Niños comiendo racimo y melón:

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Niños comiendo racimo y melón:
FICHA TÉCNICA:
Nombre: Niños comiendo uva y melón
Localización: Alta Pinacoteca en Munich
Cronología: 1650
Pintor: Murillo
Estilo: Barroco español
Técnica: Óleo
Soporte: Tela
Dimensiones: 1,45 x 1,06 m
Temática: Costrumbrista
CONTEXTO:
-Contexto histórico-político: Felipe II murió el 1598 y su hijo Felipe III lo
sucedió en el trono. Durante su reinado se vivió un periodo de paz tanto
en España como en Europa. En política interna se producen algunos
intentos de solucionar la crisis, como las reformas propuesta por el
Conde Duque de Olivares. A partir de los años cuarenta se produjeron
numerosas rebeliones. En política exterior, la Pau de Westfalia, con la
que se finalizaba la guerra de los Treinta Años, obligo a España a
reconocer la independencia de Holanda, aunque se concreto hasta
1659 en la Paz de los Pirineos, donde España también perdió la
hegemonía en Francia. La muerte sin descendencia el 1700 de Carlos II,
provoco una guerra de Sucesión entre Felipe de Anjou y Carlos de
Austria. En 1713 la Pau De Utrecht puso fin al enfrentamiento y reconocía
a Felipe V como rey, con el cual empezaba la dinastía borbónica.
-Económico: La agricultura fue la principal actividad económica en el
siglo XVII. La ganadería, la metalurgia y la construcción naval sufrieron
retrocesos, sobretodo a partir de la recesión del comercio con América.
El comercio interior se vio perjudicado por las aduanas, y el exterior se
centro en la exportación de materias primas.
-Social: Durante el siglo XVII se produjo una importante crisis
demográfica causada por las epidemias de peste. También la fuerte
emigración hacia América a causa de la expulsión de los moriscos.
-Cultural: La visión optimista e idealista de la vida que tenia el
Renacimiento se vio sustituida por una visión pesimista y realista. En
literatura se produjo el fenómeno del Siglo de Oro (Góngora, Calderón,
Quevedo).
-Religión: En el ámbito religioso, el siglo XVII fue una época de esplendor
para la Iglesia. Es la época de máximo éxito de la Contrareforma.
BIOGRAFÍA DEL AUTOR:
Bartolomé Esteban Murillo es uno de los pintores con más
reconocimiento del Siglo de Oro español. No disponemos de muchos
datos sobre su formación pero parece ser que comenzó pintando con
un registro naturalista como el de Zurbarán.
Después del éxito conseguido con una serie de telas para el
monasterio de Sevilla, desplazó a Zurbarán como pintor principal de la
ciudad y conservar ese prestigio hasta el fin de sus días.
En 1660, en colaboración con Valdés Real y Francisco Herrera, fundó
una academia de pintura en Sevilla y fue su primer presidente.
ESTILO:
El siglo XVII está considerado como el siglo de Oro de la pintura
española. Es fundamentalmente religiosa, puesto que la Iglesia y la
monarquía son los principales clientes. La pintura mitológica y de
género es escasa. Solo el retrato y la naturaleza muerta muestran
ejemplos significativos. Características más importantes: el realismo y la
religiosidad. Realismo puesto al servicio de la religión. Existen tres focos
principales: Valencia (sobretodo en la primera mitad del siglo), Sevilla y
Madrid. Diferencias entre primera y segunda mitad del siglo XVII: La
pintura de carácter realista, con presencia de elementos tenebristas
italianos y de severas formas y colores, da paso en la segunda mitad del
siglo a una pintura más dinámica y colorista.
Escuela andaluza: Sevilla
-Francisco de Zurbarán (1598 – 1664): es considerado el pintor monástico
por excelencia, en su producción dominan las series monacales
impregnadas de un estilo personal caracterizado por la sencillez y la
cotidianidad con que es capaz de representar los estados más
elevados del alma y la vida dentro de los monasterios. La mayor parte
de la obra de Zurbarán fue religiosa, donde destacamos San Hugo
visitando al refetor. Otras temáticas que sobresalen en su obra son las
naturas muertas y los objetos domésticos.
-Bartolomé Esteban Murillo (1617 -1682): Su pintura, llena de gracia y de
delicadeza, coincide con el gusto del momento. Por medio de la
delicadeza y la dulzura, Murillo supo acercar la religión a la vida
cotidiana. Sus obras más populares son las marianas, especialmente las
Inmaculadas, muy humanizadas y normalmente con el rostro de niñas.
Aunque también destacan otras obras con niños como figuras
principales, como el que estamos comentando.
DESCRIPCIÓN FORMAL:
El cromatismo en este cuadro destaca por los colores terrosos, que
contrastan sin estridencias con la claridad del blanco de la camisa y del
melón.
En primer plano, y completamente indiferentes a la mirada del
espectador, se ven dos niños comiendo glotonamente uva y melón.
Murillo sitúa el eje central de la diagonal compositiva la mirada
recíproca de los niños. Esta se relaciona con otras acciones y con los
objetos, y consigue así que el espectador, de manera inevitable fije la
mirada en el punto del foco principal.
Esta fuerza centrípeta, dirigida hacia el centro de la acción i de los
elementos, se refuerza por el foco de luz intangible que ilumina la
escena en diagonal por la izquierda y que deja en penumbra el fondo
del cuadro. La suavidad de la luz por la técnica del clarobsacuro es
utilizada por el pintor para perfilar los contornos y remarcar el volumen
de las figuras, tratadas con pinceladas suaves y harmoniosas, que no
rebajan en ningún caso la perfección realista, especialmente en las
frutas en los detalles como el de la presencia de dos moscas sobre el
melón.
Son muy características las vestiduras que resaltan la pobreza y el
cuerpo de los niños, no realza el hambre del momento en la ciudad.
TEMÁTICA:
En este cuadro es un ejemplo perfecto de los cuadros de temática
popular que hizo este pintor Sevillano. Murillo, que reproduce aquí el
ejemplo típico de este tipo de obras, presenta dos niños de la calle, con
unos vestidos con vestiduras pobres, que comen fruta. A pesar de la
dejadez de los vestidos, el pintor no quiere componer una imagen triste
y miserable de los personajes, sino mostrar a los niños como pícaros en
una escena sencilla y llena de vida.
En esta época Sevilla padecía muchas epidemias de hambres. Los
grupos de niños delgados, huérfanos o abandonados que corrían por
las calles captaban la influencia de personas como Murillo que vivían en
el centro de le ciudad. Pero los niños pintados por el artista sevillano
tienes la apariencia de estar bien alimentados y de ser autosuficientes, a
pesar de la falta al menos aparente de la tutela adulta.
INFLUENCIAS:
La tela muestra claras influencias naturalistas del arte de Caravaggio,
evidente no sólo en un cierto clarobscuro heredado de Zurbarán, sino
también en la reproducción fiel de la realidad, que muestra detalles
como la suciedad de los pies de los personajes.
La pincelada sueltas y los efectos de vaporosidad y transparencia
que se observa en la obra son fruto de sus contactos con el pintor
sevillano Francisco Herrera y de la pintura veneciana.
La obra de Murillo tuvo muchos seguidores y influyó en la pintura
Sevillana y Europea, particularmente inglesa hasta el siglo XIX. En
Inglaterra, Reynolds revolucionó su manera artística que en el caso de la
pintura costumbrista fue consumida no por la sociedad Sevillana, sino
por los comerciantes extranjeros, hecho que explica la poca obra de
Murillo que hay en las colecciones de los museos españoles.
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