Serie de The Lancet sobre desnutrición materno-infantil Preguntas frecuentes P: ¿Cuál es el objetivo de la serie? R: La serie tiene el objetivo de atraer la atención internacional hacia el rol fundamental que cumple la nutrición durante la edad temprana en el desarrollo y en la salud de los niños, así como en el crecimiento económico de los países. Las acciones nacionales constituyen un medio para ampliar e intensificar el respaldo a la nutrición materno-infantil de entidades donantes, políticas y programas en los países que enfrentan los desafíos de nutrición más graves. P: ¿Se están llevando a cabo lanzamientos en otros países? R: Sí, se están llevando a cabo lanzamientos en Washington, DC, Londres, India, Vietnam, Etiopía, Perú y Senegal. Además, es posible que también tengan lugar en Pakistán y Bangladesh. P: ¿Quién participó en el desarrollo de la serie? R: Diversos organismos internacionales de salud y desarrollo, entre ellos, UNICEF, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud contribuyeron con la producción de la serie, que incluye contribuciones de los principales académicos y expertos en nutrición del Reino Unido, Estados Unidos, Asia y África. P. ¿Quiénes financiaron la serie? R. La Fundación Bill & Melinda Gates proporcionó respaldo financiero para la preparación de la serie, Wellcome Trust otorgó apoyo para los análisis del segundo artículo, el Banco Mundial ofreció respaldo para algunos de los artículos introductorios y el Centro de Investigaciones Innocenti de UNICEF y el Centro de Conferencias Bellagio de la Rockefeller Foundation brindaron el respaldo para la realización de reuniones. P. ¿Qué es lo novedoso acerca de las conclusiones de la serie? R. La serie presenta nuevos análisis sobre la prevalencia de afecciones relacionadas con la nutrición, los factores de riesgo, la consiguiente carga de enfermedad y las respuestas nacionales e internacionales. Los dos primeros artículos analizan las consecuencias a corto plazo en función de las muertes y la carga de enfermedad, según lo calculado en años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Por otra parte, reflexionan sobre los efectos económicos y educativos a largo plazo y sobre la relación con enfermedades crónicas en adultos; especialmente a medida que los países atraviesan cambios demográficos, epidemiológicos y nutricionales. El tercer artículo proporciona, por primera vez, un resumen con base en la evidencia de los posibles beneficios de la implementación de intervenciones en nutrición y salud, que hayan demostrado ser efectivas y aplicables en países de ingresos medios y bajos. El cuarto artículo analiza el estado actual de tales intervenciones y hace recomendaciones acerca de cómo podrían implementarse en el ámbito de los países. El artículo final, nuevamente por primera vez, identifica los componentes del sistema internacional de nutrición y compara su desempeño con patrones de referencia en cuatro áreas funcionales. P. Los cálculos estimativos previos señalaban que la mitad de todas las muertes de niños se debían a la desnutrición, pero sus cálculos ahora indican que se trataría de un tercio. ¿Por qué existe esa discrepancia? ¿Se han logrado mejoras, o el cálculo previo era incorrecto? R. La discrepancia se debe primordialmente a las diferencias entre los métodos utilizados para realizar ambos cálculos. Consideramos que los nuevos constituyen la evaluación más exacta. Los nuevos cálculos se hicieron para un año base diferente (2004 en comparación con 2000), con reducciones en la mortalidad infantil general en el ínterin, especialmente en algunas de las principales causas de muerte (tales como, diarrea, paludismo y sarampión) que se ven afectadas por factores de riesgo nutricionales. Además, en muchas regiones se han observado tendencias decrecientes en la prevalencia de retardo en el crecimiento, desnutrición grave y deficiencias de micronutrientes. De mayor importancia aún es que los cálculos actuales se valieron de los estándares de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud para todas las estimaciones sobre los riesgos de mortalidad, morbilidad y prevalencia del estado nutricional. Esto, sumado al uso de diferentes conjuntos de datos para gran parte del análisis de riesgo y la inclusión de la totalidad de la franja etaria desde el nacimiento hasta los cinco años, tuvo como resultado un riesgo de mortalidad relativamente menor que en análisis previos. Además, por primera vez se consideraron las exposiciones conjuntas, y el cálculo resultante de los factores antropométricos y de micronutrientes arroja una carga de enfermedad total sin doble conteo que surge de la simple suma de las cargas de los factores individuales. P. Los cálculos previos han revelado que 1,7 millones de niños menores de 5 años de edad mueren por año a causa de la desnutrición grave. Sus cálculos muestran que son 449.000 ¿Por qué existe esa discrepancia? R. Nuestros cálculos realizados con una metodología que evalúa los factores de riesgo revelan que 449.000 muertes de niños pueden atribuirse a la desnutrición grave. Los cálculos que otros han realizado registraron hasta 1,7 mil millones de muertes con un método que se basa en las tasas reales de mortalidad de estudios llevados a cabo alrededor de 18 años atrás (25 años como máximo), es decir, cuando las tasas de mortalidad infantil eran mucho más altas que en la actualidad. La tasa de letalidad que suponen estos dos cálculos sería de 2% para nuestro abordaje, en oposición a 9% para estudios previos. Se desconocen las tasas reales de letalidad para todos los casos de desnutrición grave identificados en un estudio demográfico representativo. Sin embargo, casi con certeza estas tasas son inferiores a las de niños gravemente desnutridos que se presentan a hospitales o centros de alimentación durante emergencias, entornos donde se han formado la mayoría de las opiniones clínicas. Además, con el tiempo las tasas de letalidad se han reducido gracias a un mejor tratamiento. En años recientes, es posible que algunas de las muertes que se notificaron como producto de la desnutrición proteicocalórica (Protein-Energy Malnutrition, PEM) en sistemas de registro civil sean en realidad ocasionadas por SIDA, pero se desconoce la magnitud de este posible error de clasificación. Independientemente de si el número real de muertes atribuibles a la desnutrición grave es de casi medio millón o un millón y medio por año, la prevención y las intervenciones de alimentación terapéutica son componentes importantes de los programas de nutrición en lugares donde la desnutrición grave es común. P. ¿Por qué se enfocaron tanto en el retardo en el crecimiento, cuando el bajo peso es el indicador principal para el Objetivo de Desarrollo del Milenio 1 (ODM1)? R. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) declaran como primer objetivo “reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que sufren de hambre”. Un indicador para controlar el avance de esta meta es la proporción de niños con bajo peso, es decir, bajo peso comparado con aquel esperado para un niño bien nutrido de esa edad y ese sexo. Este indicador antropométrico refleja “la desnutrición grave”, es decir, bajo peso respecto de la estatura, que indica pérdida aguda de peso o, más comúnmente, “retardo en el crecimiento”, es decir, baja estatura respecto de la edad, lo que señala la restricción crónica del posible crecimiento de un niño. Esas dos afecciones pueden contar con distintos factores determinantes y responder a diferentes intervenciones. Por ello, la desnutrición grave y el retardo en el crecimiento son factores que resultan más útiles que el bajo peso para evaluar el riesgo de mortalidad y otros resultados adversos. Esta serie utiliza principalmente la desnutrición y el retardo en el crecimiento, pero también presenta información sobre el bajo peso porque el peso con respecto a la edad se ha usado en análisis previos. Además de la reducción del retardo en el crecimiento y de la desnutrición grave, la disminución de las deficiencias de micronutrientes y de la restricción del crecimiento fetal son esenciales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y merecen que se les asigne una alta prioridad, aunque no existan indicadores de ODM para estas afecciones. P. ¿Respalda la serie el uso de alimentos terapéuticos listos para usar (Ready-to-Use Therapeutic Foods, RUTF) para el tratamiento de la desnutrición grave? R. Sí. El tratamiento apropiado de la desnutrición grave podría reducir las muertes causadas por esta afección en un 55%, y evitar 3,6 millones de AVAD perdidos. El tratamiento comunitario de la desnutrición grave con algunos alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF) nuevos e innovadores es prometedor en emergencias, y recientemente ha sido recomendado por la OMS, UNICEF y el PMA. Existe cada vez más evidencia proveniente de estudios de observación acerca de la viabilidad de las estrategias preventivas en ámbitos comunitarios que utilizan prácticos alimentos balanceados tales como queso para untar, pasta y alimentos complementarios listos para usar para evitar que los niños padezcan de desnutrición grave. Estos alimentos empleados para prevenir la desnutrición grave deberían evaluarse formalmente en poblaciones representativas.