EL PLACER DE APRENDER "El título de Maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda a aprender o al que indica lo que se ha de aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El Maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñando virtualmente todo lo que se aprende después, porque enseño a aprender." (Del Maestro Virtual, Simón Rodríguez) El ser humano durante su existencia se enfrenta con la búsqueda de la felicidad como fin superior, en ese proceso entra en contacto con una serie de elementos que le permiten lograr este objetivo pero de manera efímera, pasajera, lo que hace posible que este proceso se transforme en una espiral ascendente que va de encuentro tras encuentro con la felicidad, alternando con la desdicha y los estados que pueden llamarse de neutralidad. Ese estado de logro cada vez que aparece genera en el ser humano un estado al que hemos denominado de placer. Situación esta que establece en el ser una condición de armonía, equilibrio, sinergia con el entorno y que en la medida que se presenta con mayor frecuencia tiende a originar una atmósfera de éxito que refuerza la personalidad triunfadora, entronizando características que en todo momento deben asumirse con cautela, ya que tanto el éxito como el fracaso son dos impostores, nunca se deja de triunfar ni de fracasar, ya que en todo momento se debe mantener la esperanza del logro. El éxito y el fracaso están íntimamente relacionados con el aprendizaje y en este sentido el ser humano ha asumido que cuando el proceso es exitoso es placentero y es así como en su continuum del crecimiento, él se desplaza desde el nivel de dependencia, al de independencia y en tercer lugar a la interdependencia, aprendiendo continuamente, sintiendo y disfrutando cada aprendizaje trascendente o no, de acuerdo a su sistema de valores. Cuando el proceso de aprendizaje esta adobado con elementos negativos como un ambiente poco agradable, un "mediador" autoritario, con deficiencias en el proceso de comunicación, poco asertivo, reactivo, el nivel de logros para el discente o aprendiz es sumamente traumático y separado del placer. Aspecto este que en los procesos de aprendizaje del sistema educativo actual, minimiza la velocidad y la calidad de lo que se aprende. El placer de aprender está ligado a un conjunto de elementos internos y externos, ambos controlables, sobre todo lo relacionado con la alimentación la cual influye profundamente en la química del cerebro y en consecuencia en su funcionamiento. En la medida que la alimentación es sana e integral de esa manera responderá el cerebro. Igualmente mientras mayor es el porcentaje de alimentos procesados y envasados con sustancias para preservar es menor la posibilidad de un buen rendimiento mental. Es necesario reforzar la alimentación con minerales los cuales son indispensables para la síntesis de neurotransmisores responsables de la comunicación inter-neuronal. De allí que de acuerdo a la exigencia que se pretenda del cerebro habrá una alimentación más adecuada para esa situación no tanto en cantidad sino en calidad. Esta alimentación deberá ser acompañada por buena respiración, pensamiento positivo íntimamente conectado con el manejo de las emociones. Se debe entonces, para lograr que el proceso de "aprender sea un placer", buscar por todos los medios posibles, que el ambiente sea agradable, que el trato entre docente y discente sea de respeto, de compromiso con el aprendizaje, de armonía, participativo, con un elevado nivel de comunicación, proactivo, sinérgico, creativo, divertido, flexible, en condiciones que aceleren y califiquen altamente el aprendizaje, donde el placer de aprender no sea lo más importante, sea lo único. El proceso aprendizaje está en sintonía con el cerebro límbico (emocional o de los afectos) que propone el modelo TRIUNO (cuerpo, emoción y lenguaje). Ese sector del cerebro, es el encargado de filtrar lo que almacenamos o rechazamos como aprendizaje. Es él, responsable de la motivación. Es donde se expresa al máximo el hecho de que algo te guste o no, para aprenderlo. Es el responsable de celebrar permanentemente la acción de aprender. Las nuevas organizaciones para el aprendizaje deben estar regidas por los principios del aprendizaje y no de la enseñanza y sustentando las características que siguen: Ser flexible, personalizada, coherente, pertinente y comprometida con los problemas del entorno, el cual se sentirá comprometido e identificado con ella. Formar parte interna y externa de redes y no verse restringida por el espacio físico, geográfico o temporal, fundamentalmente con los demás niveles del sistema educativo. Ser inclusiva, debe acoger estudiantes con demostrables méritos, elevado esfuerzo, perseverancia, determinación y capacidad. Comprometerse a brindar al estudiante un ambiente institucional adaptable. Estar abierta a los conocimientos originales y creativos. Ser auto-organizada en torno de principios centrales, creencias y un fin compartido y elaborado entre todos. Ser intergeneracional en la configuración de las vivencias educativas. Ser flexible, heterogénea e innovadora. Estar centrada en la investigación, la cognición compleja, la búsqueda de problemas y sus soluciones altamente vinculadas al entorno. Acoger la ambigüedad y la paradoja como elementos importantes para el avance. Ser lúdica, responsable y amorosa. Ser sustentadora de procesos de aprendizaje placenteros. Las organizaciones para el aprendizaje del siglo XXI deben ser organismos dinámicos, adaptables y autoorganizados, no sólo capaces de remozarse, crecer y cambiar, sino además diseñadas para ello, promoviendo al individuo y a la sociedad, la libertad y la responsabilidad, la unicidad y la interdependencia, el misterio y la claridad, la tradición y la innovación, se debe interesar tanto por la naturaleza del aprendizaje como por los métodos de instrucción. Entendiendo que el aprendizaje nos ha acompañado a cada paso de nuestra vida desde la primera respiración; es la transformación que tiene lugar en el cerebro cada vez que se integra en él una información nueva, cada vez que se adquiere el dominio de una nueva habilidad. Solo será posible el aprendizaje en su justa dimensión de holístico cuando sea de equidad que haga de los más marginados los más favorecidos a través de los más favorecidos, que seamos un ejemplo vivo del ganar, ganar sin egoísmos con el aprendizaje. Ing. Carlos Zapata Profesor titular de L.U.Z. carzapata@cantv.net Afectuosamente, Oscar.Castro@email.com