Resumen del documento de posición de la OMS acerca de las vacunas contra los papilomavirus humanos (PVH) El presente documento de posición, publicado en 2014, reemplaza el publicado en abril de 2009. Aunque se centra principalmente en la prevención del cáncer cervicouterino (CCU), también examina otros cánceres y enfermedades prevenibles mediante la vacunación contra los PVH. Las principales diferencias con respecto al documento anterior hacen referencia al número de dosis de la vacuna que se recomiendan en los diferentes grupos de edad. Epidemiología y virología: La infección persistente por PVH oncógenos es un requisito para la aparición del CCU, que cada año afecta a unas 528 000 mujeres y causa 266 000 muertes. Los PVH de los tipos 16 y 18 son los más frecuentes en el CCU invasor, y están presentes en aproximadamente un 70% de los CCU. Otras manifestaciones de la infección por PVH son los cánceres vaginales, vulvares, penianos, orofaríngeos y anales. Además los PVH de los tipos 6 y 11 causan verrugas anogenitales y papilomatosis respiratoria recurrente. Los PVH se transmiten principalmente por vía sexual. El CCU solo aparece en una pequeña fracción de las personas infectadas y su desarrollo puede tardar 10 años o más. La mayoría de los casos con enfermedades inducidas por los PVH se encuentran entre las mujeres adultas de entornos con escasos recursos, dado que más del 80% de los casos de CCU tienen lugar en las regiones menos desarrolladas y las tasas de mortalidad pueden llegar a ser 18 veces mayores en los países en desarrollo que en los países industrializados. Los programas de cribado ejecutados adecuadamente contribuyen a la baja mortalidad observada en algunos países. Vacunas: Existen dos vacunas anti-PVH, una tetravalente y la otra bivalente, ambas a base de partículas viriformes no infecciosas elaboradas con tecnologías de ADN recombinante. La vacuna tetravalente contiene partículas viriformes de los PVH de los tipos 6, 11, 16 y 18, mientras que la bivalente va dirigida únicamente contra los tipos 16 y 18. Ambas vacunas, tetravalente y bivalente, tienen un excelente perfil toxicológico y una excelente eficacia frente a las lesiones precancerosas y otras afecciones anogenitales causadas por los tipos de PVH que contienen. Con ambas vacunas se ha demostrado una protección durante un mínimo de 8 años frente a las infecciones por PVH 16 y 18 y a las lesiones cervicales asociadas con estos tipos. Todavía no hay datos sobre la eficacia con respecto a la prevención del CCU, pero la homogeneidad de estas observaciones hace suponer que son de esperar tasas de protección igualmente elevadas frente al CCU. A fecha de agosto de 2014, 58 países (30%) habían introducido las vacunas contra los PVH en sus programas nacionales de inmunización para niñas. Recomendaciones: La OMS recomienda la introducción de la vacunación contra los PVH en los programas nacionales de inmunización siempre que: 1) la prevención del CCU y/o de otras enfermedades relacionadas con los PVH sea una prioridad de salud pública; 2) dicha introducción sea programáticamente viable y económicamente sostenible; y 3) los aspectos relacionados con la costoefectividad hayan sido tomados debidamente en consideración. Como las vacunas contra los PVH son más eficaces en las mujeres que nunca han estado expuestas a los tipos de PVH que contienen dichas vacunas, los programas de inmunización contra estos virus deberían conceder prioridad inicialmente a la obtención de una elevada en el grupo destinatario principal: las niñas de 9 a 13 años. Siempre que sea posible, esos programas deberían formar parte de una estrategia coordinada que incluya también las actividades educativas sobre los comportamientos que aumentan el riesgo de contraer infeccione por PVH, información sobre el valor de los programas de cribado del CCU y la formación del personal sanitario. La vacunación de los varones contra los PVH no se recomienda como una prioridad, especialmente en los países con escasos recursos, pues los datos disponibles indican que debe darse prioridad absoluta a la reducción del CCU mediante la vacunación oportuna de las mujeres jóvenes y una cobertura elevada con cada dosis. Con ambas vacunas anti-PVH, bivalente y tetravalente, se recomienda una pauta de dos dosis administradas con 6 meses de intervalo entre ambas para las mujeres menores de 15 años, incluidas las que tengan 15 años o más en el momento de recibir la segunda dosis. No existe un intervalo máximo recomendado entre dosis. No obstante, conviene no dejar transcurrir más de 12 a 25 meses entre ambas a fin de finalizar la pauta rápidamente y antes de que la persona beneficiaria se vuelva sexualmente activa. Si el intervalo entre dosis es inferior a 5 meses, se debe administrar una tercera dosis al menos 6 meses después de la primera. Para las mujeres que tienen 15 años o más o para las inmunodeprimidas o infectadas por VIH (con independencia de que estén recibiendo, o no, tratamiento antirretrovírico) se recomienda una pauta de tres dosis (0, 1-2 y 6 meses). No es necesario efectuar pruebas de detección de las infecciones por PVH o VIH antes de la vacunación contra los PVH.