LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE La tarea de adquirir el lenguaje: Los niños no vienen predispuestos genéticamente a hablar su idioma materno. Se utiliza el término lenguaje porque las lenguas comparten elementos comunes asÃ- como peculiaridades. Lo que se plantea es que el niño tiene que llegar a dominar: los significados de las palabras (semántica), la forma que adoptan, las relaciones con los sonidos (fonologÃ-a) y las relaciones formales entre las palabras (sintaxis). Durante los tres primeros meses, todas sus pautas de comunicación está vinculado a la satisfacción de necesidades biológicas. Hacia los 4 meses el bebé empieza a distribuir su interés entre el mundo de los adultos y el de los objetos. Entre los 4 − 6 mese el adulto y el niño empiezan diversificar sus juegos (Bruner estudió los juegos de los bebés, se especializa en la relación entre la aparición y estos juegos. Acuñó el término formato para referirse a las interacciones triangulares) completó los estudios de Piaget. Distingue tres tipos de formato: • Formatos de acción conjunta: son situaciones en las que el bebé y el niño actúan conjuntamente sobre un objeto (dar y recibir un objeto) • Formatos de atención conjunta: situaciones en las que el adulto y el bebé atienden a un objeto. (juego de lectura) • Formatos mixtos: situaciones donde se mezcla acción y atención (cucu− tras tras) Para Bruner, el interés de estos juegos radica en las relaciones sociales implicadas en ellos (establecimiento de normas) 6 − 12 meses: Aparecen gestos determinados culturalmente y otros idiosincrásicos (gestos o peculiaridad del individuo) y se amplÃ-an determinados gestos (expresiones faciales) Las vocalizaciones: D) Es la comunicación por parte de los niños sin utilizar palabras o gramática. (Aprenderlo literal) La primera vocalización como acto comunicativo es el lloro. Entre el primer y segundo mes, aparecen los arrullos D) vocales que se emiten de forma aislada. De 2− 6 meses aparecen patrones de consonante vocal. Desde entonces hasta al primer año comienzan a repetir sÃ-labas (balbuceo) Alguno de los sonidos de esta etapa no son propios de la lengua de su entorno. A partir de los 6 meses empiezan a prestar atención dirigida a los sonidos que oyen de las personas de alrededor imitándolos de manera imperfecta. Se denomina laleo. 1 9−10 meses imita sonidos que son muy especÃ-ficos de la lengua que va a empezar a hablar. Ecolalia (porque repiten) 11−12 meses y el segundo año, los bebés balbucean dando la impresión de que producen palabras y secuencias de oraciones (exclamaciones, interrogaciones) Se denomina jerga expresiva. Los niños a esa edad se entienden perfectamente. A los 2 años, pronuncian bien todas las vocales y un gran número de consortes, algunos diptongos (aunque con ciertos errores) hasta 5 años el dominio de todo el recorrido fonológico no tiene porqué ser completo. Del gesto a la palabra Inicialmente las palabras que emiten los niños hasta los dos años no tienen exactamente el mismo significado e le asignan los adultos. Convierte en coco a cualquier juguete. Al final del segundo año aparecen las primeras flexiones del plural y de género, se empieza a usar artÃ-culos, demostrativos, posesivos y algunos pronombres personales. Pero con numerosos errores. Utilizan preferentemente: infinitivo y presente. El pasado y futuro aparecen después de los dos años. Gramáticas infantiles Hasta los 20 meses aproximadamente el niño utiliza palabras y combinaciones entre ellas como si fueran una unidad, se denomina holofrases. Entre los 20 − 24 meses se desarrolla el habla telegráfica donde construyen vocalizaciones bastante simples. Se comienza a estudiar la sintaxis. En torno a los 2 años, se incrementa/ desarrolla en los bebés un modelo de lenguaje semántico. Cuando el niño elabora una serie de nociones sobre la realidad en el periodo sensoriomotor y las expresa sintácticamente. Dentro de este modelo se habla de: Agente − Acción: papá corre. Acción − Objeto: corre coche. Agente − Objeto: mamá nocilla. 2