Daño cerebral

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ETIOLOGÍA DEL DAÑO CEREBRAL
Neuropsicología Clínica y Experimental
Neuropsicopatología
Universidad de San Buenaventura
Desde tiempos atrás, al menos desde la Grecia clásica, el ser humano ha mostrado un gran interés por conocer
la organización y la razón de ser de su actividad psicológica. Como se encuentran organizadas la memoria y el
lenguaje; como se produce el pensamiento y los procesos lógicos; y por qué aparecen precisamente en la
forma en que se presentan. Psicólogos, filósofos, fisiólogos, teólogos y lógicos han participado en el debate y
propuesto sus puntos de vista.
Pero desde hace apenas unos pocos siglos se supone que el cerebro es el responsable de la actividad
psicológica: recordamos con nuestro cerebro, hablamos con nuestro cerebro y pensamos con nuestro cerebro.
O más exactamente: quien recuerda, habla y piensa, es nuestro cerebro. Los que se llama actividad psicológica
es simplemente el resultado de la actividad cerebral.
Y hace apenas un poco más de un siglo se presentaron ante la comunidad científica del momento las primeras
demostraciones clínicas de que esto, efectivamente era así: si se lesionan áreas específicas del cerebro se
pierde la capacidad para hablar; si otras áreas diferentes son las afectadas, no es posible pensar lógicamente y
pensar racionalmente.
El estudio de los fundamentos biológicos de la actividad cognoscitiva y comportamental ha presentado
durante el último siglo una importancia creciente. Y, particularmente en las últimas décadas, ha aumentado en
forma notable la cantidad de investigaciones y de centros especializados dedicados de una u otra manera al
análisis de la organización biológica de los procesos psicológicos y al estudio de las formas en que estos
pueden alterarse en caso de daño o de disfunción cerebral.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la neurología y las ciencias biológicas por una parte, y la psicología y
las ciencias comportamentales por la otra, presentaban un desarrollo relativamente paralelo. Esto sin que la
neurología ni las ciencias biológicas en general pretendieran adentrarse en el análisis de los fenómenos
psicológicos. Y sin que la psicología ni las ciencias comportamentales se preocuparan de manera especial por
el conocimiento de las bases biológicas y neurofisiológicas que llevan a la aparición de los fenómenos
estudiados por la psicología: atención, percepción, memoria, lenguaje, procesos cognoscitivos complejos. Sin
embargo, una proporción considerable de las alteraciones del sistema nervioso se manifiestan exclusivamente
como cambios de la actividad psicológica y comportamental del paciente. Igualmente, los principios de la
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organización perceptual, o las leyes de la memoria y del aprendizaje, estudiados por la psicología, han de ser
el resultados, en términos estructurales, de determinadas formas de actividad y de organización particular del
sistema nervioso. El estudio de la organización cerebral de los procesos cognoscitivos y de sus alteraciones en
caso de daño o de disfunción cerebral ha sido denominado Neuropsicología.
Recordemos entonces que..... La Neuropsicología ocupa entonces un puesto intermedio entre la neurología y
las neurociencias básicas por una parte, y la psicología y las ciencias comportamentales por la otra. Su
objetivo está dirigido al estudio de la organización, a nivel del sistema nervioso, de la actividad psicológica.
Para lograr este objetivo, la neuropsicología recurre a procedimientos tanto experimentales como clínicos. La
observación sistemática de pacientes que han sufrido daño del sistema nervioso, tanto focal como global,
representa la fuente principal de datos de la neuropsicología clínica. Su interés en consecuencia es múltiple:
• Como área fundamental de conocimiento en el análisis y la investigación de la organización a nivel del
sistema nervioso de los fenómenos psicológicos y comportamentales;
• Como área clínica de trabajo, en el estudio y diagnóstico de sujetos humanos que han sufrido daño en el
sistema nervioso y como consecuencia de ello presentan alteraciones cognoscitivo−comportamentales; y
• Como área aplicada de trabajo, en el diseño e implementación de procedimientos remediales y
rehabilitativos en caso de daño del sistema nervioso.
La importancia del conocimiento de esta área de problemas no se limita al neurólogo o al psicólogo. Su
interés se extiende a diversas áreas cercanas de trabajo, tales como la psiquiatría, la rehabilitación, la
pedagogía, la gerontología y la psicología del desarrollo.
La importancia clínica y aplicada de la Neuropsicología es enorme. Se calcula que cada año un 1−2% de la
población general sufre lesiones cerebro−vasculares de diferente tipo. Aproximadamente el 80% de quienes
sobreviven presentan defectos residuales de tipo motor, sensorial y/o cognoscitivo. En Colombia, la
prevalencia de déficit residuales como consecuencia de lesiones vasculares cerebrales se podría calcular en
300.000 personas; de éstas, una proporción considerable presenta defectos cognoscitivos en el lenguaje, la
memoria, las habilidades espaciales, etc, parcial o totalmente incapacitantes. Igualmente, las secuelas de
traumatismos craneoencefálicos representan una causa frecuente de incapacidad social y laboral.
Aunque las estadísticas en Colombia son imprecisas y es difícil saber con exactitud la incidencia y la
prevalencia de los traumatismos craneoencefálicos de diferente tipo, sí se conoce que las muertes violentas
representan la principal causa de deceso de la población masculina comprendida entre los 20 y los 45 años.
Teniendo en cuenta el porcentaje tan alto de muertes violentas en el país, es razonable suponer que el número
de los incidentes violentos que implican traumatismos craneales no mortales, necesariamente debe ser
elevado. En otros países con condiciones de vida menos violenta y con políticas más adecuadas de seguridad
social y laboral, se calcula que el 1% de la población general sufre anualmente traumatismos
craneoencefálicos de diferente tipo y severidad.
Los tumores cerebrales tienen una incidencia y prevalencia relativamente baja (del orden del 20−50/100.000)
al igual que otros tipos de etiología de daño cerebral. Sin embargo, tomadas conjuntamente estas poblaciones
(pacientes con secuelas de enfermedades vasculares, traumatismos craneoencefálicos, tumores cerebrales y
otras etiologías), se esperaría que más de 500.000 personas (sobre un total de cerca de 30 millones de
habitantes) sufren en el país limitaciones cognoscitivas y comportamentales como consecuencia de daño del
sistema nervioso. Usualmente, el manejo de estos pacientes, durante su fase aguda lo realiza en neurólogo y/o
el neurocirujano. En su fase crónica, el fisiatra, el fonoaudiólogo y el neuropsicólogo se encargan de su
diagnóstico, seguimiento y rehabilitación.
Los déficit cognoscitivos unidos al desarrollo representan una causa frecuente de incapacidad. Los cálculos
sobre la prevalencia de dificultades específicos en el aprendizaje son altamente variables, y se sitúan entre el
1% y el 10% de la población infantil general: tales dificultades en el aprendizaje son de una u otra manera
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manejadas por toda una serie de especialistas: pedagogos, psicólogos educativos, pediatras, neurólogos,
fonoaudiólogos y también neuropsicólogos.
Los déficit cognoscitivos unidos al envejecimiento normal, y especialmente al envejecimiento patológico en
caso de demencias, son cada vez una causa más frecuente de atención especializada. De acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud, se calcula que el 6% de las personas mayores de 65 años, y el 12−15% de
las personas mayores de 70 años, presentan una demencia de una u otra etiología. El geriatra y el neurólogo
participan en el diagnóstico y manejo de los pacientes seniles y dementes, pero se requiere también el
concurso del neuropsicólogo en aspectos relacionados con el diagnóstico diferencial y manejo del paciente.
La acción del neuropsicólogo clínico se dirige desde el punto de vista asistencial a estos dos grupos
poblacionales (pacientes con daño cerebral) de diferente etiología, y paciente con déficit cognoscitivos unidos
al desarrollo), que tomados conjuntamente representarían cerca del 3−5% de la población en general, o sea en
Colombia cerca de un millón de personas. A pesar de la convergencia de diferentes grupos de profesionales
sobre este porcentaje de la población, sus necesidades asistenciales son evidentes.
Es importante mencionar el papel potencial del neuropsicólogo en campañas preventivas de salud en el ámbito
nacional. El interés existe durante los últimos años sobre los efectos cognoscitivos del uso de diferentes
drogas psicoactivas: alcohol, marihuana, cocaína, etc. ha permitido acumular un caudal de conocimientos e
información en neuropsicología, potencialmente útil en aspectos de medicina preventiva. Igualmente, la
difusión de información a escala social sobre problemas de aprendizaje, cambios cognoscitivos asociados al
envejecimiento normal y la demencia, y manejo de pacientes con daño cerebral, representa un posible aporte
para lograr un mejor tratamiento y ubicación de algunas poblaciones patológicas. La acción del
neuropsicólogo puede ayudar a disminuir los costos sociales de algunas patologías.
En algunos países la actividad del neuropsicólogo ha penetrado considerablemente en diversos tipos de
decisiones legales. Personas que realizan actos delictivos de diferente naturaleza son sometidos con una
frecuencia cada vez mayor a una rigurosa evaluación neuropsicológica, que se considera como un elemento
esencial en cualquier decisión legal que se tome. De manera similar, las decisiones de responsabilidad civil y
capacidad laboral pueden requerir el concurso de profesionales de la neuropsicología. Tal área de trabajo es
aún prácticamente inexistente en nuestro país, pero puede potencialmente llegar a desarrollarse en un futuro.
En Colombia, y en general en Latinoamérica, la neuropsicología constituye un área de trabajo relativamente
reciente. Pocas personas trabajan aún como neuropsicólogos profesionales y los cursos de neuropsicología
tienen apenas una década. Sin embargo, en estos dos lustros hemos sido testigos de un crecimiento
verdaderamente acelerado: se han creado en el país varias asociaciones profesionales, se han iniciado los
cursos de educación avanzada, más de un centenar de investigaciones originales han sido presentadas a la
comunidad científica nacional e internacional, y casi una docena de libros ha sido publicada. Este crecimiento
continuará sin lugar a dudas durante los próximos años, dada no sólo la importancia básica que presenta la
neuropsicología con su contribución a una mejor comprensión de la actividad cognoscitiva y del
comportamiento humano, sino también por su aplicación clínica y práctica a un porcentaje significativo de las
comunidades sociales.
Bibliografía recomendada:
Ardila A & Rosselli M (1992): Neuropsicología Clínica. Ed. Prensa Creativa. Medellín. Capítulo 2. Capítulo
11.
Fundamentos de Medicina. Neurología. CIB. Cuarta Edición. Medellín (1994). Capítulo 13, 34, 35, 43.
TALLER Nº2
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ETIOLOGÍA DEL DAÑO CEREBRAL
• Explique en que consisten las lesiones o Enfermedades Cerebro−Vasculares (ECV) y cuál es su
sintomatología?.
• Qué son los Traumatismos Craneoencefálicos (TEC) y cuál es su clasificación?
• Cómo afecta el uso de diferentes drogas psicoactivas, el funcionamiento cognoscitivo?
• Qué son la neoplasias cerebrales? En que consisten?
• Realice un paralelo entre el envejecimiento normal y las demencias
• Cómo se denomina los defectos cognoscitivos del lenguaje? Qué áreas cerebrales se encuentran
involucradas?
• Cómo se denomina los defectos cognoscitivos de la memoria?
• Cómo se denominan los defectos cognoscitivos de las habilidades espaciales?
• En un paciente que ha presentado una lesión cerebral, es ideal el trabajo interdisciplinario. Cuál es el aporte
desde la psiquiatría?, la pedagogía?, la geronotología?, la psicología del desarrollo?, la pediatría?, la
neurología?, la fonoaudiología?, la psicología educativa?, la neuropsicología?,
• Qué otras etiologías del daño cerebral se pueden presentar?. Explique.
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