Manchonería: Una discreta opinión sobre el dragado del Guadalquivir. Página 1 de 2 Por Antonio Rodríguez Sierra. Publicado en www.manchoneria.es Una discreta opinión sobre el dragado del Guadalquivir. Por: Antonio Rodríguez Sierra. Un amigo me pide que comente una noticia 1 en la que el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente dice que "no quiero pasar a la historia como el ministro que acabó con el cultivo del arroz en el Guadalquivir y salinizó las marismas de Doñana". Como soy muy bien mandado para según qué cosas, me pongo a ello. Antes de nada: este comentario se centra exclusivamente en lo que Arias Cañete dice en la noticia, no en otras implicaciones añadidas que habría que considerar a parte. El mundo de la conservación es muy curioso. Hay gente muy interesante, con amplios conocimientos y un honesto interés en conocer y aprender cosas, con quien una charla se convierte en una lección magistral sobre cualquier tema. Pero también hay, y se hace notar más porque hace más ruido, el de la foto fija: el que ha conocido algo de una manera, el que piensa que determinado sitio sólo debiera ser de una forma y no hay manera de hacerle entender que la ecología es cambio y adaptación al mismo. Generalmente porque de ecología (y ecologismo del bueno) entiende lo que yo de fútbol americano o de béisbol (iba a decir de "fútbol" a secas, pero esta inmersión cultural a cojones hace que me sorprenda a mi mismo comentando cosas que no sabía que sabía sobre dicho "deporte"). En la noticia, el Ministro habla del dragado de la ría (que no río) del Guadalquivir y de dos posibles efectos del mismo: la salinidad de Doñana y la salinidad de los cultivos. Parecen lo mismo pero no tienen nada que ver. Si se profundiza el canal principal del río para favorecer la entrada de barcos de mayor calado, como es lógico, se aumenta el volumen de agua circulante por el mismo, lo que supone que la subida de la marea introducirá mayor cantidad de agua del mar en la ría y se necesitará mayor volumen para el control del llamado "tapón salino". Vamos por partes. El Ministro dice que "puede provocar que las orillas se vayan deteriorando y las marismas siendo invadidas por aguas salinizadas". No entiendo qué significa el agua "salinizada" y que las orillas de Doñana se deterioren tampoco es que tenga mayor trascendencia. En cuanto a las marismas, éstas no se llenan con agua del Guadalquivir. Si fuese así no habría problemas los años de sequía, porque el propio régimen mareal lo inundaría todo. En realidad éstas se inundan con las aguas que provienen del Guadiamar, la Madre, la Rocina y el resto de cursos de agua que discurren desde Sierra Morena, además de las precipitaciones directas. Pero, es más, como todo el mundo que conozca esas marismas sabe, los suelos ya son salinos por su propio origen. No parece probable que el dragado vaya a aumentar su contenido en sales de los terrenos ni modificar los ecosistemas marismeños. Otra cosa distinta son los terrenos agrícolas. Hace varias décadas que la marisma se transformó para su cultivo, construyendo sistemas de drenaje para evitar su encharcamiento y "lavar" la sal de las capas superficiales de terreno en aquellos que no se destinaron al cultivo del arroz. Se teme que la subida de aguas con mayor carga de sales puede provocar su entrada en acuíferos, salinizarlos y que este exceso de sal pueda llegar, por capilaridad, de nuevo a las capas superiores de los cultivos, inutilizándolas. Reconozco que aquí me pierdo un poco, porque esto es un problema de presiones, de energías potenciales y carezco de datos y de conocimientos. Un acuífero no es una cisterna, es una roca porosa empapada en agua. Las características del acuífero dependen del tipo y cantidad de sales disueltas en sus aguas. El agua contenida en la roca se mantiene en ella si está confinada entre otras rocas impermeables o se escapa cuando este acuífero tiene una salida por algún sitio, caso de una fuente o que un río corte el perfil de sus estratos. Es decir, un río es uno de esos sitios por donde el acuífero se descarga. Que conste que no tengo muy claro que los materiales de la marisma sean muy buenos para contener un acuífero como tal, pero está claro que la interfaz río/acuífero se puede dar justo en la orilla del Guadalquivir. Ahora entran aquí las presiones. Si el acuífero está muy cargado, es decir, si el agua contenida en el mismo ocupa un gran espacio (no sólo en superficie, sino también en altura) de manera que toda ella presiona sobre 1 http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/19/andalucia_sevilla/1379588716.html Manchonería: Una discreta opinión sobre el dragado del Guadalquivir. Página 2 de 2 Por Antonio Rodríguez Sierra. Publicado en www.manchoneria.es las zonas de descarga, es poco probable que el agua salina, que se sitúa en una zona de energía potencial (en el sentido físico del término) menor, pueda invadirlo. Pero si este acuífero, como consecuencia de escasas precipitaciones o un exceso de extracciones (ya sea para consumo urbano, industrial o agrícola) está muy reducido, su energía potencial (la que genera esa "presión de descarga") puede llegar a ser menor que la de la masa de agua salina presente en el propio río. Entonces, el agua salina entraría en el acuífero y, si se dan las circunstancias adecuadas, podría subir por capilaridad hacia el terreno de cultivo. Para visualizar el significado de la energía potencial se puede ejemplificar en esta presa. Supongamos que la presa es el acuífero. El agua sale de la presa porque existe un desnivel y el agua de arriba empuja a la de abajo. Si la zona baja de la presa fuese el río con agua salobre, ésta no puede entrar en la presa a consecuencia de la presión que ejerce la que contiene la misma. Sin embargo, si la presa está muy vacía (si el acuífero estuviera descargado), la presión del agua contenida puede ser menor y pudiera darse el caso que el agua del exterior del embalse entrase al interior. Éste último sería el caso de la invasión de agua salada de la ría a la zona de cultivos. (Extraido de http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hydroelectric_dam.svg) Es decir, desde mi punto de vista, el cultivo que estaría más afectado sería el de herbáceas de regadío: maíz, sorgo, algodón, tomate... Sin embargo, el caso del arroz podría ser distinto por su propia naturaleza: es un cultivo inundado que se nutre de agua que (al menos en la margen izquierda) ya no procede del río, sino que prácticamente es agua dulce. Aquí la capilaridad ya existe, puesto que los terrenos no tienen catufos y otros elementos de drenaje de este tipo, por lo que una posible intrusión de agua marina puede que no tuviera mucho efecto. De lo que nadie habla es de la propia ría, sus ecosistemas y de su importancia económica. Ahí sí pienso que está el verdadero problema. Pero todo esto no es más que una opinión, seguramente equivocada porque haya dejado de considerar mil factores. Que estaría encantado de conocer y que agradecería que me enseñaran.