Introducción Carl Sagan nació en Nueva York en 1934 y se graduó en Física en la universidad de Chicago en 1955 y obtuvo el doctorado en astrofísica en 1960. Colaboró con la NASA durante 30 años en programas de investigación planetaria como Mariner y Voyager y publicó numerosos trabajos relacionados con el mundo de la astronomía. Pero no será hasta 1980 cuando presentará la serie televisiva Cosmos, compuesta por trece capítulos que darían lugar al libro del mismo nombre que fue líder de ventas en 60 países convirtiéndose en el libro de ciencia más vendido del siglo pasado. Sagan murió en 1996 debido a una extraña enfermedad que le fue diagnosticada dos años atrás. En la orilla del océano cósmico El primero de los 13 capítulos que componen la serie Cosmos, nos introduce de lleno en la vida real, en la que Carl Sagan nos propondrá un viaje en la nave Imaginación que nos llevará a descubrir los misterios del Universo, dándonos así a conocer fenómenos cósmicos tales como las supernovas, las estrellas o los quásares. Emprendemos el viaje por el cosmos que, guiado por las mismas leyes físicas en toda su extensión, nos muestra el conjunto de estrellas que forman un quásar, que engulle galaxias más pequeñas a su vez. Nos introduce el concepto de año−luz, término que empleará para sus explicaciones. Podemos apreciar el ciclo de vida de una galaxia, que nace y se desarrolla como un ser vivo, y que al morir estallan liberando una gran cantidad de energía que produce un enorme eco a lo largo de la inmensidad cósmica que incinerará estrellas y planetas cercanos a su paso. También se puede dar la explosión de una de las estrellas que componga dicha galaxia, haciendo que su brillo se distinga por encima de la propia galaxia. En nuestro peculiar viaje vemos un grupo local, conjunto de 20 galaxias que ocupan una superficie de 3.000.000 de años−luz. Nos acercamos a nuestra galaxia, la Vía Láctea, una galaxia espiral de 100.000 años−luz de diámetro. En ésta, como en cualquier otra, se pueden apreciar las supernovas, restos de estrellas que se han destruido a sí mismas, al acabar su ciclo estelar. En el centro de la estrella destruida se encuentran sus restos, los denominados púlsares, soles que giran sobre si mismo emitiendo un haz de luz dos veces por segundo con gran exactitud, actuando como faros naturales. Esto hacía pensar en formas de vida extraterrestres. Los púlsares son la prueba de que las estrellas también mueren. En las galaxias, las estrellas más calientes suelen morir antes, mientras que las gigantes rojas tienen una larga vida y no poseen planetas que circulen alrededor de ellas. Las estrellas más comunes son las enanas amarillas, como el Sol. 1 Al comprobar la inmensidad de sistemas planetarios, nos preguntamos acerca de la existencia de inteligencia extraterrestre y su forma de vida. En los criaderos de estrellas, las estrellas se forman a partir de la unión de gas y polvo a temperaturas tan altas que los hacen brillar. Eratóstenes y la medida de la circunferencia terrestre En el antiguo Egipto, Eratóstenes (siglo III a.C.) fue astrónomo, matemático e historiador. También fue director de la gran biblioteca de Alejandría, centro cultural del mundo antiguo. Eratóstenes quiso calcular la circunferencia terrestre fijándose en las sombras que proyectaban dos obeliscos en sus respectivas ciudades separados por 800 Km. Contrató un hombre que midiera la distancia entre las dos ciudades, analizó la sombra que proyectaban los obeliscos y llegó a la conclusión de que las sombras tenían diferente longitud debido a la curvatura de la Tierra, y que cuanto mayor fuera la curvatura mayor sería la diferencia de longitud. Calculando la amplitud del arco formado por los obeliscos (7º, la cincuentava parte de una circunferencia) y la distancia entre las dos ciudades (800 Km), dedujo que la circunferencia terrestre debía medir unos 40.000 Km, una medida muy exacta teniendo en cuenta los rudimentarios métodos de la época que Eratóstenes utilizó. La biblioteca de Alejandría La ciudad de Alejandría poseía una gran biblioteca, en la que se reunían los grandes intelectuales de la época. Sagan nos lleva a la biblioteca mediante un viaje del tiempo a su época de mayor esplendor, donde se fraguó el inicio de la aventura espacial. Estudiaban el cosmos y muchas más ciencias, como Euclides, que se dedicó al estudio de la geometría e Hiparlo, que estudió las estrellas y las constelaciones. Los organizadores de la biblioteca iniciaron una colección de pergaminos que, requisados a sus dueños, eran copiados y devueltos a sus dueños, aumentando así el saber de la civilización egipcia. En el momento de mayor esplendor se calcula que la biblioteca llegó a poseer cerca de un millón de pergaminos, que fueron destruidos y de los que sólo se conserva un pequeña parte. Muchos astrónomos postularon sus teorías en libros que se destruyeron con la biblioteca, como Aristarco de Samos, que dijo que los planetas giraban alrededor del Sol. Hacia el final del documental, Sagan hace un breve resumen de la edad del Universo en un año cósmico de 15000 millones de años, tomando como escala el minuto, que equivaldría a 30.000 años de la edad terrestre. Sitúa la formación de la Vía Láctea y la Tierra, el nacimiento de la especie humana, el descubrimiento del fuego, la producción de herramientas y el éxodo rural, entre otros acontecimientos dignos de señalar en la historia de la humanidad. Finalmente, deja un final abierto dándonos a nosotros la responsabilidad de lo que pase en el próximo año cósmico desde el primer segundo de este próximo año. 2