Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 EMPATÍA: CORRELATOS NEURONALES Y NEURONAS ESPEJO José Ramón Fernández González INDICE 1 - Resumen………………………………………………….. 2 2 - Introducción……………………………………………… 3 3 - Objetivos generales y específicos………………………... 4 4 - Antecedentes…………………………………………….. 5 4.1 - Empatía, definiciones y particularidades………. 5 4.2 - Correlatos neuronales de la empatía…………… 7 4.3 - Moduladores arriba-abajo……………………… 8 4.4 - Neuronas espejo……………………………….. 10 5 - Aportaciones recientes…………………………………… 12 6 - Análisis y valoración…………………………………….. 16 7 - Conclusiones……………………………………………... 18 8 - Referencias………………………………………………. 19 1 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 1 - RESUMEN La empatía no es un fenómeno único sino una interacción compleja de procesos cerebrales influidos por numerosas variables. Los intentos de lograr una definición única han producido resultados a veces incongruentes entre sí. Sin embargo, estudios de neuroimagen han revelado que en la empatía conviven dos procesos interdependientes: la empatía cognitiva y la empatía emocional. Dos redes neuronales subyacen tras estos procesos. La ínsula, la corteza cingulada anterior, la amígdala y el giro frontal inferior parecen esenciales en la empatía emocional; para la empatía cognitiva lo serían la corteza prefrontal medial, los polos temporales, el surco temporal superior y la corteza prefrontal ventromedial. El modelo neurocientífico empático de la representación neural compartida ha acumulado abundante evidencia empírica. Según este modelo, observar o imaginar a otra persona en un estado emocional particular activa automáticamente en el observador una representación de ese estado con sus respuestas autónomas y somáticas. Sin embargo, el fenómeno de la empatía está afectado y modulado por una serie de variables: tipo de estímulo, contexto, perspectiva, afinidad con el sujeto observado, diferencias interindividuales… y esto influye en las regiones cerebrales activadas. Las neuronas espejo entraron en escena hace dos décadas. Estas neuronas se activan al observar una acción y al realizarla, lo que transformaría la información visual en información motora sin necesidad de inferencias cognitivas. Estas neuronas pueden incluso predecir el objetivo de una acción específica mediante la activación del programa motor completo apenas la primera acción de una secuencia es percibida. No obstante, inferir la razón por la que se realiza una acción observada involucra procesos cognitivos superiores. 2 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 El centro del sistema humano de neuronas espejo estaría formado por dos áreas: el lóbulo parietal inferior y la corteza premotora ventral (más la parte caudal del giro frontal inferior). Recientemente se han revelado otras estructuras que poseen neuronas con esta propiedad. La existencia de neuronas espejo en humanos fue verificada recientemente y abre una tercera década de investigación sobre el tipo de neuronas que algunos predicen dará a la psicología lo que el ADN a la biología: proporcionar una teoría unificadora a nivel anatómico (1). 2 - INTRODUCCIÓN Es probablemente gracias al fenómeno de la empatía que la especie humana ha alcanzado el extraordinario nivel de desarrollo social que la caracteriza. Es una capacidad que se ha desarrollado durante millones de años de evolución y no sólo en los humanos, sino también en las especies que consideramos nuestras progenitoras. Psicólogos y filósofos la han estudiado durante décadas, y durante los últimos años una batería de disciplinas se ha sumado a esta tarea. La neurociencia, en particular, ha comenzado a desvelar las estructuras y procesos neurales que subyacen tras la empatía; y es el propósito de este trabajo realizar una revisión general de los hallazgos reportados hasta la fecha. Los requerimientos formales para la realización de este trabajo exigen en su cuerpo central dos secciones tituladas “antecedentes” y “aportes recientes”. Sería lógico presentar como antecedentes un resumen del tema tal como se haya impartido durante el máster; sin embargo, dado que la empatía no fue abordada de manera explícita, la alternativa adoptada fue tomar como referencia el año 2009 y asumir como antecedentes el conocimiento general aceptado hasta esa fecha. En consecuencia, la sección “aportaciones recientes” incluye un resumen de los estudios y visiones más relevantes publicadas desde enero de 2009 y hasta agosto de 2010. La primera parte de la sección “antecedentes” aborda las diversas visiones y definiciones de la empatía como fenómeno psicológico complejo y flexible, y una presentación del modelo neurocientífico predominante. La segunda parte de esta sección describe los correlatos neuronales generales de este fenómeno, así como las áreas cerebrales que aparecen implicadas 3 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 cuando se toman en cuenta los diversos factores que modulan la empatía. Finalmente, la sección de “antecedentes” concluye con una revisión de los conocimientos acumulados sobre las neuronas espejo y su papel en el fenómeno de la empatía. En la sección de “aportaciones recientes” se reseñan los conocimientos arrojados por estudios publicados en los últimos dos años en el ámbito de los correlatos neuronales y las neuronas espejo. Estos estudios están presentados en subsecciones de acuerdo a la pregunta que buscan responder, incluyendo una subsección final dedicada a la reciente verificación de existencia de neuronas espejo en humanos. La sección final del cuerpo central del trabajo, “análisis y valoración”, incluirá también una mención a controversias surgidas recientemente y a los posibles caminos para investigaciones futuras que aborden el complejo fenómeno de la empatía. Un propósito que no puedo incluir entre los objetivos formales de este trabajo es el de expresar la pasión que el tema de la empatía despierta en mí como estudioso y profesional de la comunicación. Y cuando digo “expresar”, lo hago con el obvio objetivo de “contagiar”. 3 - OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS Objetivo general: recopilar y analizar el conocimiento general y neurocientífico sobre la empatía publicado hasta agosto de 2010 para proporcionar una base que permita la comprensión y valoración de avances futuros. Objetivo específico 1: describir a partir de artículos de revisión el modelo conceptual sobre el que se sustenta la investigación neurocientífica actual sobre el fenómeno de la empatía. Objetivo específico 2: establecer a partir de artículos de revisión los correlatos neuronales asociados a los procesos de empatía cognitiva y empatía emocional. 4 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 Objetivo específico 3: describir a partir de artículos de revisión y estudios recientes las múltiples variables que intervienen en el fenómeno de la empatía. Objetivo específico 4: explicar el mecanismo de las neuronas espejo y su papel en el fenómeno de la empatía. Objetivo específico 5: recopilar y analizar las aportaciones recientes sobre los correlatos neuronales de la empatía y las neuronas espejo a partir de estudios publicados desde enero de 2009 hasta agosto de 2010. 4 - ANTECEDENTES 4.1 - Empatía, definiciones y particularidades “Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”; así define la empatía la Real Academia Española, y esta breve acepción refleja en sí misma las complicaciones con las que la neurociencia han tenido que lidiar al abordar este fenómeno. En primer lugar, la frase “identificación mental y afectiva” indica que la empatía no es un fenómeno único, sino que tiene al menos dos vertientes: una cognitiva y una emocional; pero esto es sólo el principio. Los estudiosos de la empatía han aplicado esta palabra una serie de fenómenos, conceptualmente distintos, que representan un estado psicológico independiente en sí mismos y que presentan sus propios retos para el estudio psicobiológico. Fenómenos psicológicos a los que se ha llamado empatía (2): 1. Conocer el estado interno de otra persona, incluyendo sus pensamientos y sentimientos. A este fenómeno se le ha llamado “empatía”, “empatía cognitiva” o “precisión empática”. 2. Adoptar la postura o respuestas neurales de una persona a la que se observa. A este fenómeno se le ha llamado “empatía”, “empatía facial” o “imitación motora”. 5 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 3. Sentirse como se siente la otra persona. A este fenómeno se le ha llamado “empatía”, “simpatía”, “contagio emocional”, “empatía afectiva” y “empatía emocional automática”. 4. Verse o proyectarse a sí mismo hacia la situación del otro. Se refiere a la definición original de empatía cuando el término fue acuñado hace poco más de 100 años. 5. Imaginar cómo la otra persona siente y piensa, tomar su perspectiva, pero teniendo siempre claro que es una persona distinta a nosotros. 6. Imaginar como nosotros nos sentiríamos y pensaríamos estando en el lugar del otro. 7. Sentirse perturbado ante el sufrimiento de otra persona (no implica preocuparse por esa otra persona, ni sentir algo similar, sino sentirse perturbado por estar su presencia). 8. Sentirse afligido por el sufrimiento del otro y, posiblemente, actuar en consecuencia. Algunos de estos fenómenos son sutilmente, pero en efecto, distintos; y estas diferencias han cobrado gran importancia al estudiar los correlatos neuronales de la empatía. Esta interpretación múltiple de la palabra empatía obedece en parte a que los dos componentes (cognitivo y emocional) han sido a veces considerados de forma aislada como representantes de la empatía en su totalidad, y al hecho de que abordarlos en conjunto genera tantas complicaciones de estudio como puede esperarse de un fenómeno tan amplio y complejo. En consecuencia, la forma menos controversial de enfocarla es asumir que tiene aspectos tanto afectivos como cognitivos. El aspecto afectivo puede incluir algún tipo de sentimiento compartido o resonancia emocional, que puede ser consciente o no; y esta respuesta afectiva puede provenir, provocar o concurrir con el aspecto cognitivo, incluyendo un razonamiento explícito sobre el estado emocional del otro así como manteniendo la distinción entre uno mismo y los demás (3). Entonces, la diferencia esencial entre la empatía cognitiva y la afectiva o emocional es que la primera implica una comprensión del punto de vista de la otra persona mientras que la segunda implica compartir esos sentimientos, al menos en un nivel básico (4). Adicional a la bifurcación cognitiva y emocional, una nueva bifurcación se presenta al preguntarse si cada uno de estos componentes del proceso empático son automáticos (abajoarriba), conscientes (arriba-abajo), o una combinación de ambos. La mayoría de los modelos 6 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 neurocientíficos de la empatía han considerado que este fenómeno se inicia principalmente de forma automática, sin componentes conscientes; y esto se refleja en los estudios de empatía en relación a dolor, tacto o repulsión en los que no se informa a los sujetos sobre los objetivos de la investigación (5) e incluso pueden asignárseles tareas que desvíen la atención consciente. Sin embargo, hay modelos que atribuyen un papel más determinante al componente consciente, lo relacionan con la Teoría de la Mente, e indican que al tratar de comprender y de ponerse en el lugar del otro, la persona se acerca al estado emocional de ese otro y reacciona. Dicha reacción sería el componente emocional de la empatía (6). Más allá de los componentes emocional y cognitivo, la situación percibida, la perspectiva adoptada y la relación personal influyen no sólo en la empatía manifestada sino también en los correlatos neuronales de este fenómeno (7). 4.2 - Correlatos neuronales de la empatía En el caso de la empatía, el modelo neurocientífico de la representación neural compartida ha acumulado abundante evidencia empírica. Según este modelo, observar o imaginar a otra persona en un estado emocional particular activa automáticamente en el observador una representación de ese estado, junto con sus respuestas autónomas y somáticas. Esta simulación sería la base de nuestra capacidad para leer el estado mental del otro y es la explicación dominante de los patrones de activación hemodinámica en estudios de resonancia magnética funcional (RMf) (5). No es posible saber aún si los componentes cognitivo y emocional de la empatía son partes de un sistema único o si son independientes entre sí, pero estudios recientes han señalado regiones cerebrales dominantes para cada aspecto. Aunque los correlatos no siempre coinciden, una serie de estructuras cerebrales aparecen con frecuencia relacionadas al fenómeno de la empatía. La ínsula, la corteza cingulada anterior, la amígdala y el giro frontal inferior parecen ser esenciales en la empatía emocional; mientras que para la empatía cognitiva lo son la corteza 7 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 prefrontal medial, los polos temporales, el surco temporal superior y la corteza prefrontal ventromedial (3,4,6,8,9). Sin embargo, y como ya se ha mencionado, el fenómeno de la empatía es muy complejo, flexible y variable; sus particularidades dependen de factores como el tipo de estímulo percibido, el contexto, la perspectiva que se tome frente a éste y la relación personal con la otra persona. Diversas investigaciones indican que los estímulos emocionales (imágenes con contenido emocional) activan las cortezas occipital y límbica; los estímulos somatosensoriales (películas en los que personas eran tocadas) activan la corteza somatosensorial secundaria del observador; la observación de expresiones de asco activan la ínsula anterior y el opérculo frontal adyacente; y los estímulos de dolor activan la corteza sensorial primaria y secundaria en el aspecto sensorial discriminativo, y la corteza cingulada anterior y la ínsula en el componente afectivomotivacional del dolor. En el caso del dolor, numerosos estudios de neuroimagen indican que sólo el componente afectivo de la matriz del dolor estaría implicado en la empatía del dolor (6). 4.3 - Modulación arriba-abajo de la empatía Evidencias recientes indican que la empatía está sustancialmente modulada por procesos arribaabajo, como la atención o la evaluación contextual, que pueden influir en la generación de la propia respuesta empática o la modulación de una respuesta inducida abajo-arriba. Una forma de modulación consiste en inhibir o amplificar las representaciones que han sido activadas mediante canales sensoriales y mecanismos asociados con el emparejamiento percepción-acción. En ello participarían estructuras como la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza cingulada medial y anterior, y la corteza orbitofrontal; en interacción con regiones que codifican respuestas afectivas abajo-arriba como la ínsula anterior, la amígdala y posiblemente partes del striatum ventral (5). Dos estudios recientes revelan que la atención y la evaluación contextual influyen en la respuesta empática. En el primer estudio vía RMf los participantes vieron fotografías de situaciones dolorosas. Aquellos a los que se pidió que predijeran el nivel de dolor activaron buena parte de la matriz del dolor, como se esperaba. Sin embargo, a quienes sólo se les pidió que contaran el 8 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 número de manos no mostraron activación en la corteza cingulada ni la ínsula. Un estudio de seguimiento, mediante electroencefalografía, determinó que la diferencia entre ambos grupos es la aparición de un componente tardío de potenciales evocados en el grupo que contó las manos; mientras que el componente temprano fue igual para ambos. La respuesta temprana podría corresponder a la representación compartida automática, que luego habría sido inhibida en el segundo grupo por el proceso reflejado en el componente tardío de potenciales evocados (5). Otro estudio mediante RMf mostró activación de la corteza orbitofrontal al evaluar imágenes de situaciones dolorosas en las que se informó a los participantes que las personas observadas no sentían dolor pues estaban anestesiados. También se observó activación de la junción temporoparietal derecha y la corteza prefrontal dorsal medial, lo que se asoció al proceso de distinción entre primera y tercera persona (yo y el otro). Un meta-análisis reciente de estudios de neuroimagen sobre atención, teoría de la mente, agencia y empatía, demostró una participación activa de la junción temporoparietal derecha (5). La perspectiva también influye arriba-abajo sobre la empatía. Estudios de psicología social sugieren que tomar imaginar los sentimientos y pensamientos de la otra persona (perspectiva de 3ª persona) en una situación negativa promueve una reacción orientada hacia el otro (altruista), mientras que imaginarse a sí mismo en la situación negativa del otro (perspectiva de 1ª persona) conlleva una motivación egoísta y una reacción orientada a eliminar el estímulo mediante una respuesta de retirada o agresión. Estudios de RMf y estimulación magnética transcraneal indican que la toma de perspectiva de 1ª persona se asocia con respuestas hemodinámicas mayores en regiones la ínsula anterior y medial, y la amígdala (5). Todos estos señalamientos sugieren que la toma de perspectiva no afecta el nivel primario de representación sensoriomotora y que la información sobre la otra persona entra al sistema neural de la misma manera en ambas perspectivas para posteriormente ser procesada y modulada. 9 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 4.4 - Neuronas Espejo A principios de la década de los años 90 se descubrió un nuevo tipo de neuronas que se activan tanto al ejecutar una acción como al observar a otro individuo ejecutar una acción similar. Se les llamó neuronas espejo y se propuso a este mecanismo como la base para la comprensión de las acciones de otros. En el presente siglo se determinó que estas neuronas tienen la capacidad de anticiparse al objetivo final de las acciones observadas y activar la representación neural de ese objetivo antes de que este sea alcanzado (10). El fenómeno de la empatía depende de nuestra capacidad de entender el comportamiento, acciones y emociones de otros. En cuanto a las acciones, una forma de lograrlo sería mediante algún proceso cognitivo que permitiese hacer inferencias conscientes. Otra posibilidad es que en situaciones claras la comprensión se dé mediante un mecanismo que transforme directamente información visual en información motora sin necesidad de inferencias cognitivas. Las propiedades de las neuronas espejo respaldan la existencia de tal mecanismo (11,12). Dos áreas en particular están consideradas como el centro del sistema humano de neuronas espejo: el lóbulo parietal inferior, por una parte, y por la otra la corteza premotora ventral (Brodmann 6) más la parte caudal del giro frontal inferior (Brodmann 44) (11,13). Estudios de neuroimagen han mostrado que el sistema de neuronas espejo codifica tanto las acciones como las intenciones de esas acciones, incluso cuando una acción pueda corresponder a intenciones distintas (12,14). Esta comprensión de las acciones e intenciones de otros está muy relacionada con la empatía cognitiva y la Teoría de la Mente (6). Los estudios de neuroimagen muestran los correlatos corticales de una función dada, pero no revelan los mecanismos que subyacen tras esa función. En este sentido, un estudio electromiográfico mostró que tan pronto como se inicia una acción, se activa el programa motor completo de esa acción y esto permite predecir el objetivo final (12). 10 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 Esto no implica que no existan otros mecanismos más cognitivos para comprender las acciones e intenciones de otras personas. Estudios recientes de RMf revelaron que, en condiciones específicas, la comprensión de actos motores de terceros puede requerir de otras áreas además del sistema de neuronas espejo. Por ejemplo, la actividad en el surco temporal superior posterior, la corteza cingulada posterior y la corteza prefrontal medial aumenta cuando es necesario hacer inferencias arriba-abajo para evaluar el significado de actos motores en contextos incongruentes (11). Estas estructuras asociadas a la red de mentalización también se activan cuando se solicita a los participantes que juzguen la razón detrás de una intención motora (12). El primer estudio que evaluó si las neuronas espejo están relacionadas con la inferencia del estado mental utilizó RMf mientras se observaban expresiones faciales. Se evidenció un incremento de actividad en la corteza frontal inferior, la corteza temporal superior, la ínsula y la amígdala; tanto al observar como al realizar expresiones faciales (1). Pareciera que los centros emocionales del cerebro también poseen sistemas tipo espejo. Tres estudios de RMf abordaron la empatía para emociones específicas y mostraron una activación en regiones similares a las registradas durante la experiencia de cada una de esas emociones. Tanto la ínsula anterior y la corteza cingulada anterior se activaron en la observación y experiencia del asco, y ante la presencia de un estímulo físico doloroso y el conocimiento de que una persona querida estaba recibiendo un estímulo similar (1). Al mismo tiempo, lesiones en la amígdala parecen impedir tanto la expresión como el reconocimiento del miedo en otros; y daño en la ínsula y los ganglios basales limita la experiencia y reconocimiento del asco (1,4). Sería entonces el sistema humano de neuronas espejo lo que nos permite acceder y entender de forma intuitiva las mentes de otras personas, la intersubjetividad, lo base de la conducta social (6,13). Más aún, algunos estudios han mostrado correlaciones positivas entre individuos con una puntuación alta en la subescala de perspective taking (toma de perspectiva) del Indice de Reactividad Interpersonal (IRI) y la activación en las áreas premotora y parietal durante la percepción de sonidos que sugieren acciones concretas (13). 11 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 Adicionalmente, es pertinente señalar que el papel del sistema humano de neuronas espejo a la empatía sería pre-reflexivo y automático. Un indicio de esto es que en un experimento reciente, la subescala más cognitiva del IRI (consistente en dos subescalas emocionales y dos cognitivas) no mostró correlación alguna con la activación de neuronas espejo (14). 5 - APORTACIONES RECIENTES ¿Se activan automáticamente los subprocesos emocional y cognitivo de la empatía? Un estudio mediante RMf (8) se propuso responder a esta pregunta al no pedir explícitamente a los participantes que considerasen los sentimientos o pensamientos de las personas observadas. Los resultados arrojaron un aumento de la respuesta en áreas relacionadas con el procesamiento emocional (corteza prefrontal ventromedial y ventrolateral) pero también en áreas asociadas a procesos cognitivos sociales (surco temporal superior y corteza prefrontal medial); estando estas últimas áreas tradicionalmente relacionadas con tareas cognitivas que requieren esfuerzo voluntario. Es importante aclarar que los investigadores no consideran que estos resultados confirmen un procesamiento inconsciente de los estímulos, sino que la activación de estas áreas ocurre de forma “natural”, sin esfuerzo alguno. Igualmente valioso es el hecho de que en esta investigación la activación de la corteza prefrontal medial presentó una correlación negativa con la tendencia de algunos participantes de sentirse incómodos en situaciones sociales emotivas, lo cual sugiere que las diferencias interindividuales en estás funciones de alto nivel tienen también un efecto en las respuestas empáticas (8). ¿Son independientes entre sí los componentes cognitivo y emocional de la empatía? Un estudio publicado en 2009 (9) halló una llamativa doble disociación entre la corteza prefrontral ventromedial, para la empatía cognitiva, y el giro frontal inferior, para la empatía emocional. Se evaluaron los resultados de tests de empatía aplicados a dos grupos de pacientes con lesiones localizadas exclusivamente en un de estas dos áreas. Este estudio no descarta la participación de otras estructuras, sino que establecería al giro frontal inferior como centro operativo de la red neuronal de la empatía emocional, y la corteza prefrontal ventromedial para la red neuronal de la empatía cognitiva. 12 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 Al mismo tiempo, cabe notar que, de acuerdo a este modelo, los componentes cognitivo y emocional de la empatía trabajan de forma autónoma pero toda respuesta empática implicaría alguna combinación de ambos componentes dependiendo de los moduladores ya conocidos (9). Los resultados de otro estudio concuerdan con esta mencionada combinación de componentes (15). Con la intención de verificar si las redes neuronales cognitiva y emocional se activan selectivamente dependiendo del tipo de inferencia que deba realizarse, se presentó a los participantes una serie de imágenes en las que los movimientos físicos y cambio de foco de atención de los personajes observados indicarían un cambio de estado emocional, un cambio de percepción mental (conclusiones cognitivas no emocionales) o ningún cambio. Ambas redes neuronales se activaron independientemente del tipo de inferencia (emocional o cognitiva). ¿Puede asociarse una estructura específica y única a la empatía? Inicialmente, la mayoría de los estudios sobre la empatía utilizaron el estímulo del dolor y tal vez por esta causa este esfuerzo de especificidad de estructuras haya comenzado por esta vía. Un estudio reciente mediante RMf (16) buscó disociar el papel de la ínsula y la corteza cingulada anterior en la empatía relacionada con el dolor. Los participantes vieron fotos en color de partes humanas en situaciones dolorosas y no dolorosas, y debieron evaluación del dolor (dolor o sin dolor) y la lateralidad (izquierda o derecha). Los resultados de este estudio indicarían que la corteza cingulada anterior podría no tener un papel específico en la empatía sino, más bien, participar en el proceso a través de su papel general en el control voluntario del comportamiento. ¿Qué mecanismos permiten la empatía si la reacción a un estímulo no es la esperada? En un estudio publicado en 2010 (7) invirtió las reacciones a estímulos dolorosos y no dolorosos indicando a los participantes que imágenes de inyecciones en una mano no generaban dolor y, en cambio, sí lo generaban toques con un bastoncillo de algodón. Contrario a sus expectativas, la observación de estímulos neutros que causaban dolor provocó la activación (aunque menor) de áreas extensas de la matriz del dolor. Sin embargo, empatizar con la reacción neutra a estímulos dolorosos implicó la activación de áreas asociadas con el control cognitivo y la toma de perspectiva (corteza frontal inferior derecha y corteza prefrontal dorsomedial); también aumentó la activación en áreas que procesan el componente afectivo del dolor (ínsula anterior y corteza cingulada anterior dorsal). Cabe recordar que la corteza frontal inferior derecha tiene un papel 13 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 decisivo en la inhibición de respuestas, la atención y el control cognitivo. Los investigadores concluyen que es más exigente, pero posible, empatizar con alguien cuando éste no muestra una reacción similar a la nuestra en una situación que nos resulta aversiva. ¿Varían con el desarrollo los correlatos neuronales de la empatía? Un estudio publicado en enero de 2010 (18) abordó este fenómeno en grupos de niños, adolescentes y adultos jóvenes). Se observó activación relacionada con aumento de la edad en el giro frontal y el giro fusiforme, dependiendo de la perspectiva de evaluación de en primera o tercera persona. Además, durante la evaluación de estímulos en primera persona, la actividad en las estructuras parietales derechas decreció con la edad. No obstante, no se observaron cambios significativos en el porcentaje de respuestas correctas en relación con la edad. Los investigadores especularon que el aumento de actividad con la edad en el giro fusiforme y el componente frontal de sistema de neuronas espejo (giro frontal) puede tener relación con la mayor experiencia en interacciones socio-emocionales; y que la disminución de la actividad en las estructuras parietales derechas con el aumento de la edad podría reflejar diferencias del desarrollo en las estrategias cognitivas utilizadas para evaluar la respuesta propia a las experiencias de otros. ¿Qué mecanismos empáticos activa un bebé en su madre? ¿Y si no es su propio bebé? Un artículo de mayo de 2009 (19) mostró los resultados de un estudio mediante RMf en madres con hijos menores de un año al observar las expresiones faciales de sus hijos y de otros bebés. El sistema de neuronas espejo, la ínsula y la amígdala mostraron mayor activación cuando las expresiones tenían carácter emocional. La activación es mayor cuando la interacción es con el propio hijo y, además, esta activación tiene correlación directa con las mediciones de empatía en las madres mediante tests. Además, al comparar emociones particulares, las expresiones de alegría evocaron respuesta principalmente en las áreas límbica y paralímbica; mientras que las expresiones ambiguas evocaron respuestas en áreas de alto orden cognitivo del hemisferio izquierdo y en áreas motoras, lo cual podría indicar un esfuerzo cognitivo. ¿Hay diferencias anatómicas en el sistema de neuronas espejo de hombres y mujeres? Es frecuente que las mujeres obtengan índices más altos de empatía que los hombres y esto conlleva a la pregunta de si existen diferencias neuroanatómicas que estén relacionadas con este 14 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 hecho. Un estudio publicado en octubre de 2009 (20) utilizó la técnica de morfometría por voxel y demostró que mujeres adultas jóvenes presentan un volumen de material gris significativamente mayor en ambos centros del sistema de neuronas espejo, específicamente en el pars opercularis (ubicado en el área 44 de Brodmann) y el lóbulo parietal inferior en comparación con hombres adultos jóvenes. Más aun, un índice mayor de empatía en tests de auto-evaluación mostró una relación muy cercana con un mayor volumen de material gris en el pars opercularis en todos los participantes, tanto mujeres como hombres. ¿Diferentes estilos de percibir al mundo implican correlatos distintos para la empatía? Un estudio aun no publicado se adentra en las diferencias interindividuales (21), específicamente las diferencias en los correlatos neuronales de individuos sanos con estilos cognitivos de alta empatización versus alta sistematización ante la observación de expresiones faciales. Tal como los investigadores esperaban, los resultados de este estudio indican en el grupo de alta empatización una actividad mayor de áreas del sistema de neuronas espejo (giro frontal inferior izquierdo y lóbulo parietal inferior) y en áreas temporales asociadas a la empatía emocional, la toma de perspectiva y la memoria autobiográfica. Por su parte, el grupo de sistematización mostró actividad superior en la corteza prefrontal medial y la corteza cingulada anterior, que están asociadas con la empatía cognitiva. Adicionalmente, este grupo registró una actividad significativamente mayor en el giro parahipocampal izquierdo, una región asociada con la memoria explícita, lo que podría indicar un esfuerzo cognitivo. ¿Existen realmente las neuronas espejo en humanos? Un estudio publicado en abril de 2010 (22) reveló lo que se ha calificado como “la evidencia electrofisiológica directa y decisiva de que los humanos tienen neuronas espejo” (23). A 21 pacientes epilépticos se les implantaron micro cables en regiones que podrían provocar convulsiones, con la intención de removerlas quirúrgicamente. Mientras se esperaba por la ocurrencia espontánea de las convulsiones, se aprovechó esta oportunidad única para registrar la actividad de neuronas individuales en el cerebro humano. No se colocaron electrodos en los centros neurales asociados al sistema de neuronas espejo (corteza premotora ventral y lóbulo parietal inferior) debido a que la ubicación obedeció exclusivamente a razones clínicas ligadas a la epilepsia. Se le pidió a los sujetos que observaran acciones mostradas en una pantalla y que 15 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 realizaran acciones según lo indicaba una palabra mostrada en la pantalla. Se registraron neuronas que respondieron a la observación/ejecución de acciones en el área motora suplementaria, el hipocampo, el giro parahipocampal y la corteza entorrinal (22). Adicionalmente, se reporta el hallazgo de neuronas ‘anti-espejo’ en el área motora suplementaria. Estas neuronas aumentaron su actividad cuando el sujeto ejecutaba una acción particular, pero la redujeron (con respecto al registro base) cuando el sujeto observaba la misma acción. Esto podría confirmar la hipótesis de que el área motora suplementaria “abre la puerta” hacia la corteza motora primaria durante la ejecución de acciones y la cierra durante la observación (23). Efectivamente, estudios recientes de RMf han mostrado un descenso en la actividad de la corteza motora primaria durante la observación de acciones de otros (22). Este hallazgo de las neuronas anti-espejo no habría sido posible mediante RMf debido a que sus características de registro (aumentos en el metabolismo) le impiden establecer diferencias entre la actividad de las neuronas espejo y las llamadas anti-espejo (23). 6 - ANÁLISIS Y VALORACIÓN Es indiscutible que el fenómeno de la empatía presenta grandes retos para su estudio neurocientífico. En primer lugar, no hay una definición clara y única proveniente de un acuerdo conceptual entre las distintas disciplinas que lo abordan, ni dentro de cada una de ellas. En segundo lugar, al tratar de deshilar la empatía nos encontramos con numerosas variables que influyen en él y llevan necesariamente a concluir que no estamos en presencia de un fenómeno único sino de una categoría de resultados a los que contribuyen numerosos procesos cerebrales. No obstante, un hecho parece consolidado y soporta el modelo conceptual básico sobre el que se apoya la mayor parte de las investigaciones: la separación de la empatía en sus componentes cognitivo y emocional. Sin embargo, todo apunta a que estos componentes trabajan en combinación en casi todos los casos y que su activación inicial se da forma automática, sin esfuerzo; lo cual no habla de un procesamiento totalmente inconsciente de los estímulos. 16 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 En cuanto a los correlatos neuronales, y como hemos visto, hay estructuras que aparecen de forma recurrente y que se consideran parte de la red emocional y cognitiva de la empatía. El estudio de lesiones indica que tal vez sea posible incluso establecer un centro operativo para cada uno: la corteza prefrontal ventromedial para la empatía cognitiva y el giro frontal inferior para la empatía emocional. Y, como hemos visto, hay indicios de que la corteza cingulada anterior podría no tener una participación específica en la empatía. Sin embargo, y aunque la aspiración de asignar estructuras cerebrales específicas para los distintos aspectos de la empatía sea comprensible, es difícil de creer que esto pueda darse para un fenómeno tan complejo, flexible y variable como este. Más aun, surgen voces críticas acerca de la validez de los estudios realizados, específicamente los estudios de RMf, y el procesamiento de los datos obtenidos. Un artículo que en particular (24) alerta sobre la escasa confiabilidad de esta técnica y, más llamativo aun, atribuye a estudios mal diseñados y análisis prejuiciados las altas correlaciones reportadas en los últimos años. Hacer un seguimiento de las reacciones a este artículo puede resultar ilustrativo, nuevamente, de las interacciones que subyacen tras el avance de la investigación científica en general. Una crítica específica al modelo de la activación neural compartida es que estos estudios obviarían las diferencias entre tener emociones, entender las razones por las que surgen, reacción emocional y percepción emocional (25). El caso de las neuronas espejo marca en sí mismo un hito en la investigación neurocientífica. Han pasado dos décadas desde el descubrimiento accidental de su primer indicio; 20 años de excitación, especulación, avances vertiginosos, negaciones, exageraciones, subestimaciones. Aunque todo ello es inseparable de la historia de la ciencia, los avances en neuroimagen han acelerado el proceso. En este sentido, el año 2010 abre una nueva era, la tercera década, tras la verificación de la existencia de neuronas espejo en el cerebro humano (22). El valor de ese estudio en particular va más allá de la aportación de una prueba que pondría fin a las dudas sobre la existencia de este tipo de neuronas en el cerebro humano. Por una parte, el hecho de que dicha prueba haya aparecido en regiones que no estaban aceptadas como parte del sistema de neuronas espejo; y por la otra, el descubrimiento de neuronas con propiedades ‘anti- 17 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 espejo’ ofrece una posible respuesta a la pregunta de por qué, si la resonancia motora, es un hecho aceptado, no nos movemos al ver a otros moverse. Todo lo anteriormente señalado, más allá de las consideraciones técnicas y conceptuales, no hace sino reafirmar que el fenómeno de la empatía, dadas su complejidad y factores variables, presenta un reto de grandes proporciones para todas las disciplinas que buscan descifrarlo. El camino por recorrer pasa necesariamente por una refinación del modelo conceptual que se esfuerce por incluir todas las variables que afectan a este fenómeno y que, en consecuencia, permita delimitar y enfocar las investigaciones. Al mismo tiempo, y en paralelo a esta refinación y delimitación, es necesario aspirar al diseño de experimentos más ecológicos, más cercanos a la experiencia de la empatía en la vida real. En particular, un estudio reciente asegura que utilizar imágenes de expresiones faciales, en vídeo en lugar de fotografías, arroja patrones de activación más intensos y mejor definidos (26). Pareciera ser necesario un avance en la presentación de los estímulos utilizados. 7 - CONCLUSIONES El constructo de la empatía está lleno de complejidades y constituye un gran reto para las disciplinas que lo abordan. Aunque importantes avances se han logrado en los últimos años gracias a las técnicas de neuroimagen, la neurociencia espera aún por la tecnología que permita el estudio no invasivo de neuronas individuales en humanos. Las neuronas espejo aportan un mecanismo fisiológico de empatización, modulado por procesos cognitivos; y su reciente verificación en humanos nos permite pensar que estamos un poco más cerca de entender cómo, cuándo y por qué ocurre el fenómeno de la empatía. Este camino parece exigir estudios longitudinales de gran alcance que den paso a estrategias y herramientas terapéuticas de las que podrían beneficiarse el tratamiento de múltiples trastornos psiquiátricos, la educación y la sociedad como un todo. 18 Máster Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva 2010 8 - REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Oberman LM, Ramachandran VS. Reflections on the mirror neuron system: their evolutionary functions beyond motor representation en Pineda JA (ed). Mirror neuron system. New York, NY: Humana Press; 2009. 2. Batson, CD. These things called empathy en J. Decety J, Ickes W (eds.). The social neuroscience of empathy. Cambridge, MA: MIT Press. 2009. 3. 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