Septiembre de 2008 Montevideo - Uruguay DISLIPEMIAS E HIPERCOLESTEROLEMIA Se define como la alteración en la concentración de lipoproteínas en la sangre transportadoras de colesterol, triglicéridos y otras sustancias. Estas son un factor de riesgo de ateroesclerosis, en particular cuando aumenta el colesterol LDL o lipoproteína de baja intensidad conocido también como “colesterol malo” y/o disminuye el colesterol HDL o lipoproteína de alta intensidad “colesterol bueno”, ya que es el que impide que el colesterol se acumule alrededor de las arterias. ¿Qué quiere decir “colesterol bueno” y “colesterol malo”? La elevada cantidad de grasa (colesterol y triglicéridos); durante el transcurso del tiempo se van depositando en las paredes de las arterias, engrosándolas y dificultando el pasaje de la sangre hacia los órganos vitales. Si esos valores altos de colesterol y triglicéridos no son tratados, contribuyen en gran medida a la aparición de enfermedades cardíacas y circulatorias, siendo éstas; una de las principales causa de mortalidad en nuestro país. El colesterol en nuestro organismo se origina por medio de dos vías distintas, alrededor del 70% del total de colesterol lo sintetiza nuestro propio organismo, por otro lado; lo que ingerimos con los alimentos (principalmente los de origen animal) constituyen aproximadamente el 30% restante. Como observamos, existen alimentos que aumentan la producción de colesterol por parte de nuestro organismo; los que contienen mayor cantidad son: yema de huevo, sesos y vísceras (hígado, riñón), manteca, grasa de origen animal y derivados de la panificación (contienen grasas saturadas), shortening (fuente de grasas trans) que participan en la fijación de la grasa a las paredes de las arterias. Las grasas trans y saturadas aumentan la síntesis del colesterol y además favorecen la formación de coágulos de sangre en el interior de los vasos sanguíneos. Por lo tanto una dieta rica en grasas tiende a aumentar el colesterol predisponiendo así a la aparición de la ateroesclerosis. La tendencia actual es promover una terapia a fin de reducir el colesterol LDL y dar mayor prioridad a la prevención primaria en personas con múltiple factores de riesgo. Por lo tanto, lo deseable es tener el colesterol total por debajo de 200 mg/dl en sangre; para ello debemos modificar ciertas conductas de vida y hábitos alimentarios. ASPECTOS A VALORAR Presencia de factores de riesgo (FR) no lipídicos: -No modificables: existen factores hereditarios que predisponen al aumento de colesterol en sangre, principalmente los antecedentes familiares de episodios vasculares isquémicos antes de los 55 años en hombres y menores de 65 años en mujeres. Además existen factores como: la edad, sexo (masculino) de mayor prevalencia, estado posmenopáusico en mujeres, entre otros; que predisponen aún más el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias. -Modificables: tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, obesidad abdominal, sedentarismo, alto consumo de grasa saturada y colesterol. Antecedentes personales: cardiopatía isquémica, accidentes vasculares encefálicos, arteriopatía obstructiva. Uso de fármacos: complementan dieta, ejercicio, abandono de tabaquismo, y la corrección de otros factores de riesgo. Se indican si no hay respuesta a esas medidas durante un período adecuado o desde el inicio cuando hay alto riesgo. Diagnostico nutricional: - Identificación prioritaria de obesidad abdominal. - Estudio de ingesta habitual de factores dietéticos negativos: grasa saturada, formas de preparación hipergrasas, alcohol y azúcares, escasa fibra. Profundizar en calidad y frecuencia de consumo de carnes y derivados, huevos, lácteos, panificados, frituras, postres, chocolates, y aceptabilidad para verduras, frutas, aceites crudos y pescados. - Características de la actividad física. “Recordemos que si una persona presenta principalmente un nivel elevado de colesterol en sangre, por encima se le agrega diabetes, hábitos perjudiciales como el tabaquismo, la falta de actividad física, el estrés, la ingesta excesiva de sal (mayor a 6 gramos/día); la sumatoria de estos factores de riesgo determinan un brusco aumento de la prevalencia e incidencia (número de nuevos casos que se presentan en la población) de enfermedades cardiovasculares año a año”. Debemos alcanzar los objetivos más exigentes de reducción de colesterol: -En prevención primaria: LDL menor que 100 – 130mg/dl, cuando se presenta dislipemia más un factor de riesgo no lipídico. -En prevención secundaria: alto riesgo: LDL menor que 70 –100mg/dl, cuando se presenta dislipemia severa o dislipemia con más de 2 factores de riesgo no lipídico. “RECOMENDACIONES PARA REDUCIR EL COLESTEROL, ES UNA CUESTION DE VIDA” Debe controlar otros factores de riesgo de enfermedad cardiaca: La hipertensión La diabetes Ácido úrico Debe intensificar las modificaciones en los hábitos de vida: Dieta saludable, que contemple al menos 5 porciones al día de frutas y verduras, consumir cereales integrales y carnes magras preferentemente pollo sin piel y pescados frescos. Ejercicio en forma periódica (30 minutos por día). Ajuste de peso, mantener un índice de masa corporal menor a 25 kg/m2. Abandonar el hábito de fumar. Consumo moderado de alcohol. Controlar el nivel de colesterol en sangre anualmente principalmente cuando los valores de colesterol oscilan entre 200 mg/dl y 239 mg/dl y seguir una dieta saludable y cambios en el estilo de vida. Con valores mayores a 240 mg/dl debemos someternos a un tratamiento medico-dietético más intenso con controles periódicos. ESQUEMA GENERAL PARA LA SELECCIÓN DE LOS ALIMENTOS PREVENCION PRIMARIA DE ATEROSCLEROSIS 1er CONSENSO NACIONAL DE ATEROSCLEROSIS ALIMENTOS DE PREFERENCIA ALIMENTOS DE CONSUMO MODERADO ALIMENTOS NO ACONSEJADOS Leche o yogures descremados o semidescremados. Lácteos adicionados con Omega 3 o minerales. Quesos de bajo tenor graso: magros, ricota, requesón descremado. Claras de huevo. Pescados de todo tipo: al menos 2 veces por semana, de preferencia pescados grasos (sardinas o atún fresco, palometa, salmón, lisa, bagre u otros). Verduras y frutas: al menos 5 porciones al día. Cereales comunes o integrales (arroz, harinas, etc.). Pan y galletas comunes o integrales. Leguminosas (lentejas, porotos, garbanzos). Aceites crudos. De preferencia: aceite de arroz, soja, canola, oliva, o mezclas de éste con cualquiera de los comunes. Carne vacuna magra (pulpas desgrasadas). Pollo sin piel (de preferencia pechuga sin piel). Pulpa magra de cerdo. Quesos de moderado tenor graso: muzzarella, dambo, cuartirolo o similares. Yema de huevo: no superar 3 unidades en la semana. Cortes grasos de vacuno u otras carnes, gallina, vísceras y achuras. Embutidos (chorizos, frankfurters, etc.). Fiambres. Quesos grasos. Patés, corned-beef. Tocino, panceta, grasa, animal, o vegetal: margarinas sólidas, manteca, crema doble. Snacks, productos aperitivos. Chocolate. Dulce de leche. Helados cremosos. Alfajores. Masitas. Bizcochos. Panes, galletas y masas preelaborados con grasas o aceites hidrogenados. Comidas rápidas o minutas de alto tenor graso: papas fritas, milanesas, tortas o tartas de fiambres o carnes, empanadas, similares. La presente selección de alimentos fue realizada atendiendo a los avances en el conocimiento de las grasas y otras sustancias que la componen, tomando en cuenta su aplicabilidad en la disponibilidad y en nuestros hábitos alimentarios; y habiéndose analizado ciertos puntos todavía polémicos o discordantes. Deberá ser ajustada a nuevos fundamentos, pudiendo recategorizarse los grupos o modificarse la composición de los productos.