DEMANDA DE AMPARO DIRECTO EN MATERIA MERCANTIL ______________________________ Amparo directo. H. Tribunal Colegiado de Circuito. _______________________, por mi propio derecho, señalando como domicilio para oír y recibir toda clase de notificaciones en ______________________________ en esta ciudad, y autorizando para oírlas en mi nombre, en los términos del artículo 27 de la Ley de Amparo, al señor licenciado _______________________, con cédula profesional número _______ , ante ese H. Tribunal, con el debido respeto comparezco para exponer: Que vengo a demandar el amparo y protección de la justicia Federal en contra de la sentencia de ______________________________ , dictada por la Cuarta Sala del Tribunal Superior de justicia del Distrito Federal, en los autos del Toca __________, relativo a la apelación promovida por el quejoso en contra de la sentencia definitiva del _______ del presente año, pronunciada por el C. juez Décimo Quinto de lo Civil del Distrito Federal, en el juicio ejecutivo mercantil seguido por _______________________ contra el apelante, contra el _______________________ y los señores _______________________ A efecto de dar cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 166 de la Ley de Amparo, manifiesto: I. Nombre y domicilio del quejoso. Ya han quedado expresados. II. Nombre y domicilio del tercero perjudicado. _______________________, con domicilio en ______________________________ de esta ciudad. III. Autoridad responsable. Cuarta Sala del Tribunal Superior de .justicia del Distrito Federal. IV. Sentencia reclamada. Sentencia de ______________________________ , dictada en los autos del Toca número __________, relativos a la apelación interpuesta por el quejoso en contra de la sentencia definitiva de _______ del presente año, pronunciada por el C. Juez Décimo Quinto de lo Civil del Distrito Federal en el juicio ejecutivo mercantil seguido por _______________________ en contra del apelante, hoy quejoso, y en contra del _______________________ y los señores _______________________ V. Fecha de notificación de la sentencia. La sentencia se notificó al quejoso por Boletín judicial de ______________________________ . VI. Preceptos constitucionales violados. Artículos 14 y 16 constitucionales. VII. Conceptos de violación. Primero. La sentencia impugnada en este amparo es violatoria del principio de legalidad que preconizan los artículos 14 y 16 constitucionales, en cuanto a que desacata el artículo 193 de la Ley de Amparo. En efecto, el artículo 193 de la Ley de Amparo establece la obligatoriedad de la jurisprudencia de la H. Suprema Corte de justicia de la Nación para los jueces y Tribunal Superior del Distrito Federal. La H. Tercera Sala del Máximo Tribunal de justicia de la Nación, ha sentado criterio jurisprudencial en. el sentido de que los jueces están obligados a examinar de oficio la personalidad de las partes, dado que la personalidad constituye un presupuesto procesal. Literalmente, la tesis jurisprudencial 265, visible a fojas número 806, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, Cuarta Parte, que compila la jurisprudencia definida de 1917 a 1975, establece: "Personalidad, examen de la. La personalidad de las partes es un presupuesto procesal que debe examinarse de oficio por el juzgador, como expresamente lo dispone el artículo 47 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito y Territorios Federales, en relación con los artículos 35, fracción IV, y 36 del mismo ordenamiento, por lo que, también debe resolver la objeción que al respecto formulen las partes, cualquiera que sea el momento en que lo hagan, porque la falta de impugnación oportuna no puede generar la existencia de una representación que no existe y solamente debe omitir la reiteración del examen de la personalidad, en caso de haber sido resuelto de manera expresa y esté consentido el fallo, porque entonces opera el principio de preclusión." "Sexta Época, Cuarta Parte: "Vol. III, pág. 157, A. D. 2374/56. _______________________. 5 votos. "Vol. XXII, pág. 331. A. D. 6314/58. Velina Ponce. Unanimidad de 4 votos. "Vol. XXXI, pág. 81. A. D. 5115/58. Cristóbal Villamil. Unanimidad de 4 votos. "Vol. LXI, pág. 211. A. D. 2395/160. Natalia Barreto Calderón. 5 votos. "Vol. LXIV, pág. 18. A. D. 4826/61. Algodonera y Aceitera de Monterrey, S. A. Unanimidad de 4 votos." La autoridad. responsable, al resolver la apelación interpuesta por el suscrito, tenía el deber legal, derivado del artículo 193 de la Ley de Amparo de acatar lo dispuesto por la tesis jurisprudencial transcrita y examinar la personalidad de la actora en el juicio ejecutivo mercantil del que emanó la apelación resuelta. Al no hacerlo así, violó el artículo 193 de la Ley de Amparo, e, indirectamente, violó los artículos 14 y 16 constitucionales. En la resolución que se combate en este amparo la autoridad responsable, sin invocar precepto alguno y con franca violación a la tesis jurisprudencial invocada dice que el argumento acerca de la falta de prueba de la existencia legal de la actora pudo hacerse valer desde que se planteó la dilatoria de falta de personalidad y que si no se hizo solamente al quejoso debe pararle perjuicios. Se sostiene en la resolución impugnada que ni el juez, ni la Sala, pueden volver a examinar la personería de la actora. Esto es enteramente dogmático y está en contra dela tesis jurisprudencial, ya que como indica la jurisprudencia de esta H. Suprema Corte de justicia, la falta de impugnación oportuna no puede generar la representación que no existe. Indica la autoridad responsable que en los agravios se presenta el problema de falta de personalidad y que su tramitación ameritaba abrir el incidente correspondiente y que el incidente no fue abierto en la primera instancia y que el juez no podía abrir de oficio. En contra de estas aseveraciones de la autoridad responsable, la tesis jurisprudencial transcrita, que fue desacatada, determina que la personalidad de las partes es un presupuesto procesal que debe examinarse de oficio por el juzgador. Además, la tesis jurisprudencial también determina que debe resolverse la objeción que presenten las partes, cualquiera que sea el momento procesal en que lo hagan, porque la falta de impugnación oportuna no puede generar la existencia de una representación que no existe, En el caso a estudio, el suscrito, como parte apelante en la segunda instancia presentó la objeción correspondiente a la personalidad y no se dejó a la actora en ,estado de indefensión como se pretende en la resolución impugnada habida cuenta de que pudo contestar los agravios dentro del término que se le concedió para ello y reconoció que no acreditó su personería en la forma exigida legalmente para las personas morales extranjeras. Acerca de que es totalmente oportuno examinar la falta de personalidad en segunda instancia, esta H. Suprema Corte, lo ha determinado expresamente, como puede constatarse con la simple lectura de la ejecutoria pronunciada en el amparo directo __________, de _______________________, de _______________________, en la que por unanimidad de votos se resolvió lo siguiente: "Personalidad de las partes. Oportunidad para examinarla. Las cuestiones de personalidad son examinables en cualquier momento, tanto en primera como en segunda instancia, por la sencilla razón de que sería antijurídico y violatorio de garantías resolver una contienda en la que una de las partes no estuviera legítimamente representada, aparte de que sería absurdo condenar o absolver a quien, por no estar debidamente representado, resultaría un extraño en juicio." En contra del interior criterio, en la resolución que constituye el acto reclamado en este amparo se pretende que debió haberse planteado la falta de personería únicamente en la primera instancia. Ello es contrario al artículo, 193 de la Ley de Amparo a los artículos 14 y 16 constitucionales. Segundo. La sentencia impugnada en este amparo es violatoria de los artículos 14 y l6 constitucionales en relación con el artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles. El artículo 250 de la Ley General tic Sociedades Mercantiles, determina expresamente: "Las sociedades extranjeras legalmente constituidas tienen personalidad jurídica en la República." A contrario sensu, esta disposición exige que las sociedades extranjeras para tener personalidad jurídica requieren acreditar que están legalmente constituidas. En el juicio ejecutivo mercantil a que se refiere este amparo la sociedad extranjera que fungió como presunta actora no acreditó a lo largo de la tramitación del juicio estar legalmente constituida. Por tanto, carece de personalidad jurídica en la República. Esta H. Suprema Corte de justicia de la Nación ha sentado jurisprudencia número 1031, del Apéndice al Tomo CXVIII, del Semanario Judicial de la Federación y cuyo texto es el siguiente: "Sociedades extranjeras. Son dos los requisitos para que puedan promover amparo; Que comprueben su existencia en la República Mexicana, y que quien las representa, tenga poder bastante para hacerlo; para lo primero, tendrá que protocolizar no solamente sus estatutos, Contratos y demás documentos referentes a su constitución sino el certificado de esta constitución y autorización con arreglo a las leyes del país respectivo, certificación que expedirá el ministro que ahí tenga acreditado nuestro gobierno, o, en su defecto, el cónsul respectivo. . ." En el mismo sentido se ha producido la tesis relacionada, publicada en la página 1037 del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, que contiene jurisprudencia definida de ese H. Tribunal Máximo: "Sociedades mercantiles extranjeras. Modo de acreditar su existencia jurídica. Las sociedades mercantiles extranjeras deben acreditar su existencia legal, mediante la protocolización, notarial del documento certificado y legalizado expedido por funcionario autorizado del país correspondiente, donde se haga constar su constitución, y de sus bases constitutivas, de las cuales debe inferirse que continúan existiendo legalmente..." Para que no quede duda alguna acerca de la aplicabilidad del artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles, es conveniente transcribir la tesis emitida por la Tercera Sala de la H. Suprema Corte de justicia de la Nación, visible a fojas 1077 del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación y que compila fallos de 1917 a 1975: "Sociedades extranjeras, personalidad de las, en juicio. Si una compañía extranjera comparece en juicio civil, en defensa de sus derechos, como dueña cierta y conocida de los predios objeto de la demanda de declaración de vacancia, y demuestra que está legalmente constituida, le es aplicable la ley vigente, que es la de Sociedades Mercantiles, conforme a la cual tiene personalidad jurídica en los términos del artículo 250, y no puede desconocerse su existencia jurídica ni sostenerse que haya carecido de capacidad. . . ." También sobre la aplicabilidad del artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles, cabe transcribir la resolución de la H. Tercera Sala de la Suprema Corte de justicia de la Nación al decidir el amparo 565/56, promovido por United States Land and Lumber Co.: "Sociedades mercantiles extranjeras. Para que se les reconozca personalidad jurídica en juicio, basta que comprueben estar legalmente constituidas. Por haber sido convocada y compelida al juicio la compañía ahora quejosa, conforme al artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles, tuvo que reconocerse su personalidad jurídica en la República Mexicana, pues según su exposición de motivos, cuando una sociedad extranjera pretende establecer en la República alguna agencia o sucursal o sea ejercer el comercio en forma permanente, será preciso que cubra formalidades y garantías, como las que se precisan en el artículo 251 y citando la sociedad extranjera deba emprender la defensa ante las autoridades mexicanas, de derechos nacidos por actos jurídicos válidamente efectuados fuera o dentro del territorio nacional, para reconocer su existencia será bastante comprobar que se halla legalmente constituida." El texto del artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y el criterio interpretativo de ese H. Alto Tribunal concuerdan en que una sociedad extranjera que comparece a juicio debe comprobar que está legalmente constituida. Si se abstiene de realizar esta comprobación debe concluirse, en acatamiento al artículo 250 de la Ley citada, y en acatamiento al artículo 193 de la Ley de Amparo, así como en acatamiento a los artículos 14 y 16 constitucionales, que la sociedad no comprobó su personalidad. Al no haberlo considerado así la autoridad. responsable, es inconcuso, que violó el artículo 250 de la citada Ley y en forma indirecta violó el principio de legalidad preconizado por los citados artículos 14 y 16 constitucionales. Por tanto, la violación constitucional deberá repararse para el efecto de que se declare la falta de personalidad en la sociedad extranjera actora. Tercero. La obligación del tribunal de examinar oficiosamente la personalidad no sólo tiene una base jurisprudencial perfectamente definida como se comprueba en los conceptos de violación que anteceden, -,¡no que tiene una clara fundamentación legal, a saber: El artículo 47 del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, aplicable supletoriamente al de Comercio, no deja duda acerca de su significado y alcance en lo que atañe a la personalidad. Determina el artículo 47 del ordenamiento indicado: "El tribunal examinará la personalidad de las partes bajo su responsabilidad; esto no obstante, el litigante tiene el derecho de impugnarla cuando tenga razones para ello." En el dispositivo transcrito está el origen de la facultad del tribunal de examinar de oficio la personalidad como presupuesto procesal que es y de ese precepto se desprende igualmente la facultad del litigante de impugnar la personalidad sin que haya preclusión alguna. Por tanto, la autoridad responsable debió haber atendido a las fundadas objeciones que se hicieron a la personalidad de la actora, sin pretender que había pasado el momento procesal para ello, dado que, como se ha determinado jurisprudencial y legalmente, no puede llenarse un presupuesto procesal con base en una presunta preclusión que no tiene ninguna base legal ni jurisprudencial. Al no haberlo considerado así la autoridad responsable, violó el artículo 47 del Código de Procedimientos Civiles, supletoriamente aplicable al de Comercio y al incurrir en esta conculcación, también violó los artículos 14 y 16 constitucionales que obligan a las autoridades a ceñirse a lo dispuesto por las leyes. En consecuencia, el amparo solicitado debe ser concedido. Naturalmente que, como la actora es una persona moral de nacionalidad extranjera, la disposición aplicable en cuanto a su personalidad lo es el artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y también le es aplicable la jurisprudencia transcrita en los conceptos de violación que anteceden, referente a las personas morales extranjeras, por lo que, fácilmente es constatable que no se acataron los artículos 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y 193 de la Ley de Amparo, razón por la que se violó el principio de legalidad de los artículos 14 y 16 constitucionales, debiendo concederse el amparo. Casi es superfluo repetir que la sociedad actora no demostró su legal constitución como lo exige el repetido artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles. Cuarto. La sentencia combatida en este amparo es violatoria de los artículos 14 y 16 constitucionales en cuanto. se ha violado el principio de congruencia plasmado por el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles aplicable supletoriamente al de Comercio. En efecto, en el fallo impugnado no se hace la más mínima referencia a las tesis jurisprudenciales que se invocaron en los agravios hechos valer contra la sentencia de primera instancia y tampoco se analizan los artículos 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y 47 del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal que se citaron como violados en el ocurso de agravios. Consecuentemente, también por este motivo debe concederse el amparo solicitado. Quinto. En el considerando segundo de la sentencia dictada por la autoridad responsable se condena al suscrito al pago de las costas de segunda instancia. Tal condena se fundamenta presuntamente en que son infundados los agravios que el suscrito hizo valer contra la sentencia de primera instancia. Los agravios de primera instancia no fueron infundados puesto que se basaron en disposiciones legales que se violaron según los conceptos de violación que se hacen valer en este ocurso y que se reproducen en todas y cada una de sus partes en este punto para el efecto de que, se determine que, como los agravios fueron fundados, no es procedente la condena en costas, pues se han violado además de los artículos 47 del Código de Procedimientos Civiles, 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y 193 de la Ley de Amparo el artículo 1084 del Código de Comercio, en su fracción IV, ya que, como se indicó en el escrito de agravios de segunda instancia, y como se señala en este ocurso, no se ha examinado adecuadamente, conforme a la ley y a la jurisprudencia, la personalidad de la sociedad actora, la cual no demostró estar legalmente constituida, lo que es un presupuesto procesal para ser parte en todo juicio. El artículo 32 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización establece la obligación de los extranjeros de sujetarse a las leyes mexicanas: "... también están obligados a obedecer y respetar sus instituciones, leyes y autoridades del país..." La sociedad actora estaba obligada a saber de la existencia de los artículos 47 del Código de Procedimientos Civiles, 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y 193 de la Ley de Amparo y, por tanto, debió haber acreditado estar constituida legalmente, al no haberlo hecho, faltó uno de los presupuestos procesales y, por ello, el amparo debe ser concedido como ha sido concedido en los casos que han formado jurisprudencia definida del más Alto Tribunal de la República. VIII. Leyes que en concepto del quejoso se han dejado de aplicar. 1. Se ha dejado de aplicar el artículo 47 del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, aplicable supletoriamente al de Comercio, dado que no se examinó por la autoridad responsable la personalidad de la sociedad actora. 2. Se ha dejado de aplicar el artículo 193 de la Ley de Amparo, en atención a que las tesis jurisprudenciales son obligatorias para la autoridad responsable y la obligaban a examinar la personalidad de la sociedad actora y ello hubiera conducido a darle plena vigencia, como lo hace la jurisprudencia, al artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles y al artículo 47 del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal. 3. Se dejó de aplicar el artículo 250 de la Ley General de Sociedades Mercantiles que obliga a que se demuestre la legal constitución de la sociedad extranjera para pretender tener personalidad jurídica en la República. 4. Se aplicó inexactamente el artículo 1084 del Código de Comercio pues, la procedencia de los agravios que se hicieron valer ante la responsable conduce a la no condena de segunda instancia a pagar costas. Por lo expuesto, A ese H. Tribunal Colegiado de Circuito, atentamente pido se sirva: Primero. Tenerme por presentado, demandando el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de la sentencia a que me refiero. Segundo. Previos los trámites de ley, conceder el amparo solicitado por ser procedente y fundado, conforme a las leyes y garantías individuales mencionadas. Protesto lo necesario. México, Distrito Federal, a ______________________________ .