Alergia del Caballo a los alimentos La alergia a los alimentos en el caballo es algo infrecuente y esta es probablemente la razón de que no se entienda muy bien todavía su mecanismo. Constantemente se ven diagnósticos incorrectos, debido en la mayoría de los casos al escaso número de profesionales existentes especializados en este campo. No significa lo mismo el término “alergia” (reacción inmunológica a un elemento) que “reacción adversa” la cual ocurre, cuando por ejemplo, una comida causa una irritación en la piel porque contiene algún contaminante. Por suerte, los síntomas y el tratamiento de estos dos problemas son idénticos. Así pues, se utiliza en este último caso el término “alergia” aunque no sea realmente el diagnóstico exacto. Se han hecho muy pocos estudios sobre las alergias a la comida en el caballo. En estos momentos la información de que se dispone sobre la alergia en los caballos se basa más bien en datos algo anecdóticos y no en estudios realmente controlados. Las alergias en los caballos se clasifican como en los humanos en varios tipos: I (reacción inmediata) que incluye prurito, eritema y urticaria, tipo III (lesiones) Tipo IV, erupciones papulares. Las Etapas del Desarrollo de la Alergia Las alergias a los alimentos pueden empezar a cualquier edad y sus síntomas normalmente no cambian cuando se cambia de ambiente si no se varía la dieta. La primera etapa es la fase en la que el caballo desarrolla una sensibilidad a una parte de su dieta y en vez de tolerar la comida surge una respuesta anormal. El sistema inmunológico. Es importante notar que no se puede padecer una alergia hasta que el alergógeno no traspasa la barrera mucosa y por tanto queda expuesto el tejido en cuestión a dicho alergógeno. El tracto intestinal tiene varios mecanismos que previenen la absorción de sustancias que puedan causar alergias. Las enzimas intestinales actúan sobre moléculas grandes para que se conviertan en moléculas menos antigénicas. El moco y las curvas cerradas del epitelio no permiten a las macromoléculas pasar la barrera intestinal y así normalmente, no llegan al sistema inmunológico. El movimiento intestinal ayuda a proteger contra reacciones alérgicas, pues las moléculas pasan a una velocidad suficientemente alta como para no permitir la absorción. Si la molécula antigénica pasa a través de la barrera intestinal puede causar una reacción hipersensible. Esto puede pasar con animales jóvenes que no tiene una barrera intestinal completamente desarrollada o en animales mayores cuya barrera intestinal ha empezado a degenerar. También es común en animales que padecen alguna enfermedad gastrointestinal que ha llegado a dañar su barrera intestinal. No se conocen las razones por las que a veces hay una respuesta inmunológica anormal; puede ser debido a un problema genético o puede estar relacionado con otro problema secundario como una infestación de parásitos. Los antígenos de parásitos activan células que también reaccionan contra ciertos elementos de la dieta. Otra causa de alergias está relacionada con las glicoproteínas que se encuentran en muchos tipos de forrajes frescos y secados, cereales, piensos y ciertos suplementos. No se sabe cuales son las glicoproteínas o que parte de la glicoproteína funciona como un antígeno. Tampoco se sabe con exactitud cual es la incidencia de las alergias en los caballos pero está considerada poco común. Las sustancias que causan la mayoría de las reacciones adversas en caballos suelen ser la alfalfa, pulpa de remolacha, salvado, trébol, avena, patatas, trigo, aditivos a piensos y suplementos. Como se llega a un diagnostico A menudo es difícil saber el historial verdadero del del animal y esto es primordial para diagnosticar y controlar una alergia, hay que involucrar a la persona que maneja el caballo día a día, hay que saber la edad del animal, cuándo empezó el problema, en qué época del año, las condiciones ambientales, cambios en el ambiente y entorno del caballo y los efectos que estos cambios producen en los síntomas que padece. Hay que recoger la información completa de la dieta actual y anterior, piensos, aditivos, suplementos, forrajes y pastos, hay que averiguar si la dieta del caballo es consistente durante todo el año, se debe averiguar si el caballo ha recibido algún tratamiento previo y su resultado, si está recibiendo algún tratamiento en la actualidad, como se están controlando los insectos, cuando y como se desparasita y cualquier otra enfermedad que pueda padecer. Signos Clínicos Los signos clínicos son muy variables tanto en el caballo como en otras especies. La alergia normalmente se aprecia por una irritación de tipo prurítico, aunque también se puede percibir como una urticaria no prurítica. Otros signos dermatológicos incluyen angioedema, pápula, excoriaciones, eritema, alopecia, y lesiones vasales. También pueden darse síntomas gastrointestinales. El caballo puede así mismo padecer irritaciones de piel si existen en la cuadra o en su ambiente habitual ácaros en cantidades desproporcionadas. Se puede diagnosticar este problema tomando una muestra de la piel de la parte en la que se rasca el caballo, concretamente, recogiendo una biopsia o una citología de la superficie de la piel. La dermafitosis, y otros problemas de hongos o bacterias que son mucho más comunes en el caballo que las alergias, pueden causar irritaciones de piel parecidas a las que surgen por reacciones alérgicas. Así que, el primer paso para relacionar una alergia con un alimento es asegurarnos de que la irritación no proviene de otra fuente. En caso de duda, muchos veterinarios utilizan una terapia con ivermectina que puede ayudar a eliminar la posibilidad de infección por parásitos que también es una causa común en problemas de este tipo. Hay que saber diferenciar una alergia a un alimento de otros tipos de alergias, por ejemplo, a picaduras de insectos o a una alergia por contacto directo con un alergógeno. Las reacciones de contacto casi siempre tienen una erupción primaria y pueden ocurrir durante ciertas épocas del año, si están provocadas por una planta o durante todo el año, si están provocadas por algún elemento que se aplique o tenga contacto con la piel (cremas, medicaciones, champús, jaboncillos para limpiar o desinfectar el equipo etc.). La distribución de las lesiones, nos proporcionará mucha información sobre el posible origen de la alergia. Si se trata de alergia a picaduras de un determinado insecto, esta puede surgir durante ciertas temporadas o al llegar a un lugar con un ambiente nuevo (cuando el caballo viaja a concursos en regiones distintas a la suya). ¿La confirmación del diagnostico y posibles soluciones? Si la irritación ha surgido por un contaminante en el pienso, suplemento o forraje, con un simple cambio de alimento se puede resolver la situación. Sin embargo si padece realmente una alergia a un alimento, el tema es más complicado. Hay pocos piensos en el mercado hoy en día que publican exactamente lo que contienen y que ofrecen raciones con ingredientes que estén limitados para ayudar a animales que padecen alergia. La única manera fiable y definitiva de confirmar un diagnóstico de una alergia a un alimento es con la utilización de una dieta de eliminación. Se ha probado que las pruebas intradérmicas de alergógenos y las pruebas de serum no funcionan eficazmente a la hora de identificar una alergia. Estas pruebas diagnósticas, aunque pueden ayudar a identificar un irritante, han sido muy investigadas y producen un desproporcionado número de falsos positivos y falsos negativos. Las pruebas intradermales se pueden utilizar en la identificación de alergógenos importantes en individuos atípicos. La diagnosis de “Atopy”se hace con la historia de un individuo, los signos clínicos y la exclusión de otras dermatosis pruríticas. El diagnóstico en sí, no se hace con este tipo de prueba. Algunos de los pólenes incluidos en la pruebadiagnóstico de Atopy provienen de ciertos tipos de henos. Una reacción positiva en una prueba intradérmica a una hierba no quiere decir que dicha hierba sea un alergógeno cuando se utiliza como un alimento en la dieta. Sin embargo, la mayoría de los henos tienen diversos tipos de pólenes, provenientes tanto de la hierba como de otras plantas, polvo y otros irritantes. Por esta razón puede ser positivo un cambio en el tipo de heno que se utiliza o al menos debe proporcionárselo en el suelo y algo mojado para minimizar la cantidad de polvo e irritantes que siempre lleva. Debemos probar con una dieta correcta consiste en una sola fuente proteínica una sola fuente de carbohidratos y ambas deben provenir de fuentes nuevas que el sistema intestinal del caballo no conozca todavía. Puede ser un auténtico reto encontrar una proteína y un carbohidrato nuevo para el caballo, especialmente si no tenemos un historial completo del animal. Normalmente se empieza limitando el heno a un solo tipo, por ejemplo, alfalfa o heno de prado y ofreciendo un pienso en forma de granulado, esto es habitualmente la mejor opción para empezar. Hay que dejar de dar cualquier tipo de suplemento o aditivo hasta averiguar de donde viene el problema. Naturalmente, es tremendamente complejo manipular la dieta de esta manera para un caballo en competición o carreras. Se debe seguir la mencionada dieta de eliminación durante unas 8 a 12 semanas para ir identificando lo que puede ingerir el caballo y lo que no tolera. Entonces debemos ir introduciendo alimentos de manera controlada hasta identificar lo que puede tolerar el animal, normalmente un alimento nuevo por semana. A partir de que identifiquemos una dieta que no le cause irritación, se debería notar una mejoría en unas 4 o 6 semanas. Por supuesto, el propietario del caballo debe saber claramente al final de la prueba lo que no tolera el caballo. Manejo El único tratamiento efectivo para una alergia a un alimento es evitar el contacto con el alergógeno. Los antihistamínicos y la terapia con gluco-corticoides pueden probarse, pero no son muy eficaces a largo plazo. La carencia de piensos que limiten sus ingredientes dificulta el manejo de las alergias. Hay que buscar entidades que tengan un rango amplio de productos para ir probando hasta encontrar alguno que no tenga el ingrediente alergógeno y que al mismo tiempo se absorba bien y que tenga el nivel nutritivo necesario para el tipo de trabajo que realiza el caballo. Escrito por Coby Bolger – HORSE 1 - SPILLERS Centro de Nutrición Equina Referencia: Logas, D.B., G. Kunkle, M. Calderwood-Mays, and L. Frank 1992 Cholinergic pruritus in a horses J. Am. Vet. Med. Ass. 201:90-91 Logas, D.B., and J. Barbet 1999 Diseases characterized by wheals, papules or small nodules. In: Colohan, P.T. A.M. Merritt, J.N. Moore, and J.G. Mayhew (Eds= Equine Medicine and Surgery (5 th Ed.) pp. 1868-1946. Mosby Inc. St Louis. Reunión Anual de Nutrólogos Equinos – Kentucky EEUU, Octubre 2004 www.horse1.es