UNIDAD II LOS CONSUMIDORES COMO INDIVIDUOS “Los consumidores como individuos” Mtra. Claudia Bejos Téllez LOS CONSUMIDORES COMO INDIVIDUOS 2.1 PERCEPCIÓN Por medio de este proceso es como el individuo recibe e interpreta información sobre productos y sobre otras personas que se encuentran en su entorno. Es decir, recibimos estímulos externos a través de varios canales que son nuestros cinco sentidos, y es durante el proceso de percepción, que el consumidor recibe sensaciones que después le sirven para interpretar el mundo que le rodea. La percepción del consumidor es un proceso (selección, organización e interpretación) que da significado a estímulos neutros. Todos nos encontramos en un momento dado ante el ataque de sensaciones, y ponemos atención a algunos estímulos y evitamos otros. Incluso los mensajes a los que nosotros decidimos poner atención, muchas veces terminan siendo distintos a las intenciones que tienen los patrocinadores, ya que cada individuo da significados que finalmente van de acuerdo con nuestros propios deseos, prejuicios y experiencias. Los investigadores de mercadotecnia elaboran así mismo mapas perceptuales, herramientas ampliamente utilizadas que evalúan la posición relativa de marcas competitivas a lo largo de dimensiones relevantes. Los consumidores nos basamos en olores, sabores, colores y sonidos, e incluso muchas veces podemos “sentir” los productos al momento de evaluarlos. Sin embargo, no todas las sensaciones pasan con éxito la prueba a través de nuestros procesos de percepción; muchos estímulos no se atrapan ni se aprenden de forma adecuada. Las personas tienen distintos umbrales de percepción, y la capacidad de un consumidor para precisar si dos estímulos son diferentes (lo que se llama umbral diferencial) es un aspecto importante en muchos contextos de mercadotecnia, como el cambio en el diseño del empaque, el cambio en el tamaño de un producto o las variaciones en el precio. Siempre escogemos, y cada vez más, entre opciones que compiten, y cada vez más buscamos productos que nos proporcionen un valor hedonista o sensual, además del valor utilitario que tiene en sí un producto. Por otro lado, seguramente todos hemos oído hablar de la publicidad subliminal, que es un tema más que controversial relacionado con la percepción del individuo, y sobre las técnicas relacionadas, con las cuales el consumidor queda expuesto a mensajes visuales y auditivos que están por debajo del umbral sensorial, es decir, que en apariencia no los captamos. Sin embargo, no hay pruebas de que la percepción subliminal deba ser tomada muy en serio en cuanto a su efectividad, pero su fama se debe a que muchos consumidores creen que numerosos publicistas la utilizan. Lo verdaderamente importante es que algunos de los factores que determinan cuáles estímulos (que se encuentran por encima del umbral sensorial) se perciben, son la cantidad de exposición a un estímulo, la magnitud de atención que generan y la manera en que los consumidores los interpretamos. 2.2 APRENDIZAJE Y MEMORIA Es importante que los mercadólogos conozcan la forma en que los consumidores aprenden acerca de productos y servicios; incluso el hecho de observar la conducta de otras personas de nuestro entorno puede resultar en aprendizaje. El aprendizaje es un cambio en la conducta dado principalmente por la experiencia. El aprendizaje puede originarse a través de asociaciones sencillas entre un estímulo y una respuesta, o mediante un conjunto complejo de acciones cognoscitivas. Las teorías conductuales del aprendizaje nos dicen que éste ocurre como resultado de las respuestas a estímulos externos. El condicionamiento clásico ocurre cuando un estímulo que produce de manera natural una respuesta (que es un estímulo incondicionado) se empareja con otro estímulo que no despierta esta respuesta desde el inicio. Pasado un tiempo, el segundo estímulo (que le llamamos estímulo condicionado) provoca una respuesta parecida, ya que lo asociamos con el primer estímulo, aunque éste esté ausente. Por ejemplo, una tarjeta de crédito se convierte en una señal condicionada que produce el impulso de gastar más, especialmente porque se encuentra presente en situaciones en las que los consumidores gastan dinero, y éstos aprenden que con el plástico pueden darse el lujo de comprar artículos más caros. Por otro lado, el condicionamiento instrumental ocurre cuando la persona aprende a realizar conductas que dan resultados positivos, y a tratar de evitar las que provocan consecuencias negativas. En esta clase de aprendizaje la respuesta se emite para obtener una gratificación o evitar un castigo. Por ejemplo, el propietario de una nueva tienda, puede incentivar este condicionamiento si premia a los compradores sólo por entrar, para que con el tiempo continúen acudiendo. Pero también la respuesta se puede extender a otros estímulos similares, en un proceso que llamamos generalización de estímulos. Este proceso es el pilar de estrategias de mercadotecnia como la venta de franquicias y el reforzamiento de marcas ya conocidas, en donde las asociaciones positivas que hace un consumidor con un producto se llevan también a otros contextos. Es importante reconocer, como mencionamos antes, que la observación de la conducta de otros también produce aprendizaje, ya que el consumidor lleva a cabo una conducta como resultado de que ve a otra persona efectuarla y ésta es gratificada por ello. Además, toda la información aprendida no la almacenamos de manera aislada, sino en nuestra memoria (de corto y largo plazo), lo cual es relevante para la retención y el procesamiento de la información que viene del mundo exterior. Estos datos los ubicamos en redes asociativas, y finalmente el nivel de abstracción en el que los codificamos, determinará cuándo y cómo esta información se movilizará de nuevo más adelante. La medida en que el mercadólogo logre que el consumidor traiga a su mente agradables recuerdos pasados con los productos, será la medida en que funcionen eficientemente sus estrategias de mercadotecnia. 2.3 PERSONALIDAD Y ESTILOS DE VIDA Los estilos de vida son las distintas formas de vivir que tienen los consumidores, y en los cuales se reflejan sus actitudes, intereses y juicios o criterios particulares. La personalidad es definida como los patrones del comportamiento individual que son consistentes y perdurables. La personalidad de un consumidor tiene mucho que ver en la manera en que responde a los estímulos de la mercadotecnia. Sin embargo, las características de un individuo, que muchas veces se encuentran ocultas, son sumamente diversas, y tomar en cuenta los factores d una situación específica es importante para la determinación del comportamiento del consumidor. El concepto de personalidad toma en cuenta las características psicológicas que son únicas en un individuo, y cómo éstas afectan la manera en que éste responde a su entorno. Sin embargo las estrategias de mercadotecnia han tenido resultados incompatibles por las diferencias en que se miden los rasgos de personalidad y la manera como se aplican a las situaciones de consumo. Para las mediciones se utilizan principalmente la psicología freudiana y sus variaciones, mientras que otros lo hacen por medio de modernas y avanzadas técnicas cuantitativas. Así mismo, los estilos de vida de los consumidores son un punto muy importante al momento de construir una estrategia de mercadotecnia. El estilo de vida se refiere a quiénes somos y qué hacemos, y es un patrón de consumo que refleja la manera como los individuos gastan sus recursos y utilizan su tiempo, así como la medida en que sus valores y gustos se reflejan al momento de decidir qué artículos comprar. La investigación de los estilos de vida nos sirve para detectar preferencias sociales de consumo, y también para posicionar ciertos productos o servicios en diferentes segmentos de consumidores. Los mercadólogos identifican estos segmentos a través de las diferencias en los estilos de vida, normalmente formado distintos grupos de consumidores en relación a sus actividades, intereses y criterios. De igual manera los mercadólogos se valen de aspectos psicográficos, los cuales les ayudan a entender los segmentos de mercado y a clasificar a los consumidores en cuanto a variables psicológicas subjetivas y características que son fácilmente observables (como los datos demográficos). Sin embargo, finalmente el mercadólogo debe saber que normalmente los individuos adquieren productos y servicios porque de alguna manera están incorporados a una red que a la vez está ligada con un estilo deseable y atractivo para ellos; es decir, asocian conjuntos interconectados de productos y servicios con roles sociales. 2.4 ACTITUDES El investigador del consumo debe conocer la naturaleza y el poder de las actitudes, ya que éstas son especialmente complejas y se forman de distintas maneras, y es importante así mismo que sepa por qué existe una actitud antes de intentar cambiarla. Una actitud es la predisposición a evaluar un objeto o producto de forma positiva o negativa. Los consumidores nos formamos actitudes hacia productos y servicios que con frecuencia nos predisponen a querer comprarlos o no. Las actitudes son más complejas de lo que parece, y como ya mencionamos, se forman de diferentes maneras. Anteriormente los investigadores de las actitudes pensaban que éstas se aprendían en un proceso con una cierta continuidad, que consistía primeramente en la formación de creencias (cogniciones) con referencia a un objeto de la actitud, seguida de alguna evaluación de dicho objeto (afecto) y al final de alguna acción (conducta). Sin embargo, dependiendo de la medida en la que se participe en la compra el consumidor, y de las circunstancias, las actitudes también pueden ser producto de otras escalas de efectos. Un aspecto importante de la formación de actitudes es la función que tiene la actitud para el consumidor, por ejemplo, si es en realidad útil, o si sólo gratifica al Yo. Las actitudes son tan importantes como las creencias, y abarcan las evaluaciones favorables o desfavorables de una persona, sus estados emocionales y sus tendencias de acción constantes en cuanto a un objeto o idea. 2.5 EL YO Y LOS ROLES SEXUALES El autoconcepto (Yo) está íntimamente ligado con el comportamiento de los consumidores, y los productos tienen un papel fundamental en la definición de aquél. Es un reflejo de las actitudes que los consumidores tienen hacia sí mismos. Ya sean positivas o negativas, dichas actitudes nos ayudan a dirigir muchas decisiones al momento de comprar. Los productos se pueden utilizar para aumentar la autoestima o para “gratificar” al Yo. Muchas de las elecciones de productos están determinadas por las similitudes que percibe el consumidor entre su personalidad y las particularidades que pueda tener el producto. La perspectiva simbólica interaccionista sobre el Yo plantea que en realidad cada uno de nosotros tiene muchos Yo, y que se requiere de un conjunto distinto de productos para desempeñar cada papel. Además del cuerpo, tomamos en cuenta muchas cosas como parte del Yo. La gente utiliza objetos de valor como autos, casas, equipo deportivo, e incluso monumentos nacionales para definir su Yo. La identidad del papel sexual es distinta en cuanto al género, en tanto que lo esperado por la sociedad acerca de la masculinidad y la feminidad, ayudan a determinar que los productos que compramos sean coherentes con esas expectativas. La identidad del rol sexual de un individuo es un componente importante de la definición del Yo. Los conceptos sobre la masculinidad y la feminidad que son moldeados normalmente por la sociedad, guían la adquisición de productos y servicios que se han hecho para cada sexo. Los medios de comunicación masiva juegan un papel fundamental al enseñarnos a comportarnos “adecuadamente” como hombres y mujeres. La publicidad y otros medios son importantes en la socialización de los consumidores como hombres y mujeres. A pesar de que los roles femeninos tradicionales a menudo han sido inmortalizados en las campañas publicitarias, dicha situación está cambiando en cierta medida, ya que los medios de comunicación tampoco representan al hombre como es exactamente. Así mismo, la imagen que tiene una persona de su cuerpo también contribuye a la formación de la autoimagen. Una cultura comunica ciertos ideales de belleza, y los consumidores hacen un gran esfuerzo por llegar a ellos. Muchas actividades de los consumidores incluyen la transformación del cuerpo, ya sea a través de regímenes dietéticos, cirugía cosmética, perforaciones en la piel o tatuajes. Para ampliar tus conocimientos sobre estos temas, puedes consultar las siguientes ligas o la bibliografía consultada para este texto: http://www.monografias.com/trabajos22/psicologia-del-mercadeo/psicologia-delmercadeo.shtml http://www.elergonomista.com/marketing/mk10.html Assael, H. (1998). Comportamiento del consumidor. México. International Thomson Editores. Solomon, M. (2008). Comportamiento del consumidor. México. Pearson. Prentice Hall.