DESARROLLO PSICOSOCIAL EN LA INFANCIA TEMPRANA EL DESARROLLO DEL YO El autoconcepto y el desarrollo cognoscitivo Autoconcepto: Sentido del yo; imagen mental descriptiva y evaluativa de los propios rasgos y capacidades. El sentido del yo también tiene un aspecto social: los niños incorporan en su autoimagen su comprensión cada vez mayor de cómo los ven los demás.. El autoconcepto comienza a establecerse en los niños pequeños, a medida que desarrollan la conciencia de sí mismos. Se hace más claro conforme la persona adquiere capacidades cognoscitivas y enfrentan las tareas del desarrollo de la niñez, la adolescencia y luego de la adultez. Cambios en la autodefinición: la transición de los cinco a los siete años. Autodefinición: Grupo de características usadas para describirse a uno mismo. El niño habla de conductas observables concretas; de características notables como los rasgos físicos; de preferencias, posesiones y de los miembros de su familia. Las descripciones que hace de sí mismo son ilusoriamente positivas. Unos cambios específicos ocurren durante esta transición de los cinco a los siete años. Un análisis neopiagetano sostiene que esta se lleva a cabo en tres pasos: Representaciones simples: En la terminología neopiagetana, primera etapa del desarrollo de la autodefinición, en la cual los niños se describen en términos de características individuales no relacionadas y de todo o nada. Yo real: El yo que uno es en realidad. Yo ideal: El yo que a uno le gustaría ser. Mapeos representacionales: En la terminología neopiagetana, segunda etapa del desarrollo de la autodefinición, en la cual el niño hace conexiones lógicas entre los aspectos del yo, pero todavía los considera en términos de todo o nada. Autoestima Autoestima: Juicio que hace una persona acerca de su propia valla. Se basa en la capacidad cognoscitiva de los niños cada vez mayor, para describirse y definirse a sí mismos. Cambios en el desarrollo de la autoestima. Aunque por lo general los niños no hablan acerca de un concepto de autovalía sino hasta los ocho años, los niños menores demuestran con su conducta que lo tienen. La autopercepción positiva o negativa que tienen los niños de cinco años predecía su autopercepción y su funcionamiento socioemocional a los ocho años. Antes de la transición de los cinco a siete años, la autoestima de los niños no se basa necesariamente en la realidad. Sólo hasta la niñez media adquiere mayor realismo, a medida que las evaluaciones personales de competencia basadas en la internalización de los estándares sociales y de los padres empiezan a dar forma y a mantener la autovalía. Autoestima contingente: el patrón “indefenso”. Cuando la autoestima es alta, un niño se siente motivado para conseguir lo que desea. Sin embargo, si es contingente al éxito, los niños pueden ver el fracaso o las críticas como una censura a su valor y sentirse incapaces de hacer mejor las cosas. En lugar de intentar armar un rompecabezas de una forma diferente a la acostumbrada, como lo haría un niño con autoestima incondicional, un niño indefenso puede sentirse avergonzado y rendirse; no espera tener éxito y por ende no lo intenta. Mientras los niños mayores fracasan concluyen que son “tontos”. Los niños cuya autoestima es contingente al éxito tienden a desmoralizarse cuando fracasan. A menudo atribuyen el mal desempeño o el rechazo social a las deficiencias de la personalidad, que creen que no pueden cambiar. En lugar de intentar otras maneras de obtener aprobación, repiten estrategias infructuosas o simplemente se rinden. En contraste, los niños con autoestima no contingente tienden a atribuir el fracaso o la decisión a factores externos o a la necesidad de esforzarse más. Los niños con alta autoestima suelen tener padres y maestros que los retroalimentan en lugar de criticarlos. Comprensión y regulación La capacidad para entender y regular, o controlar, los sentimientos es uno de los avances principales de la niñez temprana. Los niños que pueden entender sus emociones pueden controlar mejor la manera en que las muestran y ser sensibles a lo que otros sienten. La autorregulación emocional ayuda a los niños a guiar su conducta y contribuye su habilidad de llevarse bien con otros. Los preescolares pueden hablar sobre sus sentimientos y a menudo logran distinguir los sentimientos de otros y entender que las emociones están relacionadas con experiencias y deseos. Comprenden que cuando alguien obtiene lo que desea se siente feliz, pero si no lo hace se pondrá triste. La comprensión emocional aumenta su nivel de complejidad con la edad. Comprensión de emociones contradictorias. Los niños pequeños no conciben que puedan experimentar reacciones opuestas al mismo tiempo. La mayoría de los niños adquieren una comprensión más compleja de las emociones contradictorias durante la niñez media. Comprensión de las emociones dirigidas hacia el yo. Las emociones dirigidas hacia el yo, como la culpa, la vergüenza y el orgullo, por lo general se desarrollan hacia el final del tercer año, luego de que los niños han adquirido conciencia de sí mismos y aceptan las normas de conducta establecidas por sus padres. Sin embargo, a menudo, incluso los niños un poco mayores carecen de la complejidad cognoscitiva necesaria para reconocer esas emociones y qué las produce. Erikson: iniciativa frente a culpa La necesidad de lidiar con sentimientos contradictorios acerca del yo está en el centro de la tercera etapa del desarrollo de la personalidad identificada por Erikson: iniciativa frente a culpa. El conflicto surge del deseo cada vez mayor de planear y realizar actividades y a de los crecientes remordimientos de conciencia ante ese deseo. Género Identidad de género: Conciencia, desarrollada en la niñez temprana, de que uno es hombre o mujer. Diferencias de género Las diferencias de género implican diversidades psicológicas o conductuales entre hombres y mujeres. Las diferencias mensurables entre los bebés de ambos sexos son pocas. Las diferencias cognoscitivas de género son pocas y pequeñas. Hay que recordar que las diferencias de género son válidas para grandes grupos de niños y niñas, pero no necesariamente para los individuos. Conocer el sexo de una criatura no nos permite predecir si ésta en particular será más veloz, más fuerte, más inteligente, más obediente o más asertiva que otra. Perspectivas sobre el desarrollo del género Las experiencias y expectativas se atañen a tres aspectos relacionados de la identidad de género: Roles de género: Conductas, intereses, actitudes, habilidades y rasgos que una cultura considera apropiados para cada sexo; son diferentes para hombres y mujeres. Tipificación de género: Proceso de socialización por medio del cual los niños aprenden a temprana edad los roles de género apropiados. Estereotipos de género: Generalizaciones preconcebidas acerca de la conducta masculina o femenina.. Perspectivas teóricas sobre el desarrollo del género: Teorías Principales teóricos Genéticos, neurológicos y actividad hormonal. Enfoque biológico Enfoque evolutivo Procesos clave Charles Darwin Selección sexual natural. Creencias básicas Muchas de las diferencias conductuales entre los sexos pueden explicarse con base en diferencias biológicas. Los niños desarrollan roles de género en preparación para el apareamiento y la Enfoque psicoanalítico Sigmund Freud Solución de conflictos emocionales inconscientes. Enfoque cognoscitivo Teoría del desarrollo cognoscitivo Lawrence Kohlberg Autocategorización Teoría del esquema de género Sandra Bem, Carol Lynn Martin y Charles F. Halverson Autocategorización basada en el procesamiento de la información cultural. Enfoque del aprendizaje Teoría cognoscitiva social Albert Bandura Observación de modelos, reforzamiento. conducta reproductiva adulta. La identidad de género ocurre cuando el niño se identifica con el padre del mismo sexo. Una vez que una criatura aprende que es niño o niña, clasifica por género la información sobre la conducta y actúa en consecuencia. El niño organiza la información acerca de lo que se considera apropiado para un niño o una niña sobre la base de lo que una cultura particular establece y se comporta de acuerdo a ello. El niño clasifica por género porque la cultura establece que éste es un esquema importante. El niño combina mentalmente observaciones de conductas de género y crea sus propias variaciones conductuales. Juego: el trabajo de la niñez temprana Aunque el juego no parece cumplir ningún propósito evidente, tiene importantes funciones en el presente y a largo plazo. El juego es importante para el sano desarrollo del cuerpo y el cerebro. Permite a los niños involucrarse con el mundo que los rodea; usar su imaginación, descubrir formas flexibles de usar los objetos y resolver problemas, y prepararse para los roles que desempeñarán de adultos. El juego contribuye a consolidar todos los dominios del desarrollo. Por medio del juego los niños estimulan los sentidos, ejercitan sus músculos, coordinan la visión con el movimiento, obtienen dominio sobre su cuerpo, toman decisiones y adquieren nuevas habilidades. Los niños necesitan mucho tiempo para el juego exploratorio libre. Los niños de diferentes edades tienen estilos de juego distintos, juegan a cosas diferentes y dedican cantidades diferentes de tiempo a diversos tipos de juego. Los investigadores categorizan el juego de los niños en varias maneras. Un sistema común de clasificación es la complejidad cognoscitiva. Otro se basa en la dimensión social del juego. Niveles cognoscitivos del juego Las cuatro categorías de juego de Smilansky muestran niveles de complejidad cognoscitiva cada vez mayores. Juego funcional: Implica movimientos repetitivos de los músculos largos. Juego constructivo: Implica el uso de objetos o materiales para hacer algo. Juego dramático: Implica personas o situaciones imaginarias; se conoce también como juego de simulación, juego de fantasía o juego imaginativo. Implica una combinación de cognición, emoción, lenguaje y conducta sensoriomotora. Puede fortalecer el desarrollo de las conexiones densas en el cerebro, así como la capacidad posterior para el pensamiento abstracto. Algunos estudios han descubierto que la calidad del juego dramático se asocia con las competencias social lingüística. Es un tipo de juego que se vuelve más social durante los años preescolares. Juegos formales con reglas: Juegos organizados con procedimientos y penalizaciones conocidas. La dimensión social del juego Parten consideraba que el juego no social es menos maduro que el juego social. Sugirió que los niños pequeños que siguen jugando solos pueden desarrollar problemas sociales, psicológicos o educativos. Sin embargo, ciertos tipos de juego no social, en particular el juego paralelo y el juego independiente solitario, pueden constatar de actividades que favorecen el desarrollo cognoscitivo, físico y social. El juego reticente (combinación de las categorías desocupada y espectadora de Parten) a menudo es una manifestación de timidez. Cuando simulan juntos, los niños desarrollan habilidades conjuntas de solución de problemas, planeación y búsqueda de metas; pueden comprender el punto de vista de otras personas y construyen una imagen del mundo social. Los niños que tienen compañeros imaginarios pueden distinguir la fantasía de la realidad. Su juego es más imaginativo y cooperativo que el de otros niños y no carecen de amigos. Cómo influye el género en el juego El juego de los niños es mucho más estereotipado por el género que el de las niñas. En consecuencia, en los grupos mixtos, el juego tiende a girar alrededor de actividades masculinas tradicionales. Cómo influye la cultura en el juego Los valores culturales influyen en los ambientes de juego que los adultos dispones para los niños, ambientes que repercuten a su vez en la frecuencia de formas específicas de juego entre las culturas. Crianza A medida que los niños logran mayor independencia, su crianza puede convertirse en un desafío. Los padres deben lidiar con personitas que poseen mentes y voluntades independientes, pero que todavía tiene mucho que aprender acerca de las conductas que la sociedad considera deseables. Formas de disciplina Disciplina: “Instrucción” o “Entrenamiento”. Método para moldear el carácter de los niños, enseñarles a ejercer el autocontrol y presentar conducta aceptable. Reforzamiento y castigo. Los refuerzos externos pueden ser tangibles o intangibles. Cualquier cosa que sea el reforzador, el niño debe verlo como una recompensa y recibirlo de manera sistemática después de mostrar la conducta deseada. Con el tiempo, la conducta debe proporcionar un reforzador interno: la sensación de placer o de logro. Castigo corporal: Uso de la fuerza física con la intención de causar dolor, pero no daño, para corregir o controlar la conducta. La American Academy of Pediatrics Committee on Psychosocial Aspects of Child and Family Health recomienda usar el reforzamiento positivo para fortalecer la conducta deseada y reprimendas verbales, tiempo fuera o supresión de privilegios para desalentar las conductas no deseadas, todo esto en el marco de una relación positiva, cariñosa y de apoyo entre padre e hijo. Agresión psicológica: Ataques verbales al niño por parte de uno de los padres que pueden producir daño psicológico. 1. Gritos y chillodos. 2. Amenazas de pegar a golpear al niño. 3. Insultarlo o maldecirlo. 4. Amenazarlo con enviarlo lejos o correrlo de la casa. 5. Llamarlo tonto o flojo. Razonamiento inductivo, afirmación del poder y retiro del amor. Técnicas inductivas: Técnicas disciplinarias diseñadas para inducir conducta deseable apelando al sentido de razón y justicia del niño. El razonamiento inductivo suele activar la empatía por la víctima de una fechoría y la culpa por parte del malhechor. Afirmación del poder: Estrategia disciplinaria diseñada para alentar la conducta indeseable haciendo respetar el control paterno de manera física o verbal. Retiro del amor: Estrategia disciplinaria que implica ignorar, aislar y mostrar desagrado por un niño. La eficacia de la disciplina de los padres puede depender de qué tan bien entiende y acepta el niño, a nivel cognoscitivo y emocional, su mensaje. Es preciso que la disciplina sea proporcional a la falta y congruente con el temperamento y el nivel cognoscitivo y emocional del niño. El niño interpreta y responde a la disciplina en el contexto de la relación actual con el padre. Estilos de crianza Algunas investigaciones sugieren que los estilos de crianza pueden influir en la competencia de los niños para lidiar con su mundo. Diana Baumrind y la eficacia de la crianza autoritativa. Identificó tres estilos de crianza y describió los patrones de conducta característicos de los criados de acuerdo a cada estilo. Crianza autoritaria: Hace hincapié en el control y la obediencia. Crianza permisiva: Otorga prioridad a la autoexpresión y autorregulación. Crianza autoritativa: Mezcla el respeto por la individualidad del niño con el esfuerzo por inculcar valores sociales. Eleanor McCoby y John Martin agregaron un cuarto estilo de crianza -el no involucrado- para describir a los padres que, debido en ocasiones al estrés de presión, se concretan en sus necesidades más que en las del niño. Diferencias culturales entre los estilos de crianza. Una preocupación es que las categorías de Baumrind reflejan la visión estadounidense dominante del desarrollo infantil y tal vez no se apliquen a algunas otra culturas. Intereses conductuales especiales Conducta prosocial Altruísmo: Conducta que pretende ayudar a otros de manera desinteresada y sin expectativa de recompensa externa; puede implicar autonegación y autosacrificio. Conducta prosocial: Cualquier conducta voluntaria que pretenda ayudar a los demás. Los genes y el ambiente contribuyen a profundizar las diferencias individuales en la conducta prosocial. Las relaciones con los hermanos proporcionan un importante escenario para ensayar la generosidad y aprendera considerar el punto de vista de otra persona. Agresión. La agresión aflora sobre todo durante el juego social: los niños que más pelean, también suelen ser los más sociables y competentes. En realidad, la capacidad de demostrar cierto grado de agresión instrumental puede ser un paso necesario en el desarrollo social. A medida que desarrollan más autocontrol y más capacidad de expresarse vía verbal, por lo general pasan de mostrar agresión con golpes a hacerlo con palabras. Sin embargo, permanecen las diferencias individuales. Diferencias de género en la agresión. La agresión es una excepción a la generalización de que niños y niñas son más similares que diferentes. En todas las culturas estudiadas