ESTUDIO SOBRE LA PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN PEDRO Por DANIEL CABARCOS 11ª PARTE: VERSÍCULOS 3:1 - 3:6 = CAPÍTULO 3 = 1 Pedro 3:1.“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,” Continua Pedro en este texto desarrollando el tema del orden y lo lleva ahora a las relaciones conyugales, empezando en este versículo con el adverbio ASIMISMO = OMOIÔS, que también se traduce semejante, de la misma manera, de igual modo, enlazándonos con el texto anterior, especialmente con los versículos 13 y 18, puesto que habla de estar sometidos, HUPOTASSÔ. Ya hemos visto el significado de este verbo en dichos versículos 13 y 18. Es un término militar que denota sujeción, sometimiento, subordinar, obedecer, etc. Dícese aquí de las mujeres a los maridos. Esto mismo podemos verlo en otro contexto en Efe.5:22-33. Aquí se habla al igual que en el sometimiento a las autoridades y a los amos, de sometimiento por causa del testimonio por causa de la responsabilidad hacia el prójimo, en este caso MARIDOS incrédulos o paganos, puesto que los define como DESOBEDIENTES = APEITHEÔ. Este verbo significa ‘rehusar a ser persuadido’, ‘rehusar la creencia’, de ahí lo de ser desobediente a la palabra, al mensaje de salvación. Estos maridos incrédulos ante la predicación, debido a la CONDUCTA = ANASTROFÊ, cuyo significado literal es ‘volverse atrás’, se traduce también como ‘manera de vivir’, conducta; dice que esta manera de vivir (conducta) de sus esposas, pueda GANARLOS = KERDAINO. Este verbo significa ‘ganar algo’, ‘conseguir una ganancia’ y se usa aquí metafóricamente para la expresión ‘ganar a los maridos para Cristo’, por medio de un testimonio silencioso, sin palabras, por medio del comportamiento, de una conducta cristiana intachable y piadosa. La conducta es más eficaz que las palabras como testimonio sobre todo cuando avalan a éstas y uno vive lo que predica. Especialmente en distancias tan cortas como el matrimonio, donde ambas partes se conocen tan bien debido a la convivencia. Podemos ver una idea de sometimiento por solidaridad y amor al prójimo en 1 Co.9:19. 1 Pedro 3:2.“considerando vuestra conducta casta y respetuosa,” Nos relata este texto como debe ser esa conducta que convence. Literalmente dice: “Observando la con temor pura conducta de vosotros”. Cuando la proclamación del mensaje del evangelio no da fruto, no debe recurrirse al acoso sistemático sino a la conducta adecuada, como testimonio práctico que ellos puedan OBSERVAR = EPOPTEUÔ, palabra que significa ‘ser testigo como espectador’. Se emplea esta misma palabra en 1 Pe.2:12: CONSIDERARLOS. La conducta temerosa de Dios, coherente con su voluntad, a la larga, hace más efecto que las palabras entre aquellos que son testigos de nuestra vida cristiana. El tener una conducta CASTA = AGNOS, palabra que significa puro, en el sentido de limpio de toda falta, inmaculado, una conducta adecuada con la voluntad de Dios. En los versículos siguientes se explica en que consiste esta conducta en la vida práctica, en lo cotidiano. 1 Pedro 3:3.“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,” Esta conducta consiste en no poner la mente en lo externo. La persona que está excesivamente pendiente de su imagen, no puede estarlo de la salud espiritual de su marido, ni de la voluntad de Dios. Este texto está más vigente hoy que nunca pues vivimos en un mundo donde la imagen ejerce una influencia tiránica sobre el individuo. Se habla aquí de lo EXTERIOR = EXÔTHEN, un adverbio que significa lo externo, lo exterior, lo de fuera. Se habla de cabellos trenzados, lo que nos indica un hacer ostentación exterior por medio del peinado estilizado y muy trabajado, un signo externo de que se le da mucha importancia a la imagen que uno proyecta socialmente. Esta misma palabra se emplea en 2 Pe.2:20 y 2 Ti.2:4 (enredar). Posiblemente se habla aquí de adornos en los brazos y en los tobillos, de collares y anillos o redecillas de oro que se ponían alrededor del cabello y de ropas lujosas. Este tipo de actitudes tienen como fin, generalmente, resaltar la propia belleza corporal y proyectar una imagen de poder económico y así conseguir poder e influencia social ante aquellas personas que se dejan influenciar por estas burdas puestas en escena, que, por otra parte, son una gran mayoría. Estas actitudes siguen vigentes hoy (coches, etc.). Otra referencia a este tipo de actitudes la podemos ver en Stg.2:1-4: Aún los cristianos nos dejamos influenciar por estas actitudes. En 1 Ti.2:9-10 y Is.3:16-26 se hace una descripción de estas actitudes mencionadas como ejemplo de soberbia, orgullo y abundancia que lleva a no depender y a rechazar a Dios, mostrando que se tiene a Dios en un segundo plano. 1 Pedro 3:4.“sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.” En este versículo se explica la preferencia de Dios hacia la belleza interior antes que a la exterior, algo a lo que se hace referencia constantemente hoy en día, quizás como manifestación clara de ser conocedor o víctima de la tiranía de lo externo de la imagen. Lo que hay que adornar o preocuparse por su estética, es el YO interno. Dice el original “el CORAZÓN OCULTO” = KRUPTOS, del hombre; es este interior, esta intimidad, la que hay que adornar. Esto se hace con la Palabra de Dios (Sl.119:11). Se emplea aquí la misma palabra KRUPTO. La Palabra de Dios es la que puede sanar (decorar) esas áreas internas y generalmente inconscientes del hombre, el lugar de donde sale lo que contamina al hombre, como Cristo ya había explicado en Mt.15:17-20: Jesús habla aquí de esas áreas internas instintivas en donde puede verse nuestra naturaleza contaminada por el pecado. Santiago lo llama el rostro de su nacimiento (Stg.1:23). Es este YO el que hay que acicalar y pulir, o como dice Pablo: RENOVAR (2 Co.4:16). Hay que adornar este hombre interior con adornos INCORRUPTIBLES = AFTHARTOS, con actitudes que no están sometidas a corrupción o a desgaste por el tiempo, actitudes que siempre serán virtudes, como son un espíritu o una actitud vital o forma de ser tierna, MANSA = PRAUS, palabra que denota gentil, manso, afable, siendo esta actitud operada en el hombre interior por el Espíritu Santo, aceptando el hombre o teniendo la disposición para esto, aceptando los tratos del Espíritu Santo para con nosotros como buenos. Teniendo también una actitud serena, APACIBLE = ÊSUCHIOS, palabra que significa reposado, tranquilo, misma palabra que se emplea en 1 Ti.2:2 aplicándola al modo de vida. Estas actitudes deben ser el adorno de la vida cristiana de las esposas hacia sus maridos y son una imitación al modelo que es Cristo (Mt.11:29), pero es algo que debemos seguir todos los creyentes, hombres y mujeres, en todas nuestras áreas de la vida, lo que vimos en 1 Pe.2:21, la caligrafía que Cristo nos dejó: debemos imitar su modelo de escritura vital, puesto que para este propósito hemos sido llamados. Termina el versículo diciendo que esta actitud es preciosa para Dios, de gran valor. POLUTELES significa el ‘límite superior’, ‘el costo más elevado’, ‘el precio más alto’, de gran valor y estima. Así son para Dios estas actitudes, al igual que el perfume de nardo puro de Mr.14:3, en donde se usa este mismo adjetivo. 1 Pedro 3:5.“Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;” Este tipo de ornamentos (v.4) era el que usaban las santas mujeres que tenían su esperanza puesta en Dios al que obedecían imitando su voluntad, teniendo estas actitudes con sus maridos. Esta es la esperanza de la que se habla en 1 Pe.1:3, la que nos motiva y nos impulsa a la obediencia a Dios y que se traduce, en este caso, en el respeto de la mujer hacia su marido. 1 Pedro 3:6.“como Sara obedecía a Abraham, llamándole Señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.” Se pone aquí como ejemplo de esta actitud a Sara, la mujer de Abraham, la cual le OBEDECÍA = HUPAKOUÔ, verbo que significa ‘escuchar con atención y silencio’, ‘dar oído’, y de ahí la traducción por someter, obedecer. Es el mismo verbo que se emplea en 1 Pe.1:2 y 14 para obedecer a Cristo y a Dios. No hemos de olvidar que Jesús fue modelo de obediencia (He.5:89). El verbo que aquí se emplea señala la expresión ‘escuchar con atención y silencio’. Sara obedecía a Abraham llamándole señor. Esto hace referencia a Gn.18:12: Mi opinión es que Sara, aún riéndose para sus adentros de lo que escuchaba, quizás pensara que su marido chocheaba por ser tan crédulo, pero aún así, tuvo una actitud de respeto y obediencia hacia él llamándole señor. De esta conducta de Sara, todas las mujeres cristianas han venido a ser hijas, en el sentido de imitar su conducta respetuosa hacia su marido, aún cuando su actitud indicaba que había perdido el juicio. Esta actitud se denomina aquí como buena y se indica como modelo a imitar, de manera que así no se tenga un terror repentino por alguna acción mala que se haya cometido, como se nos dice en Pr.3:21-26. Es lo que parece indicar la palabra PTONSIS, que significa amenaza o amedrentar, intimidar. La buena conducta de estas cristianas casadas con maridos paganos hace que no tengan miedo a amenazas o a un terror repentino, a las represalias de sus maridos. No olvidemos que en esas épocas, la mujer era poco más que una posesión del hombre y que éste podía llevarla a los tribunales o repudiarla por cualquier actitud irrespetuosa. Entre los judíos, la escuela de HILLEL, menos rigorista, podía repudiarla por no hacer bien la comida y el repudio dejaba muchas veces a la mujer en situación muy frágil. Debemos entender el contexto histórico y social para interpretar estos textos. Por supuesto el verse envuelta en algo parecido a lo explicado, dañaría el testimonio cristiano y como podemos ver, en esa época, se demandaba de la mujer cristiana casada con un no cristiano, mucha abnegación y una conducta intachable. Esta demanda sirve para estos tiempos igualmente. RESUMEN DE LA 11ª PARTE (1 Pedro 3:1-6) La mujer debe someterse al marido como testimonio cristiano de respeto al orden social puesto que el cristianismo concede una dignidad a la mujer impropia de aquella época y teniendo en cuenta que esto no pudiera ser percibido como desintegrador social y no solo por eso, también porque los hombres, más sujetos a jerarquías, asumían muy mal las faltas de respeto de la mujer en público. Muchas veces es más eficaz una conducta correcta que las palabras cuando uno vive lo que predica. Parte de esta conducta consiste en no poner la mente en lo externo. La imagen social proyectada demanda mucha energía que se escatima a lo espiritual. Estas conductas excesivamente dependientes de la imagen social son sinónimo de soberbia y abandono de Dios. Lo que hay que adornar, acicalar y pulir es el interior de la persona, “el corazón oculto”. Aquellas partes (inconscientes) de la persona donde anida lo peor de nosotros (Mt.15:19) Esta labor de aseo y renovación se hace por medio de la palabra de Dios, de su lectura y meditación. Esto puede acicalar y adornar nuestro hombre interior (Sl.119:11).