MANIFIESTO SAME 2012 A sólo tres años de 2015, fecha fijada para lograr la Educación para Todos y Todas, la Campaña Mundial por la Educación se centra este año en la Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI)1, la etapa que comprende de los 0 a los 6 años de edad. Los niños y niñas de esta edad son sujetos de derechos, entre ellos el derecho a la educación, que deben ser garantizados y respetados por los poderes públicos y por la sociedad. La Atención y Educación de la Primera Infancia, el primero de los seis objetivos de Dakar para alcanzar la Educación para Todos y Todas, representa una meta y un medio para garantizar los derechos de la infancia, abre paso a la consecución de los restantes objetivos de la educación para todas las personas y contribuye poderosamente a la reducción de la pobreza. Se trata de una etapa educativa fundamental tanto por la función educativa que desempeña, promotora del desarrollo, que facilitará cursar con éxito etapas posteriores, como por su función asistencial, pues revierte en la incorporación de las mujeres al trabajo y a la vez, procura alimentación, cuidados sanitarios y protección a los niños y niñas que participan en programas de AEPI. La atención y cuidados en la primera infancia deben por tanto abordar el bienestar completo de los niños y las niñas, con el fin de que puedan crecer y convertirse en personas adultas saludables y productivas, incluyendo aspectos como la salud, la nutrición, la seguridad y el desarrollo emocional. Está comprobado que el nivel de aprovechamiento escolar de las niñas y niños que han sufrido malnutrición (en particular en los primeros años de vida) es inferior al de los demás. Por otro lado, compensar el déficit educativo y social en niños y niñas más mayores y en personas adultas es mucho más difícil y costoso que adoptar las medidas preventivas adecuadas y prestar el apoyo necesario en la más tierna infancia. La inversión en AEPI es una de las inversiones más rentables que puede hacer un país. Muchos de los países que pertenecen a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) dedican más del 2% de su PIB a servicios destinados a menores de 6 años. Sin embargo, la AEPI no constituye una prioridad para la mayoría de los organismos donantes. Casi todos ellos asignan a la enseñanza preescolar menos del 10% de la financiación que suministran a educación primaria y más de la mitad dedican menos del 2%. Nos reunimos el día de hoy en el marco de la Campaña Mundial por la Educación (CME), en esta Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) bajo el lema CON DERECHOS DESDE EL PRINCIPIO. POR UNA EDUCACIÓN TEMPRANA DE CALIDAD. Millones de personas en todo el mundo nos estamos movilizando para recordar a las y los líderes políticos la importancia de que todos los niños y niñas puedan acceder a programas de atención y educación en sus primeros años de vida, y para pedirles que también recuerden y cumplan su compromiso de destinar los recursos necesarios para hacer realidad la Educación para Todos y Todas en 2015. Durante los últimos años hemos vivido en nuestro país una reducción del peso que los Servicios Sociales Básicos, entre ellos la educación, tienen dentro de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). En un contexto de crisis internacional, los recortes no pueden recaer sobre la atención a derechos básicos como el acceso a la educación básica, que en España ha pasado del 3.7% de la AOD en 2007, año en que alcanzó su máximo, al 2.9% de la AOD en 2010, ultimo 1 Para más información, remitimos al documento de posicionamiento. www.cme-espana.org año del que se disponen cifras oficiales. Este tipo de recortes, más en un tema como el que nos ocupa relativo a la primera infancia, suelen perjudicar principalmente a los sectores más pobres de la población y en especial a las mujeres y a las niñas, que se ven obligadas a suplir la falta de recursos sociales. Por todo esto, pedimos a nuestros representantes políticos que inviertan la tendencia actual y reconozcan la importancia de esta etapa educativa, contribuyendo a asegurar el acceso de todos los niños y niñas en igualdad de condiciones, a que dispongan de infraestructuras adecuadas, del personal docente y personas cuidadoras con la formación necesaria y a garantizar la coordinación con instancias sanitarias y sociales. Para ello la Cooperación española debe: Incrementar su financiación de la educación en los países del Sur: Dedicar al menos el 8% de la AOD a Educación Básica, tal y como queda reflejado en la proposición no de ley aprobada el 22/11/2006 en el Congreso de los Diputados. Teniendo en cuenta que en 2010 sólo alcanzamos el 2.7% de la AOD, es evidente que queda todavía un largo camino por recorrer para cumplir con este compromiso Renovar su compromiso de financiación y posibilitar una mayor predictibilidad de los fondos a través de la Alianza Mundial por la Educación, AME (antes llamada Iniciativa Vía Rápida en Educación o FTI según sus siglas en inglés); asegurando que esta se dirija a la consecución de los 6 objetivos de la EPT y no sólo a educación primaria, en particular haciendo un seguimiento de lo comprometido en AEPI y asegurando el liderazgo de los países asociados. Contribuir al progreso en la AEPI, procurando : Cumplir los compromisos adquiridos de apoyo a todos los países para conseguir la Educación para Todos y Todas, en especial el Objetivo 1: “Extender y mejorar la protección y educación integrales de la primera infancia, especialmente para los niños y niñas más vulnerables. Reforzar los vínculos entre la planificación de la educación y la prestación de servicios médicos y sanitarios a la infancia. Comprometerse más en la lucha contra la pobreza tratando de resolver el problema de la malnutrición infantil y mejorando los sistemas de salud pública. Garantizar la inclusión de atención específica a la primera fase de la primaria como pieza fundamental de la reforma educativa para abordar la crisis de igualdad y aprendizaje. Aumentar la financiación de la AEPI. Sabemos que nuestras demandas son posibles y que gracias al trabajo realizado en los últimos años desde la CME se han conseguido progresos significativos en la Educación para Todos y Todas. Aun así, lo invertido en educación no es suficiente; de seguir en la tendencia actual, habrá toda una generación perdida a la que estamos negando el derecho a una vida en la que puedan desarrollarse plenamente.