Lic. Ana Buzzi “La justicia es la verdad en acción” Joseph Joubert Psicología del Arbitraje La Psicología Aplicada al Deporte y a la Actividad Física es relativamente nueva. Esto implica que hace muy pocas décadas en que se han impreso las primeras líneas sobre estos temas. Los trabajos que pueden leerse se basan en las necesidades y características psicológicas de los diferentes actores de la escena deportiva: jugadores, entrenadores, padres de niños deportistas, público y árbitros. Frente a esto puede comprobarse muy fácilmente, que de todos los participantes antes mencionados, el de los árbitros es en el que menos se ha reparado. Sin embargo, sin árbitros no se puede hablar de deporte, sí de actividad física. El deporte presupone un reglamento que le da carácter social, regula el juego estableciendo normas, arbitrarias, que se van a observar en la práctica. Este: regula las actividades que se pueden hacer o no. prescribe las pautas relativas a cómo llevarlas acabo. establece las normas para valorar o decidir respecto a la actuación de un deportista. Sin dudas, el Arbitraje Deportivo es una actividad sumamente compleja. Baste decir que la tarea ha de ser ejercitada en décimas de segundos y a veces, llevada a cabo en condiciones de presión. La principal función del árbitro es decidir. Esta no es una acción concreta sino el resultado de un proceso: “la interacción resultante de distintas actividades –sobre todo percibir e interpretar- que el árbitro lleva a cabo, de manera simultánea, sincrónica”. El percibir-observar se construye, obviamente, sobre un sustrato biológico a través de los sistemas sensoriales, fundamentalmente la vista y el oído. Para interpretar, en cambio, entran en juego los criterios de medición y/o valoración de los hechos observados. Una de las cuestiones que más dificultad presenta en todos los deportes es, justamente, lograr un criterio unificado. Es decir, interpretar lo mismo en la comparación de la acción percibida con el reglamento. Para ello es necesario el conocimiento profundo del reglamento. Esto conlleva un aprendizaje. Pero además, ser competente en su aplicación. Son cosas diferentes. No debe presuponerse que de la primera deriva automáticamente la segunda. Por esto es importante que, las comisiones técnicas, intenten unificar los criterios de sus colectivos arbitrales, de manera que los mismos hechos sean percibidos e interpretados de la misma manera. Contando con la imposibilidad práctica de abarcar toda la casuística de eventos, situaciones y contextos, se trata de unificar para que aparezca lo menos posible, la apreciación, que es el aspecto más subjetivo en la interpretación del juez. Sería interesante que el juez se maneje con la idea de un reglamento vivo, que cambia, que se “construye” todo el tiempo, que necesita ser repensado y del cual debe apropiarse a su manera pero, a la vez, con un criterio lo más unificado posible con sus pares. El consenso es necesario. A fin de seguir pensando, he aquí algunas de las condiciones que aparecen en árbitros destacados son: Liderazgo Seguridad en sí mismo Energía Espontaneidad y adherencia a normas sociales Disfrute del trabajo Valoración de la camaradería entre sus colegas Capacidad de trabajo “en equipo” con su par. Autocrítica-Formación permanente. Para que redunden en las características de un buen arbitraje: 1 Imparcialidad Consistencia Resistencia psíquica Toma de decisiones rápida y acertada Buena comunicación con los deportistas y entrenadores Calma y comportamiento eficaz en situaciones difíciles Entonces, hay 3 áreas importantes, que influyen en la acción del árbitro: Física: su preparación física, nivel de visión, velocidad de reacción, etc. Técnica: grado de conocimiento del reglamento, uso de una señalización eficaz, etc. Psicológica: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. alto nivel de concentración autoconfianza motivación-energía comunicación adecuada (fuera y dentro de la cancha) control y equilibrio emocional interacción eficaz con otros jueces, trabajo en equipo autocrítica. tolerancia a la frustración perseverancia autodisciplina Área psicológica: Una buena actuación implica, por parte de los árbitros, control, seguridad y confianza en sí mismos, coherencia en sus actuaciones, habilidades sociales, ajustes a los principios de la Ética y la deontología1 profesional, transmitir sensación de credibilidad y desempeñarse con profesionalidad y compromiso. Estas características están inscriptas en forma particular según la historia personal de cada sujeto y es esperable que influyan en su rendimiento. Cada árbitro tendrá su estilo propio. Pero, a través de la ayuda del conocimiento personal, este árbitro podrá “ajustar” algunas cuestiones que afectan su desempeño. A modo de ejemplo: La activación general del organismo es una respuesta en la que intervienen el sistema nervioso central y el sistema neurovegetativo. Básicamente, al aumentar la activación general, aumentan el estado de alerta, la actividad somática y la actividad simpática. Esto supone, por ejemplo, que al aumentar el nivel de activación general de un árbitro durante un partido, su atención estará más alerta respecto a determinados estímulos (en detrimento de otros), aumentará su tensión muscular y se incrementará su tasa cardíaca. Debería ser esperable que un árbitro, a través del tiempo, conozca su grado óptimo de activación, en el que puede desempeñarse muy bien. Así, poder “activarse” cuando llega a un partido con un bajo estado de vigilia y al contrario, poder bajar cuando la activación es desmedida. Se puede trabajar cada área. Así como los deportistas aprenden a mejorar las zonas de mayor dificultad, también los árbitros pueden y deben “entrenar” las cuestiones que más resistencias despiertan. Recordar que un juez, un árbitro, representa la justicia, no la encarna. Reconocer las limitaciones. Cuando no se está en condiciones psicológicas para dirigir, se debe prescindir de hacerlo. Y saber que el error es parte del ejercicio de la función. Que se convivirá con él, sin ser esto el fin. 1 Tratado de los deberes y derechos 2 La función educativa del árbitro deportivo en la etapa de Iniciación deportiva “Nuestro objetivo no es sólo servir de jueces… sino también servir como educadores de los miles de niños y jóvenes con los que interactuamos utilizando el deporte como medio” “Tiro Libre”2 El deporte de iniciación se puede considerar el marco ideal para llevar a cabo la educación de los miembros de la comunidad deportiva: dirigentes, padres, profesores, árbitros y niños. Las condiciones que se dan cuando se comienza a practicar una actividad deportiva son las ideales para procurar el enfoque educativo. El deporte educativo apunta a que: lo importante no es ganar sino divertirse y jugar bien el contrincante es nuestro compañero de juego las reglas deben respetarse porque garantizan la convivencia perder no disminuye en nada nuestro valor como personas Los árbitros deben regirse por estos principios. Deben procurar que el deporte constituya para los niños una fuente de valores que permitan un mejor desarrollo personal y un estilo de vida saludable así como un aprendizaje correcto de la modalidad propia del deporte. Colaborar con un adecuado clima en el campo de juego, dirigir y controlar las situaciones que se vayan desencadenando serán funciones del árbitro. Los niños que comienzan a competir tienen ante sí una situación completamente novedosa, en la que el árbitro se percibe como la autoridad (desde un punto de vista positivo) que ayudará al buen desarrollo del juego. En estas categorías los participantes no suelen rebatir las decisiones arbitrales y creen fielmente en las mismas, por lo que es “ideal” para crear una base sólida para la percepción del árbitro. Serán algunos de sus objetivos: No limitarse única y exclusivamente a que los jugadores cumplan las normas, tiene que ser educador. Demostrar cualidades individuales y sociales que desee en los deportistas (predicar con el ejemplo) Ayudar a comprender los valores internos del deporte, con la finalidad de que los interioricen y transfieran a otras situaciones de su vida. Propender al aprendizaje correcto de las reglas, buscando un mayor conocimiento y una mayor difusión de ese deporte. Garantizar el juego limpio. Utilizar una señalización sencilla, adaptada y de ser necesario, explicada. La tarea de un árbitro escolar o de niños es ayudar a crear un entorno deportivo para el niño, donde éste vaya adquiriendo los conocimientos más básicos sobre el deporte que practica. También desterrar cualquier acto de violencia, tanto verbal como física. Cuidar la integridad física. Cuando no se comprenda la falta, hay que explicar clara y concisamente y en lo posible, para todos. Veamos3: Características del atleta infantil 2 3 sociales Preocupados solo por ellos Están aprendiendo destrezas (atléticas y sociales) Aprender a como cooperar Respetar de donde vienen (ambiente y cultura) Aprender a ganar y perder Que esperar del arbitro Deben promover cooperación, trabajo en equipo y juego limpio Reforzar el aspecto de divertirse al jugar Proveer un ambiente adecuado y seguro Demostrar sensibilidad a las diferencias individuales Revista del Club de Árbitros de Puerto Rico Tabla extraída de la Comisión Australiana para Deporte Infantil 3 Nivel de conocimiento atleta infantil Que esperar del arbitro Aprender la mejor manera de hacer las cosas No pueden procesar demasiada información No hacen cosas de forma automática (son procesos y toman tiempo) Características físicas atleta infantil de Mantener las instrucciones simples y cortas Esperar un tiempo en lo que se entiende la información Refuerza y alaba algo bien hecho Que esperar del arbitro Bien activos Falta de control motor Tienen diferentes habilidades Crecen rápido No toleran bien calor ni frío Se desarrollan de forma distinta aún en los mismos grupos: algunos temprano, otros un poco mas tarde. Características del atleta infantil personalidad Se motiva fácilmente Tiene amplias razones para practicar deporte Sensitivos a la crítica y fracaso Poco tiempo de atención Deben estar conscientes de que sus habilidades van a variar dentro del grupo en que se encuentran Deben entender que los períodos de crecimiento van a alterar su coordinación y sus destrezas Que esperar del arbitro Es clave escuchar que te dicen Sé positivo siempre Elogia el esfuerzo Por todo ello, el árbitro es una pieza clave para ayudar a que el niño, en esta etapa, siga jugando, colaborando con que deje la competencia para más adelante, cuando esté realmente preparado. Desde su conducta, como autoridad del certamen, puede acompañar a ese novel deportista en el aprendizaje de las reglas que lo incluirán en una actividad social, y cuyas premisas puedan ser una guía en el resto de las situaciones de su vida. No olvidar que la principal tarea será la de ser educador dentro de la escena deportiva. Bibliografía: García Guillén, Félix “Psicología del Arbitraje y Juicio Deportivo”, Barcelona, Ed. Inde. Caracuel, J.C. “Análisis Psicológico del Arbitraje y Juicio Deportivo”, En Motricidad (US). Vol. I -N°1, Mayo 1999 Riera, J. “Introducción a la Psicología del Deporte”, Barcelona, Ed. Martínez, 1985. Betancor León, M. Ángel, “El Árbitro de Baloncesto. Principios y Bases Teóricas sobre su Formación”, Las Palmas, Artículo. Enero 2002. Buceta, J.M. y Bueno, A.M. “Intervención Psicológica y Salud: Control del Estrés y Conductas de Riesgo”, Madrid: Ed. Dykinson. 2001 Cruz, J. Asesoramiento Psicológico en el arbitraje y juicio deportivo en “Psicología del Deporte”, Madrid, Ed. Síntesis. 1997 4