MONOGRAFÍA TEMA: TRAUMA OCULAR AUTOR: Dra. Ana María González Orellano RESUMEN: Se definirá trauma ocular. Clasificación según zonas afectadas y tipos de traumatismo, siguiendo pautas y terminología según el BETT (Birmingham Eye Trauma Terminology). Según zonas: Globo ocular. Párpados. Anexos: sistema lagrimal. Órbita. Tipos de trauma: Globo ocular: Trauma Cerrado (pared sana) - Laceración lamelar. - Contusión. - Cuerpos extraños. - Quemaduras: Agentes químicos. Agentes físicos. Trauma Abierto (rotura en espesor completo de la pared) - Ruptura ocular. - Laceración: Herida penetrante. Cuerpo extraño intraocular. Cuantificación de la lesión por: Agudeza visual. Pupila. Zona Párpados: Quemadura. Desgarros. Ptosis. Anexos: Sistema Lagrimal: Desgarros. Arrancamiento. Órbita: Fracturas externas. Fracturas Internas o Sangrantes. Nervio óptico: Neuropatía óptica. Avulsión. SUMMARY: I will establish the ocular trauma (traumatism). Classification according to affected zones and types of traumatism, following guide lines and terminology as the BETT (Birmingham Eye Trauma Terminology). According to zones: Ocular globe. Eyelid. Anex: lachrymal system. Orbit. Types of traumatism: Ocular globe. Close trauma (wall sma) - Lamelar laceration. - Contusion or bruice. - Strange matter. - Burs: Chemical agents. Fisical agents. Open trauma (rupture in the completecloseness of the wall) - Ocular rupture. - Laceration: Penetratin wound. Strange matter intraocular. Cuantification of the lesion by: Visual sharpness. Pupil. Zone. Eyelid: Burns. Break of laceration. Ptosis. Anex: Lachrymal system: breaks. Orbit: External fractures Internal of bloody fractures. Optical nerve: Optic neuropathy. Avulsion. TEMA: TRAUMA OCULAR En primer lugar definiremos a qué llamamos traumatismo: según la Real Academia Española, es un adjetivo relativo o perteneciente a las llagas y heridas, por ejemplo: una lesión traumática. Sin embargo, esta definición ha perdido vigencia, ya que la tecnología nos permite clasificar y clarificar desde distintos puntos el tipo de lesión y el objeto con que se la produce. Se denomina traumatismo ocular a todo golpe, herida o quemadura que se aplica al globo ocular, sus anexos y órbita. Debemos ponernos de acuerdo en cuanto a la terminología que es usada actualmente por los oftalmólogos de todo el mundo. Existe internacionalmente un sistema mediante el cual, en todas las publicaciones se habla el mismo idioma. Es el BETT (Birmingham Eye Trauma Terminology). Siguiendo sus pautas, se obtiene la siguiente clasificación: El trauma se puede producir en: a) GLOBO OCULAR. b) PARPADOS. c) ANEXOS: SISTEMA LAGRIMAL. d) ORBITA. a) GLOBO OCULAR 1. Trauma cerrado o globo cerrado: Aquél en que la pared ocular, no presenta una herida que la atraviese. Puede ser causado por: I. Un elemento cortante, en cuyo caso tenemos una laceración lamelar. II. Un elemento romo, y estaremos en presencia de una contusión, ésta a su vez puede producir secundariamente: - Hemorragia subconjuntival. - Hipema (sangre en cámara anterior). - Hemorragia vítrea. - Desprendimiento de retina. - Luxación o subluxación del cristalino. - Rotura del esfínter pupilar. - Catarata traumática. - Glaucoma. - Estallido ocular. - Lesión del nervio óptico. - Fractura de la órbita. Además de las contusiones, debemos considerar dentro de lesiones con globo cerrado a: - Cuerpos extraños: - Superficiales: Corneal. Subtarsal. Ambos se observan a simple vista - Cuerpos extraños: - Intraoculares - Orbitarios. Se diagnostican con métodos de mayor complejidad. Rx (radiografías) TAC (tomografía axial computa-da) RNM (resonancia magnética) Ecografía (ultrasonido) - Quemaduras por: agentes químicos: Alcalis. Acidos. agentes físicos: Radiación ultravioleta. Radiación infrarrojos. Agentes térmicos. Cataratas por descarga eléctrica. Quemaduras por agentes químicos: Álcalis: son las más urgentes y más graves que las causadas por ácidos, debido a su rápida penetración a través de la córnea y cámara anterior. Depende más del grado de alcalinidad (pH) que del catión presente, así como de la concentración y tiempo transcurrido antes del lavado. Ácidos: como el causado por el ácido de las baterías o del ácido acético glacial, que produce sus lesiones máximas en las primeras horas y son menos invasivos y penetrantes. Se localizan en el lugar de contacto y en general no progresan al interior, salvo los ácidos que contienen metales pesados como el fluorhídrico, dando lugar a cicatrices intraoculares y formación de membranas. Producen lesiones: - ligeras: leve erosión corneal con visión borrosa que persiste en lesiones por álcalis. - moderadamente graves: opacidad corneal, borrosidad del iris y necrosis isquémica de conjuntiva y esclera (blanqueo parcial) con deterioro visual duradero. - muy graves: al grado anterior se le suma una palidez marcada de conjuntiva y esclera, mostrando un leucoma intenso del ojo, a veces con perforación corneal secundaria por exudación de enzimas liberadas por los tejidos inflamados. Quemaduras por agentes físicos: Radiación ultravioleta: es la causa más frecuente de lesión ocular por luz, ej: sopletes, lámparas solares, arcos voltaicos. Da síntomas entre 6 y 10 horas posteriores a la exposición, y los más frecuentes son: fotofobia grave, sensación de cuerpo extraño, dolor y espasmo palpebral. Radiación infrarroja: tienen poca trascendencia y producen edema y eritema palpebral transitorio con poco o nulo daño en el globo ocular. Agentes térmicos: por lo general comprometen los párpados; las más graves se producen por hierro y cristal debido a su altísimo grado de fusión (1.200 °C); el plomo, estaño y zinc funden a 1.000 °C, por lo tanto lesionan menos, aunque es frecuente una opacificación permanente del globo ocular independientemente del tipo de metal. Cataratas por descarga eléctrica: después de una agresión eléctrica debe hacerse una exploración con dilatación pupilar para descartar cataratas secundarias, que se manifiestan semanas después de la lesión; ya que el período latente va de meses a años. 2. Globo abierto: implica una herida: cuando hablamos de una solución de continuidad de espesor completo de la pared ocular. I. Ruptura ocular: causadas por objetos romos, en las que el globo se puede romper en el sitio del impacto o a distancia, ej: desprendimiento de retina, hemorragia vítrea, etc. II. Laceración: producida por un objeto cortante, en la que la herida se encuentra en el sitio mismo del impacto y puede ser de 3 tipos: - Herida penetrante: tienen puerta de entrada pero no de salida y generalmente son causadas por un objeto cortante o punzante, en córnea, esclera, o ambas. - Cuerpo extraño intraocular (CEIO): técnicamente sería una herida penetrante, pero se agrupan separadamente porque tienen distintas implicancias clínicas. En los CEIO y orbitarios, lo primero es determinar la naturaleza del mismo con un buen interrogatorio, luego Radiografía frente y perfil y TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTADA (TAC) de órbita, nunca RNM porque puede ser metálico y destruir el ojo. Si los medios son opacos o el CEIO radiotransparente, como pestañas o vidrios, la ecografía es de elección; pero puede no ser efectiva en ojos abiertos con grandes soluciones de continuidad. El 70% de los CEIO son metálicos y casi todos imantables; el 10% por explosiones con materiales como cemento y piedras; 10% otros materiales como madera, plásticos, vidrios, etc. Localización: más del 60% en humor vítreo; 15% intraretinales; 5% subretinales; 15% en cámara anterior; y 8% en cristalino. Los CEIO deben extraerse si están compuestos de sustancia vegetal, si tienen bordes afilados o si se encuentran en la parte anterior de la órbita. Muchas veces pueden dejarse en su sitio, o si son inertes, con bordes romos y están localizados en la parte posterior de la órbita. La prevención de la infección intraocular se realiza mediante el uso de ATB sistémicos desde que llega el accidentado. La elección se basa en la penetración ocular y espectro del mismo. De rutina se prefiere asociación de Vancomicina 1 g y Ceftazidima 1 g por vía IV cada 12 horas. También se pueden usar intravítreos a razón de 1g/l de Vancomicina, 2,2 g/l de Ceftazidima y 0,4 g/l de Dexametazona. Tópicamente ATB en colirio, protector ocular, etc. Podemos cuantificar el grado de la lesión según agudeza visual en: 1) Mejor que 20/40 (0,5) 2) Entre 20/50 y 20/100 (0,4 – 0,2) 3) Entre 19/100 y 5/200 (0,16 – 0,025) 4) Entre4/200 y percepción luminosa. 5) Visión cero. Según la pupila en: 1) Positivo: si el reflejo pupilar aferente relativo se encuentra presente en el ojo afectado. 2) Negativo: ausencia de reflejos pupilares en el ojo en cuestión. Según la zona: 1) Limitado a la córnea. 2) Desde el limbo hasta 5 mm para atrás. 3) Escleral, a más de 5 mm del limbo. Considerar en estas circunstancias que SIEMPRE HAY UN OBJETO RETENIDO DENTRO DEL OJO. III. Heridas perforantes: hay un orificio de entrada y uno de salida, ambos causados por el mismo agente. b) PÁRPADOS Los traumatismos palpebrales a veces ocultan lesiones del globo ocular, también debemos tener en cuenta posibles fracturas orbitarias o cuerpos extraños incrustados. Si es necesario se realizarán Radiografía y TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTADA (TAC). 1. Quemaduras: pueden ser químicas, térmicas y eléctricas. Siempre tratar primero la lesión del globo ocular; las quemaduras pueden producir retracción palpebral y ectropion (el borde del párpado rota hacia fuera del globo ocular) cicatrizal; generalmente por pérdida de tejido a veces requieren injertos dependiendo de la extensión de la lesión. 2. Desgarros: se pueden reparar hasta 12 ó 24 horas después de la lesión debido a la rica vascularización y pocas infecciones; siempre debe conservarse la mayor cantidad de tejido, si no, procede el injerto. El entropion (el borde libre del párpado se desvía hacia el globo ocular) se produce por tironeo de la conjuntiva tarsal, acompañado de lagrimeo con mayor frecuencia de injertos por la escasez de tejido. 3. Ptosis: el borde del párpado superior está anormalmente bajo, y a veces, produce oclusión; en general se produce luego de un desgarro del elevador del párpado o su aponeurosis; a veces sigue a traumatismos romos graves con edema palpebral. c) ANEXOS: SISTEMA LAGRIMAL Aunque el sistema excretor lagrimal puede estar obstruido por traumatismos en alguno de sus componentes, las lesiones más frecuentes son los desgarros de los conductos o de los puntos y la obstrucción del conducto lacrimonasal, asociadas a fracturas de la pared orbitaria nasal. - Desgarros: su reparación no es urgente debido a la cercanía de los párpados, también gozan de excelente vascularización y pocas infecciones; se puede demorar hasta 12 o 24 horas después de la lesión. Los tubos, alambres y diversas suturas deben mantenerse dentro de los conductos entre 4 y 6 semanas después de la lesión. - Arrancamientos: si afecta ambos conductos producirá obstrucción completa del flujo lagrimal en el saco. Se deberá insertar un tubo de cristal o plástico en la nariz en el momento de la primera reparación de la herida. d) ÓRBITA El trauma orbital en general es sinónimo de fractura, por las características del hueso, su fragilidad, y por ser un espacio cerrado, por zonas de iguales características y complejidad de estructuras. Se puede clasificar en 2 grupos: - Fracturas externas: que involucra una disfunción orbital propia y generalmente compromete uno de los bordes. - Fracturas internas o sangrantes: que implican una o más paredes de la órbita. Algunas fracturas de órbita implican mucosa de senos paranasales o piel, siendo éstas, compuestas. Así como también cuando se comprometen los anexos, como aparato lagrimal, que pueden estar lacerados o avulsionados, tanto los canalículos como el saco. Las hemorragias producen equimosis y exoftalmos. Las injurias de los nervios motores o de los músculos extraoculares causan ptosis (caída del párpado) y limitación de la motricidad ocular, en general esto es producido por un encarcelamiento del piso orbitario, del músculo recto inferior y/o del músculo oblicuo inferior, con test de ducción negativo, siendo el mismo: cuando con una pinza tomamos la conjuntiva y movemos el ojo en el sentido de la función muscular. También producen enfisema subcutáneo, pudiendo o no, tener la típica crepitación. Las fracturas de pared orbitonasal producen epistaxis (sangrado nasal) así como prolapsos a senos paranasales que se diagnostican generalmente con radiografías. El piso y la pared media de la órbita (orbitonasal) son las de mayor importancia en oftalmología por ser las más frecuentes. Las del piso pueden ser directas afectando el borde orbitario inferior, o indirectas, en las que el borde se mantiene intacto. Estas últimas se denominan con frecuencia fracturas por estallido, porque están producidas por la transmisión de fuerzas a través de los tejidos blandos orbitarios por un objeto no penetrante, como el puño o una pelota. Estas aparecen en el hueso fino por encima del conducto infraorbitario; pudiendo complicarse con el atrapamiento de los músculos recto u oblicuo inferior. Además de la radiografía como método de diagnóstico puede necesitarse tomografía para determinar su extensión total. Esta puede demostrar lesiones de tejidos blandos y los músculos extrínsecos atrapados. La cirugía se indica específicamente si el ojo produce un enoftalmos importante o se hunde en el seno maxilar (descenso o ptosis del globo ocular) o, si debido al atrapamiento muscular, persiste la diplopia (visión doble) vertical grave en una posición de la mirada importante desde el punto de vista funcional. Las fracturas del techo orbitario pueden englobar los senos paranasales o producir rinorrea de líquido cefalorraquídeo (LCR). Las del vértice pueden lesionar el nervio óptico. Si no hay pérdida visual importante se evaluará mediante tomografía el conducto óptico. Si existe disminución visual importante y aguda, se realizará de urgencia una descompresión quirúrgica del conducto; sin esperar a la valoración radiológica puesto que el nervio puede sufrir daños irreversibles por el retraso. La pérdida parcial o total de la visión, ya sea por tracción, sección o compresión secundaria del nervio óptico; o por interrupción de la circulación vascular se produce en aquellos traumatismos que comprometen la zona posterior de la órbita. También se produce limitación de movimientos, cuando se lesiona el tercer par craneal, que inerva los músculos recto inferior y oblicuo inferior; en este caso el test de ducción es positivo. NEUROPATIA OPTICA POSTRAUMATICA Una hemorragia en la vaina del nervio óptico, o alteración en la irrigación, pueden derivar en neuropatía óptica, ya que la presión produciría síntomas de disminución en la agudeza visual o pérdida completa de la misma. La avulsión del nervio óptico, cuando no es producida por injuria vascular, produce una proliferación masiva del tejido conectivo alrededor del disco óptico (papila óptica). Cuando hay alteraciones de las arterias ciliares posteriores los disturbios se observan a nivel del epitelio pigmentario, con ausencia del típico rojo cereza o edema central de la retina, en el segmento anterior se puede encontrar: hemorragia subconjuntival, proptosis y movimientos oculares dificultosos. Mendoza, 05 de diciembre de 2002 MONOGRAFÍA TEMA: TRAUMA OCULAR AUTOR: Dra. Ana María González Orellano BIBLIOGRAFIA 1. Jones B R: Surgical approaches to the orbit. Trans Ophtalmol Soc. UK 90:269 2. 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