CARACTERÍSTICAS ESPECÍFICAS DE LA EDUCACIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL. Pilar Aguirre Díaz Directora Escuela Santa Lucía Año 2005 Definición de conceptos claves. Educación. Familia. Aprendizajes específicos. Impacto social de la ceguera. Apoyo del grupo de pares. Equiparación de oportunidades. Discapacidad visual: Según el decreto Nº1/98, considera un remanente visual de 0,33% o menos, en su medición central. Ceguera: es una agudeza visual de 20/400 considerando el mejor ojo y con la mejor corrección. Se considera que existe ceguera legal cuando la visión es menor de 20/200 ó 0.1 en el mejor ojo y con la mejor corrección. Baja visión: es una visión insuficiente para realizar una tarea deseada, aún con los mejores lentes correctivos. Desde el punto de vista funcional, pueden considerarse como personas con baja visión aquellas que poseen un resto visual suficiente para ver la luz, orientarse por ella y emplearla con propósitos funcionales. En forma práctica, lo anterior significa que los niños y jóvenes con discapacidad visual deben aprender y conceptualizar el mundo a través de la información que proveen los otros sentidos, usados con la mayor eficiencia posible. A través de la educación se espera lograr que el niño ciego o con baja visión, sea capaz de funcionar en el mundo en forma similar a los demás niños de su edad y que tenga las mismas oportunidades de alcanzar una vida adulta plena, en todos los ámbitos. Como el ser humano aprende en la interacción con otros y con el entorno, esto significa que es fundamental orientar a la familia sobre cuáles son y cómo hacer las adecuaciones necesarias en la interacción cotidiana, para permitir que la persona con discapacidad vaya construyendo conceptos y relaciones que le permitan compensar la carencia de la información visual y alcanzar un desarrollo personal, social y cognitivo similar a las demás personas de su edad. La estimulación y enseñanza deben fomentar la exploración y curiosidad; ser vivencial, concreta con diversidad de experiencias en contextos reales y con apoyo permanente del tacto, el oído, el olfato y el gusto, mediados por otros a través del lenguaje, para describir en forma precisa los elementos, situaciones, relaciones, personas y objetos que participan en cada evento, con el fin de ayudar a la formación del mundo conceptual de las personas con discapacidad visual. Tanto en el caso de las personas que nacen con ceguera o baja visión, como quienes la adquieren en el transcurso de su vida, hay aprendizajes específicos que son necesarios, como por ejemplo: Aprender técnicas de orientación y movilidad para desplazarse de manera independiente y segura en distintos entornos y medios de transporte, utilizando el bastón como implemento de apoyo y señal de alerta para los demás. Aprender técnicas para ser independiente en las actividades de la vida diaria: actividades de aseo personal, autocuidado, vestuario, mantención y cuidado del hogar, alimentarse, comprar, pagar cuentas, etc. Aprender las normas, usos, costumbres y hábitos que son propios de su cultura y comunidad. Las personas ciegas carecen -por lo mismo- de modelos visuales de comportamiento. Esto hace que sea muy importante enseñarles las formas de expresar afectos y emociones a través de la postura y el lenguaje corporal, ya que éste es clave para la integración y aceptación social. En este sentido el teatro es una buena herramienta para trabajar estos aprendizajes. Aprender a controlar la postura y expresión corporal y realizar actividad física sistemática para mantener un estado físico saludable. Son muy apropiadas actividades como natación, acondicionamiento físico, patinaje, escalada deportiva, artes marciales, entre otros. Además las actividades deportivo- recreativas son instancias potentes para la integración y la formación de una red de relaciones de soporte en el plano social. Acceder a los aprendizajes fundamentales, a la información y conocimiento formal a través de sistemas alternativos de comunicación para la lectura, escritura y matemáticas (sistema braille, calculadoras parlantes, etc.) y manejar herramientas computacionales y tecnológicas con este mismo fin. En este caso, existen una serie de recursos tecnológicos que permiten a las personas con ceguera o baja visión manejar en forma eficiente las herramientas informáticas necesarias para cualquier trabajo: procesadores de texto, planillas de cálculo, Internet, etc. Aprender y desarrollar al máximo sus habilidades de comunicación oral y escrita, ya que la voz y el lenguaje serán una herramienta clave en el campo laboral. Desarrollar con proyecciones laborales y/o recreativas los sentidos del tacto, oído, olfato y gusto, ya que las opciones de empleo de las personas con discapacidad visual son más factibles en puestos de trabajo para los cuales tienen ventajas comparativas respecto de las personas que ven. Desde este punto de vista, la música provee oportunidades de diversificar intereses y desarrollar competencias laborales, no sólo en el campo musical sino que también favorece el mejoramiento de las capacidades de abstracción, de retención, de atender y escuchar, de respeto al otro, de trabajo en equipo, etc. Aprender a esforzarse para obtener resultados, a trabajar en base a metas, a tomar decisiones, resolver problemas, tolerar las frustraciones y mantener un sentido optimista y positivo de la vida, centrándose en las fortalezas para compensar las carencias. La ceguera es una discapacidad que, a quienes temor y una sensación de invalidez total. sociedad mira al discapacitado visual con lástima, sobreprotege en conductas como: no cobrarle ven les inspira Por ello, nuestra lo subvalora y lo el pasaje en la locomoción colectiva; aceptarle que venda ilegalmente en la vía pública; dándole limosna por cantar en la micro, etc. En el sistema escolar, cuando los alumnos están integrados, esto se traduce en exigirles menos que al resto de sus compañeros, regalarles una nota cuatro aún cuando no logren los aprendizajes esperados, no aplicarles oportunamente pruebas y controles, permitirles llegar tarde a clases con cualquier excusa, etc. Todo ello va generando en las personas ciegas una actitud poco propicia al esfuerzo y superación personal y una pérdida de sus potenciales de aprendizaje que impide que mejoren su calidad de vida, sobretodo cuando provienen de ambientes con desventajas sociales y culturales, perpetuando así el círculo de discapacidad y pobreza como una doble situación de vulnerabilidad social. Para obtener los logros señalados y revertir los prejuicios sociales respecto de la las personas con discapacidad, se hace necesario que los establecimientos educacionales tengan los espacios físicos, equipos, herramientas y materiales didácticos y tecnológicos especiales de alto costo; profesionales de la educación y otras disciplinas, motivados a trabajar con personas ciegas, que utilicen metodologías y técnicas educativas diferenciadas para desarrollar aprendizajes y competencias efectivas. Así mismo, ofrezcan tiempos y espacios para que las familias de los discapacitados se conozcan, compartan sus experiencias y se apoyen mutuamente. Nada ha probado ser más efectivo que las terapias realizadas por los grupos de apoyo con experiencias similares. La educación especial constituye una etapa del proceso de preparación de las personas con discapacidad para la integración plena en la vida cotidiana de la comunidad. A través de ella, los estudiantes deben lograr los saberes, valores, competencias y herramientas que les permitan plantearse desde una posición de simetría, con igualdad de derechos, deberes y oportunidades en la vida.