RETORNO A LA ALEGRÍA RESUMEN Los niños y niñas afectados por alguna situación de desastre, tienen gran cantidad de impactos emocionales. Por esto Retorno de la Alegría es una respuesta de UNICEF consistente en un programa de recuperación psicoafectiva para los niños y niñas entre los seis y los doce años, que busca realizar un acompañamiento a los niño/as víctimas de los desastres, con el fin de retornar y devolver la alegría a los corazones de los pequeños. Para que los niños vuelvan a ser felices, el programa privilegia el trabajo realizado por los terapeutas lúdicos, que son jóvenes de la misma comunidad donde se realiza la experiencia. Estos jóvenes, también víctimas del desastre, son capacitados por profesionales, para que puedan realizar de una manera exitosa el trabajo con los niños. La experiencia consiste en una terapia lúdica, en la que mediante el juego, muestran a los niños alternativas diferentes para que promuevan su proyecto de vida, a pesar de la situación por la cual están atravesando. Para Retorno de la Alegría, los terapeutas lúdicos son un componente muy importante, pues ellos son quienes directamente ayudan en la recuperación afectiva de los niños y niñas, ya que mediante el juego que les proporcionan, pueden detectar los problemas emocionales de los niño/as y así tratar de realizar un trabajo más intencionado, teniendo en cuenta la situación de cada uno de ellos. De igual forma, trabajan con los padres de familia de los niños y niñas, como con sus profesores, para que el impacto del programa sea más completo y cobije las personas que están involucradas en el desarrollo integral de los niños y niñas. La experiencia se propone, además: Recomponer el tejido familiar y social que la situación ha desestructurado. Velar por la reivindicación de los derechos de los niños. Para la realización del programa en los diferentes sectores de la comunidad afectada, se efectuan acuerdos con las autoridades y líderes locales. Las actividades que se realizan tienen una secuencia de formación y de intervención para los niños, para los padres de familia y para los líderes de la comunidad. Lo que primero se hace es una presentación del proyecto con las instituciones para luego dar comienzo a la convocatoria de los terapeutas lúdicos, lo que permitía conformar el grupo que trabajaría con los niños y las niñas. Los jóvenes voluntarios asisten a un seminario de capacitación de tres días donde conocen el objetivo del proyecto, la metodología, y donde reciben también apoyo psicosocial y emocional, porque son quienes serían luego ayudadores para los traumas de los niños. Una vez conformados los grupos, a los terapeutas se les hace entrega del Manual del Voluntario, que es una herramienta que utilizan todos los terapeutas lúdicos para guiar su trabajo. Allí se encuentran todas las acciones que deben emprender, como son juegos tradicionales con los niños, visualización del proyecto de vida, entre otros, que ayudados por material didáctico y cuentos, facilitan llegar a los niños. De la misma manera, emprenden acciones de recreación. La metodología original consiste en utilizar la terapia lúdica, o juego terapéutico, para detectar las problemáticas emocionales que tienen los niños. Así, no solamente realizan una recreación con los niños, sino que hacen una terapia lúdica, que es, cómo a través del juego, se pueden integrar con el niño, conocer su vida emocional y aportarle en su recuperación. Los jóvenes –terapeutas-, reciben formación en lúdica, en actividades lúdico-recreativas y en desarrollar habilidades para la elaboración de juguetes con material reciclable. También asisten a talleres sobre la atención primaria en salud mental, sobre una elaboración de duelo y sobre el desplazamiento, aspectos importantes para el trabajo con los niños y niñas. En el proyecto también se entrenan para las derivaciones a centros más especializados para los niños que presentan una problemática más marcada. Son realizadas por los psicólogos que acompañan el proceso. Ellos estan con los voluntarios cada semana durante dos horas en sesiones lúdicas donde hay juegos, trabajos de pintura, cuentos, técnicas proyectivas, que permiten que expresen todos sus sentimientos, todo lo que estan vivenciando y se liberan, en el sentido de poder expresar todos sus sentimientos y emociones. Es así como se logra: Generar en los niños un cambio de actitud frente a la vida. El juego posibilita el incremento de actividades que no generan violencia. Antes, la mayoría de los niños que dibujan a personas o situaciones relacionadas con la tragedia, porque era lo que habían visto, con el pasar de los días en la terapia lúdica, la gran mayoría pintan otras cosas que no hacen alusión a la situación vivida. Los jóvenes, los terapeutas lúdicos, encuentran, generan y desarrollan la oportunidad de fortalecerse como personas humanas en relación a que pueden ser un apoyo para otras personas. Descubren que ellos tienen la capacidad de desarrollar habilidades en el trabajo con niños y con comunidades. A su vez, los terapeutas, se convierten en líderes comunitarios que los reconoce su comunidad, los reconocen los padres de familia, los profesores y los presidentes de las juntas de acción comunal, porque los ven haciendo algo muy positivo en beneficio de la infancia de su vereda, de su territorio, porque le están generando a los niños otras oportunidades de divertirse, de jugar, de compartir, de crear amistad, de fortalecerse en el respeto y en los valores y de expresarse a través de las actividades lúdicas. Otro de los logros del proyecto, tiene que ver con la construcción del proyecto de vida de los jóvenes, ya que su proyección está dirigida a un trabajo comunitario, a la realización de estudios superiores en las áreas de las ciencias sociales u otras relacionadas al servicio hacia la comunidad. 3. Beneficios y beneficiarios Retorno de la Alegría, al ser un programa integral que involucraba no solamente a los niños, niñas y jóvenes terapeutas, sino también a padres de familia y profesores, ofrece para estas personas el beneficio de trabajar en conjunto por el desarrollo de su comunidad, donde se les permite observar la vida con otros ojos, tener la esperanza de cambiar comportamientos agresivos que repercutían no solamente en la calle, sino también en el hogar y en la escuela. Del mismo modo los padres de familia y los profesores, reciben el beneficio de conocer el trabajo adelantado por los terapeutas, que se reflejan en el comportamiento de sus hijos y alumnos, el cual cambia de estar muy deprimido a uno más cordial, alegre y afectuoso. Además, tanto padres de familia y profesores reciben talleres de formación sobre la experiencia para hacer más completo el impacto en su comunidad, lo que hace que todos retornen a la alegría. La experiencia se perfila como un escenario de desahogo y escucha para aquellos agobiados por la tragedia y la pérdida de familiares y amigos. En razón de los niños y los jóvenes, se les permite tener mejores oportunidades y ambientes para su vida, que garantiza crecer en ambientes más saludables. 4. Fortalezas y amenazas Las fortalezas que permiten el éxito de esta práctica son: El compromiso y responsabilidad de los jóvenes voluntarios en la ejecución del proyecto. Las capacidades artísticas de cada uno de los jóvenes, ya que muchos de ellos tienen habilidades en el arte, la pintura, el baile y otros son deportistas. La capacidad de asombro de los niños y niñas para las diferentes ofertas que se les presentaban a través del juego para poder cambiar el ánimo resultante del dolor causado por la tragedia. Las parroquias y otros centros activos de la comunidad juegan un papel relevante en la ejecución del programa Retorno de la Alegría, ya que desde su apoyo solidario siempre acompañan el proceso en cada comunidad. En Paraguay, la puesta en marcha del Proyecto “Retorno de la Alegría” se llevó a cabo una semana después del incendio del Supermercado Ykua Bolaños. El programa fue gerenciado desde una estación local de radio, 'FM Trinidad', que también desarrolló un programa especial con información y testimonios alentando a los afectados. El objetivo de "Retorno a la alegría" en Paraguay fue ayudar a unos 1.500 niños y niñas. El proyecto contó con la colaboración de alrededor de 150 voluntarios jóvenes, que recibieron capacitación en un taller de dos días y han comenzado ya a trabajar en el vecindario Santísima Trinidad de Asunción. Con la ayuda de los voluntarios, los niños y las niñas comparten sus historias, juegos y música. Expresan lo que sienten, y eso ayuda a curar las heridas. Nadie sabía lo que Sergio, de 7 años, estaba pensando mientras dibujaba. Cuando un voluntario le pregunto que había dibujado, Sergio dijo: "Son todas las personas que han muerto hoy". La metodología utilizada en el programa permite a Sergio y a otros niños y niñas como él abordar sus emociones para recuperar la normalidad en sus vidas. El concepto "Retorno a la alegría" se puso en práctica por primera vez en Mozambique durante la guerra civil de 1992. Debido a que se puede adaptar a varias situaciones, ha sido utilizado en el Ecuador con los niños y niñas ex combatientes, en Colombia después del terremoto de 1998 y en Nicaragua después del huracán Mitch. Inicialmente se había previsto que el programa tendría una duración de un mes. Pero de acuerdo con su evolución, se ha planteado la necesidad de una segunda parte, que se realizó coordinadamente con la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social. Esta ampliación del programa permitió el fortalecimiento de las redes sociales en la comunidad, en especial las integradas por adolescentes y jóvenes, para el desarrollo de actividades de respuesta a la emergencia. Voluntarios y profesionales de la Universidad Columbia del Paraguay se unieron a esta modalidad de respuesta cubriendo el segmento de la población de adolescentes y jóvenes. Para esta etapa, se integró también a la Fundación “Creciendo en Movimiento” dedicada a la aplicación de la metodología lúdica como medio para el desarrollo de habilidades, valores y canalización de las emociones. Se capacitó a la propia comunidad para dotar a los niños, niñas y jóvenes de herramientas y estrategias que les permitan superar psicológicamente el trauma vivido. Esta segunda etapa tuvo una duración de seis meses. Con estas acciones se pretende la reducción de la vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes mediante un enfoque basado en la prevención y mitigación del riesgo. Además, UNICEF organizó un gran evento de clausura de la primera fase del Programa “Retorno de la Alegría” en Paraguay. Esta actividad se realizó al un mes después de la tragedia en un club deportivo en la zona de Trinidad, en el cual los 1500 niños y niñas del programa disfrutaron de juegos y espectáculos cargados de simbolismo con el propósito de celebrar la vida. Para coordinar el programa desde su inicio, dos especialistas en emergencias de UNICEF llegaron a Asunción para capacitar a voluntarios/as de entre 15 y 20 años y a profesionales psicólogos y psicólogas. Las acciones se desarrollan bajo la supervisión de los 24 psicólogos y fueron puestas en marcha por 150 jóvenes voluntarios que se asignaron por parejas a 20 sectores del barrio de Santísima de Trinidad en Asunción. Además se contó con la colaboración de una psicóloga experta de UNICEF – Comité Español, con experiencia en la atención a personas afectadas por el 11M en Madrid.