“Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el Proyecto de Código Penal” CONCLUSIONES CONCLUSIONES 26/03/2014 Conclusiones Jornadas Fundación Manantial “Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el Proyecto de Código Penal” CONCLUSIONES El pasado viernes 14 de marzo tuvo lugar, en el Salón de Actos de la Biblioteca de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, la Jornada "Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el proyecto de Código Penal”, organizada por FUNDACIÓN MANANTIAL y la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS, en colaboración con la Asociación de Fundaciones tutelares de personas con enfermedad mental –FUTUPEMA- y la Unión madrileña de personas pro salud mental –UMASAM-. Tras ella y con las aportaciones efectuadas por parte de los profesionales intervinientes1, de las familias, las personas con trastorno mental, los profesionales de centros y servicios sociales, sanitarios, así como de del ámbito de la Justicia y de la Administración Penitenciaria que en ella participaron, han sido elaboradas para su presentación a todos los grupos parlamentarios de ambas cámaras legislativas las siguientes: CONCLUSIONES Primera.- En lo referente a la regulación de la medida de seguridad de internamiento y de libertad vigilada, creemos que el Proyecto de reforma de código penal (PRCP) vulnera los derechos fundamentales de igualdad ante la ley 2 y seguridad jurídica3, entrando además en abierta contradicción con lo dispuesto en los artículos 5, 12, 14, 15, 17, 19, 25 y 26 de la Convención de Nueva York4, en los siguientes aspectos: a. Mientras que el límite de la pena -como respuesta jurídica al delito- sigue siendo la culpabilidad; en el caso de las medidas de seguridad, su fundamento descansa en una presunción de “peligrosidad” del autor. 1 Estas conclusiones no hubieran podido realizarse sin la desinteresada colaboración de los ponentes D. Ángel Luis Ortiz, Magistrado del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria nº 1 de Madrid; D. Luis Fernando Barrios, doctor en derecho, Área de Derecho Administrativo, Departamento de Estudios Jurídicos del Estado. Universidad de Alicante. Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Alicante y D. Demetrio Monterde, Director–Gerente del Hospital Psiquiátrico Peniitenciario de Alicante. 2 Artículo 14 de la Constitución 3 Artículos 9.3, 17.1 y 25. 4 Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, hecha en Nueva York el 13 de diciembre de 2006 26/03/2014 Conclusiones Jornadas Fundación Manantial “Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el Proyecto de Código Penal” CONCLUSIONES b. c. d. e. Es de lamentar que tanto el poder legislativo español como el judicial todavía siga impregnado de conceptos pre-democráticos que identificaban personas con trastorno mental con personas peligrosas que prevalecieron en textos legales hasta el Código Penal de 1995. A diferencia de la pena, la proporcionalidad y la duración de la medida de seguridad se fundamenta en el mismo criterio de la peligrosidad5. Ante hechos similares, una persona imputable será sancionada con una pena cuya duración conocerá en sentencia, lo que le permitirá ejercitar todos los mecanismos de defensa, de acuerdo con el principio de seguridad jurídica. Al contrario, una persona inimputable, se le impondrá una medida de seguridad cuya duración es indeterminada, lo que a todas luces constituye una discriminación contraria al principio de igualdad ante la ley. En íntima relación con la anterior y como así lo informó el Consejo General del Poder Judicial6, la infinitud de las medidas de seguridad pueden dan lugar en la práctica a que existieran “internamientos a perpetuidad”. Incomprensiblemente, a diferencia con lo sucede con los sujetos imputables, incurre en el automatismo de la necesaria imposición de una medida de libertad vigilada tras la suspensión de la medida de internamiento, aunque la misma no sea necesaria7. Segunda.- Se rechaza la utilización del concepto de peligrosidad como sustrato y fundamento de la aplicación de las medidas de seguridad por los siguientes motivos: a. Se trata de una noción harto discutida, de nula eficacia predictiva y que, aún presente en la legislación penal de numerosos Estados, se encuentra en entredicho ya desde hace tiempo. De hecho científicamente no hay ninguna base para poder presumir la peligrosidad de una persona con un trastorno 5 Artículo 95.2 PRCP. Informe del CGPJ, de 16 de enero de 2013. 7 Según el PRCP, a libertad vigilada puede ser aplicada: Por el Juez o Tribunal sentenciador: a) a los sujetos inimputables (por aplicación de las eximentes del art. 20.1º, 2º y 3º CP), b) a los semiimputables (art. 21.1ª CP) (art. 104.2.1º PRCP) o c) cuando se haya acordado el cese por extinción de la medida de internamiento (art. 104.2.2º PRCP en relación con el art. 98.3, pfo. 3º). Por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria: a) cuando se haya acordado suspender la ejecución de una medida de seguridad privativa de libertad y b) cuando se cumpla el plazo máximo de duración de la medida de seguridad privativa de libertad que se hubiera impuesta o se decrete su cese, y resulte necesario para compensar el riesgo de comisión de nuevos delitos (art. 104.3 PRCP). 6 26/03/2014 Conclusiones Jornadas Fundación Manantial “Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el Proyecto de Código Penal” CONCLUSIONES mental. Rechazamos que ya adentrados en el siglo XXI se sigan empleando nociones decimonónicas ya superadas. b. Es del todo inadmisible la identificación que se realiza entre la enfermedad mental y la noción de peligrosidad, como puede comprobarse tanto en el Apartado VII de la Exposición de Motivos, como en el articulado. c. Es negativamente destacable la indeterminación con la que se utiliza el término “peligrosidad”. Así, la imposición de la medida de seguridad se prevé no sólo por la existencia de un pronóstico que revele “la probabilidad de comisión de nuevos delitos” (95.1.2ª PRCP), sino también por la “peligrosidad del sujeto” (art. 95.2 PRCP). Es decir, una “peligrosidad” no criminal, sino genérica, lo cual abre paso a recuperar la noción de “peligrosidad social”, concepto considerablemente más amplio que el de “peligrosidad criminal” y felizmente superado con la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social d. La continua invocación de la peligrosidad llega al extremo de que el art. 95.1.3 PRCP establezca entre las circunstancias que ha de concurrir para la imposición de medidas de seguridad que dicha imposición “resulte necesaria para compensar, al menos parcialmente, la peligrosidad del sujeto. Tiene razón el CGPJ cuando afirma, que la expresión “compensar al menos parcialmente… atenta contra el principio de subsidiariedad, pues la medida en cuanto a consecuencia jurídica penal, deberá ser totalmente necesaria”. Tercera.- En relación con los establecimientos previstos para el cumplimiento de la medida de seguridad de internamiento, es necesario tomar en cuenta dos consideraciones: a. De la lectura del artículo 96 del PRCP, pudiera deducirse que el internamiento en un centro psiquiátrico puede realizarse en uno que tenga naturaleza penitenciaria o no penitenciaria (unidad de salud mental de un hospital civil), sin embargo resulta cuanto menos confuso que el art. 98, 3 del Proyecto, mencione que para acordar la continuación del internamiento, es necesario la previa propuesta de la Junta de Tratamiento, órgano que sólo existe en los centros de carácter penitenciario ordinario, no en los Hospitales Psiquiátricos Penitenciarios. 26/03/2014 Conclusiones Jornadas Fundación Manantial “Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el Proyecto de Código Penal” CONCLUSIONES b. Llama la atención el tenor del art. 98.2 PRCP que establece que “el internamiento se ejecutará en régimen cerrado cuando exista un peligro relevante de quebrantamiento de la medida o de comisión de nuevos delitos”. Ninguna aclaración hay acerca de qué ha de entenderse por “régimen cerrado”, pero cualquier establecimiento que pudiera participar de estas características y que hiciera imposible la actividades, permisos y salidas terapéuticas 8, sería incompatible con los principios de rehabilitación y recuperación que han de presidir la imposición de una medida de seguridad. Cuarta.- Con la pretendida reforma se rompe el “sistema vicarial” imperante hasta ahora en el actual Código Penal9, estableciéndose que en caso de imposición conjunta de penas privativas de libertad y medidas de seguridad, la medida se ejecutará antes de la pena, y el tiempo de la medida se abonará para el cumplimiento de la duración de la pena. Incluso, una vez finalizada la medida de seguridad, el juez o tribunal, puede suspender el cumplimiento de la pena, si con la ejecución de la misma se pusiera en peligro los efectos conseguidos a través de la medida. En el PRCP10 se quiebra ese principio vicarial ya que sólo permite abonar a la pena hasta un máximo de las ¾ partes del tiempo de cumplimiento de la medida, sin que exista justificación alguna de esta limitación. Quinta.- En cuanto a la duración del internamiento creemos que la reforma propuesta no solo supone un retroceso histórico importante, sino que tiene efectos perversos en diversos planos: a. Desde la perspectiva del paciente sometido a dicha medida se produce una situación de incertidumbre y desesperanza, que sin duda afectará negativamente a su proceso de rehabilitación. 8 En el periodo 2012-2013, en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Alicante se han efectuado 13.528 salidas terapéuticas, habiéndose beneficiado de ellas el 68% de los pacientes. 9 Artículo 99 del Código vigente 10 art. 101-1 26/03/2014 Conclusiones Jornadas Fundación Manantial “Las medidas de seguridad y el concepto de peligrosidad en el Proyecto de Código Penal” CONCLUSIONES b. Desde la óptica de los profesionales que atienden al paciente, se verá compelido a desempeñar un doble rol asistencial-pericial lo que es contrario a sus obligaciones deontológicas y que indudablemente dañará la relación terapéutica. Madrid, 14 de marzo de 2014 26/03/2014 Conclusiones Jornadas Fundación Manantial