¿El cuerpo una prótesis “integrado”? Les propongo leer estos fragmentos para abordar el tema de la prótesis. Ese tema surgió en el taller de “La subjetividad on line” respecto del nudo de la máquina, por ejemplo, la computadora, como siendo una extensión del cuerpo. Esta extensión surge de testimonios de quienes habitan en la red, y dan cuenta de sus experiencias. Son una serie de lugares en la obra de Freud y de Jacques Lacan donde aparece el término “prótesis”, por el momento deje excluido el término “maquina”. Esta búsqueda no es exhaustiva. Luego de la cita hare algunas consideraciones sobre el tema. La interpretación de los sueños. (1900 [1899]) «FLectere si nequeo superos, Acheronta movebo». La edición de Amorrortu de la obra Freud, incluye un pie de página que acompaña a la cita. El pie de página corresponde a una carta de Freud dirigida a Werner Achelis, el 30 de enero de 1927, Freud al terminar su carta le interroga sobre por qué localiza –su interlocutor- un componente “prometeico” en la cita mencionada. Freud no nota en cuenta las posibilidades abiertas por el campo del lenguaje al citar esa cita y pretende circunscribir sólo uno de los sentidos ¿Será así? Prometeo al “robar” el fuego a los dioses, quizás inicia, el camino de las extensiones corporales. La interpretación de los sueños. (1900[1899]) En el sueño inaugural de la “inyección de Irma” aparecen dos prótesis “Un gran vestíbulo -muchos invitados, a quienes nosotros recibimos. - Entre ellos Irma, a quien enseguida llevo aparte como para responder a su carta, y para reprocharle que todavía no acepte la «solución». Le digo: «Si todavía tienes dolores, es realmente por tu exclusiva culpa». - Ella responde: «Si supieses los dolores que tengo ahora en el cuello, el estómago y el vientre; me siento oprimida». - Yo me aterro y la miro. Ella se ve pálida y abotagada; pienso que después de todo he descuidado sin duda algo orgánico. La llevo basta la ventana y reviso el interior de su garganta. Se muestra un poco renuente, como las mujeres que llevan dentadura postiza. Pienso entre mí que en modo alguno tiene necesidad de ello. - Después la boca se abre bien, y hallo a la derecha una gran mancha blanca, y en otras partes veo extrañas formaciones rugosas, que manifiestamente están modeladas como los cornetes nasales, extensas escaras blancogrisáceas. - Aprisa llamo al doctor M*, quien repite el examen y lo confirma. . . El doctor M. se ve enteramente distinto que de ordinario; está muy pálido, cojea, está sin barba en el mentón ... Ahora también está de pie junto a ella mi amigo Otto, y mi amigo Leopold la percute a través del corsé y dice: «Tiene una matidez abajo a la izquierda», y también señala una parte de la piel infiltrada en el hombro izquierdo (lo que yo siento como él, a pesar del vestido) ... M. dice: «No hay duda, es una infección, pero no es nada; sobrevendrá todavía una disentería y se eliminará el veneno» ... Inmediatamente nosotros sabemos de dónde viene la infección. No hace mucho mi amigo Otto, en una ocasión en que ella se sentía mal, le dio una inyección con un preparado de propilo, propiteno ... ácido propiónico ... trimetilamina (cuya fórmula veo ante mí escrita con caracteres gruesos) ... No se dan esas inyecciones tan a la ligera ... Es probable también que la jeringa no estuviera limpia.” Adición metapsicológica a la teoría de los sueños 1915[1917] Hemos de comprobar repetidamente cuán ventajoso es para nuestra investigación comparar entre sí determinados estados y fenómenos, que podemos considerar como prototipos normales de ciertas afecciones patológicas. A este género pertenecen ciertos estados afectivos, como la aflicción y el enamoramiento, y otros de diferente naturaleza, entre los cuales citaremos el estado de reposo (dormir) y el fenómeno onírico. Al acostarse, con el propósito de dormir, se despoja el hombre de todas aquellas envolturas que encubren su cuerpo y de aquellos objetos que constituyen un complemento de sus órganos somáticos o una sustitución de parte de su cuerpo; esto es, de los lentes, la peluca, la dentadura postiza, etc., y obra igualmente con su psiquismo desvistiéndolo y renunciando a la mayoría de sus adquisiciones psíquicas; reconstituyendo de este modo, en ambos casos, la situación que hubo de ser el punto de partida de su vida. El dormir es, somáticamente, una reactivación de la existencia intrauterina, con todas sus características de quietud, calor y ausencia de estímulo. Muchos hombres llegan incluso a tomar durante su sueño la posición fetal. El estado psíquico del durmiente se caracteriza por un retraimiento casi absoluto del mundo circundante y la cesación de todo interés hacia él. Freud, 1930, El Malestar en la cultura, escribe: Entre ellas, la domesticación del fuego sobresale como un logro extraordinario, sin precedentes, con los otros, el ser humano no hizo sino avanzar por caminos que desde siempre había transitado siguiendo incitaciones fáciles de colegir. Con ayuda de todas sus herramientas, el hombre perfecciona sus órganos -los motrices así como los sensoriales- o remueve los límites de su operación. Los motores ponen a su disposición fuerzas enormes que puede enviar en la dirección que quiera como a sus músculos; el barco y el avión hacen que ni el agua ni el aire constituyan obstáculos para su marcha. Con las gafas corrige los defectos de las lentes de sus ojos; con el largavista atisba lejanos horizontes, con el microscopio vence los límites de lo visible, que le imponía la estructura de su retina. Mediante la cámara fotográfica ha creado un instrumento que retiene las impresiones visuales fugitivas, lo mismo que el disco del gramófono le permite hacer con las impresiones auditivas, tan pasajeras como aquellas; en el fondo, ambos son materializaciones de la facultad de recordar, de su memoria, que le ha sido dada. Con ayuda del teléfono escucha desde distancias que aun los cuentos de hadas respetarían por inalcanzables; la escritura es originariamente el lenguaje del ausente, la vivienda un sustituto del seno materno, esa primera morada, siempre añorada probablemente, en la que uno estuvo seguro y se sentía tan bien. No sólo parece un cuento de hadas; es directamente el cumplimiento de todos los deseos de los cuentos -no; de la mayoría de ellos- lo que el hombre ha conseguido mediante su ciencia y su técnica sobre esta tierra donde emergió al comienzo como un animal endeble y donde cada individuo de su especie tiene que ingresar de nuevo como un lactante desvalido («oh inch of nature!»).'Todo este patrimonio puede reclamar él como adquisición cultural. En tiempos remotos se había formado una representación ideal de omnipotencia y omnisapiencia que encarnó en sus dioses. Les atribuyó todo lo que parecía inasequible a sus deseos -o le era prohibido-. Es lícito decir, por eso, que tales dioses eran ideales de cultura. Ahora se ha acercado tanto al logro de ese ideal que casi ha devenido un dios él mismo. Claro que sólo en la medida en que según el juicio universal de los hombres se suelen alcanzar los ideales. No completamente: en ciertos puntos en modo alguno, en otros sólo a medias. El hombre se ha convertido en una suerte de dios prótesis, por así decir, verdaderamente grandioso cuando se coloca todos sus órganos auxiliares; pero estos no se han integrado con él, y en ocasiones le dan todavía mucho trabajo. Es cierto que tiene derecho a consolarse pensando que ese desarrollo no ha concluido en el año 1930 d. C. Épocas futuras traerán consigo nuevos progresos, acaso de magnitud inimaginable, en este ámbito de la cultura, y no harán sino aumentar la semejanza con un dios. Ahora bien, en interés de nuestra indagación no debernos olvidar que el ser humano de nuestros días no se siente feliz en su semejanza con un dios. Lacan, la prótesis, los objetos “a” La familia: Estas neurosis, desde la época de las primeras adivinaciones freudianas, parecen haber evolucionado en el sentido de un complejo caracterial, en el que, tanto por la especificidad de su forma como por su generalización (constituye el núcleo de la mayor parte de las neurosis), podemos reconocer la gran neurosis contemporánea. Nuestra experiencia nos lleva a ubicar su determinación principal en la personalidad del padre, carente siempre de algún modo, ausente, humillada, dividida o postiza. Es esta carencia la que, de acuerdo con nuestra concepción del Edipo, determina el agotamiento del ímpetu instintivo así como el de la dialéctica de las sublimaciones. Madrinas siniestras instaladas en la cuna del neurótico, la impotencia v la utopía recluyen su ambición, tanto si él sofoca en sí mismo las creaciones que espera el mundo al que llega, como si, en el objeto que propone a su rebelión, ignora su propio movimiento. Acerca de la causalidad psíquica, 28 /09/1946 En verdad, he llevado un poco más lejos mi concepción del sentido existencial del fenómeno, comprendiéndolo en su relación con lo que he denominado prematuración del nacimiento en el hombre, o sea, en otros términos, la incompletud y el "atraso" del desarrollo del neuroeje durante los primeros seis meses, fenómenos bien conocidos por los anatomistas y, por lo demás, patentes, desde que el hombre es hombre, en la incoordinación motriz y equilibratoria del lactante, y que probablemente no carece de vinculación con el proceso de fetalización, en el que Bolk ve el resorte del desarrollo superior de las vesículas encefálicas en el hombre. Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano, septiembre 1960 Tal es la mujer detrás de su velo: es la ausencia de pene la que la hace falo, objeto del deseo. Evocad esa ausencia de una manera más precisa haciéndole llevar un lindo postizo bajo un disfraz de baile, y me diréis qué tal, o más bien me lo dirá ella: el efecto está garantizado 100 %, queremos decir ante hombres sin ambages. 17 de febrero de 1971 Porque en fin hay necesidad de indicar que esta relación del hombre y de la mujer, en tanto que es por la ley, la ley llamada sexual, radicalmente falseada, es ese algo que no obstante deja deseando que para cada uno exista su cada una para responderle. Si eso ocurre, ¿Qué se dirá?. No por cierto que allí estaba cosa natural, ya que no hay a este respecto naturaleza, ya que la mujer no existe. Que exista, es un sueño de mujer, pero es el sueño de donde salió Don Juan. ¡Si hubiera un hombre para quien la mujer exista, sería maravilloso!. 9 de marzo de 1976 No deja de ser cierto que, si algo en la historia puede ser supuesto, esto es que el 0conjunto de las mujeres las que, ante una lengua que se descompone -el latín en este caso, ya que es de eso que se trataba en el origen de nuestras lenguas- que es el conjunto de las mujeres la que engendran lo que he llamado lalengua. Es este decir interrogado sobre lo que es de la lengua, sobre lo que ha podido guiar a un sexo sobre los dos hacia lo que llamaría esta prótesis del equívoco; pues lo que caracteriza a lalengua entre todas, son los equívocos que son posibles en ella. Es lo que he ilustrado con el equívoco de deux (dos) D-E-U-X- con d´eux (de ellos). Un conjunto de mujeres ha engendrado en cada caso lalengua La cuestión de la prótesis, la extensión del cuerpo: La frase inicial de “La interpretación de los sueños” junto o no con la interpretación que Freud le da, introduce el tema de buscar una extensión para alcanzar la, por ejemplo, la “verdad” del sueño, de cada sueño. En el sueño conocido como “La inyección de Irma” aparecen en escena tres postizos o tres prótesis. La dentadura postiza, la inyección y el dedo o los dedos exploradores de Freud –y sus socios-. El dedo o los dedos de Freud funcionan en el sueño como un “baja lengua” que le permiten revisar la garganta de Irma, revelan así su empleo como una extensión del cuerpo. Ese fragmento del cuerpo se inscribe haciendo serie con al “dentadura postiza” y la “inyección” A partir de la observación de Freud respecto del acto de ir a dormir y la consiguiente desnudez del cuerpo (1915) podemos abrir una pregunta ¿Cuando el cuerpo está desnudo cómo queda vestido? ¿Cómo se sabe que las extremidades le pertenecen?¿Cuál es el lugar que toman en ese momento el resto de los agujeros corporales? Y además, por otro lado, cuando estamos “despiertos” resulta que el conjunto de los agujeros corporales y las diversas extremidades funcionan como extensión, como si extensión debido a los componentes pulsionales, dado que en forma “natural” nada articula la boca con el besar, el besar es una extensión de la boca “natural”. Lacan en su texto de “Acerca de la causalidad psíquica” texto dado en un encuentro destinado a interrogar la “psicogénesis”-termino que casi 10 años más tarde, el indicará como uno de los secretos del psicoanálisis” No hay psicogénesis”-, allí Lacan recupera sus apoyos tomados de Bolk quien desplego la temática del neoteno: El hombre no desciende del mono, sino del feto del mono, y por consecuencia nace, se desarrolla y muere sin salir de la fetalización: es un feto con actividad sexual . Está temática está desplegada en su texto de 1938, La familia, allí también se apoyo en las tesis de Bolk (Louis Bolk,1866-1930, embriólogo holandés, ver el texto de Dany-Robert Dufour, Lacan y el espejo sofiánico de Boehme. Fundap, Querétaro, México, 2005). Lacan vuelve a Bolk en su texto de 1974, La tercera, allí parece indicar que la neotenia estudiada por Bolk sería la causa real del impacto del imaginario en el mundo humano. Esas tesis desplegadas implican que el cuerpo humano es una construcción y que, en consecuencia, desde el punto de vista erótico, los componentes del cuerpo son extensiones que del cuerpo logradas por la erótica, no pertenecen a su estructura biológica: dicho de otra forma , una mano, un brazo, las extensiones superiores son parte de la construcción de un cuerpo, no son “ya” parte del mismo. Son nudos de prótesis. En el “El fracaso del Un-desliz es el amor. A la manera del seminario oral de Jacques Lacan, 1976/1977” Lacan va desplegar la proposición del cuerpo tórico, de que el cuerpo es un toro y, una consecuencia, de semejante proposición es que entonces el cuerpo es un nudo de articulaciones. Esas articulaciones no tienen un componente natural previo, sino son el resultado de las formas y estructuras de los nudos de un cuerpo. Esa proposición lleva hasta sus últimas consecuencias la articulación topológica del “interior” y el “exterior”, entonces ¿Cómo abordar la temática de una máquina, por ejemplo, la computadora como una extensión del cuerpo? Convendría recordar los aparatos ópticos desplegados por Lacan para dar cuenta de la “instalación” del Yo en el cuerpo mediante la imagen, es una máquina óptica y es una instalación a la manera de las instalaciones performativas de ciertas prácticas del arte. El texto de Beatriz Preciado “Manifiesto contra sexual” revela alguna líneas paa continuar esta investigación al formular que: “La contra-sexualidad no es la creación de una nueve naturaleza, sino más bien el fin de la naturaleza como orden que legítima la sujeción de unos cuerpos a otros…En el marco del contrato contra-sexual , los cuerpos se reconocen a sí mismos no como hombres, o mujeres, sino como cuerpos parlantes…” Alberto Sladogna 18 de enero del 2009.-