1 FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍA Michel Foucault Traducido por: William González V. PhD. En Filosofía, univ. Paris VIII Profesor, Deparatmento de filosofía, Universidad del valle. Cali-Colombia “Filosofía y psicología” (entrevista con Alain Badiou), Documentos Pedagógicos de la radiotelevisión escolar, 27 de febrero de 1965, pp. 65-71. Esta discusión proviene de las emisiones producidas por la radio-televisión escolar en 19651966, concebidas por Dina Dreyfus y realizadas por Jean Fléchet. Estas emisiones han sido reeditadas en cassettes vídeo por el Centre National de Documentation Pedagogique y las ediciones Nathan en la colección “le temps de philosophes”. Un número de Cahiers philosophiques (Fuera de serie, junio, de 1993) da una transcripción literal del contenido de esta entrevista muy alejado de la versión aquí publicada. Vale la pena recalcar que sólo la versión que aquí presentamos, es la que ha sido revisada por los autores. Alain Badiou: ¿Qué es la psicología? Michel Foucault: Le responderé que no creo que haya que tratar de definir a la psicología como ciencia, pero tal vez si como una forma cultural; esta se inscribe dentro de una serie de fenómenos que la cultura occidental ha sufrido desde hace mucho tiempo, y en los cuales han nacido cosas como la confesión, la casuística, los diálogos, los discursos, los razonamientos que se podían hacer en ciertos lugares en la edad media, los cursos de amor, o en lugares importantes del siglo XVII. Alain Badiou: ¿Hay relaciones interiores o exteriores entre la psicología como forma cultural y la filosofía como forma cultural? ¿La filosofía es una forma cultural? Michel Foucault: Usted plantea dos preguntas: 1.¿La filosofía es una forma cultural? Le diré que no soy muy filósofo, y por lo tanto, no estoy bien ubicado para saberlo. Pienso que este es el gran problema en cual nos debatimos ahora. Tal vez, la filosofía sea en efecto, la forma cultural más general en la cual podríamos reflexionar sobre eso que es Occidente. 2.¿Cuáles son las relaciones entre la psicología como forma cultural y la filosofía? Estamos aquí en un punto de conflicto que opone, desde hace cincuenta años, a los filósofos y a los psicólogos, este problema es relanzado 2 ahora por todas las cuestiones que giran alrededor de la reforma de la enseñanza. Creo que se podría decir lo siguiente: primero, que en efecto la psicología y, a través de la psicología, las ciencias humanas tienen, desde el siglo XIX, una relación muy enmarañada con la filosofía. ¿Este enmarañamiento de la filosofía y las ciencias humanas, cómo podría concebirse? Puede decirse que la filosofía en el mundo occidental había, de manera ciega, de manera vacía, en la obscuridad, en la noche de su propia conciencia y de sus métodos, circunscrito un dominio; ese que ella denominaba del alma o el pensamiento, y que, ahora sirve de herencia y que las ciencias humanas tienen que explotar de una manera clara, lúcida y positiva. Las ciencias humanas ocuparían con pleno derecho este lugar un poco vago que había sido señalado, pero dejado baldío por la filosofía. He allí eso que se podría responder. Creo que es esto lo que dirían gustosos la gente que se considera encargada de las ciencias humanas, la gente que considera que la vieja tarea filosófica que nació en Occidente con el pensamiento griego, esta vieja tarea, hay que retomarla ahora con los instrumentos de las ciencias humanas. No creo que esto circunscriba exactamente el problema. Me parece que esta manera de analizar las cosas está ligada a una perspectiva filosófica que es el positivismo. Se podría también decir lo contrario: que tal vez eso hace parte del destino de la filosofía occidental, que desde el siglo XIX, algo así como una antropología ha sido posible. Cuando digo antropología, no hablo de esta ciencia particular que se llama la antropología y que es el estudio de culturas exteriores a la nuestra; por antropología, entiendo esta estructura propiamente filosófica que hace que ahora todos los problemas de la filosofía residan al interior de este dominio que se podría llamar el de la finitud del humana. Si no se puede filosofar más que sobre el hombre en tanto que es un homo natura o en tanto que él es un ser finito, ¿en esta medida, toda filosofía no será en el fondo una antropología? En este momento, la filosofía se convierte en la forma cultural al interior de la cual todas las ciencias del hombre en general son posibles. He allí eso que podría decirse, y que sería, si usted lo desea, el análisis inverso de eso que yo bosquejaba más arriba y que entonces, recuperaría en el gran destino de la filosofía occidental a las ciencias humanas, de la misma manera que ahora rato se podía recuperar a la filosofía como una especie de programa vacío de eso que deben de ser las ciencias humanas. He allí el enmarañamiento. Es esto lo que ahora tenemos que pensar, aquí donde nos encontramos y de manera general en los años futuros. Alain Badiou: Usted dijo, en la primera óptica, que en suma la filosofía era concebida lo que prescribe su dominio a una ciencia positiva que, en seguida, aseguraría la elucidación efectiva. En esta óptica, ¿que es lo que puede asegurar la especificidad de la psicología, con relación a otros tipos de 3 investigación? ¿El positivismo puede y trata, por sus propios medios, de asegurar esta especificidad? Michel Foucault: En una época cuando, en efecto, las ciencias humanas recibían su problemática, su dominio, los conceptos de una filosofía que era, en general esa del siglo XVIII, creo que la psicología podía ser definida o bien como ciencia, digamos del alma, o como ciencia de la conciencia; o mejor aún como ciencia del individuo. En esta medida, creo que la división que ya era posible con relación a las otras ciencias humanas que ya existían, podía hacerse de una manera bastante clara: se podía oponer la psicología a las ciencias de orden fisiológico, de la misma manera que se opone el alma al cuerpo; se podía oponer la psicología a la sociología, de la misma manera como se opone el individuo a la colectividad o al grupo, y si se define la psicología como la ciencia de la conciencia, ¿a que se le va a oponer? Para una época que esa que va, de manera amplia de Schopenhaeur a Nietzsche, se dirá que la psicología se opone a la filosofía, como la conciencia se opone al inconsciente. De otro lado yo pienso que es alrededor, precisamente, de la elucidación de eso que es el inconsciente que la reorganización y el nuevo corte de las ciencias humanas se hizo, es decir, esencialmente alrededor de Freud, y esta definición positiva, heredada del siglo XVIII, de la psicología como ciencia de la conciencia, después de Freud, no puede ser valida. Alain Badiou: Ubiquémonos ahora en la otra perspectiva: la problemática del inconsciente, que a usted le parece es el principio de la reestructuración del dominio de las ciencias humanas. ¿Qué sentido le asigna usted desde el instante en que se considera a las ciencias humanas como un momento en el destino de la filosofía occidental? Michel Foucault: Este problema del inconsciente es en realidad muy difícil, ya que aparentemente se puede decir que el psicoanálisis es una forma de psicología, que se agrega a la psicología de la conciencia, que redobla a la psicología de la conciencia con una capa suplementaria que sería esa del inconsciente. Y en efecto rápidamente se percibió que descubriendo el inconsciente se drenaba al mismo tiempo una cantidad de problemas que no concernían, precisamente, ya sea al individuo, ya sea al alma en tanto que opuesta al cuerpo, sino que se traía al interior de la problemática propiamente psicológica eso que, hasta ahora estaba excluido, ya sea a título de fisiología, y se vuelve a introducir el problema del cuerpo; ya sea de la sociología, y se introduce nuevamente el problema del individuo, con su medio, el grupo al cual él pertenece, la sociedad en la cual esta preso, la cultura en la cual él y sus ancestros no han cesado de pensar. Esto hace que el simple descubrimiento del inconsciente no sea solo una adición de dominios, no es una extensión de la psicología, es realmente la confiscación, a través de la psicología, de la mayor parte de dominios que cubrían las ciencias humanas, de tal manera que se puede decir que a partir de Freud todas las ciencias humanas se han 4 convertido, de una manera u otra, en ciencias de la psique. Y el viejo realismo a la Durkheim, que pensaba la sociedad como una substancia que se opone al individuo, el cual, es una especie de substancia integrada al interior de la sociedad, este viejo realismo me parece ahora impensable. Igual sucede con la vieja distinción entre alma y cuerpo, que era valida, incluso para la psicofisiología del siglo XIX. Esta vieja oposición ya no existe, ahora que sabemos que nuestro cuerpo hace parte de nuestra psique, o hace parte de esta experiencia a la vez consciente e inconsciente a la que la psicología se dirige, de tal manera que en el fondo, ahora solo hay psicología. Alain Badiou: Esta reestructuración que desemboca en una especie de totalitarismo psicológico se efectúa alrededor del tema –y retomo su expresión- del descubrimiento del inconsciente. Ahora bien, la palabra descubrimiento está ligada en general, a un contexto científico. ¿Cómo comprende usted el descubrimiento del inconsciente? ¿De qué tipo de descubrimiento se trata? Michel Foucault: El inconsciente ha sido literalmente descubierto por Freud como una cosa. Él lo percibió como un cierto número de mecanismos que existían a la vez en el hombre en general y en el hombre particular. ¿Es que Freud ha condenado así a la psicología a una cosificación radical, contra la cual enseguida no han cesado de reaccionar toda la historia de la psicología, hasta Merleau-Ponty, y hasta los pensadores contemporáneos? Es posible, pero es tal vez en este horizonte absoluto de las cosas que la psicología ha sido posible, así solo fuese a título de crítica. Pero de otro lado, para Freud, el inconsciente tiene una estructura de lenguaje; no hay que olvidar que Freud es un exegeta y no un semiólogo; es un interprete y no un gramático; en fin, su problema, no es un problema de lingüística, es un problema de desciframiento. Ahora bien, ¿qué es interpretar? Qué es, tratar un lenguaje no como lingüista, sino como exegeta, como hermenéuta, sino precisamente admitir que existe una especie de grafía absoluta que tenemos que descubrir en su materialidad –primer descubrimiento- y de la cual tenemos en seguida que reconocer que es significante -segundo descubrimiento- pero de la cual también tenemos que descubrir eso que ella quiere decir –tercer descubrimiento- y de la cual, en fin, tenemos que descubrir según qué leyes estos signos quieren decir eso que ellos quieren decir –cuarto descubrimiento-. Es en este momento preciso y sólo en este, que se encuentra la capa de la semiología, es decir, por ejemplo los problemas de metáfora y metonimia, los procedimientos por los cuales un conjunto de signos pueden de decir algo. Pero este cuarto descubrimiento no es cuarto más que con relación a los otros tres, mucho mas fundamentales, y estos tres primeros descubrimientos son el descubrimiento de algo que está aquí, delante de nosotros, es el descubrimiento de un texto que hay que interpretar, el descubrimiento de una especie de suelo absoluto para una hermenéutica posible. 5 Alain Badiou: Los especialistas en el desciframiento de textos distinguen entre descifrar y decriptar (décryrter) el desciframiento consiste en descifrar un texto del cual uno tiene la clave, mientras que decriptar se refiere a un texto del cual no se tiene la clave, la estructura del mensaje. ¿Los métodos psicológicos son del orden del descifrar o del decriptar? Michel Foucault: Yo diría que es son del orden del decriptar , y sin embargo no del todo. Los conceptos descifrar y decriptar son conceptos esencialmente definidos por los lingüistas para recuperar eso que, a mi modo de ver, es irrecuperable para toda lingüística, es decir la hermenéutica, la interpretación. En fin, admitamos si usted lo desea, la palabra de decriptar. Le diré que en efecto Freud decripta, es decir que él reconoce que allí hay un mensaje, él no sabe eso que quiere decir ese mensaje, no sabe según que leyes los signos pueden querer decir eso que quieren decir. Es necesario así pues que él descubra, al mismo tiempo y en un solo movimiento, eso que quiere decir el mensaje y cuales son las leyes por las cuales el mensaje dice eso que quiere decir; dicho de otra manera, es necesario que el inconsciente comporte no solo eso que él dice, sino igualmente la clave de eso que dice. Y es por eso, de otro lado, que el psicoanálisis, la experiencia del psicoanálisis, el lenguaje psicoanalítico han apasionado a la literatura. Hay una especie de fascinación de la literatura contemporánea, no solamente por el psicoanálisis, sino igualmente por todos los fenómenos que provengan de la locura. Qué es la locura en el mundo contemporáneo, sino un mensaje, un lenguaje, signos de los cuales se espera digan algo, ya que sería demasiado espantoso sin ello, y de los cuales no se sabe eso que quieren decir y cómo lo dicen. En consecuencia hay que tratar a la locura como un mensaje que tendría en sí mismo su propia clave. Esto es lo que hace Freud frente a un síntoma de histeria, es lo que hace la gente, que ahora, trata de abordar el problema de la psicosis. Después de todo, qué es la literatura sino un cierto lenguaje del cual se sabe que él no dice eso que dice, puesto que, si la literatura quisiera decir eso que ella dice, diría simplemente: “la marquesa salió a las cinco...” sabemos que la literatura no dice eso, así pues, sabemos que es un segundo lenguaje replegado sobre él mismo, que dice otra cosa diferente a eso que él dice. No sabemos qué es este lenguaje que hay debajo, se sabe simplemente que al final de la lectura de la novela, se debe descubrir lo que esto quiere decir, y en función de qué leyes el autor ha podido decir eso que quería decir, se debe haber hecho la exégesis y la semiología del texto. En consecuencia hay algo así como una estructura simétrica de la literatura y de la locura que consiste en el hecho de no poder hacer semiología más que haciendo la exégesis, no se puede hacer la exégesis más que haciendo semiología, y esta propiedad, creo, es absolutamente indesatable. Digamos simplemente que hasta 1950, se había comprendido de manera muy aproximativa y mala, con relación al psicoanálisis o a la crítica literaria, que se trataba de algo así como de una interpretación. No se había visto que había 6 allí todo un lado semiológico, de análisis de la estructura de los signos. Ahora, se descubre esta dimensión semiológica, y en consecuencia, se oculta el lado interpretativo. Y en efecto esta es la estructura de envolvimiento, de enrrollamiento, que caracteriza al lenguaje de la locura y al lenguaje de la literatura, y es por eso que se llega a esto; no solamente todas las ciencias humanas son psicologizadas, sino que también la crítica literaria y la literatura son psicologizadas. Alain Badiou: Si el inconsciente se presenta en suma como un objeto-texto, para conservar su perspectiva cosista, en donde el mensaje se descubre en todo instante como adherente a su código, de tal manera que no existe código general en el fondo del cual el mensaje pueda, de manera a priori, mostrar su sentido, de aquí resulta que una psicología no puede ser una ciencia general. Ella solo tiene que ver con textos que, en tanto que son portadores de su propio código específico, son radicalmente singulares, y la psicología es, así pues, ciencia del individuo no solamente en su objeto, sino finalmente en su método. ¿Dónde existe entonces una hermenéutica general? Michel Foucault: Aquí como en otros lugares hay que distinguir lo general de lo absoluto. No hay hermenéutica absoluta, en este sentido no se puede jamas estar seguro de obtener el último texto, que esto no quiere decir otra cosa detrás de eso que quiere decir. De igual manera, no se puede estar jamas seguro, del otro lado, de hacer una lingüística absoluta. Así pues, por un extremo o el otro, no se puede estar seguro jamás de alcanzar la forma absolutamente general o el texto primero. Dicho esto, sin embargo yo creo que existen estructuras generalizadas más o menos grandes, y que, por ejemplo, pueden existir en muchos individuos, un cierto número de procedimientos que son idénticos, que se pueden encontrar de igual manera en uno y otros, y no hay ninguna razón para creer que las estructuras que se han descubierto uno de ellos no estén en el otro. Alain Badiou: ¿La psicología sería en última instancia, la ciencia de las estructuras o el conocimiento del texto individual? Michel Foucault: La psicología es el conocimiento de las estructuras, y la eventual terapéutica que no puede no estar ligada a la psicología es el conocimiento del texto individual. Es decir, que yo no creo que la psicología pueda disociarse jamás de un cierto programa normativo. La psicología, es tal vez como la filosofía, una medicina y una terapéutica, es ciertamente una medicina y una terapéutica, y no es porque bajo sus formas más positivas, la psicología se encuentre disociada en dos subciencias, que serían la psicología y la pedagogía por ejemplo, o la psicopatología y la psiquiatría, que esta disociación en dos momentos tan aislados sea otra cosa distinta al signo que es necesario reunir. Toda psicología es una pedagogía, todo desciframiento es una terapéutica, no se puede saber sin transformar. 7 Alain Badiou: En muchas ocasiones usted parece decir que la psicología no se contenta con establecer relaciones, estructuras, por más rigurosas y complejas que sean, entre los elementos dados; sino que ella comporta siempre interpretaciones, y que al contrario de las otras ciencias cuando estas encontraban datos para interpretar no podían hacerlo, y usted parece decir entonces, que la psicología debía entrar en escena. ¿Si esto es exacto en expresiones como “psicología humana” y “psicología animal”, la palabra psicología le perece tener el mismo sentido? Michel Foucault: Estoy muy contento que usted me haya hecho esta pregunta, porque en efecto, yo soy responsable de un deslizamiento. Primero que todo, he dicho que la articulación general de las ciencias humanas había sido enteramente remodelada por el descubrimiento del inconsciente y que la psicología había paradoxalmente tomado una especie de imperativo sobre las otras ciencias, y después yo he comenzado a hablar de la psicología en una perspectiva estrictamente freudiana, como si toda la psicología no pudiera ser más que freudiana. Ha habido un nuevo corte general de las ciencias humanas a partir de Freud, es un hecho que considero innegable y que incluso los psicólogos más positivistas no podían negar. Esto no quiere decir que toda la psicología, en sus desarrollos positivos, se haya convertido en una psicología del inconsciente, o en una psicología de las relaciones de la conciencia con el inconsciente. Una cierta psicología fisiológica se mantiene, una cierta psicología experimental permanece; después de todo, las leyes de la memoria, tal como han sido establecidas por mi homónimo hace cincuenta o sesenta años, no tienen nada que ver con el fenómeno del olvido freudiano. Esto sigue siendo lo que es, y no creo que a nivel del saber positivo y cotidiano, la presencia del freudismo haya cambiado realmente las observaciones que se pueden hacer ya sea sobre los animales, ya sea incluso sobre ciertos aspectos del comportamiento humano. Se trata de una especie de transformación arqueológica más profunda que esa del freudismo, no es una metamorfosis general de todo el saber psicológico. Alain Badiou: Pero, si el termino psicología acepta aspectos tan diferentes, ¿cual es el sentido común a estos aspectos? ¿Hay una unidad de la psicología? Michel Foucault: Si, si se admite que cuando un psicólogo estudia el comportamiento de una rata en un laberinto, eso que él busca definir, es la forma general del comportamiento que podría valer tanto para un hombre como para una rata; siempre se trata de eso que se puede saber del hombre. Alain Badiou: ¿Aceptaría usted, entonces, que se diga: el objeto de la psicología es el conocimiento del hombre y las diferentes “psicologías” son otros medios de este conocimiento? 8 Michel Foucault: Si, en el fondo lo admitiría sin osar decirlo, puesto que eso parece ser muy simple...Pero es mucho menos simple si se piensa en que, al principio del siglo XIX, apareció este curioso proyecto de conocer al hombre. Allí se encuentra uno de los hechos fundamentales en la historia de la cultura europea, puesto que, así hayan existido en los siglos XVII y XVIII, libros que se llamaban Tratado del hombre1 o Tratado de la naturaleza humana2, estos no hablaban del hombre como lo hacemos nosotros cuando hacemos psicología. Hasta el final del siglo XVIII, es decir hasta Kant, toda reflexión sobre el hombre es una reflexión segunda con relación a un pensamiento que es primero, y que es –digamos- el pensamiento de lo infinito. Siempre se trata de responder a preguntas como estas: dado que la verdad es eso que ella es, o que la matemática o la física nos han enseñado tal o cual cosa, ¿cómo es posible qué percibamos como percibimos? ¿qué conozcamos como conocemos? ¿qué nos equivoquemos como nos equivocamos? A partir de Kant se hace el giro, es decir que no es a partir de lo infinito o de la verdad que se va a plantear el problema del hombre como una especie de sombra que nos persigue; después de Kant lo infinito no está dado, solo existe la finitud, y es en este sentido que la crítica kantiana lleva consigo la posibilidad –o el peligro- de una antropología. Alain Badiou: En nuestras clases en una cierta época se agitó, a propósito de las ciencias humanas, la distinción entre “explicar” y “comprender”. ¿Le parece que esto tenga un sentido? Michel Foucault: No arriesgo afirmarlo, pero me parece que la primera vez en donde “explicar” y “comprender” han sido distinguidos y propuestos como formas epistemológicas radicales, absolutas e incompatibles la una con la otra, es con Dilthey. Sin embargo esto es muy importante, es precisamente él quién hizo, sino me equivoco, la única historia, un poco aproximada, pero muy interesante, de la hermenéutica en la historia occidental. Ahora bien, creo que eso que hay de profundo en él, es el sentimiento que él tenía de la hermenéutica, la cual representaba un modo de reflexión muy singular, en el cual el sentido y el valor arriesgaban de ser ocultados por modos de conocimiento diferentes más o menos prestados a las ciencias de la naturaleza, y él sentía perfectamente que él modelo epistemológico de las ciencias de la naturaleza iba a ser impuesto como norma de racionalidad a las ciencias del hombre; a sabiendas que esas mismas ciencias del hombre no eran probablemente más que avatares de las técnicas hermenéuticas que no habían cesado de existir en el mundo occidental desde los primeros Descartes (R.), Traité de l’homme, Paris, Clerselier, 1664. In oeuvres et lettres, éd. A. Bridoux, Paris, Gallimard, coll. “Bibliotheque de la Pléiade”, 1953, pp. 803-873). 2 Hume (D.), A trestise of human Nature, Being an attempt to introduce the experimental Method of reasoning into moral subjets, Londres, J. Noon, 1739-1740, 3vol. 1 9 gramáticos griegos, en los exegetas de Alejandría, en los exegetas cristianos y modernos. Creo que Dilthey sintió a que contexto hermenéutico históricamente general de nuestra cultura pertenecían la psicología y las ciencias del hombre en general. Es esto lo que él definió, de una manera un poco mítica, como la comprensión opuesta a la explicación. La explicación sería el mal modelo epistemológico; la comprensión, es la figura mítica de una ciencia del hombre llevada a su sentido radical de exégesis. Alain Badiou: ¿Considera usted que se puede decir de la psicología como ciencia y como técnica, eso que se dice de las ciencias exactas y rigurosas, es decir, que hacen su filosofía ellas mismas, es decir que ejercen ellas mismas la crítica de sus métodos, de sus conceptos, etc.? Michel Foucault: Yo creo que eso que sucede hoy en el psicoanálisis y en un cierto número de otras ciencias como la antropología, es algo así. Que después del análisis de Freud, algo así como el análisis de Lacan sea posible, que después de Durkheim algo así como el análisis de Levy-Strauss sea posible, eso prueba en efecto que las ciencias humanas están instaurando en si mismas y por si mismas una cierta relación crítica, que no es la de la física o las matemáticas, así se piense en ellas; es igual para la lingüística. Alain Badiou: ¿Pero no para la psicología experimental? Michel Foucault: Hasta ahora no. Después de todo cuando los psicólogos hacen estudios sobre el aprendizaje, cuando prueban los resultados ¿en que medida los análisis sobre la información pueden permitir formalizar los resultados así obtenidos? Es igualmente una cierta relación reflexiva, generalizadora, y fundadora la que la psicología establece para si misma. Ahora bien, de la cibernética o de la teoría de la información, no se puede decir que sea la filosofía de la psicología del aprendizaje, de la misma manera que no se puede decir que eso que Lacan hace actualmente, o que eso que hace Levy-Strauss, sea la filosofía de la antropología o del psicoanálisis. Es más bien una cierta relación reflexiva de la ciencia sobre si misma. Alain Badiou: Si usted se encontrara en una clase de filosofía, enseñaría usted de la psicología tal como es hoy? que Michel Foucault: La primera precaución que tomaría, si fuese profesor de filosofía y deba enseñar psicología, sería la de comprarme la mascara más perfeccionada que pueda imaginar y la más alejada de mi fisionomía normal, para que mis estudiantes no me reconozcan. Trataría, como Anthony Perkins en Psicosis, de tener otra voz, de manera que nada de la unidad de mi discurso pueda aparecer. He allí la primera precaución que tomaría. Enseguida, trataría, en la medida de lo posible, de enseñar a mis alumnos, las técnicas vigentes actualmente en psicología, métodos de laboratorio, métodos 10 de psicología social; trataría de explicarles en que consiste el psicoanálisis. Y después en la hora siguiente, levantaría mi mascara, retomaría mi voz y haríamos filosofía, a riesgo de volver a encontrar, en ese momento, a la psicología, como esa especie de callejón sin salida absolutamente inevitable y absolutamente fatal en el cual se encuentra comprometido el pensamiento occidental desde el siglo XIX. Pero cuando diga que es un callejón sin salida absolutamente inevitable y fatal, no criticaría a la psicología como ciencia, no diría que no es una ciencia tan positiva, no diría que es algo que debería ser más filosófico o menos filosófico: diría simplemente que hubo una especie de sueño antropológico en el que la filosofía y las ciencias del hombre se han, de alguna manera, fascinado y dormido las unas por las otras, y que es necesario despertarse de ese sueño antropológico, como en otro tiempo, uno se despertaba del sueño dogmático.