Pautas para EL manejo DE LA CONDUCTA SEXUAL IMPROPIA EN

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PAUTAS PARA EL manejo DE LA CONDUCTA SEXUAL IMPROPIA EN LA IGLESIA
CONTENIDO
¿De qué consiste la conducta sexual impropia?
2
¿Por qué es dañina la conducta sexual impropia de clérigos y otros trabajadores de la iglesia?
2
¿Cuál es la norma diocesana acerca de conducta sexual impropia?
2
¿Quiénes componen el clero?
3
¿Quiénes son los trabajadores seglares?
3
¿Qué es comportamiento sexual?
4
¿Qué es comportamiento sexualmente sugestivo?
5
¿Quién no tiene la capacidad para consentir ante la conducta sexual o el comportamiento sexualmente
sugestivo?
5
¿Quiénes reciben atención pastoral de los trabajadores de la iglesia?
¿Está permitido que un clérigo tenga relaciones amorosas con un (a) feligrés (esa)?
5
6
¿Cómo puede asegurarse un clérigo o un laico que rinde servicios pastorales de que las relaciones sexuales
con una persona a quien le ofreció orientación o guía espiritual no se tornen de explotación?
6
¿Qué es el acoso sexual?
7
¿Qué debo hacer si tengo motivos para creer que un clérigo o seglar de la iglesia ha violado las pautas
diocesanas respecto a la conducta sexual impropia?
8
¿Que sucederá cuando la Diócesis reciba el informe de posibilidad de conducta sexual impropia por parte
de un clérigo o seglar de la iglesia?
8
¿Que sucederá cuando la diócesis reciba el informe de alegada conducta sexual impropia por parte de un
trabajador seglar?
10
¿En qué difieren las pautas para el manejo de la conducta sexual impropia de la parroquia y las diocesanas?
11
APÉNDICES - EJEMPLOS
#1
¿De qué consiste la conducta sexual impropia por parte de empleados y voluntarios?
12
#2
Procedimiento a seguir si a un empleado o voluntario de la parroquia se le acusa de conducta
sexual impropia
14
#3
Declaración acerca del acoso sexual en el trabajo
18
#4
Norma en contra del acoso sexual
19
Para información acerca de la capacitación para tratar la conducta sexual impropia, comuníquese con
Deployment Office - Diocese of New York
1047 Amsterdam Avenue, New York, NY 10025
Teléfono (212) 316-7414 Fax (212) 932-7368
¿Qué es la conducta sexual impropia?
La conducta sexual impropia ocurre cuando una persona abusa su posición al emplear o al manipular a
otra para gratificarse sexualmente.
¿Por qué es tan dañina la conducta sexual impropia por parte de el clero y otros trabajadores de la iglesia?
La comunidad tiene expectativas de la Iglesia y de los que allí trabajan. Se piensa que la iglesia es, o
debería ser, un lugar donde todos en la familia encuentren lugar seguro en momentos de la más profunda
religiosidad y cuando se sufra por el estrés . Creen también que las personas que han decidido trabajar para
la iglesia, lo hace porque tienen un compromiso con Dios y con el estilo de vida cristiano. Confían en que
las personas se comporten según los principios cristianos. Cuando un trabajador de la iglesia actúa con
impropiedad, le hace daño a la institución, crea el escándalo y hasta alejan a otra personas de Dios,
Por razones acordes con la ética profesional y la teología cristiana. La conducta sexual impropia por parte
del clero, resulta particularmente problemática. La profesión del clérigo es la enseñanza de la Palabra de
Dios y ayudar a otras personas para que entren en una relación con Dios del modo correcto.. Al ordenarse,
el clero hace votos de seguir el estilo de vida de Cristo, y así servir de ejemplo sano. El clero que se
aprovecha de su posición para involucrarse sexualmente con personas en estado de debilidad, se atreverá a
traicionar sus votos y su vocación y la confianza de sus víctimas y de la iglesia.
Es, por ende, crítico que la Iglesia condene enérgicamente la conducta sexual impropia del clero y de otros
trabajadores de la iglesia, y que tenga pautas claras que definan qué se habrá de castigar y de qué manera.
¿Cuál es la norma diocesana acerca de conducta sexual impropia?
La Diócesis Episcopal de Nueva York prohibe que todo integrante del clero y todo trabajador laico
exhiban
comportamiento sexual o
sexualmente sugestivo
con personas incapaces de dar su consentimiento informado para la actividad sexual o
que esté bajo tratamiento profesional con un clérigo o con un trabajador de la iglesia.
También se prohibe el acoso sexual de los colegas y compañeros de trabajo.
Todo integrante del clero que viole esa pauta estará sujeto a la disciplina eclesiástica —impartida por el
obispo— según el Derecho Canónico. Si el clérigo es un empleado de la diócesis o se ve trasladado por
orden del obispo, a una congregación, él (ella) será disciplinado (a) como se le haría a u empleado. La
medida disciplinaria no afectará el sitial como parte del clero y será un asunto puramente de personal. Todo
trabajador de la iglesia —empleado voluntario— que viole esta norma estará sujeto a medidas
disciplinarias por parte su supervisor..
¿Quiénes componen el clero?
El clero está compuesto por personas que han sido ordenados como ministros de la Iglesia Episcopal, como
obispos, sacerdotes y diáconos, y están sujetos a la autoridad eclesiástica del Obispo de Nueva York , según
el Derecho Canónico. Todo ministro que se haya ordenado, cuyo domicilio canónico se encuentre en la
diócesis —aunque resida y trabaje en otra parte—, o que tenga licencia para el trabajo ministerial deberá
obedecer estas normas. Los postulantes o los candidatos a la ordenación también deberán obedecer estas
normas.
¿Quiénes son los trabajadores seglares?
Los trabajadores seglares de la iglesia son personas que no se han ordenado —incluso los integrantes
profesos de las órdenes religiosas— empleados por la iglesia o que se ofrecen de voluntarios para trabajar
en una institución afiliada a la Diócesis Episcopal de Nueva York, sea dicha institución la diócesis misma
o una parroquia dentro de la diócesis, u otra institución afiliada, como la Catedral de San Juan El Divino, el
Seaman’s Church Institute, la Episcopal Mission Society, o el Instituto Pastoral Hispano. La frase,
“trabajador laico o seglar de la iglesia” incluye (1) toda persona que perciba un salario por cualquier clase
de trabajo en la iglesia a tiempo completo o a tiempo parcial; (2) toda persona contratada como consultora
(or) o como contratista independiente en conexión con un programa patrocinado por la iglesia; (3) toda
persona que se ofrezca de voluntaria (o) para trabajar en programas que la iglesia patrocina. Ejemplos de
los empleados y voluntarios que están sujetos a estas normas se encuentran en las tablas a continuación.
TRABAJADORES LAICOS - DIÓCESIS
EMPLEADOS
VOLUNTARIOS
Administrador Jefe
Chaperones diocesanos
Secretarias diocesanas
Miembros de la diócesis
Consejero de los síndicos
Comités diocesanos
Administrativo regional
Ayudantes
Representante de IPC
TRABAJADORES LAICOS - PARROQUIA, CONGREGACIÓN u OTRA INSTITUCIÓN
EMPLEADOS
Director del coro
VOLUNTARIOS
Ministro seglar eucarístico
Secretaria parroquial
Miembro de una pastoral
Grupo que llama y se ocupa de
llevar alimentos
Sacristán
Coordinador (a) para atraer más
personas a la iglesia
Orientador pagado
Maestra de Catecismo
Director de asuntos de la juventud
trabajador (a) en una “Soup kitchen”
Ministerios para la educación cristiana
Monitoreo de los refugios
Facultad o administrador de una escuela relacionada con una (1) Iglesia.
Las normas para la conducta sexual impropia aplican a todo el personal, no solo a quienes sirvan de guía
pastoral para otras personas,, No obstante, aplican únicamente si la conducta prohibida se efectúa en el
contexto de su trabajo para la iglesia
¿Qué es comportamiento sexual?
El comportamiento sexual en cualquier clase de conducta diseñada para gratificar sexualmente a
cualquiera de las personas involucradas. Si bien no es posible enumerar todas las conductas sexuales, los
ejemplos no se limitan a lo más obvio, como las relaciones genitales y el sexo oral, sino que incluye los
besos estimulantes y sugestivos , el tacto o el abrazo y los retratos fotográficos o mostrar a otra persona
como objeto sexual. No importa si el clérigo o seglar permita que otra persona lo haga, o que permita que
se loa hagan. Si la otra persona se encuentra entre los prohibidos para el comportamiento sexual de parte de
un clérigo o un laico, dicha conducta no debe tolerarse.
¿Qué es comportamiento sexualmente sugestivo?
El comportamiento sexualmente sugestivo incluye conversaciones o bromas lascivas no deseados, flirteos
persistentes, mostrar pornografía. Este comportamiento es impropio y así lo han encontrado algunos
tribunales, especialmente cuando el comportamiento se repite y persiste hasta después que la persona le ha
pedido que cese.
¿Quién no tiene la capacidad para consentir ante la conducta sexual o el comportamiento sexualmente
sugestivo?
Hay dos clases de personas que son incapaces de dar su consentimiento para la conducta sexual o
sexualmente sugestiva.
1)
Menores . En Nueva York la ley incluye a todos los menores de 17 años y
2)
Los retrasados mentales, los que no pueden caminar por sí solos, los han endrogado o
emborrachado .
En cada instancia, el clero o el trabajador seglar de la iglesia que lleve a cabo relaciones sexuales o se
comporte de manera que es sexualmente sugestiva con un menor estará violando normas diocesanas,
parroquiales, sin excepción. Más aún, ningún clérigo o laico trabajador de la iglesia que tenga un historial
de cometer abuso sexual con menores, o que un psiquiatra lo haya diagnosticado como pederasta,
exhibicionista o voyeur, podrá interactuar con niños o jóvenes bajo las leyes aplicables de seguros.
En todo caso, donde un clérigo o seglar tenga relaciones sexuales con una persona que sufre de retraso
mental o incapaz de moverse o en estado de embriaguez o bajo la influencia de sustancias químicas, fue
endrogado o emborrachado, el comportamiento sexualmente sugestivo o el sexual violará normas
aplicables, a menos que el clérigo o el laico pueda probar que él (ella) desconocía que la persona era
legalmente incapaz de consentir. Será difícil si no imposible el probarlo, en la mayoría de los casos.
Toda persona que se conduzca de modo sexual con una persona lealmente incapacitada —inclusive un
menor— se arriesga a que se le acuse por delito y a que se le discipline eclesiásticamente y como
empleado. Se podrá demandar en los tribunales y en el tribunal civil, contra la persona que comete el abuso.
También podría ser demandada la diócesis o la parroquia o la institución par la cual trabaja el abusador.
¿Quiénes acuden a la iglesia para obtener guía pastoral profesional?
Hay personas que pueden dar consentimiento legalmente, pero no pueden dar u consentimiento a sabiendas
porque están muy vulnerables al abuso. Estas personas, se presume, que no son capaces de consentir a la
conducta sexual o sexualmente sugestiva, un clérigo o con un trabajador seglar de la iglesia que esté
dándole guía pastoral. Si bien las relaciones sexuales con estas personas constituyen un delito, podría
exponer al clérigo o al trabajador laico , junto con la institución para la cual trabaje, a riesgo de litigio por
daños. La responsabilidad de conocer la fragilidad de sus clientes para fijar los límites personales recae
sobre el clérigo o el seglar.
A las personas siguientes se les considera como receptoras de los servicios de guía pastoral y se les
denomina como “intocables” por parte del clero y los laicos que los tratan
Las personas que al presente reciban orientación de clérigos y laicos también sus familiares reciben guía
espiritual.
2.
A los orientados pasados, si hubo relaciones sexuales entre el clérigo o el laico que proveía guía
espiritual y estas personas o sus familiares, la integridad de la relación entre ellos queda comprometida y se
considera que el clérigo o laico utilizó la misma par el propio provecho.
3.
Los estudiantes que reciben la enseñanza impartida por un clérigo o un laico trabajador de la
iglesia, o que asisten a la escuela en donde uno de ellos es un administrador —esta norma aplica a los laicos
que son facultad o administradores en escuelas auspiciadas por la Iglesia solamente.
4.
Para los clérigos, los feligreses de cualquier parroquia, misión o congregación donde el clérigo
preste sus servicios, o pacientes, residentes o estudiantes en instituciones donde el clérigo es el capellán
Si bien estas violaciones de la “ética profesional” no constituyen delito a menos que la otra persona sea
menor de edad o incapaz, legalmente, de consentir, la conducta profesional de explotación sexual podría
resultar en una demanda civil contra el individuo que cometa el maltrato, contra la parroquia o la
institución para la cual trabajan.
¿Están permitidas las relaciones amorosas entre un clérigo y un (a) feligrés (sa)?
Debido a la posición especial del clero en la congregación, los amores con feligreses son peligrosos para
ambos, el clero y los feligreses, y la diócesis las desalientan. Para proteger al clero y al feligrés, sólo se
permiten esas relaciones cuando el clérigo individual revela las relaciones desde un principio a un
representante de la diócesis y a un encargado o integrante de la sacristía de su parroquia. Si las relaciones
no se revelan debidamente, la diócesis supondrá que no es propia. Aunque dichas relaciones se revelen,
tales amores podría no ser prudentes, si ésta se agria, el clérigo podría verse vulnerable y a riesgo de que la
otra persona lo acuse de conducta impropia .
¿Cómo puede asegurarse un clérigo o un laico que rinde servicios pastorales de que las relaciones sexuales
con una persona a quien le ofreció orientación o guía espiritual no se tornen en explotación?
Debido a la desigualdad en una relación de orientación y la vulnerabilidad en que se encuentra la persona
orientada, las relaciones entre un clérigo o laico que presta servicios pastorales y la persona orientada, muy
pocas veces perdura, porque no puede ser en condiciones de igualdad y eso hace de las relaciones algo
inapropiado. Un clérigo o laico que preste servicios pastorales y se le acuse de explotar esas relaciones con
un (a) orientado (a), los familiares de la orientada pasarán dificultades al tratar de convencer a la institución
correspondiente, sea la diócesis o la parroquia, que las relaciones no son de explotación.. Como poco, las
relaciones de orientación debieron de haberse terminado por un tiempo largo y ambas partes haber recibido
orientación por separado, antes de iniciar tales relaciones. Aún con haber tomado estas medidas, no hay
garantía de que las relaciones perduren. Las relaciones con orientados presentes o con miembros de sus
núcleos familiares nunca son permisibles.
¿Qué es el acoso sexual?
El acoso sexual es una forma de conducta sexual impropia, que se comete contra compañeras de trabajo —
hasta voluntarias— o subordinadas. Ocurre cuando a una persona se le exige de manera implícita o
explícita, que se someta a conducta ofensiva y sexual como condición para (a) conseguir empleo, o un
aumento de sueldo o un bono o un ascenso o una buena asignación; o (b) para evitar una degradación, una
asignación desagradable o la pérdida del empleo. La frase, “acoso u hostigamiento sexual” incluye el
comportamiento orientado sexualmente que interviene irrazonablemente con el desempeño en el trabajo o
crea un ambiente hostil u ofensivo.
El comportamiento sexual ofensivo no es deseado y cualquier persona lo rechazaría.. Ejemplos de tal
conducta:
∑
Comentarios recurrentes de contenido sexual, incluso los que serían humorísticos como
los chistes “de color subido”.
∑
Flirteos persistentes, proposiciones o peticiones de favores sexuales o de relaciones
amorosas.
∑
Toques indeseados de cualquier clase, la muestra de fotos de desnudos.
O
∑
hostigamiento no sexual que se dirige solamente a uno de los sexos. Por ejemplo,
malacrianzas o palabras humillantes a las mujeres, pero no a los hombres.
El comportamiento ofensivo y sexualmente orientado puede dirigirse a hombres o a mujeres. Un supervisor
o empleado de alto rango podría ser culpable de hostigar a una subordinada, pero también lo serían los
compañeros de trabajo si con su conducta crean un ambiente hostil, en el cual la empleada o voluntaria se
sienta incómoda y ello afecte la calidad de su trabajo.
Hoy día, el temor a las acusaciones de acoso sexual es muy grande , pero se puede reducir si se educa al
público. El comportamiento se torna acoso sexual si una persona razonable es la alegada víctima y se siente
intimidada. Por lo tanto, con uno o dos comentarios o peticiones para que se socialice no son suficientes
para crear un ambiente hostil, pero si esas conductas persisten, incluso después de que se le pida a la
persona que ofende que desista, entonces sí constituyen acoso sexual, al igual que un toque indeseado o
insinuación de que un ato en favor del trabajo se trueque por favores sexuales.
Recuerde que el acoso sexual no tiene que ver con sexo, tiene que ver con el abuso del poder de la
autoridad.
¿Qué debo hacer si tengo motivos para creer que un clérigo o seglar de la iglesia ha violado las pautas
diocesanas respecto a la conducta sexual impropia?
Si la persona es un clérigo o un seglar empleado o una voluntaria que trabaja para diócesis, infórmelo
marcando el teléfono 212-316-7413. Está en las oficinas del obispo. Dígale a quien conteste que desea
informar sus sospechas de maltrato sexual por parte de un integrante del cero o de un laico trabajador en la
iglesia. Le pasarán la llamada a quien pueda asistirle.
Si la persona es un seglar que trabaja en su parroquia o en otra institución Episcopal, siga el procedimiento
de esa institución para lidiar con las alegaciones de conducta sexual impropia. Si desconoce el
procedimiento, pregúntele cuál es a un clérigo del lugar o a alguien de su confianza, como el sacristán u
otro empleado, o llame a las oficinas del obispo y pida hablar con la persona que podrá ayudarle con la
posibilidad de un comportamiento sexual impropio. Un representante de la diócesis le ayudará a encontrar
la persona que debe llamar.
¿Que sucederá cuando la Diócesis reciba el informe de la posibilidad de conducta sexual impropia por parte
de un clérigo?
La diócesis ha creado el procedimiento para el manejo de informes de conducta sexual impropia por parte
del clero, y se diseñó para proporcionar lo siguiente:
∑
justicia para la alegada víctima y para el acusado, según el Derecho Canónico.
∑
castigo para el ofensor, correspondiente a la ofensa cometida.
∑
protección para el integrante del clero a quien se le acuse, falsamente, de comportamiento
sexual impropio.
∑
la asistencia pastoral adecuada para las víctimas, los ofensores y los seres queridos de
ambos, cuando la conducta sexual impropia haya ocurrido.
∑
diocesanos.
el cumplimiento con el Derecho Canónico, que incluye los nuevos cánones nacionales y
1.
Cuando el obispo recibe un informe del posible comportamiento sexual impropio, tratará de
resolver el asunto extraoficialmente, si así lo desea el querellante,
2.
Si el obispo tiene razones suficientes para creer que de hecho se ha cometido una falta y no es
posible la resolución extraoficial, entonces hará lo siguiente:
∑
Recomendará el caso al “Standing Committee“, para que decida si presentar cargos al acusado
integrante del clero.
∑
En el momento apropiado, enviará un equipo de intervención pastoral a cualquier parroquia,
misión o congregación afectada por la acusación, para explicar la situación e iniciar un diálogo con las
personas que recibieron servicios del clérigo acusado.
3.
Cuando un asunto se pone en manos del “Standing Committee“, éste habrá de
∑
examinar los cargos escritos y decidir si aseveran una ofensa bajo el Derecho Canónico.
∑
Si así fuere, le pedirá la abogado eclesiástico que se encargue de la investigación formal de las
alegaciones y que le recomiende al “Standing Committee“ el curso a seguir.
∑
Decidirá si emitir o no la notificación de cargos.
∑
Le enviará su decisión al acusado, a la alegada víctima y al obispo, quien excluirá a cualquier
integrante del clero que haya presenciado la acusación de conducta sexual impropia, pendiente a la
finalización del juicio.
4. Si el “Standing Committee“ emite una instrucción de cargos contra el clérigo acusado, éste será juzgado
por el Tribunal Eclesiástico, que consistirá de tres clérigos y dos laicos elegidos por el Congreso
Diocesano.
Durante el juicio,
∑
el acusado tendrá la representación de un abogado y se le ofrecerá el derecho al debido
proceso según los cánones nacional y diocesano.
∑
Si al clérigo se le hallase culpable debido a la presentación de pruebas concluyentes, el
Tribunal Eclesiástico llevará a cabo un segundo proceso para recomendar la sentencia al obispo. Dicha
sentencia podría incluir la amonestación, la suspensión de testimonio por
parte de ministros
ordenados.
∑
El obispo dictará sentencia según el derecho canónico.
5.
En cualquier momento, el clérigo podrá aceptar los cargos someterse a la disciplina a manos del
obispo, quien decidirá y dictará en cuanto a la sentencia adecuada.
6.
Si el clérigo desea continuar su ministerio después de haber confesado o de habérsele hallado
culpable, el obispo le exigirá que se someta a una evaluación antes de la sentencia, hecha por un individuo
o por un grupo de personas, con el visto bueno de la Compañía de Seguros de la Iglesia o “Church
Insurance Company“. Esa evaluación se enviará al obispo y al tribunal eclesiástico, si este último participó
en el caso. Se han de considerar los hallazgos al determinar la sentencia. Sólo podrá regresar a su ministerio
el clérigo que reciba el visto bueno del evaluador profesional. Si bien la evaluación no es garantía de que
podrá continuar su ministerio, el no participar cuando lo ordene el obispo, significará que no podrá regresar
a sus labores ministeriales en la diócesis donde originó la acusación.
7.
Si al clérigo SE LE HALLA inocente, la diócesis todo en cuanto esté a su alcance para asistirle en
la recuperación de la buena reputación.
8.
La diócesis ha de cooperar con las autoridades civiles que investigan alegados abusos y responderá
verazmente a toda petición de información respecto de los cargos, en todo momento. Ésta podrá posponer
los procedimientos eclesiásticos formales del caso si los cargos penales se emiten en contra del clérigo,
pero la asistencia pastoral estará a disposición de cualquiera que lo necesite, incluso de la congregación
afectada. En el cado de que la alegada víctima sea un menor cuando se hizo el informe, la diócesis
notificará a las autoridades civiles correspondientes y aplazará su investigación.
¿Que sucederá cuando la diócesis reciba el informe de alegada conducta sexual impropia por parte de un
trabajador seglar?
El procedimiento para lidiar con las alegaciones de comportamiento sexual impropio por parte de un
trabajador seglar es diferente al que se emplea cuando un clérigo es el acusado, porque el derecho canónico
no aplica a los trabajadores laicos. Ello tiene dos implicaciones distintas. La primera es que cuando a un
empleado seglar o voluntario se le acusa de conducta sexual impropia, el asunto se trata como un problema
en el empleo y la diócesis no tiene que seguir procedimientos canónicos. Ello no significa que el obispo
tiene que seguir procedimientos canónicos antes de impartir la disciplina en el empleo al clero que emplea.
El obispo puede despedir o suspender a cualquier empleado descarriado, aunque el mismo sea un ministro o
deán. Sin embargo, el obispo no podrá prohibir ni suspenderlo de sus funciones como ministro ordenado,
sin seguir el derecho canónico. Pero, ello también significa que la diócesis sólo podrá atender alegaciones
contra laicos empleados o voluntarios en otras parroquias o instituciones afiliadas a otras iglesias. Es por
eso necesario que las parroquias e instituciones hagan reglamentos y procedimientos propios para lidiar
con las alegaciones de conducta sexual impropia contra sus propios empleados seglares.
Cuando a un trabajador diocesano laico se le acuse de comportamiento sexual impropio o de acoso sexual,
se han de tomar las medidas siguientes.
∑
El oficial administrador jefe de la diócesis ha de nombrar un equipo investigador para que pase
revista a las acusaciones, rinda un informe por escrito de lo hallado y proponga las medidas disciplinarias
que se deban tomar.
∑
El oficial administrador jefe decidirá si las alegaciones tienen fundamento en las pruebas, pero no
estará sujeto a las conclusiones y recomendaciones del equipo investigador y tiene la potestad para pedir
información adicional o hacer su propia investigación, antes de hacer una determinación final.
∑
Si el oficial administrador jefe decide que la prueba sostiene las alegaciones, habrá de administrar
el castigo correspondiente a la ofensa. De ser apropiado o cuando la Compañía de Seguros de la Iglesia lo
requiera, Se exigirá la terminación satisfactoria de orientación o capacitación y podría pedir la restitución
del acusado antes de que este pueda volver a emplearse o a participar en actividades auspiciadas por la
diócesis.
∑
El oficial administrador jefe podrá, en cualquier momento de la investigación, dar al
acusado una licencia o suspender su participación en actividades de la diócesis hasta concluirse el asunto.
Podrá también prohibirle al acusado todo contacto con la querellante mientras no se haya finalizado el caso.
∑
El oficial administrador jefe podrá nombrar a una persona de enlace para que haga las mismas
funciones de los casos de alegaciones de conducta sexual impropia contra un clérigo.
∑
La diócesis seguirá las mismas pautas para empleados laicos que se siguen para el clero,
respecto a la rehabilitación, cuando las acusaciones no se sostienen, al tratar con la prensa, el cooperar con
las autoridades y al procesar las alegaciones hechas por menores de edad.
∑
Cuando el acusado de comportamiento sexual impropio es un seglar que es parte del personal
ejecutivo que trabaja para el obispo, éste habrá de hacer las funciones de oficial administrador jefe.
¿En qué difieren las pautas para el manejo de la conducta sexual impropia de la parroquia y las diocesanas?
Aunque la diócesis ha proporcionado una pauta que sirva de modelo para que las parroquias y las
instituciones asociadas a la misma la consideren y la adopten, cada parroquia e institución decide y adopta
normas de su propio cuño. Si esas reglas han de cumplir con los reglamentos para garantías que ofrece la
Compañía de Seguros de la Iglesia, no deberán apartarse en gran medida de las de las pautas diocesanas,
pero consulte con el párroco, o el sacerdote responsable.
Modelo #1
QUÉ CONSTITUYE EL COMPORTAMIENTO SEXUAL IMPROPIO POR PARTE DE EMPLEADOS
O VOLUNTARIOS PARA
[Parroquia o institución]
1.
Un seglar empleado o voluntario en [parroquia o institución] se comporta de manera impropia:
(a)
cuando, en el contexto de su trabajo o actividad como voluntario exhibe comportamiento sexual o
sexualmente sugestivo, requiere o intenta tal conducta con
(1)
cualquier persona menor de 17 años o que es legalmente incapaz de consentir a sabiendas según §
130.05 del código penal del Estado de Nueva York.
(2)
cualquier persona con quien comportarse de tal manera o intentarlo constituiría violación de la
ética profesional que rige a empleados y a voluntarios; o
(b)
cuando él o ella acosa sexualmente en el trabajo, violando las pautas que rigen tal acoso, que la
[parroquia o institución] ha adoptado.
2.
La frase “persona seglar empleada o voluntaria en la [parroquia o institución]” según se usa en
ésta norma significa cualquier laico
(a)
que percibe un salario por su trabajo —a tiempo completo o parcial— con la [parroquia o
institución];
(b)
contratado como consultor o como trabajador independiente para cualquier programa patrocinado
por [parroquia o institución];
(c)
que se ofrece de voluntario para asistir con el desempeño de cualquier programa que [parroquia o
institución] patrocine.
3.
La frase “conducta sexual”, según esta norma, significa toda forma de comportamiento físico o
voyeurístico cuya intención es gratificar a cualquiera que exhiba tal conducta, incluso sin límite del
“maltrato o abuso sexual” y “conducta o comportamiento sexual impropio”. Como la Compañía de Seguros
de la Iglesia podrá emplear esos términos de ese modo al definirlos en cualquier garantía, se adoptan de
aquí en adelante.
4.
La frase “conducta o comportamiento sexual sugestivo” según se emplea es esta norma significa
toda manera de conducta verbal o visualmente gráfica que a una persona razonable le sugiera asuntos de
naturaleza sexual.
5.
Un empleado o voluntario de [parroquia o institución] viola la ética profesional dentro de la
definición de esta norma si él o ella se comporta sexualmente o de manera sexualmente sugestiva, o pide o
intenta comportarse de ese modo, con
(a)
cualquier persona con quien el empleado o voluntario tenga una relación como su
orientador, que incluye:
(1)
toda persona a quien el empleado o voluntario le preste cualquier forma de atención
pastoral, incluso orientación y guía espiritual; y
(2)
toda persona de quien el empleado o voluntario, como funcionario diocesano, reciba información
de carácter confidencial;
(b)
todo familiar de una persona a quien el empleado o voluntario le preste cualquier forma de
atención pastoral, incluso orientación y guía espiritual;
(c)
cualquier persona que haya recibido orientación o guía, o familiar de una persona que
haya recibido orientación o guía, si las relaciones sexuales entre el empleado o el voluntario y el ex cliente
o el familiar de éste arriesgarían la integridad de esos servicios y constituyen el uso de la relación entre
orientador y cliente para el provecho personal del clérigo.
(d)
En el contexto del empleo o la actividad voluntaria, el empleado o el voluntario funge
como docente o administrador en una institución para la enseñanza afiliada a la iglesia, todo estudiante de
ese plantel que reciba clases o esté bajo la jurisdicción administrativa del empleado o del voluntario,
(e)
En el contexto del empleo o la actividad voluntaria, el empleado o el voluntario funge
como administrador o supervisor de un centro residencial afiliado a la iglesia, toda persona que allí viva —
temporal o permanentemente— en ese albergue.
6.
Se prohibe toda interacción en la [parroquia o institución] con niños y jóvenes por parte de
cualquiera que tenga un expediente civil o penal de maltrato sexual a niños, o que haya confesado el haber
cometido abuso sexual previamente, o de cualquiera que tenga un diagnóstico de parafilia, como la
pederastía, el exhibicionismo o el voyeurismo, según los define la Asociación Psiquiátrica Americana o
“American Psychiatric Association“.
7.
Un clérigo o postulante o aspirante a ordenarse que sea empleado o trabajador voluntario en la
[parroquia o institución] deberá regirse por las normas diocesanas respecto a la conducta sexual impropia
por parte del clero.
Modelo #2
PROCEDIMIENTO A SEGUIR CUANDO A UN EMPLEADO O A UN VOLUNTARIO SE LE ACUSA
DE CONDUCTA SEXUAL IMPROPIA
[Parroquia o institución]
A. El informe de alegaciones de comportamiento sexual impropio
1.
Toda persona que desee informar acerca de la alegación de conducta sexual impropia por parte de
un empleado seglar, un clérigo o un voluntario de la [parroquia o institución] podrá dirigirse a cualquiera
de las personas siguientes (a menos que una o varias sea el acusado):
(a)
el párroco o sacerdote responsable,
(b)
uno de los guardianes
(c)
cualquiera de la sacristía,
(d)
cualquiera otro que supervise el trabajo del acusado.
B. Procedimiento para manejar alegaciones de conducta sexual impropia por parte del clero
1.
Cuando las alegaciones implican el comportamiento sexual impropio de un integrante del clero —
como un obispo, sacerdote o deán— que es empleado o trabajador voluntario en la parroquia, quien recibe
el informe debe notificarlo a un representante de la Diócesis Episcopal de Nueva York según lo indican los
procedimientos diocesanos para manejar alegaciones de conducta sexual impropia (“Diocesan
Procedures”). Si el alegado ofensor no es ni el párroco, ni el sacerdote responsable, el asunto podría
notificarse también a los guardianes. No obstante, la diócesis ha de investigar las alegaciones de
conformidad con los procedimientos diocesanos. La parroquia ha de esperar a que la diócesis le indique,
antes de proceder con cualquier investigación o acto de disciplina propio.
2. Si el obispo determinase que hay causa probable para pedir una investigación canónica de las
alegaciones de conducta sexual impropia y, si el clérigo acusado no es ni el párroco, ni el sacerdote
responsable, entonces el párroco, o el sacerdote responsable, luego de consultar con el obispo, podría
suspender o limitar algunas o todas de los deberes del clérigo acusado, mientras estén pendientes los
procedimientos diocesanos y, deberá suspender al acusado de todos los deberes que se relacionen con los
jóvenes, si las alegaciones en su contra incluyen el abuso sexual de un menor. El párroco o el sacerdote
responsable podría también instruir al acusado de que no entre en contacto con el querellante mientras no se
resuelva el asunto. Si el acusado fuere el párroco o el sacerdote responsable, los guardianes y el sacristán,
luego de consultar con el delegado de la diócesis, podrían suspender o limitar las actividades del acusado
en la parroquia mientras el caso esté pendiente de los procedimientos canónicos, pero sólo en la medida
permitida por lo canónico y lo contractual.
3.
Cuando a un clérigo se le halla culpable o confiesa de haber cometido conducta sexual impropia,
entonces, además del castigo eclesiástico que el obispo le imponga, las autoridades parroquiales
correspondientes podrían también tomar medidas disciplinarias contra el ofensor, permitidas por los
cánones y por el contrato. Si el ofensor no es ni el párroco, ni el sacerdote responsable, entonces el párroco
o el sacerdote responsable podría amonestar, censurar, suspender o despedir al ofensor y podría exigírsele
que reciba capacitación, orientación o que restituya a la víctima, como condición para reintegrarse a sus
labores. Cuando el ofensor sea el párroco o el sacerdote responsable, entonces los guardianes y el sacristán
podrían tomar las medidas disciplinarias que no estén prohibidas por los cánones o por los términos de su
contrato con la parroquia o la diócesis.
4.
Esta parroquia tiene como norma el cooperar en todos los aspectos de los procedimientos
diocesanos, incluso los que atañen a la confidencialidad de las investigaciones, de divulgarlos a la
parroquia y de la sanación dentro de la misma.
5.
Toda averiguación por parte de la prensa respecto a la conducta sexual impropia de un clérigo,
dirigida a un representante de la parroquia —como al clero, al personal laico, a los guardianes, al sacristán,
a los voluntarios— se han de referir a la persona encargada de la prensa a nombre de la Diócesis de Nueva
York .
C.
Procedimiento para manejar alegaciones de conducta sexual impropia por parte de un empleado
seglar y de los voluntarios
1.
Toda alegación de conducta sexual impropia por parte de empleados laicos o de voluntarios, por
quien sea recibida, debe notificarse al párroco o al sacerdote responsable.
2.
En un plazo de 72 horas después de saber las alegaciones de comportamiento sexual impropio por
parte de un empleado parroquial seglar o voluntario, se ha de iniciar la investigación por parte de un equipo
que consistirá de un guardián o integrante de la sacristía y de el párroco o el sacerdote responsable. La
investigación consistirá de entrevista a la querellante, al acusado, a la persona que guía o supervisa a la
querellante —si esta fuere empleada o voluntaria— y a todo testigo que tenga información al respecto, para
hallar la verdad de las alegaciones. Siempre que sea posible, el equipo investigador deberá entrevistarse con
testigos y obtener testimonios escritos de ellos.
3,
Al concluir la investigación, el equipo deberá preparar un informe escrito que resuma sus
hallazgos.
4.
El párroco o el sacerdote responsable será el árbitro de si la prueba respalda las alegaciones. Si el
párroco o el sacerdote responsable determina que ello es cierto, tomará medidas disciplinarias contra el
acusado, correspondientes a la ofensa cometida. Para los empleados las medidas disciplinarias podrían
incluir reprimenda, degradación, o la negativa a conceder un ascenso, orientación o capacitación,
suspensión —con o sin condiciones— o despido. Para los voluntarios las medidas disciplinarias se limitan
a la reprimenda o la prohibición de participar e todas o algunas actividades auspiciadas por la parroquia.
De ser apropiado, se impondrá la condición de completar satisfactoriamente orientación y capacitación y de
restituir a la víctima, para reintegrarse a sus labores o poder participar en las actividades auspiciadas por la
parroquia.
5.
Una nota escrita por el párroco o el sacerdote responsable con una determinación y la medida
disciplinaria impuesta se ha de colocar en el expediente confidencial de la investigación (véase el
procedimiento #18) y en el expediente de personal, si lo hubiere. Además, si fuere necesario, se le enviará
la información a todo supervisor a quien le incumba el resultado final del asunto.
6.
No habrá apelación a la decisión del párroco o el sacerdote responsable.
7. En cualquier etapa de la investigación el párroco o el sacerdote responsable podría ordenar que el
acusado se ausente con licencia —si es un empleado a sueldo, con paga— o suspender su participación en
algunos o todas las actividades auspiciadas por la parroquia hasta tanto termine la investigación y se llegue
a una determinación final en el asunto. El párroco o el sacerdote responsable podría nombrar a una persona
que sirva de intermediario entre la parroquia y el (la) querellante, como recurso y como fuente de
información para el querellante. Podría asistir con la radicación de la acusación formal y ayudar al (la)
querellante durante la investigación si éste (a) así lo deseara. El enlace del querellante debe también estar
pendiente de la atención pastoral del querellante.
9.
Cuando el (la ) querellante es menor de 17 años al momento de radicarse las acusaciones, y la
conducta aducida, si se prueba, constituiría abuso o violación del código penal del Estado de Nueva York,
el párroco o el sacerdote responsable les notificará a los padres o al tutor(es) de la (del) querellante, que la
parroquia ha de notificar a las autoridades que velan por el bienestar de los niños, como la “Child Welfare
Agency” de la ciudad de Nueva York —en otras partes se conoce como Servicios Sociales— para que se
investigue el caso, si los padres o el tutor no lo han hecho ya. Si se hiciere tal informe, la parroquia
pospondrá toda investigación hasta que concluya la de las autoridades de la ciudad.
Si embargo, en cuanto se reciba el informe de la “Child Welfare Agency” el párroco o el sacerdote
responsable deberá suspender al acusado de participar en actividades para los jóvenes auspiciadas por la
parroquia y podría suspenderlo del trabajo o de participar en otras actividades de la parroquia. Si se
sostienen las alegaciones de abuso sexual de un menor, entonces el acusado será despedido inmediatamente
y no podrá reinstaurarse en ninguna circunstancia.
10.
Si las alegaciones se sostienen luego de la investigación hecha por el párroco o el sacerdote
responsable, éste, en consulta con los guardianes, decidirá si se notificará o no a los compañeros de trabajo
del acusado, a los participantes de todo programa auspiciado por la parroquia o comunitario afectado por
los actos contra el acusado y a la parroquia en general. La corrección y el contenido de una notificación tal
tomará en cuenta la naturaleza y la gravedad de la ofensa, la necesidad de que reluzca la verdad y la
franqueza con que se trata la conducta sexual impropia en la Iglesia; las necesidades pastoral y de empleo
de los compañeros de trabajo del acusado y de otros participantes en el programa afectado, el potencial de
responsabilidad con la parroquia si no se le notifica y las posibilidad de rehabilitar al acusado.
11.
(a) En caso de que la prensa desee información cuando se está investigando si hubo o no conducta
sexual impropia por parte de un empleado seglar o un voluntario, la parroquia podría confirmar que sí se ha
hecho una acusación y que se está investigando. Si se ha suspendido al empleado o al voluntario, se dirá,
pero con la advertencia de que la suspensión no debe interpretarse como admisión de que el acusado es
culpable de lo que se alega en su contra.
(b) Luego de que finalice la investigación, la parroquia, a discreción, podría emitir un parte de prensa
explicando lo sucedido, anunciando los resultados de la investigación, las determinaciones al respecto y
una explicación de las medidas disciplinarias tomadas, si las hubo.
(c) Se nombrará a un portavoz único que se encargará de la prensa, teniendo en cuenta los intereses de las
partes, incluso los del querellante, del acusado y de los familiares y demás seres querido de ésta último.
D.
Procedimientos que se aplican a todas las alegaciones
1.
Las notas, las aseveraciones, los expedientes legales y los informes creados durante la
investigación se han de mantener en un archivo confidencial que guardará el párroco o el sacerdote
responsable. La información en él contenida sólo se divulgará al surgir una necesidad y según los
procedimientos. Sin embargo, ninguna persona involucrada en el proceso, en especial el querellante y el
acusado, deberán albergar expectativas faltas de realidad respecto a la confidencialidad que impedirían la
investigación a fondo de las acusaciones, para lidiar con el aspecto pastoral de toda víctima u otras
personas afectadas por la conducta del acusado, o para colaborar con las autoridades.
2.
(a)
La parroquia ha de cooperar con toda investigación penal que se inicie por alegaciones
del comportamiento sexual indebido de un empleado o de un voluntario de la parroquia.
(b)
La parroquia ha de responder por completo a toda subpoena emitida por cualquiera de las
partes en un acto civil o administrativo o de investigación que conlleve alegatos de conducta sexual
indebida, por parte de un empleado o de un voluntario de la parroquia.
(c)
Ningún representante de la parroquia impedirá o desalentará a un querellante para que no
radique sus alegaciones, ni de radicar una demanda civil por daños debido al comportamiento sexual
impropio por parte de un empleado o de un voluntario de la parroquia.
3.
Lo antes posible después de terminada la investigación, los guardianes notificarán al asegurador de
la parroquia de las alegaciones y, de ahí en adelante, mantendrá al asegurador al día del progreso del
asunto. Si los alegatos son de conducta sexual impropia por parte de un clérigo, la parroquia le notificará al
asegurador por instrucciones del rector o del vice rector.
4.
(Nombre de la parroquia o de la institución) prohibe que una persona —sea clero, empleado laico
o voluntario– que haya abusado sexualmente de un menor o que tenga un diagnóstico de parafilíaco—
interactúe con niños o jóvenes. Por lo tanto, si en cualquier momento se encuentra que un empleado o un
voluntario parroquial haya abusado sexualmente de un menor, o se le conoce la condición de parafilíaco, el
párroco o sacerdote responsable o los guardianes tomarán las medidas necesarias para cerciorarse de que
ese empleado o voluntario parroquial, no entre en contacto con niños o jóvenes.
Modelo #3
EL ACOSO SEXUAL EN EL TRABAJO
Esta declaración enuncia las normas de [parroquia o institución] respecto al hostigamiento sexual en el
trabajo por parte del clero y de empleados seglares y voluntarios que trabajan en [parroquia o institución].
[Parroquia o institución] condena el acoso sexual en el trabajo.
El acoso sexual ocurre cuando
1)
a una persona se le requiere —implícita o explícitamente— la sumisión a comportamiento
ofensivo, de carácter sexual, como condición para (a) conseguir trabajo, un aumento de sueldo o un bono,
un ascenso o una buena asignación, o (b) para evitar degradación, asignaciones desagradables o despido.
2.
La conducta de carácter sexual interviene de modo irrazonable con el desempeño en el trabajo o
crea un ambiente laboral hostil u ofensivo.
El comportamiento ofensivo de carácter sexual es comportamiento indeseado y de contenido sexual, que
ofende a quien está dirigida. Algunos ejemplos a continuación.
1)
Recurrir a comentarios de carácter sexual, incluso los que provienen del humor, como los chistes
de color subido..
2)
Coqueteos sexuales persistentes, proposiciones y peticiones de favores sexuales.
3)
Todo toque indeseado de cualquier parte del cuerpo.
4)
Despliegues o muestras no solicitadas de fotografías de desnudos o de sexualidad explícita.
5)
Hostigamiento de carácter no sexual dirigido solamente a los individuos de un sexo, como el que
es grosero con las mujeres o las minimiza, pero nunca exhibe esa actitud hacia los hombres, o a la inversa.
No es necesario que tal comportamiento ocurra en el trabajo para que se constituya en acoso sexual.
La conducta ofensiva de carácter sexual puede estar dirigida lo mismo a hombres que a mujeres y puede ser
heterosexual u homosexual. Un supervisor o un empleado con un puesto alto podría acosar a un
subordinado, pero también podrían hacerlo los compañeros de trabajo si, con su comportamiento, crean un
ambiente difícil para el empleado o el voluntario donde el desempeño en el trabajo se dificulta.
La conducta de carácter sexual que no es indeseable ni ofende a la persona a quien va dirigida no constituye
hostigamiento sexual. No obstante, el he hecho de que entre compañeros de trabajo haya existido una
relación consensual no es ni será pretexto para la conducta acosadora que ocurra una vez la relación haya
concluido. Tampoco es defensa de la acusación de hostigamiento sexual el que el (la) querellante no lo
informara formalmente. A menudo, la conducta de carácter sexual es indeseable para un compañero de
trabajo, pero esa persona siente temor de quejarse, o teme la venganza y aguanta la conducta que ofende.
Eso no es consentimiento.
En [parroquia o institución] se cree que el acoso sexual es explotación, socava la integridad de las
relaciones en el trabajo, debilita la moral y es obstáculo o para la eficacia en el desempeño laboral. Nadie,
hombre o mujer, debería estar sujeto ni a los avances, ni a la conducta de naturaleza sexual no deseados ni
solicitados, sean estos verbales o físicos.
Modelo #4
NORMAS CONTRA EL HOSTIGAMIENTO SEXUAL
[Parroquia o institución]
Toda persona, sea del clero o sea laica, empleada o voluntaria para [parroquia o institución] que acose
sexualmente a otro empleado, a un voluntario o a un postulante cuyo mentor es un integrante del clero, lo
hace violando las normas de [parroquia o institución] y está sujeto a medidas disciplinarias
correspondientes a la falta cometida.
Procedimiento para manejar alegaciones de hostigamiento sexual
A cualquiera que crea que un empleado o un voluntario de [parroquia o institución] es culpable de acoso
sexual, se le insta a que lo informe a una persona que pueda ayudar. El empleado o el voluntario debe
notificárselo a su supervisor, al párroco o sacerdote responsable, o a un guardián o a personal de la
sacristía. Las personas que deseen radicar una querella de hostigamiento sexual por parte de un clérigo con
quien colabora podría también informarlo a la Diócesis Episcopal de Nueva York, con marcar el número
212-316-7413, de las oficinas del obispo.
Siempre que sea posible, cuando el acoso sexual se lleve a la atención de [parroquia o institución],
independientemente de cómo ocurra, [parroquia o institución] ha de investigar los hechos y tomará medidas
para remediar la situación si lo amerita. [Parroquia o institución] efectuará toda investigación de esa índole
con prontitud. Las quejas se atenderán a base de “la necesidad de saber”, en la medida posible. Las
personas que efectúan la investigación serán las únicas que conocerán las identidades del querellante y del
acusado. Sin embargo, una vez un representante con antigüedad de [parroquia o institución] se entere de la
posibilidad de que ocurriera un incidente de hostigamiento sexual por parte de u clérigo, de u empleado o
de un voluntario, debemos investigar en respuesta a la notificación. No podemos quedarnos cruzados de
brazos ante la petición de un querellante.
Si la investigación revela que la queja tiene fundamento, se tomarán medidas disciplinarias contra el
culpable. El castigo impuesto a un empleado laico o a un voluntario podría ser desde una reprimenda,
orientación obligatoria o adiestramiento para sensibilizarlo, degradación o retraso de un ascenso o despido.
Todo clérigo que cometa acoso sexual se arriesga a la disciplina eclesiástica según el derecho canónico y la
norma diocesana para tratar la conducta sexual impropia por parte de un clérigo.
Nadie que informe de incidentes de hostigamiento sexual en el trabajo estará sujeto a la venganza por parte
de la persona acusada ni por nadie más. Toda venganza contra la querellante por parte del acusado o de
cualquiera otra persona, dará pie a un despido de inmediato de [parroquia o institución]; y a la disciplina
eclesiástica más severa si es del clero de [parroquia o institución].
En [parroquia o institución] se reconoce que la interrogante de si un acto en particular o u incidente
constituyen acoso sexual o si es pare solamente de una relación puramente personal y social sin que por
ello ocurra un efecto de discriminación en el empleo, debe resolverse a base de los hechos pertinentes.
En [parroquia o institución] también se reconoce que las acusaciones falsas de acoso sexual pueden llevar
consecuencias graves para los inocentes. Confiamos en que todos nuestros empleados y voluntarios actúen
responsablemente para establecer y mantener un ambiente laboral agradable, donde no se discrimine contra
nadie.
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