Catequesis de Adultos. Interesa mucho no perder de vista los siguientes objetivos/Propósitos en todos los temas 1. Iniciar en el compromiso apostólico y misionero de la Iglesia como "confesión de su fe" par hacer cristianos "militantes", activos dentro y fuera de la Iglesia2. Búsqueda y aceptación de la vocación que Dios da a cada uno. 3. Plantearse a Jesús como Señor.: creyentes y alejados para poder llegar a una fe de seguimiento y conversión. 4. Iniciación en la experiencia religiosa: en la oración y en la vida litúrgica. Procurar una participación activa y frecuente en la vida de la comunidad: Dando razón de la fe: "profesión" de fe, celebrando la fe: oración y sacramentos, viviéndola en relación con el mundo, de forma comprometida: compromiso, para llegar a ser persona cristiana con un estilo, valores… propios de una persona creyente. Día 1º “FE QUE SE CELEBRA, AMOR QUE SE ACTUALIZA” Signo posible: Atril con la Biblia abierta adornada con flores y candeleros. Momento inicial de Oración: Monición: Nuestra Diócesis nos ha invitado a realizar un camino conjunto de renovación interior para ser mejores discípulos misioneros. Ese es el fin de la Mision diocesana. El tema de hoy, lleva por título “Fe que se celebra, amor que se actualiza”. Pidamos al Señor que cada uno de nosotros saque el mejor provecho espiritual. Comencemos rezando para que así sea. Rezar juntos: Señor y Dios Nuestro, te pedimos especialmente por nuestra Iglesia Diocesana presidida por nuestro Obispo Amadeo, para que el itinerario de renovación interior de esta Misión popular dé frutos abundantes de conversión y juntos asumamos el compromiso bautismal de ser auténticos cristianos. Padrenuestro… Gloria al Padre… Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 1 Exposición del tema. “FE QUE SE CELEBRA, AMOR QUE SE ACTUALIZA“. Bajo este lema estamos celebrando nuestra Misión evangelizadora diocesana y durante estos días queremos celebrar la fe y actualizar el amor. En estos días, lo fundamental va a ser la misión, por lo que se paralizarán algunas de las actividades apostólicas normales de nuestra Comunidad. Bajo el signo elegido para la misión descubriremos lo esencial de la vida cristiana: la fe y su fruto: el amor. La idea de la paralización temporal de las actividades pastorales la hemos recogido del Papa emérito Benedicto XVI que en su día convocó a toda la Iglesia universal a hacer una parada con el fin de “tomar el pulso” y descubrir sin prisas ni agobios el dónde estamos y hacia dónde queremos ir, pues a veces, se vive la vida cristiana impulsada por el agobio, las prisas, la necesidad de hacer, la angustia por no saber si se está haciendo bien… Estos días de misión serán días para el silencio, meditación, encuentro, reflexión conjunta… sobre la fe que se celebra y el amor que se actualiza. Te invitamos a llenarte de esperanza, optimismo, a ver las cosas de forma positiva… y sobre todo como gracia del Señor. Contenidos Benedicto XVI es su carta Porta Fidei con la que convocó el Año de la Fe dijo: “Deseamos que este Año de la Fe suscite en todo creyente la aspiración de confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía. Al mismo tiempo, esperamos que el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble.” Se trata de conocer, celebrar, vivir y orar nuestra fe, el don más preciado que tenemos los cristianos. Otro hecho muy importante que recientemente ha vivido la Iglesia universal ha sido el Sínodo de Obispos sobre cómo hacer para que la Nueva Evangelización sea la respuesta a la crisis de fe actual. El reto de la Evangelización hoy no se debe olvidar ni mucho menos infravalorar. Hoy la transmisión de la fe reclama que se “vuelva” a la mirada a cómo lo hicieron los primeros cristianos y con nuevos métodos, ardor y expresión se utilicen en el aquí y ahora actual. La Buena Noticia es la misma ayer, hoy y siempre, porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre dice el autor de la Carta a los Hebreos (13,8). Por lo tanto, como dijo Benedicto XVI, lo nuevo está en el ardor y celo en la vivencia de la fe. Nuestro obispo también desea ardientemente que nuestra diócesis se ponga en clima de Nueva evangelización, por eso estamos nosotros aquí, hemos recibido esa llamada y a su vez la compartimos con vosotros, para que juntos encendamos nuestro corazón de amor a Dios y de amor al hermano y así seamos testigos del Dios vivo, del Dios con nosotros. Es necesario, y muy importante que redescubramos la belleza del seguimiento de Cristo. Los laicos tenéis/tenemos un papel insustituible en esta tarea que nos confía el Papa como Iglesia universal y nuestro Obispo como iglesia particular. Ojala el Espíritu de Dios abra nuestra mente y nuestro corazón para que el ardor que abrasó a tantos santos y santas, a tantos creyentes de todos los tiempos, nuestra Diócesis viva con entusiasmo y esperanza la llamada de la Nueva Evangelización. Volviendo a nuestro lema: “Fe que se celebra, amor que se actualiza.” En torno a la fe. Muchísimas escenas sagradas sacadas de las Sagradas Escrituras se podrían poner hablar de la fe y del amor: conversión de la Samaritana, Zaqueo, el ciego de Jericó, las vírgenes prudentes y necias… Piensa en estos momentos en otras que recuerdes. ¿Recuerdas el relato de los Magos de Oriente? Si se considera oportuno se puede leer según San Mateo (2,1-12) Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 2 San Mateo intenta hacer ver a los destinatarios de su evangelio que la salvación de Dios e para todos. Por lo tanto, todos deben buscar a Dios con corazón limpio. La figura de los Magos y su camino, puede ser imagen de nuestro proceso personal de fe, nuestra búsqueda de Dios, de ponernos en camino y tener un encuentro personal con Jesús. Es, también, modelo de aquellos que buscan más allá de lo que se ve. Interrogantes a suscitar: 1.- ¿Tengo mi corazón y mis ojos abiertos para ver a Dios. 2.- ¿Estás dispuesto a seguir al Señor de verdad? ¿Qué cosas tienes que dejar para tener una fe más viva? ¿Te sientes comprometido con tú Parroquia? Los Magos se acercan a Belén, signo de los que se acercan a la Iglesia, la casa abierta del Señor donde todos caben, todos tienen su lugar. En la Iglesia, el centro es Jesucristo, y desde El estamos llamados a ser signo de unidad y amor. San Pablo lo manifiesta con la imagen del cuerpo donde cada uno tiene su misión. Hay muchos a nuestro alrededor que piensan que lo de creer no se lleva. Benedicto XVI en la eucaristía de acción de gracias por el inicio de su pontificado entre otras cosas dijo lo siguiente: “Hay muchas personas que viven una verdadera experiencia del desierto de la oscuridad de Dios, del vacío de las almas que ya no tienen conciencia de la dignidad y del rumbo del hombre, por ello la Iglesia en su conjunto y a nivel personal, han de ponerse en camino como Cristo para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que no da la vida, y la vida en plenitud.” CIC 176 Nuestro mundo, nuestros hermanos los hombres, quizá hasta nosotros, necesitamos fe. Benedicto XVI afirma que es un drama para el hombre el no-reconocimiento, la pérdida o la marginación del primado de Dios. Nosotros escuchamos la invitación del Señor a tener fe, pero tampoco entendemos muchas cosas, nuestro mundo confunde y genera dudas. Necesitamos creer en el Camino, en la Verdad, en la Vida; Vivimos sin meta, sin esperar nada, sin llegar a ningún lado. Vivimos sin referencia, todo es relativo, todo lo basamos en lo sensible y creemos que todo se puede comprar. No sabemos vivir, tenemos cuerpos sin Vida por que se dejan manipular, traer y llevar. Creando “absolutos” de lo que es “relativo” y “relativos” de lo que es absoluto. No nos salta ninguna alarma cuando los cristianos que decimos creer en Dios como Señor de nuestra vida, después vivimos sirviendo a otros señores y, se dice llamar cristiano, pero no perdona la ofensa recibida; o dice ser cristiano pero no celebra la Eucaristía cada domingo, o dice creer, pero eso de la resurrección es mucho creer,…nosotros también necesitamos pedirle al Señor como sus discípulos: “Señor, auméntanos la fe”, “Señor, que me fe sea vida ¿Cómo definir la fe? La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él. La fe es un acto de la libertad, nadie puede darnos o quitarnos la fe. Es Cristo quien “inició y completa nuestra fe” (Heb 12,2) en Él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. El primer acto con el que se llega a la fe es don de Dios y acción de la gracia que actúa y transforma a la persona hasta en lo más íntimo. La fe, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, es una adhesión del hombre entero a Dios que se revela. Comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha hecho de sí mismo mediante sus obras y palabras. La fe es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia. Hemos de recibir la formación necesaria para saber dar razón de su fe, especialmente aquellos que les toca ser testigos del Dios vivo en lugares donde se rechaza la fe, o se quiere ignorar. Uno de nuestros propósitos ha de ser, el de la formación, conocer los contenidos fundamentales de la fe. En el Catecismo están sintetizados formando cuerpo. Conocer, también, los textos del Magisterio de la Iglesia sobre doctrina social, o sobre el valor de la Vida, sobre la dignidad de la mujer, sobre el sentido del dolor,… Dice Benedicto XVI a los obispos en Porta Fidei, 8: “Es necesario intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo.” Esto Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 3 que nos dice Benedicto XVI en Porta fidei, porque no se trata sólo de saber, hay que dar el paso de vivir y esto, en parte, es don de Dios;”Cuenta San Lucas que mientras Pablo se encontraba en Filipo, fue un sábado a anunciar el Evangelio a algunas mujeres; entre estas estaba Lidia y el “Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo” (He 16,14). San Lucas enseña, -continua diciéndonos el Papa-, que el conocimiento de los contenidos que se han de creer no es suficiente si después el corazón, auténtico sagrario de la persona, no está abierto por la gracia que permite tener ojos para mirar en profundidad y comprender que lo que se ha anunciado es la Palabra de Dios. No nos puede bastar el “saber”, tenemos que “ser”, que en el acercamiento al conocimiento de los contenidos de la fe, a la escucha de la Palabra,… también el Señor nos abra el corazón y no permita que tanto como hemos recibido se quede sin dar fruto. Te invita a hacer en esta tarde-noche la misma súplica de los Apóstoles: “Auméntanos la fe” (Lc 17,5) Está es la súplica de los discípulos a Jesús al percibir que solamente en la fe, don de Dios, podía ayudarles a entender lo que veían para asimilarlo. Posible compromiso: Dejar unos minutos de silencio para que cada uno mentalmente piense en cómo dar un mayor sentido a su fe. Rezar juntos: En las manos de María, ponemos la misión diocesana. A ella le pedimos que nuestra Iglesia formada por nuestro Obispo, sacerdotes, religioso/as, consagrado/as, laicos se sientan ilusionados con la misión, y nosotros peregrinos de la fe como ella para poder decir “Señor aquí estoy para hacer tu voluntad”. Avemaría… Día 2º NACIDOS DE LA FUENTE BAUTISMAL. Signo posible: Poner recipiente con agua, si es el que se utiliza para bautizar mejor, sobre una mesa rodeada de flores y candeleros. Momento inicial de Oración: Rezar juntos a dos coros el Salmo 41 de la Liturgia. Coro 1: Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; Coro 2: Tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Coro 1: Las lágrimas son mi pan noche y día, mientras todo el día me repiten: "¿Dónde está tu Dios?" Coro 2: Recuerdo otros tiempos, y desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo, hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. Coro 1: ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que volverás a alabarlo: "Salud de mi rostro, Dios mío". Coro 2: Cuando mi alma se acongoja, te recuerdo desde el Jordán y el Hermón y el Monte Menor. Coro 1 Una sima grita a otra sima con voz de cascadas: tus torrentes y tus olas me han arrollado. Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 4 Coro 2: De día el Señor me hará misericordia, de noche cantaré la alabanza del Dios de mi vida. Todos: ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que volverás a alabarlo: "Salud de mi rostro, Dios mío". Coro 1: Diré a Dios: "Roca mía, ¿por qué me olvidas? ¿Por qué voy andando, sombrío, hostigado por mi enemigo?" Coro 2: Se me rompen los huesos por las burlas del adversario; todo el día me preguntan: "¿Dónde está tu Dios?" Exposición del tema. Nuestro carnet de identidad cristiano fue expedido el día de nuestro Bautismo. Ese día comenzó nuestro camino de seguimiento al Señor. El Bautismo de Jesús es narrado por los cuatro evangelistas y marca el inicio del ministerio apostólico de Jesús. Su misión consiste en dar a conocer el amor de Dios Padre y su designio de salvar a todos. Detengamos nuestra mirada en la escena del Bautismo de Jesús que narra el evangelista San Mateo (3,13-17). Se puede leer la narración Contenidos En el Bautismo de Jesús se manifiesta el misterio de su persona y misión. El es el Cristo, Mesías, hijo de Dios, Profeta, Siervo, Rey, que vence el mal y la muerte. Anunciado por los Profetas y esperado por el pueblo de Israel. En nuestro Bautismo, participamos del bautismo de Jesús. Es necesario, que ahora, una vez más, se tome conciencia del Bautismo y la condición de seguidores de Jesús. El Señor nos ha llamado a seguirle para vivir como El, aprendiendo a vencer el mal con el amor de El recibes. El te llama a crecer en una vida nueva, una vida de comunión con Dios y el prójimo. El carnet de identidad de Jesús: representante de Dios, hijo de Dios, y representante de los hombres, hijo del hombre. El es nuestro modelo de identidad. Hijo de Dios y al mismo tiempo hijo del hombre. En El se cumplen las Escrituras. Toda la Biblia, palabra revelada de Dios, tiene a Cristo y su mensaje de salvación por centro. Nuestro bautismo nace del bautismo de Jesús y nos traslada del mundo del pecado al mundo de Jesús. Es necesario tomar conciencia del Bautismo si queremos imitar a Cristo, convertirnos en discípulos suyos. Formarnos en este sentido es más que un simple deseo, es una necesidad indispensable para vivir con compromiso de fe la vida cristiana. Seguir a Jesús no es seguir una doctrina únicamente, o la realización de prácticas de piedad, o cumplimiento de algún rito. Es más. Implica el seguimiento de la persona de Jesús no por un tiempo o por una circunstancia concreta, sino toda la vida. Y, desde Jesucristo, asumir su enseñanza. El seguir a Jesús tiene que ver con la cruz. ¿Cómo vivir este seguimiento en nuestra sociedad actual donde hay secularismo, indiferencia, individualismo…? Es una tarea difícil, pero no imposible porque podemos vivirlo ayudados por la gracia de Dios. Si te consideras autosuficiente no podrás ser discípulo del Señor. Pero, si te sabes necesitado y humilde Dios no te abandonará y te abrirá la puerta de su corazón Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 5 Con la mirada puesta en los santos y mártires algunas indicaciones para seguir a Jesús: - El Bautismo es la raíz de la vocación a la santidad. Los santos y mártires los que han vivido de modo coherente su bautismo, han sabido poner en práctica el Evangelio en su vida cada día. - Los santos están ante el rostro del Señor y rezan por nosotros, por el mundo entero. - El bautismo nos hace miembros de Cristo y de la comunidad. La fuente bautismal nos da la gracia y nos convierte en discípulo misionero. En la misión a la que somos llamados estamos obligados a compartir lo que hemos recibido: la experiencia del amor de Dios. - La santidad no es una meta reservada a los santos, sino a todos para que seamos santos. El Concilio Vaticano II nos lo recuerda diciendo que nadie está excluido de ser santo. - Cristo nos invita también a nosotros a seguirlo. Creer en él es ponerse en camino y seguir sus huellas. EI auténtico seguidor de Cristo es, en primer lugar, aquel que tiene las actitudes fundamentales que vivió Jesús: de servicio, solidaridad, liberación, perdón, obediencia y entrega total a Dios y a su proyecto de salvación. - El seguidor de Jesús, en segundo lugar, es un testigo del Evangelio que se pone a anunciar y construir el Reino de Dios que está ya en marcha. El seguimiento es un CAMINO DE CRUZ Y SERVICIO. El seguidor no puede esperar mejor suerte que Jesús. El seguimiento exige renuncia, pobreza, humillación, sacrificio. Cruz y servicio son los signos del verdadero seguidor de Cristo. ERES DISCÍPULO DE JESÚS SI… 1.- Prestas a Cristo tus manos para que siga acogiendo y acariciando a los sin rostro atrayente… si prestas a Cristo tus labios, tu corazón, tu ser entero, para que siga amando a los desheredados de caricias y de los más elementales cuidados. 2. Pasas por la vida disminuyendo las tristezas y las penas de los hermanos. 3. Tienes las manos abiertas para acoger, acariciar, levantar, sostener y ayudar a los débiles y pequeños. 4.- Pasas por este mundo brindando alegría y disminuyendo las tristezas de los esclavizados de la sociedad de consumo. 5. Te haces fortaleza para el débil, amistad para el abandonado y sonrisa para el desilusionado. 6.- Vives todo esto desde tu corazón como discípulo de Jesús ORACIÓN Señor Jesús, a tu paso por el mundo, inauguraste un nuevo estilo de ser persona; una forma nueva de ser hombre entre los hombres. Renunciaste al poder y al tener. Señor Jesús, como ayer, hoy nos dices: veniros conmigo; no traigáis ni cayado de mando ni cartera; Desde hoy nos vamos contigo. Tú lograrás que los sin amor de esta tierra seamos tu amor; los deformes y feos, tu hermosura; los inquietos, tu descanso; los sin palabra, tu palabra". Te seguiremos a donde vayas. Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 6 Día 3º CELEBRAR LA FE Signo posible: Cirio Pascual Introducción del tema: Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres no aisladamente sino constituyendo un pueblo que le confesara en verdad y le sirviera con una vida santa. Así lo recoge el Concilio Vaticano II en la Constitución sobre la Iglesia, Lumen Gentium, 9. Cuando un creyente dice Creo, debe pensar que su credo es el mismo de la Iglesia. Momento inicial de oración. Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponedlo para vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia que esto me basta. Exposición del tema: Celebrar la fe es vivir la fe desde la afectividad y el sentimiento. Es necesario tener el corazón configurado con el de Jesucristo, que a su vez está configurado con el de Dios. ¿Dónde encontramos la “forma” de Dios? En su Palabra que se hace alimento y en la entrega eucarística Contenidos ¿Qué significa “celebrar la fe”?, ¿la fe se celebra?,… ¿Qué es celebrar? Es la manera de expresar lo que las palabras no pueden abarcar. Celebramos cuando las palabras no expresan suficientemente lo que queremos trasmitir. Celebrar es hacer fiesta y hacer participes a otros de lo que para nosotros es motivo de gozo y alegría, aquello que no nos podemos callar por que nos brota comunicarlo, compartirlo. ¡Esto hay que celebrarlo! –es una expresión que nos gusta usar tras un acontecimiento personal o familiar que le dan a la vida y al día a día un tono festivo y alegre. Es cierto que cada día deberíamos celebrar el don de la vida que se nos regala, el alimento, el cariño de las personas cercanas,…pero solemos esperar a acontecimientos más significativos que varían según culturas y mentalidades, pero desde tiempo inmemorial el hombre siente la necesidad de celebrar, de abrirse al gozo y compartir. Celebrar no es repetir siempre lo mismo, aunque lo parezca - Celebrar es: participar en lo que pasó. Una manera de ser protagonistas hoy de lo que pasó un día recordar el amor que Dios siente por nosotros Entrar en el misterio de Dios, en el amor de Dios. Meternos en el misterio de Dios, que aunque parezca igual siempre, no es igual en el sentido de que cada celebración la vivimos de forma nueva. ¿Tenemos los cristianos motivos para celebrar? Los cristianos creemos en el amor inmenso que Dios nos tiene, esto debería ser motivo para hacer fiesta continuamente. Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 7 Los cristianos, por la fe, creemos en un Dios que lleva nuestro nombre tatuado en la palma de su mano. Cf. Is 49,16. Nos dice San Juan en su evangelio: “Tanto amó Dios al mundo que nos envió a su propio hijo para que ninguno perezca”. Jn. 3,16. Esta tarde podemos escuchar la invitación del Señor a celebrar la fe, a gozarnos de creer en nuestro Dios. Se nos regalan estos días de Misión para descubrir y profundizar esta llamada del Señor, para experimentar el gozo y la alegría de creer, para hacer fiesta, celebrar. Ninguno debemos quedar indiferentes, debemos sentir que Jesús nos mira y nos invita: “Celebra tu fe, actualiza el amor”. Celebrar la fe es exigente, no se me da hecho, quizá vivimos un tanto acomodados a nuestra fe “de siempre”. “Si yo ya creo, pero…”, “Si yo sé que Dios existe, pero…”, “Si yo soy muy creyente, pero…”,… Mirando a nuestro alrededor. Hay cristianos que: se bautizan, casan, se entierran por la Iglesia… pero no son practicantes, no celebran litúrgicamente la fe con la Iglesia. por vergüenza, falta de hábito… solo celebran la fe de forma puntual: entierros, bosas, misas difuntos… fiestas grandes sin embargo, los hay que son perseverantes en la celebración, y tienen la Eucaristía en grado muy alto, como alimento de su fe y compromiso cristiano. Y con cierto grado de compromiso en sus parroquias llevando algunas celebraciones litúrgicas: rosario, viacrucis… Pero la fe que no se vive con gozo, la fe que no se celebra es una fe muerta, acomodada, estancada,…y termina rancia, oliendo mal. Entonces, ¿qué es celebrar la fe? Celebrar la fe es dejar que el corazón se abra de lleno a Dios y entonces notaremos como él solito, nuestro corazón, hace la fiesta, porque no se puede callar, esconder,…ya lo dice Jesús que no se enciende una lámpara para guardarla debajo del celemín, sino para que alumbre a todos los de la casa. Así nuestra vida de fe, esta debe ser luz para los demás. Cf. Mt 5,14 Debemos pedir como fruto de esta Misión, que el Señor nos haga redescubrir el gozo de la fe, el gozo de creer, el gozo de celebrar la fe. Somos eslabón de una cadena de hombres y mujeres que a lo largo de la historia han CELEBRADO LA FE, HAN ACTUALIZADO EL AMOR y han sido para los que vamos detrás un testimonio de Vida del que ahora nosotros nos alimentamos y ahora nosotros debemos ser luz y fuerza para que las generaciones futuras celebren la fe, actualicen el amor. Escuchemos la invitación del Señor para que tu fe sea una fe viva, comprometida, confiada, que debes celebrar, Él quiere contar con nosotros, no importa la edad, ni la salud,…para el Señor sólo cuenta el amor del corazón. Ha visto que hay amor en tu corazón, aunque parezca vacilante, pero estás aquí. Vamos durante estos días a hacer resurgir tu vocación bautismal, para que se avive tu fe, para que hagas fiesta por ella, para que no la guardes,... El encuentro con Jesús, la comunión con El, conduce a celebrar su presencia salvífica en los sacramentos y particularmente en la Eucaristía... Es una exigencia del Bautismo, del sacerdocio bautismal. Interrogantes a hacer ¿Puede haber vida cristiana sin sacramentos? NO ¿Puede haber vida cristiana sin el encuentro personal con Jesús? No ¿Puede haber vida cristiana sin participar en la Eucaristía? NO ¿Puede haber vida cristiana sin participar en la vida litúrgica de la Iglesia? DIFICILMENTE Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 8 La fe se celebra de muchas formas y maneras, pero la principal y esencial es cuando celebramos el Misterio de nuestra Fe, cuando celebramos la Eucaristía. Celebrar la Eucaristía es entrar en la dimensión del misterio que nos trasciende, nos sobrecoge y toda nuestra persona participa de esta celebración. No puede uno celebrar sólo de cabeza o solo con el cuerpo. Para celebrar plenamente y de verdad debemos celebrar con cuerpo y espíritu, reconociendo cada signo, cada gesto, cada palabra como expresión de la fe, una fe que comienza entrando por los sentidos, principalmente por el oído,-cf. Rom 10,17-, pero sin descartar la importancia de la fe que se ve, de ahí la importancia cuando hablamos de “Fe que se celebra, amor que se actualiza.” Está estrechamente relacionado, si la fe no se celebra el amor no se actualiza y viceversa, si el amor no se actualiza, nuestra fe no está siendo celebrada sinceramente, es mero ritualismo. Celebra la fe celebrando con todas tus capacidades físicas y espirituales la Eucaristía, celebra escuchando la Palabra que como lluvia quiere empapar tu corazón de gozo, cf. Is 55,10. Celebra confesando como Tomás: “Señor mío y Dios mío”. Jn. 20,28 Celebra acercándote al perdón de Dios en el sacramento de la misericordia, celebra formando familia que comparte la fe y se convierte en lugar por excelencia para actualizar el amor. No te guardes el gozo de creer, celebra tu fe. ORAMOS JUNTOS: Llenos del Espíritu Santo, te pedimos Señor por mediación de San Fulgencio y Santa Florentina, nuestros Patronos, realizar la misión diocesana como discípulos y misioneros de la fe, siendo sal y luz para nuestros hermanos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Día 4º ACTUALIZANDO EL AMOR Signo posible: Aguamanil y jofaina colocada sobre una mesa con mantel y candeleros Momento inicial de oración: (Lectura Mc. 6,34-44) Breve momento de silencio para interiorizar la palabra. Introducción del tema: El pasaje bíblico escuchado nos muestra la compasión y la forma de actuar de Jesús. El amor no olvida las necesidades humanas. ¿Qué lugar ocupa en ti y en nuestra Parroquia las personas que sufren? ¿Cómo transmitirles esperanza? O bien, (Si hay posibilidad se puede empezar escuchando o proyectando “El amor transforma en milagro el barro” de Alex Segrelles.) Contenidos “Fe que se celebra, amor que se actualiza”. Es esencial este binomio para la vida cristiana, para que la vida cristiana sea vida y no mera apariencia. En el Año de la fe Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de Plasencia. 9 Benedicto XVI nos invitó a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. He 5,31). Para el apóstol, este Amor lleva al hombre a una nueva vida. La “fe que actúa por el amor” (Gal 5,6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del hombre (cf. Rom 12,2; Col 3,9; Ef 4,20; 2Cor 5,17). “El amor de Cristo nos urge” 2Cor 5,14): es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y la confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar. La fe, en efecto, crece cuando se vive la experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos. Para actualizar el amor se debe llevar siempre consigo la imagen de Cristo que se entrega hasta dar la vida y no escatimó el sufrimiento, pasó por la más atroz de las injusticias, por la humillación más humillante, no conoció el pecado, pasó por pecador y esto por Amor. Amor se escribe con mayúscula, amor limpio, libre, verdadero, fuerte,… es el amor que Dios tiene por cada criatura soñada y creada por Él. Si existes es porque fuiste amada por Dios. “Dios es amor” nos dice San Juan y no “sabe” hacer otra cosa que amar, es su esencia; te ama, ama a cada persona y busca su salvación; que goces un día de la Vida eterna que Cristo con su vida, pasión, muerte y resurrección te alcanzó. Para actualizar el amor hemos de darle a nuestro corazón forma de altar y estar en ofrenda permanente, que nada de cuanto hacemos se pierda, todo Por Cristo, Con Él y En Él. Todo con el sello del amor, con el signo de que somos hijos de tal Padre y hermanos del tal Hijo. Es la Eucaristía el sello del amor más grande. La muestra del amor sin medida. ¿Podía Dios, hacernos entender, de otra manera, hasta donde nos amaba? Seguro que sí, pero de esta manera podemos palpar su amor. Es esencial para la vida cristiana, para que la vida cristiana se viva con intensidad, de manera integral, dejando que afecte a los sentidos, a la mente, a la voluntad, a toda la persona,…entender y acoger la Eucaristía, contemplar este Misterio con el corazón descalzo, reconociendo que el lugar que pisamos es lugar sagrado. El cristiano que no alimenta su vida del Misterio de la Eucaristía no puede vivir el amor al estilo del Maestro, no puedo actualizarlo. Corremos el peligro de ir guardando en nuestro corazón experiencias de desamor, aquello para lo que no hemos sido creados; guardando rencores, miedos, complejos, culpas, prejuicios,…nos mantenemos en la superficie de los sentimientos porque cree uno estar más cómodo y es donde parece “están todos”. A veces parece que el hombre ha perdido de su corazón la capacidad de amar de verdad, con compromiso, con sacrificio, con exigencia, no dependiendo de “lo que siente en ese momento”. No se lleva “amar” y es algo vital para el hombre. Amar al estilo de nuestro modelo. Recordar que somos imagen y semejanza de Dios. San Pablo nos recuerda qué es el amor en 1Cor 13, 1-13. Un texto muchas veces leído, pero quizá no tanto acogido para ser vivido. Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de10 Plasencia. “AMOR QUE SE ACTUALIZA.” ¿Cómo? En los pequeños detalles del día a día. El amor no se improvisa, no puede uno dejar para mañana la tarea de amar. Es concreto y sensible en la familia, en el trabajo, en los encuentros con los amigos y con los que no son tan amigos,… El amor se actualiza en el perdón. “Hasta 70 veces siete.” Mt 18,13; “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen.” Lc. 23, 34, Oveja perdida, Padre misericordioso,…. El amor se actualiza en la escucha. El amor se actualiza en el trato respetuoso. El amor se actualiza siendo sinceros y delicados. El amor se actualiza regalando una sonrisa. El amor se actualiza con la mirada. El amor se actualiza sabiendo acoger. El amor se actualiza buscando siempre y en todo, el bien de la otra persona, sea quien fuere. El amor se actualiza cuando uno descubre a Dios en el otro. El amor se actualiza cuando se está cerca de los que sufren por no tener trabajo, enfermedad, soledad, precariedad en las relaciones familiares, no encontrar sentido a la vida, pobreza económica y espiritual…. El toque que da la fe a todo esto es esencial. La fe hace estable el amor, da profundidad, sentido, trascendencia, un modelo, la fuerza que necesita,…si la fe no se celebra, el amor no se actualiza y si el amor no se actualiza, nuestra fe no está siendo bien celebrada. “El amor de Dios ha sido derramado en vuestro corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”. Por la fe, habita en nosotros el amor de Dios, su mismo Espíritu que nos capacita para el amor verdadero, el que da la vida, el que se entrega sin medida, sin esperar nada a cambio. Nuestro amor se actualiza si acogemos a Dios en nuestras vidas. Yo conozco y reconozco mi límite, sólo la experiencia de ser amado puede abrirme al Amor. Sólo creer en Cristo puede capacitarme para amar. La grandeza del corazón se mide por la capacidad de amar y perdonar. Sólo Dios sabe lo que pasa por el corazón de las personas. El que ama de verdad lo da todo. Si se tiene el amor de Cristo ¿se puede no amar?. El amor que más cuesta es el cada día. La mayor alegría del cristiano: amar a Dios y a los hermanos. El amor a los hermanos pasa por el amor a Cristo. Oración Final: Canto: Donde hay caridad y amor… Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de11 Plasencia. Día 5º ESTO SÓLO ES POSIBLE TRAS EL ENCUENTRO Signo posible: colocar delante de la mesa el cartel del cuadernillo pastoral. Canto: Id amigos por el mundo… Invocación al Espíritu. Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido; luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro. Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón del enfermo; lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Podríamos decir que “celebrar la fe, actualizar el amor” no es algo que se improvisa. Creer es un don de Dios. Creer es fruto de un encuentro, nuestra fe no son palabras, no es un objeto, es Alguien y sólo quien se ha encontrado con Él puede desear contagiarlo, celebrarlo. Sólo quien ha hecho experiencia de encuentro puede actualizar el amor, hacerlo concreto, presente en cada momento y circunstancia. Hoy vamos a reflexionar sobre la experiencia de encuentro como algo esencial para poder celebrar la fe, una fe que brota del amor y que hace brotar el amor: ¿Cuál es el gran don del Padre a los hombres? El encuentro con Jesús, gracias a su Espíritu, es el gran don del Padre a los hombres. Es un encuentro al cual nos prepara la acción de su gracia en nosotros. Es un encuentro en el cual nos sentimos atraídos, y que mientras nos atrae nos transfigura, introduciéndonos en dimensiones nuevas de nuestra identidad, haciéndonos partícipes de la vida divina. Es un encuentro que no deja nada como era antes, sino que asume la forma de la “metanoia”, de la conversión, como Jesús mismo pide con fuerza. Es un encuentro que nos hace capaces de hacer cosas nuevas y de dar testimonio, gracias a la transformación de nuestra vida.” Fijémonos en los inicios, Jesús eligió a los doce para que estuvieran con Él y después los envió a evangelizar. Después designó a otros setenta y dos, para que fueran de dos en dos, con el encargo de que dijeran a todos “está llegando el Reino de Dios”. No hay duda de que éste es el gran anuncio de Jesús, lo que sus discípulos tenemos que seguir anunciando hasta el fin del mundo. Para anunciar el Reino hay que vivirlo. Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de12 Plasencia. Jesús vino para mostrarnos el rostro del Padre. Jesucristo, evangelio de Dios para el hombre. Está es la Buena Noticia, no hay otra. Hemos de, como cristianos y como comunidad, volver a beber de la fuente de nuestra fe, y sólo así brotará el deseo de celebrarla y como consecuencia se actualizara nuestro amor. Quien no alimente su fe y se alimente de ella no puede responder a la invitación del Señor. Fe que se celebra, amor que se actualiza AL EVANGELIZAR ¿Qué es evangelizar? Evangelizar es ayudar a descubrir la belleza de la fe cristiana y la alegría del encuentro personal con el Señor, en la Iglesia, comunidad de los fieles. Evangelizar es un acto de amor, de compasión, de alabanza de Dios y de misericordia con el hermano necesitado. Evangelizar es llevar al encuentro, porque la fe cristiana no es sólo una doctrina, una sabiduría, un conjunto de normas morales, una tradición. La fe cristiana es un encuentro real, una relación con Jesucristo. Transmitir la fe significa crear en cada lugar y en cada tiempo las condiciones para que este encuentro entre los hombres y Jesús se realice. Evangelizar es conducir a una persona hacia la fuente de la Vida. Esa fuente que no se agota. El evangelizador bebe del agua que Cristo hizo brotar de su costado, un agua que da Vida Eterna y que por el Bautismo todos hemos sido inmersos en esta fuente de Vida y se convierte en surtidor de agua que salta hasta la Vida eterna, nos dice Jesús en el evangelio de Juan. De esa agua que lleva dentro el evangelizador da a beber. Toda persona tiene el derecho de escuchar el Evangelio ofrecido por Dios para la salvación del hombre. El Evangelio es el mismo Jesucristo. Como la Samaritana junto al pozo, también la humanidad de hoy tiene necesidad de sentirse decir las palabras de Jesús «Si conocieras el don de Dios» (Jn. 4, 15). Estas palabras fueron recogidas en el Sínodo de la Nueva Evangelización, y deben producir en nosotros el mismo deseo de la samaritana: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed» (Jn. 4, 15) Se trata de anunciar el Reino de Dios con la vida, porque creemos amamos, porque amamos vivimos la fe. La evangelización, evangelizar, tiene que ser obra de discípulos fieles, entusiasmados con la persona y el mensaje de Jesús, desprendidos del mundo, libres de toda consideración humana, arrebatados por el Espíritu de Jesús, movidos por el amor a Jesucristo y a los hermanos, con el corazón puesto en la vida eterna, dispuesto literalmente a dar la vida por la difusión del evangelio y el reconocimiento de la gracia y de la bondad de Dios. La evangelización es obra de santos y de mártires. Jesús quiere contar contigo, quiere contar con vosotros como comunidad parroquial,…”Id también vosotros a mi viña” nos dice Jesús como a los hombres de se encontraban a distintas horas del día en la plaza sin trabajar. Está es una llamada a la santidad y conversión personal. Se trata de conversión al amor de Dios y al amor de nuestros prójimos, amor a Jesucristo que murió por todos. Afirma Mons. D. Fernando Sebastián que habrá evangelización en la medida en que haya cristianos (laicos, religiosos y sacerdotes) que se abran al espíritu de Dios y decidan poner su vida de manera efectiva al servicio de las necesidades del Reino. Jesús nos envía como Él mismo fue enviado por el Padre, con el mismo mensaje, con el mismo fin, para que sean uno como Él es uno con el Padre, para que el mundo crea que Él ha sido enviado por Dios para manifestarles la gracia y el amor de Dios, el don del Espíritu y las promesas de vida eterna. La fidelidad del mensajero no es solamente una fidelidad doctrinal, teórica, se trata más bien de una fidelidad vital, integral, sin la cual el mensajero no es capaz de entender la sabiduría escondida ni puede tampoco anunciarla. La fidelidad es fruto del amor. Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de13 Plasencia. No podemos quedarnos indiferentes tras estos días de Misión, estos días donde hemos querido avivar el fuego del corazón, despertar al gozo de creer, abrir los ojos a la experiencia de un amor que transforma y renueva, un amor que se recibe en la medida que se da, ¡que curioso!. Han sido unos días sencillos, sin grandes pretensiones, con un deseo muy grande de multiplicar el don recibido, dar gratis lo que gratis hemos recibido, la fe y el amor que da sentido a nuestro día a día por humilde y sencillo que pueda resultar. Evangelizar teniendo en cuenta estos desafíos: - El desafío del relativismo que pregona que todo es relativo y que no hay nada absoluto. - El desafío de la ignorancia religiosa. No se conoce la fe y se cree menos. La misión es una buena oportunidad para proponer la fe y descubrir cómo hay personas que tienen hambre de Dios. El desafío de una cultura que ignora lo cristiano. Parece que solo es noticia las cosas de la Iglesia cuando hay escándalo o agonía papal. Se ha poner el acento en que lo importante es estar "a favor de" y nunca poner el acento en estar "en contra de". Oración final Señor Jesús. Tú sabes lo pequeño y pobre que soy. Lo que me cuesta vivir la fe y darla a conocer a otros. Envía sobre mí tu Espíritu, quiero confiar en tu presencia y en tu fuerza, para participar de tu misión, cuenta con mis labios, mi cuerpo, mi vida entera. para anunciar tu Buena Noticia. AMÉN Misión parroquial evangelizadora. Diócesis de14 Plasencia.