No más ansiedad Laura Garcés Garmendia ¿Que es la ansiedad? Dando un concepto muy general y más bien práctico, la ansiedad es un estado emocional donde el sistema nervioso está en constante alerta “roja o amarilla”, y por lo tanto existe un impulso casi permanente a luchar, defenderse o huir de alguna circunstancia, persona o lugar. Pon atención si notas estos síntomas: Actitudes y reacciones en la personalidad: prisa, nervios, dolores de cabeza, movimiento de un lado al otro del pie mientras se está sentado, impulsividad por comer, caminar de un lado a otro sin ninguna finalidad, ira incontrolada, hiperactividad, hostilidad, hipersensibilidad, entre otras. Reacciones fisiológicas: taquicardia, dilatación pupilar, sensación de ahogo, temblores en las manos o piernas, sensación de mareo, transpiración excesiva, nauseas, tensión muscular o debilidad muscular, insomnio, inquietud motora, dificultad para comunicarse, pensamientos negativos, vengativos y obsesivos, entre otros. Causas emocionales de la ansiedad La ansiedad puede ser provocada por varios factores. Si tomamos en cuenta que el sistema emocional está en constante desgaste por esa sensación de huída y lucha para con las circunstancias o personas que nos rodean, entonces se atribuye su causa más profunda a una sensación constante de insatisfacción, de infelicidad y, al mismo tiempo, de no poder zafarse de aquello por no querer quedar mal o causar problemas o desilusiones ante aquellos que nos rodean. Simplificando, la ansiedad se debe a estar viviendo más por la imagen a una “buena altura” que por un sentido de satisfacción más profundo, hay un enganche en una vida “superficial” que parece exigirnos mucho, incluso lo que no se puede ni se tiene sólo porque esa imagen encaja con un ideal social o un estereotipo, mantenemos tensas nuestras energías al intentar dar cumplimiento a propósitos o expectativas ajenas o perfectas. Cuando a todo esto le atribuimos, además, el no saber como conducir nuestras emociones, entonces resulta que además del desgaste de este deber que nos hemos impuesto, controlamos las emociones, en especial la ira, cuando aquellos no reaccionan o no hacen lo que deberían de acuerdo a nuestro severo criterio. Esta ira puede ir creciendo, al grado de que, si no aprendemos a manejarla y a profundizar en esa necesidad excesiva de controlar todo, puede causarnos a la larga no solo una ansiedad crónica, sino severos trastornos. Consecuencias Los estados ansiosos y constantes llevan, como ya se dijo, a severos trastornos si no son tratados o profundamente considerados. Los estados de ansiedad pueden llegar a causar desde un sobrepeso desmedido, hasta problemas cardiovasculares, nerviosos y mentales. Romper con ese círculo vicioso Hay que empezar, principalmente, por no menospreciarse. El sentir que no merecemos sino hasta que ocurra algo, que no somos lo suficientemente buenos, aptos, bellos, inteligentes o sobresalientes, son los principales conductores emocionales de la ansiedad. Pero quizás el conductor más común de la ansiedad es el silencioso miedo a la reprobación, el creer que debemos de ser impecables, perfectos y que debemos de asombrar a todo el mundo. Cuando se actúa desde aquí, entonces es muy comprensible que nuestro cuerpo quiera huir de la situación donde será severamente juzgado, donde podría hacer el ridículo o se podría perder el control. Es entonces que no puede conseguirse el disfrutar plenamente lo que se hace porque existe una amenaza mental, la mente esta muy ocupada con su atención en defenderse de la crítica o de lo que le restaría valor y dignidad, la mente esta atenta en abarcar todos los detalles, en acaparar cualquier cosa que no este como se debe. Más, por otro lado, el cuerpo tiene deseos inmensos de huir porque traduce lo que va a ocurrir como algo que lo amenaza, y esta profunda actitud de huida y rechazo, de deber y no querer, crea la ansiedad. A continuación te damos algo muy práctico para que comiences a curar o prevenir la ansiedad y conviertas esa energía que utilizas en tensarte, para fluir hacía aspectos más creativos y benéficos: 1. Observa tus pensamientos: cada cosa que piensas está creando tu vida. Un pensamiento atemorizante traerá un estado emocional similar. Un pensamiento de desaprobación y desconfianza traerá uno emoción semejante. Pensamientos de este estilo de una forma constante, atraerán una realidad semejante. Comienza por enfocar tu pensamiento hacía la confianza y el bienestar, y cuando te hables a ti mismo háblate como el mejor de los amigos y con una profunda aceptación de lo que eres. 2. Respira honda y calmadamente: Observa como respira un bebe y te darás cuenta del porque duerme tan profundamente. Esta es la forma de una respiración correcta: cuando inhales expande tu abdomen y cuando exhales contráelo. De una forma natural, esta respiración ocurre cuando dormimos. Más podemos practicarla durante el día, en especial cuando te sorprendas con los síntomas anteriores. 3. Vigila tu dieta: evita lo más que puedas el consumo de azúcar refinada y refrescos, elimina gradualmente el café, los estimulantes, el chocolate, el tabaco, alcohol, o alimentos que contengan cafeína y analgésicos o drogas que la contengan. Consume lo más que puedas verduras y frutas frescas. Por las noches procura comer alimentos relajantes como la lechuga, la manzana o algún te de hierbas como la manzanilla o hierbabuena 4. Terapias alternativas: actualmente existen muchas terapias para ayudar a combatir la ansiedad. Entre las más efectivas encontrarás las flores de Bach, el reiki, el masaje y el yoga. 5. Una buena lectura: Un te de letras por las noches consiste en leer cosas que, sobre todo, nos den paz . Te recomiendo que leas el libro de Reiki, de Karuna Aisha, ed. Yug.