Comentario de David Hume. Vida y obra. Nace en Edimburgo en el año 1711, cursa sus estudios universitarios en su ciudad natal. Desde joven muestra gran interés por Isaac Newton. Estuvo parte de su vida en Francia donde estudió a Descartes y escribio algunas de sus obras. Fracasó en el intento de ocupar las cátedras de ética en la Universidad de Edimburgo, y la de lógica en la Universidad de Glasgow; sólo consiguió el puesto de bibliotecario en la facultad de derecho de Edimburgo. Luego ocupó un cargo en la embajada de París, donde alcanza un gran renombre, en 1769 se retira definitivamente, y muere en el año 1776. Su obra constituye una auténtica síntesis de los ideales de la Ilustración y su filosofía constituye la formulación definitiva del empirismo británico. La primera obra de Hume, el Tratado de la naturaleza humana, publicado anóninamente en 1739, expone ya los fundamentos definitivos de su filosofía, concebida como una ciencia del hombre, cuyas bases debían buscarse en el estudio de la naturaleza humana y de los límites de su conocimiento. En tratados posteriores, como Investigación sobre el conocimiento humano, Investigación sobre los prinicipios de la moral e Investigación sobre las pasiones, Hume se limita a explicar las concepciones básicas de su sistema. Aparte de ello, escribió numerosos ensayos sobre temas políticos, históricos y económicos, entre los cuales cabe destacar la monumental Historia de Inglaterra, Discursos políticos e Historia natural de la religión. Sección dos. Sobre el origen de las ideas. Hume empieza haciendo una introducción, para luego enunciar el principio de inmanencia, en el que separa todas las percepciones de la mente en dos clases, impresiones e ideas. Para él las impresiones son los fenómenos psíquicos actuales, las vivencias del presente, son intensos; y las ideas o pensamientos son fenómenos psíquicos reproducidos, son menos intensos, poseen un carácter difuso. El orden en que se producen estas percepciones es, tenemos una impresión de sensación, que produce una idea de sensación, luego aparece la impresión de reflexión que produce nuevas ideas y nuevas impresiones de reflexión, así hasta el infinito. Al igual que Locke, Hume establece una distinción paralela entre ideas simples (provenientes de la impresión) e ideas complejas (generalizaciones). De cualquier forma, toda idea compleja puede reducirse a ideas simples, por ello, el conocimiento proviene siempre de las impresiones. Luego explica el principio empirista: aunque nuestro pensamiento parece poseer una libertad ilimitada, en realidad está reducido a límites muy estrechos, ya que todos los materiales del pensar se derivan de nuestra percepción interna o externa, por lo tanto la razón no puede engendrar nunca por sí sola una idea original. Seguidamente expone el principio de copia, en el que dice que todas nuestras ideas no son sino copias de nuestras impresiones, es decir, que no es imposible pensar algo que no hemos sentido previamente con nuestros sentidos internos o externos. También niega las ideas innatas, diciendo que si innato significa simultáneo a nuestro nacimiento y por lo tanto es original y no copiado, entonces no hay ideas innatas. Critica la idea de Dios, y utiliza ejemplos, del ciego con los colores y el sordo con los sonidos, para explicar la importancia de la experiencia. Hume pone un ejemplo, en una escala de diferentes tonos de azul falta un tono, él dice que es posible inmaginarlo y este ejemplo sirve de ejemplo de que las ideas simples no siempre se derivan de impresiones correspondientes, sim embargo Hume considera este caso excepcional y según él no merece alterar el principio de copia por su causa. Hume critica a la metafísica, porque las ideas abastractas son oscuras y débiles, tienden a confundirse con otras ideas semejantes. Y explica que si sospechamos que un termino filosófico se emplea sin idea alguna, no hay más que preguntarse de qué impresión se deriva la supuesta idea, y si es imposible asignarle alguna, 1 confirmaríamos nuestra sospecha. Sección tres. De la asociación de ideas. Hume enuncia el principio de asociación de ideas, en el que dice que las ideas no se encuentran desconectadas en la mente. Por un lado, la imaginación tiene un gran poder y libertad para mezclar y combinar a su gusto. Pero existe también, en las ideas en sí mismas, una especie de atracción, que tiene en el mundo mental efectos tan extraordinarios como en el natural, aunque sus causas sean en gran parte desconocidas; esta atracción es como una gran fuerza suave que normalmente prevalece. E igual que Newton, Hume la reduce a leyes: semejanza, contigüidad y causa−efecto. Que no existan más que estas tres leyes es algo que Hume considera difícil de demostrar . Los ejemplos que utiliza para cada ley son: • Semejanza: una pintura conduce naturalmente nuestros pensamientos al original. • Contigüidad: la mención de la habitación de un edificio lleva a preguntar naturalmente acerca de las demás. • Causa−efecto: si pensamos en una herida resulta difícil no pensar naturalmente en el dolor consiguiente. Sección cuatro. Dudas escépticas acerca de las operaciones del entendimiento. Hume comienza esta sección dividiendo los objetos de la investigación humana en dos grupos, para ello se inspira en Leibniz: • Relaciones de ideas: pertenen las ciencias que son intuitiva o demostrativamente ciertas, como el álgebra, la geometría y la aritmética, pueden descubrirse por la mera operación del pensamiento y es imposible concebir su contradicción. • Cuestiones de hecho: es posible su contradicción y pueden ser concebidas con la misma facilidad que si fueran totalmente ajustadas a la realidad, su verdad no es demostrable racionalmente y no son necesarios, como la física. A las cuestiones de hecho le corresponden razones probables. Hume se da cuenta de que el problema está en el futuro, ya que sobre él no podemos tener ninguna impresión. Sin embargo, hay acontecimientos futuros que parecen absolutamente evidentes, ¿En qué se basa esta evidencia? Para ello da las siguientes respuestas: • Todos los razonamientos acerca de cuestiones de hecho parecen fundarse en la relación causa−efecto. Tan sólo por medio de esta relación podemos ir más allá de nustra memoria y sentidos. • Las causas y los efectos no pueden descubrirse por la razón, sino únicamente por la experiencia. • Todos los argumentos que se fundan en la experiencia están basados en la semejanza que descubrimos en los objetos naturales, la cual nos induce a esperar efectos semejantes a los que hemos visto seguir a tales objetos. • La costumbre es la guia de la vida humana. Es decir, es la costumbre la que me induce a la creencia de que volverá a repetirse el mismo acontecimiento. La seguridad en el futuro no se basa en la razón ni es absoluta, sino es una creencia basada en la costumbre. Mediante estas respuestas Hume critica la conexión necesaria entre causa y efecto, porque no existe una impresión que la genere, es creada por nuestra mente a través de la experiencia. Vocabulario. • Percepción. Es todo lo que puede estar presenre en la mente, bien por medio de los sentidos, a través de la pasión, o bien del ejercicio del pensamiento o la reflexión. Todas las percepciones de la mente se dividen en dos clases: 2 • Impresiones. Afecta a la mente con una singular fuerza y vivacidad, haciendo su aparición en ella de un modo absolutamente original. Éstas se dividen en dos clases: las de sensación, también llamadas originales, y las de reflexión, también llamadas secundarias. • Ideas. Son las imágenes débiles de las impresiones en el pensamiento. Entre impresión e idea hay la misma diferencia que existe entre sentir y pensar. Las ideas se dividen en simples y complejas. • Costumbre. Es un hábito obtenido a partir de experiencias múltiples pasadas, sin ningún nuevo razonamiento ni conclusión, que crea en la mente una inclinación a establecer inferencias. La costumbre actúa antes de toda reflexión y es el fundamento de nuestros juicios. • Creencia. Es una idea viva relacionada o asociada con una impresión presente. La impresión presente infunde fuerza y vivacidad a la idea, y con ello produce el asentimiento o creencia. Conclusión. La influencia de Hume en la filosofía ha sido enorme. La influencia que Kant explícitamente dijo haber recibido de él en su análisis del conocimiento hace, a veces, olvidar su importante aportación a la historia y a la economía. Su escepticismo le llevó a rechazar cualquier argumentación racional en el campo de lo religioso y a considerar que el comportamiento moral no es resultado de un cierto tipo de razonamiento, sino del hábito de realizar actos agradables para los individuos y conduncentes a una convivencia satisfactoria. También enuncia una teoría política en la que dice que es la utilidad de los hombres lo que explica la formación de las sociedades a partir de la célula familiar. Es un hombre que investigó en muchas ramas de las ciencias sociales, y sus ideales son muy parecidos a los de la sociedad actual. Para concluir fue un hombre que no tuvo miedo de decir lo que realmente pensaba, a pesar de que todos los demás iban a estar en su contra, pero al final el tiempo le dio la razón. 3