Ingresos del Proyecto Clasificación preliminar de Ingresos El proceso de estimar ingresos atribuibles a un proyecto comienza con la identificación de cada uno de ellos, distinguiéndose dos tipos de ingresos: directos e indirectos. Los primeros tienen relación con la mayor disponibilidad del bien o servicio, ahorro de recursos en los procesos productivos, mayor contratación de insumos o factores en la economía y el costo alternativo de aquellos recursos que se sacan de otros procesos para ser utilizados. Los ingresos indirectos se refieren a los cambios que ocasiona la ejecución del proyecto en la producción y en el consumo de bienes y servicios relacionados con dicho proyecto. Finalmente, existen ingresos intangibles, que se definen como aquellos a los cuales no es posible asignar un valor en pesos. Ejemplo de ellos son: el efecto redistributivo de ingreso, el efecto sobre el paisaje aportado o destruido por un proyecto, seguridad nacional, etc. En general, respeto a los ingresos intangibles conviene considerar la siguiente recomendación: (1) especificar claramente la naturaleza del ingreso; (2) discutir claramente la intangibilidad aducida; (3) mencionarlo explícitamente en el estudio del proyecto. Bienes para los cuales existe mercado Análisis de cantidades demandadas Cuando un bien o servicio y su correspondiente mercado estén bien especificados, se calculará la demanda pasada y se señalará la actual. Determinada la demanda, se pasa a analizar los elementos que la afectan. Estos varían, en primer lugar, según la clase de bienes o servicios en estudio: (1) Bienes finales y servicios: las variables que influyen son el precio del bien o servicio, los precios de los bienes o servicios relacionados, el ingreso, la población y las preferencias del individuo - función demanda habitual -. (2) Bienes y servicios intermedio (los que se emplean en la producción de otros bienes): la demanda de estos bienes intermedios es derivada de los bienes o servicios finales que los utilizan como insumos y de la proporción en que los primeros se usan en la producción de los segundos. Esa proporción, llamada coeficiente técnico es un factor que afecta a la demanda de bienes o servicios intermedios y a los precios relativos de los insumos que pueden ser usados como sustitutos. (3) Bienes de capital: hay que considerar dos aspectos, la demanda de reposición y la demanda para aumentar existencias. Entre los factores que afectan la demanda de bienes de capital se encuentra los coeficientes técnicos, la estructura económica del mercado estudiado, los años de vida útil del bien, además del ingreso y de los precios relativos de los posibles sustitutos. En segundo término, para determinar las variables que afectan a la demanda de un bien o servicio con mercado definido, es necesario evaluar el tipo de mercado en cuestión: (2) Competitivo, (2) Oligopólico, (2) Monopólico. Análisis de precios Para determinar los precios del bien en cuestión, es necesario saber que tipo de mercado se está enfrentando. Sólo en el caso de competencia se tendrá el precio como dato. Bienes y servicios para los cuales no existe un mercado definido Análisis de cantidades demandadas Al no existir mercado definido, resulta diferente la estimación de las cantidades demandadas. Este es el caso, en primer lugar, de los productos y servicios nuevos que se quieran introducir. Para los bienes que no tienen un mercado definido pero que lo tendrán luego de introducirse (bienes y servicios nuevos) las variables relevantes para la estimación de demanda son: las cantidades demandadas de bienes sustitutos y los precios de dichos bienes. Por otro lado, también es la situación de aquellos bienes y servicios cuyos ingresos no pueden traducirse en términos monetarios dada su intangibilidad. Desde la teoría económica, muchos de estos bienes se estudian bajo la teoría de bienes públicos. Las variables que afectan la estimación de la demanda para estos bienes, si bien pueden incluir las estudiadas para bienes con mercado definido, son de diferente caracterización. En general, para bienes de características colectivas o para los cuales no se van a definir usuarios individuales con derechos de propiedad particulares (bienes públicos), las variables que se toman como más relevante es: la población – el número de personas-. Análisis de precios Al no existir mercado, no existen precios definidos por el mismo. La valoración de los bienes y servicios que no tienen mercado debe efectuarse de manera alternativa al mercado. Las metodologías desarrolladas para estos efectos tienen por objetivo: (1) simular mercados o (2) valorar de manera indirecta los bienes afectados mediante bienes que si tengan un mercado definido. Estas metodologías para determinar valor donde no lo determina el mercado mediante sus precios, es la misma para cualquier bien que no tenga mercado. Ya sea un bien de características privadas o un bien con características de bien público. Los métodos habituales son: (1) Costos evitados; (2) Costos de viaje; (3) Precios hedónicos; (4) Valoración Contingente. (AZQUETA) Estimación y Proyección Estimación El método estadístico usado generalmente es la Regresión Lineal. Este instrumento se usa tanto para estimaciones causales (tienen en cuenta las variables descriptas como relevantes para la determinación de las cantidades demandadas) o para estimaciones temporales (dejando de lado la teoría sobre causalidad y sólo teniendo en cuenta el tiempo). Proyección Luego de estimar las cantidades demandadas y los precios, hay que efectuar las proyecciones futuras. Si se ha hecho uso del método de regresión lineal, se utilizan los resultados obtenidos en el mismo. Método de costos evitados Las metodologías de ahorros en costos se utilizan para la estimación de los beneficios de un proyecto y se basan en el supuesto que el beneficio que se generará será por lo menos igual al ahorro en recursos que se logre con la ejecución de un proyecto. El hecho de carecer de mercado no impide que los bienes que estén bajo esa situación se relacionen con bienes que si tienen mercados definidos. Existe la posibilidad que la dicha relación con el bien privado sea de sustitución en una determinada función de producción. Se presentan dos posibilidades concretas: (1) El bien sin mercado forma parte de la función de producción de un bien normal, como un insumo productivo más y, (2) El bien sin mercado forma parte, junto a otros bienes privados, de la función de producción de utilidad de una persona o familia. Funciones de producción, bines sin mercado y factores productivos Puede darse el caso de un bien sin mercado, como el aire o el agua, constituya un insumo productivo en la producción de un bien privado. Por ejemplo, si uno vive en una ciudad con smog, tiene que limpiar periódicamente las cortinas o ventanas de su departamento. Eso tiene costos de contratar a alguien que lo haga o hacerlo uno, pero en ese caso tendrá que dedicar tiempo y comprar los productos de limpieza. Si hay un proyecto mejora la calidad del aire (reduce el smog), van a reducirse esos costos. El concepto de costos evitados es que el bien sin mercado (aire) y otros bienes con mercado (los productos de limpieza) son insumos sustitutos en un proceso de producción (ventanas limpias). Si el nivel del bien público varía (mejoras en la calidad del aire, reducciones del smog) el otro insumo cambia (los productos para la limpieza de las ventanas) en la dirección opuesta para mantener la cantidad producida. Los elementos necesarios para analizar los beneficios o costos generados por un cambio en su cantidad y calidad del bien público serían su relación con una serie de bienes privados que si tienen mercado. El supuesto crítico es que dichos bienes sean sustitutos perfectos en el proceso de producción final. Pero existen algunas limitaciones en el análisis. Puede suceder que el los individuos hayan tomado medidas defensivas para paliar la mala situación, por lo que no tendría sentido analizar el beneficio de la limpieza del aire, por ejemplo, porque la situación del productor no variaría en ninguna índole. Función de producción de utilidad Dentro de la teoría micreconómica, se contempla a la persona o a la familia como un productor que combina distintos bienes para la obtención de un determinado flujo de utilidad. Por ejemplo: se carga nafta en el auto, se realiza un viaje, se llega a un parque, se compran gaseosas, llevar para el mate y algo para comer, todo ello para tener un paseo distendido con la familia o amigos. En esta función de producción de utilidad, se han combinado bienes que tienen un precio explícito (nafta, comida, bebida, amortización del auto) con otros que no lo tienen (ruta, naturaleza. etc.). Interesa hacer hincapié, nuevamente, en los bienes públicos (sin precio de mercado) y bienes privados (con un precio definido) que son sustitutos en la producción del bien final: el paseo distendido. Otro ejemplo lo puede constituir una campaña sanitaria que agregue fluor al agua, logrando de esta forma combatir la incidencia de las caries en la población. La función de producción de salud bucal se hace ahora más eficiente. Es probable que esto se refleje en el consumo de otros bienes privados que también se utilizan como variables de la función de producción de salud. Nuevamente, el supuesto de sustituibilidad perfecta es el supuesto que implícitamente se efectúa cuando se utiliza el costo (el ahorro) de las medidas defensivas, para valorar el beneficio que supone la mejora en la calidad del bien público. Siguiendo con el ejemplo del fluor en el agua, las personas alcanzan el nivel de salud dental que se habían propuesto como objetivo para la familia con un gasto menor (gracias al ahorro en enjuagues bucales, o en visitas al dentista). Estos costos evitados serían la expresión del beneficio introducido. Existen dos limitaciones en el análisis precedente: (1) no se tienen en cuenta el efecto renta que el abaratamiento de los costos en salud produce. Esto genera que se aumente el consumo de otros bienes y, (2) lo normal es que no exista sustituibilidad perfecta entre el insumo público y los bienes privados. El método de los precios hedónicos En este caso, el bien sin mercado es una de las características del bien privado. Las personas adquieren bienes en un mercado, porque estos tienen una serie de atributos que les permiten ser útiles: satisfacer una necesidad. Utilizando la terminología clásica, esto significa que tienen un valor de uso. Ahora bien, muchos bienes no tienen un único valor de uso, no satisfacen una única necesidad humana, sino que satisfacen varias al mismo tiempo. Por ejemplo: cuando una persona compra un auto, no está comprando simplemente los servicios de un bien que lo traslade de un sitio a otro. Son varios los atributos del auto que le interesan al comprador y por el cual está dispuesto a pagar determinado monto de dinero. Los llamados precios hedónicos intentan descubrir todos los atributos del bien que explican su precio y discriminar la importancia cualitativa de cada uno de ellos. Atribuir, en otras palabras, a cada característica del bien su precio implícito: la disposición marginal a pagar de la persona por una unidad adicional de la misma. Uno de los casos más utilizados es el de la vivienda: cuando se adquiere la misma, no se está comprando sólo una serie de metros cuadrados, sino que también se está escogiendo una serie de características, tanto con respecto al barrio, como con respecto al medio ambiente en términos muy generales. Muchas de esas características, por ser bienes sin mercado, son precisamente los que interesan. En términos sencillos, si se encuentran dos viviendas iguales en todas sus características excepto una, el nivel de ruido, por ejemplo, la diferencia de precio entre ellas reflejaría el valor de este atributo que, en principio, carece de un precio explícito de mercado. Esta es la idea que vamos Formalizando, se puede representar el problema de la siguiente manera: p m f (q1, q 2 ,..., q n ) (1) donde p m p re cio d e m e rca d o d e u n b ie n q n ca ra cte ristica e n e sim a d e l b ie n Especificación de la función de precios hedónicos El primer problema que tropezamos es, en efecto, el de especificar y estimar la función (1), llevado a cabo una regresión entre el precio observado de las viviendas y las propiedades mencionadas, utilizando para ello la forma funcional que produzca un mejor ajuste. La especificación de la función (1) es un problema empírico de no fácil resolución. Algunas de las formas que pueden utilizarse son: - Funciones lineales: Esto implica que los precios implícitos de las diferentes características analizadas permanecerán constantes, cualquiera sea el nivel de participación de las mismas. Esto implica, por ejemplo, que el precio de un incremento en el nivel de ruido sería el mismo en una situación de tranquilidad relativa que cuando se parte de una situación ensordecedora. - Funciones no lineales: Esto supone que el precio implícito de cada característica varía con la cantidad de referencia de la misma. Lo interesante, en este caso, es analizar el comportamiento que supone con respecto a su precio implícito de cada una de las distintas especificaciones posibles (logarítimica, semilogarítmica, cuadrática, exponencial, transformación Box-Cox, etc.). Esta especificación permite tener en cuenta si existen aumentos no proporcionales ante una unidad más de la característica analizada. Algunos problemas operativos Para el caso de las viviendas, existen una serie de inconvenientes prácticos: a) Fuente de información: existen dos posibilidades: (1) transacciones reales: las realmente efectuadas en el mercado inmobiliario. Tienen la ventaja que reflejan lo que realmente ocurre. Poseen el inconveniente que en un mercado poco movido no se llevan a cabo tantas transacciones por período en un momento determinado como las necesarias para poder estimar la función; (2) consultar al dueño de la vivienda: el problema lo representa que para el dueño la vivienda puede tener un valor particular que no tiene para el comprador. b) Los impuestos: el precio de la vivienda puede capitalizar las diferencias existentes con otras zonas con respecto a la presión fiscal sobre ellas: si se contara con la suficiente información, se podría estimar este fenómeno. Costo de desplazamiento Se aplica principalmente a un espacio de interés medio-ambiental y recreativo. Bajo determinados supuestos, permite detallar la función de demanda de dicho espacio y, en consecuencia, el excedente del consumidor. Aunque el precio de entrada a un espacio de interés natural sea cero, el costo de acceso es superior a cero, dado que deben incluirse por lo menos los gastos ocasionados por el desplazamiento. En general, cuanto más cerca se reside del espacio cuyo disfrute se quiere valorar, menores son los gastos en que se incurre y mayor es el número de visitantes. Así se puede detectar la función de demanda entre número de visitantes (cantidad) y costo del desplazamiento (precio). Se contempla la posibilidad de bienes sustitutos (otros parques). La función de demanda se calcula por procedimientos econométricos. Los más sencillos expresan el número de visitantes en función del costo del desplazamiento, la renta y algunas variables socioeconómicas. A pesar de su aparente sencillez, la complejidad es mayor cuando se intenta ajustar mejor el modelo. Aparece la dificultad de estimar los costos de un determinado desplazamiento. Parece obvio incluir los precios pagados por el transporte público o el combustible o la depreciación del vehículo. Pero podría considerarse también el viaje, el tiempo consumido en el propio lugar o, en caso de haberlo, el precio de la entrada. El valor del tiempo puede variar enormemente de una persona a otra. Determinadas personas pueden disfrutar del tiempo de desplazamiento y de visita al lugar de destino de forma que no les suponga ningún costo de oportunidad. Pueden percibir el tiempo invertido como una utilidad y no como un costo. Se requiere que este costo, el tiempo, se pueda expresar en unidades monetarias. Esto es, hay que determinar el valor del tiempo. El Método de Valoración Contingente Introducción El método de valoración contingente es una de las técnicas ó herramienta que se utilizan dentro de la temática de Formulación y Evaluación de Proyectos, que tiene como objetivo lograr averiguar la valoración que otorgan las personas a los cambios en el bienestar que les produce la modificación en las condiciones de oferta de un bien (producto o servicios) para el cual que no existe mercado. Esta metodología tiene sus orígenes en los escritos publicados por Robert Davis como parte de su tesis doctoral, en la década del sesenta. En ella entrevistaba a 121 cazadores y excursionista del Estado de Maine, intentando de descubrir el valor que para ellos tenían los bosques de dicho estado, como segundo paso, comparaba los valores así obtenidos con los derivados de la aplicación del método de coste viaje. Dado los resultado obtenidos en la investigación (no se hallaron diferencias significativas entre ambos métodos), a partir de ese momento el método fue desarrollándose y aplicándose como una herramienta alternativa a las ya utilizadas por la economía para solucionar el problema de bienes que no tienen mercado. Las herramientas con que cuenta la economía para valorar los bienes sin mercados son principalmente tres, las cuales se pueden agrupar en función de la forma de cómo se lleva a cabo la revelación de las preferencias de los individuos por el bien bajo estudio; en indirectos por el hecho de que estiman la valoración por comportamientos que se revelan en el mercado y bajo estas condiciones se encuentran los métodos de Costos de Viaje, el de Precios Hedónicos. En cambio, el método de valoración contingente se incluye entre las formas de valoración directa, en concreto a través de encuestas. En el método de valoración contingente, los cuestionarios juegan el papel de un mercado hipotético, donde la oferta viene determinada por la persona entrevistadora y la demanda por la entrevistada. El procedimiento típico se puede describir de la siguiente manera: la persona entrevistadora pregunta si la máxima disposición sería igual, superior o inferior a un número determinado en pesos. En caso de obtener “inferior” por respuesta se suele preguntar cuál sería el precio máximo que pagaría por el bien, teniendo en cuenta sus respuestas anteriores. Bajo la situación planteada la persona entrevistada se encuentra en una situación parecida a la que diariamente se enfrenta en el mercado, esto quiere decir, que la persona tiene la posibilidad de comprar o no una determinada cantidad de un bien a un determinado precio. Claramente a diferencia de una situación real, en un mercado hipotético el consumidor no efectuará realmente el desembolso del dinero que dice estar dispuesto a pagar. Este hecho puede llevar consigo un sesgo llamado estratégico, que esta relacionado con el incentivo o desincentivo a revelar el “verdadero” precio, lo que ha motivo algunas criticas al método. A pesar de este inconveniente el método de valoración contingente realiza un aporte diferencial al resto de los métodos, y es que puede medir los efectos sobre los no usuarios, esto quiere decir que se puede medir la perdida de utilidad en las personas que no van a disfrutar de forma inmediata de un bien singular, pero que estarían dispuestas a pagar algo por la opción de disfrutarlo en el futuro. Como se comento en párrafos anteriores, el mecanismo más simple para averiguar como las personas valoran el cambio en el bienestar que necesitamos conocer, es preguntándole. Por tal motivo, es que el vehículo normal en estos métodos sean las encuestas, las entrevistas, los cuestionarios, etc. Los mismos suelen venir estructurarse en tres bloques bien diferenciados: En el primer bloque, se dispone la información relevante del bien en cuestión ó problema bajo estudio, de manera que los entrevistados, cuenten con la información necesaria para que los mismos realice una correcta identificación de la de la situación que se trata. Normalmente se suele utilizar una ayuda gráfica para incrementar la comprensión. El segundo bloque, lleva a cabo la descripción de las modificaciones del objeto de estudio. Esto significa que se explícita el punto de partida (situación actual), las modificaciones que se pretenden lograr y sus beneficios para la sociedad, y por último el mecanismo de financiación de la medida objeto de estudio. Descrito el escenario, las preguntas ahora se dirigen a averiguar la disposición a pagar de las personas por el cambio propuesto, resaltando que cuando se intenta encontrar dicha cantidad, el planteamiento que se realice siempre tiene que girar entorno de lo que le genera el intercambio de mayor bienestar por dinero a ella como individuo, es decir, que no se intenta saber lo que piensa sobre lo que la <<sociedad>> debería hacer. Por ultimo, el tercer bloque indaga sobre algunas características socioeconómicas más importantes de la persona encuestada, de acuerdo con el problema en cuestión (edad, renta, estaco civil, etc.). Ubicar estas preguntas al final de la encuesta se debe a que las mismas son de un carácter tal que suelen generar un rechazo a ser contestadas si la persona no ha entrado en confianza con el encuestador. Medición. Como se ha mencionado el método de valoración contingente intenta medir los cambios en el nivel de bienestar de las personas debido a un incremento o disminución de la cantidad o calidad del bien en cuestión. Dicha medida suele expresarse en unidades monetarias, y representar la cantidad máxima que una persona pagaría por un bien. Dentro de la teoría económica se lo suele conocer por la expresión disposición o disponibilidad a pagar o al pago. En el caso de bienes que no impliquen costo monetario directo para el consumidor, esta disposición a pagar por el bien equivale al beneficio que tal consumidor obtiene. Una alternativa adicional del método, es que permite también hallar la máxima disposición a ser compensado por la perdida de un bien. Es decir, cuanto dinero, como mínimo nos deberían pagar para que nos resulte indiferente entre perder total o parcialmente el bien en cuestión y obtener dicha cantidad de dinero. El esfuerzo del método por determinar la máxima disposición a pagar de los consumidores, tanto directos como indirectos, esta estrechamente relacionado con el excedente del consumidor, el cual representa el beneficio del individuo debido a la diferencia de entre el coste de disfrutar el bien y la cantidad máxima de dinero que hubiera pagado por disfrutar de tal bien. La ventaja significativa del método de valoración contingente, en comparación con los métodos indirectos, es que mide directamente tal disposición al pago. Otra característica importante de la medición de valores de forma contingente está relacionada con el momento en que esta puede realizarse. Esto significa que nos permite tanto valorar cambios en el bienestar de las personas antes que se produzcan; como asimismo obtener una valoración ex – post. Un ejemplo claro puede ser la necesidad de detectar la disposición a pagar de los vecinos de un barrio por la provisión de una plaza pública determinada, antes de que se tome una decisión al respecto. Posteriormente, podría requerirse saber la disposición a pagar para seguir disfrutando del uso de la plaza pública, una vez construida. Disposición a pagar ó a ser compensado. Una cuestión fuertemente ligada a los aspectos de medición, que genera controversia en el ámbito académico; es el planteamiento de la problemática en términos de la disposición a pagar ó de disposición a ser compensado. Esto significa, la diferencia entre medir la cantidad máxima de dinero que una persona estaría dispuesta a pagar para consumir una determinada cantidad de un bien y la mínima cantidad de dinero que estaría dispuesta a aceptar en compensación por dejar de consumir tal bien. La relevancia práctica de esta polémica radica en que los valores que se obtienen son diferentes cuando la pregunta se formula en unos términos o en otros, las cantidades son mayores cuando se pide lo que se cobraría en compensación que cuando se pide lo que pagaría por disfrutar del bien. Esta diferencia como se puede demostrar teóricamente no deberían ser sustanciales. Las herramientas teóricas que la economía utiliza para demostrar la diferencia se conocen por variación compensatoria y variación equivalente. Estas variaciones se miden en unidades monetarias y representan cantidades de dinero que valoran lo que se gana o se pierde con un cambio en el nivel de bienestar de la persona. El desarrollo teórico de este tema comprenden cuestiones de análisis microeconómico que exceden los objetivos del curso. Comportamiento Estratégico. Uno de los primeros inconvenientes teóricos que tuvo que sobrellevar el método, fue el del comportamiento estratégico de las respuestas. Por ejemplo, una persona interesada en que se proteja una determinada especie animal en una zona remota puede afirmar que su disposición al pago es mucho mayor de la verdadera si cree que así va ayudar a tomar una decisión favorable a proteger aquella especie; sabiendo a priori, que en realidad no tendrá que pagar la cantidad que revele en la encuesta. La diferencia sustancial con el mercado real, es que en este la persona contribuirá al fondo para la preservación de la especie como máximo en la cantidad con la que valora tal protección; naturalmente dadas sus preferencias y limitaciones económicas. Este llamado de atención que se le realizo al método de valoración contingente fue percibido primeramente por el economista Paul A. Samuelson (1954), con lo que genero un rechazo por muchos investigadores a la utilización del mismo. Sin embargo, estudios posteriores, mostraron que en la práctica tal comportamiento estratégico tiende a ser mínimo. Esto se justifica, ya que es bastante complicado para la persona entrevistada el expresar sus preferencias en una entrevista el expresar sus preferencias en una entrevista rápida y casi por sorpresa, y las personas no solemos a tener suficientes reflejos o ser tan "racionales”, o poco honrados si se prefiere. Una de las soluciones teóricas que se sugiere, para subsanar el sesgo estratégico, es plantear la pregunta en términos de referéndum, es decir que la persona entrevistada debe decidir con un si o un no si pagaría la cantidad que propone el entrevistador. Como se comentará más adelante también será necesario tomar precauciones adicionales para no introducir nuevos sesgos al estudio. Diseño del Estudio Para lograr una mayor compresión de la estructura del método, disponemos la descripción del diseño en forma cronológica, de los distintos estadios que típicamente se han de incurrir; poniendo mayor énfasis en aquellos que más influyen sobre los valores medidos. El camino que hemos de recorrer se puede desagregar en el siguiente cuadro: Fases 2 3 4 5 6 7 8 Objetivos Definir con precisión lo que se desea valorar en unidades monetarias Definir la población relevante Concretar los elemento se simulación Decidir la modalidad de entrevista Seleccionar la muestra Redactar el cuestionario Realizar las entrevistas Explotar estadísticamente las respuestas 9 Presentar e interpretar los resultados 1 Definición del objeto de estudio Es de vital importancia que al iniciar el estudio se sepa exactamente lo se quiere medir en unidades monetarias; ya que de no lograr este punto se arrastraran errores a lo largo de todo el estudio. En una primera instancia, se puede entender como una tarea sencilla para el grupo de investigadores, pero en muchas ocasiones no es tan simple evitar ambigüedades en la definición. Es por eso que en la definición del objeto, se debe especificar sus características o cualidades, espacio temporal y ubicación geográfica exacta, y por último las variaciones que sufrirá el bien y sus implicancias para los individuos. Dejar librado a ambigüedades algunas de las anteriores magnitudes implica la posibilidad de que las personas entrevistadas cuenten con un alto grado nivel de interpretación propia; generando así una mayores dificultades para que el investigador conozca con exactitud lo que realmente valora la encuesta. Población relevante Una vez definido el objeto compete definir aquella población (conjunto de personas con determinadas características) que se considere clave para la valoración del objeto de estudio. Esta selección es crucial para la fiabilidad del estudio dado que la disposición a pagar puede expresarse tanto en forma individual como agregada; y es en esta agregación donde la determinación de la población relevante influye. La forma más habitual de globalizar los resultados consiste en multiplicar la media de las disposiciones a pagar individuales por el tamaño de la población relevante. Es visible de que como se defina la población relevante dependerá directamente la magnitud del valor agregado. Otro elemento influyente y restrictivo, es le coste de la encuesta que se utilizará, el cual variará dependiendo de la metodología adoptada para el estudio. Al mismo tiempo la determinación de la población va incidir sobre la elección del método de encuestas (los distintos métodos de encuestas se desarrollan posteriormente). Simulación de Mercado Como hemos dicho anteriormente el método de valoración contingente logra la simulación de un mercado hipotético, con el fin de que el individuo valore un determinado producto. Existen dos formas básicas de presentar la pregunta de disposición a pagar: los valores continuo y la de los valores discretos. En la práctica se suele utilizar una combinación de ambas, pero empecemos desarrollando cada una de las formas por separado. Empecemos por el formato de continuo. El formato típico consiste en preguntar directamente por la máxima disposición a pagar (o la mínima a aceptar dinero en compensación) por un bien (un mal). Cada persona entrevistada apunta una cantidad cualquiera de dinero. Es esta posibilidad abierta de elección es la que le da el nombre de formato continuo o también llamado abierto. Su ventaja es que presenta mayor neutralidad de sesgo de valor revelado respecto al valor verdadero. Pero a su vez él que mayores problemas presenta a la persona enfrentada con el mercado hipotético, porque en el mercado real existen indicadores de precios que nos ayudan a tomar decisiones. En cambio, el desconcierto que genera el formato abierto en el entrevistado es el que explica porqué el numero de no respuesta y de respuesta de protesta tienden a ser relativamente alto. Además los valores obtenidos tienden a presentar una dispersión notable, comparación con los otros formatos. Ante estos inconvenientes de la formula continua o abierta pura, se proponen formas mixtas. El formato mas empleado es de tanteo. En este formato el bien se presenta a la persona entrevistada con un precio indicativo, o de salida. La ejemplificación sería de la siguiente manera: “bajo estas condiciones, ¿pagaría usted doscientos pesos? ¿más de doscientos? ¿menos doscientos?” Si la persona entrevistada escoge “menos de doscientos”, entonces se repite la pregunta por un monto por un monto inferior, con la misma metodología que la anterior, y si contesta mas o menos del nuevo importe, se efectúa un nueva pregunta abierta para que de esta manera especifique su postura. La ventaja de este formato es que ayuda a seguir un razonamiento considerado aceptable para decidir el precio. Este formato ayuda a disminuir la dispersión de los datos e incrementar su fiabilidad. La otra gran alternativa, es la presentación del escenario en términos discretos; la que consiste en fijar un precio específico y preguntar a la persona entrevistada si pagaría o no dicha cantidad de dinero por el bien en cuestión. Como se observa, la semejanza con el mercado real es casi completa, ya que es como si el individuo se enfrenta a la góndola en un supermercado y observa el precio del bien que esta interesado comprar, entonces toma la decisión de comprar o no dado el precio de mercado. A esta forma discreta se la conoce por el nombre de Binaria o también es conocida por formato referéndum. Como contra partida los inconvenientes que presenta este formato se destaca que para lograr niveles de error parecidos a los de otros formatos requiere una muestra mayor. Esto se debe a que la misma se debe dividir en submuestras. En cada una de ellas pueden se les presenta un precio distinto. Otra forma adicional de presentar la pregunta de disposición a pagar es la forma mixta, que se inicia como formato binario y continua como formato abierto. Un ejemplo para su mayor entendimiento podría plantearse de la siguiente manera: se pregunta si pagaría tal precio por cual bien, y a continuación independientemente de la respuesta que se obtenga se le pregunta cual sería su máxima disponibilidad al pago por el bien. La ventaja de esta formula reside en que es algo más sencilla para la persona entrevistada que el tradicional formato de subasta, si bien comparte la mayoría de inconvenientes de los precios guía. Tal como se ha explicado en párrafos anteriores, la valoración contingente puede medir la disposición a pagar (o aceptar compensaciones) en términos de variación compensatoria o equivalente. Ante esta problemática se debe aceptar la recomendación aludida por un grupo de expertos que aconseja optar por la opción más conservadora, es decir, la disposición a pagar, aun cuando no sea la teóricamente correcta. Modalidades de Entrevistas Según la metodología de la investigación, básicamente existen tres posibilidades de realización de una encuesta: de forma personal, vía telefónica o a través del envío del cuestionario por correo. La elección entre un formato u otro dependerá de las características del problema planteado sino, también de lo muchas veces es más importante, del propio presupuesto con el se cuente para llevar a cabo el estudio. A pesar de este sopesar, es importante resaltar las características propias de cada opción. Entrevistas personales: suele ser la forma más común o más identificada con el método. Su ventaja reside en que permite al encuestador ofrecer información detallada de la problemática subsanando cualquier inconveniente de comprensión del tema por parte del entrevistado. Suele utilizarse como complemento de este formato ayudas visuales, como imágenes de la situación problemática y su modificación esperado por el proyecto. Su inconveniente fundamental, además del posible sesgo del entrevistador, es simplemente financiero y tiene que ver con su elevado coste. Entrevistas telefónicas: tiene sobre los restantes formas la ventaja de un coste mínimo y que puede aplicarse a un espacio geográfico mayor que la personal. Claramente una de las imposibilidades es la de utilizar ayudas visuales, por lo que su utilización se restringe a casos de fácil comprensión. Además la duración de las misma no debe ser muy prolongada Encuestas por correo: en este caso particular el mecanismo implica enviar un aversión impresa del cuestionario a la población representativa seleccionada. Al igual que en el caso anterior su coste es significativamente inferior a la personal, pero aquí se pueden adjuntar ayudas visuales. Sin embargo, como es evidente bajo esta metodología se pierde a través de la ausencia del entrevistador la posibilidad de aclarar las dudas que puedan surgir ante alguna pregunta. Otra cuestión importante resaltar es que no se tiene control alguno sobre el encuestado para que proceda en el orden previsto de respuesta, esto implica una dificultad en el encadenamiento de las preguntas. Independientemente de la forma de entrevista seleccionada para el estudio es recomendable que se realice un ensayo previo de la encuesta sobre un subgrupo pequeño de la muestra para que de esta manera se identifique posibles errores o deficiencia de la misma. Muestreo El quinto paso a dar en la aplicación de un ejercicio de valoración contingente consiste en la definición de la muestra. Dado que la población relevante para el estudio puede ser demasiado grande para ser entrevistada en su totalidad, se selecciona sólo una parte. El tamaño de la muestra viene dado por el grado de fiabilidad y ajustes que se desee para los valores que se vayan a obtener; esto comprende tener en cuenta una serie cuestiones estadísticas como lo son el nivel de confianza y el margen de error del estudio que se puede encontrar bibliografía básica de estadística y por tal motivo no se desarrollaran. Redacción del cuestionario Es esta etapa sin duda una de las que mayor tiempo implica al grupo de trabajo, esto se debe a que una buena redacción de las preguntas es esencial para obtener valores poco sesgados. En párrafos anteriores ya se comento que los cuestionarios deben comprender una estructura dividida en tres partes, Descripción del bien que se pretende valorar, Valoración del bien, y; Información de la persona. Sesgos en la respuesta A pesar de no haberse incluido en orden cronológico del diseño del estudio, es conveniente detenerse por un momento para analizar los sesgos potenciales los cuales son diversos. Comencemos por los más simples, aquellos que tienen carácter puramente operativo o instrumental, para concluir con los más graves y de difícil solución. Dentro de los sesgos instrumentales se encuentran los siguientes: El sesgo originado por el punto de partido: como su nombre lo explícita este sesgo sucede cuando es cantidad primeramente sugerida, condiciona la respuesta final. Es decir que la persona ofrece un respuesta cercana a este valor, para acotar el tiempo de la entrevista, por ejemplo, o porque considera que si se la sugiere quien supuestamente tiene mayor información al respecto, entonces debe ser <<razonable>>. Una forma de identificar su existencia consistiría en, cuando se están llevando a cabo los ensayos previos a la elaboración de la encuesta definitiva, subdividir el grupo piloto y utilizar puntos de partidas diferentes con cada uno. Si las respuestas obtenidas difieren, el peligro de sesgo existe, y lo mejor es suprimirlo, dándole la oportunidad al encuestado a que elija la respuesta de principio. El sesgo del vehículo: bajo este particular nombre se conoce la posibilidad de que el hipotético medio de pago que acompaña a la mejora propuesta, incida sobre la respuesta final. Es decir, que el sesgo del vehículo existe cuando la respuesta de la persona está condicionada por el mecanismo propuesto para el pago, lo que implica que las personas no son indiferentes entre los distintos medios de pagos, y que expresado en el cuestionario puede condicionar la valoración del cambio en el bienestar experimentado. Al igual que el sesgo anterior su detección se puede lograr subdividiendo el grupo piloto y presentándole a cada uno medio de pago diferentes. Sesgo de la información: este sucede cuando a pesar de que el entrevistado conoce el proyecto y los beneficios que le presentará, desconoce las posibilidades reales de que, con la respuesta dada, la situación se modifique; entonces la pregunta sería si “¿cambiaría su disposición a pagar si se le informara de ello?”. Si su contestación es afirmativa, su respuesta original, estaba sesgada por una carencia de información. El sesgo del entrevistador: cuando la entrevista es llevada a cabo de forma personal, se ha observado que el entrevistado tiene a exagerar su disposición a pagar por una causa considerada socialmente aceptada (por ejemplo cuando se preguntar por la disposición a pagar para solucionar la contaminación ambiental). Aparentemente este sesgo es menor en las encuestas realizadas por correo o vía telefónica, donde el anonimato es mayor. El sesgo del orden: finalmente aparece este sesgo cuando se valoran simultáneamente varios bienes, y la valoración de uno determinado es función de puesto que ocupa en la secuencia de presentación; es decir, la disposición a pagar por un determinado bien es mayor cuando éste aparece en los primeros lugares de la secuencia y menor si aparece en los últimos. Con el análisis de este último sesgo, hemos dado cuenta del grupo de los que podrían sesgos instrumentales y que dependen, en gran medida, de cómo está formulada la encuesta. Los dos últimos sesgos que se especificarán se pueden agrupar como sesgos no instrumentales, y amerita un tratamiento especial debido a sus características diferentes. El sesgo de la hipótesis: el problema que aquí se plantea acontece dado el carácter meramente hipotético de la situación que se le plantea a la persona (¿cuánto estaría usted dispuesto a pagar si...?), por lo tanto este no tiene incentivo alguno para ofrecer una respuesta correcta. No obstante, se podría realizar un exhaustiva descripción del proyecto y sus ventajas con el fin de incentivar al entrevistado para que tomará interés en descubrir su propia valoración del cambio propuesto. El sesgo estratégico: como ya se ha mencionado, este sesgo surge cuando la persona puede tener un incentivo para participar en la experiencia con interés, cuidando bien su respuesta; por lo que se argumenta que si este es el caso, su respuesta no será honesta sino estratégica. El incentivo aparece cuando la persona cree que, con su respuesta puede influir en la decisión final que se tome sobre la propuesta sometida a consideración, de forma que salga favorecida. A pesar de este debate teórico, la evidencia empírica no recoge sistemáticamente la existencia de un sesgo estratégico en las respuestas. Por lo tanto, la posibilidad de una respuesta estratégica debe ser tratada como tal, como un posible sesgo que, de todas formas, no invalida sin más el método escogido. Con la mención de estos dos sesgos concluimos con la advertencias de los posibles ruidos que puede presentar el método de valoración contingente. Realización de las entrevistas Siempre y cuando el presupuesto lo permita es recomendable que un grupo de profesionales se haga cargo de la realización de las entrevistas; ya que los mismos han recibido un aprendizaje especial para no procurar no influir sobre las respuestas. Explotación de los datos e Interpretación de los resultados Hablar de explotación de los datos implica el manejo de las respuesta obtenidas en las entrevista, y para llevar adelante este proceso se hace necesario la utilización de paquetes informáticos de Base de Datos. El fin de estos programas es poder relacionar la información de cierta manera para comprender la realidad que nos revelan las encuestas. Dada la complejidad del ejercicio, la valoración obtenida debe sólo considerarse una aproximación del valor del bien; que de otra forma no sería posible de conocer. Bibliografía: Tipos de bienes y mercados: Azqueta: parte I, Fundamentos Teóricos Hayek, El sistema de precios como mecanismo para la utilización del conocimiento Métodos de valoración sin mercado Azqueta: capítulo 4 en adelante, El método de cosotes evitados, El método del coste del viaje, El método de los precios hedónicos, El método de la valoración contingente. Métodos de estimación Gujarati, Econometría Lehman: capítulo 13, Análisis de regresión Encuestas Lehman: capitulo 6, Diseño de encuestas Baca Urbina General: