Descentralización Político Administrativa y su Impacto en las Universidades Regionales

Anuncio
Descentralización Político Administrativa y su Impacto en las Universidades Regionales
Ricardo Cifuentes Lillo
Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo
2015
Resumen
En el marco de un nuevo modelo de descentralización la relación entre los Gobiernos
Regionales y las universidades conforma una realidad deseada, necesaria y, en
consecuencia, altamente valorada, en tanto expresa la imprescindible interacción entre el
conocimiento y la acción pública, que fundamenta, orienta y proyecta la política pública en
pos del bienestar general de la población y su entorno. Sin embargo, la materialización del
virtuosismo del vínculo para convocar a las instituciones a este propósito, conlleva cuando
menos el reconocimiento de lo realizado – espacios de actuación – o proyectado – espacios
de interacción; así como también las capacidades utilizadas por los involucrados, el cómo
se implementan las acciones y los medios con los que se cuenta para la consecución de lo
deseado y los resultados y efectos producidos, entre otros aspectos.
Abstract
Within the framework of a new model of decentralization, the relationship between regional
government bodies and universities becomes a necessary and a highly valued one as it
embodies the inextricable relationship between knowledge and public initiative, which
orientates public policies towards the public welfare. Nonetheless, bringing both entities
together around the above mentioned purpose entails acknowledging (i) what has already
been achieved, namely space of action –or a projected one- space of interaction, (ii) the
capabilities of those involved, (iii) how objectives will be achieved and the means to be
employed, and (iv) the expected outcomes, among others
A modo de Introducción
En los últimos 25 años, Chile ha progresado más que en ningún otro período de su historia
independiente. Sin embargo, nuestro proceso de desarrollo tiene aún grandes deudas
pendientes, siendo la inequidad regional una de las más importantes y urgentes de
reparar, siendo aquello uno de los grandes desafíos del periodo 2014-2018.
Chile es un país centralista. Hasta ahora hemos desperdiciado las enormes capacidades y
potencialidades de nuestras regiones, lo que ha limitado nuestro crecimiento económico y
competitividad. Por esta razón, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet ha tomado
la decisión de impulsar una ambiciosa Agenda de Descentralización, entendida como una
política de Estado permanente e irreversible, que está compuesta por un conjunto de
iniciativas dirigidas a darle más poder a las regiones de Chile y más autonomía en sus
decisiones y en el manejo de los recursos, de manera que en el futuro puedan construir
sus estrategias de crecimiento a partir de sus propias necesidades, anhelos, prioridades y
particularidades.
En esa Agenda se juega buena parte de nuestro bienestar futuro, ya que es un paso clave
para derrotar la desigualdad y lograr un desarrollo inclusivo que acorte las brechas
existentes entre Santiago y las demás regiones, y entre las ciudades capitales regionales y
las comunas y localidades del interior.
Son demasiadas las decisiones sobre temas importantes para las regiones que se siguen
adoptando en la capital. Siempre, por cierto, con la mejor de las intenciones, pero los
hechos demuestran que también muchas veces esas mismas decisiones se toman sin
comprender cabalmente las realidades locales. Chile necesita a sus regiones. Un país que
no incluye a sus territorios en su proceso de desarrollo, hace que ese desarrollo sea
precario, injusto y generador de desconfianzas y resentimientos.
Por eso, tenemos la convicción de que la descentralización es un proceso que necesitamos
y queremos emprender. Debemos crear un nuevo paradigma para Chile, pues, en
definitiva, se trata de construir un país distinto, de impulsar un cambio cultural, y de
transformar costumbres y comportamientos arraigados a lo largo de toda nuestra historia.
Si revisamos nuestra historia vemos que el Estado chileno se ha configurado en el marco
de una estructura centralizada y unitaria, ello desde el orden institucional que se expresó
en la Constitución Política de 1833. La organización territorial de la administración del
Estado ha ido evolucionando en el nivel intermedio desde las originarias tres provincias
(Concepción, Coquimbo y Santiago) hasta las actuales 15 regiones. En el nivel local se ha
definido como departamentos, subdelegaciones, distritos hasta las actuales comunas. El
Estado Unitario en Chile ha sido consagrado en las constituciones de 1833, 1925 y 1980, y
el gobierno y administración territorial ha sido ejercido de forma centralizada y radicada
en la figura del Intendente como representante del Presidente de la República en la región.
El modelo de que predomina actualmente, que podremos denominar Regionalización
Desconcentrada se inicia en la década del setenta del siglo XX, con la promulgación de los
Decretos Leyes N° 573 “Estatuto de Gobierno y Administración Interior del Estado” y N°
575 “Regionalización del País”. En ellos se establece gran parte de la actual organización de
la administración pública territorial. Es así como en cada una de las regiones la ley permite
que se establezcan las oficinas desconcentradas de los Ministerios denominadas
Secretarías Regionales Ministeriales (SEREMIAS) y junto con ello las oficinas
desconcentradas de los servicios nacionales, actualmente conocidas como Direcciones
Regionales.
La reforma constitucional de 1991 en materia de Gobierno Interior y Administración
Regional creó los gobiernos regionales, entidades descentralizadas, cuyo objetivo principal
es la administración superior de la región en materias de desarrollo económico, social y
cultural. De esta manera, se introdujo en el modelo vigente un ente descentralizado, pero
de estructura mixta, es decir, la representación de la ciudadanía de la región expresada en
el Consejo Regional -electo inicialmente por los concejales y, a partir de la reforma
constitucional de 2009, directamente por la ciudadanía- y el Intendente como
representante del Presidente de la República.
De esta forma, se constituyó un modelo de administración regional con una fuerte
participación de la administración central del Estado en cada una de las regiones y en
algunos casos en sus expresiones provinciales y comunales. Es así como en las regiones se
encuentran instaladas en promedio 17 Secretarías Regionales Ministeriales y 53 oficinas de
servicios públicos nacionales.
Las Leyes de Descentralización Regional
La propuesta para el periodo 2014/2018 es avanzar en la instalación de un nuevo modelo
que considera las administraciones regionales y comunales como una forma de
distribución territorial del poder a través de corporaciones de derecho público autónomas,
como el caso de los municipios, mientras que los gobiernos regionales gozarán de mayor
autonomía. Sus autoridades serán elegidas de forma directa por la ciudadanía y contarán
con competencias y recursos financieros para resolver las demandas de la población y
promover el desarrollo económico, social y ambiental de sus territorios. Se
complementará y articulará en esta tarea con la administración central (Nacional y
Regional) en el marco de las Políticas Nacionales y el Presupuesto.
Existirá un representante del Presidente de la República en cada una de las regiones que
tendrá asiento en la capital regional, quien ejercerá las funciones de Gobierno Interior, así
como la coordinación de los gobernadores provinciales. Una reorganización de la
distribución del poder en los niveles territoriales, no implicará la pérdida de la importancia
de la Administración del Nivel Central en cada una de las regiones. Es por ello que los
ministerios mantendrán sus administraciones desconcentradas en las regiones
representadas por las secretarías regionales ministeriales, cuyos secretarios regionales
seguirán siendo nombrados por el Presidente de la República, a través de una terna
propuesta por el Gobernador Regional. Sus principales funciones serán promover la
aplicación de las políticas nacionales en las regiones, coordinar los servicios nacionales
emplazados en la región y otras inherentes al desarrollo de las tareas ministeriales.
El modelo se basa en el principio de que al Gobierno Central le corresponde el diseño de
políticas, normas y estándares nacionales, además de las tareas de fiscalización y
administración de la Seguridad Interior y la Migración. A los gobiernos regionales les
corresponde, principalmente, la tarea de promoción de desarrollo territorial, en armonía
con las políticas nacionales impulsadas desde los ministerios.
El sistema Actual de Universidades
En este contexto, ad-portas de iniciar un nuevo proceso de cambios institucionales de
importancia en la educación superior, es necesario hacer notar que al igual que el proceso
de descentralización iniciado el año 1991, las Universidades en particular fueron sujetos
de cambio a través de la política de regionalización del año 1980 (Art.3 CPR). En particular,
para el sistema de universidades el proceso se inicia en la década del 80, específicamente
con la promulgación del D.L. Nº3.541 del año 1980 y al año siguiente con el D.F.L. Nº 23.541.
El sistema de educación superior en el país se organiza a partir del DL 3.464 de 1980, que
aprueba la Constitución de la República (Constitución de 1980), donde se establece la
libertad para abrir y mantener instituciones educativas considerando en ello las
Universidades. En adición a lo anterior, el DL 3.541 y los DFL 1 y DFL 2 promueven la
reorganización del sistema universitario estatal existente a partir del año 1980. En este
marco los objetivos propuestos en la época para las universidades se sustentan en la
autonomía y descentralización para promover la educación superior, la investigación, el
raciocinio y la cultura y que esta debe atender adecuadamente los intereses y necesidades
del país, al más alto nivel de excelencia. Para ello, las universidades deberán promover la
investigación, creación, preservación y transmisión del saber universal y el cultivo de las
artes y de las letras; contribuir también al desarrollo espiritual y cultural del país, de
acuerdo con los valores de su tradición histórica, entre otros aspectos.
La reorganización del sistema actual de universidades comienza con la reestructuración en
la década del ochenta de las principales universidades estatales, como es el caso particular
de la Universidad de Chile y la
Universidad Técnica del Estado (UTE), y sus sedes
regionales. Esta reestructuración, si bien tiene como objetivo la racionalización del
sistema, ello constituirá la base de las universidades descentralizadas de derecho público y
de carácter regional1. En la década del noventa la Pontificia Universidad Católica 2 sigue una
política de reorganización y, junto con ello, el ingreso de las universidades privadas al
nuevo sistema.
De forma complementaria en el mismo periodo, es decir, en la década de los ochenta, se
aprueba el DFL Nº5 de 1981, que crea los Institutos Profesionales (IP) y el DFL Nº 24, que
crea los Centros de Formación Técnica (CFT). Con esta institucionalidad se inicia la
conformación del Sistema de Educación Superior en el país actualmente vigente.
En las décadas siguientes se promovieron e implementaron una serie de políticas que
apuntaban a mejorar los aspectos de equidad y calidad en la educación superior. En ese
sentido se crea la Ley 19.287 que establece el Fondo Solidario de Crédito Universitario
(FSCU) para los estudiantes pertenecientes a las Universidades del Consejo de Rectores
(CRUCH) y la Ley 20.027 que crea el Crédito con Aval de Estado para todos los estudiantes.
También se formuló y aprobó la Ley 20.129 relativa al Sistema Nacional de Aseguramiento
de la Calidad, que crea los organismos actuales Comisión Nacional de Acreditación (CNA),
el Consejo Nacional de Educación (CNED) y el Servicio de Información de Educación
Superior (SIES).
Las políticas confirmaron de manera explícita los objetivos de equidad y calidad, como
también la importancia de la regionalización y la internacionalización. Como resultado de
esta política, el gobierno3, con apoyo del Banco Mundial, creó el Programa Mejoramiento
1 Se crearon así: la Universidad de Antofagasta, Universidad de Atacama, Universidad del
BíoBío, Universidad de Magallanes y la Universidad de la Frontera. La noción de Universidad
Regional será abordada más adelante.
2 Se crean las nuevas universidades Católica del Maule, Católica de Temuco y Católica de la
Santísima Concepción).
3Tales orientaciones políticas reflejan también, el progresivo consenso social y político latinoamericano
respecto a la necesidad de invertir en capital humano considerando a la educación como una herramienta
importante para impulsar un desarrollo sostenible y aumentar la productividad y competitividad de los
territorios, además de generar mayor igualdad de oportunidades. En función de lo cual, invertir en capital
humano, compatibilizar el crecimiento económico con el desarrollo equitativo y aumentar la equidad y la
calidad de la educación se ha convertido en un desafío prioritario (SUBDERE 2001, 2006, 2010; CORFO;
Rimisp, 2011).
de la Equidad y calidad de la Educación Superior, o MECESUP (OCDE/Banco Mundial,
2009).
No obstante los avances en las últimas décadas, en Chile subsisten brechas sociales y
territoriales de equidad y calidad en la educación superior. De acuerdo a lo presentado en
el informe OCDE/Banco Mundial (2009), existe una muy dispar cobertura territorial en la
matrícula, así como también en la calidad de enseñanza. Para disminuir estas brechas, se
aconseja una mayor participación de la sociedad civil y el sector productivo en el
desarrollo de políticas universitarias. Esto contribuiría, en el caso de las universidades
regionales, a diseñar políticas de investigación con prioridad regional, que debieran ser
financiadas prioritariamente por el gobierno nacional (Sinergia Regional, SUBDERE: 1999,
2000, 2007, 2010, Vergara, 2010a). Pero también se hace necesario ampliar esta
concepción hacia el ámbito político de preocupaciones, como lo plantea Renato de
Oliveira (2007) “(…) la incorporación por parte de los agentes sociales y económicos, del
conocimiento como base para la identificación de alternativas de crecimiento y para la
toma de decisiones implicadas” haciendo mención a la relación entre democracia y
desarrollo regional.
Respecto a las instituciones de educación superior que conforman el sistema, hoy existen
178 IES, de las cuales 60 son universidades, 45 IP y 73 CFT. Del total de universidades, 25
son del CRUCH (16 estatales y 9 privadas) y 35 son universidades privadas creadas después
de 1981.
Una relación somera de los gobiernos regionales y universidades
En lo que se refiere a la relación de los gobiernos regionales con el sistema de
universidades, así como también los ámbitos de acción de este último – pertinencia de los
programas de formación, los vínculos con el mercado laboral, entre otros –, no se cuenta
con una regulación orgánica explícita que oriente la acción. De este modo, de lo que se
observa se puede concluir que la legislación es variada y no existe una política para dicho
vínculo; es decir, la forma que adquiere la relación entre el gobierno regional y el sistema
de universidades es la reproducción del marco general que establece y norma el vínculo
entre el Estado central con ellas mismas, prevaleciendo la autonomía, la voluntariedad y la
no intervención. Una mirada crítica al ejercicio de las funciones del gobierno regional y sus
diversas relaciones con el sistema de universidades muestra que muchas veces estas
quedan subsumidas a tareas que no contribuyen al desarrollo de las regiones. Predominan
las rendiciones de cuenta al gobierno central, principalmente a través de la ejecución
presupuestaria e indicadores de desempeño asociados. Asimismo, el excesivo énfasis en el
cumplimiento de las normas y mandatos institucionales por medio de objetivos y
procedimientos definidos verticalmente (o centralizadamente) reducen la capacidad de
liderazgo con perspectivas estratégicas que pudiera desarrollar el gobierno regional y, por
lo mismo, disminuye las posibilidades de articulación de los actores que en ella participan.
En ese sentido, se aprecia una excesiva insularidad del gobierno regional toda vez que las
preocupaciones de orden estratégico pasan a segundo plano, por las urgencias y
contingencias administrativas, menoscabando las relaciones con su entorno más
relevante.
Principales Nudos Críticos
La relación entre los gobiernos regionales y el sistema de universidades se encuentra
afectada por un conjunto de situaciones que disminuyen los efectos positivos de esta
relación. Algunos de estos factores críticos, enunciados en el diagnóstico anterior, son:
Los canales institucionalizados para el vínculo o relaciones
Las funciones del gobierno regional y las universidades son conocidas por los agentes
regionales, sin embargo, los espacios de encuentro para alinear los objetivos estratégicos
entre ellos no se visualizan claramente. Más bien, lo que predomina es una fragmentación
de propósitos que impide el establecimiento de una articulación propicia para la
elaboración conjunta de las políticas regionales, con sus respectivas líneas de acción y los
responsables de su ejecución y evaluación.
La alineación entre las necesidades y demandas de los gobiernos regionales y las
universidades
El impulso del desarrollo regional en sus dimensiones sociales, culturales, políticas y
económicas, demanda una gran cantidad de bienes y servicios que el gobierno regional
debe canalizar de manera oportuna. Regularmente, el gobierno regional y la
institucionalidad pública externalizan los procesos y productos que requieren, siendo las
universidades un actor relevante para contribuir a dichas necesidades. En este sentido, se
constata una baja correspondencia entre los tiempos de la agenda del gobierno regional y
los planes de desarrollo de las universidades. Esto se explica principalmente porque la
dirección política del gobierno regional tiene prácticas más bien de corto plazo. Esta
situación condiciona o impide que el vínculo con las universidades se manifieste de
manera nítida, pertinente y oportuna. Particularmente sensible es el vínculo con las
universidades más complejas dado el carácter de sus planes de desarrollo, los que apuntan
generalmente al largo plazo. Por último, los tiempos de ejecución de los proyectos así
como también las lógicas de acción de las universidades muchas veces no coinciden con lo
que espera el gobierno regional.
Los instrumentos orientadores para fortalecer las relaciones con sentido de colaboración
entre los gobiernos regionales y las universidades
Si bien en la mayoría de las regiones es posible encontrar las Estrategias de Desarrollo
(ERD), en el marco del sistema de planificación regional, estas carecen de la especificidad
necesaria para generar un trabajo colaborativo o mancomunado entre el gobierno regional
y las universidades, o bien no han sido expresadas en una política regional que permita el
vínculo que se desprenda de dicha Estrategia. Esto impide que las universidades procesen
sus orientaciones y las hagan suyas a través de los planes de desarrollo institucional.
Los mecanismos de financiamiento que promuevan la asociatividad y la articulación
entre los actores regionales
El gobierno regional cuenta con dos mecanismos para transferir recursos financieros a las
universidades; el primero, a través de la contratación directa para proyectos específicos en
marco de la excepcionalidad4, y otro, cada vez más creciente, los fondos concursables. Este
último incentiva la competencia entre las universidades, lo que termina generando
disociación y duplicación de esfuerzos entre las mismas. Disociación en tanto no hay
comunicación entre ellas, y duplicación en el sentido de hacer lo mismo más de una vez,
perdiendo la experiencia y lecciones que podrían haber obtenido al realizar un trabajo en
conjunto, incluso con un gobierno regional más involucrado.
La visión compartida entre el gobierno regional y las universidades en torno al horizonte
común que requieren las regiones
Las regiones y territorios reproducen imaginarios colectivos a través de diferentes
mecanismos políticos ideológicos. El gobierno regional y las universidades forman parte de
dichos campo de acción, sin embargo, parece ser que no existe una visión compartida
regional y territorial para enfrentar conjuntamente los desafíos que supone el desarrollo.
Muchas veces las perspectivas son contradictorias, o simplemente dicotómicas, lo que
resta legitimidad a los procesos.
La información oportuna y relevante para la toma de decisiones
Un aspecto fundamental para el diseño y la evaluación de políticas regionales es contar
con la información adecuada para tomar decisiones en torno a ellas. Las universidades son
un actor importante para la generación de conocimiento e información regional, sin
embargo, no se constatan espacios o instancias junto al gobierno regional que canalicen
estos productos y le agreguen valor en pos del desarrollo regional.
4 La excepcionalidad está dada por el cumplimiento de requisitos específicos del proyecto
establecido en la ley de compras públicas
Las desconfianzas entre los gobiernos regionales y las universidades
Un aspecto crítico en la relación entre gobiernos regionales y universidades ha sido, en
algunas regiones más que en otras, una desconfianza mutua de sus capacidades y
objetivos. Este contexto deteriora las condiciones y capacidades que las regiones
requieren para poder avanzar hacia un desarrollo regional y territorial armónico y
equilibrado. Para sostener un horizonte común con una política regional consensuada de
manera participativa se hace imprescindible contar, como mínimo, con las confianzas
suficientes entre los actores relevantes de una región. En regiones pequeñas las
desconfianzas pueden tener orígenes distintos a los efectos que pudieran emanar de la
prestación de un servicio.
Un futuro promisorio
Una adecuada política de descentralización debiera promover y fortalecer los vínculos de
las administraciones regionales con las universidades regionales y avanzar hacia modelos
como el implementado en Francia a través de los consejos regionales desde la década del
90. En un futuro estas nuevas competencias podrían estar radicadas en los gobiernos
regionales, sin embargo en el marco de las universidades se debiera avanzar en la
discusión del concepto de universidad regional que permita avanzar en un proceso de
articulación y vínculo virtuoso entre el sistema de universidades y los gobiernos
regionales.
La Asociación de Universidades Regionales (AUR) en el año 2010, en su informe
denominado “Universidades y Compromiso Regional: antecedentes, realidades y desafíos”,
se aproxima a una definición a raíz de la diversidad de instituciones en el sistema
universitario. Al respecto, plantea que universidad regional es aquella que se distingue en
función de “su diverso grado de compromiso regional”. A modo de ejemplo, distingue
entre “aquellas universidades con su casa central en la región versus las universidades que
tienen sedes de tamaño diverso, así como también aquellas que tienen un amplio abanico
de actividades – docencia, investigación, extensión, desarrollo artístico y cultural y que
suscriben convenios con actores locales diversos – que evidencien un mayor grado de
compromiso con su comunidad, respecto de aquellas, en el otro extremo, abocadas
fundamentalmente a una docencia concentrada en pocas carreras de gran demanda en el
mercado y bajo costo por alumno”.
Por su parte, el Centro de Promoción Universitaria (CPU) en el año 2013 se hace cargo del
concepto de la “regionalidad de la Universidad” y propone, que más allá de las
universidades tradicionales derivadas con asiento en la región, existe otro conjunto de
universidades creadas por grupos o comunidades regionales (Ej. U de Concepción) o, en el
marco de la reforma universitaria del año 80, que también pueden tener esta condición de
“regionalidad”. Planteando entonces, que la regionalidad de la universidad dice relación
con la capacidad de éstas para construir un entorno regional, que a partir de su identidad
y especificidad, le permita constituirse en un bien público que contribuya a fortalecer el
desempeño de las instituciones y la movilidad social en un espacio geográfico y social
determinado.
Otra aproximación a las cualidades que debiera tener una universidad en una región
determinada es lo planteado por Necochea (1981) al indicar que la existencia de
universidades regionales “contribuye, en alguna medida al proceso de desarrollo regional y
su aporte puede ser muy significativo en términos de crecimiento y de distribución si se
concentra en estos objetivos”, lo que él resume en términos generales como problemas
regionales. Otra mirada acerca de las universidades regionales es la planteada por
Winchester, Glenn y Thomas (1992) que, si bien establece que en el sistema de
universidades no es posible definirlas claramente, plantean que las universidades son
“instituciones económicas y sociales muy importantes para el territorio en las que operan,
ofreciendo a sus comunidades educativas, de investigación, las oportunidades
económicas, culturales y sociales que de otro modo no estarían disponibles en la región”.
Una definición de universidad regional, entonces, podría estar dada por la siguientes
características, sin zanjar la discusión sobre la misma sino más bien entendiendo que son
orientaciones generales para avanzar en una política en esta materia: a) puede ser una
institución de educación superior constituida como corporaciones de derecho público o
privado; b) Ser un agente económico y social del territorio; c) La localización de su
dirección estratégica debe estar localizada en una región (casa central); d) Considerar en
sus estatutos (así como también en sus documentos orientadores estratégicos)
el
desarrollo regional de forma explícita; e) Ser una institución completa, es decir, que
aborde el conocimiento de forma integral, así como también la docencia, la investigación y
el desarrollo de las artes y la cultura; f) y que en sus definiciones estratégicas y programas
se aborden como propios los desafíos de los problemas regionales.
A modo de conclusión
La descentralización supone un conjunto de esfuerzos y voluntades, así como también de
políticas y programas que implican, de forma permanente, la incorporación de nuevos
desafíos. Frente a ello, pareciera necesario avanzar hacia nuevas formas de sustentar
dichos procesos, en cuyo centro esté la cooperación y colaboración entre los distintos
agentes del desarrollo. Ahora bien, el desarrollo regional no se agota en la
descentralización administrativa, política y financiera, motivo por el cual la preocupación
por las relaciones que densifican y aportan a ella resulta una preocupación ingente para la
administración pública.
En ese sentido, cabe señalar que la relación gobierno y universidad regional forma parte
de aquella preocupación, en tanto es fundamental para el desarrollo de cada una de las
regiones. Por ello, se advierte la necesidad de institucionalizar una relación estratégica
entre ellos con perspectiva de largo plazo que conduzca a un nuevo paradigma relacional
basado en la cooperación y colaboración en el marco de las necesidades y problemáticas
regionales. Por lo tanto:
Todo gobierno regional deberá promover la investigación científica y tecnológica y
preocuparse por el desarrollo de la educación superior y técnica en su territorio, junto con
promover el desarrollo armónico y equitativo tanto en aspectos económicos, sociales y
culturales.
Toda universidad regional deberá promover el desarrollo regional a través del
conocimiento, la investigación, el desarrollo de la cultura y las artes en base a las
realidades de su propio territorio siendo, a su vez, un agente de desarrollo social y
económico.
La correspondencia entre estos objetivos debe avanzar hacia una situación en que las
decisiones estratégicas de una región no estén mediadas por encuentros circunstanciales,
proyectos a corto plazo y, menos aún, por la asignación de recursos por medio de la
competencia. Al contrario, la institucionalización de la relación permanente y sistemática
entre el gobierno regional y el sistema de universidades regionales deben conformar una
realidad deseada, necesaria y altamente valorada, en tanto expresa la imprescindible
interacción entre el conocimiento y la acción pública que permite el bienestar de la
población en un entorno sostenible.
Referencias
AEQUALIS (2013). Vinculación del desarrollo regional y la educación superior en chile:
Diagnósticos y propuestas. AEQUALIS, Foro de Educación Superior, Santiago, Chile.
Araucanía: “Región de Oportunidades”. Estrategia Regional de Desarrollo 2010 – 2022.
Acceso
en
http://www.subdere.gov.cl/documentacion/estrategias-regionales-dedesarrollo
Arredondo, C. Inostroza, J., Waissbluth, M. (2013). “Gobierno Regionales: El eslabón
perdido de la descentralización”. Serie de Sistemas Públicos N°8, Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile.
AUR – Agrupación de Universidades Regionales (2010). “Universidades y Compromiso
Regional. Antecedentes, realidades y desafíos”. Informe Final Comisión Asesora de la AUR
Santiago, Chile.
Barozet, E. (2009). “Estratificación Social en Regiones: ¿Qué oportunidades ofrecen las
regiones en Chile?”. Proyecto desigualdades, Anillo CONICYT, FACSO, Universidad de Chile.
CEPAL (2010) “La hora de la igualdad, Brechas por cerrar caminos por abrir ”, documento
del Trigésimo tercer periodo de sesiones de la CEPAL, realizado en Brasilia, 30 de mayo a 1
de junio de 2010, CEPAL, Santiago de Chile.
CERES - http://www.ceres-cr.org/qui%C3%A9nes-somos-2/
CGNA - http://www.cgna.cl/index.php?id=13
Choe, S.C. (2011) “Introduction: reshaping regional policy in Korea en Reshaping Regional
Policy”, ed. Richarson, H.W., Christine Bae, C.H. y S.C. Choe.
CONICYT (2010) “Diagnóstico de las capacidades y oportunidades de desarrollo de la
ciencia, la tecnología y la innovación en las 15 regiones de Chile: Una visión general”.
Acceso en http://www.conicyt.cl/regional/files/2012/10/estudio-nacional.pdf
CONICYT (2010) Región de Araucanía. “Diagnóstico de las capacidades y oportunidades de
desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación”. Acceso en
http://www.conicyt.cl/regional/files/2013/06/La-Araucania.pdf
CONICYT (2010) Región de Valparaíso. “Diagnóstico de las capacidades y oportunidades de
desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación”. Acceso en Región de Valparaíso.
Diagnóstico de las capacidades y oportunidades de desarrollo de la ciencia, la tecnología y
la innovación
Contraloría General de la República (2011). “Análisis de Universidades Estatales”. División
de Análisis Contable. Área Empresas Públicas y Universidades. Septiembre 2011.
Delamaza, G. (2013) “Fortalecimiento de las capacidades regionales”. RIMISP, 2013.
De Oliveira, R. (2007). Universidades y desarrollo regional: el desafío en la era de la
globalización de la enseñanza superior. Revista de Universidad y Sociedad del
Conocimiento, Universitat Oberta de Catalunya.
Ley Nº 19.175 Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional.
Actualizada a enero 2011.
Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades. Subsecretaría de Desarrollo Regional y
Administrativo. Actualización a abril 2010.
Montecinos, E. (2013) “De la descentralización administrativa a la descentralización
política. Propuestas de reformas y políticas públicas para un Chile descentralizado,
democrático y participativo”. Programa Cohesión Territorial para el Desarrollo, Rimisp –
Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. Junio, 2013. Acceso en
http://www.rimisp.org/wpcontent/files_mf/1371758341DOCUMENTODETRABAJO10_MONTECINOS.pdf
Necochea, A. (1981). “Universidad y Desarrollo Regional: un enfoque por la vía de los
problemas regionales”. EURE [en línea], vol. 8, no. 23 [citado 2014-01-21], pp. 9-28.
Disponible en Internet:http://www.eure.cl/numero/universidad-y-desarrollo-regional-unenfoque-por-la-via-de-los-problemas-regionales/. ISNN 0717-6236
OCDE (2007) “La Educación Superior y las Regiones: Globalmente Competitivas,
Localmente Comprometidas”.
OCDE (2011) “Mejores políticas para el desarrollo. Perspectivas OCDE sobre Chile”.
OCDE/Banco Mundial (2009) “La educación superior en Chile”, Revisión de Políticas
Nacionales de Educación.
Plan Araucanía 7, 2010. Acceso en http://araucania7.cl/documentos/
PNUD (2009) “Desarrollo de Capacidades: Texto Básico del PNUD”. Disponible en
http://www.undp.org/content/dam/undp/library/capacitydevelopment/spanish/Capacity_Development_A_UNDP_Primer_Spanish.pdf
Ramírez J.C., Osorio, H., Parra-Peña, R. (2007). “Escalafón de la competitividad de los
gobiernos en Colombia”. Serie estudios y perspectivas. CEPAL, agosto 2007.
RIMISP (2011) “Pobreza y Desigualdad”. Informe latinoamericano 2011. RIMISP – IDRC –
FIDA. Disponible en http://www.ifad.org/pub/pl/informe_s.pdf
SUBDERE (2010) “Centros de pensamiento estratégico territorial: Instrumentos de la
gobernanza regional en Chile”. División de Políticas y Estudios
SUBDERE (2010) “Masa Crítica de Condiciones para el Desarrollo de las Regiones en Chile”.
Compilación de síntesis (editadas) de trabajos desarrollados por SUBDERE.
SUBDERE (2011) “Plan Regional de Ordenamiento Territorial: Contenido y Procedimientos”.
Abril 2011.
SUBDERE (2013) “Observatorio Regional – Araucanía”, tercer trimestre 2013.
SUBDERE (2013) “Observatorio Regional – Valparaíso”, tercer trimestre 2013.
UFRO/SUBDERE (2012) “Más talentos para el Desarrollo Regional”. Informe Final –
Propuesta Final y Plan de Implementación Aprobado. Temuco, mayo de 2012.
Vergara, P. (2010a) “Masa crítica para pensar las regiones en Chile” en SUBDERE (2010)
Centros de pensamiento estratégico territorial: Instrumentos de la gobernanza en Chile.
División de Estudios y Políticas.
Vergara, P. (2010b) “Pensamiento Estratégico territorial en Chile: Síntesis y
recomendaciones de políticas” en SUBDERE (2010) Centros de pensamiento estratégico
territorial: Instrumentos de la gobernanza en Chile. División de Estudios y Políticas.
Descargar