ARTE, CIENCIA Y NATURALEZA Grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid La concesión de nuestra placa de honor al Grupo “Arte, Ciencia, y Naturaleza” se justifica ante todo como reconocimiento a una iniciativa novedosa, necesaria y creativa; quizá también valiente y, desde luego, ambiciosa. Una ejecutoria larga y colmada de resultados no puede darse todavía, habida cuenta de la breve historia del Grupo. A decir verdad, han hecho mucho en el tiempo que llevan trabajando, y no es su menor aportación el haber formulado unos esquemas conceptuales que fundamentan el estatuto de una nueva y necesaria interdisciplina. El Grupo “Arte, Ciencia, Naturaleza” pretende abrir un camino de encuentro entre diferentes disciplinas como la biología, la botánica, la fisiología, la zoología, la sociología y los multimedia, investigando en aplicaciones artísticas desde la escultura, el dibujo, la fotografía, la restauración, la pintura y las aplicaciones 3D, que aunque son reclamadas desde estos ámbitos no han encontrado hasta ahora el entramado y la estructura suficientes como para, de modo riguroso y en profundidad, abordar todos estos aspectos. Pretenden incrementar el conocimiento y el interés social hacia la ciencia y hacia la naturaleza, conscientes de que el arte es una óptica nueva y complementaria de la ciencia para el conocimiento de la naturaleza, o si se quiere, de la realidad cosmológica. Esta cooperación del arte con la ciencia tiene una doble dimensión: primera la que acabamos de expresar como aportación al conocimiento a través de una nueva óptica complementaria en el terreno heurístico y de la invención; segunda como aportación a la divulgación de la ciencia y de su interés social. De la primera dimensión hay ejemplos ya clásicos que conviene recordar. La gran aportación de Celestino Mutis para el conocimiento de la flora americana no habría podido hacerse sin el concurso del arte del dibujo en época en que no existía la fotografía. Algo parecido podríamos decir de los viajes de Alexander Humbold o del mismo Darwin. Más notable es todavía la adivinación certera del trazado de la red nerviosa del cuerpo humano que hizo Ramón y Cajal a través de dibujos todavía vigentes. El mismo fue también un expertísimo utilizador del arte fotográfica. Más antiguas son las plasmaciones de la realidad teológica en las vidrieras góticas o las intencionadas abstracciones del arte de las cavernas, aunque no sepamos con certeza cuál era su relación con la realidad. Las modernas técnicas fotográficas y de informática permiten la recuperación de importantes fondos museísticos relegados a un desván y aun deteriorados, cuya recuperación, restauración y puesta a la luz vuelven a poner en circulación conocimientos valiosos y acaso ignorados en nuestro tiempo. La segunda dimensión, es decir, la divulgativa tiene mucho que ver con la actual proliferación de museos, de planetarios, de parques zoológicos, de parques botánicos cuya finalidad docente y aun fruitiva requieren una permanente puesta en escena, un efectismo emocional, mediante la instalación de maquetas, volúmenes, esculturas, luces y sonidos que son dominio del artista y aun del tratadista de Bellas Artes. Esta labor divulgadora de los artistas difundirá socialmente el interés por la ciencia y contribuirá no poco a la formación en el pueblo español de una cultura científica cuya menguada existencia es causa de que la investigación científica no recabe la atención política y presupuestaria que la ciencia merece. Hay un aspecto de especial modernidad en el que me parece que este grupo de “Arte, Ciencia y Naturaleza” tiene una peculiar misión que cumplir. Es una sugerencia que yo les brindo y se refiere a la singular relación que siempre ha existido entre el arte y el reflejo de la realidad. Nuestro mundo, nuestra época se caracteriza por el descubrimiento de nuevos ámbitos de realidad. La física intraatómica, la biología molecular, las redes cristalográficas sugieren imágenes que plasman los resultados obtenidos por las leyes internas de la matemática, que por una ya no tan sorprendente correspondencia, ponen en evidencia la identidad entre la matemática y la realidad física profunda. Esta condición pitagórica de la realidad profunda hace posible al físico avanzar sin más ayuda que la pizarra y la tiza. Lo que es verdad en la lógica matemática se descubre ser también real en los componentes del cosmos y, ¡oh sorpresa! hasta en el propio funcionamiento de la menta humana. Pues bien, el artista siempre ha querido reflejar la realidad, y si quiere seguir siendo fiel a este envite de la realidad profunda tiene que afrontar este nuevo reto de los tiempos. ¿Como representar el mundo intraatómico, el mundo de la molécula viva, el mundo de las estructuras moleculares y de los cristales ? Evidentemente, una pintura del mundo intraatómico presentará una factura de apariencia abstracta, pero ni Picasso, ni Braque, ni Kandinsky, ni Klee, ni Mondrian, ni Malevich pensaron en hacer imágenes figurativas de la realidad profunda. Ellos son abstractos y de ningún modo figurativos o retratistas de la realidad. Ahora bien, ellos trocearon y crearon formas, definieron tratamientos del color, de la luz, y de la geometría que habrán de servir para mucho a quienes intenten adentrarse en la realidad profunda con intención figurativa. Ahí os dejo esta difícil sugerencia que no sé si os podrá aprovechar. El grupo “Arte, Ciencia, Naturaleza” ha firmado acuerdos con el Museo Nacional de Ciencias Naturales, con el Jardín Botánico, con el Zoo-Acuarium, con Faunia. Prepara Cursos de Lenguajes y Técnicas Artísticas ... Y una cosa digna de toda reverencia tenemos que decir de ellos…Resulta que ganan dinero. ¿Qué dato más elocuente podemos decir de su excelencia?