Boletín de prensa Xalapa, Ver. 24 de septiembre de 2015 A casi un año de la masacre de Iguala, este crimen de lesa humanidad permanece en la impunidad. La indignación, la rabia, la exigencia de justicia han acompañado durante casi 365 días los pasos de los familiares de los muertos y desaparecidos de Ayotzinapa, y lo seguirán haciendo, lo seguiremos haciendo. Nuestro andar no cesa, nuestra lucha no claudica, nuestras voces siguen unidas en un solo clamor: ¡Ni perdón ni olvido! ¡JUSTICIA! De acuerdo al informe del Grupo Interdisciplinar de Expertos Internacionales (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27, en la ciudad de Iguala se cometieron al menos los siguientes delitos: 1. 6 personas fueron ejecutadas extrajudicialmente. 3 de los ejecutados eran estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotiznapa. Al menos uno de ellos, Julio César Mondragón, fue torturado y desollado del rostro. 2. 43 estudiantes fueron detenidos y desaparecidos de manera forzada. 3. Más de 40 personas fueron heridas, algunas de gravedad, y uno de los heridos permanece en estado de coma: el estudiante Aldo Gutiérrez. 4. 80 personas fueron víctimas de persecución y atentados contra su vida, la mayoría estudiantes de la normal de Ayotzinapa. 5. De acuerdo con el mismo informe, al menos 700 personas, familiares directos e indirectos de las víctimas, han sufrido las consecuencias, el dolor, el miedo, la desazón, luego de la agresión. Los nueve ataques cometidos contra los normalistas a lo largo de más de tres horas fueron realizados por policías municipales de Iguala y Cocula, por policías estatales, por fuerzas federales (policías y ejército) y por miembros del crimen organizado. Se trató de ataques perfectamente bien planeados, orquestados y coordinados desde un mando unificado: el Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4). La responsabilidad de los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal, es ineludible, como lo demuestran las evidencias recogidas durante la investigación del GIEI. Es decir, se trata de un crimen de Estado. Con los argumentos aportados por los testigos presenciales de la masacre, estudiantes y habitantes de Iguala, quedó perfectamente en claro que #FueElEstado, el responsable de los ataques, los asesinatos, la persecución, las desapariciones. Pese a las mentiras difundidas en los medios de comunicación alineados al gobierno mexicano, la verdad se ha ido logrando abrir camino, gracias a la convicción y entereza de los familiares de los 43 estudiantes y a las movilizaciones en México y en el mundo. La “verdad histórica” del gobierno federal ha quedado completamente develada en toda su ruindad: una sarta de mentiras para cubrir con un velo de impunidad a los 1 responsables de la masacre, particularmente a los mandos militares del 27º batallón de infantería son sede en Iguala. Veamos: 1. Se ha revelado como mentira que los estudiantes fueron confundidos con miembros de un cártel de la droga 2. Se ha revelado como mentira que los estudiantes pretendían sabotear el informe de María de los Ángeles Pineda, esposa del ex alcalde José Luis Abarca. 3. Se ha revelado como mentira que en los ataques no participaron fuerzas federales. 4. Se ha revelado como mentira que los estudiantes iban solamente en cuatro autobuses (el quinto autobús ni siquiera fue investigado por la PGR). 5. Se ha revelado como mentira las contradictorias versiones de los inculpados quienes a fuerza de tortura han declarado lo que las “autoridades” han querido. 6. Se ha revelado como mentira que los 43 estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula. La implicación de las autoridades de todos los niveles se ratifica por las mismas “indagatorias” del gobierno federal: durante la búsqueda de los 43 estudiantes encontraron al menos 100 cuerpos enterrados en fosas clandestinas. Nadie sabe quiénes son, nadie sabe cómo llegaron allí. Ni la policía federal, tampoco la estatal, menos la municipal y tampoco los militares estaban al tanto de que a toda esa región es prácticamente una fosa clandestina. ¿No lo sabían? ¡Por favor! Ha quedado de manifiesto el enorme nivel de complicidad del gobierno municipal, estatal y federal con el crimen organizado. Queremos dejar en claro que los crímenes de Iguala no son una excepción en el contexto nacional. México vive bajo una tiranía que se vale del terror, la corrupción y la mentira para resguardar los intereses de grandes capitales nacionales y extranjeros, y sus propios intereses. Si en Iguala la hipótesis conduce al tráfico de heroína, en otros estados y regiones del país la violencia se desata para cobijar el negocio de la marihuana, del hierro, la madera, el agua, la gasolina, las licitaciones de fachada, los contratos inflados ilegalmente, la pederastia o el tráfico de personas. En Veracruz la pobreza, la marginación, el despojo de los recursos territoriales y la inseguridad se han incrementado. La violencia dirigida contra activistas y voces críticas colocan a la entidad como una de las más peligrosas para ejercer los derechos ciudadanos y la libertad de expresión. Catorce periodistas asesinados, entre ellos Regina Martínez y Rubén Espinosa, más las constantes agresiones a trabajadores de la comunicación (como la golpiza y robo de su equipo fotográfico de Karlo Reyes o las amenazas a Verónica Danell, ocurridos la semana pasada) hacen de este estado el más peligroso para el ejercicio del periodismo honesto. En Veracruz se reprimen las manifestaciones constantemente: el 15 de septiembre de 2012 compañeros activistas fueron secuestrados y amenazados de ejecución por parte de personal de la Secretaria de Seguridad Pública. La madrugada del 14 de septiembre el plantón magisterial fue violentamente desalojado, ante la complaciente mirada de funcionarios del gobierno de Javier Duarte. En la entidad los delincuentes gozan de total impunidad: ahí está el caso de los 8 estudiantes de la UV 2 salvajemente golpeados el 5 de junio por un grupo parapoliciaco. El constante hostigamiento contra activistas y las listas negras han obligado a muchos compañeros a exiliarse, tal es el caso Nadia Vera y Rubén Espinosa quienes fueron ejecutados en la ciudad de México el 31 de julio. La violencia de género está fuera de control, tanto por lo más atroz de este delito, los feminicidios (urge que se declare la alerta de género en todo el estado), como por el acoso que viven día a día niñas y mujeres en el estado. Y hay muchos más delitos impunes: fraudes, desvío de recursos, secuestros, extorsiones, etc. En el estado gobernado por Javier Duarte de Ochoa impera el crimen, la impunidad, la corrupción, la ineficiencia. El escenario de inseguridad, violencia e impunidad que se vive en Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, estado de México, Puebla, Tamaulipas, Michoacán y en prácticamente todo el país, configura un patrón bien identificado. Esto significa que los crímenes cometidos contra los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa forman parte un sistema de recurrencias observable con menor o mayor énfasis en todo el país. Los rasgos de este sistema son los siguientes: 1. Las víctimas son culpabilizadas, como los normalistas a los que se les pretendieron imputar vínculos con cárteles de la droga. 2. Las fuerzas de seguridad, sobre todo ejército y marina son exculpados sistemáticamente de los delitos, la “verdad histórica” de la PGR adjudicó al crimen organizado y a policías municipales de Iguala y Cocula los ataques contra los estudiantes de Ayotzinapa. 3. Las “investigaciones” de las autoridades carecen de profesionalismo y ética, sino es que son francamente ridículas, como el absurdo del incendio en el basurero de Cocula. 4. Los altos mandos nunca son responsables de los delitos cometidos por sus subordinados, quienes cumplen órdenes, por cierto. 5. Los culpables, fabricados a fuerza de tortura, pertenecen o tienen supuestos vínculos con el crimen organizado. 6. Filtraciones de información durante las “investigaciones” para tratar de legitimar las falsedades de las autoridades. 7. Avalancha de noticias, reportajes, artículos de opinión y supuestos debates en medios de comunicación y redes sociales, de periodistas a sueldo tendientes a influir en la ciudadanía. El objetivo de estas recurrencias es fortalecer un sistema de gobierno basado en el terror y la impunidad. Ante todos los hechos mencionados y con plena convicción por la esperanza y la justicia, convocamos a sindicatos, organizaciones estudiantiles y civiles, activistas, maestros, mujeres, campesinos, así como a todo aquel que se encuentre inconforme con la situación en que nos encontramos como estado y como país a la ACCIÓN GLOBAL POR AYOTZINAPA EN XALAPA 3 Esta acción global consiste en la realización de una GRAN MARCHA POR AYOTZINAPA, el día sábado 26 de septiembre próximo a las 11am, que partirá de la Normal Veracruzana hacía el centro, a la Plaza Regina Martínez (antes Lerdo). En esta plaza se realizarán una serie de actividades artísticas y culturales. Habrá actividades para niños y para toda la familia. La ruta de la marcha es: Av. Xalapa – Ávila Camacho – Viaducto – Zaragoza – Enriquez – Plaza Regina (antes Lerdo). Se invita a la ciudadanía que colaboren trayendo flores, fotos de los 43 normalistas, velas, colores, su entusiasmo y su convicción por andar juntos, hacer comunidad para dar paso a la esperanza y a la justicia. Marcharemos de forma ordenada y pacífica. ¡PAZ Y JUSTICIA PARA NUESTRO PAÍS Y PARA NUESTRO ESTADO! ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos! Atentamente: Organizaciones, Asociaciones, Colectivos, Estudiantes Universitarios, Profesores Universitarios, Estudiantes Normalistas, Grupos, Activistas, Defensores de Derechos Humanos, Ciudadanos Independientes. 4