Del mecanismo de la Neurosis de angustia

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Universidad de Buenos Aires
Facultad de Psicología
Psicoanálisis Freud
Cat. I Dr.Prof. Delgado, Osvaldo.
Escuela de Ayudantes: Trabajo de
Investigación.
“Del Mecanismo de la Neurosis de angustia”
Responsables: Susi Epsztein y María de los Ángeles Córdoba
Colaboran: Verónica Wainszelbaum, Leticia Puerto y Carolina Santocono
Autor: Aballay, Luciano
N° Libreta Universitaria: 35 754 373 0
Del mecanismo de la Neurosis de angustia
En el siguiente trabajo me propongo interrogar y cuestionar lo que por el momento
llamare: “la no presencia de mecanismo psíquico en la neurosis de angustia”. Con este
propósito me valdré de los textos freudianos relacionados con esta neurosis,
anteriores al año 1900.
Recordemos que tanto la neurastenia como la neurosis de angustia se contraponen
a las neuropsicosis de defensa: histeria, neurosis obsesiva, fobia y paranoia; por no
estar en ellas presente el mecanismo psíquico de la defensa.
Ahora diferenciemos brevemente neurastenia de neurosis de angustia, teniendo en
cuenta que Freud tempranamente señalo el nexo de las neurosis y la sexualidad. “No
existe ninguna neurastenia o neurosis análoga sin perturbación de la función sexual”
(Freud, 1892; 216), indica ya en el Manuscrito A . La neurastenia se manifiesta en
síntomas como la presión intracraneal, la irritación espinal, la dispepsia con flatulencia
y constipación. No reconoce otra etiología específica que el onanismo (inmoderado) o
las poluciones espontáneas. La neurosis de angustia de cuadro clínico es mucho
más rico, incluye síntomas como: irritabilidad, estado de expectativa angustiada,
fobias, ataques de angustia completos o rudimentarios, de terror, de vértigo,
temblores, sudores, congestión, disnea, taquicardia, etc. diarrea crónica, vértigo
crónico de locomoción, hiperestesia, insomnio, etc. Estos se dejan reconducir a
diversos desórdenes de la vida sexual como la abstinencia forzosa, la irritación genital
frustránea (que no es calmada por el acto sexual), el coito imperfecto o interrumpido
(que no culmina en el goce)1. Freud denomina “neurosis de angustia” a este complejo
de síntomas porque todos sus componentes se pueden agrupar en derredor del
síntoma principal de la angustia, cada uno de ellos posee una determinada relación
con la angustia.
Se genera neurastenia toda vez que el aligeramiento adecuado (la acción adecuada)
es sustituido por uno menos adecuado, o sea, cuando al coito normal, realizado en las
condiciones más favorables, lo remplaza una masturbación o una polución
espontánea; en cambio, llevan a la neurosis de angustia todos los factores que
estorban el procesamiento psíquico de la excitación sexual somática , es decir, que
perturban el equilibrio de las funciones psíquicas y somáticas en los actos sexuales, e
impiden la participación psíquica necesaria para que la economía nerviosa se libre de
1
Freud,S. (1896)La herencia y la etiología de las neurosis.
2
la tensión genésica. Los fenómenos de la neurosis de angustia se producen cuando la
excitación sexual somática desviada de la psique se gasta subcorticalmente, en
reacciones de ningún modo adecuadas. Los síntomas de la neurosis de angustia en
tanto reacciones inadecuadas, pueden ser calificados a la vez como unos subrogados
de la acción específica omitida que sigue a la excitación sexual. En el coito normal la
excitación se gasta, colateralmente, como agitación respiratoria, palpitaciones del
corazón, oleada de sudor, congestión, etc. y en el correspondiente ataque de angustia
de la neurosis de angustia tenemos la disnea, las palpitaciones del corazón, etc.,
aislados del coito y acrecentados2.
Debemos tomar en cuenta una serie de consideraciones acerca de la neurosis de
angustia:

Se trate de una acumulación de excitación.

La angustia que está en la base de los fenómenos de esta neurosis no admite
ninguna derivación psíquica, vale decir, que el apronte angustiado que
constituye el núcleo de la neurosis no es adquirible por un afecto de terror
psíquicamente justificado, sea único o repetido.

La neurosis de angustia se conjuga con el más nítido aminoramiento de la
libido sexual, del placer psíquico.
Estos indicios dan cuenta de que el mecanismo de la neurosis de angustia ha de
buscarse en ser desviada de lo psíquico la excitación sexual somática y recibir, a
causa de ello, un empleo anormal3. La angustia de la neurosis corresponde a una
tensión sexual somática que de no haberse desviado de lo psíquico habría devenido
libido. Surge la oposición: libido –empleo correcto- ó angustia –empleo anormal-.4
2
Freud,S. (1894). Sobre la justificación de separar la neurastenia de un determinado síndrome en calidad
de “neurosis de angustia”.
3
Ibídem.
4
Tal vez la siguiente cita extraída del “manuscrito E” resulte enriquecedora:
“Uno puede representarse aquí que la tensión endógena crece de manera continua o de manera
discontinua; en cualquier caso, sólo se la nota cuando ha alcanzado cierto umbral. Sólo a partir de
ese umbral es valorizada {verwerten) psíquicamente, entra en relación con ciertos grupos de
representaciones que luego ponen en escena el remedio específico. Entonces, a partir de cierto
valor, una tensión sexual despierta libido psíquica, que luego lleva al coito, etc. Si la reacción
específica no puede producirse, crece desmedidamente la tensión psicofísica (el afecto sexual), se
vuelve perturbadora, pero no hay todavía fundamento alguno para su mudanza. Ahora bien, en la
neurosis de angustia esa mudanza sobreviene; por eso, ahora nos aflora el pensamiento de que ahí
se trataría del siguiente descarrilamiento: la tensión física crece, alcanza su valor de umbral con el
que puede despertar afecto psíquico, pero por razones cualesquiera el anudamiento psíquico que se
le ofrece permanece insuficiente, es imposible llegar a la formación de un afecto sexual porque
faltan para ello las condiciones psíquicas: así, la tensión física no ligada psíquicamente se muda en
... angustia. Si uno acepta la teoría hasta este punto, exigirá que en la neurosis de angustia se pueda
comprobar un déficit de afecto sexual, de libido psíquica” (Freud, 1894; 231-232).
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En la carta 18 Freud nos dice haber tomado noticia sobre tres mecanismos: “la
mudanza de afecto (histeria de conversión), el del desplazamiento de afecto
(representaciones obsesivas), y el de la permutación de afecto (neurosis de angustia y
melancolía). En todos los casos debe haber una excitación sexual que ingrese en esas
trasposiciones…” (Freud, 1894; 227)
Se produce: conversión, desplazamiento,
mudanza en angustia; respectivamente. Notemos, entonces, que es incorrecto hablar
de una ausencia de mecanismo en la neurosis de angustia. Freud lo denomina aquí:
de la permutación de afecto. Es sólo que no sabemos nada de su naturaleza, es decir,
al orden que corresponde ¿Se trata de un mecanismo psíquico? ¿Se trata de un
mecanismo físico?...
… Bueno, ni una cosa ni la otra. Lo que aquí propongo es que se trataría de un
mecanismo psíquico-físico, o mejor dicho, en la frontera de lo psíquico-físico5 y que
recibe el nombre de “Enajenación”. Su esencia radica en no ingresar al ámbito
psíquico una tensión sexual proveniente del ámbito físico. Hay pues, una enajenación
mente-cuerpo, un des-equilibrio.
La enajenación es un mecanismo: un mecanismo fallido. Es un intento siempre
fallido de ligar la excitación sexual somática a los representantes psíquicos. Un intento
fallido en la producción de la libido. Los síntomas de la neurosis de angustia como
“subrogados de la acción específica omitida que sigue a la excitación sexual” dan
cuenta de esta falencia, de esta no-articulación. La concepción freudiana, en este
momento de su obra, es que podría haber un equilibro mente-cuerpo. En otras
palabras, que podría no haber “enajenación”, una correspondencia plena y absoluta
entre la tensión sexual somática y su procesamiento psíquico en libido. Este equilibrio
mente-cuerpo es sostenido teóricamente en el principio de constancia o homeostasis y
haya su contraparte, su hiancia, en la fuente independiente de desprendimiento de
displacer. La enajenación es sólo uno de los nombres y formas en la que se manifiesta
este desajuste fundamental mente-cuerpo y cuya fuente abreva en la fuente
independiente de desprendimiento de displacer.
Sólo resta ahondar un poco en el por qué de la elección del nombre de Enajenación
para designar al mecanismo responsable de la Neurosis de angustia. Freud en el
Manuscrito E enumera una serie de casos en donde halla presente esta neurosis.
“El caso [segundo], en que la tensión sexual es desviada del p. S. en tanto que la producción de s.
S. no disminuye, presupone que la s. S. se emplee diversamente (en la frontera entre lo somático y
lo psíquico ). Pero esta es condición de la angustia…” (Freud, 1895; 241).
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Utiliza el término “enajenación” en un caso particular de estos: el de angustia por
coitus interruptus en mujeres. Dice sobre este, que la excitación endógena no se
genera espontáneamente, sino que es producida, pero no en la medida en que pudiera
despertar afecto psíquico. Se establece una enajenación entre acto físico-sexual y su
procesamiento psíquico. Si en este caso la tensión endógena se acrecienta además
por sí misma, no encuentra procesamiento alguno y crea angustia. Los restantes
casos mencionados son: angustia virginal, donde el ámbito de representación
destinado a acoger la tensión psíquica no esta todavía presente, o su presencia es
insuficiente, a lo que viene a sumarse una desautorización psíquica como resultado
secundario de la educación; angustia de los mojigatos, donde un rehusamiento
psíquico directo imposibilita el procesamiento de la tensión sexual; y la angustia en la
abstinencia forzosa, en la cual se crea las más de las veces, para no caer en
tentación, un rehusamiento psíquico. Freud concluye sobre esta serie de casos que
tras rehusamiento psíquico, una enajenación psíquica;
tensión endógenamente
generada, tensión aportada… angustia.
Elijo pues, la denominación de “Enajenación” para el mecanismo responsable de la
neurosis de angustia, por no hallarse sólo presente en el caso de la angustia de coitus
interruptus en mujeres, y por resultar paridagmático o arquetípico de los otros casos
restantes. Restaría hacer una aclaración. Freud dice que tras un rehusamiento
psíquico se produce una enajenación psíquica, correcto. Pero no debemos tomar este
rehusamiento psíquico solamente como el resultado de un acto expreso de la
voluntad, sino además como resultado de una imposibilidad interna.
Lo que al comienzo señale como “la no presencia de mecanismo psíquico en la
neurosis de angustia” ahora adquiere otra denominación. Debemos afirmar la
existencia de un mecanismo en la neurosis de angustia, un mecanismo que actúa en
la frontera psíquico-física y que recibe el nombre de Enajenación. Lo aquí expuesto
coincide correctamente con la concepción freudiana de las neurosis como
perturbaciones del equilibrio por una descarga dificultada e intentos de nivelación con
una limitada adecuación al fin; idea expuesta en el manuscrito D. Los síntomas de la
neurosis de angustia como “subrogados de la acción específica omitida que sigue a la
excitación sexual” serían unos intentos de nivelación con una limitada adecuación al
fin, que dan cuenta del fracaso de la articulación de la excitación sexual somática a los
representantes psíquicos: generación de angustia en lugar de libido, Enajenación. Esta
ultima se revela como perturbadora de la supuesta homeostasis / equilibrio mentecuerpo, de que toda la excitación sexual somática podría devenir libido psíquica.
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BIBLIOGRAFIA
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Obras Completas, tomo III. Buenos Aires: Amorrortu.
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Freud, S. (1894). Carta 18 (21 de mayo de 1894). En Obras Completas, tomo
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Freud, S. (1896). La herencia y la etiología de las neurosis. En Obras
Completas, tomo III. Buenos Aires: Amorrortu.
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Freud, S. (1892). Manuscrito A. En Obras Completas, tomo I. Buenos Aires:
Amorrortu.
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Freud, S. (1894). Manuscrito D. Sobre la etiología y la teoría de las grandes
neurosis. En Obras Completas, tomo I. Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. (1894). Manuscrito E. ¿Cómo se genera la angustia?. En Obras
Completas, tomo I. Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. (1895). Manuscrito G. Melancolía. En Obras Completas, tomo I.
Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. (1894). Sobre la justificación de separar la neurastenia de un
determinado síndrome en calidad de “neurosis de angustia”. En Obras
Completas, tomo III. Buenos Aires: Amorrortu.

Teórico n°3. Delgado, Osvaldo. Año 2006.

Teórico n°4. Delgado, Osvaldo. Año 2006.
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