonces notaremos como él
solito, nuestro corazón, hace la fiesta, porque no se puede callar, esconder,…ya lo dice Jesús que no se
enciende una lámpara para guardarla debajo del celemín, sino para que alumbre a todos los de la casa.
Así nuestra vida de fe, esta debe ser luz para los demás. Cf. Mt 5,14
Debemos pedir como fruto de esta Misión, que el Señor nos haga redescubrir el gozo de la fe, el
gozo de creer, el gozo de celebrar la fe. Somos eslabón de una cadena de hombres y mujeres que a lo
largo de la historia han CELEBRADO LA FE, HAN ACTUALIZADO EL AMOR y han sido para los
que vamos detrás un testimonio de Vida del que ahora nosotros nos alimentamos y ahora nosotros
debemos ser luz y fuerza para que las generaciones futuras celebren la fe, actualicen el amor.
Escuchemos la invitación del Señor para que tu fe sea una fe viva, comprometida, confiada,
que debes celebrar,
Él quiere contar con nosotros, no importa la edad, ni la salud,…para el Señor sólo cuenta el
amor del corazón. Ha visto que hay amor en tu corazón, aunque parezca vacilante, pero estás aquí.
Vamos durante estos días a hacer resurgir tu vocación bautismal, para que se avive tu fe, para que hagas
fiesta por ella, para que no la guardes,...
El encuentro con Jesús, la comunión con El, conduce a celebrar su presencia salvífica en los
sacramentos y particularmente en la Eucaristía... Es una exigencia del Bautismo, del sacerdocio
bautismal.
Interrogantes a hacer
¿Puede haber vida cristiana sin sacramentos? NO
¿Puede haber vida cristiana sin el encuentro personal con Jesús? No
¿Puede haber vida cristiana sin participar en la Eucaristía? NO
¿Puede haber vida cristiana sin participar en la vida litúrgica de la Iglesia? DIFICILMENTE
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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La fe se celebra de muchas formas y maneras, pero la principal y esencial es cuando celebramos
el Misterio de nuestra Fe, cuando celebramos la Eucaristía.
Celebrar la Eucaristía es entrar en la dimensión del misterio que nos trasciende, nos sobrecoge y
toda nuestra persona participa de esta celebración. No puede uno celebrar sólo de cabeza o solo con el
cuerpo. Para celebrar plenamente y de verdad debemos celebrar con cuerpo y espíritu, reconociendo cada
signo, cada gesto, cada palabra como expresión de la fe, una fe que comienza entrando por los sentidos,
principalmente por el oído,-cf. Rom 10,17-, pero sin descartar la importancia de la fe que se ve, de ahí la
importancia cuando hablamos de “Fe que se celebra, amor que se actualiza.” Está estrechamente
relacionado, si la fe no se celebra el amor no se actualiza y viceversa, si el amor no se actualiza, nuestra
fe no está siendo celebrada sinceramente, es mero ritualismo.
Celebra la fe celebrando con todas tus capacidades físicas y espirituales la Eucaristía, celebra
escuchando la Palabra que como lluvia quiere empapar tu corazón de gozo, cf. Is 55,10. Celebra
confesando como Tomás: “Señor mío y Dios mío”. Jn. 20,28 Celebra acercándote al perdón de Dios en
el sacramento de la misericordia, celebra formando familia que comparte la fe y se convierte en lugar por
excelencia para actualizar el amor.
No te guardes el gozo de creer, celebra tu fe.
ORAMOS JUNTOS: Llenos del Espíritu Santo, te pedimos Señor por mediación de San Fulgencio y
Santa Florentina, nuestros Patronos, realizar la misión diocesana como discípulos y misioneros de la fe,
siendo sal y luz para nuestros hermanos. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Día 4º
ACTUALIZANDO EL AMOR
Signo posible:
Aguamanil y jofaina colocada sobre una mesa con mantel y candeleros
Momento inicial de oración: (Lectura Mc. 6,34-44)
Breve momento de silencio para interiorizar la palabra.
Introducción del tema:
El pasaje bíblico escuchado nos muestra la compasión y la forma de actuar de Jesús. El
amor no olvida las necesidades humanas. ¿Qué lugar ocupa en ti y en nuestra Parroquia
las personas que sufren? ¿Cómo transmitirles esperanza?
O bien, (Si hay posibilidad se puede empezar escuchando o proyectando “El amor transforma
en milagro el barro” de Alex Segrelles.)
Contenidos
“Fe
que se celebra, amor que se actualiza”. Es esencial este binomio para la vida
cristiana, para que la vida cristiana sea vida y no mera apariencia. En el Año de la fe
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia.
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Benedicto XVI nos invitó a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del
mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que
salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf.
He 5,31). Para el apóstol, este Amor lleva al hombre a una nueva vida. La “fe que actúa por el
amor” (Gal 5,6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda
la vida del hombre (cf. Rom 12,2; Col 3,9; Ef 4,20; 2Cor 5,17).
“El amor de Cristo nos urge” 2Cor 5,14): es el amor de Cristo el que llena nuestros
corazones y nos impulsa a evangelizar. Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de
cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y la confía el anuncio del Evangelio, con
un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial
más convencido a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y
volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. El compromiso misionero de los
creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar.
La fe, en efecto, crece cuando se vive la experiencia de un amor que se recibe y se comunica
como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la
esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los
que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos.
Para actualizar el amor se debe llevar siempre consigo la imagen de Cristo que se entrega
hasta dar la vida y no escatimó el sufrimiento, pasó por la más atroz de las injusticias, por la
humillación más humillante, no conoció el pecado, pasó por pecador y esto por Amor. Amor
se escribe con mayúscula, amor limpio, libre, verdadero, fuerte,… es el amor que Dios tiene
por cada criatura soñada y creada por Él.
Si existes es porque fuiste amada por Dios. “Dios es amor” nos dice San Juan y no
“sabe” hacer otra cosa que amar, es su esencia; te ama, ama a cada persona y busca su
salvación; que goces un día de la Vida eterna que Cristo con su vida, pasión, muerte y
resurrección te alcanzó.
Para actualizar el amor hemos de darle a nuestro corazón forma de altar y estar en
ofrenda permanente, que nada de cuanto hacemos se pierda, todo Por Cristo, Con Él y En Él.
Todo con el sello del amor, con el signo de que somos hijos de tal Padre y hermanos del tal
Hijo.
Es la Eucaristía el sello del amor más grande. La muestra del amor sin medida. ¿Podía
Dios, hacernos entender, de otra manera, hasta donde nos amaba? Seguro que sí, pero de esta
manera podemos palpar su amor.
Es esencial para la vida cristiana, para que la vida cristiana se viva con intensidad, de
manera integral, dejando que afecte a los sentidos, a la mente, a la voluntad, a toda la
persona,…entender y acoger la Eucaristía, contemplar este Misterio con el corazón descalzo,
reconociendo que el lugar que pisamos es lugar sagrado.
El cristiano que no alimenta su vida del Misterio de la Eucaristía no puede vivir el amor
al estilo del Maestro, no puedo actualizarlo.
Corremos el peligro de ir guardando en nuestro corazón experiencias de desamor,
aquello para lo que no hemos sido creados; guardando rencores, miedos, complejos, culpas,
prejuicios,…nos mantenemos en la superficie de los sentimientos porque cree uno estar más
cómodo y es donde parece “están todos”. A veces parece que el hombre ha perdido de su
corazón la capacidad de amar de verdad, con compromiso, con sacrificio, con exigencia, no
dependiendo de “lo que siente en ese momento”. No se lleva “amar” y es algo vital para el
hombre. Amar al estilo de nuestro modelo. Recordar que somos imagen y semejanza de Dios.
San Pablo nos recuerda qué es el amor en 1Cor 13, 1-13. Un texto muchas veces leído,
pero quizá no tanto acogido para ser vivido.
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de10
Plasencia.
“AMOR QUE SE ACTUALIZA.”
¿Cómo? En los pequeños detalles del día a día. El amor no se improvisa, no
puede uno dejar para mañana la tarea de amar. Es concreto y sensible en la
familia, en el trabajo, en los encuentros con los amigos y con los que no son tan
amigos,…
El amor se actualiza en el perdón. “Hasta 70 veces siete.” Mt 18,13; “Padre,
perdónales porque no saben lo que hacen.” Lc. 23, 34, Oveja perdida, Padre
misericordioso,….
El amor se actualiza en la escucha.
El amor se actualiza en el trato respetuoso.
El amor se actualiza siendo sinceros y delicados.
El amor se actualiza regalando una sonrisa.
El amor se actualiza con la mirada.
El amor se actualiza sabiendo acoger.
El amor se actualiza buscando siempre y en todo, el bien de la otra persona, sea
quien fuere.
El amor se actualiza cuando uno descubre a Dios en el otro.
El amor se actualiza cuando se está cerca de los que sufren por no tener trabajo,
enfermedad, soledad, precariedad en las relaciones familiares, no encontrar
sentido a la vida, pobreza económica y espiritual….
El toque que da la fe a todo esto es esencial. La fe hace estable el amor, da
profundidad, sentido, trascendencia, un modelo, la fuerza que necesita,…si la fe
no se celebra, el amor no se actualiza y si el amor no se actualiza, nuestra fe no
está siendo bien celebrada.
“El amor de Dios ha sido derramado en vuestro corazones por el Espíritu
Santo que se nos ha dado”. Por la fe, habita en nosotros el amor de Dios, su mismo
Espíritu que nos capacita para el amor verdadero, el que da la vida, el que se
entrega sin medida, sin esperar nada a cambio.
Nuestro amor se actualiza si acogemos a Dios en nuestras vidas. Yo
conozco y reconozco mi límite, sólo la experiencia de ser amado puede abrirme al
Amor. Sólo creer en Cristo puede capacitarme para amar.
La grandeza del corazón se mide por la capacidad de amar y perdonar. Sólo
Dios sabe lo que pasa por el corazón de las personas. El que ama de verdad lo da
todo. Si se tiene el amor de Cristo ¿se puede no amar?. El amor que más cuesta es
el cada día. La mayor alegría del cristiano: amar a Dios y a los hermanos. El amor
a los hermanos pasa por el amor a Cristo.
Oración Final: Canto: Donde hay caridad y amor…
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de11
Plasencia.
Día 5º
ESTO SÓLO ES POSIBLE TRAS EL ENCUENTRO
Signo posible: colocar delante de la mesa el cartel del cuadernillo pastoral.
Canto: Id amigos por el mundo…
Invocación al Espíritu.
Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón del enfermo;
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Podríamos decir que “celebrar la fe, actualizar el amor” no es algo que se improvisa.
Creer es un don de Dios. Creer es fruto de un encuentro, nuestra fe no son palabras, no es un
objeto, es Alguien y sólo quien se ha encontrado con Él puede desear contagiarlo, celebrarlo.
Sólo quien ha hecho experiencia de encuentro puede actualizar el amor, hacerlo concreto,
presente en cada momento y circunstancia. Hoy vamos a reflexionar sobre la experiencia de
encuentro como algo esencial para poder celebrar la fe, una fe que brota del amor y que hace
brotar el amor:

¿Cuál es el gran don del Padre a los hombres?
El encuentro con Jesús, gracias a su Espíritu, es el gran don del Padre a los hombres.
Es un encuentro al cual nos prepara la acción de su gracia en nosotros. Es un encuentro en el
cual nos sentimos atraídos, y que mientras nos atrae nos transfigura, introduciéndonos en
dimensiones nuevas de nuestra identidad, haciéndonos partícipes de la vida divina.
Es un encuentro que no deja nada como era antes, sino que asume la forma de la
“metanoia”, de la conversión, como Jesús mismo pide con fuerza. Es un encuentro que nos hace
capaces de hacer cosas nuevas y de dar testimonio, gracias a la transformación de nuestra vida.”
Fijémonos en los inicios, Jesús eligió a los doce para que estuvieran con Él y después los
envió a evangelizar. Después designó a otros setenta y dos, para que fueran de dos en dos, con el
encargo de que dijeran a todos “está llegando el Reino de Dios”. No hay duda de que éste es el
gran anuncio de Jesús, lo que sus discípulos tenemos que seguir anunciando hasta el fin del
mundo. Para anunciar el Reino hay que vivirlo.
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de12
Plasencia.
Jesús vino para mostrarnos el rostro del Padre. Jesucristo, evangelio de Dios para el
hombre. Está es la Buena Noticia, no hay otra.
Hemos de, como cristianos y como comunidad, volver a beber de la fuente de nuestra fe,
y sólo así brotará el deseo de celebrarla y como consecuencia se actualizara nuestro amor. Quien
no alimente su fe y se alimente de ella no puede responder a la invitación del Señor.
Fe que se celebra, amor que se actualiza AL EVANGELIZAR

¿Qué es evangelizar?
Evangelizar es ayudar a descubrir la belleza de la fe cristiana y la alegría del encuentro
personal con el Señor, en la Iglesia, comunidad de los fieles. Evangelizar es un acto de amor, de
compasión, de alabanza de Dios y de misericordia con el hermano necesitado.
Evangelizar es llevar al encuentro, porque la fe cristiana no es sólo una doctrina, una
sabiduría, un conjunto de normas morales, una tradición. La fe cristiana es un encuentro real,
una relación con Jesucristo. Transmitir la fe significa crear en cada lugar y en cada tiempo las
condiciones para que este encuentro entre los hombres y Jesús se realice. Evangelizar es
conducir a una persona hacia la fuente de la Vida. Esa fuente que no se agota.
El evangelizador bebe del agua que Cristo hizo brotar de su costado, un agua que da
Vida Eterna y que por el Bautismo todos hemos sido inmersos en esta fuente de Vida y se
convierte en surtidor de agua que salta hasta la Vida eterna, nos dice Jesús en el evangelio de
Juan. De esa agua que lleva dentro el evangelizador da a beber.
Toda persona tiene el derecho de escuchar el Evangelio ofrecido por Dios para la
salvación del hombre. El Evangelio es el mismo Jesucristo. Como la Samaritana junto al pozo,
también la humanidad de hoy tiene necesidad de sentirse decir las palabras de Jesús «Si
conocieras el don de Dios» (Jn. 4, 15). Estas palabras fueron recogidas en el Sínodo de la
Nueva Evangelización, y deben producir en nosotros el mismo deseo de la samaritana: «Señor,
dame de esa agua, para que no tenga más sed» (Jn. 4, 15)
Se trata de anunciar el Reino de Dios con la vida, porque creemos amamos, porque
amamos vivimos la fe.
La evangelización, evangelizar, tiene que ser obra de discípulos fieles, entusiasmados
con la persona y el mensaje de Jesús, desprendidos del mundo, libres de toda consideración
humana, arrebatados por el Espíritu de Jesús, movidos por el amor a Jesucristo y a los hermanos,
con el corazón puesto en la vida eterna, dispuesto literalmente a dar la vida por la difusión del
evangelio y el reconocimiento de la gracia y de la bondad de Dios. La evangelización es obra de
santos y de mártires.
Jesús quiere contar contigo, quiere contar con vosotros como comunidad
parroquial,…”Id también vosotros a mi viña” nos dice Jesús como a los hombres de se
encontraban a distintas horas del día en la plaza sin trabajar.
Está es una llamada a la santidad y conversión personal. Se trata de conversión al amor
de Dios y al amor de nuestros prójimos, amor a Jesucristo que murió por todos.
Afirma Mons. D. Fernando Sebastián que habrá evangelización en la medida en que
haya cristianos (laicos, religiosos y sacerdotes) que se abran al espíritu de Dios y decidan poner
su vida de manera efectiva al servicio de las necesidades del Reino.
Jesús nos envía como Él mismo fue enviado por el Padre, con el mismo mensaje, con el
mismo fin, para que sean uno como Él es uno con el Padre, para que el mundo crea que Él ha
sido enviado por Dios para manifestarles la gracia y el amor de Dios, el don del Espíritu y las
promesas de vida eterna.
La fidelidad del mensajero no es solamente una fidelidad doctrinal, teórica, se trata más
bien de una fidelidad vital, integral, sin la cual el mensajero no es capaz de entender la sabiduría
escondida ni puede tampoco anunciarla. La fidelidad es fruto del amor.
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de13
Plasencia.
No podemos quedarnos indiferentes tras estos días de Misión, estos días donde hemos
querido avivar el fuego del corazón, despertar al gozo de creer, abrir los ojos a la experiencia de
un amor que transforma y renueva, un amor que se recibe en la medida que se da, ¡que curioso!.
Han sido unos días sencillos, sin grandes pretensiones, con un deseo muy grande de
multiplicar el don recibido, dar gratis lo que gratis hemos recibido, la fe y el amor que da
sentido a nuestro día a día por humilde y sencillo que pueda resultar.
Evangelizar teniendo en cuenta estos desafíos:
- El desafío del relativismo que pregona que todo es relativo y que no hay nada absoluto.
- El desafío de la ignorancia religiosa. No se conoce la fe y se cree menos. La misión es
una buena oportunidad para proponer la fe y descubrir cómo hay personas que tienen
hambre de Dios.
El desafío de una cultura que ignora lo cristiano. Parece que solo es noticia las cosas
de la Iglesia cuando hay escándalo o agonía papal. Se ha poner el acento en que lo importante
es estar "a favor de" y nunca poner el acento en estar "en contra de".
Oración final
Señor Jesús.
Tú sabes lo pequeño y pobre que soy.
Lo que me cuesta vivir la fe
y darla a conocer a otros.
Envía sobre mí tu Espíritu, quiero confiar
en tu presencia y en tu fuerza,
para participar de tu misión,
cuenta con mis labios, mi cuerpo,
mi vida entera.
para anunciar tu Buena Noticia. AMÉN
Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de14
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