Consumismo y derechos del consumidor El consumismo en los 80 Los recientes estudios públicos y de expertos en este campo ponen de manifiesto que el consumismo sigue estando fuertemente respaldado por el público. En general, los estudios de investigación muestran que el consumismo se ha arraigado profundamente en la conciencia del ciudadano estadounidense y continuará siendo una fuerza vital de la sociedad, independientemente del clima de control predominante en Washington. Los estudios sobre actitudes en asuntos relacionados con el consumidor y el estado del mercado conducen a las siguientes conclusiones globales:1 - El público no desea un cambio en la postura pro-consumidor por parte del gobierno y el conjunto de las empresas. - El apoyo público al consumismo es y será siempre amplio. - El retraimiento o cese de la insistencia por parte de las empresas en asuntos relacionados con el consumidor no solamente constituiría una grave mala interpretación de la opinión y expectativas del consumidor, sino que crearía un riesgo de que se produzca una reacción violenta de importantes proporciones. - Las empresas que tienen las cosas claras reconocerán que el consumismo está bien establecido y tendrán en cuenta las continuas y evolutivas preocupaciones de los consumidores en áreas tales como la seguridad e información sobre los productos. Louis Harris and Associates proporcionan una amplia visión del consumismo en los 80. Harris realizó un estudio con adultos elegidos al azar por todo lo ancho y largo de los Estados Unidos para determinar los muchos aspectos de la opinión pública sobre cuestiones nuevas y variables relacionadas con el consumidor. Los rasgos sobresalientes (véase Tabla C-6 más abajo) de esta investigación indican que la preocupación del consumidor es fuerte y creciente, el movimiento del consumidor está considerado positivamente; muchos líderes del gobierno y agencias del mismo están mal vistos, ya que se considera que no hacen un buen trabajo en la protección del consumidor; y el apoyo a las disposiciones regulatorias del gobierno, en general, ha disminuido, aunque no en el área de protección al consumidor. Otro resultado digno de mencionar es que el consumismo corta totalmente con las líneas de lucha sociales y políticas tradicionales y crea nuevos tipos, o tipos modificados, de coaliciones. Se puede prever que el consumismo se adaptará y predominará como fuerza fundamental de la sociedad. Seguirá teniendo unas implicaciones significativas para los consumidores, la comunidad y las empresas, independientemente de qué aires corran en Washington. El consumismo en los 80 puede (y debería) servir para que consumidores y empresas estén más unidos. Estar situado cerca del consumidor es, después de todo, el concepto clave que sirve de base a la orientación ante el mercado. TABLA C-6. Tendencias y asuntos relacionados con el consumidor seleccionado en los 80. 1. La preocupación del consumidor es fuerte y creciente - El público está incluso más preocupado actualmente por un cierto número de problemas que afectan al consumidor que lo que estaba a mediados de los años 70. - Los consumidores creen que hacen un mal negocio en el mercado y reciben menos valor a cambio de su dinero que lo que recibían hace una década. - También creen que se ha mejorado la seguridad de la mayoría de los productos, así como el etiquetado e información referente a los mismos. 2. El movimiento de los consumidores está considerado o visto positivamente - Las acciones de los miembros del movimiento de consumidores están muy bien vistas, aunque han aumentado las críticas a los líderes de los mismos. - Existen personas de todas las clases y estilos de vida que creen que la protección al consumidor ha provocado un aumento en los precios, pero la mayoría también cree que merecen la pena los costos de protección. - La participación pública en el movimiento organizado de consumidores es modesta, pero el potencial de participación es elevado. 3. Se considera que el gobierno no hace un buen trabajo en la protección del consumidor - Se considera que el gobierno y el Congreso no hacen un buen trabajo a la hora de proteger los intereses del consumidor. - La comisión de Seguridad de los Productos de Consumo es el único brazo del gobierno que recibe una clasificación claramente positiva en lo que respecta a la protección del consumidor. - La Unión de Consumidores está a la cabeza de once agencias y organizaciones clasificadas, según el trabajo realizado, en el área de protección al consumidor. 4. Sigue existiendo el apoyo a las disposiciones regulatorias del gobierno en materia de protección al consumidor - Los consumidores respaldan por mayoría abrumadora las disposiciones o control de la seguridad y protección; están menos interesados o preocupados por la regulación económica en el mismo mercado. - No existe prácticamente ningún apoyo a un retroceso a tiempos pasados o a desmantelar las disposiciones regulatorias de protección al consumidor. - Una mayoría unánime y constante quiere que el gobierno haga más para proteger a los consumidores de los abusos de las empresas que no son capaces de cumplir sus promesas y garantías publicitarias. Fuente: "El consumismo en los 80", un estudio nacional de la actitud hacia el movimiento de consumidores, realizado para la Atlantic Richfield Company por Louis Harris y Associates, Inc. 1983. Ampliación de parámetros El desafío que plantea actualmente el consumismo engloba no solamente a las demandas de los consumidores que exigen unos productos y servicios más seguros, de calidad superior y más eficaz, sino también la insistencia en la responsabilidad de una empresa para hacer frente a una serie de preocupaciones no económicas y sociales. Bajo el estandarte del consumismo aparecen frecuentemente asuntos tales como la polución del medio ambiente, consideraciones de la calidad de vida, incluso las relaciones con las empresas multinacionales. En síntesis, los parámetros del consumismo siguen expandiéndose en respuesta a unas demandas y expectativas constantemente crecientes de los consumidores. La cada vez mayor sofisticación de los consumidores, el desfase entre los resultados del funcionamiento de un producto y las promesas del marketing, el carácter despersonalizado del mercado (los consumidores condenan constantemente la falta de atención personal a sus problemas) y la incapacidad de las operaciones normales del mercado para satisfacer a los consumidores, plantean unos retos tremendos a la dirección de las empresas que operan en un entorno caracterizado por ventas a riesgo del vendedor. Vigilancia continua Si la dirección pretende hacer frente a los asuntos fundamentales del consumidor, en lugar de fijarse en los síntomas superficiales debe disponer de un sistema de información que le permita identificar y predecir las preocupaciones y descontento subyacentes en el consumidor. Para entender los problemas que afectan a los clientes de una empresa y mantenerse informado sobre las tendencias de opinión de los mismos, muchas empresas se han dado cuenta que resulta muy útil realizar estudios, incluso informalmente, con carácter periódico. A partir de las respuestas a tales estudios, pueden identificarse áreas problemáticas importantes y oportunidades que merecen la pena y pueden ser comparadas con los resultados de los estudios realizados por las asociaciones comerciales, las encuestas de opinión pública y los estudios académicos. Aunque la importancia relativa de las preocupaciones de los consumidores varían entre los sectores manufacturero, de ventas al por menor y de servicios, todas las empresas deben desarrollar unas respuestas que den lugar a programas constructivos de protección al consumidor. Esto requiere un compromiso por parte de la gerencia, no solamente con el apoyo mediante recursos presupuestarios, sino también desde el punto de vista de su filosofía y actitud personal. Compromiso por parte de la gerencia El requisito de actitud o disposición básica de la dirección es aceptar el consumismo y rechazar la opinión de que "dado que siempre hemos estado orientados hacia el cliente, no hay nada realmente nuevo sobre el consumismo". Además, en el presupuesto anual deberían asignarse unos fondos suficientes para programas específicos y progresistas de protección al consumidor. Estos requisitos suponen una tarea tremenda, ya que puede resultar difícil medir los beneficios directos de la empresa, puede parecer que no existen, y generalmente suelen diferirse. En consecuencia, es necesario establecer objetivos operacionales y parámetros de rendimiento para mejorar o establecer por vez primera un programa de asuntos relacionados con los consumidores. Establecimiento de una unidad de asuntos relacionados con el consumidor Actualmente aparece una unidad especializada de asuntos relacionados con el consumidor en el organigrama de bastantes empresas que pertenecen a diferentes sectores. Esta unidad suele recibir diversas denominaciones, entre las que se encuentran: Oficina de Asuntos del Consumidor (RCA, Motorola); Departamento de Asuntos del Consumidor (Firestone, Grand Union); Oficina de Servicios al Consumidor (Nabisco); Departamento de Relaciones con el Consumidor (Westinghouse, Hertz, Scott Paper); Departamento para Asuntos del Consumidor (National Can Company); o simplemente Departamento de Servicios al Cliente (Polaroid, Gillette). Aunque estas unidades son prácticamente entidades nuevas, no siempre se ocupan de la misma gama de responsabilidades. Suelen participar directamente en una o más de las siguientes actividades: 1) responder a las quejas de los consumidores; 2) difusión de material para la formación del consumidor; 3) negociar con grupos ajenos que defienden los intereses del consumidor; 4) coordinar programas y crear normas con respecto a las asociaciones comerciales particulares; y 5) asesorar a la dirección en asuntos de consumismo. La finalidad global de tales unidades es mejorar las relaciones y comunicaciones con los consumidores y hacer que la empresa sea más sensible a las necesidades y problemas de los mismos, ayudando de este modo a aumentar la satisfacción del cliente antes de realizar una compra, en el momento de realizarla, y posteriormente. Formación del consumidor Actualmente, los programas y material de formación del cliente patrocinado por las empresas han pasado a formar parte íntegra de la protección al consumidor. Existen numerosas empresas que publican y distribuyen guías de compra, panfletos y folletos, posters, gráficas y "hojas de hechos" para su uso en casa, y/o programas de formación administrados por terceras personas. Se preparan además películas, artículos periodísticos, videoclips para televisión y anuncios radiados de servicio público para mantener mejor informado al consumidor, y por tanto mejor preparado para ir de compras y para otras actividades similares de consumo. Se están realizando unos esfuerzos cada vez más intensos para tratar de los problemas que afectan a grupos concretos de consumidores, especialmente a los niños, a las capas con menos medios económicos y a grupos de tercera edad. Estos grupos deberían ser el punto central de los esfuerzos especiales de una empresa en el área de la protección al consumidor. Adoptar como base la legislación existente o propuesta de protección al consumidor y las líneas de asesoramiento o códigos del sector a que pertenece una empresa es insuficiente. Son necesarios unos esfuerzos especiales de formación y de investigación, dirigidos hacia los problemas que afectan a los niños, como los alimentos dulces y la nutrición, la seguridad y promoción de juguetes y la programación de televisión. De forma similar, debe hacerse un esfuerzo puntual para proteger al consumidor por medio de programas de formación dirigidos hacia los económicamente débiles y los ancianos. Debería admitirse también que los programas de formación pueden ser considerados fácilmente como provechosos para uno mismo y de este modo se convierten en contraproducentes. Esto se produce cuando se hace un hincapié indebido en la promoción de los propios productos y marcas de la empresa. Tratamiento y resolución de las quejas del consumidor En aquellas empresas que dispongan de departamentos independientes que se ocupen de los asuntos del consumidor, el tratamiento y la resolución de las quejas de los clientes o el establecimiento de políticas y procedimientos que deban ser seguidos por los demás representa una preocupación fundamental. Sin embargo, independientemente de sobre qué unidades recaiga la responsabilidad final de las quejas del consumidor, todas las empresas deberían establecer un sistema formal de control de las mismas. Por desgracia, algunas empresas siguen albergando una actitud negativa hacia las quejas de los consumidores. Generalmente, se les asigna una prioridad de "presupuesto bajo" y se considera que quedan fuera de los intereses principales de la empresa. Un estudio a nivel nacional de 2.500 hogares realizado en 1980 por la Oficina de Asuntos del Consumidor de los Estados Unidos puso de manifiesto que el 70 % de las quejas del consumidor sobre productos y servicios deficientes nunca encuentran solución. El estudio e investigación reveló que la mayoría de las industrias privadas y agencias del gobierno se sienten incapaces cuando deben tratar quejas de consumidores e informan insuficientemente al público sobre cómo han de presentarse y seguir sus protestas. (Un estudio diferente puso de relieve que tan sólo un 4 % de los clientes insatisfechos suele presentar una queja al fabricante.) El tratamiento inadecuado de las quejas de los consumidores hace que los clientes se sientan insatisfechos y provoca una pérdida en el volumen del negocio. Un estudio de 175.000 comunicaciones recibidas de los consumidores por una empresa líder en bebidas no alcohólicas señaló que los clientes que se quejaban y no estaban satisfechos con la respuesta solían contárselo a nueve o diez amigos o socios. Quienes presentaron las quejas no solamente se enfadaron, sino que un 30 % dijo que habían dejado de comprar completamente todos los productos de esa empresa concreta, y un 45 % manifestó que en el futuro comprarían una cantidad inferior. Beneficios de los programas eficaces de tratamiento de quejas de los consumidores Los buenos programas de tratamiento de quejas aportan unos beneficios significativos tanto para los clientes como para las empresas. - Sirven de punto de venta real. Las empresas siempre están intentando encontrar nuevos métodos para atraer clientes. Hacer saber a los potenciales compradores que disponen de un programa sensible al tratamiento de sus quejas es un fuerte argumento de venta. - Mantiene satisfechos y leales a los clientes. Un estudio nacional demostró que los consumidores que se quejaban sobre sus problemas y recibían una respuesta satisfactoria mostraban el más alto grado de fidelidad a la marca. (Una empresa señaló que una persona que llama utilizando su "línea caliente" y que se siente satisfecha, se lo cuenta a otras cinco en el plazo de diez días. Por el contrario, un cliente insatisfecho que no se queja normalmente, deja de comprar el producto y también lo cuenta a los demás.) - Proporcionan unas señales de advertencia inherentes. Las quejas presentadas por los clientes señalan advertencias prematuras de que los productos pueden tener defectos de seguridad imprevistos o de que la empresa está violando los derechos del consumidor. Un sistema de advertencia prematuro de este tipo permite a una empresa corregir instantáneamente el problema. - Facilitan información muy valiosa. La información obtenida mediante un sistema de tratamiento de quejas puede servir de sustituto a los estudios de mercado, tan costosos y necesarios, para ayudar a evaluar la calidad de los productos, servicios y personal. - Ayudan a mejorar las relaciones empresa- consumidor-gobierno. Los programas eficaces para el tratamiento de quejas pueden mejorar las relaciones de una empresa con el gobierno y los grupos privados de protección al consumidor. - Ayudan a disminuir el número de procesos adicionales. Un procedimiento bien dirigido para el tratamiento de quejas ofrece a una empresa la oportunidad de corregir los problemas de los clientes antes de que den lugar a relaciones más violentas o, lo que sería peor, a procesos judiciales. Selección de un programa para el tratamiento de quejas2 Cada empresa tiene necesidades y recursos diferentes y, por lo tanto, estará interesada en seleccionar un programa para el tratamiento de quejas que tenga en cuenta esos factores. La empresa debería considerar los beneficios, tanto de los programas internos para el tratamiento de quejas, como de programas para la resolución de disensiones desarrollados por terceras partes. Aunque pueden tratarse con eficacia la mayoría de las quejas dentro del marco de la empresa (disponiendo de un departamento interno a tal efecto), las que no se resuelvan de este modo pueden conciliarse de manera óptima mediante los servicios de una persona o personas independientes; es decir, por medio de un tercero. Organización de un programa interno Existen dos métodos principales para organizar un programa interno para el tratamiento de quejas: 1) el enfoque centralizado, que asigna la responsabilidad sobre las quejas a un departamento específico; y 2) el enfoque más informal y descentralizado que asigna a cada empleado o sucursal amplia responsabilidad para resolver las quejas. Muchas empresas se han dado cuenta de que sus necesidades se satisfacen de manera óptima aplicando una combinación de ambos enfoques. Independientemente del enfoque interno adoptado, es importante tener presente la siguiente lista de comprobaciones al diseñar el programa: - Coherencia. Establecer procedimientos uniformes para la recepción, acuse o confirmación y resolución de quejas. Estas normas deberían plantearse, si es posible, por escrito. - Accesibilidad. Desarrollar métodos para divulgar o dar publicidad al programa. Facilitar información en todos los idiomas que sea conveniente. Hacer que el sistema sea sencillo, claro y cómodo. - Rapidez. La recepción de las quejas debería ser confirmada con rapidez, en el plazo de dos o tres días, si es posible. Cuanto más dure la resolución de la queja, más tiempo de operaciones de la empresa se perderá y será más probable que los clientes frustrados realicen sus futuros negocios en otra parte. - Objetividad. El cliente debería tener la oportunidad de presentar su caso. Todo cliente debería asimismo tener la oportunidad de responder a preguntas o a cualquier información conflictiva recibida por el encargado de la resolución de la queja. - Observación y seguimiento. La información obtenida mediante un programa interno de tratamiento de quejas puede resultar considerablemente útil de varias formas. Mediante esta información pueden analizarse sistemáticamente productos, proveedores, almacenes o empleados problemáticos concretos. Aunque lo prudente es resolver inicialmente los problemas del cliente mediante procedimientos internos de tratamiento de quejas, existen buenas razones para plantearse la complementación de tales programas mediante la incorporación de procedimientos de revisión por un tercero. Los enfoques mediante terceras partes aportan imparcialidad, mayor confianza del cliente, una resolución de quejas más sensible al empleado, menos litigio y una mejora de las relaciones con las oficinas de los consumidores. Enfoques mediante terceras partes Los enfoques mediante terceras partes se sirven de una o más de las siguientes técnicas ya establecidas para la resolución de disputas: conciliación, mediación y/o arbitraje. La Figura C-9 muestra el flujo de quejas desde el programa interno de la empresa hasta llegar al proceso de resolución de disputas por terceros. Un conciliadores una persona independiente que reúne a las partes en conflicto y anima a una resolución mutuamente aceptable de la disputa. El conciliador normalmente no participa activamente en las negociaciones ni hace recomendaciones referentes a la conciliación. Un mediador es similar a un conciliador pero puede desempeñar un papel más estructurado y activo en el proceso de mediación. Éste transmite la opinión de cada una de las partes a la otra, en un intento de llegar a una resolución mutuamente aceptable. El mediador puede proponer unas condiciones para conciliar una disputa, pero no tiene poder para dictar una conciliación. Un árbitro es una persona independiente que revisa los argumentos de ambas partes y adopta una decisión final a la que, previamente han acordado atenerse ambas partes. En el denominado arbitraje obligatorio de vía única, la empresa, y no el cliente, queda vinculada por las decisiones del árbitro. La mayoría de las empresas que utilizan programas mediante terceros establecen un convenio con una organización independiente que ofrece servicios de conciliación, mediación y/o arbitraje. Entre los beneficios de este enfoque se encuentran la credibilidad que tal organización aporta al proceso de resolución de la disputa y la amplia disponibilidad de tales programas. En Estados Unidos la Oficina para el Progreso de la Empresa y la Asociación Americana de Arbitraje, así como un número cada vez mayor de oficinas de los gobiernos estatales y locales que se ocupan de asuntos del consumidor, ofrecen a la empresa servicios de conciliación, mediación y/o arbitraje a un costo nulo o reducido, mientras que otros son gratuitos para el cliente. Los programas mediante terceros que tienen éxito presentan algunos elementos en común. Cada uno de los siguientes puntos debería ser considerado como "elemento fundamental" en un programa de tales características: - La mediación o conciliación como primer paso eficaz. - El arbitraje como paso final en la adopción de decisiones. - La selección de una tercera parte creíble y competente. - La selección de procedimientos de arbitraje justos. - La promoción del programa ante los clientes. - El cumplimiento de los acuerdos o decisiones de la tercera parte. - La existencia de medidas para asegurar la rapidez. - El seguimiento y mantenimiento de archivos para mantener la eficacia. Oportunidades de marketing Los ejecutivos consideran cada vez más que el consumismo representa nuevas oportunidades y un potencial de beneficios, especialmente en los esfuerzos de marketing de la empresa. Los derechos básicos del consumidor a escoger, tener seguridad, mantenerse informado y a ser escuchado plantean o sugieren un marco para acciones específicas de la empresa encaminadas a satisfacer las necesidades del cliente y tener satisfechos a sus consumidores. Oportunidades de productos nuevos El clima actual de protección al cliente proporciona oportunidades para nuevos productos destinados a proteger la salud y seguridad de los consumidores a corto y largo plazo. A medida que aumenta el número de consumidores que expresa su preocupación por su propio bienestar y el de la sociedad a largo plazo, los productos totalmente nuevos o las nuevas formulaciones de los ya existentes que producen tanto una satisfacción inmediata como unos beneficios a largo plazo encontrarán un lugar rentable en el mercado. Pueden identificarse las oportunidades de nuevos productos creando unos grupos de trabajo especiales que observen y efectúen un seguimiento continuo de los productos, basándose en las directrices que provienen de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo, las vistas, audiencias, investigaciones del Congreso y de las agencias regulatorias, de grupos de consumidores y de los mismos clientes. Podrían dirigirse también algunos esfuerzos a una petición activa de ideas a varios expertos, incluidos los especialistas en nutrición, economistas nacionales, ingenieros de seguridad y químicos. Se recomienda la introducción de "forasteros", incluidos los clientes, en el proceso de toma de decisiones. Guías publicitarias Una publicidad informativa responsable beneficia al consumidor y contribuye a una imagen positiva entre el público comprador. Ocurre con demasiada frecuencia, sin embargo, que la publicidad crea expectativas sobre los resultados de los productos que nunca se cumplen (o que no pueden ser satisfechas). En un estudio realizado por el Consejo de Oficinas para el Progreso de la Empresa, la mayoría de los encuestados respondieron que las prácticas empresariales que más les habían molestado eran los productos que no daban los resultados supuestos o indicados y los anuncios que hacían promesas exageradas. Es fundamental que una empresa desarrolle una credibilidad publicitaria desde el punto de vista del consumidor y enfoque consecuentemente su política en este campo. Para el desarrollo de esta política la dirección debería escuchar las quejas del consumidor y cooperar con la industria ajena y los grupos de consumidores. El flujo de información persuasiva debe hacer hincapié no solamente en lo que quiere saber el consumidor, sino también en lo que debería saber para elegir inteligentemente los productos en el mercado. Existen muchos ejemplos de publicidad que contienen información dirigida a la formación del consumidor. Este tipo de anuncios puede resultar especialmente eficaz como sustituto de los actuales recursos al amor propio y a la irracionalidad. A la vez que se prepara el material publicitario, se suele revisar por el departamento jurídico para determinar si se ajusta a todas las leyes y disposiciones regulatorias relevantes. Además, la política publicitaria de las empresas debería estudiar la exactitud, integridad y utilidad de los anuncios y otros materiales de promoción. Los responsables de los asuntos entre la empresa y el consumidor deberían participar en la revisión periódica de la política publicitaria y en la evaluación progresiva de las campañas específicas. Información sobre productos Existe un cierto número de medios que pueden utilizarse para facilitar información a los consumidores. Entre los más actuales se encuentran las guías de compra (información sobre nutrición, criterios de resultados satisfactorios de un producto caducidad abierta, fijación de precios unitarios, etc.), las guías de instalación y montaje y las instrucciones de utilización y cuidado del producto. El objetivo es facilitar información que guíe a los clientes a escoger el producto "correcto", en primer lugar, con el objeto de lograr un uso mejor y más prolongado del mismo. La ejecución de la tarea de facilitar una información adecuada sobre productos requiere un esfuerzo coordinado entre los departamentos de marketing, publicidad y asuntos del consumidor. Para que al consumidor le resulte más fácil recibir información puntual sobre productos, un cierto número de empresas han establecido o experimentado con métodos telefónicos con cobro revertido. Fueron introducidos por primera vez hace ya varios años por Whirlpool, Polaroid, Clairol y Procter and Gamble, la utilización de las "líneas calientes" de teléfono se extendió rápidamente a comienzos de los 80. Entre las empresas que han introducido recientemente o están probando este sistema se encuentran Drackett, Pillsbury, General Mills, Buick, Sony, Coleco, Atari, Kraft, General Foods y Campbell Soup. Garantías al consumidor Un problema importante al que tienen que enfrentarse los consumidores es el que corresponde a las prácticas de garantía existentes. Las audiencias del Congreso y las quejas de los consumidores han demostrado en repetidas ocasiones que los vendedores están demasiado preocupados por la precisión del lenguaje jurídico utilizado en los títulos de garantía, más que por la medida en que el documento transmite el mensaje al comprador. Los problemas actuales de interpretación, por parte del cliente, de legalidades difíciles y las escapatorias o pretextos existentes siguen dando lugar a muestras de insatisfacción por parte del cliente. Está todavía por ver si la Ley de Garantías de Productos de Consumo de 1975 logra su objetivo de resolver los problemas de las garantías. Entre tanto, puede avanzarse considerablemente adoptando una garantía concisa y obvia, en lugar de aumentar la confusión con jerga jurídica y pretextos complicados. La Whirlpool Corporation ha simplificado el lenguaje de sus títulos de garantías de manera que explique claramente qué se ha de hacer y quién ha de hacerlo. De forma similar, la General Electric siguió este ejemplo de simplificación de los títulos de garantía, eliminando las limitaciones y el lenguaje jurídico y sustituyéndolos por unas frases afirmativas, claras y concisas. La Corning Corporation eliminó incluso las palabras título de garantía y garantía sustituyéndolas por el término promesa. Sería útil que la dirección reflexionara sobre el papel funcional de los títulos de garantía en el mercado actual y admitiera o reconociera que un título (o una garantía) es fundamentalmente una promesa o afirmación hecha por el vendedor al cliente. No debería interpretarse como un instrumento legal que limita las obligaciones del vendedor ante el consumidor según sus condiciones. En resumen, un título de garantía debería dar a los consumidores una cierta seguridad, antes de su compra, de que el producto cumplirá las promesas indicadas en la publicidad y promoción de venta. Si, por cualquier motivo, el producto no cumpliera las expectativas del cliente, debería poderse recurrir fácilmente ante la empresa. Un programa empresarial En general, el consumismo representa un desarrollo positivo tanto para los consumidores como para la empresa. Como fuerza permanente en el mercado, el consumismo es el responsable de algunos cambios de gran envergadura en la orientación y práctica empresarial. Algunas generalizaciones sobre cómo obtener respuestas constructivas y positivas por parte de la empresa son: 1. Es necesario adoptar una orientación de dirección correcta y escuchar concienzudamente las propuestas de los consumidores. El papel del consumismo debería entenderse desde el punto de vista del bienestar de la empresa, del consumidor y del público a largo plazo. 2. Resulta útil que la empresa establezca un mecanismo, como, por ejemplo, una unidad que se ocupe de los asuntos del consumidor, que represente el interés del consumidor en la planificación del producto, la implementación de los programas de marketing y la revisión de las políticas de clientes. Esta unidad debería ser una entidad independiente que estuviera directamente bajo la responsabilidad de gerencia. 3. Las quejas de los consumidores deberían procesarse inmediata y correctamente; y debería hacerse un esfuerzo especial para asegurarse de que la correspondencia con ellos es de tipo personal y que sus quejas han sido verdaderamente resueltas satisfactoriamente. 4. Una respuesta eficaz al consumismo requiere un programa integrado de productos de calidad, una información significativa al consumidor y un servicio postventa fiable. El rendimiento o resultados del producto debería corresponderse con las expectativas del cliente; la publicidad y promoción deberían emitir información más objetiva y utilizable sobre los productos; las políticas de garantía y servicios deberían ser claras y amplias. 5. Debería establecerse un sistema de control para impedir la existencia de prácticas de la empresa que den lugar de forma inadvertida a quejas por parte de los consumidores, cuando el rendimiento o resultados del producto y las expectativas del comprador no sean coincidentes. 6. El sistema de información al consumidor debería informar periódicamente a la gerencia de los problemas del consumidor que se deriven de las prácticas de marketing y productos de la empresa. 7. La dirección debe saber que es posible que no se obtengan unos resultados inmediatos y medibles que sean consecuencia de sus iniciativas orientadas hacia el consumismo. La medición de los dividendos desde el punto de vista de una mayor satisfacción del cliente y un mayor bienestar a largo plazo requiere de unos sistemas de información más amplios y de nuevas interpretaciones de la información existente. Notas 1 See Stephen A. Greyser, Paul N. Bloom y Steven L. Diamond, "Assessing Consumerism: The Public's and the Experts' Views", en Paul N. Bloom (Ed.), Consumerism and Beyond: Research Perspectives on the Future Social Environment, Marketing Science Institute, Cambridge, Mass., 1982, pág. 4. 2 Esta sección ha sido adaptada de la obra escrita por Lemuel Dowdy, Jill GoodrichMahoney y Keny Stoebner, Handling Customer Complaints: InHouse and ThirdParty Strategies, U.S. Government Printing Office, Washington, D.C., 1980. Fuente bibliográfica: Enciclopedia del Management Versión española de la edición original de Lester R. Bittel y Jackson E. Ramsey Handbook for Professional Managers, publicada por Mc-Graw Hill, Inc., Nueva York, EE.UU./(c) 1985 Edición original Mc-Graw Hill, Inc./(c) 2007 EDITORIAL OCEANO Código documento: 39080