Revista Insurreción Edición No.520 Marzo/14/2016 EDITORIAL4 Apagan a Colombia CARICATURA No Subirse al Tren Equivocado 8 ¿Quién le Dicta el Protocolo de Violencia a Santos? 9 Autor: PICAdura Autor: Darío Cáquiza Retos para Avanzar en Nuestra América 14 Lucia o Crónica de una Infamia 19 Autor: Luís Kunta Kinte Autor: Timoleón Areiza / Agosto 24 de 2002 EDITORIAL / Comando Central - COCE Apaga a Colombia H 4 Para evitar que se volviera a presentar otro apagón, el gobierno crea una tarifa extra, trasladándole a los usuarios el costo de la nueva generación de energía eléctrica. Esta nueva tarifa, debería ser un fondo para la inversión empresarial, al que llamaron “Cargo por Confiabilidad” y se comenzó a cobrar desde el 2006, permitiendo recaudar cerca de 8.000 millones de dólares. Pero las empresas no hicieron las ampliaciones de planta, sino que se repartieron esos recaudos como utilidades, ejecutando otro aberrante peculado que quedará en la impunidad. Ahora el presidente Santos elude su responsabilidad, destituyendo al ministro de minas y energía, por no tomar las medidas preventivas, y, lanza el programa de “apagar paga”, que en el lenguaje popular significa que “a pagar se dijo”. Es decir, que la ineptitud y la corrupción del gobierno, las debe pagar el pueblo colombiano. La vergonzante campaña presidencial de “apagar paga”, pone en evidencia que ya hay un faltante entre el 5 y el 10 por ciento de la energía que se consume normalmente y se quiere obligar a la población que reduzca el consumo, castigándola con el incremento de las tarifas, además del reciente aumento ya efectuado. Esta campaña mediática presenta como delincuente, a quien utilice la energía eléctrica, mientras los funcionarios y empresarios que apagaron al país, ahora se presentan como jueces implacables. Desde comienzos del año pasado, se conoció que para finales del 2015 y comienzos del 2016, tendríamos con mucha intensidad el fenómeno del Niño, que significa ausencias de lluvias y disminución de la generación de las hidroeléctricas. Por tanto, era obligatorio poner en funcionamiento las termoe- Revista Insurrección Revista Insurrección an sido reiterados los llamados de alerta de los académicos, científicos y organizaciones sociales, advirtiendo sobre el apagón que amenazaba al país. El presidente y demás funcionarios gubernamentales habían manifestado que sólo eran infundios alarmistas, que buscaban crear zozobra, porque el gobierno tenía todos los mecanismos para evitar que se repitiera el apagón que padecimos los colombianos en 1.992, durante el gobierno de César Gaviria. 5 léctricas para suplir el déficit de energía. Pero el gobierno no implementó planes de contingencia efectivos. Ya tenemos los embalses por debajo del 28 por ciento de sus niveles, pero no existen las termoeléctricas que debieron haberse construido. Además, algunas generadoras se apagaron por errores de mantenimiento. Así, ni con el recorte voluntario que está haciendo la población, ni con la energía que nos está vendiendo Ecuador, se logrará suplir lo que necesita el país. Lo único que evitará un nuevo apagón nacional, es que de manera milagrosa e inmediata se acabe el Niño, que está pronosticado para durar otros meses. Pareciera que el presidente no se ha dado cuenta, que hace meses, cientos de municipios sufren de racionamiento de agua y algunos de racionamientos eléctricos. Ya tenemos apagones parciales y es inminente que volveremos a tener un apagón nacional obligatorio, como el que tuvimos hace 24 años. Pero no es sólo el apagón energético, sino que Colombia se apaga en la economía productiva, mientras se disfraza el crecimiento económico basado en la especulación financiera. Se apaga en la asistencia social. Se hizo la pantomima de aumentar el salario mínimo el 7 por ciento, pero la inflación del 2015 fue del 7,59 por ciento y varios expertos calculan que llegará al 8,15 por ciento en el primer semestre de 2016. Se apaga el trabajo y en enero el desempleo fue del 11,9 por ciento. Lo que si le alumbra al régimen colombiano, es la aplanadora parlamentaria, que se ensaña inventando leyes antisociales. También brilla la función represiva del estado, que incrementa las violaciones a los derechos humanos y la persecución contra las organizaciones sociales y políticas de oposi- ción. Por eso, cada día aumenta la ilegitimidad del gobierno de Santos, que en la última encuesta llega al 73 por ciento de desaprobación. Es claro que Santos sólo gobierna para aumentar las ganancias de la oligarquía colombiana y las empresas multinacionales, por eso, ante la crisis económica que se tiene, las medidas son: mayor endeudamiento externo, recorte del gasto social, aumento de los impuestos para los sectores populares y clases medias, acabar de privatizar las empresas públicas rentables como Isagen, Ecopetrol, Propilco, Etb, etc. En medio de esta profunda crisis económica, política, fiscal, social, es apenas lógico el desespero del gobierno y sus acólitos, para convidar a las guerrillas, a que se suban al tren del desarme y la desmovilización, pero dejando intacto todo el andamiaje represivo, explotador y excluyente del Estado, sin efectuar ningún cambio estructural, que le permita a Colombia transitar hacia un escenario de paz con justicia social. Mientras el régimen colombiano languidece en las penumbras de su corrupción, de su militarismo, de su abdicación a los intereses extranjeros, Colombia se ilumina con el sol radiante de las luchas populares que reclaman soberanía, equidad, justicia, paz y vida dignidad. Lo que comenzó como una ingenua convocatoria de jóvenes en las redes sociales, terminó el domingo 24 de enero, en una contundente demostración, contra las medidas neoliberales del alcalde de Bogotá y con manifestaciones más modestas en las principales capitales del país. Desde el 15 de febrero, la Coordinadora Nacional de Organizaciones Sociales y Políticas, que integra al movimiento sindical, campesino, indígena, popular, estudiantil, de mujeres, etc, ha convocado a una Huelga Nacional, para el jueves 17 de marzo, para decirle al gobierno que el pueblo está harto de la gran corrupción, de las privatizaciones, de los recortes salariales y sociales, de los niños muriendo de hambre, de los enfermos sacrificados en el paseo de la muerte, del incremento de los impuestos y de la guerra estatal, del apagón al que llevaron a Colombia. El 17 de marzo, será otra gran manifestación del pueblo colombiano, iluminando los verdaderos caminos de la paz. CARICATURA / PICAdura No Subirse al Tren Equivocado Darío Cáquiza ¿Quién le Dicta el Protocolo de Violencia a Santos? E 8 Con este panorama, hay una explosión del movimiento social en expansión; actualmente se encuentran en paro los trabajadores de la rama judicial, al tiempo que miles de vendedores informales de las calles de Bogotá, defienden la única manera por la que obtienen un sustento. Esta oligarquía bogotana es tan doble moral, que aduce la defensa del espacio público, mientras busca la manera de acabar con las pocas reservas ambientales de la capital, las cuales si constituyen un bien público. No es la primera vez que el gobierno deba enfrentar esta oleada de movilizaciones, por lo que siempre tendrá listo el mismo protocolo: el de la violencia, basado en tres cosas. Revista Insurrección Revista Insurrección s imparable la movilización social que se avecina, resultado de la profundización de la políticas neoliberales, que han aumentado el desempleo en el país, los precios de los productos de la canasta básica están por las nubes y a ello se suman la inconformidad por la inseguridad social, que tiende a afectar a las clases populares y la descarada subasta de las empresas estatales, haciendo que la defensa por lo público y lo común sea una bandera de lucha de aceptación creciente. 9 Truco 1: desaparecer el cuerpo de problema En primer lugar, el gobierno tiende a negar que haya problemas, ya vemos al gabinete de ministros frente a las cámaras, afirmando que ninguna de las reivindicaciones de las planteadas por la gente son ciertas, “que se ha hecho todo lo posible”, que “estamos trabajando” y que “el gobierno está dispuesto a escuchar”. Habrá cifras para mostrar y muchos discursos, sin embargo nada de ello se corresponde con la realidad. Por supuesto no podrá faltar la declaración llamando a dejar las vías de hecho, ya que bajo éstas de ninguna manera se podrá dialogar. Truco 2: los que protestan son unos locos desalmados La segunda parte del protocolo, consiste en tratar a los manifestantes como irracionales, gente con la cual nada se puede hablar, quienes “sólo buscan afec- tar los derechos de las mayorías de los colombianos de bien”. Un claro ejemplo de esta argucia, se vio reflejada en las recientes protestas contra el pésimo servicio de transporte público (Transmilenio) en Bogotá; cuando el alcalde Peñalosa tildó a los manifestantes de “terroristas, agitadores profesionales y vándalos”, unos desalmados a los cuales solo hay que perseguir. Esta imagen oficial de las manifestaciones, lleva implícita la idea que la represión desbordada de la policía es legítima, con lo que justifican la presencia del fatídico Escuadrón móvil anti disturbios (ESMAD), para desatar la violencia contra la justa movilización. Truco 3: acusar a la insurgencia de estar detrás de la protesta social Por último, luego de afirmar que no hay validez en la protesta y que está conformada por vio- lentos, vándalos e irracionales, el gobierno argumenta una falta de personalidad propia del movimiento social, con el fin de judicializarlo y criminalizarlo, puesto que afirma que detrás de las protestas está la mano de la insurgencia; como si el movimiento social no pensara y actuara por sí mismo. La acusación conlleva a clasificar a los líderes sociales como insurgentes, con lo que aplican la añeja Doctrina de Seguridad Nacional, ideada en los Estados Unidos, durante la Guerra fría (1947-1991), que criminaliza a todo el que se opone al régimen oligárquico y lo tipifica como “enemigo interno”. ‘No comer cuento’ Hoy cuando el movimiento social prepara movilizaciones contra la política económica de San3tos, según un documento de inteligencia militar, publicado el 29 de febrero en el diario El Espectador, con el nombre de “Las 25 proyecciones terroris- tas del ELN”, el gobierno afirma que las protestas del 17 de marzo están “infiltradas” por el Ejército de Liberación Nacional. Para cualquier colombiano, es evidente la crisis causada por las malas decisiones de la oligarquía, como vender a las multinacionales la empresa pública de energía (ISAGEN), para enseguida tener que comprarle energía a Ecuador y estar programando racionamiento del suministro eléctrico en todo el país. La oligarquía, por su profunda convicción antidemocrática, le cuesta reconocer el papel protagónico de la sociedad en las trasformaciones, mucho menos reconoce sus expresiones de protesta; por ello es muy difícil hablar de paz mientras el régimen persiste en la persecución de la protesta ciudadana. Ojalá algún día la minoría gobernante logre aceptar que “valen más las expresiones de democracia de la calle, que las del parlamento”. Luís Kunta Kinte Retos para Avanzar en Nuestra América S 14 Vivimos una generalizada crisis de civilización; en ella, el capitalismo no es capaz de solucionar de manera profunda los graves problemas de la humanidad. La transición aparece en ésta como un proceso en el cual, desde la sociedad capitalista, se forjan alternativas de resistencia a la debacle, fundamentalmente desde los pueblos a lo largo y ancho del mundo. Este cambio civilizatorio, -esto es, el proceso de transición- se propone como un proceso social de larga duración con luchas de orden cultural, político, militar, económico, tecnológico y ambiental. No es un proceso que se pueda alcanzar en un solo país, tiene un determinado alcance mundial y sólo posible en conformidad con una correlación a su favor. Marcha hacia una nueva civilización llena de contradicciones La transición hacia una nueva sociedad está llena de dificultades, con avances y retrocesos. En el caso de América, lo que podríamos llamar transición hacia una nueva sociedad socialista, inicia con la Lo anterior implica que subestimar la enorme capacidad del capitalismo para pervivir es un error propio de miradas fundadas en la ilusión y la aspiración, pero no en la realidad. Nada nos indica que podemos realizar los objetivos de una nueva sociedad socialista en un periodo corto de tiempo. Esto tampoco nos puede llevar al derrotismo vaticinando la imposibilidad de la transformación social; por el contrario, nos hace aterrizar en las dureza del combate por su construcción. Reflexionar colectivamente los caminos andados La elaboración de una teoría de la transición para Nuestra América, conlleva la reflexión sobre el camino transformador recorrido desde la victoria de la revolución Cubana hasta nuestros días. Emprender la tarea de racionalizar los pasos andados, diversos y nada homogéneos, contenidos en la praxis, puede aportar claves importantes para iluminar el futuro de la confrontación con el imperialismo. Las experiencias de las revoluciones bolivarianas, martianas, ciudadanas, plurinacionales, así como otras experiencias de poder popular, son el indicativo de que no partimos de cero. Abocarnos a examinar los errores y equivocaciones en estos años de construcción de alternativas, como parte de un ejercicio amplio desde los mismos movimientos y los gobiernos de Revista Insurrección Revista Insurrección egún el diccionario crítico del Marxismo, la transición es “la fase particular de una sociedad que encuentra más y más dificultades a reproducir el sistema económico y social sobre el cual ella se funda y empieza a reorganizarse sobre la base de otro sistema que se trasforma en la forma general de las nuevas condiciones de existencia”. insurgencia de Cuba y su revolución triunfante. Ana Esther Ceceña, en una conferencia sobre la geopolítica del Buen Vivir, idea que representa el socialismo contemporáneo en el continente, nos advierte que la fundación de una nueva civilización, basada en este principio, puede demorar más del tiempo que llevo establecer la actual. 15 izquierda, nacidos de la lucha desarrollada, es una condición de esta reflexión y una obligación en el compromiso por continuar el proceso emprendido. nuevo consenso revolucionario, capaz de lanzarnos con fuerza a los desafíos de los nuevos tiempos. Debe hacerse un examen autocrítico continental, en diálogo con los pueblos del mundo. En otras palabras, toda la amplia constelación del bloque social popular antiimperialista y anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal del continente, debe hacer un alto en el camino para examinar y dar cuenta de los logros y las limitaciones, para, de ese modo, definir las rectificaciones, reaprender y ponerse en marcha con las nuevas tareas que demanda el presente. La reflexión ha de generar un La lucha está abierta No hay una sociedad donde sea estable la hegemonía de la derecha o de la izquierda. Las realidades están abiertas a la confrontación social. El curso de la lucha actual es el que clarificará el desenlace de lo emprendido: o hacia el predominio de una situación de restauración conservadora y predominio del capitalismo, o hacia la profundización de los cambios antineoliberales que avancen en una perspectiva de nueva sociedad. Como parte del avance socialista, la resistencia ante los embates de la derecha no se ha hecho esperar. En Argentina, desde la instalación del gobierno derechista de Macri, se han realizado decenas de movilizaciones que toman las calles y plazas, en respuesta a las medidas neoliberales adoptadas. En Venezuela, por su parte, desde la toma de juramento de la nueva Asamblea Nacional de mayoría de derecha, que amenaza, mediante la promulgación de varias leyes, arrebatar los derechos logrados con la revolución bolivariana, también se han suscitado levantamientos. Las movilizaciones en el Brasil ante los ataques de la derecha, son igualmente una manifestación de esta tendencia favorable. La posible agenda del debate La urgencia de una política comunicacional, capaz de enfrentar la forma imperialista, está cada vez más expresa en la izquierda. En la batalla ideológica, el pueblo debe reafirmar el proyecto social de cambio, generando corrientes de opinión, de alcance global, a su favor. De lo contrario, la manipulación de la información por la derecha, continuará inclinándose en detrimento de los procesos transicionales. Timoleón Areiza / Agosto 24 de 2002 Una democracia llena de pueblo es indispensable. En Nuestra América se ha reorganizando la resistencia en los países de gobiernos neoliberales; No cabe duda, de igual modo, que con los gobiernos de izquierda se ha facilitando el sentido político organizativo del pueblo, originando nuevas situaciones político organizativas. Sin embargo, es necesario examinar los alcances de la democracia participativa y analizar el curso del protagonismo y empoderamiento popular. Democracia de la calle, democracia plebeya, poder popular, es un campo a profundizar en estos procesos. La relación estado-gobierno-movimientos sociales es un asunto cardinal y crucial de este debate. 18 Estos y otros temas como la unidad continental de los pueblos, el ideario bolivariano, el impulso a una economía continental fundada en el Buen Vivir y la superación de una economía primarizada, deben ser asuntos de mayor acuerdo en el seno del movimiento popular que hoy impulsa las transiciones. Esto constituye otras de las deudas del momento para marchar hacia adelante. Lucia o Crónica de una INFAMIA N ota de la Redacción: Esta crónica relata hechos de la vida real, ocurridos en el oriente de Antioquia; fue escrita por Timoleón, comandante del Frente Carlos Alirio Buitrago, unos meses después de haber ocurrido. Contrariando todos sus temores Lucía comprobó con satisfacción, que podía disparar sin remordimiento alguno. Miró sin curiosidad al primero que cayó. Quedó apenitas se pasa el agüita. Su afán estaba centrado en dar con los otros tres. Cuando una persona se alza en armas es porque de antemano ha aceptado, que está dispuesta a morir o a quitarle la vida a su enemigo, como un designio irremediable. Además sabe que es alta la probabilidad de caer prisionero o quedar lisiado. Eso también lo asume y lo acepta, tal vez a eso se debió la reacción de la muchacha. Ya era una mujer en armas. No sabría decir si Antonio era más apreciado o respetado por el ser el esposo de Rubiela la Promotora o por sus propios méritos. Murió siendo el Presidente del Comité de Conciliación de la vereda. Nunca antes esa Comisión había tenido tanto trabajo como con Antonio. ¿Lo buscaban porque era el Presidente de dicha Comisión?, o ¿por ser Antonio?, o ¿por qué para todo encontraba una solución y para todo el mundo tenía un consejo sabio cuando se lo solicitaban? Rubiela era caso aparte. Su carita dulce, su sonrisa fácil, su ha- Revista Insurrección Revista Insurrección Aumentar la participación juvenil, del sujeto femenino, la diversidad de género y las capas medias, significa actualizar una compresión de nuestras formaciones sociales, diseñando una política eficaz de atracción y activación de estos sujetos. Desde los gobiernos de izquierda se ha proporcionado empleo, asegurado lo básico de la canasta familiar, garantizado el acceso a la salud y respetado los derechos humanos esenciales. No obstante, estas políticas no se han estimulado como procesos colectivos, que impliquen educación y sentido organizativo de las masas como soportes de poder. Igualmente, la dimensión de la formación de cuadros y liderazgos está ausente o es insuficiente; la reelección presidencial se presenta como una manifestación de esta carencia. 19 bla pronta y amable ¿quién no la quería?, ¿A qué hora la requirieron para asistir un enfermo y no haya acudido a prisa? De día o de noche lo mismo daba. Allá estaba presta. ¿Quién que dolor? Allá estaba ella llevando alivio. ¿Qué cuál diligencia a la alcaldía? Pues ¿para qué estaba Rubiela? Y sino ¿para qué vivía Antonio? A todos nos cogió por sorpresa. Si bien el alcalde y el comandante de policía habían montado un grupo de matones, hasta ahora sólo habían cometido sus crímenes en el caso urbano. No obstante por ser todas sus víctimas dirigentes obreros y líderes comunitarios, personalmente les aconsejé se fueran por un tiempo, mientras se calmaban las cosas. Claro, las cosas nunca se calmaron. El terrorismo de Estado cual noche tenebrosa arropó a Colombia. Lucía y sus compañeros continuaron la persecución. Las palabras fervorosas de su madre diciéndole que era pecado matar, que siempre recordara el “no matarás” del mandamiento, le sonaban ahora huecas y vacías. -Pobrecita mi mamá-. Pensaba y agudizaba el ojo y el oído, aunque primero los escuchó y después los vio, cuando se metieron a la mata de monte, la que queda allá al comenzar la bajada para las sementeras. Pero qué raro, sólo vio a dos. ¿Y el otro?, ¿Qué se hizo?, ¿Sería que se devolvió por el alto? O ... una intuición hizo que se iluminar su rostro, ¡seguro se emboscó! Continuaron avanzando con la guardia en alto y separados. Eso les salvó la vida. El asesino viendo la maniobra decidió huir, siendo blanco de los tiros justicieros de la guerrilla. Ahí quedó el segundo. Lucía lo reparó sólo lo necesario para saber que estaba bien muerto o al menos lo suficiente, para que no pudiera seguir haciendo daño. Siguieron su camino. Ella fijó su mirada en la mata de monte. -Ustedes son bobitos, por qué nos van a matar si nosotros no le hacemos mal a nadie, por el contrario tratamos de servir a todo aquel que lo necesita-. –Es por eso precisamente que los pueden matar, porque Ustedes son guía y cohesión para la gente y la mantienen organizada. Eso le asusta al Estado-. No les valieron mis argumentos. Se negaron a marchar. -No se preocupen que nada nos va a pasar-. Añadió Rubiela y se despidió con alegría y afecto. Tenía en sus ojos un brillo especial, brillo propio tan sólo de los que viven con paz en el alma. Se desvivía por sus niños y sus vecinos. Sus niños eran de 7, 9 y 11 años. Hacía cinco meses habían decidido volver a intentarlo -que sabemos que esta vez sí llegue la niña- nos decía con su sonrisa luminosa. El primero que los sintió fue Claver, que gemía y movía la colita dándole la bienvenida a quienes suponía amigos, que de madrugada llegaban a su casa. Ese gesto tal vez lo aprendió de tanto verlo en Rubiela y Antonio, para quienes todo el que llegaba a su casa eran amigos y bienvenidos. Por eso Claver fue el primer sorprendido. No comprendía el por qué de la rudeza de los recién llegados ¿Y por qué golpeaban tan duro la puerta?, ¿Qué necesidad tenían de desastillar las tablas y de proferir tales groserías?, y menos entendía, por qué ahora de una patada lo estrellaban contra el cancel. No podía saber y menos imaginarse que esos modales se los enseñaban los gringos a los generales del Ejército Nacional en la Escuela de las Américas. -!Oiga mocosa!-, le decía el cura a Lucia en un ataque de ira, que apenas si podía controlar. -!qué son las cosas que me cuenta su madre!, ¡qué horror!, ¿quién carajos dijo que la opción por los pobres, hay que buscarla en el monte? Si es que quiere servir a los pobres coja la vida religiosa, aquí mismo tenemos uno de los mejores conventos del país-. Lucía no se le rió en la cara, porque Rubiela y Antonio le habían enseñado que la ironía no era bueno frecuentarla. ¡Rubiela y Antonio!. Sus ojos se iluminaron. Miró al cura serena y firme. -Rubiela y Antonio dicen que la opción del monte es tan válida y respetable, como cualquier otra, que lo importante es si se hace a conciencia y con honestidad-. El cura la miró pálido de ira y luego miró hacia donde vivía la pareja arriba en la montaña. Respiró profundo. Ella lo miró asustada, sintió angustia dentro de su pobre pecho, pensó ya tarde que había sido demasiado indiscreta. Un negro presagio se instaló bien adentro de su pecho. Esa misma tarde se le escapó al cura del carro, cuando la llevaba para el convento. La decisión estaba tomada y la suerte echada. Desde esa misma tarde la guerrilla contaba con una nueva combatiente. -El convento es el lugar donde como yo, mejor podes desarrollar tu bella vocación y con felicidad y alegría llevar a cabalidad tu opción por los pobres-, recordaba que le decía el cura, mientras la miraba de soslayo. Palabras llenas de cinismo y mi- radas cargadas de odio y lascivia, que la llenaban de repugnancia. Prefirió coger el monte y luchar para siempre al lado de su pueblo. -Esto es lo que me pasa por estar pensando en cosas pasadas y ya saldadas-. Se dijo ofuscada, cuando por un descuido tropezó y se le enterró una estaca en un costado. -¡No tienen que tumbar la puerta!, ¡ya voy a abrir!-, les dijo Antonio y se levantó de la cama, donde todavía dormía. Quedó en media sala con el rostro desfigurado por los impactos del fuego asesino. Juntaron a Rubiela y a los tres niños. La sentencia estaba dada. Matarían a Rubiela y al niño mayor. La réplica firme de ella, para que no mataran al muchacho y pudiera velar por los otros dos, lo salvó. De un tirón Lucía se sacó la estaca. En su rostro se dibujó una mueca de profundo dolor. En la madrugada, cuando escuchó el primer estampido, había dibujado una mueca de espanto y angustia. Cuando llegó con sus compañeros a la casa, ya era demasiado tarde. Rubiela y Antonio yacían muertos. -Tal vez no demasiado tarde para hacer justicia-, dijo Lucia a sus compañeros. Emprendieron la búsqueda y persecución de los asesinos. Se zambulló en la mata de monte. Los buscó ansiosa, por todos lados con su fusil en porte, lista a disparar. Salió a la otra orilla. Abajo, los sembradíos. Las sementeras de fríjol, maíz, tomate, papa y repollo. Más abajo, las carreteras, las que van para un lado, las que vienen del otro, las que bajan de ... -!allá, allá, allá van ellos, los asesinos!-, se arrojaron tras de ellos. Ya casi los alcanzan. Ven cuando se aproximan y se suben a un carro que los espera. De pronto Lucia se detiene, como si la hubiera atravesado un rayo. El carro parte velozmente, Lucía se queda mirándolo. Esta vez su rostro dibujó una mueca mezcla de incredulidad y rabia. -¡Maldita sea tu opción por los pobres!-. Gritó a todo pulmón. Había reconocido el carro del cura. Camilo Torres