Informe Tercer Presentación de Enfermos de Psicoanálisis Freud I, a cargo de Osvaldo Delgado. El jueves 2 de noviembre se realizó en el Servicio 17 del Hospital José T. Borda, la tercer presentación de enfermos a cargo del Profesor Titular Osvaldo Delgado. En dicha presentación se contó con la presencia del equipo que conduce actualmente el tratamiento del paciente. En este caso se trata de un paciente que desde el psicoanálisis presentaba un diagnóstico en suspenso, en tanto el diagnóstico que figuraba en su historia clínica ¨trastornos de la personalidad y adicciones¨, no permitía anticipar nada respecto a con qué sujeto nos encontraríamos en el transcurso de la presentación. El paciente comienza la entrevista relatando el motivo de su internación: ¨…muchas cosas, tenía los bares más exitosos de la zona, en un momento que estaba prohibido …mi trabajo como procurador, ver muchos cadáveres por día……Entré en el alcohol, la cocaína, llegué a estar muy cansado…tanta presión…trabajar con tanta gente….¨. ¨Me gusta estar borracho…la sensación de estar borracho…el falso coraje que tomo con eso, con mi dosis de alcohol reaccionaba, despegaba… el alcohol me daba fortaleza para hacer….¨. ¨Tuve dos hijas, ni siquiera tuve relaciones , de borracho, no me había dado cuenta…¨. Se puede ubicar aquí un primer elemento respecto al estatuto que tiene el alcohol para este sujeto. Osvaldo Delgado refiere que el alcohol en este paciente no viene al lugar de un olvido producido por el mecanismo de la represión como en la neurosis, ni tampoco es efecto de la forclusión, mecanismo propio de la psicosis. En este punto podemos pensar el tratamiento que hace este sujeto respecto al alcohol a modo de fetiche: por un lado mostrando sin velo la satisfacción que obtiene ¨me gusta ser borracho….la sensación de estar borracho¨, y por el otro poniendo el alcohol en el lugar de ¨ falso coraje¨, ¨la sensación de ... produce movimiento¨, eludiendo la responsabilidad subjetiva en sus acciones. Suspensión de la dimensión subjetiva y deseante de este paciente, siendo la condición de desconocimiento su modo de respuesta al encuentro con el otro sexo, con la diferencia. A continuación trasncribiremos algunos extractos de la entrevista que dan cuenta de la maniobra que realiza el entrevistador en un intento de localización de las coordenadas de la constitución subjetiva de este paciente. El paciente dice: ¨cuando mi madre estaba embarazada de mí, encontró a mi padre con la empleada…mi madre le pegó cinco tiros a la mujer….nunca me quiso porque era el hijo que tenía con el hombre que la había traicionado¨. … ¨me adoptaron a los tres años, en un momento de mi vida mi padre adoptivo me dijo que no me llamaba Braun sino Palermo, me dijeron que era mentira el apellido¨¨ Respecto a sus dos hijas dice: ¨nunca más las pude ver¨. O. Delgado: Cuántos años tenía cuando las dejó de ver? Paciente: Tenían tres años, las dos… O. D.: A usted lo adoptan a los tres años. Se le ocurre algo? P.: No se me ocurre, jamás miré ese detalle….lo gracioso es que mi madre de sangre trabajaba de samaritana, cuidando huérfanos….y a mí me abandonaron. Osvaldo Delgado refiere que a partir del sentido que precipita en ¨las dejé de ver cuando tenían tres años….a mi me abandonaron¨, se localiza un punto que permite situar las coordenadas del diagnóstico estructural en este paciente. Se trata de una neurosis. ¨Tres años¨ adquiere el estatuto de una experiencia del inconciente, en tanto experiencia de la repetición, que para que sea leída como tal debe tener como correlato necesario un sujeto que pueda metaforizar, haciendo de la insistencia repetitiva síntoma. Entonces ¨tres años¨ adquiere el estatuto de un efecto analítico, en tanto ¨refiere a una modificación en la relación del sujeto con sus dichos¨, pudiendo recortar de sus enunciados proferidos una posición de enunciación. El paciente habla de su familia adoptiva: P.: A los 18 años me fui de mi casa, no me consideré más hijo de nadie…. Esto no lo había dicho nunca…vivía solo, empecé a moverme…me desligué de la familia Braun. Mi padre mi dijo:¨ por qué no salís de esto?¨ , pero yo ya estaba metido, no es tan fácil. O. D.: Dice algo distinto, un gesto de cuidado de su padre, cierta preocupación… P.: ....yo no lo podía creer. En otro momento de la entrevista respecto a su madre: O. D.: ...su madre biológica, a partir de cuándo se dedicó a cuidar chicos huérfanos? P.: Nunca supe eso yo. Fui a encarar el problema de mis orígenes… O. D: No sabe si se dedicó después que nació usted? P: Cuando yo era chico…nunca se me ocurrió preguntar. O. D.: ...hijo de un hombre que la engañó, …mujer despechada…luego cuida hijos huérfanos. P.: Por ahí fue una coincidencia O. D.: Por ese despecho no recibe bien al hijo, quizá algo la afectaba de no recibir bien al hijo. P.: Ella es muy indolente, no le afectaba nada. O. D: Usted cree que sentía culpa su madre? P: ….cuando la fui a ver mi dijo, qué haces? vos siempre flaco!, cara de cuis! (ríe) O. D.: Lo reconoció en el momento…no sería tan así que usted es hijo de nadie. P.: No sé, para mi cabeza no tengo nada, era una mujer indolente. En estos recortes de la entrevista ubicamos el rechazo del paciente a pensar en qué momento, esto es, si antes o después de su nacimiento, su madre se dedica a cuidar chicos huérfanos. Osvaldo Delgado, luego de la presentación y en el momento de discusión del caso, presenta una pregunta para orientarnos acerca del padecimiento de este paciente: ¨este paciente padece de que ha sido no libidinizado, fue insuficientemente libidinizado o su problema es el rechazo a la libidinización?¨. El paciente formula, en esta entrevista y por primera vez, una frase que nunca había dicho antes: ¨No soy hijo de nadie¨. Esta frase nos dice algo acerca de lo que aconteció en el origen, en tiempos de su constitución subjetiva. Cualquier intento del entrevistador de confrontar al paciente con la castración en el Otro, con cierta dimensión de falta en el Otro, bajo el modo: ¨su madre pudo haber sentido culpa…, quizás algo la afectaba de no recibir bien al hijo…, cierto gesto de cuidado de su padre… ¨: es rechazado por el paciente. Se trata, dice el entrevistador, de un rechazo irónico en el campo mismo de la neurosis. Rechazo irónico, he aquí un nombre para el goce de este sujeto, o en términos freudianos, un nombre para su modo de satisfacción pulsional. En este caso, pensando en términos de constitución subjetiva, este sujeto se funda en la destitución absoluta del Otro, elemento que comanda su existencia: ¨vivir desligado del Otro¨, pudiendo ser nombrado por el paciente bajo el modo de ¨soy hijo de nadie… eso soy¨. Jacques A. Miller establece una diferencia entre la ironía y el humor. Nos dice que ironía y humor se distinguen por estructura: ¨el humor, tomando a Freud, es la vertiente cómica del superyo¨, en tanto tratamiento de la severidad del superyo, y se inscribe en la perspectiva del Otro (tema trabajado en la segunda presentación de enfermos). Mientras que ¨la ironía no es del Otro, es del sujeto y va contra el Otro. Qué dice la ironía? Dice que el Otro no existe, que el lazo social es, en el fondo, una estafa…¨. Hemos trabajado con los alumnos el aporte que introduce el psicoanálisis freudiano al sostener que los síntomas de las formas o grupos clínicos responden a mecanismos psíquicos: defensa/represión. Esta importante contribución de Freud es retomada por Lacan en términos de ¨las tres grandes estructuras¨: neurosis, psicosis y perversión, en las cuales la especificidad de sus mecanismos psíquicos determina lo propio de cada una de ellas, no pudiendo existir un deslizamiento de una a otra estructura: NEUROSIS Represión (Verdrangung) PSICOSIS Rechazo, Repudio Desestimación (Verwerfung) PERVERSION Desmentida (Verleugnung) Freud afirma que mientras que en la neurosis la represión compromete el destino del afecto, en la perversión lo comprometido es el destino de la representación, en tanto que en el caso de la psicosis la Verwerfung, hace referencia a una desestimación, un repudio, un rechazo conjunto de la representación y su afecto: perdiéndose así el fragmento de la realidad que lo representa. En su empeño por aislar un mecanismo psíquico específico en la psicosis, nos habla de: - una defensa eficaz y enérgica - Una ruptura radical del yo con la realidad - Un rechazo fundador, radical (tomando como referente el Hombre de los lobos) para nombrar la Verwerfung: ¨la existencia de un material inconciente excluído de forma tal que hace imposible su reapropiación¨., advertido, ya desde ese entonces, que no debe confundirse con la represión. El concepto de represión no le bastaba para explicar lo que ocurría en la psicosis. La Verwerfung freudiana es un antecedente del concepto de Forclusión que emplea Lacan para pensar el campo de las psicosis, siendo uno de sus orígenes el acerto freudiano: ¨Rechazo fundador¨. Se trata de la Forclusión , nos dice Lacan no de cualquier significante, sino del significante del Nombre del Padre. La inscripción del significante del Nombre del Padre, determinante de la estructura neurótica, encuentra su correlato freudiano en la introyección de un rasgo único privilegiado en la constitución del sujeto, se trata del ¨Padre¨ como función, en tanto identificación a una instancia simbólica (Ideal del yo), que trabaja Freud en el capítulo 7 de Psicología de las Masas, como ¨identificación primaria anterior a toda elección de objeto¨. Esta presentación nos enseña que en el campo mismo de la neurosis pueden operar forclusiones, aunque no se traten como en la psicosis del rechazo del representante psíquico privilegiado del Nombre del Padre. Tanto Lacan como otros autores franceses Miller, Maleval, Bassols sostienen que el término forclusión no es privativo de las psicosis, ya que puede generalizarse también a la neurosis y a la perversión ¨con las modulaciones propias de cada estructura¨. (Miquel Bassols). Las forclusiones generalizadas dan cuenta de una forclusión estructurante, encontrando un nombre freudiano para esto en la Castración (estructural) en el Otro que funda el sujeto del inconciente. Se trata de ese agujero indecible, correlato de la pérdida de la cosa, ¨das ding¨, (ombligo del sueño, núcleo patógeno) en el centro de la estructura misma que, sostenido en la condición de no poder ser ligado psíquicamente a ningún representante funda, al mismo tiempo, la cadena de representantes psíquicos. Esto es solidario con la inscripción de la función paterna como agente de la castración que, en tanto prohibición, aloja la estructura psíquica del sujeto del inconciente. Entonces, en pacientes neuróticos pueden operar forclusiones parciales, pero estas forclusiones no están referidas a la dimensión estructurante. En el caso que nos ocupa Osvaldo Delgado nos dice, se trata de la forclusión del falo y no del Nombre del Padre. ¨Esto no hace al sujeto psicótico, pero lo somete a una lógica…en la que aquello que no ha sido simbolizado como ausente, como perdido hace valer su condición de estructura…¨ (Miquel Bassols). Si ¨la forclusión es la operación por la cual algo no simbolizado retorna desde lo real¨, este caso nos enseña que aquello que no encuentra su función en la cadena de representantes psíquicos retorna pero no bajo el modo de lo reprimido, sino haciendo valer su condición de estructura en tanto representante psíquico desencadenado. Al finalizar la entrevista el paciente habla de su tratamiento en el hospital: P.: la psicóloga fue reemplazando el Edipo…ella defendió mi nombre cuando hablaban mal de mí, entró en movimiento por mí. Edipo…parece mi madre que me está dando…. Agradece la entrevista por ¨las cosas nuevas que salieron acá¨. O. D.: …importante escucharlo…cosas nuevas que salieron acá….no lo dejaron abandonado. Los alumnos al momento de la entrevista ya trabajaron los conceptos fundamentales de los escritos técnicos freudianos: neurosis de transferencia, compulsión de repetir, el agieren (actuar) como límite al trabajo del recuerdo, la regla de abstinencia, etc. El concepto de pulsión de muerte. El antecedente de la construcción en el concepto de reelaboración de los montos de afecto penosos (desde siempre penosos) que diferencia al psicoanálisis de todo tratamiento sugestivo, y el concepto de construcción, en su valor de conmoción de los puntos de fijación libidinal. En este punto podemos preguntarnos si en este paciente, que ha vivido actuando toda su vida los excesos de las borracheras, la cocaína, el efecto de verdad que se reduce a la frase ¨no soy hijo de nadie¨, posibilitará un cambio de su posición subjetiva, un cambio en su economía libidinal. A partir de esta construcción, qué hará el sujeto con esto? qué posición se jugará en la transferencia?. Podrá operar como recurso o en un acto de desasirse del Otro terminará diciendo ¨no soy paciente de nadie¨. La gravedad de esta caso remite a este rechazo radical, que Osvaldo Delgado presenta como rechazo irónico ¨no deberle a nadie¨. Miller dice que ¨mientras que el humor se ejerce desde el Sujeto supuesto saber, la ironía se ejerce allí donde la caída del Sujeto supuesto saber se ha consumado¨. Osvaldo Delgado enuncia una posición ética del psicoanálisis: ¨no se trata de rectificar respecto a lo que aconteció en el origen sino de modificar la posición subjetiva del paciente respecto a su padecimiento¨…De allí la apuesta al finalizar el encuentro, tomando los propios significantes del paciente ¨cosas nuevas que salieron… acá….no lo dejaron abandonado¨. Bibliografía - Freud, Sigmund (1914) ¨Recordar, repetir, reelaborar¨. A.E. Vol. XII Freud, Sigmund, (1921) ¨Psicología de las masas y análisis del yo¨. A.E. Vol. XVIII. Freud, Sigmund, (1924) ¨La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis¨. A.E. Vol. XIX. Freud, Sigmund, (1927) ¨Fetichismo¨. A.E. Vol. XXI Delgado, Osvaldo, ¨Efectos terapéuticos, efectos analíticos. Un debate ético¨. Miller, Jacques Alain, (1993) ¨Ironía¨. Revista Uno por Uno (34) Maleval, Jean Claude, (2002) ¨La forclusión del Nombre del Padre. El concepto y su clínica¨. Capítulo 12 ¨La forclusión restringida¨. Bassols, Miquel, ¨Lógica y clínica de las suplencias¨, Libro:¨Locura: clínica y suplencia¨.