1 Trabajo Final de Integración para la Licenciatura de Psicología de la Universidad de Palermo Aporte del Proceso Hoffman de la Quadrinidad a la Psicología Nombre y Apellido: Fernán Makaroff 2 INDICE: Página 1. INTRODUCCIÓN 2 2. OBJETIVOS 4 3. METODO 4 3.1. Tipo de estudio 4 3.2. Procedimiento y participantes 4 4. EL PROCESO HOFFMAN 5 4.1. Síndrome del amor negativo 5 4.2. Quadrinidad 7 4.3. La programación negativa 9 4.4. Objetivos 10 4.5. Visualización 15 4.6. Aspectos negativos del PHQ 17 5. INTEGRACIÓN TEORICA 19 5.1. Psicología evolutiva 19 5.2. Teoría psicoanalítica 26 5.3. Terapia gestáltica 27 5.4. Inteligencia emocional 28 5.5. Psicología humanística 29 5.6. Amor incondicional 35 5.7. Psicoterapia holística 37 5.8. Síntesis del marco teórico y conclusiones 42 6. INVESTIGACIÓN 45 7. CASOS 47 7.1. Entrevista 1 47 7.2. Entrevista 2 49 7.3. Análisis 51 3 7.4. Conclusión 53 8. CONCLUSIONES GENERALES 54 9. BIBLIOGRAFIA 57 4 1. INTRODUCCION El presente trabajo de integración final surge principalmente de la práctica profesional realizada en el Instituto Hoffman. Dicha Institución ofrece como servicio principal el Proceso Hoffman de la Quadrinidad; un método intensivo de autoconocimiento y autotransformación. El Proceso se dicta en doce países; en América, Europa y Asia. En Argentina tiene lugar en las afueras de Buenos Aires, en la localidad de Castelli. Su duración es de siete días y medio, y consiste en una convivencia en un hotel estancia, con un número aproximado de hasta veinticinco personas. El curso tiene como objetivo central desarmar los aprendizajes negativos de la infancia, que se repiten durante toda la vida en forma compulsiva, inconsciente e involuntaria, limitando así el desarrollo evolutivo en la vida adulta. Esto incluye modelos de conducta, reacciones, posturas, modos de relacionarse con otros y consigo mismo, estados anímicos y creencias o valores. Se busca hacer conciente la matriz o molde de vida que se internaliza en la infancia y actúa como limitante y sabotea las acciones en el presente (Thame, 1980). Durante el transcurso de la semana no hay ningún tipo de conexión con el mundo exterior, para asegurar que la persona no pierda el contacto consigo mismo y realice un trabajo concentrado en sus vivencias y en su mundo interno. Esta estructura intensiva se debe meramente a un acto de cuidado, ya que por su profundidad, carga emocional y su relación directa al sistema familiar presente y pasado, resulta indispensable que el individuo pueda primero elaborar y cerrar el trabajo interno realizado, para poder volver a su hogar o a sus vínculos afectivos cercanos desde una posición de madurez, equilibrio, responsabilidad y comprensión. El método Hoffman de la Quadrinidad brinda un recurso integrador de la persona, eficaz para recuperar la vivencia del amor incondicional y el ejercicio pleno de la propia autonomía. Enseña a desactivar la compulsión a reiterar patrones limitantes aprendidos durante la infancia, y contribuye a cimentar el diseño de vida que se quiere encarar. Esta matriz comienza a grabarse en el mundo emocional desde el momento de la concepción hasta la pubertad, y consiste en una sucesión de imágenes, que configuran una película que se activa compulsivamente a partir de la adolescencia. Funciona 5 inconscientemente como una visión del mundo indiscutible, en la que la realidad, las relaciones y la vida en general son el resultado de las expectativas de nuestros padres. El mundo de nuestra infancia determina la mirada que tenemos para con los demás y para con nosotros mismos durante la adultez (Hoffman, 1974). Las bases del trabajo apuntan a fundamentar la hipótesis implícita en el Síndrome del Amor Negativo, concepto creado por Robert Hoffman en 1967, y el creador de esta metodología. Se explicará cómo esas grabaciones de las primeras etapas de la vida generan sufrimiento en el ser humano, dejándolo desconectado de su ser, limitando el acceso pleno a su capacidad de perdón, compasión y amor incondicional, privilegiando el intelecto y el “deber ser” sobre el “querer” y el “ser”. Hoffman (1974) denominó “programación negativa” a ese conjunto de conductas, creencias, emociones, y modos de ser aprendidos que se repiten durante la vida adulta de manera compulsiva, inconsciente e involuntaria, formando parte de la personalidad. En este método la concepción del hombre está constituida por cuatro aspectos: cuerpo, emoción, intelecto y espíritu, y necesitan ser reintegrados para recuperar el equilibrio interno y la armonía (Sperber y Ortiz, 2006). El curso integra distintos modelos y enfoques psicológicos; tomando principios básicos del Psicoanálisis, el Humanismo, la Gestalt, la Psicología Evolutiva, la Psicología Holística y la terapia sistémica. Se utilizan también conceptos de la Física Cuántica, técnicas de visualización y diferentes trabajos corporales. 6 2. OBJETIVOS El objetivo fundamental de este trabajo consiste en describir la importancia de una metodología simple, veloz y profunda, para desactivar de raíz las causas del sufrimiento emocional en las personas. Constituyen objetivos específicos: Describir un método terapéutico que promueve la autonomía personal y el desarrollo integral en todos los aspectos del ser humano. Evaluar la relevancia de promover el método Hoffman como una alternativa altamente eficaz para el tratamiento de pacientes sin patologías avanzadas en el marco de la psicología. 3. MÉTODO 3.1. Tipo de estudio: Descriptivo-Observacional, del tipo antes-después, en el que se sigue a un grupo de personas durante una semana. 3.2. Procedimiento y participantes: se efectuó un seguimiento a un grupo de participantes antes y después de la aplicación del método Hoffman de la Quadrinidad. Se realizaron dos entrevistas personales, una semana antes de atravesar por la experiencia y seis meses después. También se efectuó una observación del proceso de transformación los primeros y últimos dos días durante el transcurso del curso. 7 4. EL PROCESO HOFFMAN Al ser el Proceso Hoffman de la Quadrinidad un recurso novedoso dentro del campo de la psicología, se considera necesario explicar en detalle algunos conceptos y términos básicos, propios del mismo, que constituyen la estructura de su metodología, para aportar una visión esclarecedora y permitir una comprensión acerca de las bases de su funcionamiento y de sus objetivos. Se explicará su relación con los distintos modelos clásicos, así también como con otras terapias alternativas, para evidenciar las similitudes y diferencias entre los enfoques ya existentes y el aporte particular de este método de autoconocimiento y autotransformación. Los ejes principales que resumen la estructura básica del curso son: - El Síndrome del Amor Negativo - La Cuadrinidad - La Programación Negativa 4.1. Síndrome del Amor Negativo Según Hoffman (1984) la causa de la deshumanidad consigo mismo, es parte de la enfermedad llamada neurosis universal. Esencialmente desde un punto de vista amplio el amor negativo no es más que un estado de sentirse indigno de ser amado. Históricamente, el dolor y el conflicto causado por las actitudes, sentimientos y comportamientos negativos, han originado infelicidad personal y errores sociales incalculables. Estos comportamientos son obstáculos reales a la realización personal y al equilibrio familiar y social. Por ello es imperativo poner al descubierto y desenraizar las causas del amor negativo que provocan comportamientos devastadores y destructivos. Es un concepto bien conocido y aceptado que los niños aprenden comportamientos positivos y negativos por medio de la programación de sus padres. Todo ser humano comparte el denominador común de haber nacido de un hombre y una mujer, un padre y 8 una madre. El niño depende totalmente de ellos con relación a la comida, a la orientación, ayuda y amor. Son sus modelos y ejemplos. Desgraciadamente, la mayoría de las personas tuvieron padres que expresaban o manifestaban programas y patrones negativos. Al no conocer nada más, aprendieron y adoptaron estos programas y patrones como propios. Cuando un individuo vivencia y se identifica con estas mentiras adoptadas, olvida su verdadera y básica esencia: el amor. Hoffman (1984) explica que la ausencia de los padres biológicos y la falta de sustento y amor (sin importar cuanto amor se haya recibido de los padres sustitutos) ha sido la causa básica de la falta de habilidad, para relacionarse con amor, consigo mismo y con los demás. Muchos tuvieron padres físicamente presentes, pero emocionalmente ausentes: el resultado es el mismo. Como consecuencia, pasan su vida rechazándose y armando situaciones en las que los rechazan los demás. Abandonados físicamente o no, no recibieron amor de sus padres de una forma consistente. Por ello sienten que no merecen amor. Así comenzó la falta de autoestima, junto con sentimientos de invalidación y de incapacidad de amar - el flagelo de la salud mental -. Los problemas comienzan a germinar a partir del momento en que se es concebido. Si los padres amaran, desearan, quisieran y criaran a sus hijos hasta la pubertad con un flujo de amor consciente, no posesivo, no sofocante y con aprobación incondicional, podrían ser evitados los efectos de la devastadora vivencia de sentirse indigno de ser amado. Es importante aclarar que los padres, que inconscientemente programan a sus hijos, aunque sean la causa, no son culpables. Ellos también fueron programados por sus padres; antes también lo fueron sus padres, y así sucesivamente. Todo ser humano es culpable de sus comportamientos, y sin embargo ninguno tiene la culpa. Es una circunstancia desdichada que pasa de generación en generación, internalizándose inconsciente e involuntariamente. La definición de Amor es siempre un enigma. Este autor considera la posibilidad de que el Amor sea el fluir, la entrega, el fluir del corazón y del alma, en bondad emocional, primero por uno mismo y después por los que están alrededor. La verdad básica de esta definición es: "nadie puede dar amor si primero no lo tuvo”. Lo que normalmente parece ser amor es solamente la pretensión de actuar amorosamente para recibir o 9 conseguir el amor de los demás. El verdadero amor sólo puede manifestarse cuando una persona se acepta y se ama incondicionalmente. Sólo entonces es posible dar por dar, sin preocuparse de lo que se reciba a cambio. El amor negativo es un hábito compulsivo que intercepta la capacidad de amar libremente. Domina al hombre desde hace mucho tiempo, desde los comienzos de la humanidad. Es muy común ver a personas que pasan la mayor parte de sus vidas desarrollando un sofisticado método para evitar el verdadero dolor, que es la causa real de su sufrimiento. Y tienen miedo de que, enfrentar la realidad de su dolor, sea demasiado doloroso. En su lugar, han desarrollado una manera de vivir evitándolo, escapándose de él e ignorándolo. Uno de los principales problemas de muchos de los que han hecho trabajo terapéutico o que han recorrido caminos alternativos de crecimiento personal, es que ciertas técnicas y métodos que aparentemente producen cambios, en muchos casos el cambio es temporal. Se centra la atención en la superficie y en los síntomas, evitando enfrentar la verdadera causa del dolor, y así la raíz básica principal permanece intacta. Con el paso del tiempo, aunque solucionado aparentemente lo que producía malestar, los problemas reaparecen de nuevo, y con un gran impacto. Para que ocurra la transición real es necesario trabajar la negatividad desde su raíz. Sólo entonces podrá ser reciclada y convertirse en un comportamiento positivo en toda su plenitud. 4.2. Quadrinidad En 1967, Robert Hoffman creó el término de Quadrinidad. Se refiere a los cuatro aspectos del ser : físico, emocional, intelectual, espiritual. Conforme a Hoffman (1974) el cuerpo físico contiene al cerebro físico y a la mente no física, o fuerza vital. Los tres componentes de la mente son la trinidad, formada por el emocional, intelectual y espiritual. El aspecto espiritual hace referencia a la parte esencial del ser humano, su naturaleza primordial, auténtica e innatamente positiva y amorosa. Suele llamarse también su potencial. El cerebro físico es el vehículo físico u órgano que hace posible la actividad 10 mental. La investigación científica todavía tiene que probar la existencia física de la mente. El principio básico es que el alma-mente y la fuerza vital tienen energía electromagnética que hace funcionar al cuerpo. Cuando ella se desconecta del cuerpo, ocurre el fenómeno de la muerte corporal. Ya que en el nivel de la física cuántica nada se pierde y todo se transforma, es importante saber qué es lo que ocurre con esta energía mente-alma. Desde este enfoque, se considera que esta energía es parte de una fuerza vital no física y espiritual mucho mayor, y por lo tanto es indestructible. Urge que el componente espiritual de la mente, la parte más sabia y con más recursos, sea utilizada para superar los problemas causados por la programación de la infancia. El proceso de visualización es una de las formas que ayuda a la persona a contactarse con esta parte perfecta de su ser, que permanece oculta. Cuando se reconoce como un ser espiritual, el cuerpo y el cerebro físico podrán tornarse sus aliados y ayudar a llevar paz a los otros dos aspectos de su mente: a las emociones perturbadas y al intelecto. El ser espiritual o la parte esencial de todo individuo, es cubierta por los patrones de negatividad de la programación de sus padres; desde la concepción en el útero de la madre. La analogía que se puede usar es la de un perfecto e indestructible diamante cubierto por tierra y escombros; esto representa al síndrome del Amor Negativo. Esta esencia es su verdadera realidad, que nunca fue perdida. Sólo fue cubierta y velada a su conciencia, y todo el trabajo realizado apunta a develarla y a permitir que se manifieste e instale de nuevo en su vida. Para conseguir esto es necesario atacar al Síndrome del Amor Negativo en sus cuatro niveles: Físico, Emocional, Intelectual y Espiritual. Sino se realiza de esta manera, se obtendrá una resolución parcial y no total. Nada falta en ningún ser humano. El Yo real está siempre presente. Desgraciadamente, la gran mayoría de los padres no sabe como nutrir la esencia de sus hijos, a causa de su propia programación. La esencia de ellos tampoco fue nutrida por sus padres. No aprendieron a honrar, respetar y amarse a sí mismos, y por lo tanto jamás hubieran podido darles lo que no tuvieron. Si ellos hubieran sido capaces de honrarse y amarse a sí mismos, hubieran honrado a sus hijos, entonces éstos hubieran sido nutridos con amor y alimentados con un profundo sentimiento de seguridad interna. 11 4.3. La programación negativa Hoffman (1974) explica que los padres y padres sustitutos son modelos de cómo se debe ser. Cuando un niño no recibe su aceptación incondicional por aquello que es, comienza a sentirse indigno de ser amado, e intenta hacer lo posible para conseguir su amor. Esto ocurre en un nivel emocional y físico, mucho antes de que el intelecto entre en actividad: comienza en el útero y llega hasta la pubertad. Ese sentimiento de rechazo ocurre en especial cuando los padres no le prestan atención, o tienen una actitud negativa hacia él, por no gustarles el modo en que se comporta. El niño reproduce su comportamiento, tal como lo percibe, en actitudes y sentimientos negativos hacia él mismo o hacia otros, desde muy temprana edad, desconectándose de su verdadera identidad por enfocar la atención en las expectativas y mandatos de sus padres. Todo niño depende de su madre y de su padre para todas las necesidades. Si ellos lo traicionan al no tener cubiertas sus necesidades amorosas y emocionales, cuando se vuelve adulto queda preso entre querer o necesitar de ellos y estar resentido con ellos. Si nunca aprende a confiar en ellos, o si ellos no tenían confianza en él, entonces nunca aprendió a confiar en él mismo ni en los demás. La mayoría de las personas pasan sus vidas buscando inconscientemente los padres amorosos y dignos de confianza que precisaban y querían, pero que nunca tuvieron. Este conflicto destruye las relaciones. Aún cuando una parte del individuo desea amar o abrirse emocionalmente, con la voluntad no es suficiente, porque la lealtad de un hijo a repetir lo que aprendió de los seres que más ama es más poderosa, y lo que vence al final son las programaciones automáticas de la infancia. Como no conoce nada mejor, acepta sin opción el sistema familiar e internaliza la programación y las negatividades de sus padres, por causa del Amor Negativo. Cuando retoma viejas escenas familiares en su vida actual vuelve a encontrarse con rechazo, infelicidad, soledad e inseguridad. Básicamente, la programación negativa es el conjunto de todas las emociones, conductas, creencias, reacciones, posturas y modos de ser, aprendidas de los padres de la infancia por imitación o rebeldía, que se repiten en forma inconsciente, compulsiva e involuntaria durante toda la vida. Hoffman (1984) sostiene que toda la programación básica ocurre antes de la pubertad (edad de la madurez biológica: primera menstruación 12 en las mujeres, primera eyaculación en los hombres); el adulto en el que nos transformamos después de la pubertad actúa automáticamente según su modelo aprendido en la infancia. Esta programación tiene un amplio alcance y está tan instalada desde los primeros meses de vida en la psique, en el comportamiento, en los sentimientos y pensamientos, en el cuerpo y en el lenguaje, que comúnmente se la llama “la personalidad”, asumiéndola como propia. Limita el crecimiento en todas las áreas y es la causa del sufrimiento emocional, espiritual y físico (somatizaciones y desequilibrios funcionales) en el ser humano. 4.4. Objetivos Conforme a Hoffman (1984), la programación sucede de muchas maneras sutiles y no tan sutiles. Es fundamental para lograr la integración y el perdón que, en el momento apropiado, el participante esté dispuesto a sacar la venda de defensividades y tener una experiencia de la verdad de cómo adoptó los patrones y programas de sus padres. Desde ese momento, conociendo que esos patrones no son él mismo, que esta programación no fue genéticamente determinada, podrá aprender cómo sacársela. Por eso, el primer paso para librarse de ella es revivir su niño/a del pasado. Este es el comienzo del camino de autoconocimiento. Desde un nivel intelectual es sencillo entender que los padres tienen la culpa y que a su vez nadie es culpable, pues como se explicó, estos modelos se transmiten de generación en generación. El intelecto entiende este concepto en un plano superficial, pero no puede modificar el comportamiento emocional negativo. Su alcance es limitado y por eso se trabaja desde el plano emocional, pues por allí se internalizan los sentimientos, las conductas negativas, y toda la programación básica desde el nacimiento (cuando el intelecto aún no operaba) hasta la pubertad, y allí está todavía todo lo que produce sufrimiento en el presente. Sólo así se puede ser verdaderamente consciente, y en profundidad, de cómo uno se transformó en el adulto que es, comprendiendo sus sentimientos y conductas disfuncionales. 13 El sistema familiar de la infancia crea un conjunto de mentiras, simulacros, patrones y programas de amor negativo, que muchas veces permanece inconsciente, sin que la persona tenga registro alguno de ello. El motivo por el cual muchas veces permanece en el inconsciente se debe a un mecanismo de supervivencia y adaptación al medio presente en la raza humana, cuya función consiste en proteger a la psique de la conexión con dolores profundos y vivencias traumáticas de la niñez, cuando aún no está lo suficientemente madura para hacerlo. Si se mantuviera la conciencia y la conexión con vivencias tan intensas en el estado común de vigilia, cuando la mente no está todavía preparada para soportarlas, sin una contención, un acompañamiento y un trabajo terapéutico permanente y especializado, resultaría muy difícil sostener una estabilidad emocional que permita funcionar en forma equilibrada en las diferentes áreas y aumentaría considerablemente el riesgo de sufrir colapsos, descompensaciones, o trastornos en los niveles físico y mental. Este mecanismo de protección es inherente a todos los seres humanos y denota una sabiduría e inteligencia innata de la especie. Para que el individuo pueda conectarse abierta y directamente con estas emociones, es necesario un ambiente facilitador, con profesionales y medios que permitan una contención adecuada y sostenida. Para lograr la transformación, es necesario que la persona experimente la interacción en su familia entera y que pueda ver cómo le enseñaron a ser en el mundo. Esta manera de actuar forma el sistema de comportamiento, creencias, rasgos y patrones de Amor Negativo de su familia. La forma en que su madre y su padre se relacionaban el uno con el otro y cómo él se volvió a su manera de relacionarnos consigo mismo y con los demás. La manera de amar y de vivir de ellos se volvió la suya propia a través de la adopción. Los conflictos de su madre y padre se volvieron sus conflictos. Los defectos de ellos se volvieron sus defectos. La ceguera de ellos se volvió su ceguera. Cuando en las relaciones amorosas uno manifiesta rasgos negativos iguales a los de sus padres, o proyecta el comportamiento materno y paterno, los está reproduciendo. Esto recrea el sistema familiar y el horror del Síndrome del Amor Negativo. La proyección en los padres, los compañeros, las figuras de autoridad, los amigos o en los profesores, es conocida como transferencia, concepto conocido y usado en la línea psicoanalítica y en otras ramas de la psicología. Produce resistencia, conflicto y rechazo (y/o crea situaciones de rechazo), y es uno de los mayores obstáculos al crecimiento. 14 Antes de poder borrar estos comportamientos, sentimientos y actitudes negativamente programadas, se debe romper la dependencia y la necesidad psicológica hacia los padres de la infancia. Cuando desde el nivel más profundo de su ser, el individuo aprende a perdonarles emocionalmente, en vez de intelectualmente, puede entonces perdonarse a sí mismo y encontrar la paz. Para alcanzar esta meta tan deseada, debe llegar a un profundo estado de compasión, perdón, comprensión sin condena y aceptación de los niños que sus padres fueron un día. Al alcanzar esto, estará verdaderamente libre para aceptar, perdonar y amar a los adultos en los que ellos se transformaron. Haciéndolo, podrá liberarse de esta matriz y encontrar dentro de sí mismo autoaceptación, autoperdón y amor incondicional. Para desactivar el conjunto de patrones y modelos aprendidos con los cuales un individuo está identificado, es indispensable primero que sea capaz de verlos, con conciencia y aceptación, activo y operando en él ; presente en todas las áreas de su vida; limitando su alegría, su capacidad de disfrute y su paz; saboteando sus proyectos y sus vínculos; provocándose enfermedades y somatizaciones; generándose estados de ansiedad, depresión, desgano, tristeza y soledad; rechazándose, rechazando a otros o armando para que lo rechacen; y sobre todo, limitando el amor por sí mismo y por todo lo que lo rodea. Este paso fundamental para expandir la conciencia es lo que se hace el primer día en el Proceso y es el comienzo de la transformación. Aunque necesaria para empezar a abrir el mundo emocional, la conciencia sola no genera grandes cambios. Sin embargo, cuánto más uno se atreva a ver y más registro tenga de su programación y de cómo lo perjudica, más podrá sanar cuando llegue el momento de hacerlo y mayor será la alegría, la paz, la conexión y la libertad que experimente. Según Hoffman (1984) la meta del Proceso de la Quadrinidad es la liberación del comportamiento programado compulsivo, autodestructivo, que se basa en el amor negativo. Este comportamiento usa y abusa del ser humano. Una vez libres de esa programación negativa, surge el libre albedrío, la elección de un comportamiento apropiado para cada persona. Se comienza aislando, atacando y destruyendo el síndrome del amor negativo, la causa de la angustia emocional. Al comprender la dinámica del por qué el individuo hace esto 15 consigo mismo puede dejar de hacerlo. Para erradicar el problema es necesario aislar la causa y después encontrar la solución. A nivel general, los resultados del Proceso de la Quadrinidad incluyen la reducción de las maneras inadecuadas de responder a las situaciones, la reducción del estrés, del enojo, de la ansiedad y de la depresión, y a la vez, un aumento de la capacidad de sentir amor y alegría. Es importante observar que el trabajo de este proceso no erradica un determinado comportamiento o una determinada emoción. Elimina la necesidad de usar ese comportamiento o emoción en forma compulsiva y automática, y da la posibilidad entonces de escoger la respuesta o alternativa más adecuada según las circunstancias particulares y el libre albedrío. Existe una gran diferencia entre usar un rasgo y que un rasgo use a una persona. La solución que se busca es la integración de los cuatro aspectos del ser, o sea, de la Quadrinidad; intelecto, emoción, cuerpo y espíritu. Para que esto ocurra, es necesario encontrar total autoaceptación, total autoperdón, y total reconocimiento del propio valor y amor incondicional por uno mismo, llegar a una comprensión sin condena por los padres biológicos y sustitutos; tener compasión por la infancia que ellos vivieron; perdón por lo que ellos hicieron y también por lo que les hicieron a ellos; aceptarlos totalmente como son y como ellos fueron; y poder amarlos incondicionalmente sin expectativas irreales. Solamente entonces una persona está libre para poder amar totalmente. De esta manera se armoniza el mundo interno y se crean las condiciones para la transformación. Al discriminarse de las identidades aprendidas se recupera la conexión con quien se es realmente, el ser auténtico, libre de los límites impuestos. Se instala una forma de vida mucho más flexible, más espontánea; se recupera y cultiva el amor profundo hacia los padres, base fundamental y motor del amor a uno mismo y a todo lo creado; se limpia el canal emocional, se elimina el conflicto interno del intelectoemociòn o “debo-quiero”, obteniendo paz interior; se afirma la reconexión y el cuidado del cuerpo; se afirma la autoestima; y se superan los deseos de venganza y autodestrucción. No existe una meta o una realización más valiosa en la vida que encontrar el amor incondicional y acabar con el diálogo interno de la mente. 16 El trabajo terapéutico del Proceso Hoffman consiste en guiar, comprender, ayudar, contener y motivar a que el individuo desarme sus emociones y conductas negativas, a través de una metodología totalmente estructurada, día tras día, y un seguimiento permanente por parte de los profesionales para asegurar que cada objetivo se cumpla y permita avanzar hacia el siguiente. Cada objetivo está sincronizado con el anterior y con el siguiente, y todos tienen como meta asegurar un cambio profundo y sostenido. En esencia, se puede afirmar que estos apuntan a: - Hacerse consciente de la propia programación negativa, acusar después, y perdonar, por último, a los padres de la infancia. Para ello es necesario poder visualizar y experimentar sus limitaciones, vivencias y sufrimientos cuando eran niños, para despertar en uno mismo una profunda compasión y comprender su comportamiento, sin juzgarlos ni condenarlos. - Conectarse con el propio niño interior, para comprender y experimentar, desde sus vivencias y limitaciones, las vivencias y limitaciones en el presente de la vida adulta. - Desactivar los mecanismos adictivos a repetir conductas indeseadas. Depresiones, actos destructivos, resistencias o sabotajes a los cambios. Desactivar promesas inconscientes sadomasoquistas. “no merezco ir más allá, estar mejor”. - Integrar el sentir, pensar y hacer. Desarmar las peleas internas. Instalar el silencio y la paz que permiten una conexión y comunicación fluida con uno mismo y con los otros. - Establecer una comunicación de los idiomas y recursos de las cuatro áreas: emoción, intelecto, espíritu y cuerpo. Para realmente elegir cómo responder en cada situación y ejercer el libre albedrío con responsabilidad tanto en aciertos como en errores y fomentar el crecimiento permanente, en forma fácil, rápida y sin esfuerzo (naturalmente). 17 - Lograr una conexión profunda con la parte espiritual, innatamente positiva e incondicionalmente amorosa, para instalarla en la vida y guiar los pensamientos, emociones, acciones y decisiones desde el Ser, y no desde la programación o desde los condicionamientos adquiridos. 4.5. Visualización La visualización es un recurso muy poderoso, usado en diferentes terapias para provocar sanación, cambio de paradigmas y crear concientemente una nueva visión sobre las propias limitaciones, una visión ampliada que expande la percepción y da lugar a una nueva alternativa positiva, abriendo el canal emocional y posibilitando así la transformación interior y el consecuente cambio exterior en los diferentes niveles de interacción. En el Proceso cumple una función clave para llegar al cumplimiento de sus objetivos y se considera importante explicar cómo opera en los planos subconscientes y emocionales, generando conciencia, sanación e integración en la persona. Conforme a Cavallier (1980), la visualización es un proceso de reactivación de experiencias sensoriales y emocionales que permite poner los recursos acumulados al servicio de proyectos futuros. Las técnicas de visualización tienen sus orígenes múltiples: las encontramos en Oriente, con prácticas como el yoga y el zen, y en Occidente, en la oración contemplativa. Con la visualización se reactiva, en primer lugar, la experiencia de una vivencia sensorial y emocional pasada, y se amplifican las sensaciones positivas para que sean las dominantes. Es análogo a una proyección cinematográfica de películas del pasado para poder anticipar los actos futuros. Esta proyección no solamente influye en la espera del futuro, sino también en la realización del proyecto. Hacemos visualización sin saberlo, de manera inconsciente. Desgraciadamente solemos proyectar más películas de fracaso que de éxito, y obtenemos resultados negativos o mediocres cuando hubieran podido ser buenos. Esta es la razón por la que hay que actuar sobre las películas de 18 nuestro pasado practicando ejercicios de visualización. Es probable que quizás sea más conveniente el término “sensorialización”, ya que no se trata tan sólo de imágenes visuales, sino de reactivar todo tipo de percepciones almacenadas. En otro nivel podemos hablar de “simbolización”, pues los recuerdos y los conceptos suelen estar archivados en la memoria en forma de imágenes metafóricas o simbólicas. Antes de cualquier acto, creamos una imagen anticipada del acto que vamos a realizar utilizando las informaciones de las experiencias sensoriales vividas en el pasado. El sentimiento que sentimos en el momento de hacer la visualización será determinante para el resultado del acto que vamos a realizar. El enfoque de las técnicas de visualización tiene más que ver con un acompañamiento que con procesos directivos de intervención. En este sentido, el material utilizado para permitir que el sujeto progrese en su crecimiento pertenece de hecho al sujeto. El material simbólico que se emplee para la reactivación de vivencias sensoriales pertenece asimismo al sujeto, no es impuesto por el terapeuta. La terapia de la visualización consiste en proponer vías y opciones, en aportar la protección necesaria para que la persona acepte llevar a cabo la exploración de su pasado. El terapeuta utiliza el material simbólico descubierto para devolvérselo “positivamente” al sujeto. Podemos comparar al terapeuta con un guía de montaña que evalúa los medios logísticos que permitan que su cliente alcance el destino que se había fijado. La visualización permite entrar en relación con los elementos reprimidos del subconsciente. En un nivel psicológico, toma en consideración la vivencia emocional, las emociones no expresadas y los resentimientos, con el fin de conseguir el perdón. El perdón es un don que uno se hace a sí mismo, y mediante el perdón se puede conseguir la reconciliación tanto con las figuras paternas como con otras personas. En un primer tiempo se trabaja con la disolución de las defensas que la persona ha puesto en funcionamiento. Se trata de procesos psicológicos para evitar el sufrimiento y de pautas y actitudes psicológicas que compensan las carencias y los desequilibrios provocados por antiguas heridas. Con la visualización puede ponerse en cuestión todo este complejo sistema y la persona puede desaprender, puede desensibilizarse respecto a comportamientos y acontecimientos vividos como traumáticos. Al renunciar a este comportamiento va a poder elegir el acceso a nuevas decisiones más apropiadas para su vida actual. 19 Las técnicas de visualización pueden actuar, por último, en el nivel espiritual, tomando como objetivo la reunificación de la persona. Se trata de que acepte sus límites, tenga una visión más ecuánime de sí mismo, descubra su autenticidad, se sienta pertenecer, ame y se deje amar. 4.6. Aspectos negativos del Proceso Hoffman de la Quadrinidad Al enfrentar el desafío de integrar los cambios a la vida diaria, es natural que las cosas no se den de manera tan fluida como se desearía. Es importante comprender que muchas de las personas que llegan a este proceso no habían realizado anteriormente ningún trabajo de transformación, así como tampoco experimentado un contacto emocional profundo consigo mismos, y en el transcurso de una semana se desarman patrones de comportamiento que existían desde el inicio de sus vidas. Esto no significa que los hayan desarmado en su totalidad, sino que han llegado a su origen, a su raíz, y a partir de ese momento pueden recién comprender que no existe falla alguna en ellos ni en ninguna otra persona, y así comenzar un camino de autotransformación y autocrecimiento con técnicas específicas para seguir desarmando todo aquello que no pertenece a su verdadera naturaleza y obstaculiza la realización de sus deseos y aspiraciones más elevadas. De todas maneras, independientemente del recorrido personal, Hoffman (1974) señala algunos de los posibles obstáculos post proceso que puede encontrar el individuo: Desilusión por la transición: bajar de una experiencia pico Dolor: es posible que ahora se puedan experimentar pérdidas no vividas anteriormente ("No tuve infancia"). Puede parecer depresión, pero es conveniente primero explorar el tema del dolor. Depresión abandónica: tener resistencias a activarse plenamente, a la plena activación del propio ser. Separación de los compañeros del Proceso y pérdidas por terminar viejas amistades o relaciones que ya no son apropiadas. 20 Enfrentar cambios importantes o transiciones. Después del Proceso, aunque uno esté instalado en una posición diferente, debe reestructurar (si así lo desea) todo aquello que había construido desde su programación o su personalidad anterior; decisiones equivocadas, relaciones negativas basadas en la dependencia, la necesidad, el sometimiento o la manipulación, el desamor y la venganza, y todas las modalidades disfuncionales sostenidas durante años con sus posteriores consecuencias. Esto puede producir estados de estrés, desesperación, o sentimientos de culpa y frustración. El cambio tiene un tiempo natural, gradual, y una maduración progresiva. Aislarse en vez de relacionarse con los demás. Ponerse en el rol del héroe de la familia, psicoanalizando a todos, o señalando lo que se percibe como sus errores. Sentirse manipulado por el sistema familiar o por una pareja que intenta sabotear los cambios personales. Es importante señalar que el Proceso Hoffman no trabaja con patologías avanzadas, ya que la psique necesita de un funcionamiento normal para poder realizar el trabajo y lograr los objetivos propuestos. El Instituto Hoffman evalúa a los potenciales solicitantes para descartar la existencia de trastornos psicológicos importantes, incluyendo esquizofrenia, desorden maníaco-depresivo no-controlado, y abuso actual de sustancias, usando un cuestionario de evaluación de salud. Si los encuestados responden afirmativamente a preguntas relacionadas con medicamentos psicotrópicos, trastorno psiquiátrico importante, internación para cuidado psiquiátrico, o historia previa de medicación para problemas emocionales, es necesario que sus terapeutas firmen una autorización antes de poder ser inscriptos en el curso. En caso de no existir terapeuta, los profesionales del instituto evalúan cada situación en particular mediante entrevistas y seguimientos personalizados., informándole al interesado si es adecuado o no ingresar en ese momento y bajo esas condiciones. 21 5. INTEGRACION TEORICA Se realizó un análisis de las principales teorías, de sus metodologías y técnicas, para determinar cuáles de ellas intervienen en el trabajo terapéutico del curso y cómo se integran en sus objetivos durante la semana. Se investigaron a su vez las herramientas y técnicas utilizadas en el Proceso para determinar el origen de donde provienen sus conceptos fundamentales y estructurales. El trabajo consistió en analizar y fundamentar la estructura operante del Método Hoffman, observando, estudiando, e integrándolo con las distintas terapias y modelos vistos durante la Licenciatura en Psicología, utilizando también otros enfoques alternativos de fuentes diversas, que forman parte del trabajo de autoconocimiento y autotransformación. Estos se utilizan durante el curso con una estructura predeterminada, basada en los cambios que el individuo atraviesa día por día y a su capacidad para asimilar y realizar cada objetivo, de acuerdo a la apertura emocional que gradualmente vaya adquiriendo. Los modelos teóricos que se utilizan, junto con las herramientas propias del método, permiten, usados en forma integrada, un cambio profundo a nivel emocional, mental y espiritual. Se describirán los conceptos claves de los diferentes modelos psicológicos que forman la estructura básica del Proceso Hoffman de la Quadrinidad (PHQ) y los distintos enfoques que el método toma, integra, y aplica en sus diferentes técnicas y objetivos durante la semana. 5.1. Psicología Evolutiva Si bien la denominación “programación negativa” para designar el conjunto de patrones negativos aprendidos en la infancia es propia del método Hoffman, desde hace ya varias décadas numerosos autores han expuesto de diferentes formas las consecuencias traumáticas que originan en la niñez los sentimientos de rechazo, indiferencia, abandono emocional y físico y otras conductas negativas. Como se explicó, estas pautas de 22 conducta tienen sus orígenes mucho tiempo atrás y son transmitidas a nivel familiar de generación en generación. Distintos profesionales han explicado los procesos por los cuales los padres programan a sus hijos, generando consecuencias múltiples y provocando graves daños psíquicos. Brazelton y Cramer (1993), señalan que toda crianza contiene fantasmas de distintos tipos y todo profesional que evalúe una relación progenitor-niño debe tener mucho cuidado para determinar qué hay de “normal” o de “anómalo” en esas proyecciones. La norma es que los progenitores restablezcan viejos lazos con su pasado a través de sus hijos. El amor de los padres es posible sólo debido a que tiene sus raíces en vínculos anteriores; la empatía y la armonización con un recién nacido, por ejemplo, se ve fortalecida por el reconocimiento de estados o sentimientos afectuosos familiares pertenecientes a relaciones previas. Conforme a Bowlby (1989), la presencia de la madre o del padre produce en el niño sentimientos primitivos y turbulentos no despertados por otras personas. Gran parte de las conductas negativas del niño son aprendidas por sus padres, puesto que todos los padres cometen errores. Algunos son producto de la ignorancia, pero son más los que proceden de problemas emocionales inconscientes que datan de sus propias infancias. La característica central del concepto de la educación de los niños es la provisión por parte de ambos progenitores de una base segura a partir de la cual un niño o un adolescente pueda hacer salidas al mundo exterior y a la cual pueda regresar sabiendo con certeza que será bien recibido, alimentado física y emocionalmente, reconfortado si se siente afligido y tranquilizado si está asustado. Esencialmente, este rol consiste en ser accesible, estar preparado para responder activamente sólo cuando es necesario. Cuanto más confían en que su base es segura y en que está preparada para responder, más lo dan por sentado. Se demuestra que los más estables emocionalmente y los que aprovechan mejor sus oportunidades frente al mundo exterior sol los que tienen padres que, si bien fomentan la autonomía de sus hijos, no son menos accesibles y sensibles cuando se recurre a ellos. En su teoría del apego, el autor explica las consecuencias trágicas de la falta de un apoyo incondicional, seguro y sostenido en la niñez. Para ello, describe tres pautas de 23 apego que están bien identificadas junto a las circunstancias familiares que las favorecen: Apego seguro: el individuo confía en que sus padres o figuras parentales serán accesibles, sensibles y colaboradores si él se encuentra en una situación adversa o atemorizante. Con esta seguridad, se atreve a hacer sus exploraciones del mundo. Esta pauta es favorecida por el progenitor cuando se muestra fácilmente accesible y sensible a las señales de su hijo y amorosamente disponible cuando éste busca protección y/o consuelo. Apego ansioso resistente: el individuo está inseguro de si su progenitor será accesible o sensible o si lo ayudará cuando lo necesite. A causa de esta incertidumbre, siempre tiene tendencia a la separación ansiosa, es propenso al aferramiento y a la dependencia emocional y se muestra ansioso ante la exploración del mundo. Esta pauta se ve favorecida cuando el progenitor se muestra accesible y colaborador en algunas ocasiones y en otras no y por las amenazas de abandono utilizadas como medio de control. Apego ansioso elusivo: el individuo no confía en que cuando busque cuidados recibirá una respuesta servicial sino que, por el contrario, espera ser rechazado. Cuando en un grado notorio ese individuo intenta vivir su vida sin el amor y el apoyo de otras personas, intenta volverse emocionalmente autosuficiente y con posterioridad puede ser diagnosticado como narcisista o como poseedor de un falso sí-mismo. Esta pauta, en la que el conflicto está más oculto, es el resultado del constante rechazo por parte de la madre. La teoría del apego considera la tendencia a establecer lazos emocionales íntimos con individuos determinados como un componente básico de la naturaleza humana, presente en forma embrionaria en el neonato y que prosigue a lo largo de la vida adulta, hasta la vejez. Durante la infancia, los lazos se establecen con los padres (o padres sustitutos), a los que se recurre en busca de protección, consuelo y apoyo. Inicialmente, los únicos medios de comunicación entre el niño y la madre se dan a través de la expresión emocional y de la conducta que la acompaña. Aunque posteriormente complementada 24 por el diálogo, la comunicación mediada emocionalmente persiste, sin embargo, como la característica principal de las relaciones íntimas a lo largo de la vida. A medida que el niño crece, la pauta que haya adquirido se convierte cada vez más en una característica del niño mismo, lo que significa que tiende a imponerla en sus nuevas relaciones: con un maestro, con una madre adoptiva, con sus amigos o con un terapeuta. Los resultados de este proceso de internalización son evidentes en un estudio provisional que muestra que la pauta de apego característica de la pareja madre-hijo en los primeros años, puede predecir el modo en que el niño se comportará en un grupo infantil o adolescente en sus años siguientes. Todos los detalles que se manifiestan en las pautas de comportamiento son aprendidos, empezando desde la propia infancia del futuro padre y el modo en que sus progenitores lo trataron a él y a sus hermanos. Existen indicios de que la pauta de apego que un niño no dañado en el momento del nacimiento desarrolla con su madre es el producto de cómo lo ha tratado ella, y es más probable que, de manera similar, la pauta que desarrolle con su padre sea el producto de cómo lo ha tratado éste. Bowlby (1989) señala ciertos patrones de conducta de los progenitores que pueden afectar gravemente la estabilidad emocional del niño. Algunos acontecimientos importantes durante la infancia que pueden desencadenar consecuencias en el desarrollo de la personalidad son: - un niño que puede no haber sido deseado por uno o ambos progenitores; - un niño puede pertenecer al otro sexo que se esperaba. en una familia en la que los padres han puesto su corazón; - un niño puede haberse convertido en el chivo expiatorio de la familia, a veces como resultado de una tragedia familiar que, con mayor o menor plausibilidad, siempre se le atribuyó a él; 25 - un niño puede haber sido el blanco de malos tratos físicos más o menos serios por parte de un progenitor, o de un progenitor adoptivo; - un niño puede haber sido víctima de abusos sexuales por parte de uno de los padres o ambos, de un progenitor adoptivo o de un hermano o hermana mayor durante un período corto o prolongado. Las clases de experiencias que una persona tiene, en especial durante su infancia, afectan en gran medida tanto a sus expectativas de hallar o no más adelante una base personal segura, como al grado de capacidad que posee para iniciar y mantener una relación mutuamente gratificante cuando tenga oportunidad para ello. En sentido inverso, la naturaleza de las expectativas que una persona tiene, así como el grado de capacidad que aporta, desempeñan un importante papel para determinar las clases de personas con las cuales se asocia, y también cómo dichas personas la tratan. Debido a estas interacciones, cualquier patrón que se establezca primeramente tiende a persistir. Este es un principal motivo de que el patrón de relaciones familiares que una persona experimenta durante su infancia sea de tan crucial importancia para el desarrollo de la personalidad. Illingworth (1993) señala también que los problemas de conducta tienen sus orígenes antes del nacimiento y, a menudo, antes de la concepción. Se remontan hasta la niñez y personalidad de sus padres, a la clase de vida familiar que hayan tenido, y a la cantidad de amor y seguridad que hayan experimentado. Un niño que nació sin ser deseado puede crecer siendo incapaz de dar o recibir afecto para sí mismo. Siempre que se encuentra uno con un niño que es rechazado y poco amado por sus padres, se encuentra con que su madre o su padre tuvieron una niñez poco dichosa. El rechazo, la infelicidad, y la falta de amor en la vida de un niño, es muy probable que afecten a su siguiente generación. Las actitudes de los padres son la cristalización de las experiencias que han vivido. Un niño que recibió palizas y castigos de sus padres, les dará el mismo trato a sus hijos cuando crezca. Los padres estuvieron afectados por la clase social en la que crecieron, por la personalidad y actitudes de sus padres, y por el amor y la seguridad o la falta de ellos que experimentaron cuando eran niños. 26 Es fundamental que los padres no sólo amen a sus hijos, sino que se lo demuestren y traten de asegurarse de que lo sientan. Los niños, como los adultos, necesitan amor todo el tiempo. Los padres pueden mostrar amor con la expresión de su cara, el tono de su voz, y el entendimiento de las necesidades de su hijo. El cuidado duradero del niño está hecho en base a cientos de atenciones, cientos de ocasiones donde la tolerancia y el entendimiento deben demostrarse; por eso algunos niños en cuanto crecen muestran poco amor por sus padres, pues todo lo que han visto en su casa son críticas constantes, discusiones, regaños y castigos, denigraciones, desaprobaciones y menosprecio. Cavallier (1980) sostiene que para crecer, el niño necesita de un amor no posesivo sino liberador, un amor que favorezca su crecimiento para que pueda llevar a cabo su cometido. Un niño no deseado, que no llega en un buen momento o que no es cómo se esperaba, tomará decisiones u opciones que se corresponden con los sentimientos de culpabilidad, de desgarro o de rechazo que experimenta. De forma análoga, si los padres se encuentran en conflicto, el niño, hundido en la inseguridad, tomará muy pronto la responsabilidad de su vida, o mejor, de su supervivencia.. El niño vive situaciones permanentes de rechazo, muchas veces por el simple hecho de que su madre debe ir a trabajar y no tiene tiempo para él, o porque está ocupada con sus cosas o atendiendo a su hermanito. Aunque estas son justificaciones válidas, el niño, en su mundo interno, no lo comprende, y lo vive como “me rechazan, no soy suficientemente bueno o importante para ella”, en un nivel plenamente emocional. Si la madre no está suficientemente disponible para manejar esta crisis en la que se mezclan el miedo ante el abandono, la cólera y los celos, el niño va a tomar decisiones que se reactivarán más tarde cuando tenga que enfrentarse con otras rupturas. Para empezar, tal vez se enfurruñe o juegue de forma frenética y ausente al tiempo para evitar sentir la cólera que tiene hacia su madre. Si esto no fuera suficiente, pasará a la agitación hasta que alguien se ocupe de él. Si sigue sin estar satisfecho de los signos de reconocimiento, tal vez llegue a herirse con mayor o menor severidad o a enfermarse para que lo atiendan. A medida que el niño crece, va acumulando éstas y cientos de situaciones más, (que en la mayoría de los casos pasan desapercibidas e inconscientes por sus progenitores), y las 27 sigue llevando en su interior hasta que una situación externa de las características de su clima familiar vivido tenga lugar en el presente y las reactive. De modo que cuando se presenta una ruptura en su vida, una pérdida importante, la reacción frente al estrés tiene un efecto regresivo. Vuelve a entrar en contacto con la amplia gama de situaciones similares que han tenido lugar desde su nacimiento. El niño podría, de tanto en cuanto, descargar las emociones asociadas a las pruebas que se le presentan, pero decide no hacerlo y reprimir sus emociones, generalmente por miedo al rechazo, al castigo o al abandono. De esta manera se encuentra ante una situación sin salida. Si expresa sus verdaderas necesidades, muestra su cólera y su autenticidad, es rechazado; si reprime sus emociones es amado, pero está negando su verdadera naturaleza. Illingworth (1993) comparte que el niño tiene una necesidad de amor y seguridad permanentes, y después de su primer año de vida, todavía es mayor. Sus demandas de amor y seguridad son mayores cuando está enfermo, cansado o adolorido por alguna caída. Tiene una necesidad constante de asegurarse de que sus padres lo quieren. Le gusta sentirse querido como persona que es y le gusta saber que tiene un sitio en ese hogar. Necesita amor sobre todo cuando está enfadado, irritable, o llorón, y cuando se ha portado mal y se ha equivocado. Pero lamentablemente los padres en esos momentos es cuando menos amor le demuestran. Asimila entonces patrones negativos y de rechazo, que aparecen inconcientemente frente a situaciones similares a las que experimentó o frente a personas con características similares a las de sus padres. Con el fin de explicar la tendencia de las pautas de apego a convertirse cada vez más en una característica del niño, señala Bowlby (1989), se recurre al concepto de que los modelos operantes que un niño construye de su madre y de su padre, junto con los modelos complementarios de sí mismo en interacción con cada uno, son construidos durante los primeros años de su vida y, según se postula, pronto se establecen como estructuras cognitivas influyentes. Las pruebas demuestran que, una vez construidos, estos modelos tienden a persistir y se los da por sentado en grado tal que llegan a operar a nivel inconsciente. Aunque gran parte de la experiencia clínica está basada en el estudio de las pautas de conductas observadas en niños, estudios recientes de corte transversal con adultos jóvenes muestran que las pautas del apego y los rasgos de la 28 personalidad característicos de cada una prevalecen, y es probable que se encuentren permanentemente presentes. Bowlby (1995) concluye con que el reconocimiento de que una causa principal de los errores parentales consiste en que los sentimientos que albergan hacia sus hijos se hallan alterados por conflictos inconscientes que proceden de su propia niñez, quizá no se ha incorporado aún al pensamiento contemporáneo. No sólo es algo que altera y alarma a los padres, muchos de los cuales suponen que las dificultades familiares residen en cualquier otro lugar que no sean sus propias mentes, sino que también es desconcertante para los profesionales descubrir que un número tan grande de los problemas con los que se enfrentan residen en un dominio aparentemente intangible, acerca del cual no poseen conocimientos, careciendo asimismo de la preparación necesaria para prestar ayuda. 5.2. La teoría psicoanalítica En el Psicoanálisis se encuentra también material sobre las influencias negativas conscientes e inconscientes de los padres hacia sus hijos en la infancia y el consecuente desarrollo de diferentes tipos de trastornos y patologías en la vida adulta. No se consideró importante para esta TFI explicar las distintas técnicas psicoanalíticas y los conceptos específicos de este enfoque, ya que el PHQ toma sólo sus bases para ayudar a entender el origen de la programación negativa y del sufrimiento emocional, y generar así la conciencia necesaria para poder realizar el trabajo de autoconocimiento y autotransformación posterior. Freud (1910) explica que la exploración psicoanalítica reconduce a los síntomas de vivencias traumáticas. El trabajo de análisis requerido para el radical esclarecimiento y la curación definitiva de una caso clínico nunca se detiene en las vivencias de la época en que se contrajo la enfermedad o padecimiento, sino que se remonta siempre hasta la pubertad y la primera infancia del enfermo, para tropezar allí, sólo allí, con las primeras impresiones y sucesos que comandaron la posterior contracción de la enfermedad. Únicamente las vivencias de la infancia explican la susceptibilidad para posteriores traumas, y sólo descubriendo y haciendo conscientes estas huellas mnémicas por lo común olvidadas conseguimos el poder para eliminar los síntomas. 29 Las reprimidas mociones de deseo de la infancia son las que han prestado su poder a la formación de síntoma, sin lo cual la reacción frente a traumas posteriores habría discurrido por caminos normales. 5.3. Terapia Gestáltica Al igual que en el PHQ, en la terapia gestáltica la conciencia, la conexión con uno mismo y con las emociones, y la interacción de ese todo individual con el medio ambiente son factores fundamentales para facilitar el cambio. Según Latner (1994) cuando la persona está fuera del contacto pierde la capacidad de resolver los problemas de su vida y de encontrar las satisfacciones que necesita. El estar consciente del presente y el estar totalmente en él asegura que el yo está funcionando como pensaba hacerlo. Al ampliarse la conciencia el yo se aproxima más a la plenitud y suficiencia. En la terapia gestalt esta aproximación del yo se hace prestando atención a cómo el individuo está realmente viviendo su vida. Cómo funciona en el mundo y cómo puede funcionar más a tono con su naturaleza. Es un estudio cuya finalidad consiste en aumentar la comprensión acerca de las propias limitaciones y después hacer un enfoque experimental cuidadoso que permita cambiar el funcionamiento interno para hacerlo más satisfactorio. Latner (1994) explica que el objetivo de la terapia es el de lograr suficiente integración para llevar a cabo los procesos del desarrollo de uno mismo. Se enfoca la incapacidad de la persona para enfrentarse a las circunstancias de la vida y descubrir los recursos del propio yo que permitan desarrollar las nuevas soluciones que necesita para enfrentarse a las demandas de sus necesidades y del ambiente. Los conflictos internos son divisiones en la unidad del yo, batallas sobre quienes somos, sobre lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer. Cuando existen nos imposibilitan abordar los problemas con facilidad. El cambio se presenta cuando uno llega a ser lo que es, no cuando trata de ser lo que no es. Llegar a ser lo que somos es estar conscientes de nosotros mismos. El cambio se origina cuando somos completamente nosotros. Disponemos para tal fin de aquello con lo que podemos entrar en contacto en 30 este momento: nuestros movimientos, gestos, forma de hablar, sentimientos, expresiones y nuestra interacción con la realidad. 5.4. Inteligencia Emocional Lamentablemente, en esta era de avance tecnológico y científico-técnico, se ha desestimado en gran medida la importancia que tiene el conocer y manejar las propias emociones, como así también la utilidad y los grandes beneficios que trae el aplicar en la vida cotidiana este conocimiento. Parte de este desconocimiento se debe al uso desmedido del intelecto y a la creencia inconsciente de que éste posee los recursos necesarios para solucionar todos los problemas que se presenten en la vida. Aunque el concepto de inteligencia emocional no es desconocido dentro del campo de la psicología, se le ha dado mucha menos relevancia de la que merece en la práctica cotidiana y pocos son los profesionales que conocen y dominan este recurso. Se puede decir, desde esta postura, que el Proceso Hoffman está estructurado con la finalidad de desarrollar la inteligencia emocional en las personas, y brindar a su vez, herramientas permanentes para que éstas puedan continuar este desarrollo en forma autónoma. El conocimiento de la inteligencia emocional constituye un elemente de carácter trascendente para lograr un crecimiento coherente y equilibrado en todas las áreas de la vida, así también como en la realización de los objetivos personales. No se lo considera un saber opcional o beneficioso sólo para aquellos que comparten un punto de vista o una línea teórica en común, ya que las emociones son inherentes a la naturaleza humana y el aprender a operar sobre ellas constituye una tarea indispensable para todos aquellos que deseen mejorar su calidad de vida y encontrar paz interior. Según Goldberg (1995) la inteligencia académica no ofrece prácticamente ninguna preparación para los trastornos – o las oportunidades – que acarrea la vida. Sin embargo, aunque un CI elevado no es garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad en la vida, las escuelas y la cultura se concentran en las habilidades académicas e ignoran la inteligencia emocional, un conjunto de rasgos – que algunos podrían llamar carácter – que también tiene una enorme importancia para el destino personal. La vida emocional 31 es un ámbito que, al igual que las matemáticas y la lectura, puede manejarse con mayor o menor destreza y requiere un singular conjunto de habilidades. Y saber hasta qué punto una persona es experta en ellas es fundamental para comprender por qué triunfa en la vida, mientras otra con igual capacidad intelectual acaba en un callejón sin salida: la aptitud emocional es una meta-habilidad y determina lo bien que podemos utilizar cualquier otro talento, incluido el intelecto puro. Las pruebas demuestran que las personas emocionalmente expertas – las que conocen y manejan bien sus propios sentimientos e interpretan y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de los demás – cuentan con ventajas en cualquier aspecto de la vida, ya sea en las relaciones amorosas e íntimas, o en elegir las reglas tácitas que gobiernan el éxito en la política organizativa. Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad. El autodominio es ser capaces de soportar y dirigir conscientemente las tormentas emocionales a las que nos someten las circunstancias inesperadas de la vida. El objetivo es el equilibrio, no la supresión emocional: cada sentimiento tiene su valor y su significado. Una vida sin pasión sería un aburrido páramos de neutralidad, aislado y separado de la riqueza de la vida misma. Mantener bajo control nuestras emociones perturbadoras es la clave para el bienestar emocional; los extremos – emociones que crecen con demasiada intensidad o durante demasiado tiempo – socavan nuestra estabilidad. 5.5. Psicología Humanística Rogers (1980), en la obra compilada de Quitmann (1989) de Psicología Humanística, probablemente el más importante autor de la línea humanística y creador del sistema de abordaje terapéutico no directivo centrado en el cliente, describe como las limitaciones y actitudes negativas experimentadas en la infancia perjudican el desarrollo de la personalidad normal e impiden la formación de la autovaloración positiva y la autoconfianza. Sostiene que para el niño es una necesidad central ser amado y 32 reconocido, no sólo por sus padres sino también por su entorno. Cuando un niño experimenta “atenciones incondicionalmente positivas” por parte de sus padres no hay motivo para que rechace las percepciones o experiencias propias y construya un sistema de reconocimiento propio. Si no recibe esta atención y reconocimiento, tiene que orientarse cada vez más en los valores de los otros. Esto conduce rápidamente a que el comportamiento del niño esté influido en mayor medida por las valoraciones de otros que por su propia valoración. Sucede con frecuencia que los padres hacen que su amor, calor y dedicación, así como su respeto, dependan de los comportamientos de su hijo, y el niño no tiene más remedio que ignorar sus propias experiencias para poder recibir estas atenciones. Si no quiere perder el amor de los padres tiene que aceptar las experiencias que él no ha hecho y negar las hechas por él mismo ante la conciencia. El resultado es que su autoconcepto muestra elementos “extraños”, es decir, que no son resultados de sus propias valoraciones y experiencias. 5.5.1. Autorrealización Rogers (1980) aporta también una mirada positiva del hombre, explicando que la naturaleza humana se considera en el fondo y con profundidad positiva, tanto en lo referente al desarrollo individual como en la confrontación constructiva y creativa en relaciones con otros seres humanos y con el mundo. Sostiene que toda elección realizada por los seres humanos es expresión de la búsqueda de autorrealización, de desarrollo total. Esta aspiración a la completitud personal es una característica de la existencia humana. El autor concibe la autorrealización más bien como un proceso. El hombre debe atravesar una maraña de máscaras de defensa antes de descubrir al extraño que ha vivido tras ellas, al extraño: “él mismo”. Un hombre que sigue este proceso es una persona que desarrolla confianza en su propio organismo, que hace valoraciones a partir de sí mismo, que ve su vida como un cambio constante que fluye, en el que descubre permanentemente nuevos aspectos de su ver en la corriente de su experiencia. Desde la visión del PHQ, cuando una individuo logra integrarse y dirigir sus pensamientos, emociones y acciones desde su Ser y no desde sus condicionamientos aprendidos, comienza por primera vez a ser él mismo, en un sentido real y no filosófico. 33 Empieza a ver la vida desde la pureza y la ingenuidad; aparecen sensaciones de apreciación por todo cuanto existe y por cada persona, pues comprende el origen de su sufrimiento; se siente digno de amor y ama sin esperar nada a cambio; recupera el juego, la espontaneidad y la alegría incondicional que tenía de niño y perdió al transformarse en adulto; comprende en un nivel profundo que el dolor y la miseria del mundo son sólo consecuencia de los comportamientos, creencias y emociones aprendidas; sus sentidos se agudizan, su percepción se amplía y su corazón se abre. Siente una profunda compasión por sus padres, vivos o muertos, y deja de reaccionar mecánicamente cuando lo agreden o rechazan, ellos o terceros, pudiendo ejercer su libertad plena. Comienza a vivir con dignidad y a disfrutar de todo aquello que antes no percibía. Puede dar la sensación de que se transforma de nuevo en niño, pero con una madurez, una conciencia y una responsabilidad sobre sus acciones y sobre sus estados anímicos desconocida hasta entonces. Recupera, básicamente, el poder interior, el potencial oculto y la autonomía para dejar de estar a merced de las circunstancias y de las personas. Maslow (1954) describe a los individuos que presentan características similares a las mencionadas como “autorrealizadas”, espontáneas en su conducta y en su vida interior, pensamientos e impulsos. Explica que la conducta de estas personas está marcada por la sencillez y la naturalidad. Esto no significa una conducta no convencional permanente. Su falta de convencionalismos no es superficial, sino esencial o interna. Son sus pensamientos y su conciencia los que se muestran no convencionales, espontáneos y naturales de una manera poco habitual. Reconociendo en apariencia que las personas del mundo en que viven no podrían entender o aceptar esto, y puesto que no tienen ningún deseo de herirles o de pelearse con ellos por cada nimiedad, pasarán por todas las ceremonias y rituales convencionales, restándoles importancia, con buen humor y con la mayor gracia posible. Su facilidad de penetrar la realidad, su capacidad de aceptación y su espontaneidad implican que tienen más conciencia de sus propios impulsos, deseos, opiniones y reacciones subjetivas, en general. La vida motivacional de la gente autorrealizada es diferente de las personas corrientes, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también cualitativo. No dependen del mundo real para sus satisfacciones principales, ni de otras personas, ni de la cultura, medios y fines, en general, ni de satisfacciones 34 extrínsecas. Más bien dependen, para su propio desarrollo y crecimiento continuo, de su propia potencialidad y recursos latentes. La autonomía también significa decisión propia, autogobierno, ser un agente activo, responsable, autodisciplinado y resuelto, en vez de ser un juguete, o estar “determinado” irremediablemente por los demás o por la cultura. Toman sus propias decisiones, llegan a sus propias conclusiones, toman la iniciativa, y son totalmente responsables de sí mismos y de su destino. Estas personas pueden enseñarle a uno a ver como muy enfermo, anormal o débil, lo que humanamente se toma como normal. Por ejemplo, que muchos no tomen sus propias decisiones, sino que deciden por ellos los vendedores, los publicitarios, los padres, los medios, la televisión, los periódicos, etc. Son instrumentos movidos por otros y no por sí mismos. Poseen una habilidad poco corriente para detectar lo falso y lo deshonesto de la personalidad y, en general, para juzgar a las personas correcta y eficazmente. Distinguen lo concreto y lo ideográfico de lo genérico., lo abstracto y lo categorizado, con mucha más facilidad que la mayoría. La consecuencia es que viven más en el mundo real de la naturaleza que en el conjunto de conceptos, abstracciones, expectativas, creencias y estereotipos (fabricados por el hombre, y que la mayoría de la gente confunde con el mundo). Por tanto, son mucho más proclives a percibir lo que existe, y no confundirlo con sus propios deseos, esperanzas, miedos, ansiedades, sus propias teorías y creencias o las de su grupo cultural. Su relación con lo desconocido es ciertamente admirable. Estos individuos no se sienten amenazados por lo desconocido, siendo en eso muy diferentes del promedio de las personas. Lo aceptan, están cómodos con ello y, a menudo, se sienten incluso más atraídos por ello que por lo familiar. No sólo toleran lo ambiguo y lo desestructurado: es que les gusta. Así es que la duda, la provisionalidad, la incertidumbre, con su consiguiente necesidad de suspender una decisión (lo cual es para la mayoría una tortura), puede ser para algunos un reto agradablemente estimulante y un punto álgido de la vida. Las personas autorrealizadas se aceptan a sí mismas incondicionalmente. Aceptan su propia naturaleza de una manera estoica, con todos sus inconvenientes, con todas sus 35 discrepancias de la imagen ideal, sin sentir verdadera preocupación. Así como los niños miran al mundo con ojos grandes e inocentes, ni críticos ni exigentes, simplemente percibiendo y observando lo que sea, sin discutirlo o exigir que sea de otro modo, así tienden estas personas a ver la naturaleza humana en sí mismos y en los demás. Esto se puede decir, de otra manera, que ven la realidad con más nitidez; ven la naturaleza humana como es y no como ellos preferirían que fuera. Sus ojos ven lo que está ante ellos sin ser dislocados por gafas de otro cristal que distorsionen, desfiguren o cambien el color de la realidad. El primer nivel de aceptación y el más evidente es el así llamado nivel animal. Las personas autorrealizadas tienden s ser mejores animales, más naturales en sus apetitos y se divierten sin lamentarse, avergonzarse, ni disculparse. Disfrutan la vida sexual sin inhibiciones innecesarias y así con todos los impulsos relativamente fisioloógicos. Son capaces de aceptarse a sí mismos, no sólo en esos niveles inferiores, sino también en todos los niveles, por ejemplo, en el amor, la seguridad, la pertenencia, el respeto propio y el honor. Todos ellos se aceptan sin cuestionar si merecen la pena, simplemente porque se inclinan a aceptar la obra de la naturaleza en vez de discutir con ella por no haber creado las cosas según un modelo diferente. Esto se nota en una relativa falta de enfado y aversión, que se aprecia en la persona media y especialmente en los neuróticos. Estrechamente relacionado con la aceptación propia y ajena aparece: - su falta de autodefensa - su aversión por tales artificialidades en los demás La hipocresía, el engaño, la fachada, el aspecto, jugar un juego, intentar impresionar de manera convencional, todo eso está ausente en ellos mismos hasta un grado muy poco corriente. Esto no significa una falta absoluta de culpa, verguenza, tristeza, ansiedad o autodefensa. Es una falta de culpa innecesaria o neurótica (porque es irreal), y lo mismo con los demás aspectos. Con frecuencia, están por encima de disputas, permanecen tranquilos e imperturbables ante todo lo que en otros produce confusión. Les resulta fácil estar distantes y reservados, y también tranquilos y serenos. Por lo tanto, pueden tomar las desgracias personales sin reaccionar violentamente como las personas normales. Pueden mantener la dignidad incluso en situaciones y circunstancias ominosas. 36 Las personas autorrealizadas tienen la maravillosa capacidad de apreciar una y otra vez, con frescura e ingenuidad, los bienes fundamentales de la vida, con emoción, placer, asombro e incluso éxtasis. Así para tal persona, cualquier puesta del sol puede ser tan hermosa como la primera, cualquier flor puede tener un encanto arrebatador, aún después de haber contemplado un millón de flores. Tienen un profundo sentido de identificación, simpatía y cariño por los seres humanos en general. Sienten la afinidad y la vinculación como si todas las personas fueran miembros de una sola familia. Perdonan los errores de otros con mucha más facilidad y poseen un deseo auténtico de ayudar a la raza humana. Mantienen relaciones interpersonales más hondas y profundas que los demás adultos. Tienen una capacidad de fusión, mayor amor, identificación más perfecta, más capacidad de eliminar las fronteras del ego de lo que otras personas considerarían posible. Tienden a ser amables, o por lo menos pacientes, con casi todo el mundo. Aman en un sentido muy real, aunque especial, y sienten simpatía por toda la humanidad. Parece probable que se deba elaborar una psicología muy diferente de la motivación para las personas autorrealizadas o “sanas”, como la metamotivación o motivación por crecimiento, y no por deficiencia. Tal vez, el concepto corriente de motivación se debería aplicar sólo a los no autorrealizados. Estas personas sanas no luchan en el sentido normal, sino que más bien se desarrollan. Intentan crecer hacia la perfección y desarrollarse cada vez más plenamente, con su estilo propio. La motivación de las personas corrientes es una lucha por la gratificación de las necesidades básicas de que carecen. Las personas sanas, aunque no carecen de dichas gratificaciones, tienen impulsos. Trabajan, prueban y son ambiciosos, incluso en un sentido poco habitual. Para ellos la motivación es simplemente crecimiento del carácter, expresión del carácter, madurez y desarrollo. En una palabra: autorrealización. Por último, es necesario aclarar que estas personas están lejos de ser perfectas. Todos ellos muestran fallos. Pueden ser aburridos, testarudos, e irritantes. De ningún modo están libres de vanidad superficial, de orgullo, de parcialidad para sus propias realizaciones, para su familia, amigos e hijos. Pueden tener explosiones de carácter de vez en cuando. 37 En ocasiones, son capaces de una crueldad inesperada y extraordinaria. Hay que recordar que son personas muy fuertes. Esto les facilita mostrar una frialdad quirúrgica cuando se necesita, como puede pasar si alguien los engaña, los estafa o los maltrata. Incluso su bondad les puede llevar a cometer errores, como implicarse demasiado con personas neuróticas, aburridas o desgraciadas y luego lamentarlo, o dando más de lo que deberían, de forma que algunas veces dan pie a los parásitos y psicópatas. 5.6. Amor incondicional Como se explicó, y para simplificar lo expuesto hasta aquí, se puede afirmar que el objetivo final del método Hoffman es la integración de los cuatro aspectos, y la consecuencia natural de esta integración consiste en recuperar la vivencia del amor incondicional, oculto tras la programación negativa. Amor incondicional significa no poner ningún tipo de condiciones para amarse a uno mismo o para amar a los demás. No requiere ser de determinada manera o hacer determinadas cosas; es una entrega total, desinteresada, y el acto natural más puro y elevado de la naturaleza humana; la causa más noble. Lamentablemente, muy difícilmente se la encuentra activa y operando en un ser humano, debido por supuesto, una vez más, a que los padres no la ejercen ni la ejercieron con ellos mismos ni con sus hijos cuando éstos eran pequeños. Siempre les han puesto condiciones para recibir su amor, ya sea porque el niño debía portarse bien, hacer lo que ellos esperaban o deseaban que hiciera, llenar sus expectativas, parecerse a ellos, ir a la escuela, sacarse buenas notas, o simplemente porque tenía que ser “buen niño”, sino corría el riesgo de perderlo. Para comprender este concepto fundamental y su ejercicio pleno en la vida cotidiana desde el enfoque del PHQ, Fromm (1995), que explica en forma clara el significado del término “amor incondicional”, se centró en desmentir y desenmascarar lo que comúnmente se le denomina “amor”, señalando las principales razones que impiden que el factor incondicional se manifieste entre los vínculos familiares y sociales. Según este autor, todos los intentos de amar están condenados al fracaso, a menos que el individuo procure, del modo más activo, desarrollar su personalidad total, en forma de 38 alcanzar una orientación productiva; y de que la satisfacción en el amor individual no puede lograrse sin la capacidad de amar al prójimo, sin humildad, coraje, fe y disciplina. La mayoría de las personas están sedientas de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor. Esa peculiar actitud se basa en varias premisas que, individualmente tienden a sustentarla. Para la mayoría, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor. Fromm (1995), explica que el amor es un poder activo en el hombre; un poder que atraviesa las barreras que lo separan de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento y separatividad, y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad. La envidia, los celos, la ambición, todo tipo de avidez, son pasiones; el amor es una acción, la práctica de un poder humano, que sólo puede realizarse en la libertad y jamás como resultado de una compulsión. En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir. El malentendido más común es creer que dar significa renunciar a algo, privarse de algo, sacrificarse. La persona cuyo carácter no se ha desarrollado más allá de la etapa receptiva, experimenta de esa manera el acto de dar. El carácter mercantil está dispuesto a dar, pero sólo a cambio de recibir; para él dar sin recibir significa una estafa. La gente cuya orientación principal no es productiva, vive el dar como un empobrecimiento, por lo que se niega generalmente a hacerlo. Para el carácter productivo, dar posee un significado totalmente distinto: constituye la más alta expresión de potencia. En el acto mismo de dar, se experimenta fuerza, riqueza, poder. Y estas experiencias de vitalidad y potencia llenan de dicha el alma. Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de la vitalidad misma. Cuando una persona da de esta manera, no da con el fin de recibir; dar es de por sí una dicha exquisita. Conforme a Fromm (1995), la madre ama al recién nacido porque es su hijo, no porque el niño satisfaga alguna condición específica ni porque llene sus aspiraciones particulares (naturalmente, esto es un “tipo ideal” y no significa que todos los padres 39 amen de esa forma). El amor incondicional corresponde a uno de los anhelos más profundos, no sólo del niño, sino de todo ser humano. Que nos amen por los propios méritos, porque uno se lo merece, siempre crea dudas; “[…] quizá no complací a la persona que quiero que me ame, quizás eso, quizás aquello, siempre existe el temor de que el amor desaparezca”. Además el amor “merecido” siempre deja un amargo sentimiento de no ser amado por uno mismo, de que sólo se nos ama cuando somos complacientes, de que, en último análisis no se nos ama, sino que se nos usa. Se nos ama porque se espera algo a cambio; que seamos alguien, que hagamos tal cosa o tal otra, o que no hagamos eso que molesta, que seamos buenos, etc. Su principio es “te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo quiero”. El aspecto negativo consiste en el hecho mismo de que el amor tiene que ganarse, de que puede perderse si uno no hace lo que de uno se espera. Si una persona ama sólo a otra y es indiferente con el resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado. En realidad, llegan a creer que el hecho de que no amen sino a una determinada persona prueba la intensidad de su amor. Esto constituye una falacia. Como no comprenden que el amor es un poder interno, creen que lo único necesario es encontrar un objeto adecuado y que después todo viene solo. En el amor incondicional, en cambio, si se ama realmente a una persona, se ama a todas las personas, se ama al mundo, se ama la vida. Si alguien puede decirle a otra persona “te amo”, debe poder decir: “amo a todos en ti, a través de ti amo al mundo, en ti me amo también a mí mismo”. 5.7. Psicoterapia Holística La integración de todos los aspectos del ser humano es el resultado final del trabajo realizado en la semana. El método difiere de una terapia convencional, entre otros aspectos, por tener como premisa básica para comprender el sufrimiento humano y posibilitar una verdadera transformación, la existencia y el reconocimiento vivencial (no intelectual) de una fuerza interna, sabia y amorosa, oculta detrás de la personalidad, de las apariencias, de los comportamientos negativos y de las emociones programadas. Como se explicó, a esta fuerza o energía primordial se la llama Ser espiritual o esencia, y es, en pocas palabras, el yo real en el sentido más profundo. La diferencia con otros 40 enfoques es que el método Hoffman no toma en cuenta las creencias ni la orientación religiosa de la persona, no exige compartir una determinada teoría o hipótesis particular para generar el cambio, ya que opera en el plano emocional. Tampoco es requisito reconocer la existencia de una parte positiva, sabia, e incondicionalmente amorosa inherente a la raza humana, que permanece oculta más allá del inconsciente. Simplemente otorga una herramienta efectiva para experimentarlo. Es un método universal, que opera sobre las causas más primitivas del sufrimiento en el hombre para desactivarlas y acceder a su verdadero potencial. La mayoría de las personas de Occidente viven instaladas en sus mentes; su actividad mental es permanente, día tras día, minuto a minuto, y desconocen por completo la experiencia de la paz, la alegría, y el silencio interno que sobreviene cuando los pensamientos se interrumpen a raíz de una conexión emocional o espiritual profunda. Han pasado su vida privilegiando al intelecto y al “pensar”, dando un lugar y una importancia secundaria a los sentimientos y a las emociones, y olvidando casi por completo la parte espiritual o intuitiva, que irónicamente es la más importante, pues es el único aspecto que no está programado ni condicionado por las vivencias y situaciones negativas que se atraviesan durante el crecimiento, y es allí donde residen los recursos necesarios para superar cualquier dificultad. Por eso se habla de desintegración; no hay coherencia ni armonía en el funcionamiento integral de todas las áreas, ni conocimiento de las verdaderas posibilidades que se generan cuando estas coexisten en una unidad integrada. Esta visión integrada del ser humano recibe el nombre de “holística”. La palabra holística deriva del vocablo “holos”, que significa “completo, entero”. Desde esta visión, todos los aspectos de la persona están interconectados entre sí, y las enfermedades físicas y traumatismos son consecuencia de desequilibrios existentes primero en otros niveles o planos más sutiles. Según López Blanco (1995) la holística es una filosofía, una manera de mirar al ser humano según una determinada escala de valores que consiste en entenderlo como una unidad de cuerpo, mente, energía, espíritu, vínculos, medio ambiente, cultura e historia personal. La mirada holística de la salud intenta promover en las personas el reequilibrio de las dimensiones emocionales, sociales, físicas y espirituales. 41 Desde esta mirada se pueden reconocer en el ser humano tres dimensiones fundamentales en interacción: - La dimensión del cuerpo: representa lo concreto, la materia. Es la sede de las funciones y acciones vitales, de las sensaciones y de las emociones. - La dimensión de la mente: representa a lo abstracto. Es el plano de las ideas, la sede de las facultades intelectuales. - La dimensión del espíritu: representa lo sutil, el nexo con lo trascendente. Es la sede de los sentimientos y pensamientos elevados que conectan al individuo con su propia esencia y el sentido último de su vida. Las tres dimensiones coexisten, se interrelacionan, se afectan y se movilizan sincrónicamente. Conforme a López Blanco (1995), el cuerpo comunica mensajes que refieren a la personalidad como totalidad. Sus distintas maneras de expresarse pueden llegar a poner en evidencia el mayor o menor grado de coherencia interna del individuo. La cultura occidental posee una mirada dicotómica respecto de la realidad. Los nacidos y criados en ella reciben esta influencia e internalizan, entre otras cosas, una tendencia a separar los sentimientos, sensaciones y emociones de los actos y de los pensamientos. En la mayoría de los casos el resultado es que “el sentir” queda tapado por el “pensar”. El ser humano inmerso en esta cultura se violenta a sí mismo con acciones que lo alejan de sus más profundos deseos y necesidades. En muchos casos éstos últimos no son ni siquiera registrados, y cuando se los registra, puede que no se los acepte ni atienda. Los síntomas del cuerpo llama la atención acerca de este alejamiento del sujeto con respecto a sus propios valores, principios, deseos y necesidades. Constituyen una conducta manifiesta de desencuentro personal. El ser humano es responsable de su propia salud y bienestar, y debe tener conocimiento de que: - El cuerpo se expresa a través de un lenguaje sencillo de aprender, un “lenguaje niño” 42 - El registro consciente de los mensajes que el propio cuerpo emite, favorece y promueve el autoconocimiento. - Ese conocimiento o saber acerca de uno mismo facilita procesos de cambio y sanación. - La toma de conciencia de lo que el cuerpo expresa promueve el autoconocimiento y la autocuración. En cada ser humano, todos sus aspectos tienden hacia la unidad, a la integración de sus partes en un todo armónico. Hay una sincronización armónica entre todos los planos del individuo. La Psicoterapia Holística acompaña al ser humano en su propio camino de autoconocimiento y prevención, y en el cuidado de su persona. Lo estimula a conectarse con valores trascendentales y a mejorar la relación consigo mismo, con su medio ambiente y con su entorno vincular. Promueve el despertar de los potenciales que todo ser humano posee en su interior, favoreciendo su despliegue, desarrollo y expresión para que la persona puede resolver por sí misma problemáticas básicas de vida. El profesional que aplica este método posee una mirada integral del cuerpo, la mente, el espíritu, el medio ambiente y el entorno social. Esta forma de tratamiento se propone acompañar a la persona en un camino de autointegración y coherencia que le permita el despliegue de sus aptitudes, la puesta en acto de sus potenciales, la posibilidad de hacerse dueño y responsable de su destino y de alcanzar satisfacción y bienestar en su vida. Según López Blanco (1995), esta teoría de la condición humana le reconoce al hombre las siguientes cualidades o características: - Ser libre, capaz de elegir y tomar sus propias decisiones. - Ser responsable de sus actos - Ser creativo, poseer capacidad de cambio - Tener posibilidades de evolucionar hacia estadios de mayor integración de sus aspectos internos entre sí y con relación al entorno. 43 - Estar inmerso en un proceso de evolución por etapas que alternan el equilibrio, el desequilibrio y su resolución, ofreciendo cada ciclo una oportunidad para el crecimiento personal. - Poseer sabiduría, disponible para la conciencia, acerca de sí mismo. - Contar con la posibilidad de autocurarse. Los desequilibrios que afectan al hombre estarían relacionados con obstáculos para ejercer plenamente estas cualidades esenciales. A lo largo de sus distintas etapas evolutivas, los condicionamientos internos separan al ser humano de su esencia: incorpora formas de percibir, sentir, pensar y comportarse que lo alejan de sí. Es indispensable para el crecimiento personal emprender un camino de retorno al propio centro. Para hacerlo, el individuo tendrá que abrirse y arriesgarse a la exploración, cuestionamiento y experiencia de su realidad, buscar caminos diferentes para la resolución de sus conflictos, soportar sus equivocaciones registrando y valorando el aprendizaje que puede extraer del error, respetar sus propios tiempos y procesos, e intentar conocerse cada vez más para asumir la plena responsabilidad sobre sus actos. Para Wilber (1986) la Psicología Holística es una corriente psicológica científica que estudia la mente y la conducta humana, así como sus procesos afectivos en la relación socio-cultural, etológica y ambiental del individuo mediante un método analíticosintético y holístico. Es un sistema abierto donde cualquier nueva técnica e investigación tienen lugar, pues acepta la existencia de procesos mentales múltiples, conscientes y subconscientes. Las motivaciones son las causas de la vida y la Psicología de las motivaciones son la piedra fundamental de la Psicología Holística. Esta busca fortalecer el Yo, armonizando y equlibrando la mente, cuerpo y espíritu del individuo y a éste con la sociedad y el medioambiente que lo rodea. La integración y adaptación es un fin en sí mismo. Esta corriente psicológica surge en los años 60´ como una alternativa de unificar e integrar los conocimientos de las psicologías tradicionales de occidente con la sabiduría de los grandes maestros de oriente. No excluye a las corrientes psicológicas conocidas como el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Estos modelos 44 terapéuticos tienen como objetivo principal la adaptación del individuo a su medio ambiente, no admiten la posibilidad de un desarrollo psicológico más elevado (en especial las dos primeras que son más reduccionistas). Son los psicólogos humanistas quienes mejor abordaron las dimensiones de lo humano y lo relacionado a la salud a través de una mirada más entera del hombre. Este enfoque terapéutico apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de bienestar y salud psicológica, dando importancia a las modificaciones de los estados de conciencia, más allá de los límites del ego y la personalidad. Conecta lo psicológico con lo espiritual, en la búsqueda de la autorealización y la autotrascendencia. Según Wilber (1986) la autotrascendencia se puede definir como: “el estado de conciencia en donde el sentido de identidad se expande más allá de las definiciones ordinarias y autoimagen de la personalidad individual”. Esto encamina al hombre hacia una óptima salud mental, ya que se exploran estados de desarrollo personal que se extienden más allá del ego individual, hasta incluir amplios aspectos del género humano, naturaleza o cosmos. 45 5.8. Síntesis del marco teórico y conclusiones. Se pudo observar cómo desde muy temprana edad se asumen características de los padres independientemente de la voluntad o elección del niño, ya que la internalización de estas conductas y emociones negativas se produce desde los comienzos de vida, cuando el intelecto aún no se ha desarrollado. La identificación inconsciente de tales patrones es inevitable, ya que el niño es un perfecto imitador, tanto de lo positivo como de lo negativo. El problema surge cuando comienza a identificarse con ellos y a creer que forman parte de su verdadera naturaleza. Esto sucede desde muy pequeño, y a medida que pasa el tiempo y crece, se convence (porque lo convencen) más de que hay algo negativo en él o de que está fallado. Se analizó este punto desde la psicología evolutiva, con autores como Bowlby y Cavallier, que explicaron en detalle el proceso de internalización que tiene lugar en el niño en relación con sus padres y sus posteriores consecuencias psicológicas, haciendo hincapié en la carencia afectiva, el rechazo y el abandono emocional. A su vez, se describieron y explicaron los diferentes tipos de apego observados en la interacción del niño con sus progenitores que conducen a comportamientos inadecuados con otros pares y figuras de autoridad y que persisten en la adultez como patrones de conducta recurrentes. La teoría psicoanalítica se usó ilustrativamente para corroborar la base teórica del PHQ, referente al origen de la programación negativa, mostrando como las conductas disfuncionales en la adultez tienen lugar gracias a huellas mnémicas o situaciones traumáticas de la niñez, y que sólo esas impresiones y sucesos comandan la posterior contracción de la enfermedad. De no haber existido tales situaciones, la reacción frente a traumas posteriores habría sucedido por caminos normales. Por eso todo el trabajo del Proceso apunta a facilitar el acceso a la raíz de los conflictos emocionales y psicológicos actuales. Con respecto a la terapia guestáltica, se pudo observar cómo intervienen sus conceptos fundamentales en el trabajo de autoconocimiento y autotransformación realizado en la semana, tomando como principios claves el estar conciente del propio yo, la incapacidad de la persona para resolver las situaciones de su vida, y el cambio en su funcionamiento interno, tomando como herramientas para lograr tales fines los movimientos, gestos, forma de hablar, sentimientos, expresiones y la interacción con la 46 realidad. De esta manera se logra suficiente integración para llevar a cabo los procesos de desarrollo por uno mismo y se accede a los recursos del propio yo, que permiten nuevas soluciones para enfrentarse a las demandas de sus necesidades y del ambiente. Otro concepto importante que se abordó fue el de inteligencia emocional. Como se mencionó, parte importante de los objetivos del PHQ es desarrollar la inteligencia emocional para funcionar en forma equilibrada, tanto internamente como en los aspectos laborales, sociales y familiares. Goldberg explicó como el aprender a operar sobre el conjunto de rasgos emocionales es de vital importancia para construir la propia realidad en consonancia con los deseos internos, dominar hábitos mentales y vencer patrones de conducta arraigados. Se señaló que este recurso no se enseña en las escuelas y universidades, quienes concentran su atención en las habilidades académicas y en el desarrollo intelectual, a pesar de que éstos no brindan recursos reales para alcanzar la prosperidad o el bienestar ni ofrecen preparación alguna para las oportunidades o los trastornos que presenta la vida. Se explicó como las personas emocionalmente expertas, que conocen y manejan bien sus sentimientos y enfrentan con eficacia los sentimientos de los demás, cuentan con ventajas en cualquier aspecto de la vida, tanto en las relaciones amorosas e íntimas como en las reglas que gobiernan el éxito en la política organizativa. La visión positiva de la naturaleza humana, base del trabajo realizado en el PHQ, fue analizada desde la Psicología Humanística, con Rogers como autor principal. El mismo explicó que toda elección realizada por los seres humanos es expresión de la búsqueda de autorrealización y de desarrollo total, y que esta aspiración a la completitud personal es una característica de la existencia humana. Coincidió en que una persona que se embarca en el proceso de autorrealización desarrolla confianza en su propio organismo, hace valoraciones a partir de sí mismo, y ve su vida como un cambio constante que fluye, descubriendo permanentemente nuevos aspectos de su ver en el transcurso de su experiencia. Por su parte, Maslow explicó el concepto de “autorrealización” y sus alcances en la práctica cotidiana, señalando las principales características de las personas que poseen dicho estado evolutivo en sus respuestas emocionales, su forma de reaccionar frente a las situaciones y su modo de interactuar con los demás. Esta descripción permitió ejemplificar con bastante similitud los resultados obtenidos luego de la intervención del Proceso y del uso posterior de sus técnicas, arrojando a la luz las 47 enormes ventajas que trae el trabajo interno sobre las emociones negativas, las creencias falsas, las reacciones inadecuadas y las modalidades compulsivas aprendidas. Fromm se centró en desenmascarar las creencias sociales relacionadas al térmno “amor” y a su ejercicio cotidiano, explicando por qué el verdadero amor es incondicional y describiendo las circunstancias favorables que se necesitan para que éste se manifieste en forma natural. Dicho propósito constituye una de las metas claves del trabajo realizado en el Proceso Hoffman y surge como consecuencia directa de operar sobre la programación negativa y los condicionamientos adquiridos. Por último, se explicó que el enfoque de Quadrinidad (cuerpo, emoción, intelecto, espíritu) recibe el nombre de “holístico”, proveniente del término “holos”, que significa “completo, entero”. Según expuso López Blanco, la holística es una manera de mirar al ser humano según una determinada escala de valores, que consiste en entenderlo como una unidad de cuerpo, mente, energía, espíritu, vínculos, medio ambiente, cultura e historia personal. Promueve el despertar de los potenciales que todo ser humano posee en su interior, favoreciendo su despliegue, desarrollo y expresión para que la persona puede resolver por sí misma problemáticas básicas de vida. Desde la visión de Quadrinidad, este despertar corresponde al reconocimiento vivencial del ser espiritual, experiencia que surge como consecuencia de la integración entre el intelecto y las emociones, que normalmente están disociados. Una vez integrados, sobreviene un estado de paz y silencio interno, posibilitando el acceso al propio potencial y a la verdadera identidad del ser humano. 48 6. INVESTIGACIÓN Esta investigación tiene como propósito brindar un soporte empírico a la información brindada y corroborar el alcance del Método Hoffman de la Quadrinidad. Fue realizada por dos psicólogos reconocidos de la Universidad de California y evaluó los cambios positivos mediante diferentes variables en personas que realizaron el PHQ, realizando un seguimiento durante el transcurso de un año para determinar los efectos a corto y largo plazo después de atravesar por la experiencia. Levenson y Yancura (2006) explican que en el presente estudio se buscó evaluar los efectos de este curso de educación emocional sobre los síntomas de salud mental, salud y funcionamiento físicos, e índices de bienestar más allá de la reducción de síntomas. La hipótesis era que la depresión y otros síntomas de salud mental disminuirían y que los indicadores de salud mental positiva aumentarían al comparar a un grupo de participantes del PHQ con un grupo de control. También se esperaba que la salud y el bienestar calificados por los propios participantes aumentarían en el grupo del PHQ. Además, se exploró si estos cambios eran mediados por aumentos en el perdón y en la espiritualidad. Se ha definido el perdón como "el reemplazo de emociones negativas rencorosas por emociones positivas, orientadas hacia el otro". Su efecto en el funcionamiento psicológico y físico ha sido también un tema de interés reciente para los psicólogos. A pesar del entusiasmo alrededor de esta idea, son sorprendentemente pocos los buenos estudios empíricos que han establecido una relación entre el perdón y los resultados de salud mental. La espiritualidad, que puede ser definida como religiosidad sin el contexto de la religión formal, ha sido reconocida recientemente como una fuente de bienestar emocional. Se ha documentado bastante bien una relación entre la participación religiosa y la salud mental y física. Sin embargo, se ha estudiado menos la relación entre las experiencias espirituales y los resultados emocionales positivos, aunque algunos profesionales han sugerido que la experiencia espiritual está asociada a la felicidad. Hasta donde se sabe, nadie ha examinado cómo se pueden producir los cambios en la espiritualidad, y si estos cambios pueden causar una reducción de síntomas y emocionalidad positiva. 49 6.1. Cambio emocional positivo: efectos mediadores del perdón y de la espiritualidad Según Levenson y Yancura (2006), se evaluó la eficacia de un programa de educación emocional que busca reducir la transmisión intergeneracional de patrones negativos de interacción mediante el aumento del perdón y de la espiritualidad. Fueron examinados la reducción de síntomas psicológicos y el aumento de resultados psicológicos positivos en el transcurso de un año como los mediadores de este cambio. Inicialmente, la muestra la conformaban 99 participantes y 47 controles en lista de espera. La comparación de las puntuaciones iniciales (Tiempo 1) con una semana luego del Proceso Hoffman de la Quadrinidad (Tiempo 2), mostró grandes reducciones en afecto negativo (síntomas depresivos) y aumentos tanto en resultados positivos (maestría, empatía, inteligencia emocional, satisfacción en la vida, perdón, y experiencia espiritual) como en salud y bienestar. En el transcurso de un año, la mayor parte de estas mejorías se mantuvieron, en comparación con el grupo de control. Más aún, los aumentos en perdón y espiritualidad mediaron el efecto de la participación en el curso sobre los síntomas de depresión. En investigaciones futuras debería intentarse reproducir estos hallazgos, tanto con el PHQ como con otras intervenciones. Desde un punto de vista de la psicología positiva, estos resultados son muy alentadores. Sería interesante determinar si la psicoterapia también resulta en aumentos en resultados positivos tales como perdón e inteligencia emocional. Los psicólogos positivos deberían explorar las relaciones entre aumentos en el perdón y en la experiencia espiritual y disminuciones en síntomas de salud mental. Aquellos interesados en las relaciones entre la participación religiosa y la salud física y mental deberían explorar también los efectos de la experiencia espiritual. 50 7. CASUISTICA A fin de aportar datos específicos que clarifiquen los efectos producidos por la intervención del método, se realizaron dos entrevistas personales a participantes del PHQ, una semana antes de atravesar por la experiencia y seis meses después. Fueron evaluadas las distintas áreas de interacción y los cambios registrados en los niveles psíquico, emocional, perceptivo, físico y espiritual. 7.1. Entrevista 1. Lucas, 23 años, Capital Federal. A: ¿Cómo era tu vida antes del Proceso? L: En muchos sentidos me sentía incompleto, vacío, e incapaz de realizar determinadas cosas. Tenía mucha inseguridad, baja autoestima, me costaba valerme por mí mismo para trabajar, estudiar y me costaba relacionarme con los demás por eso. A: ¿Y con tu familia como era la relación? L: Bastante supérflua. Nos llevábamos bien pero no era muy profundo. Había cosas que no se hablaban, costaba mucho hacerse escuchar y había muchos secretos que yo después los pude ir averiguando, en especial la expresión de amor con los demás. A: ¿Por qué llegaste al proceso? ¿Qué te hizo tomar la decisión? L: La necesidad de cambiar y mejorar. No me cerraban las cosas como eran, sabía que no me alcanzaba como estaba pero no sabía exactamente por qué. No había cosas por delante que yo sintiera que me iban a completar, ni estudiar, ponerme de novio, o trabajar, porque eran cosas que no me habían funcionado antes tampoco. Estaba insatisfecho a nivel general. A: ¿Y después del Proceso que cambió con respecto a la insatisfacción? L: Cambió totalmente, porque luego me di cuenta de que no necesitaba nada para sentirme satisfecho, nada que pudiera venir de afuera. Ni trabajo, ni terminar una carrera, ni conocer a alguien, ni nada de eso. El Proceso no es que me explicó como lograrlo, sino que me hizo acordar de que yo no necesitaba nada, como si yo me hubiera olvidado en algún momento de eso. A: ¿Y qué cambios hubo en la interacción con tu familia y amigos? 51 L: Y....se abrió mucho más lo emocional, pude abrirme y decir lo que sentía, lo cual fue muy liberador, sobre todo con la familia, porque siempre hay cosas ocultas. Con los amigos también pero en menor medida, porque uno ya tiende a ser más uno mismo. Pero también mejoró en todos los aspectos. Con la pareja pude permitirme, a diferencia de otras veces, conocer a la persona desde una total posición de apertura sin adjudicarle cosas y sin entrar en transferencia con ella. Pude mostrarme tal cual soy y aceptar a la otra persona tal cual es, sin un montón de interrupciones que habían estado en mis parejas anteriores. A: Básicamente entonces pudiste conectarte emocionalmente con los demás....y eso te permitió mejorar tus relaciones. L: Sí, y conmigo mismo. Dejé de depender de lo que me daban o no para sentirme bien. A: Entiendo. ¿Cómo cambió tu proyecto de vida después de Hoffman? L: Y...cambió en un aspecto de decisión. Antes era mucho más inseguro, y eso me jugaba en contra a la hora de tener que aceptar un trabajo o una oportunidad, y así dejaba pasar muchas cosas por no sentirme capaz. Ahora tengo más confianza en mí y más seguridad. A: ¿Y los cambios que lograste con el Proceso, sentís que se mantuvieron o aumentaron? L: Y, es por épocas. A veces uno está mal y ve negativo todo. Pero a nivel general se amplio, mejoró. Sobre la base de lo que obtuve agregué más cosas y logré una ampliación de la conciencia. Pero sí necesitaba que esté esa base. Si no está la confianza en uno mismo y en sus potenciales no se pueden agregar otras cosas, información nueva. A: ¿Cómo era tu visión y tu actitud frente a la vida y cómo es ahora? L: Era una visión bastante temerosa y desesperanzada. Pensaba que me iba a ir mal siempre, o no lo pensaba pero tenía miedo de que me pudiera ir mal, incluso cuando me estaba yendo bien, con lo cual no podía ni siquiera reconocer las cosas buenas de mi vida, que cualquier otra persona veía. Ahora es más fácil porque me siento mucho más conforme y satisfecho, ya que no necesito que se dé nada en especial para estar bien en este momento. No significa que no tenga ambiciones, quiero obtener cosas y tengo metas, pero eso no quiere decir que voy a estar bien sólo cuando lleguen A: Para terminar... ¿Cómo cambió tu visión de las personas y del sufrimiento humano? L: Cambió mucho. Yo antes creía que las personas como eran ya estaban dadas y que esa era la verdad. Ahora entiendo por qué las personas son como son, con las cosas 52 buenas y malas, sé como no tomarme demasiado personal las cosas malas incluso cuando me afectan, porque conozco la naturaleza de sus males. 7.2. Entrevista 2. Juan, 29 años, Capital Federal. A: ¿Juan...por qué decidiste hacer el Proceso Hoffman? J: Porque había tenido unas experiencias personales, espirituales, y no entendía que hacer con ellas. Entonces fui a una entrevista con la directora del Proceso y me dijo que esto me podía ayudar a integrar esas experiencias a la vida cotidiana y darles un sentido. Yo sentía que había un misterio en la vida que no podía revelar, había algo más. Y ella me dijo que esto servía para lo que yo estaba buscando. A: ¿Y cómo te definís vos antes del Proceso y ahora? J: Antes me sentía muy desconectado de mí mismo, tenía mucha tristeza, muchos sentimientos que ni siquiera sabía que los tenía, un vacío muy grande. Era soberbio, creía que era mejor que todos, pero en realidad estaba triste y no era consciente de cuán triste estaba. Después del Proceso pude atravesar esa tristeza, sentirla, descubrí que había montañas y montañas de tristeza que yo ni tenía idea, y pude sanarlo. Ahora puedo hablar de eso como alguien que la experimenta desde afuera y antes ni podía mantener un diálogo. Ahora siento que estoy en un camino constante de ser cada vez más yo mismo y que va creciendo, y eso ya es un motivo de alegría y entusiasmo. A: ¿A nivel social y familiar que cambios sentiste? J: Fundamentalmente encontré que yo amo, que yo amo a todos, que tengo amor incondicional en mi interior hacia cualquiera, sin importar nada. A veces ese amor incondicional se opaca o se restringe, pero con las técnicas del proceso uno puede recuperarlo, porque en el fondo siempre está. Con mis padres sentí una gran compasión, un gran amor, un gran perdón, mucho conocimiento sobre cómo había sido en realidad mi infancia y una comprensión también sobre la infancia de ellos y su vida. Hay una conexión con ellos y con mi familia más profunda, mucho menos intelectual y más emocional. A: ¿Y los cambios a nivel laboral? J: Y ahora tengo una sensación de poder, de energía, de entusiasmo. Soy más responsable con el trabajo. Yo trabajo con mi familia y ahora tengo más proyectos, 53 quiero crecer en la empresa. Antes iba cuatro horas nada más, y después iba a cama solar y a bailar. Quería irme a Ibiza para tomar pastillas de éxtasis y estar con muchas mujeres, iba al gimnasio y lo que más me importaba era mi imagen y pasarla bien. Las drogas me servían para eso. Decidí empezar una carrera que se llama couseling, porque al hacer Hoffman se despertó la conciencia de que lo que yo quiero es darle a los demás lo que yo descubrí; autoconocimiento, autoestima, y amor. Descubrí que lo que más quiero en la vida es que todo el mundo descubra esto y lo sienta. A: ¿Y con el tema de las drogas? J: Y....no tengo necesidad de tomarlas porque me siento bien. Antes tomaba drogas para sentirme bien y deshinibirme, y ahora estoy bien conmigo mismo, no tengo tanta timidez, puedo estar con gente, me siento cómodo, tengo contacto emocional conmigo y si no me siento bien se por qué. El Proceso me dió una sensación de amor y bienestar que hace que no necesite de nada para estar bien. A: ¿Y los cambios sentís que se sostuvieron o aumentaron? J: Primero fue un cambio radical de 180 grados, hasta el punto que cuando volví del Proceso yo estaba de novio y al principio nos costaba encontrarnos porque yo era otro, era más yo mismo. Los cambios fueron para siempre y cada vez se van profundizando más. A: ¿Y tu visión de la vida? J: Y....antes yo tenía un esquema mental en el cual yo era superior, era el más feliz y la gente era inferior y no sabía nada. Después del Proceso tomé conciencia de que todos somos uno, una misma energía, no hay superiores e inferiores, que lo único que quiere el ser humano es amor y todo lo que hace es para eso, y que cuando tenemos amor tenemos todo. A: ¿Y con vos mismo que cambió? J: Y...yo sentí que desperté de un largo sueño. Fue como un renacimiento. Empecé a ser quien yo siempre había sido pero no sabía que era, no era consciente. O sea que antes de hacer Hoffman era como una especie de robot que repetía patrones de mi papá y mi mamá y después empecé a ser yo mismo y profundizar cada vez más en mí. Cada vez puedo ser más yo mismo, estar en mi centro, y no ser estos patrones inculcados e introyectados por mis padres. 54 7.3. Análisis Primera entrevista: Lucas -23 años Experimentó cambios importantes a nivel emocional, espiritual, familiar y social. Como bien explicó Fromm en el desarrollo del marco teórico y como ya se mencionó constituye un objetivo básico del PHQ, la experiencia del amor incondicional fue el resultado del trabajo de limpieza emocional que Lucas realizó sobre la programación de sus padres, y lo pone de manifiesto al señalar el no necesitar de nada externo ni depender de lo que le den otros para sentirse satisfecho. Tomando el concepto de que el ser humano está compuesto por cuatro partes, el amor incondicional es producto de la reconexión con el ser espiritual, con la verdadera identidad. Como citó Fromm (1995): ”esto constituye el anhelo más profundo de todo ser humano”. El motivo que llevó al entrevistado a realizar el curso (la necesidad de cambiar y mejorar), es un ejemplo de que la aspiración a la completitud personal es una característica de la existencia humana, y de que todos los actos de los seres humanos son expresiones de la búsqueda de autorrealización y de desarrollo total, según explicó Rogers (1990). También la autoconfianza que Lucas manifiesta haber recuperado constituye un concepto clave en la teoría rogeriana y una clara consecuencia del conocimiento de los propios recursos y del propio potencial. Afirmó haber ampliado su conciencia, lo cual le permitió operar sobre su programación negativa y registrar cuánto ésta lo limitaba en sus relaciones afectivas y en el propio contacto. Esta interrupción del contacto, la apertura de conciencia y el registro de las propias limitaciones, ejes básicos de la terapia gestáltica, pueden verse con claridad operando en la primera etapa deautotransformación, que consiste en la desidentificación de los rasgos negativos aprendidos. Su desconexión emocional, a causa del rechazo y el abandono emocional, conceptos abordados desde la Psicología Evolutiva, fue el punto clave en donde se enfocó su trabajo interior, y la posterior conexión resultó el factor determinante para sostener el bienestar individual y mejorar los vínculos afectivos familiares 55 Segunda entrevista: Juan- 29 años. La búsqueda del sentido o de lo trascendente fue lo que impulsó a Juan a tomar el curso. Según Lopez Blanco (1995) esta búsqueda pertenece al aspecto espiritual en el enfoque holístico, que es la sede de los sentimientos y pensamientos elevados que conectan al individuo con su propia esencia y el sentido último de su vida. También los logros de Juan, referidos a su reconexión emocional y en el inicio de su camino de realización personal, denotan la comprensión del funcionamiento de los condicionamientos transmitidos en la niñez y del posterior trabajo sobre los modelos de conducta adquiridos. El proceso necesario que tuvo que atravesar, sintiendo y conectándose profundamente con su tristeza, sus sentimientos de inferioridad y sus miedos, le permitió el acceso a sus verdaderas capacidades y a desarrollar su inteligencia emocional. El aprender a operar sobre sus propias emociones, superando aquellas que le socavavan el bienestar, lo introdujo en un camino de ser cada vez más auténtico y lograr mayor bienestar. “Esto es motivo suficiente de alegría y entusiasmo”, afirmaba Juan. Como señaló Goldberg (1995) “mantener bajo control las emociones perturbadoras es la clave para el bienestar emocional. El objetivo es el equilibrio, no la supresión emocional”. Este principio se observa en el entrevistado cuando hace referencia a haber negado durante años sus emociones negativas, disfrazadas con actitudes de superioridad, desprecio y rechazo. El equilibrio sobreviene cuando la persona se atreve a lidiar con lo más negado, permitiendo que salga a la superficie bajo circunstancias adecuadas, para luego desidentificarse y devolverlo a su origen, reconectándose así con su naturaleza primordial. Recuperar su amor incondicional fue un logro clave que lo llevó a conocer su misión en la vida; el de ayudar a los demás a conocerse a sí mismos y a elevar su autoestima. Afirma que ama a todos, que tiene amor incondicional en su interior hacia cualquiera, sin importar nada. Este logro le permitió empezar una carrera afín con sus deseos más profundos. Fromm (1995) señalaba que esta experiencia significa verdadera comprensión de que el amor es un poder interno y activo en el hombre y de que, en el 56 carácter incondicional, al amar realmente a una persona (a sí mismo), se ama a todas las personas, se ama al mundo y se ama la vida. 7.4. Conclusión Se puede observar que, independientemente de las diferencias personales entre los entrevistados, los cambios generaldos por la intervención del Proceso son similares en lo referente a la expansión de la conciencia, la alegría, la visión profunda de la vida y el bienestar personal. También coincidieron en los sentimientos de comprensión y compasión hacia las personas y un positivismo que abarca todas las áreas, impulsado por el conocimiento sobre los propios recursos y el descubrimiento del potencial interior. Hubo más conexión emocional y mayor contacto a nivel familiar. Los vínculos sociales y familiares mejoraron en ambos casos, siendo más profundas y menos conflictivos. Un cambio clave fue el descubrimiento del propio yo y la sensación que comparten ambos de seguridad y autonomía. El no necesitar de nada exterior para sentirse satisfechos fue uno de los logros más evidentes, permitiendo que las relaciones con los demás se produzcan en forma más natural y fluída y no estén condicionadas por las expectativas personales. 57 8. CONCLUSIONES GENERALES El presente trabajo de integración final tuvo como objetivo principal ilustrar los aportes de esta metodología intensiva para reducir los patrones de comportamiento negativos y compulsivos que están presentes en todo ser humano. Para ello fue necesario explicar las bases de su funcionamiento, integrándolo con diferentes enfoques y terapias, de los cuales el Proceso Hoffman toma sus conceptos fundamentales y los lleva a la acción. Pero el propósito original tenía un alcance más amplio: mostrar una alternativa diferente en el ámbito educativo y en el de las ciencias de la salud mental capaz de desarmar de raíz las causas del sufrimiento emocional en las personas en un tiempo sumamente corto. Esta cualidad puede produir escepticismo acerca de su verdadero alcance, muchas veces por creencias culturales que niegan ser posible un cambio profundo en siete días. Igualmente, se consideró relevante este aporte, y más aún después de haber conocido otras líneas teóricas que, aunque efectivas, requieren de mucho más tiempo para lograr resultados profundos y sostenidos. Los estudios y casos presentados se utilizaron para exponer con mayor precisión los resultados del PHQ y permitieron mostrar las diferentes variables que interaccionan y se modifican a raíz de su intervención. Se resaltaron también la importancia de las variables relativas a la experiencia espiritual, al autoconocimiento y al perdón, que normalmente no se evalúan y son ejes básicos para recuperar el bienestar psicológico y el equilibrio emocional. El uso del PHQ es generalizado. Se realiza 30 veces por año en cinco lugares en los Estados Unidos, y en 14 países más. Más de 50.000 personas han completado este Proceso desde 1967. Sin embargo, nunca antes había sido evaluado formalmente con estudios de resultados y un grupo de control. Otra característica fundamental que se tuvo en cuenta y formó parte importante de los objetivos del proyecto fue el de dar a conocer una herramienta que, además de promover el desarrollo emocional y espiritual, otorga recursos para realizarlo en forma autónoma. Para ello se enseñan técnicas individuales que ayudan a sostener y profundizar el cambio y motivan a continuar el trabajo interno sobre la programación negativa, evolucionando tanto como se desee. El poseer este recurso es de gran ayuda en situaciones de crisis y permite superar muchas dificultades; tomar una decisión acertada 58 en momentos de incertidumbre, superar bloqueos internos, y librarse de estados de ánimo negativos sin necesidad de un terapeuta, así como también resolver rápidamente problemas afectivos y enfrentamientos generados en la interacción con otros que normalmente podrían tardar semanas o meses. Debido a esta característica, se podría cuestionar si el PHQ es una terapia, ya que promueve la autonomía y la no dependencia. Así mismo, es frecuente necesitar de una guía externa post proceso, hasta lograr asimilar, comprender y llevar a la vida cotidiana los cambios realizados, sobre todo si la historia personal o la situación presente es de gravedad. En el desarrollo del trabajo se describieron las características esenciales de los modelos convencionales que intervienen en el PHQ y de los alternativos u holísticos, enfatizando que éstos últimos consideran la naturaleza del hombre positiva y que lo que impide esta experiencia son las limitaciones aprendidas en la infancia y los condicionamientos adquiridos. A su vez, se pudo analizar como los modelos clásicos cumplen también una importante función en la estructura del curso, sirviendo como base fundamental y necesaria para realizar el trabajo de autoconocimiento y autotransformación. Los ejes básicos que se trataron a lo largo del presente TFI fueron: la educación inconsciente de los padres y la transmisión de patrones de conducta generacionales, las necesidades físicas y emocionales del niño, las consecuencias del abandono y del rechazo emocional en la infancia, la visión integrada del ser humano compuesta por cuatro partes; emoción, intelecto, espíritu y cuerpo; las pautas claves para desactivar los mecanismos compulsivos adquiridos; la inteligencia emocional; el amor incondicional; la autorrealización, la conciencia y la espiritualidad. Desde una perspectiva terapéutica, se puede afirmar que el concepto más relevante para comprender el origen de los trastornos y desequilibrios emocionales y generar la conciencia que facilita el posterior trabajo de transformación y autoconocimiento, es el de programación negativa. Cómo esta limita el desarrollo emocional y espiritual en el hombre, generando somatizaciones y enfermedades físicas, dejándolo inconsciente acerca de su verdadera naturaleza y manteniéndolo alejado de sus posibilidades y capacidades reales. 59 Rara vez los padres transmiten a sus hijos que son seres puros y amorosos, que no importa lo que hagan o cuantas veces se equivoquen porque no hay nada malo en ellos, y que no deben sentirse culpables por sus equivocaciones, ya que sólo son aprendizajes negativos transmitidos de generación en generación. Si el común de los padres tuviera esta actitud de responsabilidad, conciencia, y comprensión sobre sus propios errores, en vez de adjudicárselos a sus hijos llevándolos a consultas con profesionales cuando en realidad sólo están transmitiendo lo que aprendieron en sus hogares, éstos crecerían con confianza y una seguridad plena en sí mismos, con más conciencia sobre la naturaleza de su personalidad y de la de los demás, con responsabilidad, equilibrio, armonía interna, y libres de culpa y sentimientos de autodestrucción o venganza en su adultez. La gran mayoría de las personas vive identificada con su programación, creyendo que sus defectos son verdaderamente propios o que las conductas y actitudes negativas de otros son inherentes a ellos, concluyendo así que hay cosas que nunca podrán cambiar. Esta creencia posiblemente sea la causa más importante y más antigua del sufrimiento en el ser humano. Aunque en diferentes modalidades e intensidad, mantiene al hombre alejado de sus recursos reales y de su verdadera identidad, que no puede ni está condicionada por las experiencias vividas y que espera ser descubierta para experimentar armonía, coherencia, paz, bienestar y sanación a nivel individual, posibilitando así el cambio natural en todas las áreas de la vida. 60 7. BIBLIOGRAFIA Bowlby, J. (1989). Una base segura. Barcelona: Paidós. Bowlby, J. (1995). Vínculos afectivos. Buenos Aires: Morata. Brazelton, B y Cramer, G. (1990). La relación más temprana. Barcelona: Paidós Ibérica. Cavallier, F. (1980). Imágenes para la acción. Madrid: Los libros del comienzo. Freud, S. (1978). Cinco conferencias sobre Psicoanálisis (1910-1909). Buenos Aires: Amorrortu. Fromm, E. (1995). El arte de amar. Buenos Aires: Paidós. Goleman D. (1995). La inteligencia emocional. Buenos Aires: Javier Vergara Editor. Hoffman, R. (1974). Método Hoffman de la Quadrinidad. Baltimore: Bestseller. Hoffman, R. 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