El perdón en las relaciones de pareja… EL ARREPENTIMIENTO La necesidad de sentirte perdonado o decir LO SIENTO aparece cuando asumes que has causado a tu pareja o a ti mismo dolor sin placer, pérdida sin ganancia, perjuicio sin beneficio. Entonces, aparece el paradigma de la culpabilidad y del arrepentimiento que inclina uno de los platos de la balanza hacia abajo e, ineludiblemente, hace subir el otro plato para equilibrar la carga. Si en el plato que baja te colocas como culpable, en el plato que sube se coloca automáticamente la víctima, “el bueno que no hizo nada malo”. Entonces la historia de la relación se convierte en una historia de buenos y malos, cual película barata de Hollywood. La pregunta sería ¿Quién es el bueno y quién el malo? ¿Quién empezó y quién no paró? El camino de la culpa busca compensar a otros por lo que no hiciste. Habitualmente la compensación a otros demanda renunciar a tus prioridades, y tu comportamiento, en ese estado de ánimo, se basa en actos de renuncia como una forma de castigo inconsciente porque percibes que no mereces o que no eres suficientemente bueno todavía hasta que redimas tus faltas. Este es el paradigma habitual que fomenta nuestra cultura judeocristiana, pero ¿este modelo del perdón es realmente válido para sentirte pleno contigo? SI EXISTE LA PERCEPCIÓN DE CULPA… …no existe el sentimiento de AMOR incondicional hacía ti ni hacía tu pareja. Hacía ella porque el sentimiento de culpabilidad es una señal de que rechazaste su comportamiento queriendo que ella hubiese sido o actuado de forma distinta. Querer que una persona sea distinta para amarla no es amar a esa persona por lo que es, sino pretender amarla por lo que te gustaría que fuese. Y hacia ti porque desde el sentimiento de culpabilidad rechazas esa parte de ti que hizo o no hizo algo. Y sea lo que fuera que ocurrió, tus actos u omisiones nacieron de tu inconsciencia e ignorancia, impulsado por el benévolo propósito de llenar tus necesidades emocionales primordiales. El acto de llenar tus carencias o vacíos emocionales, es un acto natural al que ningún ser humano puede renunciar porque es la base de su aprendizaje. Y no hay nada que recriminar ni mucho menos que perdonar a un ser humano por crear las experiencias que necesita para crecer, evolucionar y expandir su consciencia. Quizás estás pensando que esta idea es poética pero que hay personas que no aprenden ni siquiera de sus errores. Yo lo veo más como si cada ser humano tuviese sus particulares lecciones que necesita repetir una y otra vez hasta que las aprenda. Cuando alguien necesita repetir y repetir, es porque también encuentra, sin darse cuenta, cierto gusto y beneficios ocultos de esa experiencia, por lo que realmente lo que le ocurre a ese ser humano es que tiene dificultad en renunciar a esos “aspectos positivos invisibles” que la alimentan. COMPADECERTE Compadecerte es padecer con tu pasado, es lamentarte por lo que sucedió. Esta actitud te conduce a la autocompasión y a la lástima dejándote atrapado en la fantasía de que si las cosas hubiesen sido diferentes tu vida hoy sería mejor. Pero en ese supuesto, tu vida no sería mejor hoy, sino diferente y esto incluye que tendrías otra forma de dolor y malestar en tu relación o en tu vida. Puede que al principio de la relación todo pareciese positivo, que tu pareja se sintiese a tu lado como si llegase a un lugar de ensueño donde poder descansar, recrearse y recuperar energía. Y seguro que para ti haber encontrado a esta persona te hizo sentir también muy especial. Esto os llenaba a los dos y os unió y por seguro os hizo desear tener más de esa sensación positiva que empezasteis a llamar equivocadamente AMOR. En cierto momento de cualquier relación, al menos uno, empieza a sentir que sus necesidades no son cubiertas como al principio o como había imaginado que ocurriría en el futuro. La persona que tienes a tu lado es tu inconsciente manifestado. Es la parte de ti que no puedes o no quieres ver. Ella será una manifestación de los obstáculos internos que te dificultan sentirte bien contigo mismo en soledad. El sufrimiento en las relaciones está alimentado porque en ves de querer abrazar esa parte de ti, la niegas, que es una forma sutil de rechazarte a ti mismo por esos aspectos. ¿PERDONAR A QUIÉN? La paradoja es que cada vez que necesites ser perdonado o decir lo siento, la vida, misteriosamente, te vuelve a colocar en el camino de repetir la experiencia, en el mismo papel o en el papel contrario. ¿Se trata entonces de aprender a perdonar o hay algo más importante que pedir perdón? Y suponiendo que se tratase de perdonar, se me ocurre preguntar ¿Perdonar a quién? La sabiduría innata de la vida está cargada de ejemplos que ilustran el hecho de que no existe algo sin su contrario, el día sin la noche, la primavera sin el otoño, el agua sin el fuego y por lo tanto tampoco EXISTE UN ACTO HUMANO QUE SEA SOLO NEGATIVO. ¿Y si lo que hiciste hubiese traído beneficios a ti y a tu pareja? ¿Y si lo que no hiciste hubiese traído ganancias a ti y a tu pareja? ¿Seguirías buscando el Perdón y estando en la autocompasión? Cada relación es una escuela de AMOR donde puedes aprender no a ser más positivo, si no a abrazar tu plenitud, que es una mitad luz y otra mitad sombra. Y MERECES AMOR POR SER QUIEN ERES HOY. Somos seres humanos y no existe un manual para SER HUMANO. Hay moldes y culturas con sus respectivos valores morales que son como una ventana pequeña y miope para observar algo magnífico como la VIDA. Somos ingenuos (u olvidadizos) cuando nos creemos que lo que vemos a través de esa ventana es TODO lo que existe. Si quieres aliviarte y SENTIRTE PLENO, es más sabio que te abraces a ti, exactamente con la misma intensidad con la que te gusta que te abrace tu pareja. Y si quieres sentir AMOR POR ALGUIEN, que ese alguien seas tu mismo primero. ¿Cómo se hace? Haz para ti, lo mismo que te gustaría que tu pareja hiciera contigo. Date a ti, lo que te gustaría recibir. Oscar Durán-Yates Coach especializado en relaciones de pareja. www.reconciliarte.com Sepárate agradecido, no resentido.