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8
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
DIRECCIÓN DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS MÉDICAS
CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO TEÓRICO PARA EL ABORDAJE DE LA
INFECCIÓN POR EL VIRUS PAPILOMA HUMANO EN MUJERES CON VIDA
SEXUAL ACTIVA EN SU CONTEXTO ECOLÓGICO
AUTORA: Lucrecia Contreras Irazabal de Cosenza
TUTOR: Dra. María Correnti de Plata
Valencia, Octubre 2011
9
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
DIRECCIÓN DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS MÉDICAS
CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO TEÓRICO PARA EL ABORDAJE DE LA
INFECCIÓN POR EL VIRUS PAPILOMA HUMANO EN MUJERES CON VIDA
SEXUAL ACTIVA EN SU CONTEXTO ECOLÓGICO
AUTORA: Lucrecia Contreras Irazabal de Cosenza
Trabajo de Doctorado presentado ante la
Dirección de Postgrado de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la Universidad de
Carabobo para optar al título de Doctor en
Ciencias Médicas.
Valencia, Octubre 2011
10
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
DIRECCIÓN DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS MÉDICAS
VEREDICTO
Nosotros, Miembros del Jurado designado para la evaluación del Trabajo de
Doctorado titulado: CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO TEÓRICO PARA EL
ABORDAJE DE LA INFECCIÓN POR EL VIRUS PAPILOMA HUMANO EN
MUJERES CON VIDA SEXUAL ACTIVA EN SU CONTEXTO ECOLÓGICO,
presentado por Lucrecia Contreras Irazabal de Cosenza, para optar al título de
Doctora en Ciencias Médicas, estimamos que el mismo reúne los requisitos para ser
considerado como:
___________________________
Nombre, apellido, C.I., Firma del Jurado
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
Valencia, Octubre 2011
11
DEDICATORIA
A quienes han sabido mantenerme con amor y paciencia en este camino: mi esposo
Generoso Franco, que hace honor a sus nombres y mi hijo Miguel de Jesús, motores
principales de mi vida.
12
AGRADECIMIENTO
A todos los que colaboraron material y espiritualmente para arribar a esta meta.
En especial:
A Dios, que me ha colmado de bendiciones.
A las mujeres macaperas quienes, superando los prejuicios, participaron e hicieron
posible este trabajo.
A mis tutores: Dra. María Correnti de Plata, por la libertad, confianza y apoyo
brindado.
Dr: Jesús Leal, por “abrir la jaula” y convencerme de que podía volar.
A mi “samán académico”: Prof. Cruz Manuel Aguilar, por su amistad, optimismo y
paciencia para largos debates con finales abiertos, durante el desarrollo de este
trabajo.
A mi colega y amigo: Prof. Aldo Reigosa, por sus acertadas y oportunas sugerencias
al evaluar con responsabilidad los productos de los diferentes seminarios tutoriales
y el primer borrador de esta tesis.
13
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA……………………………………………………………..
AGRADECIMIENTO……………………………………………………….
RESUMEN…………………………………………………………………..
ABSTRACT…………………………………………………………………
iv
v
xiii
xiv
INTRODUCCIÓN...........................................................................................
1
CAPÍTULO I
PROPÓSITO…………………………….......................................................
Delimitación del estudio.............................................................................
6
6
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO REFERENCIAL............................................................
Infección por VPH como problema de salud pública.................................
Características del genoma viral.................................................................
Patogenia, ciclo de replicación, dinámica de la infección por VPH en el
cuello uterino……………………………………………………………
Cofactores asociados al VPH en la carcinogénesis del cuello uterino…...
Diagnóstico clínico, citológico e histológico…………………………….
Diagnóstico por biología molecular……………………………………
Marcadores biológicos como potenciales indicadores de riesgo de cáncer
Aspectos epistemológicos………………………………………………
Paradigma de la complejidad-física de los sistemas complejos-la nueva
ciencia de las redes……………………………………………………….
8
8
15
18
25
34
36
37
42
42
CAPÍTULO III
ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS……………………………………...
Lo que me enseñó a aprender aprendiendo................................................
La estrategia………………………………………………………………
Interpretación de los resultados…………………………………………..
50
50
53
61
CAPÍTULO IV
RESULTADOS...............................................................................................
Aproximación a la magnitud del problema………………………………
Características socio demográficas……………………………………….
Antecedentes personales………………………………………………….
Hábitos…………………………………………………………………...
Antecedentes familiares…………………………………………………
Conocimientos sobre ITS………………………………………………...
Información acerca de la salud sexual y reproductiva……………………
Examen físico…………………………………………………………….
64
64
65
69
72
73
73
75
76
14
Laboratorio……………………………………………………………….
Seroprevalencia y otras ITS………………………………………………
Aproximación de la percepción del problema por la comunidad………...
Las mujeres comentan……………………………………………………
La entrega de los resultados………………………………………………
La presentación a la comunidad de los resultados de 2 años de trabajo….
77
81
102
108
109
110
CAPÍTULO V
DISCUSIÓN…………………………............................................................
Conclusiones y recomendaciones………………………………………
113
136
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS............................................................
141
ANEXOS.........................................................................................................
155
15
ÍNDICE DE FIGURAS
Nº
1
Incidencia del cáncer cervical en el mundo. Casos por 100.000
habitantes..................................................................................................
9
2
Historia natural de la infección por VPH y cáncer cervical......................
13
3
Viriones de VPH-ME………………………………................................
16
4
Dibujo del aspecto de la cápside…………...............................................
16
5
Esquema del genoma del VPH, en su forma episómica.………………
16
6
Dinámica de la infección por VPH en el cuello uterino………………
21
7
Interacción de los genes del VPH en el ciclo celular……………………
23
8-11 Tipos de redes…………………………………………………………...
47
12
Diagrama de la concepción epistémica………………………………….
50
13
Distribución de participantes según estrato socioeconómico. Municipio
Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008………………………………
66
Distribución de participantes según nivel educativo. Municipio Lima
Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008…………………………………….
67
Distribución de participantes de acuerdo a su estado civil. Municipio
Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008………………………………
68
Redes sexuales declaradas por mujeres sexualmente activas. Municipio
Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008………………………………
70
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, por grupos de edad.. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes.
1996-2006.………………………………………………………………
81
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según diagnóstico citológico. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.……………………………………………………
83
14
15
16
17
18
16
19
20
21
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según parroquia de procedencia. Municipio Lima Blanco.
Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………………
86
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según estrato socioeconómico. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.……………………………………………
88
Modelo teórico para el abordaje de la infección por el virus
papiloma humano en mujeres con vida sexual activa en su contexto
ecológico…………………………………………………………………
112
17
ÍNDICE DE TABLAS
Nº
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
Funciones principales de los genes del VPH............................................
17
Tasas de mortalidad por cáncer de cuello uterino, por 1000 y 100.000
mujeres entre 25-65 años de edad. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006..................................................................................
64
Formas de evitar las ITS mencionadas por mujeres sexualmente
activas. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006…………
74
Fuentes de información acerca de la salud sexual y reproductiva.
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006…………………
75
Diagnóstico citológico en mujeres asintomáticas sexualmente activas.
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006.………………….
77
Prevalencia de diagnósticos citológicos por grupo de edad. Municipio
Lima Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006.………………….
78
Prevalencia de citologías alteradas por tipo de alteración y grupos de
edad. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006.………...
79
Diagnóstico ADN-VPH por PCR en mujeres asintomáticas
sexualmente activas. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 19962006………………………………………………………………..........
80
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, por grupos de edad.. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes.
1996-2006.………………………………………………………………
82
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según diagnóstico citológico. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.……………………………………………………
84
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según diagnóstico citológico. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.……………………………………………………
86
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según parroquia de procedencia. Municipio Lima Blanco.
Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………………
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
87
18
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
activas, según estrato socioeconómico. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
89
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según nivel educativo. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
90
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según edad de la sexarquia. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
91
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según estado civil. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes.
1996-2006.………………………………………………………………
92
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según número de parejas sexuales en su vida. Municipio Lima
Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………
93
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según antecedentes de ITS. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
94
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según número de partos vaginales. Municipio Lima Blanco.
Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………………
95
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según uso de condón masculino. Municipio Lima Blanco.
Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………………
96
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según uso de anticonceptivos orales (ACO). Municipio Lima
Blanco. Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………
97
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según diagnóstico nutricional. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
98
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según hábito tabáquico. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
99
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
19
25
activas, según citología anterior. Municipio Lima Blanco. Estado
Cojedes. 1996-2006.…………………………………………………….
100
Prevalencia de infección por VPH y genotipos en mujeres sexualmente
activas, según tiempo de la última citología. Municipio Lima Blanco.
Estado Cojedes. 1996-2006.……………………………………………
101
20
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
DIRECCIÓN DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS MÉDICAS
CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO TEÓRICO PARA EL ABORDAJE DE LA INFECCIÓN POR
EL VIRUS PAPILOMA HUMANO EN MUJERES CON VIDA SEXUAL ACTIVA EN SU
CONTEXTO ECOLÓGICO
AUTORA: Lucrecia Contreras Irazabal de Cosenza
TUTOR: Dra. María Correnti de Plata
AÑO: 2011
RESUMEN
La infección genital por virus papiloma humano (VPH) es considerada la infección de transmisión
sexual más frecuente en el mundo y el factor etiológico más importante del cáncer invasor de cuello
uterino (CaCu). Con el propósito de generar conocimientos autóctonos acerca de ésta infección y los
factores asociados, se desarrolló esta investigación, en el municipio Lima Blanco del estado Cojedes,
dentro de la matriz epistémica de la complejidad, durante los años 2006-2008. Al partir de una realidad
indeterminada, priorizamos la necesidad de develar la magnitud del problema, realizando un estudio
exploratorio, documental, de campo, descriptivo, transversal y prospectivo, desde una perspectiva
cuantitativa, integrada con aspectos cualitativos interpretativos de la dinámica social compleja
emergente, condicionada por las relaciones que se establecieron entre: equipo de investigación, equipo
de salud local y las mujeres que participaron. Se comprobó tasa de mortalidad por CaCu de 2,14/1000.
Después de un compartir horizontal de saberes, previo consentimiento informado, se realizó entrevista
y examen ginecológico con toma de muestra para citología convencional y diagnóstico molecular por
la técnica de PCR utilizando oligonucleótidos cebadores de consenso MY09/MY11 y genotipaje con el
kit de Multiplex PCR. Se evaluaron 227 mujeres entre 17 y 74 años; edad promedio 37 años; citologías
alteradas 16,7% (38/227): ASCUS 81,5% (31/38); LEI-BG 15,7% (6/38); 2,6% (1/38) LEI-AG.
Prevalencia de VPH 27% (57/210), sin diferencias estadísticamente significativas entre mujeres con
citologías negativas y alteradas. Genotipos predominantes BR 80,7% (46/57). Prevalencia VPH-AR
12,2% (7/57). Genotipo AR predominante 18. Seroprevalencia baja de otras ITS: IgG Chlamydia
6,2%(13/207); HSV-IgM 1,4% (3/207); IgM Chlamydia y HCV 0,48% (1/207) cada una. Un
porcentaje elevado de las mujeres evaluadas vive en situación de pobreza 89% (203/227) y son
económicamente dependientes. Solo 27% han culminado la educación secundaria. Sexarquia 17,7
años. Predominó la relación de pareja estable y monogamia sucesiva como patrón de conducta sexual.
Se evidenció escasa concientización en relación a conductas preventivas e insatisfacción con los
servicios de salud, con participación deficiente en el programa preventivo, condicionada por barreras
de información, psicológicas, socioculturales. El diagnóstico de CaCu es ocultado por la familia de
quien lo padece por lo que no es un problema de salud sentido en esta comunidad. El presente trabajo
representa el primer estudio de campo, descriptivo, transversal y prospectivo, realizado en mujeres de
una comunidad rural venezolana en su contexto ecológico, y aporta conocimientos útiles sobre
epidemiología molecular y sociocultural en el abordaje de la infección por VPH en el grupo evaluado.
21
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
DIRECCIÓN DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS MÉDICAS
CONSTRUCTION OF A THEORETICAL MODEL FOR THE APPROACH OF ACTIVE
INFECTION WITH THE VIRUS PAPILLOMA HUMAN IN WOMEN WITH SEX LIFE IN ITS
ECOLOGICAL CONTEXT
AUTHOR: Lucrecia Contreras Irazabal de Cosenza
TUTHOR: Dra. María Correnti de Plata
YEAR: 2011
ABSTRACT
Genital papilloma virus infection human (VPH) is considered the infection of more frequent in the
world and the etiological factor most important sexual transmission of invasive cancer of the cervix
(CaCu). In order to generate indigenous knowledge about this infection and associated factors,
developed this research, in the Lima Blanco municipality of the Cojedes State, within the matrix
epistemics of complexity, during the years 2006-2008. From an indeterminate reality, we prioritize the
need to reveal the magnitude of the problem, conducting an exploratory, a documentary film, field
study, descriptive, transversal and prospective from a quantitative perspective, integrated with
qualitative interpretive emerging complex social dynamics, conditioned by relations which were
established between: research team, local health team and the women who participated. 2.14/1000
CaCu mortality A share horizontal knowledge, prior informed consent, was followed interview and
gynecological exam with sample for conventional cytology and molecular diagnosis by the PCR
technique using oligonucleotide primers of MY09/MY11 consensus and Multiplex PCR kit genotipaje.
We assessed 227 women aged 17-74 years; age average 37 years; PAP altered 16.7% (38/227):
ASCUS 81.5% (31/38); LEI-BG 15.7% (6/38); 2.6% (1/38) LEI-AG. Prevalence of HPV 27%
(57/210), no statistically significant differences between women with altered and negative PAP.
Predominant genotypes BR 80.7% (46/57). HPV prevalence-AR 12.2% (7/57). Genotype 18
predominant AR. Low seroprevalence of other STIs: IgG Chlamydia 6.2% (13/207); HSV-IgM 1.4%
(3/207); IgM Chlamydia and HCV 0.48% (1/207) each. A high percentage of evaluated women living
in poverty 89% (203/227) and they are economically dependent. Only 27% have completed secondary
education. Sexarquia 17.7 years. Dominated the relationship stable and successive monogamy as a
pattern of sexual behavior. There was little awareness in relation to preventive behaviours and
dissatisfaction with health services, poor participation in preventive programme, conditioned by
information, psychological, socio-cultural barriers. The diagnosis of CaCu is concealed by the family
who suffers from what is not a sense of this community health problem. The present paper represents
the first field study, descriptive, transversal and prospective, in women of a Venezuelan rural
community in its ecological context, and provides useful knowledge on sociocultural and molecular
epidemiology in the approach of HPV infection among the evaluated.
22
INTRODUCCIÓN
La presente investigación se desarrolló dentro de la matriz epistémica de la
complejidad; caracterizada por la incertidumbre, el reconocimiento de lo inacabado e
incompleto del conocimiento, la creatividad del desorden, la ruptura de la simetría, la
fertilidad de los defectos, las relaciones complicadas entre las causas y los efectos, los
desequilibrios permanentes y la presencia de la no linealidad, de acuerdo a los
criterios que fundamentan el paradigma complejo (1-4).
El interés clínico concedido a la investigación sobre Virus Papiloma Humano
(VPH) en los últimos años se ha sustentado en el desarrollo de tecnología altamente
reproducible y clínicamente asequible para la detección de infecciones subclínicas, lo
cual ha permitido describir una parte desconocida de la historia natural de estas
infecciones y el establecimiento de la relación etiológica entre algunos tipos de VPH
y los cánceres de cuello uterino, vagina, vulva, pene, canal anal, laringe y boca (5-6).
El cáncer de cuello uterino representa 12% de todos los casos de cáncer y es el
segundo más común en mujeres en todo el mundo. Se estima que cada año 500.000
mujeres desarrollan cáncer cervical y cerca de 250.000 mueren por esta causa (7).
Aproximadamente 83% de los casos ocurren en países en desarrollo, donde el cáncer
cervical representa 15% de las neoplasias malignas en mujeres, con riesgo
acumulativo de 1,5% antes de la edad de 65 años, mientras en los países desarrollados
éste representa 3,6% de los nuevos casos de cáncer y el riesgo acumulativo para el
23
mismo grupo de edad es de 0,8% (8). En Venezuela constituye, la primera causa de
muerte por cáncer en mujeres, siendo el estado Cojedes uno de los más afectados por
esta patología (9-10).
La infección por VPH del aparato genital es considerada como el factor etiológico
más importante para cáncer de cérvix hasta ahora conocido (5-8), según se demuestra:
por la identificación de ácido desoxirribonucleico (ADN) de VPH en especímenes de
biopsias de cáncer cervical (6,11) y el incremento del riesgo relativo para carcinoma
de células escamosas y adenocarcinoma en mujeres con infección por VPH de alto
riesgo en estudios de cohorte y casos-controles (5, 6, 11-13). Otros factores
ambientales y del huésped no identificados parecen contribuir a incrementar la
posibilidad de persistencia de la infección y/o progresión a neoplasia cervical (8,1415).
La tecnología del ADN recombinante ha permitido conocer parte de la historia
natural de estas infecciones (15). En la actualidad se evalúan diferentes propuestas
para incluir pruebas de detección de ADN de VPH en los programas rutinarios de
pesquisa (16-21) y dos vacunas efectivas para prevenir la infección por los tipos
oncogénicos más frecuentes, han sido aprobadas por la FDA (Food and Drug
Administration- organismo regulador de alimentos y medicamentos de Estados
Unidos), y la EMEA (Agencia Europea para la Evaluación de productos Medicinales)
en julio del 2006 (22-25). Sin embargo, se alerta hacia la necesidad de promover y
mejorar los programas de pesquisa, considerados como los principales responsables
24
de la disminución de la incidencia de cáncer de cérvix en los países desarrollados (7,
24).
En nuestro país destaca la falta de estudios acerca de este problema con enfoque
ecológico; se percibe una gran incertidumbre en relación a lo adecuado de las
diversas conductas preventivas, de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de
pacientes con esta afección, derivadas de conocimientos producidos en otras latitudes;
la cotidianidad de los especialistas venezolanos relacionados con este problema
parece ser diferente en muchos de los aspectos planteados por la mayoría de los
estudios extranjeros, sin embargo, no hay evidencias científicamente aprobadas que
sustenten esta apreciación.
De lo anterior se desprenden divergencias en conocimiento, actitudes y prácticas
en los clínicos, concernientes al manejo terapéutico, seguimiento, educación y
mensajes preventivos para sus pacientes con diagnóstico de probable infección por
VPH y diversidad de sentimientos por parte de las pacientes, que pueden tener poca o
ninguna información sobre el tema y en el peor de los casos una información errada o
inadecuada, proporcionada muchas veces por su médico tratante, cualquier otro
integrante del equipo de salud o la indagación propia por Internet, lo cual caotiza la
prestación de servicio en torno a este grave problema de salud pública y rebasa la
capacidad del sistema de salud para enfrentarlo con eficiencia y eficacia.
Actualmente el diagnóstico de la infección por VPH en Venezuela se realiza por
estudios clínicos, citología tradicional mediante la técnica de Papanicolaou y estudios
25
histopatológicos como el estándar de oro para corroborar los diagnósticos citológicos
(26-27). Un reducido número de mujeres tienen acceso a pruebas de detección de
ADN en laboratorios privados o en grupos de investigación. Un porcentaje muy
pequeño de mujeres en edad de riesgo participa en el programa de pesquisa de cáncer
cervical (28). Por lo tanto es muy poco lo que se conoce en cuanto al comportamiento
biológico de la infección por VPH en nuestro ecosistema, a pesar del esfuerzo de
varios grupos de investigación en diferentes zonas del país, quienes han reportado
estudios restringidos a los programas de pesquisa o consultas ginecológicas públicas
o privadas
Surgen así múltiples interrogantes en relación a la problemática planteada:
¿Cuál es la prevalencia de esta infección en las mujeres sexualmente activas en
poblaciones venezolanas? ¿Cuáles serán los genotipos presentes? ¿Cuál es la
prevalencia de lesiones precursoras de cáncer asociadas a infección por VPH? ¿Qué
conoce la población sexualmente activa acerca de la infección por el VPH? ¿Cuál es
su concepción acerca de esta patología? ¿Perciben el riesgo de adquirir la
enfermedad? ¿Conocen la utilidad del examen para detección oportuna? ¿Por qué las
mujeres con mayor riesgo no participan en el programa para prevención de cáncer de
cuello? ¿Qué sentimientos surgen ante este diagnóstico? ¿Cuáles son sus hábitos
sexuales, sociales y reproductivos? ¿Cómo está su estado nutricional? ¿Se ha
sensibilizado a la población mediante campañas educativas adecuadas que les permita
responsablemente reconocerse dentro de un grupo de riesgo y actuar en
26
consecuencia? ¿No será que, este problema se remonta a la necesidad de una
educación sexual adecuada al niño adolescente y a los padres? ¿Será que se puede
relacionar el control de esta patología con el desarrollo de una inteligencia espiritual
en las familias, que les permita asumir un plan de vida donde la reeducación en
valores humanos les permita reconocerse como seres humanos dignos, que se
respetan a sí mismos y que asuman hábitos saludables responsables por sus vidas y
las vidas que les rodean? ¿El personal de salud de atención primaria tiene la
información y la formación necesaria para canalizar adecuada y oportunamente sin
provocar pánico o sobretratamiento a las pacientes con este diagnóstico?
Conocer las realidades particulares de nuestras comunidades es una necesidad
para poder actuar con más acierto y eficacia en la organización y reformulación de los
programas preventivos. Esta investigación representa el primer estudio de infección
por VPH en una población venezolana en su contexto ecológico. Los resultados
obtenidos nos aproximan al estado de la infección por VPH en el grupo evaluado y
proporcionan datos útiles para continuar estudios que permitan definir estrategias
sustentables para prevenir el cáncer cervical.
CAPÍTULO I
PROPÓSITO
El fin último del presente estudio es la construcción de un modelo teórico para el
27
abordaje de la infección por VPH en las mujeres con vida sexual activa en su
contexto ecológico.
Delimitación del Estudio
La investigación se realizó en la Parroquia Macapo, capital del Municipio Lima
Blanco, ubicada al norte del Edo. Cojedes, a 40 Kms de San Carlos por carretera
asfaltada de fácil acceso, durante el período comprendido entre enero 2007 hasta
diciembre 2008. Dirigido a la población femenina sexualmente activa y su pareja.
Facilidad disponible: Macapo cuenta con dos ambulatorios, con personal médico y
auxiliar sensibilizado y motivado para trabajar en equipo con personal del Centro de
Investigaciones en Enfermedades Tropicales de la Universidad de Carabobo (CIETUC) y la comunidad.
Esta investigación está asociada a la línea de investigación sobre salud sexual y
reproductiva del Doctorado en Ciencias Médicas, adscrita al Centro de Investigación
en Enfermedades Tropicales (CIET-UC); fue parcialmente financiada con un
proyecto de ayuda menor del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la
Universidad de Carabobo (CDCH-UC: 2395-2004), un aporte parcial del proyecto
LOCTI-UC 1.14 y se desarrolló en alianza estratégica con el Instituto de Oncología y
Hematología del Ministerio del Poder Popular para la Salud – Caracas, en el contexto
del proyecto Fonacit Nº G-2005000408.
28
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO REFERENCIAL
Infección por VPH como Problema de Salud Pública
VPH es el responsable de una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más
frecuentes en el mundo (7,11). Aproximadamente 75% de los adultos de ambos
géneros, sexualmente activos, adquirirán la infección alguna vez en su vida (11,29).
Más del 40% de mujeres jóvenes se infectarán con VPH en los tres años siguientes al
inicio de su actividad sexual (30). Tipos específicos de VPH de alto riesgo
oncogénico (VPH-AR) están implicados en la etiología del cáncer cervical y otros
cánceres genitales, mientras que otros tipos de VPH de bajo riesgo oncogénico (VPHBR) causan verrugas genitales, alteraciones en células cervicales y papilomatosis
respiratoria recurrente (31).
El cáncer invasor de cuello uterino (CaCu) se mantiene como responsable de la
muerte y la baja calidad de vida de miles de mujeres en los grupos de edad con
fuertes responsabilidades sociales, económicas y familiares, con enormes
consecuencias, para el estado de la salud de las mujeres así como para las condiciones
de vida de sus familias (32). Representa 12% de todos los casos de cáncer y es el
segundo cáncer más común en mujeres en todo el mundo. Se estima que cada año
xxix
500.000 mujeres desarrollan cáncer cervical y cerca de 250.000 mueren por esta
causa (7). Aproximadamente 83% de los casos ocurren en países en desarrollo (8).
Se observa gran variación en la distribución geográfica (figura 1) de las tasas
de incidencia estandarizadas por edad del CaCu. Latinoamérica es una de las regiones
del mundo con más alta incidencia de CaCu, junto con la región subsahara de África,
así como el sur y el sureste de Asia (32-33).
Figura 1
Incidencia de cáncer cervical en el mundo. Casos por 100.000 habitantes.
N Engl J Med (2005); 353: 2102
xxx
Estas diferencias pudieran ser explicadas a través de las variaciones geográficas en
la prevalencia de diferentes tipos de VPH y prácticas locales en la estrategia de
pesquisa (34-36). Asimismo las tasas de supervivencia, son más bajas en los países en
desarrollo donde los casos se diagnostican en estadios relativamente avanzados y
debido a que el CaCu afecta a mujeres relativamente jóvenes, es responsable de la
pérdida de años de vida útil (8).
En Venezuela el CaCu representa la primera causa de muerte por cáncer en
mujeres en edad reproductiva (9-10) con una incidencia de 3.785 casos
diagnosticados y 1.218 muertes registradas para el año 2.008 y aunque se observa una
tendencia a la diminución, la tasa de mortalidad promedio continúa elevada, siendo
12 x 100.000 mujeres. El estado Cojedes siempre ha figurado entre los estados más
afectados por esta patología, alcanzando el primer lugar para el año 2009, con una
tasa de mortalidad de 16 x 100.000 mujeres, por encima del promedio nacional (910).
Un descubrimiento fundamental en la etiología del cáncer humano ha sido el
reconocimiento de que el CaCu es una rara consecuencia de la infección por ciertos
tipos de virus mucosa-trópicos de VPH (15,37). Mundialmente la historia formal
sobre VPH y su relación con el CaCu, se inicia con las publicaciones de Meisels y
Fortín (38) en 1976, Puroloa y Savia en 1977 (39) y ZurHausen en 1991 (40). En
Venezuela, según cita García Tamayo (41), en octubre de 1971, un ginecólogo (Jorge
Nagel) y un patólogo (Elio Casale), ambos venezolanos, en un trabajo libre
xxx
xxxi
presentado durante el VIII Congreso Latinoamericano de Patología con muy poca
divulgación por ser publicado solo en las memorias del congreso, demostraron la
presencia de partículas virales en unas lesiones de cuello uterino, utilizando el
microscopio electrónico (ME).
La incidencia y la prevalencia de las infecciones por VPH en la población general
son muy diversas. Los datos disponibles dependen de muchas variables, tales como:
la historia natural de la enfermedad, la prueba diagnóstica utilizada y su sensibilidad;
el estilo de vida del conjunto analizado; la presencia o ausencia de infección clínica y
otros cofactores que la afectan (42). A pesar del gran número de reportes publicados,
éstos son de utilidad limitada debido a la variedad de los sistemas de detección y a las
muestras parciales examinadas, generalmente conformadas por participantes de edad
restringida en los programas de tamizaje u otras consultas (43).
Estudios epidemiológicos a nivel mundial, han calculado que la proporción de
mujeres portadoras de VPH es de 15 – 40% en los grupos menores de 35 años de
edad, sexualmente activas, y de 3 – 10% en mayores de 35 años. En países
occidentales desarrollados, entre 5 – 10 % de las mujeres sexualmente activas entre
20 y 50 años de edad son portadoras del ADN viral. Aproximadamente en 40% de las
mujeres que inician las relaciones sexuales se detecta ADN viral en los 48 meses
siguientes. La prevalencia de anticuerpos anti-VPH, marcador de exposición
acumulativa al VPH, puede resultar en 60 – 70% de la población femenina adulta. Se
ha estimado que alrededor del 1% de la población sexualmente activa padece de
xxxi
xxxii
verrugas genitales (6,11,43).
Existe una vasta evidencia epidemiológica y molecular de la estrecha relación de
VPH en el desarrollo del CaCu y sus lesiones precursoras. Se ha comprobado que
más del 90% de los carcinomas cervico-uterinos contienen ADN de VPH,
correspondiendo al tipo 16 la mayor prevalencia, presente aproximadamente en la
mitad de los casos, seguido por el tipo 18, involucrado en 12% de los mismos. Se
estima que 4% de las mujeres sexualmente activas tienen lesiones intraepiteliales en
el cérvix (5,6,11,15,43).
Estudios de cohorte, que incluyen el muestreo repetido para controlar persistencia
viral y anormalidades cervicales, han vigilado a las mujeres desde su estado de
normalidad citológica hasta la fase de neoplasia intraepitelial cervical (NIC) de alto
grado, aportando datos sobre la evolución de las infecciones por VPH. De acuerdo a
éstos, la infección por VPH tiene un curso autolimitado, siendo la duración media de
las infecciones de aproximadamente 8 meses para los tipos de VPH-AR, en
comparación con 4,8 meses para los tipos de VPH-BR; observándose además
variaciones en la duración en diferentes poblaciones estudiadas (5,11,44,45,46).
Siendo necesaria la persistencia de VPH-AR para el desarrollo, mantenimiento y
avance de una NIC (47).
La historia natural de la infección por VPH en relación al CaCu se observa en la
figura 2. El pico de prevalencia de la infección transitoria con tipos carcinógenos de
VPH (línea azul) ocurre en mujeres jóvenes hasta los 20 años, después de iniciar la
xxxii
xxxiii
actividad sexual. El pico de prevalencia de las condiciones precancerosas ocurre
aproximadamente 10 años más tarde (línea verde) y el pico de prevalencia de cáncer
invasivo de los 40 a 50 años de edad (línea roja). El modelo tradicional de prevención
del cáncer cervical se basa en la repetición del examen citológico (Pap tests o Prueba
de Papanicolaou), y colposcopia (flechas azules). Estrategias alternativas incluyen
vacunación de los adolescentes y una o dos pruebas de despistaje de infección por
VPH a la edad pico de las lesiones preinvasivas tratables y a la edad pico del cáncer
invasor (33).
Figura 2
Historia natural de la infección por VPH y cáncer cervical
N. Engl. J Med (2005); 353: 210
En Latinoamérica se han realizado investigaciones de cohorte en Brasil, Costa
xxxiii
xxxiv
Rica, Colombia y México (11,43). Actualmente existen en Venezuela varios grupos
de investigación, en servicios asistenciales públicos y privados que realizan las
pruebas de biología molecular para la detección y genotipaje del VPH, hasta ahora se
han publicado dos estudios de carácter poblacional (48-49).
En el año 2001 Correnti y colaboradores, en un estudio de 1.046 mujeres
reportaron la existencia de infección por VPH variable en distintas zonas de
Venezuela: 85% en la zona oriental, 67% en área metropolitana y 40% en la zona
occidental. Hallazgos importantes de este trabajo fueron: la detección del VPH 16
como el genotipo de mayor circulación, el cual es uno de los de mayor potencial
oncogénico; 70% de la población femenina estudiada presentó VPH-AR asociado a
lesiones escamosas intraepiteliales de bajo grado (LEIBG) y de alto grado (LEIAG) y
45% de las muestras positivas para VPH-AR estaban acompañadas por citología
normal (50).
Los mismos investigadores, en el año 2002 estudiaron 107 pacientes del Servicio
de Ginecología y Obstetricia de la Organización de Bienestar Estudiantil (OBE –
UCV), con diagnóstico clínico e histopatológico de lesiones sugestivas de VPH y/o
NIC de diverso grado (I, II, III). La edad promedio fue 25 años, siendo el valor menor
16 años y el mayor 35 años. El 60,75% de las pacientes presentó genoma viral. De las
muestras de cuello uterino positivas, 80,5% fueron VPH-AR. Señalan que en nuestra
población femenina la presencia de lesiones premalignas, asociadas a VPH-AR, se
observa en edades más tempranas y en etapa reproductiva y alertan hacia la alta
xxxiv
xxxv
posibilidad de evolución a LEIAG, con la necesidad de seguimiento más estricto y la
implementación de programas de educación sexual acordes con la realidad del país
(26).
En
el
2008, nuestro grupo de investigación publicó
el
primer
estudio
poblacional venezolano, de campo, descriptivo, transversal, de 74 mujeres en
una zona rural con edades comprendidas entre 17 a 70 años, con diagnóstico
citológico y molecular. El 12% (9 / 74) presentaron alteraciones citológicas
leves: ASCUS (atipias en células escamosas de significado indeterminado), 78%
(7 / 9), LEIBG 22% (2 / 9). La prevalencia total de ADN de VPH en el grupo
fue 27%. El Genotipaje mostró: 85% de BR (tipos 6 y 11); 5% de AR (tipo
18) y 10% de tipo indeterminado (tipo X). Observamos 85% (17 / 20) de casos
VPH positivos en citologías negativas para malignidad y 33% (3/9) de VPH
positivos en citologías con células epiteliales anormales (CEA) (48).
En el 2010 otro grupo de investigadores venezolanos, publicaron la evaluación de
57 mujeres de comunidades indígenas del municipio Alto Orinoco del Amazonas
venezolano (49), reportando 1,7% de alteraciones citológicas leves (LEIBG en una
paciente) y 35% de prevalencia de ADN de VPH: 55% por genotipos de BR (tipos 6
y 11) y 45% genotipos de AR (tipos 16 y 33).
Características del Genoma Viral
El conocimiento de la biología molecular de VPH es fundamental para
xxxv
xxxvi
entender la carcinogénesis cervical. VPH es un virus ADN epiteliotropo,
incluido en la familia Papovaviridae. Se caracterizan por ser virus
pequeños, con un genoma de ADN circular, de doble cadena, con
aproximadamente 8000 pares de bases de longitud, con virión no
envuelto que mide 45-55 nm de diámetro y una cápside proteica
icosaédrica (figuras 3 y 4) (15).
Figura 3
Figura 4
Viriones de VPH- ME
cápside
(Bosch, 2002).
Dibujo
del aspecto de
la
(Bosch, 2002).
Todos los genotipos tienen una organización funcional muy similar, su genoma
contiene 9-10 regiones codificantes que se denominan marcos de lectura abierta.
Dichas regiones, son segmentos de ADN que contienen secuencias de nucleótidos
que codifican las proteínas estructurales implicadas en la producción de partículas
infecciosas y las proteínas no estructurales involucradas en la regulación de las
funciones virales (ver figura 5) (5,15,37,42).
xxxvi
xxxvii
Figura 5
Esquema del genoma del
VPH, en su forma
episómica
(Bosch,
2002).
Las regiones que codifican para las proteínas no estructurales se conocen como
genes de expresión temprana o “E” (early) y las que codifican para las proteínas
estructurales se denominan genes de expresión tardía o “L” (late), según el tiempo en
que son expresados dentro del ciclo de vida viral. Los papilomavirus humanos tienen
7 u 8 genes tempranos y dos genes tardíos. Además tienen una región no codificante,
región larga de control o región reguladora principal, la cual contiene las secuencias
de regulación de la expresión de todos los genes de las regiones “E” y “L” (tabla 1)
(5,15,37,42).
Tabla 1
E1
FUNCIONES PRINCIPALES DE LOS GENES
Modulador de la replicación del ADN
E2
Regulación de la transcripción viral
E3
Desconocida
E4
Disrupción de la citoqueratina en las células escamosas
E5
E6
Ligada a la transformación celular y los receptores de factores de crecimiento
Proliferación y transformación celular, ligada a p53
E7
Proliferación y transformación celular, activación de la transcripción, ligada
al gen Rb
Mantenimiento de las proteínas de la cápside mayor.
L1
xxxvii
xxxviii
L2
Mantenimiento de las proteínas de la cápside menor.
Modificada de Bosch (2005).
Clasificación de los Virus, Heterogeneidad Genética, Tropismo Celular y
Potencial Oncogénico
VPH son un grupo genéticamente diverso de virus ADN, que se han
clasificado según la diferencia en las secuencias de nucleótidos dentro de las regiones
codificantes de las proteínas tempranas E6, E7 y tardía L1. Se consideran genotipos
distintos cuando dos secuencias víricas presentan una homología inferior al 90% en
estas regiones. Hasta la fecha se han descrito más de 150 genotipos,
aproximadamente 40 tienen afinidad por epitelio genital y de éstos cerca de 20 se
asocian con lesiones neoplásicas y carcinomas. Igualmente se han señalado
divisiones en subtipos, basadas en 90 a 98% de homología dentro de un genotipo y
variantes con más de 98% de homología dentro de un subtipo (15,42-44).
Se han referido tres grupos clínicos patológicos de VPH: cutáneo, mucoso y de la
epidermoplasia verruciforme. Los virus con afinidad por las mucosas se clasifican
según su riesgo de progresión a cáncer en VPH-BR, como por ejemplo los tipos 6 y
11, y VPH-AR como los tipos 16 y 18. El tipo 16 aparece más asociado con lesiones
del epitelio escamoso y el tipo 18 es el tipo más frecuente en neoplasias glandulares.
Estos cuatro tipos corresponden a 2/3 partes de los VPH asociados con neoplasias
anogenitales (42).
VPH-BR o no oncogénicos, se relacionan principalmente con condiloma
acuminado y LEIBG; rara vez con LEIAG o carcinoma invasor. VPH-AR se
xxxviii
xxxix
encuentran en todo el espectro de las lesiones intraepiteliales e invasoras, tanto del
epitelio escamoso como del glandular (34,42).
Patogenia, Ciclo de Replicación, Dinámica de la Infección por VPH en el Cuello
Uterino
VPH especie-específico, es exclusivamente epiteliotrópico y su infección
puede generar lesiones clínicas, subclínicas o latentes (51). Se transmite por contacto
directo persona a persona, considerándose fundamentalmente una infección de
transmisión sexual, aunque la transmisión por fómites parece teóricamente posible,
basada en hallazgos de ADN de VPH en prendas de vestir y equipos ginecológicos
(52,53). Requiere de la disponibilidad de células epiteliales con capacidad para
proliferar (capa de células basales) (54). Una vez en la célula huésped, el ciclo de
vida del VPH puede seguir dos vías: infección productiva y no productiva (55).
En general una infección productiva sigue un ciclo de replicación viral clásico:
adsorción, penetración, transcripción, traducción replicación y maduración del ADN
viral (51). Requieren diferenciación celular del epitelio estratificado que permite la
expresión de los promotores víricos dependientes de la diferenciación celular y
finalmente el virus es eliminado con las capas superficiales del epitelio (52). Microtraumatismos en el epitelio facilitan la penetración del VPH en los queratinocitos
basales y parabasales, donde los viriones pierden su envoltura proteica, y el genoma
viral llega al núcleo de la célula donde se establece en forma episómica. La
colonización puede mantenerse en estado de infección latente o dar lugar a una fase
xxxix
xl
activa de expresión del virus, en células permisivas y en presencia de factores
predisponentes relacionados con el hospedero, con el tipo de VPH y de cofactores
incompletamente conocidos. Esta fase activa comprende desde la infección subclínica
hasta la infección clínica (37,52,54).
En ocasiones este proceso no ocurre completamente una vez que el ADN de VPH
se integra en el genoma de la célula hospedera y desarrolla cambios importantes en la
regulación del crecimiento celular, comportándose como virus transformante,
induciendo progresión del ciclo celular, inestabilidad genética e incremento del riesgo
de cáncer (5,37,51,52,54,55).
Actualmente se ha podido establecer un modelo de carcinogénesis inducida por
VPH con base en los hallazgos epidemiológicos y moleculares. Los mecanismos
conocidos implican una interacción de los productos génicos de VPH que controlan la
red de oncogenes y genes supresores celulares que regulan la proliferación celular y
la síntesis del ADN (42,54).
El virus infecta las células basales, parabasales o de reserva, las cuales se pueden
dividir y diferenciar en epitelio escamoso, glandular o neuroendocrino; en cuanto a
las células con diferenciación escamosa, su maduración se programa y ordena a través
del engrosamiento del epitelio, tanto morfológica como molecularmente; por ello si
VPH infecta dichas células pueden ocurrir diferentes secuencias de eventos
(42,51,55).
xl
xli
Lo más frecuente es que las células basales morfológicamente normales al ser
infectadas por VPH inhiban la expresión de los genes virales y solo tengan un nivel
mínimo de mantenimiento, lo cual permite la diferenciación celular con la
subsiguiente pérdida de la capacidad de dividirse; ésta es un expresión productiva y
estrechamente regulada por las células que inician su diferenciación escamosa, de tal
manera que las regiones tempranas del virus permiten una expresión de todos los
genes virales, además de la síntesis del ADN viral, con ensamblaje y producción de
viriones en forma completa (episomal) justo debajo de la superficie (5,42,51,54,55).
Morfológicamente se reconoce este cambio como una LEIBG, con células que
muestran atipia coilocítica, alteración que por lo general regresa o se mantiene igual
por largo tiempo (figura 6) (42).
Figura 6
xli
xlii
Lesión
displásica
Dinámica de la infección por VPH en el cuello
uterino (Modificada de Bosch, 2002).
Por otra parte, la secuencia que posiblemente ocurre en las LEIAG se asocia con la
infección persistente por los tipos de VPH-AR, aunque no de forma exclusiva. Se
considera que los responsables de la pérdida del control de la proliferación celular son
los genes virales transformables E6/E7, los cuales son complementarios y se expresan
usualmente en los VPH-AR, como 16 y 18, y no se detectan en VPH-BR. Además, se
ha observado que cuando se expresa solo uno, su poder transformante es muy débil.
Considerando la menor frecuencia de LEIAG, en relación con las LEIBG, se puede
concluir que solo en una minoría de los casos el poder transformante de E6/E7 es
eficiente (42,51,54).
xlii
xliii
La sobre expresión de los genes transformantes puede ser consecuencia de la
pérdida del gen viral E2, el cual produce proteínas reguladoras de la transcripción de
las regiones tempranas del virus, que a su vez reprimen la transcripción E6/E7; en las
LEIBG y en la mayoría de LEIAG, VPH se encuentra en su forma episomal y el E2
está intacto. Sin embargo, en más de 90% de los carcinomas invasores VPH se halla
integrado en el ADN del hospedero; dicha integración interrumpe los sitios de lectura
de E2/E1, pero deja ilesos a E6/E7 liberándolos de la regulación y permitiendo su
expresión (15,42,51,54,55).
La expresión de E6/E7 parece estar condicionada a la integración de secuencias
de VPH cerca de los oncogenes celulares c-myc, n-myc y c-Ha-ras, los cuales
pierden su capacidad reguladora y liberan la expresión de las proteínas E6/E7.
Cuando estas se expresan en una población de células que aun se pueden dividir,
dan como consecuencia el inicio de la proliferación celular a través del epitelio, lo
cual se traduce en una maduración escamosa desorganizada, con crecimiento
exagerado de las células basales. Estos cambios se interpretan morfológicamente
como una LEIAG (15,42,51,54,55).
Por otra parte, se ha observado pérdida en el control del ciclo celular como
consecuencia de la unión de la proteína E6 con degradación y mutaciones puntuales
de p53 y disminución de la estimulación de p21 y p16, así como de la unión
competitiva de la proteína E7 con la ciclina A1, p107 y el gen del retinoblastoma,
dando como resultado una proliferación celular descontrolada (figura 7)
xliii
xliv
(42,51,54,55).
Figura 7
Integración del VPH cerca
de los oncogenes c-myc y
c-Ha-ras
Interrupción
de los sitios
de lectura de
E2
Pérdida de la
estimulación de
p21, p16
Expresión de
las
oncoproteínas
E6/E7
Pérdida de la
regulación de
E6/E7
Unión con
p53
Degradación o
mutación
Unión con
Rb, p106,
Ciclina D1.
Pérdida del
control del
ciclo celular
Interacción de los genes del VPH en el ciclo celular (Barboza Quintana, 2005).
La secuencia de eventos antes descrita resulta insuficiente para explicar los pocos
casos en los que no se encuentra integrado el VPH, por lo que seguramente también
interactúan diversos cofactores o promotores tumorales, como el tabaquismo, otros
virus, mutaciones genéticas al azar, etc., los cuales promueven inestabilidad
cromosómica y pérdida de regulación de la expresión E6/E7. Probablemente los
mutágenos externos y/o la predisposición genética del huésped promueven el
desarrollo de un fenotipo completamente maligno (15,42,51).
xliv
xlv
Así pues, el modelo de carcinogénesis que explica el cáncer cervicouterino es un
proceso multifactorial, en el cual otro elemento fundamental es el sistema inmunitario
del hospedero, de tal manera que una supresión inmunológica instaura un campo
propicio para el desarrollo de una neoplasia, debido a que predispone a la infección
persistente por virus oncogénicos y permite que la proliferación neoplásica escape a
los mecanismos reguladores del huésped (42,51,55).
El modelo de la neoplasia cervical escamosa no explica del todo la secuencia de
eventos de las neoplasias glandulares y neuroendocrinas, ya que las células de reserva
destinadas a una diferenciación glandular pierden el ambiente apropiado para la
diferenciación escamosa y no pueden producir viriones, pero el ciclo vital del virus
requiere de dicha diferenciación; las células glandulares al parecer no son permisivas,
la infección viral en ellas sufre un proceso abortivo o permanece latente en células
morfológicamente normales. Esto explicaría en parte que las lesiones glandulares
sean menos frecuentes que las escamosas. Por otra parte, VPH 18 parece integrarse
con más facilidad al genoma humano y muestra mayor afinidad por células que van a
diferenciarse hacia otro tipo de epitelio (42).
Cofactores Asociados al VPH en la Carcinogénesis del Cuello
Uterino
El establecimiento de la infección con tipos oncogénicos de VPH
como una causa necesaria pero insuficiente para el desarrollo de cáncer
xlv
xlvi
cervical y sus lesiones precursoras, ha enfocado la atención de las
investigaciones epidemiológicas hacia la búsqueda de los factores que
afectan la historia natural de dichas infecciones; bien favoreciendo la
resolución de la infección o incrementando la probabilidad de su
persistencia y progresión a pre-cáncer o cáncer cervical (5,6,11,15,5658). Así, cada factor vinculado en el pasado al cáncer de cuello uterino,
se está revalorando mediante análisis restringidos a casos positivos para
VPH en estudios de casos y controles (56,57,58).
Se han propuesto diversos “cofactores candidatos” los cuales han
sido clasificados en tres grupos (57):
1.-
Cofactores
exógenos
o
ambientales;
incluyen
uso
de
anticonceptivos orales, hábitos tabáquicos, dieta, trauma cervical,
coinfección con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otros
agentes transmitidos sexualmente.
2.- Cofactores virales; tales como infección por tipos específicos,
coinfección por otros tipos (variantes VPH), carga viral e integración
viral.
xlvi
xlvii
3.- Factores del hospedero; incluyendo hormonas endógenas, factores
genéticos tales como antígeno leucocitario humano y otros factores del
hospedero relacionados con su respuesta inmune.
Cada cofactor representa una situación distinta y sus mecanismos
biológicos de actuación no están completamente establecidos, sin
embargo se plantean diversas hipótesis: algunos se comportan como
factores activadores de la transcripción celular; otros alterando la
respuesta inmunológica del huésped sobre la infección y las alteraciones
celulares; otros como agentes mutagénicos causando alteraciones
cromosómicas que la célula infectada por VPH no sería capaz de reparar
adecuadamente (57).
Una revisión de estudios claves realizados en mujeres con LEIBG,
LEIAG y CaCu, con ADN de VPH positivo determinado por métodos de
PCR, concluyó que la alta paridad, hábito tabáquico y uso de
anticonceptivos orales por largo tiempo son cofactores que pueden
modular el riesgo de progresión desde infección por VPH a LEIBG y
LEIAG así como a CaCu (12,58). Mecanismos relacionados a la
influencia hormonal pueden afectar la progresión de lesiones premalignas
a lesiones malignas promoviendo la integración del ADN de VPH dentro
xlvii
xlviii
del genoma del hospedero, lo cual resulta en alteración de la expresión de
E6 y E7 (57-58).
Mecanismos nutricionales, hormonales, traumáticos e inmunológicos
han sido propuestos como explicación para la asociación entre paridad,
LEIAG y CaCu en mujeres infectadas. La alta paridad parece
incrementar el riesgo de cáncer cervical debido a que la zona de
transformación se mantiene en el exocérvix por muchos años, facilitando
la exposición directa a VPH y posiblemente a otros cofactores. Los
cambios hormonales inducidos por el embarazo también pueden modular
la respuesta inmune al VPH e influenciar así el riesgo de persistencia o
progresión (58).
La Nicotina y carcinógenos específicos del tabaco se han detectado en
el moco cervical, lo cual plantea la hipótesis de una acción sinérgica
entre fumar y VPH para el desarrollo de LEIAG y CaCu. Carcinógenos
químicos del tabaco pueden ejercer un efecto mitógeno directo, causando
daño del ADN. Algunos autores citados en (37) sugieren que la
exposición al tabaco puede afectar la habilidad del huésped para una
respuesta inmune local efectiva contra la infección viral, ya que ha sido
xlviii
xlix
demostrado que fumar puede reducir el número de células de Langerhans
y otros marcadores de función inmune (57-59).
La función de cofactores directamente relacionados con el micro
ambiente cervical tales como otras ITS, inflamación cervical y nutrientes
antioxidantes se ha evaluado (59-61). Se han encontrado fuertes
evidencias que la infección por Chlamydia trachomatis (Ct) y Herpes
simples tipo 2 (HVS-2), incrementan el riesgo de cáncer cervical y sus
lesiones precursoras; no obstante se discute su participación como factor
de riesgo independiente o supeditado a la infección por VPH, ya que se
desconoce su efecto biológico en el desarrollo de cáncer y en qué estado
de la historia natural de la infección por VPH participan (6,59).
Se piensa que estos cofactores y los anteriormente mencionados
pueden tener mecanismos de acción comunes, tales como genotoxicidad
directa o la inducción de inflamación del cervix que conduce a daño por
la vía de metabolitos oxidativos, produciendo efectos adversos en la
historia natural de la infección por VPH. Se conoce que las especies de
oxígeno reactivo conducen a mutaciones en las proteínas celulares y
tienen un papel central en la señalización celular por activación de
xlix
l
factores de trascripción, proliferación celular y apoptosis, eventos de
particular importancia en la carcinogénesis cervical (59).
En un estudio reciente de una cohorte de estudiantes universitarios en
Montreal, se analizaron factores de riesgo modificables asociados a la
resolución de la infección por VPH según tipo específico. Sus resultados
más importantes son: el consumo diario de vegetales parece incrementar
la rata de resolución de infección por VPH independientemente del tipo;
el uso de tapones durante la menstruación, fue asociado con una
reducción de la rata de resolución de infecciones por VPH-AR riesgo; el
uso regular de condón fue asociado con un incremento de la resolución
de la infección, solo por tipo de VPH-BR.
Concluyendo que si bien las características virales y la susceptibilidad
genética e inmunosupresión del hospedero, son los más importantes
determinantes de la persistencia de VPH, sus resultados sugieren que hay
medidas proactivas que una mujer puede tomar para modificar su riesgo
de persistencia de infección por VPH, tales como la suspensión del uso
de tabaco, incremento del consumo de vegetales y uso de toallas
sanitarias en vez de tapones (62).
l
li
La respuesta inmune representa un papel fundamental como
mecanismo efector en la resistencia a los tumores y está relacionada con
las fases de iniciación, crecimiento y progresión de éstos. En la respuesta
del hospedero a la infección por VPH intervienen tanto componentes
celulares como humorales. La respuesta inmune celular local en estas
lesiones se caracteriza por un moderado infiltrado e invertida y
disminuida relación Th/Tc (CD4/CD8), con capacidad de proliferación
disminuida; desbalance en el patrón de interleucinas (IL) Th1/Th2, dado
por aumento en las IL tipo II, supresoras de la respuesta inmune celular y
reducción concomitante de las IL tipo I (IL-2, INF-γ), esenciales en la
respuesta antitumoral, en muestras que presentan infección por VPH 16.
Además, se ha observado ausencia parcial o total de las células de
Langerhans, presentadoras de antígenos fundamentales en la respuesta
inmune contra el tumor, reducción o ausencia de la expresión de los
antígenos leucocitarios humanos y expresión disminuida de los
receptores antigénicos tanto en linfocitos T como en células NK. Estas
alteraciones traen como consecuencia una pérdida de control sobre
determinados genes de VPH 16 y 18 con alteración de los mecanismos de
li
lii
presentación antigénica y deterioro de las respuestas citotóxicas (63).
En cuanto a la respuesta humoral, en los estadios tempranos de la
enfermedad, se detectan altos niveles de IgG contra las proteínas
oncogénicas E6 y E7 de VPH. En los tumores más avanzados, los títulos
más elevados son los de IgA e IgM, que disminuyen proporcionalmente
mientras avanza la enfermedad, quizás por el deterioro del sistema
inmunológico (63).
La acumulación de alteraciones genéticas, incluyendo inactivación de
genes supresores de tumores, activación de oncogenes y cambios en los
mecanismos de apoptosis y adhesión celular, constituyen la base
molecular para la progresión en multipasos del cáncer. El cáncer cervical
va precedido de estadios de transformación celular los cuales han sido
designados como neoplasia intraepitelial cervical (NIC) y su relación con
VPH está bien establecida. Se han descrito gran variedad de alteraciones
cromosómicas en las lesiones premalignas y malignas del cuello uterino,
caracterizadas por pérdida de regiones cromosómicas específicas en la
cuales posiblemente se encuentran ubicados ciertos genes supresores de
tumores. La mayoría de estas alteraciones conllevan a la pérdida de la
lii
liii
heterocigosis, un fenómeno crucial en el proceso de transformación
maligna (57,64).
Se han señalado las siguientes alteraciones cromosómicas, desglosadas
en las distintas fases del cáncer cervical: en NIC pérdida de la
heterocigosis en 3p, 5p, 5q, 6p, 6q, 11q, 13q y 17q; en el CaCu pérdida
de la heterocigosis en 3p, 6p, 6q, 11q, 17p y 18q; y en metástasis
ganglionares se observa pérdida de la heterocigosis en 3p, 6p, 11q, 17p,
18q y en el cromosoma X (64).
Los cambios genéticos más frecuentes inductores de inestabilidad
cromosómica, en los tumores epiteliales y en particular en el cáncer
cervical, se caracterizan por mutaciones en oncogenes y en genes
supresores de sus promotores así como en la expresión aberrante de
genes relacionados con el control de proliferación celular (22), siendo las
oncoproteinas que codifican los genes E6 y E7 de los VPH-AR, las que
más se relacionan con p53 y con el gen del retinoblastoma (rb), llevando
a la hiperproliferación, inmortalización, inestabilidad genética y
malignización del epitelio cervical (64).
Se han considerado diversos aspectos de la participación masculina en
liii
liv
el cáncer cervicouterino:
Unos autores indican que el plasma seminal constituye el 90% del
líquido eyaculable y contiene inmunosupresores que afectan las
funciones de las diferentes células del sistema inmune, desempeñando un
importante papel fisiológico deseable para la fertilización; pero este
efecto en presencia de carcinógenos puede constituir un cofactor que
acelera o contribuye al desarrollo de neoplasias (60).
Investigadores españoles la revisaron bajo un enfoque ecológico (65),
haciendo uso de una hipótesis propuesta por Skeeg y colaboradores en
1982, antes de que VPH se identificara como agente causal del CaCu
(66). Estos señalan que el grado en que los varones contribuyen al riesgo
de cánceres relacionados con VPH en una población particular depende
principalmente de dos factores: 1) El patrón general de la conducta
sexual de la población como un todo y 2) sus antecedentes de prevalencia
de VPH (65).
La hipótesis propuesta, sin disponer de datos reales sobre la
prevalencia de VPH, fue que la tasa de incidencia de cáncer cervical en
una población no cribada, variaría de acuerdo a tres patrones de
liv
lv
comportamiento sexual. El “patrón A” se observa en comunidades que no
son promiscuas, donde predomina la monogamia tanto en hombres como
mujeres. El “patrón B”, donde se espera que las mujeres sean
monógamas toda la vida, mientras que los hombres tienen muchas
parejas sexuales, con alta frecuencia de relaciones con mujeres
promiscuas quienes constituirían un reservorio de contagio por VPH. Y
el “patrón C” sería el observado en una sociedad más permisiva en las
que hombres y mujeres tienden a tener varias parejas sexuales. Sobre esta
base, el modelo de Skegg postuló que la incidencia de cáncer de cérvix
sería más baja en las comunidades con patrón de conducta sexual “A” y
más alta en comunidades de patrón “B” (66).
Una serie de estudios de casos y controles realizados por la Agencia
Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) entre 1985 y 1993,
en países con tasas de incidencia de cáncer cervicouterino bajas,
intermedias y altas (España, Filipinas, Tailandia, Brasil y Colombia), con
la finalidad de evaluar el papel de VPH y otras ITS en la etiología del
cáncer, involucraron a los esposos o compañeros sexuales estables de las
mujeres estudiadas.
El análisis de los datos obtenidos individualmente sobre la infección
lv
lvi
por VPH y las prácticas sexuales de los hombres y mujeres adultas,
permitió probar la hipótesis de Skegg, y generó las siguientes evidencias:
1) Los hombres que han tenido múltiples parejas sexuales o que son
portadores de ADN de VPH, pueden ser vectores de los VPH
oncogénicos, confiriendo a su compañeras sexuales un elevado riesgo de
CaCu. 2). Las prostitutas pudieran ser un importante reservorio
poblacional de VPH-AR. 3) La circuncisión masculina se asocia en
forma inversa a la adquisición y transmisión de VPH genital, así como el
riesgo a largo plazo del CaCu en mujeres cuyos compañeros sexuales son
promiscuos (65).
Estas evidencias han sido ampliadas mediante estudios del patrón
global de conducta sexual (67) y de la epidemiología de las redes
sexuales, redes formadas por individuos quienes están sexualmente
conectados directa o indirectamente (11,68). Estos estudios sugieren que
variaciones en el patrón de conducta sexual entre países y dentro de
poblaciones locales, puede afectar la estructura de las redes sexuales y el
potencial
de
transmisión
de
las
ITS,
con
dos
implicaciones
epidemiológicas importantes: 1) No solo la conducta de un individuo
aislado define su riesgo, sino la conducta de su pareja y últimamente su
lvi
lvii
posición en la red. 2) La mayor o menor conectividad de la red, es tan
importante como el número de personas que la conforman.
Así, en poblaciones donde la distribución del número de parejas
sexuales es asimétrica, con muchos individuos teniendo pocas parejas y
unos pocos teniendo muchas parejas, estando muchas personas
conectadas solo por unos pocos pasos (como el ejemplo de interacción
social de los “seis grados de separación”) (11,69), la transmisión de las
ITS puede ocurrir a gran escala, siendo los individuos que tienen muchas
parejas los que facilitan su propagación, y unos pocos contactos a
grandes distancias pueden conectar geográficamente poblaciones
distintas (fenómeno de “pequeño mundo”) (11,69), teniendo estas
observaciones
gran
transcendencia
en
la
medidas
preventivas,
considerando a los individuos promiscuos como los “nodos” más
vulnerables a ser atacados en las campañas de “sexo seguro” (70).
Otro patrón de redes sexuales emerge en poblaciones moderadamente
activas sexualmente, donde también puede ocurrir la transmisión de las
ITS, especialmente aquéllas con un largo período de infección como
VPH (11,68). Son redes formadas por individuos que tienen pocas
lvii
lviii
parejas, pero relacionados en forma seriada o solapadas libremente en el
tiempo (monogamia seriada o sucesiva) (11,67-68). Estas redes han sido
identificadas en brotes de Ct y se consideran suficientes para mantener
VPH en poblaciones, haciendo más difícil el control de las mismas,
planteando la necesidad de considerar determinantes sociales y
económicas particulares para las intervenciones (67-68).
Diagnóstico Clínico, Citológico e Histológico
La infección por VPH se asocia con manifestaciones clínicas, subclínicas y
latentes, localizadas en cualquier área del tracto genital inferior, pudiendo existir
asociación de lesiones de diferentes tipos con frecuencia multicéntricas. Las lesiones
clínicas (condiloma acuminado, condiloma plano, pápulas y máculas), son más
frecuentes en la vulva y pueden ser detectadas mediante la inspección ocular directa
minuciosa, con buena iluminación. Las subclínicas son más frecuentes en cuello
uterino y vagina donde serán reveladas por medio de la visión colposcópica, prueba
de Schiller, alteraciones citológicas, biopsia y pruebas de detección de ADN viral. La
infección latente solo puede ser detectada por pruebas de biología molecular y
microscopía electrónica (5,12,71-72).
El examen colposcópico detectará las lesiones que se expresan como epitelios
blancos o minúsculas espículas blancas sobre mocosa normal, tras la aplicación de
acido acético al 3%, lo cual produce vasoconstricción y coagulación de las
citoqueratinas celulares, aumentadas en los epitelios afectados. Es indispensable para
lviii
lix
evaluar la extensión de la lesión y para guiar la biopsia (5,12,71).
La prueba de Schiller, que consiste en la aplicación de una solución de lugol, a la
que reaccionan las mucosas genitales normales productoras de glucógeno, tiñéndose
de color caoba, pondrá en evidencia lesiones subclínicas como zonas no captantes
(yodo-negativas) o hipocaptantes de contornos netos (5,12).
La citología ginecológica mediante la técnica de Papanicolaou (Pap), única
herramienta de pesquisa recomendada por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) (7), por su extraordinaria importancia para el diagnóstico precoz de
alteraciones citológicas que pudieran evolucionar a cáncer de cérvix, permite además
un diagnóstico de presunción de infección por VPH en presencia de cambios
citopáticos característicos en células superficiales tales como coilocitosis,
multinucleación, arrugamiento nuclear, disqueratosis y atipias leves asociados o no a
cambios neoplásicos (5,15,51).
Las evidencias mencionadas sobre el comportamiento biológico de las lesiones
intraepiteliales aportaron las bases científicas para el desarrollo e implementación de
la nomenclatura del Sistema Bethesda en 1988, revisada en 1992 y 2001. Esta
terminología separó las lesiones intraepiteliales del cérvix uterino en dos grandes
grupos: LEIBG y LEIAG, de acuerdo con su riesgo para desarrollar un carcinoma
invasor del cérvix. Así, se incluyen las siguientes categorías de interpretación
diagnóstica para la citología de cuello uterino, según sus abreviaturas del inglés:
ASCUS (células escamosas atípicas de significado indeterminado), AGUS (células
lix
lx
glandulares atípicas de significado indeterminado); LEIBG (lesión escamosa
intraepitelial de bajo grado), que sustituye los términos displasia leve, NIC I, y atipia
coilocitótica, cambios observados como consecuencia del efecto citopático por VPH,
con mayor probabilidad de regresión; LEIAG (lesión escamosa intraepitelial de alto
grado), que engloba todos los términos que implican mayor riesgo de progresión a
cáncer invasor como: displasia severa, carcinoma in situ, NIC II y NIC III; CEC
(Carcinoma Escamocelular) y ADC (Adenocarcinoma) (72-75).
La histopatología corrobora el diagnóstico de infecciones clínicas y subclínicas,
caracterizadas por alteraciones epiteliales que ponen en evidencia los efectos del virus
sobre las células mas no demuestran su presencia, conservándose la terminología de
NIC para su interpretación (5,7,42,51).
Diagnóstico por Biología Molecular
La importancia epidemiológica de las infecciones subclínicas y latentes, y la
evidencia de la implicación de VPH como agente carcinógeno en las lesiones del
cuello uterino y en otros tumores del área urogenital a finales de los años 80, ha
contribuido al desarrollo de nuevas técnicas diagnósticas de VPH. Esencialmente hay
dos categorías de métodos para la detección de ADN de VPH: aquéllos que
identifican directamente ácidos nucleicos (hibridación in situ, southern blot, dot blot,
captura de híbridos de segunda generación, LIPA, Line blotting, secuenciación) y los
que amplifican los ácidos nucleicos y detectan el producto amplificado (PCR) (15,
52,53,56).
lx
lxi
La comprensión de la relación causal entre infección por ciertos tipos
de VPH y la neoplasia cervical instauró un nuevo paradigma en la
pesquisa oncológica cervical. (17,18,27,76). Las pruebas que identifican
el ADN de VPH surgen con el potencial de convertirse en herramientas
de gran utilidad para la detección de lesiones precursoras; han aportado
conocimientos fundamentales para el desarrollo de las vacunas y a la
probabilidad de prevenir alteraciones genéticas o de identificar
tempranamente marcadores de enfermedad, siendo las más conocidas las
que utilizan el método de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y
la captura híbrida tipo 2 (CH 2) (18-22).
Todas las técnicas tienen ventajas y desventajas relacionadas con el método, la
experiencia del personal que la realiza y la necesidad de una respuesta rápida. Las
técnicas de hibridación han sido las más utilizadas, hasta la aparición de las técnicas
de amplificación del ADN para su detección y tipificación. Independientemente del
método utilizado emplean sondas de ADN o ARN específicas que permiten detectar
secuencias específicas en los tejidos. No obstante la técnica de captura de híbridos de
segunda generación (Digene Hybrid Capture System – HC 2-VPH test), que permite
la detección de 13 tipos de VPH-AR y cinco de VPH-BR, diferenciando aquéllos de
AR y BR, es la única hasta ahora aprobada por la FDA para uso clínico (15,27,72,76).
lxi
lxii
Marcadores Biológicos como Potenciales Indicadores de Riesgo de
Cáncer
Las cuestiones fundamentales que se plantean actualmente en el manejo de la
infección por VPH, no es tanto detectar la presencia del virus en las formas clínicas
clásicas, sino: valorar el papel de los métodos de detección de ADN de VPH en las
pesquisas para la prevención de cánceres genitales en relación con la citología y otras
técnicas diagnósticas. Caracterizar el genotipo viral (alta o baja capacidad
oncogénica). Demostrar la persistencia o no de la infección. Detectar el nivel de carga
viral. Cuestiones que se relacionan con alto riesgo de progresión neoplásica y que
permitirían seleccionar grupos de riesgo y mejorar la prevención de cánceres
genitales relacionados con VPH (46).
Durante los últimos 50 años, la aplicación masiva de programas de
tamizaje mediante la técnica de citología de Papanicolaou (Pap),
contribuyó a la reducción en aproximadamente ¾ partes del problema del
CaCu en los países con altos ingresos, por lo que se ha considerado como
uno de los más importantes avances de la ciencia médica en el siglo XX.
El impacto atribuido a esta técnica se debe fundamentalmente al
diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de las lesiones precursoras.
Sin embargo se le han atribuido limitaciones importantes, como
lxii
lxiii
variabilidad inter-observadores y diferencias con el diagnóstico
histológico que conlleva a que su verdadera sensibilidad y especificidad
estén aproximadamente en 58% y 66% respectivamente; por lo que la
conducta a seguir con ASCUS y LEIBG ha resultado controversial. Se
plantea la necesidad de repetir la prueba con frecuencia, lo cual eleva los
costos de manera considerable. Así, progresivamente se está pensando
como una mejor práctica el aplicar con menor frecuencia un estudio más
sensible o mejor aún una combinación de pruebas (17-21,76-77).
En las últimas décadas se han desarrollado importantes avances
tecnológicos con la finalidad de mejorar la efectividad diagnóstica y
facilitar la consolidación de variables con valor predictivo que redunden
en la planificación y ejecución de un diseño terapéutico más efectivo. El
marcador ideal debería identificar todos los CaCu, la mayoría de las
LEIBG y el pequeño porcentaje de verdaderas lesiones precursoras de las
pacientes con LEIBG y ASCUS. Se pretende reducir la subjetividad de la
citología cervical con marcadores objetivos que determinen la presencia
y la severidad de las células displásicas (78).
La combinación del Pap con las pruebas que identifican el ADN de
lxiii
lxiv
VPH, es justificada por el concepto de causalidad necesaria y en el alto
valor predictivo negativo de las técnicas combinadas que alcanza hasta
un 99,9% a 100%. Sin embargo, debido a que la gran mayoría de las
infecciones por VPH y las LEIBG regresan espontáneamente,
especialmente en mujeres jóvenes, las pruebas de detección del ADN de
VPH, no pueden identificar específicamente a las pacientes cuyas
lesiones persistirán o progresarán a carcinoma invasivo (18,19,78).
Debido a que oncoproteinas del VPH inducen alteraciones en el ciclo
celular, biomarcadores del ciclo celular pueden funcionar como
marcadores supeditados a la infección por VPH y ser usados para facilitar
el diagnóstico de NIC. El principal valor de estos marcadores es
distinguir atipias no neoplásicas de las verdaderamente neoplásicas o con
alto riesgo de evolucionar a éstas, siendo los más conocidos p16 y Ki67
(18).
Hoy en día se considera que p16 y Ki67 pueden ser marcadores
biológicos complementarios que ayudan a examinar la relación de VPH
con la capacidad de invasión del cáncer cervical. Utilizando
inmunocitoquímica e inmunohistoquímica se ha investigado el efecto de
lxiv
lxv
la inactivación de los genes del epitelio cervical a través de la expresión
de p16 (79-82).
P16 es una proteína inhibidora de las cinasas dependientes de ciclinas,
que desaceleran el ciclo celular por inactivación de las cinasas que
fosforilan la proteína del retinoblastoma (Rb). Su expresión está
influenciada por el estado de expresión de Rb y se ha demostrado
sobreexpresión de p16 en CaCu y sus lesiones precursoras con infección
por VPH, debido a la inactivación de la función de Rb por la proteína E7
de VPH, siendo mayor la intensidad de expresión con los tipos de alto
riesgo (79-81).
Ki67 es un marcador genérico de proliferación del ciclo celular, como
su expresión está típicamente confinada a la capa de células basales del
1/3 inferior de las células epiteliales en mucosa normal, la presencia de
Ki67 + en células del estrato superior es característico de infección por
VPH, la cual induce actividad del ciclo celular en esas células, por lo que
su expresión en estratos superficiales es prácticamente diagnóstico de
NIC II o NIC III. Así se ha reportado que la inmunotinción Ki67 puede
ser útil para distinguir cambios epiteliales reactivos de lesión
intraepitelial o mucosa atrófica de LEIAG (18,80), aunque otros estudios
lxv
lxvi
han referido menor especificidad para neoplasia en comparación con p16
(82).
En trabajos de investigación en curso se está planteando el papel que
pueden jugar
las
glicoproteínas
de
membrana y
p16
en el
comportamiento biológico del epitelio cervical (78) y están en pruebas
otros biomarcadores que hasta ahora junto con el aumento de la
sensibilidad, solo han incrementado el número de las LEIBG, con
dificultad para predecir cuales regresarán y cuales progresarán; lo cual ha
planteado la necesidad de usarlos en grupos (82-83).
Investigaciones recientes sobre la relación entre la infección por VPH
y los genes supresores de tumores así como la expresión de sus proteínas,
señalan la importancia de conocer sobre la citogenética tumoral, la
estructura de los genes involucrados en la aparición temprana del cáncer
cervical y su relación con los oncogenes del VPH. Los métodos de
estudio de citogenética han avanzado considerablemente, siendo posible
visualizar las secuencias de cada cromosoma.
Utilizando técnicas accesibles, como la hibridización "in situ" con
inmunofluorescencia (FISH), hibridación genética comparada (CGH),
lxvi
lxvii
cariotipos espectrales (SKY) y microarrays de cDNA, se pueden detectar
eventos tempranos de transformación neoplásica y alteraciones
estructurales y numéricas cromosómicas en diversos estadios (63,78-83).
Así, al parecer en los próximos veinte años la pesquisa de CaCu se
desarrollará en cuatro aspectos: 1) Pesquisa tradicional con citología de
Pap; 2) Pruebas de ADN de VPH independientes o combinadas con la
citología de Pap, elevando así la eficacia de esta última; 3)
Biomarcadores, combinaciones de ellos o supeditados a la infección por
VPH, como potenciales indicadores de riesgo de progresión a cáncer; 4)
Adaptación de las diferentes técnicas al escenario de la “era de la
vacuna” (18).
Valen las preguntas ¿los países con ingresos medios y bajos se
beneficiarán de estas nuevas tecnologías selectivas? ¿Entre el miedo al
aumento de los costos derivados de adoptar una nueva prueba de tamizaje
y los alentadores resultados de las vacunas contra VPH, se descuidará la
prevención secundaria?
Aspectos Epistemológicos
lxvii
lxviii
Con el propósito de establecer una plataforma teórica que de
sustento epistemológico a la investigación realizada, se presenta a
continuación una revisión documental breve sobre aspectos claves del
paradigma complejo y del pensamiento en redes, los cuales guiaron la
comprensión del tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones,
determinaciones y azares que generaron la presencia de nuestro equipo de
investigación en la comunidad en estudio con este tema de gran carga
simbólica – emocional, el cual representa un grave problema de salud
pública, donde es obligante asumir la postura teórica de la complejidad.
En el próximo capítulo se describirá una estrategia de abordaje emergente
durante la vivencia de “lo que me enseño a aprender aprendiendo” (84).
Paradigma de la Complejidad - Física de los Sistemas Complejos - la
Nueva Ciencia de las Redes
A finales del siglo IXX y al inicio del siglo XX, el pensamiento
complejo se admite cada día más en la comunidad científica, a pesar de
los naturales y necesarios espacios de resistencia emergentes en
momentos de cambio paradigmático. La reconexión de diferentes áreas
de conocimiento; la actitud de diálogo frente a los fenómenos; la
lxviii
lxix
admisión de lo paradójico, la incertidumbre y la incompletud como
propiedades de los fenómenos y del sujeto observador; la aceptación del
error que contamina el acto de conocer, siendo tenue el límite entre
realidad, ilusión y ficción, conforman hoy un estilo cognitivo en
construcción y junto a la comprensión de que el observador interfiere en
la realidad de estudio que ha permitido reducir la fractura entre sujetoobjeto, objetividad-subjetividad, mundo fenoménico, teoría y práctica,
hacer y saber; y consentir que la ciencia es una entre otras formas de
representación del mundo, por lo que requiere dialogar con diversos
métodos y construcciones del saber, son considerados síntomas de un
nuevo paradigma que supone prácticas investigativas múltiples y más
flexibles y sobretodo una actitud intelectual que comprenda y luche con
la diversidad de ruidos que desordenan o redimensionan los patrones ya
consagrados de concebir el mundo (85).
No es posible identificar un creador de la complejidad, sin embargo se
reconocen múltiples pioneros donde Edgar Morín destaca como uno de
los exponentes más expresivos del pensamiento complejo en el mundo
contemporáneo (85). Morín define siete principios básicos que guían el
lxix
lxx
pensamiento
complejo,
considerándolos
complementarios
e
interdependientes: 1) El sistémico - organizacional bajo el que relaciona
el conocimiento de las partes con el conocimiento del todo. 2) El
hologramático donde expone que las partes están dentro del todo y el
todo está en cada parte. 3) El retroactivo que refleja cómo una causa
actúa sobre un efecto y, a su vez, éste sobre la causa. 4) El recursivo que
supera la noción de regulación al incluir el de auto-producción y autoorganización. 5) El de autonomía y dependencia en el que expresa la
autonomía de los seres humanos pero, a la vez, su dependencia del
medio. 6) El dialógico que integra lo antagónico como complementario.
7) El de la reintroducción del sujeto que introduce la incertidumbre en la
elaboración del conocimiento al poner de relieve que todo conocimiento
es una construcción de la mente (2,84,86).
Propiedades y comprensiones diversas rodean la noción de
complejidad. A lo largo del siglo XX el concepto de complejidad se ha
integrado prácticamente en todos los espacios. Se habla de una realidad
compleja, de relaciones complejas, de la ciencia de la complejidad, de la
teoría de sistemas complejos, del paradigma de la complejidad; conceptos
lxx
lxxi
relacionados entre sí, pero con un significado y un alcance diversos (87).
En virtud de que la complejidad “emerge en los intersticios de diversos
dominios del conocimiento”, es difícil elaborar un resumen de su
panorama actual. Sin embargo a manera de “comprender, narrar el
mundo y vivir” podemos aproximarnos a su estado del arte, provisorio,
visualizando dos escenarios: uno más paradigmático y otro más
pragmático (85).
El primero “el paradigma de la complejidad”, nos presenta
fundamentalmente una reflexión epistemológica que privilegia el método
complejo (el método como estrategia) y cuestiona las metodologías en la
búsqueda del conocimiento; se concentra en rediscutir los conceptos de la
ciencia como la verdad, objetividad, razón etc., y en la construcción de
operadores cognitivos capaces de reconectar disciplinas y áreas del
conocimiento. Situado fundamentalmente en los espacios universitarios,
también teje redes de interlocución extra-académica e interinstitucional
donde investigadores e intelectuales de varios dominios de la ciencia
reflexionan sistemáticamente sobre la nueva “fabricación de la ciencia”.
Para otros es una opción filosófica ideológica, que asumiendo las
lxxi
lxxii
aportaciones de la ciencia de la complejidad, es orientadora de un modelo
de pensamiento y de acción ciudadana; establece una forma de situarse
en el mundo que ofrece un marco creador de nuevas formas de sentir,
pensar y actuar que orientan el conocimiento de la realidad y la
adquisición de criterios para posicionarse y cambiarla (2,85,87).
El segundo escenario (conviviendo lado a lado con el primero) “la
ciencia de la complejidad” nos presenta investigaciones y construcciones
intelectuales que se atienen a la aplicabilidad del concepto. Su eje central
se apoya en el concepto de sistemas complejos: un sistema que se autoorganiza en relación con su entorno, abierto a nueva información y
ruidos. Estudia los fenómenos del mundo asumiendo su complejidad y
busca modelos predictivos que incorporan la existencia del azar, la
indeterminación, movilidad inestable, incertidumbre, emergencia y
reorganización de los patrones de desorden, siendo una forma de abordar
la realidad que habita tanto en la universidad como en grandes empresas
y organizaciones no gubernamentales y se extiende no solo a las ciencias
experimentales sino también a las ciencias sociales (85,87). La teoría de
los sistemas complejos es un modelo explicativo de los fenómenos del
lxxii
lxxiii
mundo con capacidad predictiva que reúne aportes de distintas ramas del
conocimiento científico y ha proporcionado modelos para discutir
gerencia empresarial, administración de recursos humanos, proyectos
ambientales y ecológicos, investigaciones biofísicas, matemáticas, etc.
(2,85,87).
En este grupo se encuentran las nociones de fractal, teoría del caos e
incluye un nuevo campo de investigación, originado en la física y la
matemática aplicada con una decidida vocación interdisciplinar: la física
de los sistemas complejos, con campos de aplicación tan variados que
engloba investigaciones sobre mercados financieros, redes urbanas,
colonias de hormigas, la organización de células y tejidos, los flujos de
información en Internet, modelos matemáticos para estudiar el
comportamiento del cerebro, la propagación de la cultura, la organización
de los recursos humanos de una empresa, las estrategias migratorias de
los pájaros o la evolución del lenguaje (86). Esta aparece como el
contexto natural para abordar los problemas de la sociedad del
conocimiento y en las ciencias sociales se observa una importante
actividad transdisciplinar de científicos provenientes del campo de las
lxxiii
lxxiv
ciencias físicas, la sociofísica (88-90).
Considerando las estructuras sociales compuestas por individuos,
como sistemas con muchas partes elementales que interaccionan y dan
lugar
a
un
características
comportamiento
generales
del
colectivo,
se
reconocen
comportamiento
complejo:
algunas
1)
El
comportamiento global no se reduce a la suma de los comportamientos
promedio o típico de un constituyente del sistema. 2) El comportamiento
complejo se refiere a una situación intermedia entre orden y desorden,
con una consecuencia importante que es la aparición de fenómenos
colectivos (aparición de un comportamiento autosimilar, un consenso o
polarización social), que puede funcionar igualmente en la medida que se
van agregando nuevos elementos, es decir un comportamiento colectivo
autoorganizado (89-90).
Un componente importante para entender la emergencia de un
consenso o polarización social es la red de interacciones sociales que
sustenta y determina las interacciones entre individuos que participan del
fenómeno colectivo. A finales del siglo XX aparece la ciencia de las
redes, una de las mayores innovaciones científicas de finales de siglo,
desarrollada fundamentalmente por científicos procedentes del campo de
lxxiv
lxxv
la física. La ciencia de redes intenta explicar cómo surgen, operan y
evolucionan las redes, busca básicamente, mostrar la estructura de las
redes, tanto de fenómenos de la naturaleza como de la sociedad (91).
Si imaginamos la sociedad como una red, definida en matemáticas
como un conjunto de puntos o nodos, unidos entre sí por enlaces; las
diferentes maneras de unión resultan en diferentes tipos de redes:
Ordenadas (figura 8); de pequeño mundo (figura 9); aleatorias (figura 10)
y complejas (figura 11) (69,88-89).
Figuras 8 a 11
T
8
9
10
11
Tipos de Redes (Mateos, 2008).
Albert-László Barabási, matemático y profesor de física en la
Universidad de Notre Dame, sostiene que nuestra existencia biológica y
mundo social tratan de una fascinante historia de interrelación. Nada
sucedió en forma aislada. Vivimos en un mundo pequeño donde todo está
lxxv
lxxvi
enlazado con todo y donde la tecnología de finales del siglo XX ha
permitido reducir aún más las distancias de esa interrelación y la
evolución de Internet ha servido para poder estudiar el fenómeno de las
redes complejas con mayor atención.
En su libro "Linked. The New Science of Networks", explica que las
redes son sólo el esqueleto de la complejidad, y que se debe remover el
envoltorio, estudiar los procesos internos y superar el reduccionismo,
para comprender que la naturaleza no es un rompecabezas con una única
manera de asociación entre piezas. Después de la historia de la
investigación sobre redes explica que lo que sucede en las redes sociales
complejas e Internet es que la conectividad de cada nodo varía
sustancialmente, es decir hay nodos que tienen muy pocas conexiones o
enlaces, otros poseen un número intermedio de enlaces y por último están
los nodos con muchos enlaces.
Esto le confiere dos leyes a las redes reales: 1). Crecimiento:
constantemente se van agregando nuevos nodos a la red. 2). Adjunción o
enlace preferencial: dada la elección entre dos nodos, se elegirá enlazar
con el nodo más conectado. En esa lógica, las prioridades de las redes
lxxvi
lxxvii
son: 1. Cantidad de enlaces; 2. Conveniencia, oportunidad; 3.
Antigüedad. Por tanto, la clave de las redes complejas son los nodos más
conectados denominados conectores (“hubs”), los cuales actúan
confiriendo a las redes complejas propiedades de pequeño mundo, es
decir las personas más relacionadas socialmente, las más populares, que
tienen muchos amigos y muchos contactos serán las que establecerán
nuevos contactos en la dinámica social (69).
Pensar en red es una idea que invade cada vez más todas las ciencias y
prácticas sociales. Algunas implicaciones de estas ideas en sistemas de
salud se han descrito con posibles aplicaciones en epidemiología de
enfermedades infecciosas, y en estrategias de vacunación (92). Los
nuevos descubrimientos que están revolucionando la biología y la
medicina plantean que si queremos comprender la vida, y curar
enfermedades, debemos pensar en las redes del organismo, no en
acciones aisladas de las células (69).
Yo particularmente, veo gran utilidad de estas ideas en la
implementación de diversos programas de salud preventivos y muy
especialmente en la prevención de cáncer de cuello uterino, con mayor
lxxvii
lxxviii
compromiso y participación de los líderes comunitarios adecuadamente
capacitados, sobre lo cual no he conseguido referencias bibliográficas,
aún cuando en bibliografía reciente se establece la necesidad de dar una
nueva mirada a los viejos problemas de salud pública, conjugando
experiencias desde diferentes ángulos, donde la complementariedad entre
diferentes abordajes teórico-metodológicos generen propuestas de
intervención más efectivas, encaminadas a fortalecer los sistemas de
salud (93-94).
CAPÍTULO III
ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS
“Lo que me Enseñó a Aprender Aprendiendo”
Una vez explorada en profundidad la temática de estudio y revisar
nuestra concepción de la realidad al confrontar los diferentes paradigmas
para la búsqueda de la verdad, nos convencimos de la necesidad de
asumir la complejidad como postura teórica para tratar de dar respuesta a
las múltiples interrogantes planteadas, consciente de la imposibilidad de
abarcarlo todo, así queda representado en la figura 12, donde
lxxviii
lxxix
relacionamos la temática de estudio con la corriente de pensamiento que
guía la investigación.
MOMENTOS
EMPIRICO-ANALÍTICOS
FENOMENOLÓGICOS
CRITICO-DIALECTICOS
COMPLEJO-DIALÓGICOS
CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO TEÓRICO
PARA EL ABORDAJE
DE LA INFECCIÓN POR EL VIRUS
PAPILOMA HUMANO (VPH)
EN MUJERES CON VIDA SEXUAL ACTIVA
EN SU CONTEXTO ECOLÓGICO
Figura 12. Diagrama de la concepción epistémica.
La escogencia del tema a estudiar nace ante la ausencia de estudios
relacionados en poblaciones venezolanas, percibida en la cotidianidad
docente-asistencial del servicio de anatomía patológica de un hospital
general de referencia, que maneja principalmente material ginecológico,
donde el diagnóstico de cáncer de cuello uterino invasor y sus lesiones
precursoras es frecuente.
El Municipio Lima Blanco, es el más pequeño del Estado Cojedes,
lxxix
lxxx
ubicado al Norte e integrado por dos Parroquias: Macapo y La Aguadita
(anexo 1), con una extensión territorial de 138 Km2 y densidad
poblacional de 43 hab/Km2. La capital es Macapo, ubicada a 40 Kms de
San Carlos por carretera asfaltada, de fácil acceso; con población
concentrada en un espacio geográfico relativamente pequeño (anexo 2) y
dos ambulatorios: uno rural tipo II, del Ministerio del Poder Popular para
la Salud (MPPS) denominado "Ambulatorio Viejo" y otro de la Alcaldía
del Municipio denominado "Ambulatorio Nuevo" (anexo 3), este último
con servicio de laboratorio clínico y consultas especializadas, ambos con
personal médico y auxiliar motivado para trabajar en equipo con personal
del CIET-UC en interacción con la comunidad.
Efectuar esta investigación en la población de Macapo - Estado
Cojedes, se decidió durante el desarrollo del seminario “Epistemología
Ciencia y Salud”, en el mes de abril del año 2005, cuando los alumnos de
la segunda cohorte del doctorado en ciencias médicas, con la finalidad de
adquirir experiencia en el abordaje de la salud como un sistema dinámico
complejo, elaboramos el anteproyecto “Plan integral de salud para la
comunidad de Macapo”, mediante intercambio de ideas con la población
lxxx
lxxxi
sobre el proceso salud enfermedad, en tres encuentros donde se
conformaron mesas de trabajo con representantes de diversos sectores de
la comunidad (salud, educación, cultura, alcaldía, consejos comunales);
analizándose diferentes lógicas en relación a modo de vida,
funcionamiento comunitario, socioeconomía, saber popular, cultura,
ambiente natural y salud innovadora, a la luz de las potencialidades para
sustentar los programas susceptibles de formular.
En la mesa de salud emergen las ITS como un problema potencial que
valdría la pena investigar. A pesar de no estar convencida de desarrollar
la investigación en esta localidad, fundamentalmente por la baja
frecuencia de alteraciones en las citologías procedentes de este Municipio
registradas en el servicio de anatomía patológica del Hospital General
“Dr. Egor Nucete” de San Carlos, servicio de referencia para todo el
Estado Cojedes (95), logísticamente parecía factible emprender la
investigación de cualquier tema, en esta población, la cual había
beneficiado y mantiene interrelación de trabajo desde el año 1990 con
investigadores del Departamento de Parasitología de la Facultad de
Ciencias
de
la
Salud-Universidad
lxxxi
de
Carabobo
(FCS-UC)
y
lxxxii
posteriormente con el CIET-UC, siendo capaces de organizarse para
investigar sobre Lehismaniasis cutánea y atender las necesidades de los
pacientes que padecían esta enfermedad, la cual representa el principal
problema de salud sentido para la comunidad.
Contando con esta fortaleza, se establecieron alianzas y constituimos
un equipo multidisciplinario con: el personal del CIET-UC (la suscrita,
médica especialista en anatomía patológica, como investigadora
responsable y una médica nutróloga), personal de Salud MPPS del
“ambulatorio viejo” (un promotor de salud y personal de enfermería);
personal de La Fundación “San Isidro” “ambulatorio nuevo” (un médico
especialista en gineco-obstetricia, una enfermera, un enfermero, dos
bioanalistas, dos auxiliares de laboratorio clínico); un urólogo de un
Hospital Tipo I del MPPS cercano a Macapo; laboratorio de anatomía
patológica regional del Estado Cojedes del MPPS (una citotecnóloga, una
técnica históloga, dos anatomopatólogas); dos doctores en ciencias y tres
licenciadas en biología del laboratorio de genética molecular del Instituto
de Oncología y Hematología MPPS-UCV y del Instituto de Biomedicina
UCV; y estudiantes de sexto año de medicina, cursantes de la asignatura
medicina comunitaria de la FCS-UC. Acordamos la pertinencia de
lxxxii
lxxxiii
participar en una investigación en relación a ¿qué ocurre con la infección
por VPH en este contexto?, dirigida inicialmente por razones logísticas, a
mujeres sexualmente activas y sus parejas de los sectores centrales de la
Parroquia Macapo.
Así, partimos de una realidad indeterminada y rodeada de mucha
incertidumbre, siendo su presentación tan variada, dinámica y compleja
que en cada visita semanal nos obligó a reflexionar y realizar ajustes en
el abordaje metodológico, solapándose diferentes momentos de donde
emergió "la estrategia como método", la cual describimos a continuación.
La Estrategia:
En un compartir horizontal de saberes, los integrantes del equipo de
investigación nos involucramos con la comunidad en actividades como:
la planificación inicial del estudio, la obtención de los datos, el análisis
de los resultados, hasta canalizar la solución de los problemas que se
fueron identificando.
Priorizamos la necesidad de develar la magnitud del problema y
comprender como es percibido por la comunidad, por lo que realizamos
un estudio exploratorio de campo, documental, descriptivo, transversal y
lxxxiii
lxxxiv
prospectivo, desde una perspectiva cuantitativa para conocer las
dimensiones del problema en la comunidad, complementado con una
perspectiva cualitativa fundamentalmente interpretativa a partir de las
experiencias personales en reuniones grupales, entrevistas informales y
entrevista semiestructurada, mediante un instrumento elaborado y
validado por investigadores expertos, el cual permitió el registro de la
edad, lugar de nacimiento, procedencia según sector, motivo de
participación, nivel educativo, nivel socioeconómico según Graffar
Méndez Castellano (96), historia sexual, reproductiva y anticonceptiva,
hábitos, estudio citológico previo, tiempo de la última citología y las
inquietudes más relevantes de las participantes en relación al problema de
investigación (anexo 4).
La concepción y planificación inicial del estudio comprendió un
período de 1 año y medio (2do semestre 2005 - 2006); con apoyo de un
promotor de salud residente en la zona y estudiantes de medicina de 5º y
6º año, se actualizó el censo de la población femenina sexualmente
activa, asignándose un número a cada vivienda para favorecer la
localización de las potenciales participantes y se realizó un listado
identificándolas con nombre y apellido, registrando en total 1.152
lxxxiv
lxxxv
mujeres entre 15 y 70 años de edad: 632 de los sectores centrales y 520
de los sectores periféricos de la parroquia Macapo.
Por ser un estudio planteado como generador de otras investigaciones
se estableció contacto con diferentes grupos de la comunidad, efectuando
simultáneamente intervención educativa, a manera de intercambio de
saberes en reuniones con el personal de salud de los ambulatorios,
maestros comunitarios y algunos representantes de los consejos
comunales, para la presentación del proyecto, a través de exposición oral
y discusión con lenguaje sencillo y apoyo visual desarrollando la
temática de estudio, propósito, justificación y diseño de investigación,
tipos de intervenciones a realizar, criterios de inclusión – exclusión, y
aspectos bioéticos.
El formulario de consentimiento informado (anexo 5) se elaboró de
acuerdo a las recomendaciones de la OMS (97) y consta de dos partes:
Parte I, informativa, donde se identifica la institución responsable, se
indica el propósito del estudio, tipo de investigación a realizar, modo de
selección de los participantes, participación voluntaria, procedimiento y
protocolo aproximados de la investigación, descripción y duración del
lxxxv
lxxxvi
proceso, riesgos, molestias, beneficios, confidencialidad, uso de los
resultados, a quien contactar y derecho a retirarse. Parte II, el formulario
de consentimiento con participación de representantes legales y/o testigos
en los casos que sean necesarios.
Durante el primer trimestre del 2007, se llevó a cabo un estudio piloto
para estandarizar los procedimientos de toma, almacenamiento, traslado y
procesamiento de las muestras biológicas; se difundió información del
proyecto por la emisora de radio local, se perifoneó por las calles del
poblado y se colocó propaganda en sitios públicos, promoviendo la
participación de las mujeres con vida sexual activa. Por iniciativa de
algunos representantes de la comunidad se convocó a toda la población al
Ateneo de la localidad para la presentación del proyecto, lográndose
concretar dos encuentros con asistencia en cada uno de un promedio de
50 personas de diverso género y edad, amas de casa, estudiantes del
liceo, estudiantes de medicina, algunos representantes de los consejos
comunales, el ginecólogo-obstetra de la Fundación San Isidro, la
epidemióloga regional, el alcalde y la primera dama del municipio, con el
apoyo logístico del personal de la “Fundación San Isidro” y el promotor
lxxxvi
lxxxvii
de salud.
En el desarrollo de este proceso, se hicieron propuestas que aseguraran
la igualdad de participación de toda la población femenina objeto de
estudio, tales como: selección muestral aleatoria mediante sorteo público
a partir de las listas previamente elaboradas o invitación escrita
personalizada de las elegibles. Se entregaron los listados con los nombres
de las mujeres por sectores a los representantes de los consejos
comunales y durante dos semanas consecutivas se promocionó la
actividad. Inesperada y sorprendentemente, las mujeres no asistieron a las
dos convocatorias realizadas para el sorteo en diferentes fechas.
Consecuentemente, este hecho nos generó gran incertidumbre acerca de
la factibilidad del desarrollo del proyecto en la forma en que fue
planificado originalmente.
No obstante, dos personas (un promotor de salud y una representante
del consejo comunal de la Urb. José Laurencio Silva), habiendo percibido
la importancia del estudio para su comunidad, al expresar “no podemos
perder esta oportunidad”, se ofrecieron para establecer el enlace con la
mujeres elegibles, solicitando al equipo de investigación que aceptaran la
lxxxvii
lxxxviii
participación voluntaria de las mujeres: “que participen las que quieran”,
“sin sorteos”, “pongámonos de acuerdo en una fecha para iniciar la
atención de las mujeres y promocionemos”.
A partir de estas vivencias, con una gran carga de contradicciones
epistemológicas, previa consulta con otros investigadores integrantes o
no del equipo, se aceptó flexibilizar las acciones en relación a la técnica
de muestreo. Se reforzaron las actividades divulgativas, mediante visitas
domiciliarias entregando dípticos informativos (anexo 6), con la
cooperación del promotor de salud, médicos, enfermeras, personal
auxiliar de ambos ambulatorios y estudiantes del 5to. y 6to año de
medicina de la FCS-UC.
En abril del 2007, iniciamos la atención de las participantes, en tres
consultorios de los ambulatorios mencionados, una vez por semana,
utilizando los siguientes criterios de inclusión: género femenino con vida
sexual activa residente en la comunidad en estudio que desee participar.
Asimismo
criterios
de
exclusión:
mujeres
embarazadas
o
histerectomizadas. En cada visita combinamos la permanencia matutina
en el ambulatorio (aún sin la asistencia de participantes), con visitas
lxxxviii
lxxxix
domiciliarias vespertinas, en diálogo permanente con diferentes personas
de la comunidad acerca del problema en estudio; logrando una asistencia
muy variable cada semana, dependiendo de las circunstancias propias del
entorno. Al final de cada día de trabajo de campo, los integrantes del
equipo de investigación compartimos con el personal de salud local, no
solo la comida que gentilmente nos ofrecían sino también las vivencias y
anécdotas de cada uno durante el trabajo realizado, lo cual nos permitía
evaluar lo sucedido, registrar lo más importante y planificar en conjunto
las estrategias futuras, en un clima cordial que fue generando confianza,
tanto para el equipo de investigadores como para la comunidad, sobre la
investigación en curso.
Atentas a los significados que fueron emergiendo durante el desarrollo
de las acciones subsecuentes, fuimos introduciendo incentivos de acuerdo
a las preferencias y/o solicitudes de las participantes (o de las potenciales
participantes), tales como: 1) Entrega confidencial y personalizada de los
resultados en sobre cerrado. 2) Incorporación de personal médico del
género femenino 3) Participación de otro especialista, lo que brindó a las
mujeres la posibilidad de escoger el de su preferencia para la evaluación
lxxxix
xc
ginecológica 4) Personal de apoyo en el consultorio de exploración
ginecológica ajeno a la comunidad.
Una asistente del laboratorio de anatomía patológica entrenada, recibió
a las participantes en el laboratorio clínico de la Fundación San Isidro,
explicó de nuevo el proyecto, obtuvo el consentimiento informado,
asignó a cada paciente un código de identificación para garantizar la
confidencialidad de los registros y las condujo a los diferentes ambientes
para las intervenciones subsiguientes. Las auxiliares del laboratorio del
ambulatorio, tomaron una muestra de sangre venosa para diagnóstico
serológico de otras ITS. Durante el 2007, la suscrita asumió por completo
la responsabilidad de las entrevistas, en privado, en un consultorio,
guiadas por un instrumento semiestructurado y llevadas con flexibilidad
en el tiempo, para poder percibir inquietudes de las participantes en
relación al tema; posteriormente se incorporaron a estas tareas bajo
supervisión, dos estudiantes del quinto año de medicina, previamente
entrenadas por la suscrita.
Una médica nutróloga con el refuerzo de estudiantes de medicina,
realizó el examen físico con evaluación nutricional según índice de masa
corporal (98) incluyendo exploración de las mamas e instrucciones
xc
xci
personalizadas acerca de la necesidad del autoexamen periódico. La
exploración ginecológica fue realizada por especialistas en ginecología y
obstetricia, médicos generales y/o estudiantes de quinto y sexto año de
medicina debidamente entrenados en compañía de un docente cuando fue
necesario.
Se tomaron dos muestras citológicas: una para citología convencional
con extendidos en una sola lámina (exocérvix con espátula de madera,
endocérvix con hisopo de algodón) preservada con cito-fijador en espray
(anexo 7) y una segunda destinada a diagnóstico molecular, también
exocérvix y endocérvix obtenida con cepillo estéril y sumergida en tubo
con medio de transporte (DIGENE) (anexo 8) preservada a 4°C, hasta su
traslado al laboratorio de genética molecular del Instituto de Oncología y
Hematología del MPPS en la ciudad de Caracas para su procesamiento.
Las muestras de sangre se procesaron inicialmente en el laboratorio
clínico de la “Fundación San Isidro”, realizándose hematología completa
(a petición de las participantes) y separación del suero, el cual se
preservó a ultrabajatemperatura (< 70ºC), en el CIET-UC
hasta su
traslado al Instituto de Biomedicina de la UCV, donde se practicaron las
pruebas de inmunoensayo enzimático indirecto (ELISA) para la medición
xci
xcii
de anticuerpos de: Herpes simple tipo II (HSV-IgM), hepatitis B (HBsAg
y Core), hepatitis C (HCV), sífilis (VDRL), virus de inmunodeficiencia
humana (HIV) y Chlamydia (IgG e IgM) (99).
Las muestras para citología convencional fueron teñidas según la
técnica de Papanicolaou modificada por Martínez (Pap-Mart) (100) y se
adoptó la terminología propuesta por el sistema Bethesda (73-75) para su
evaluación e interpretación diagnóstica. La lectura inicial de las
citologías fue realizada por una citotecnóloga con supervisión posterior
mediante relectura completa de las mismas por dos médicas especialistas
en anatomía patológica, estableciendo los diagnósticos por consenso.
La prueba molecular utilizada fue la reacción en cadena de la
polimerasa (PCR), empleando los oligonucleótidos cebadores consenso
MY09
y
MY11
que
permiten
amplificar
un
fragmento
de
aproximadamente 450 pares de bases correspondientes a la región L1 del
genoma viral, que por ser altamente conservada permite detectar un
amplio espectro de VPH. De la suspensión citológica, se procedió a la
extracción del ADN, por incubación del sedimento celular en 100 μl de
proteinasa K (1000 μg/ml) + 100 μl de buffer lisis (100 mM de Tris
xcii
xciii
HCL, ph: 8.0 + 0.1 % de Sarcosina) a 55 ºC durante una noche.
Inactivación de la proteinasa K mediante incubación de los tubos a 95°
por 5 minutos. Purificación y precipitación del ADN con solución de
cloroformo-fenol isoamílico. Resuspensión del ADN con agua libre de
nucleasas para posterior amplificación.
Para la amplificación del genoma viral, se incubó 1 µg de ADN con
los siguientes reactivos: 0,4 μl dNTP's (100 mM); 0,2 μl de los
oligonucleótidos MY09/MY11; 1,2 μl Primers ß-Globina; 6,25 μl Buffer
10X; 4.0 μl MgCl2 (50mM); 0,5 μl Taq. Polimerasa (5U/ μl); 27,25 μl
H20 destilada. Las condiciones de amplificación fueron: Temperatura
inicial de desnaturalización 94ºC por 4', seguido de 40 ciclos.
Temperatura de desnaturalización 94ºC por 15". Temperatura de
anillamiento 55ºC por 30". Temperatura de extensión 72ºC por 45 " y
temperatura de extensión final: 72ºC por 7'. El producto amplificado fue
visualizado en un gel de agarosa al 2 % teñido con Bromuro de Etidio y
expuesto a la luz ultravioleta.
Interpretación de los Resultados
Muestra positiva: se observó en el gel dos bandas, una de 450 pb
xciii
xciv
correspondiente al producto amplificado del VPH y otra de 268 pb
correspondiente a la banda de ß-Globina (control interno). Muestra
negativa: se observó en el gel una sola banda de 268 pb correspondiente
al gen ß-Globina.
A las muestras que resultaron positivas se les realizó RCP para
genotipaje del virus, utilizando el Kit de Multiplex RCP (Maxim Biotech,
Inc.), que detecta simultáneamente 5 genotipos en un mismo tubo de
reacción, tipos 6 (263 pb) y 11 (144 pb) de bajo riesgo oncogénico y los
tipos 16 (601 pb), 18 (360 pb) y 33 (413 pb) de alto riesgo oncogénico.
La reacción se llevó a cabo incubando 5 μl del ADN extraído con los
siguientes reactivos: 25 μl de Buffer 2X MPCR, 5 μl de Primers 1OX
MPCR, 0.5 μl
de Taq DNA Polimerasa y 14.5 μl de H20. La
visualización de los productos amplificados, se realizó en un gel de
agarosa al 2 %, teñido con Bromuro de Etidio. Posteriormente se
visualizó el gel en el transiluminador para su registro fotográfico.
Simultáneamente realizamos una investigación documental, acerca de las causas
de muerte por cáncer en esta comunidad, partiendo de los certificados de defunción
asentados durante los últimos diez años (1996 – 2006) en el Registro Civil de la
Alcaldía del Municipio Lima Blanco; la información obtenida fue verificada en el
xciv
xcv
Servicio de Epidemiología Regional del MPPS, Estado Cojedes y se calculó la tasa de
mortalidad específica para CaCu, de acuerdo con la población femenina estimada
para cada año.
El conjunto de variables se analizaron mediante procesamiento de estadísticos
descriptivos con el programa SPSS versión 11.5 entorno Windows, organizando los
datos registrados en cuadros y/o gráficos de distribución de frecuencias absolutas y
relativas porcentuales, cuando fue necesario se aplicaron pruebas de hipótesis para la
diferencia entre proporciones y promedios poblacionales con un nivel de confianza de
95%. Se escogieron por consenso las experiencias más representativas de cada uno de
los integrantes del equipo de investigación en la interacción con la comunidad,
mediante el examen en conjunto de las notas de campo y las validamos con tres
informantes clave. Acogidos a la lógica configuracional trasladamos metafóricamente
la teoría de redes (69,88-91,101) para entender el método de muestreo emergente,
siendo esto de gran utilidad para tomar decisiones oportunas durante el proceso de la
investigación, ya que a finales del 2007, el análisis de los resultados preliminares con
74 participantes procedentes de los sectores centrales de la Parroquia Macapo
(48,101) nos generó nuevas interrogantes que sumadas a la presión para ser atendidas,
de las mujeres procedentes de los sectores periféricos de Macapo y la parroquia
vecina del mismo Municipio (La Aguadita), aceptamos incluirlas en la investigación
en la segunda fase del muestreo, durante el año 2008; decisión que hoy consideramos
fundamental debido a la riqueza de la información obtenida.
xcv
xcvi
Después de cumplir el compromiso de comunicar los resultados a cada
participante, orientar su conducta de seguimiento o terapéutica cuando fue posible y
compartir la experiencia de dos años de la investigación con la comunidad en
presentación pública (anexo 9), consideramos que estábamos listos para escribir el
siguiente capítulo.
CAPÍTULO IV
RESULTADOS
Aproximación a la Magnitud del Problema
En la tabla 2 se observa el número de casos de muerte por cáncer de cuello uterino
registrados y la tasa de mortalidad específica en el Municipio Lima Blanco desde el
año 1996 hasta el 2006.
Tabla 2
Tasas de mortalidad por cáncer de cuello uterino, por 1000 y 100.000 mujeres
entre 25-65 años de edad. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 1996 – 2006.
Años
Casos
Registrados
Población
Estimada
1996
0
1.373
Tasa
Mortalidad
por 1000.
0
1997
0
1.421
0
1998
1
1.469
0,68
1999
0
1.517
0
xcvi
Tasa
Mortalidad
por 100.000.
68,07
xcvii
2000
0
1.565
0
2001
0
1.613
0
2002
0
1.663
0
2003
0
1.713
0
2004
0
1.763
0
2005
0
1.812
0
2006
4
1.861
2,14
214,93
Fuente: Certificados de defunción. Registro Civil Alcaldía Municipio Autónomo
Lima Blanco.
De acuerdo con este indicador de impacto, la probabilidad que tiene la población
susceptible, de morir por cáncer de cuello uterino en este Municipio es muy elevada.
Este resultado fue inesperado.
Entre abril del 2007 y noviembre del 2008 se atendieron 236 participantes: 80
durante el 2007 y 156 durante el 2008.
Se incluyeron para estudio 227 mujeres procedentes de diversos sectores del
Municipio Lima Blanco, venezolanas 99,5% (226/227) o colombiana 0,5% (1/227),
residentes en la localidad por más de 5 años. Las cuales representan 19% de la
población femenina entre 17 y 74 años de edad de la Parroquia Macapo y 8% de todo
el Municipio. Siendo la mayoría, 214 (94%) habitantes de la Parroquia Macapo: 59%
(126/214) de los sectores urbanos; 41% (88/214) de los sectores periféricos y 13 (6%)
habitantes de la Parroquia La Aguadita.
Características socio demográficas
xcvii
xcviii
La edad promedio de las participantes fue 36,6 ± 11,09 años, con valores mínimo
y máximo entre 17 y 74 años. La Moda 32 años. La Mediana 34 años. La mayoría
(74%) de las participantes fueron menores de 44 años. Observándose menor
porcentaje de participación a medida que aumenta la edad. La religión predominante
en el grupo evaluado fue la católica (93%), seguida en orden de frecuencia por:
evangélicas (5%), ateas (2%) y testigos de Jehová (0,8%).
Figura 13
Distribución de Participantes según Estrato Socioeconómico.
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008
11%
22%
II y III
IV
V
67%
Un porcentaje elevado de las mujeres evaluadas vive en situación de pobreza 89%
xcviii
xcix
(203/227): 67% (152/227) en pobreza relativa y 22% (51/227) en pobreza extrema
(figura 13). La mayoría de ellas, 47,5% (105/227) se desempeñan como amas de casa,
dependiendo económicamente de su pareja u otros miembros del hogar. En el grupo
restante destacan las siguientes actividades laborales en orden de frecuencia:
aseadora, doméstica, cocinera, docente, secretaria, peluquera, manicurista, economía
informal, asistente de laboratorio, promotora social, enfermera, madre cuidadora,
administradora, costurera y otras. Un porcentaje importante 38% (87/227) son
estudiantes de diverso nivel.
Figura 14
Distribución de Participantes según Nivel Educativo
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008
11%
4%2% 9%
Sin escolaridad
Primaria incompleta
23%
27%
Primaria completa
Secundaria incompleta
Secundaria completa
Universidad incompleta
Universidad completa
24%
Solo 27% han culminado la educación secundaria y 4% tienen educación
universitaria completa (figura 14).
xcix
c
Figura 15
Distribución de Participantes de acuerdo a su Estado Civil
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008
6%
2%4%
Unión estable
Casada
9%
Soltera
53%
Separada
Divorciada
26%
Viuda
Se observó predominio de relación de pareja estable (79%): unidas 53% (119/227),
c
ci
casadas 26% (60/227) (figura 15).
Motivo de participación
La mayoría de las mujeres 97% (220/227) refirieron que acudían por motivo
preventivo, atendiendo a la invitación que les llegó por diferentes vías; no obstante
3% (7/227) manifestaron síntomas aislados o en combinación, tales como: “dolor de
vientre” (2/7); “picazón” (2/7); “dolor durante las relaciones sexuales” (1/7); “ardor
vaginal” (1/7); “flujo” (5/7); “verruga en genitales externos” (1/7); “no he quedado
embarazada y deseo tener hijos” (1/7); “hace tres años me salió algo en la citología,
yo no me siento nada, no tengo confianza en esa gente del ambulatorio y no he tenido
dinero para pagar una consulta privada”(1/7).
Al profundizar en la entrevista, indagando si para el día de su atención tenían
alguna molestia, el porcentaje de mujeres con alguno de los síntomas ya mencionados
aumentó de 3% a 7% (15/227).
Antecedentes personales
El 100% de las participantes se definieron heterosexuales y afirmaron estar
satisfechas con su género.
Edad del primer coito vaginal
La edad promedio de la sexarquia fue 17,7 ± 2,8 años, siendo el valor menor 11
años y el mayor 30 años, la Moda 18 años y la Mediana 17 años. El 51% (116/227)
ci
cii
de las participantes iniciaron sus relaciones sexuales antes de los 18 años de edad;
21% (48/227) quedaron embarazadas en la primera relación sexual.
Edad del compañero sexual
La edad promedio de sus parejas en la primera relación sexual fue 23 ± 5,2 años,
siendo el valor menor 15 años y el mayor 41 años, la Moda y la Mediana 22 años.
Cinco participantes no recordaron este dato. No se encontró diferencia
estadísticamente significativa con respecto a la edad promedio de la sexarquia en las
mujeres y la pareja con quien se iniciaron sexualmente.
Figura 16
Redes sexuales declaradas por mujeres sexualmente activas.
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes 2007 – 2008.
cii
ciii
48%(109/227)
23,3%(53/227)
6,2%(14/227)
2,2%(5/227)
0,4%(1/227)
Femenino
17,7%(40/227)
0,9%(2/227)
0,4%(1/227)
Relación
actual
Masculino
0,9%(2/227)
Relación
pasada
El patrón predominante de conducta sexual fue la monogamia sucesiva (figura
16). La mayoría de las participantes 52% (118/227) refirieron 2 o más parejas
sexuales en toda su vida, con promedio de 2±1,3 parejas, siendo el valor menor de 1
pareja y el mayor 9 parejas, la Moda 1 pareja y la Mediana entre 1 y 2 parejas. Sin
embargo 100% informaron que durante el último año habían tenido una sola pareja o
no habían tenido relaciones sexuales; 11% (24/227) reconocieron que sus parejas eran
promiscuos. Es de hacer notar que a pesar de no estar completamente de acuerdo, la
mayoría de las mujeres ve como “normal” que su pareja pueda tener otras
parejas…“aventuras”… pero … “mientras sea de la puerta de la casa para afuera…”
ciii
civ
“mientras cumpla en la casa…”
Infecciones de transmisión sexual (ITS)
En relación a ITS, 87% (198/227) de las participantes negaron y 13% (29/227)
aceptaron haber padecido alguna ITS, no obstante, estos porcentajes varían cuando la
re-pregunta indica los posibles diagnósticos sin mencionar que corresponden a ITS, la
respuesta negativa disminuye a 33% (74/227) y la afirmativa aumenta a 67%
(153/227), así: 63% (143/227) tenían antecedente de vaginitis, 9% (21/227) infección
por VPH, 1% (2/227) enfermedad inflamatoria pélvica y 0,5% (1/227) gonorrea.
Embarazos y partos
La edad promedio del primer embarazo fue 19±3,2 años, siendo los valores
mínimo y máximo 12 y 31 años respectivamente; la Moda y la Mediana 18 años. En
cuanto a paridad, el promedio registrado fue de 3±2 partos vaginales, la Moda y la
Mediana 2 partos; 78% (177/227) eran multíparas.
Participación en el programa de prevención de cáncer de cuello uterino
La mayoría de las mujeres evaluadas 89% (202/227) se habían realizado
citología alguna vez en su vida: 66% (134/202) en los últimos 3 años y 34% (68/202)
en más de 3 años. El 58% (117/202) habían utilizado para realizarla el ambulatorio de
la localidad u otro servicio público, 42% (85/202) un servicio privado; 11% (25/227)
nunca la habían realizado.
civ
cv
Padecimientos de salud
Otros padecimientos referidos en orden de frecuencia son: hipertensión arterial
10% (22/227); urolitiasis 6% (14/227); cardiopatías 5% (11/227); gastritis 3%
(6/227); diabetes y hepatitis 2% cada una (4/227); colelitiasis, hernia discal y nódulo
tiroideo 1% de cada una (2 de cada una /227); cáncer de piel 0,4% (1/227).
Hábitos
El 90% (204/227) refirieron consumir o haber consumido café, 62% (140/227)
bebidas alcohólicas, 30% (68/227) cigarrillos y 2% (4/227) alguna droga como:
Marihuana (2/4), Perico (1/4) y Tafíl (1/4). El 86% (194/227) de las participantes
afirmaron utilizar o haber utilizado algún método anticonceptivo; 14,5% (33/227) lo
negaron.
El método anticonceptivo más utilizado fue la anticoncepción hormonal 94%
(180/194), mediante píldoras anticonceptivas o inyección hormonal. En orden de
frecuencia le siguen el condón masculino 54% (105/194), esterilización quirúrgica
41% (80/194), coito interrumpido 39% (75/194), dispositivo intrauterino 29%
(56/194), método del ritmo 12% (24/194), condón femenino 1% (2/194) y
espermicidas y lavado postcoital 0,5% cada uno (1/194).
Antecedentes Familiares
Figuran en orden de frecuencia: cardiopatías 58% (132/227); diabetes 50%
cv
cvi
(113/227); cáncer 46% (105/227); hipertensión arterial 32% (35/227); accidentes
cerebrovasculares 15% (35/227); hepatopatías 9% (21/227); enfermedades renales
7% (15/227); alcoholismo 5% (11/22); enfermedades mentales y convulsiones 2%
cada una (4/227); enfermedades del colágeno 1% (3/227); neurocisticercosis 0,8%
(2/227); SIDA 0,4% (1/227).
La localización más frecuente del cáncer como causa de muerte en familiares fue
el tracto digestivo (30%): referido como “estómago” 25% (26/105) y “colon” 5%
(5/105); seguido por el cáncer de origen ginecológico (26%): referido como “cuello
uterino” 12% (13/105), “útero” 10% (11/105) y “vagina” 4% (4/105); “piel y
leucemia” 10% cada uno (10/105), “próstata” 9% (9/105), “laringe” 5% (5/105),
hígado y hueso 1% cada uno (1/105).
Conocimientos sobre ITS
La mayoría, 77% (175/227) de las participantes afirmaron conocer de ITS, 23%
(52/227) lo negaron. Las ITS más conocidas fueron “sida”, “gonorrea”, “VPH” y
“sífilis”.
Las infecciones mencionadas en orden de frecuencia, con las palabras
utilizadas por las mujeres, fueron las siguientes: “SIDA” (66%); “gonorrea” (61%);
“VPH/PPH” (46%); “sífilis” (46%); “VIH” (9%); “chancro” (4%); “papiloma” (2%);
“verruga” (1%); “herpes” (1%); “hepatitis B” (0,5%); “Tricomonas” (0,5%) y “la
flor” (0,5%). Es importante mencionar, que no fueron capaces de agregar nada más
cvi
cvii
que el nombre de la infección referida como “conocida”, a excepción del SIDA que
relacionan con “muerte y homosexualidad”, la gonorrea con “pus por el pipí”, y en
menor proporción VPH con “cáncer del útero”. La mayoría, 99% (224/227) refirieron
que acudirían a un médico en caso de sospechar tener una ITS, 1% (3/227) no sabían
qué hacer. Igualmente, 60% (135/227) de las participantes afirmaron conocer cómo
evitar las ITS; 40% (92/227) lo negaron. En la tabla 3 se observa la forma de evitar
las ITS, mencionada por las participantes, distribuidas en orden de frecuencia.
Tabla 3. Formas de evitar las ITS mencionadas por mujeres sexualmente
activas. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes. 2007-2008
¿Cómo evita ITS?
“Usando condón”
Si
No
Total
“Teniendo una sola
Si
pareja”
No
Total
“No hacer nada”
Si
No
Total
“Buena higiene
Si
personal”
No
Total
“Evitar relaciones de
Si
riesgo” o “evitar
No
personas enfermas”
Total
“Evitar jeringas
Si
usadas”
No
Total
n
92
43
135
59
76
135
25
110
135
5
130
135
4
131
135
1
134
135
Información acerca de salud sexual y reproductiva
cvii
%
68
32
100
44
56
100
19
81
100
4
96
100
3
97
100
0,7
99,3
100
cviii
El 65% (148/227) de las participantes afirmaron y 35% (79/227) negaron haber
recibido información acerca de salud sexual y reproductiva.
Tabla 4. Fuentes de información acerca de Salud Sexual y Reproductiva.
Macapo-Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes 2007 - 2008.
Fuente de información
n
%
84
57
64
43
148
100
68
46
No
32
54
Total
148
100
Si
54
36
No
94
64
Total
148
100
Si
30
20
No
118
80
Total
148
100
Si
9
6
No
139
94
Total
148
100
Otros: Carteleras-
Si
12
8
Estudiantes de
No
136
92
medicina-
Total
148
100
Medios (revistas,
Si
tv, prensa y radio) No
Total
Sistema educativo Si
Charlas
Amigos-Médicos
Padres
cviii
cix
EnfermerasEsposo
La
fuente
de
información
más
importante
fueron
los
medios
de
comunicación social (tv, revistas, prensa y radio) (57%), el sistema educativo
(46%) y charlas en el ambulatorio, en el ateneo, en las escuelas, cuidado diario y
club de los abuelos (36%). En menor proporción recibieron información de sus
médicos tratantes-amigos (10% cada uno), los padres (6%) y otros medios de
información tales como carteleras en el ambulatorio, estudiantes de medicina,
enfermeras y el esposo (tabla 4).
Examen Físico
Evaluación nutricional
Se realizó evaluación nutricional de tipo antropométrica a 215 participantes,
verificando un porcentaje elevado de mujeres con sobrepeso o algún grado de
obesidad 62% (133/215): 41% (87/215) con sobrepeso; 16% (35/215) con obesidad
grado I; 4% (9/215) obesidad grado II; 1% (2/215) obesidad grado III. La evaluación
nutricional fue normal en 34% (74/215) y 4% (8/215) tenían bajo peso.
Exploración ginecológica
El cuello uterino fue reportado clínicamente sano en 72% (164/227) de las
cix
cx
participantes, siguiendo en orden de frecuencia: lesión benigna 20% (45/227), lesión
sospechosa 6% (14/227) y pólipo 2% (4/227).
Laboratorio
En la tabla 5, se observa la distribución de los diagnósticos citológicos obtenidos.
Tabla 5. Diagnóstico citológico en mujeres asintomáticas sexualmente activas.
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes 2007 – 2008.
Diagnóstico citológico
n
%
DLN *
2
0,9
CRI **
121
53,3
Infección Bacteriana
39
17,2
Infección por Candida Sp.
15
6,6
Infección por Tricomonas
2
0,9
Infección Mixta
10
4,4
ASCUS ***
31
13,7
LEIBG ****
6
2,6
LEIAG *****
1
0,4
Total
227
100
*Dentro de límites normales. **Cambios reactivos inespecíficos. ***Atipias en
células escamosas de significado indeterminado. ****Lesión escamosa intraepitelial
de bajo grado. *****Lesión escamosa intraepitelial de alto grado.
En 99,1% (225/227) de los frotis analizados se observó algún tipo de condición
reactiva, inflamatoria o atípia. El 83,3% (189/227) fueron negativos para malignidad:
82,4% (187/227) asociados a cambios reactivos o condiciones infecciosas y 16,7%
(38/227) tenían células epiteliales anormales (CEA), de los cuales 81,5% (31/38)
fueron ASCUS; 15,7% (6/38) LEIBG) y 2,6% (1/38) LEIAG.
cx
cxi
Tabla 6. Prevalencia de diagnósticos citológicos por grupos de edad.
Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes 2007 – 2008.
Diagnóstico Citológico
Edad
Total
DLN*
CRI**
INFECCIÓN
CEA***
en
evaluadas n
%
%
n
%
n
%
n
años
< 25
30
1 3,3
10
33,3
12
40,1
7
23,3
25 - 34
85
0
0
44
51,8
29
34,1
12
14,1
35 - 44
52
1 1,9
28
53,8
12
23,1
11
21,2
45 - 54
41
0
0
27
65,8
8
19,6
6
14,6
55 - 64
12
0
0
8
66,6
3
25,1
1
8,3
>65
7
0
0
4
57,1
2
28,6
1
14,3
Total
227
2 0,9 121 53,3
66
29,1
38
16,7
*Dentro de límites normales.**Cambios reactivos inespecíficos. ***Células
epiteliales anormales.
CRI fue el diagnóstico más frecuente en todos los grupos de edad, observándose
la mayor prevalencia entre 45 y 64 años (p<0,01). La prevalencia de infecciones fue
mayor en las mujeres menores de 25 años (p<0,07). Entre las infecciones predominó
la etiología bacteriana (59%), seguida en orden de frecuencia por: Cándida Sp. (23%),
infecciones mixtas (15%) y Tricomonas (3%). Las diferencias observadas en la
prevalencia de CEA por grupos de edad, no fueron estadísticamente significativas
(tabla 6).
Tabla 7. Prevalencia de citologías alteradas por tipo de alteración y grupos de
edad. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes 2007 - 2008
Edad
Total
Evaluadas
Diagnóstico Citológico
cxi
cxii
NEGATIV
AS
ASCUS**
LEIBG***
LEIAG****
N
%
n
%
n
%
n
%
< 25
30
23
76,7
5
16,7
2
6,6
0
0
25 - 34
85
73
85,9
11
12,9
1
1,2
0
0
35 - 44
52
41
78,9
9
17,3
2
3,8
0
0
45 - 54
41
35
85,4
4
9,8
1
2,4
1
2,4
55 - 64
12
11
91,6
1
8,4
0
0
0
0
>65
7
6
85,7
1
14,2
0
0
0
0
Total
%
227
189
83,3
31
13,7
6
2,6
1
0,4
(81)*
(16)*
(3)*
*Porcentajes calculados sobre el total de casos con algún grado de atipia. **Atipias
en células escamosas de significado indeterminado. ***Lesión escamosa intraepitelial
de bajo grado.****Lesión escamosa intraepitelial de alto grado.
La alteración citológica más frecuente fue ASCUS, con prevalencia de 14% en el
total de las citologías evaluadas, siendo discretamente mayor en las mujeres menores
de 44 años. Le siguen en orden de frecuencia LEIBG, con mayor prevalencia en el
grupo de menores de 25 años y LEIAG con mayor prevalencia en el grupo de 45 a 54
años. No se observaron alteraciones en células epiteliales glandulares ni casos de
cáncer invasor. Las diferencias observadas no fueron estadísticamente significativas
(tabla 7).
Tabla 8. Diagnóstico ADN-VPH por PCR en mujeres asintomáticas sexualmente
activas. Municipio Lima Blanco. Estado Cojedes 2007 – 2008.
cxii
cxiii
Diagnóstico-ADN – VPH
n
%
Positivo
57
27
Negativo
153
73
Total
210
100
La toma de la muestra para diagnóstico molecular de VPH fue diferida en 8
mujeres, por sangramiento del cuello después de la toma de la muestra para
diagnóstico citológico. De las 219 muestras obtenidas para diagnóstico molecular, 4%
(9/219) resultaron insuficientes para diagnóstico. De las 210 muestras evaluables,
27% (57/210) resultaron positivas para ADN de VPH (tabla 8).
En 25 casos (43,8%) encontramos un solo tipo de virus; en 21 casos (36,8%) más
de un tipo de virus y en 11 casos (19%) el genotipo presente no pudo ser identificado
por MULTIPLEX (tipo indeterminado= tipo X) (tabla 9).
Los genotipos identificados con más frecuencia fueron VPH-BR 80,7% (46/57), en
infecciones únicas 52,3% (24/46) o duales 45,6% (21/46). Distribuidos en el siguiente
orden: tipo 6 (28%), tipo 6+11 (26%) y tipo 11 (14%) (tabla 9).
La prevalencia de VPH-AR fue 12,2% (7/57); identificándose fundamentalmente
en coinfecciones 85,7% (6/7). El genotipo AR predominante fue 18, en infección
única 14,3% (1/7), seguido en orden de frecuencia por los genotipos 16 y 33 en
coinfecciones BR+AR y BR+AR+AR (tabla 9).
Seroprevalencia de otras ITS
cxiii
cxiv
En 207 muestras de suero se investigaron otras ITS, tales como: Virus Herpes
Simple (HSV-IgM), Sífilis (VDRL), Hepatitis B (HB-CORE, HBsAG), Hepatitis C
(HCV), Virus Inmunodeficiencia Humana (HIV) y Chlamydia trachomatis (IgG e
IgM), resultando reactivas 8% (17/207): 76% (13/17) para Chlamydia IgG; 18%
(3/17) para HSV-IgM; 6% (1de cada una/17) para HCV y Chlamydia IgM. La seroprevalencia de IgG Chlamydia fue 6,2%(13/207); HSV-IgM 1,4% (3/207) e IgM
Chlamydia y HCV 0,48% (1/207).
Aproximación a la Percepción del Problema por la Comunidad
El siguiente relato, representa nuestra interpretación de lo vivido en la
búsqueda de conocimiento contextualizado acerca del tema en estudio. Es importante
dejar claro que los integrantes del equipo de investigación no teníamos experiencia
previa en otra forma de abordaje de la realidad, que no fuera el empírico analítico. No
obstante, el estudio reflexivo y la confrontación de los diferentes estilos de
pensamiento e investigación, enriquecidos mediante lecturas e intercambios con
profesionales de diversas ramas, amigos, familiares y docentes pertenecientes o no al
equipo de investigación, nos animaron a explorar otras alternativas; ubicándonos en
ésta comunidad que representó nuestro centro de producción de conocimiento, donde
se desarrollaron múltiples acontecimientos simultáneamente, no siendo posible
controlar todas las variables (lo cual no fue la intención del equipo de investigación);
conscientes de que en ese ambiente, nosotras observábamos y éramos observadas y de
la interrelación establecida, emergieron los acontecimientos, donde se solaparon
momentos fenomenológicos, critico-dialecticos y complejo-dialógicos, entretejidos
cxiv
cxv
en los intersticios empírico-analíticos en desarrollo.
En una dinámica flexible, manejando la incertidumbre, respetando las diferencias,
atentas a los cambios del entorno, aprovechando las oportunidades y controlando o
solventando los reveses emergentes, hoy podemos relatar lo vivido, sin pretender
irrespetar a ningún experto en las diversas ramas del saber y/o estilos de abordaje, con
esta presentación, de una vivencia tan compleja, en la que nos hemos esforzado por
acoplarnos a los principios de claridad, apego a la verdad y no maleficencia.
Durante el desarrollo de esta investigación nos vimos involucrados en una
dinámica social compleja, condicionada por las relaciones que se establecieron entre
los diferentes actores: equipo de investigación, equipo de salud local y las mujeres
que participaron, en el abordaje de este tema con gran carga simbólica-emocional.
La información que se manejó en los encuentros con los diferentes grupos de la
comunidad, generó diversas reacciones a través de las que percibimos una dialógica
muy interesante, aunque presagiaba dificultad para el desarrollo del proyecto tal
como inicialmente se había planificado:
Personal de salud, maestros comunitarios y educadores en general
Todos demostraron interés por el tema, participando con preguntas acerca de las
manifestaciones clínicas, mecanismo de transmisión, prevención y posibilidades de
tratamiento. Después de intercambiar información, reconocieron que la infección por
VPH podía representar un problema de salud en esta comunidad, “porque si bien no
se conocían casos… probablemente era porque no se había investigado”.
cxv
cxvi
Percibimos rivalidades entre el personal de salud de los dos ambulatorios locales,
no obstante en todo momento mostraron disposición a colaborar en el desarrollo del
proyecto y se incorporaron con entusiasmo a la acción.
Amas de casa y representantes de los consejos comunales
Con actitud tímida,… risitas… miradas incrédulas y silencio, nos transmitían una
resistencia solapada a participar, demostrada posteriormente con rechazo abierto por
parte de algunas mujeres a quienes les disgustó ver su nombre en el listado realizado,
declarando desacuerdo con la idea de participar en ese tipo de sorteo. Los
comentarios adicionales nos iban develando las posibles causas de esa actitud, los
contenidos más importantes giraron alrededor de las siguientes categorías:
1.- Desconocimiento…“¿cómo es que si una no siente nada… tiene que ir al
médico?” (Una mujer, ama de casa).
2.- Insatisfacción con el servicio de salud…“a las mujeres de aquí no les gusta
hacerse la citología… y mucho menos si es en el ambulatorio”… (Un representante
de consejo comunal).
3.- Miedo a la estigmatización… “la que hable con esa Dra… es porque tiene
VPH” (Una representante de consejo comunal).
4.- Salud politizada… (en actitud de secreto), ante la inasistencia a las dos
convocatorias para el sorteo de las elegibles: “… en algunas casas nos corren porque
creen que somos políticos… buscando votos….” (Un promotor de salud).
cxvi
cxvii
5.- Vergüenza… (en actitud de secreto) “…Nosotros conocemos mujeres
macaperas que han muerto por cáncer de cuello uterino, lo que pasa es que… a las
familias les da pena será… decir que su familiar murió por cáncer de cuello uterino…
les da pena… yo no sé porqué pues… por eso la gente no ve la importancia de este
estudio…”. “…Hay una muerte reciente de una mujer muy joven… por cáncer de
cuello uterino… fue algo violento… no duró nadita después del diagnóstico, por eso
estamos dispuestos a visitar de nuevo casa por casa con tal de que este proyecto no se
vaya de Macapo…”. (Un promotor de salud y una representante de consejo comunal).
(Considero que este compromiso fue fundamental para lo que sucedió después).
Investigadora responsable y su equipo de trabajo, inmersas en la realidad
caotizada por las diversas circunstancias, nos preocupaba
la validez… la
confiabilidad… la credibilidad y sobre todo la factibilidad de llevar a cabo el estudio.
Era necesario superar los prejuicios y flexibilizar la acción o retirarse. En equipo se
optó por la primera opción.
La flexibilización en la técnica de muestreo, aceptando la participación voluntaria,
sin sorteo y la interpretación de los acontecimientos mediante una mirada desde el
pensamiento complejo, la sociofísica y la teoría de redes, nos permitió observar la
conformación de una red social compleja (69,87-89), una vez que se iniciaron las
actividades de desarrollo del proyecto, donde las mujeres auto-organizaron su
participación,
emergiendo
progresivamente
un
comportamiento
global
con
características distintas a los comportamientos individuales iniciales de rechazo,
siendo la estrategia de captación más efectiva el contacto directo con cada una de
cxvii
cxviii
ellas (ver figura 21). En la construcción de esta red, cada uno de los colaboradores en
la promoción del proyecto y/o atención de las participantes funcionamos como un
“nodo” o “conector inicial”, al que se enlazaron las mujeres más allegadas, por lazos
familiares o de amistad (figura 21).
La perseverancia, el diálogo y la introducción de los incentivos mencionados en el
capítulo anterior, funcionaron como “atractores” (102) que estabilizaban a este
grupo social y favorecían el crecimiento de la red, conquistando a nuevas
participantes, cada una de las cuales atrajo a una amiga, vecina o familiar,
observándose algunos días fenómenos de agregación “en rebaño” (89), llegando
pequeños grupos de mujeres conducidas por una líder que se había enterado de la
actividad, y de “pequeño mundo” (69,87-89) con la llegada de mujeres de sectores
periféricos a la comunidad en estudio (figura 21).
Durante nuestra permanencia en la comunidad bien durante las consultas, visitas
domiciliarias y/o las entrevistas percibimos elementos “perturbadores” (102) que
desestabilizaban el grupo social, limitando su participación, barreras relacionadas con
las personas, el servicio sanitario, el contexto histórico social y el mismo equipo de
investigación, tales como: 1) Rechazo de las mujeres a la participación en una acción
que lleva implícita la probabilidad de un diagnóstico con una gran carga simbólica
emocional, por tratarse de una infección de transmisión sexual relacionada con
cáncer. 2) Preferencia y/o rechazo por un médico particular. 3) Desconfianza hacia el
equipo de salud del ambulatorio fundamentalmente en relación a la confidencialidad
y tiempo de entrega de los resultados de los estudios realizados. Pudimos constatar
cxviii
cxix
dificultades para el traslado de las muestras de citologías, desde la localidad hasta el
laboratorio central, tales como falta de vehículo, escasez de personal de apoyo y que
los resultados de las citologías eran entregados en un folio abierto que cualquiera
podía leer antes de llegar a las pacientes. 4) Inasistencia y/o retraso en la llegada a la
consulta por parte del médico especialista, con relativa frecuencia, por tener que
atender emergencias fuera del área. 5) La inasistencia por la oferta de alimentos más
económicos a través de la red de distribución denominada “Mercal” como única
fuente de alimentos básicos tales como pollo, leche y azúcar, que representa un
beneficio para la población, cuya instalación coincidió, en ocasiones con nuestra
visita a la comunidad. 6) Condiciones climáticas inesperadas como la lluvia que
dificultaba el traslado de las mujeres hacia el ambulatorio. 7) Fallas en la energía
eléctrica que impidió la atención de las participantes en cinco oportunidades durante
el período de estudio. 8) Resistencia por parte del equipo de investigación a
incorporar mujeres procedentes de sectores no incluidos en la planificación inicial del
estudio (figura 21).
La transcripción de algunas notas de campo tomadas por la auxiliar del
laboratorio de anatomía patológica, durante el desarrollo de las actividades,
reforzó algunas de las observaciones previas e introdujo elementos perturbadores y
atractores adicionales:
…Algunas mujeres experimentaron mucha ansiedad a pesar de haber acudido a la
institución para ser evaluadas; después de haberse registrado para participar en este
cxix
cxx
estudio, dos mujeres se retiraron de la sala de espera, expresando: “siento miedo,
mejor me voy” y “me da miedo a que me salga algo malo en esos exámenes”.
“En la sala de espera… la mayoría de las mujeres permanecen calladas… solo
hablan las que se sienten en confianza con las otras, sobre todo las que andaban con
familiares…”
“Las que están afuera de los consultorios están pendiente de lo que pasaba
adentro… y mucho más cuando no conocían al que estaba en la toma de la muestra.”
Las mujeres le preguntan: “¿Quién hace la citología?”... o… “¿Quién hará la
citología?”… “¿De dónde vienen?”… “¿Quién está con la doctora cuando hace la
citología?”. Le advierten: “¡Que no pase ninguna persona a la hora de tomarse la
muestra!”. Preguntan a las primeras mujeres atendidas… cuando van saliendo:
“¿Qué examinan?”… “¿Qué tal el médico?”… “¿Qué se siente?”… “¿Molesta?”…
“¿Y esa entrevista tan larga…que pregunta?”.
Las mujeres comentan
“¡Que calidad esa doctora, fue todo rápido, ni me molestó!”
“¡Yo participo porque son personas de fuera y son mujeres la mayoría!”
“¡Porque la citología la hace el Dr. Carolino me la hago, ese siempre fue mi
médico y hoy que está voy a aprovechar!”
“¡Yo participo porque la Dra. le entrega los exámenes a uno mismo!”
cxx
cxxi
“¡No me siento muy a gusto con ese Dr., o con que sean bachilleres…pero me la
voy hacer porque tengo tiempo que no me la hago y veo que son gente no conocida
de aquí!”
“¡Yo no le paro quien me la tome, lo importante es que me vean, y le hacen varias
cosas a uno, te examinan toda, hasta exámenes de sangre!”
“Si estás gorda… de acuerdo al peso… te hacen recomendaciones respecto a los
alimentos,…”
La entrega de los resultados
No todas las mujeres acuden espontáneamente a retirar sus resultados y las que
asisten revelan ansiedad y nerviosismo ante la expectativa de un resultado “positivo”.
Una de las situaciones más embarazosas de manejar fue el momento de entregar los
resultados de citologías alteradas, peor aún, una prueba molecular positiva,
y
especialmente difícil, cuando había discrepancia entre el diagnostico citológico y la
prueba molecular (citología negativa y prueba molecular positiva).
Las reacciones de las mujeres fueron de las más variadas… “¿y eso qué
significa?”... “¿entonces tengo cáncer?”... “¿y esos resultados son confiables?”…
“¿por qué yo… si en mi vida he tenido un solo hombre?”... “¿y desde cuando tengo
ese virus?”… “¿y cómo lo adquirí?”… “¿y eso tiene tratamiento?”... “no quiero que
nadie se entere” (algunas no deseaban comunicárselo ni a sus familiares allegadas con
las que andaban: hermanas y madre)… “¿cómo le explico a mi pareja?”…
Adicionalmente, la sospecha de infidelidad las hería mucho y era decepcionante para
cxxi
cxxii
ellas el poco apoyo que recibían de sus parejas, la ausencia de disposición por parte
de ellos, para realizarse una evaluación médica, siendo su respuesta más común “yo
no tengo nada”. Hasta el momento de escribir estas líneas solo tenemos conocimiento
de cinco mujeres que habían logrado llevar a sus maridos a la consulta con el
urólogo, a pesar de que a todas las que resultaron ADN-VPH positivas, se les entregó
la referencia respectiva.
La presentación a la comunidad de los resultados de 2 años de trabajo
Iniciando el año 2009, a petición de diversos sectores de la comunidad,
organizamos un encuentro sobre infecciones de transmisión sexual en el Ateneo de
Macapo, en el cual les presentamos los resultados de la investigación que forman
parte de esta tesis. Fue una oportunidad de reflexión para todos, equipo de
investigación, parte de las mujeres evaluadas que no se perdieron detalle de las
presentaciones, educadores, estudiantes de diverso nivel y el equipo de salud.
A partir de este momento se incorporaron nuevos actores a las actividades de
pesquisa y
las acciones subsiguientes del equipo de investigación han sido en
atención a las necesidades planteadas por representantes de diversos sectores
comunales. Así, durante el segundo trimestre del 2009, nos solicitaron y organizaron
la atención preferencial de las mujeres de los sectores periféricos de la parroquia
Macapo en sus propios ambulatorios. El personal de medicina simplificada de cada
ambulatorio, elaboró carteleras informativas con la historia natural de la infección por
VPH y el cáncer de cuello uterino. Logramos incorporar al equipo a una médica
cxxii
cxxiii
general de la localidad e introdujimos un incentivo educativo especialmente dirigido
a las mujeres, consistente en el obsequio a las participantes de una toalla de cara para
su uso personal, simbolizando la importancia del cuidado de sí misma y como
recordatorio de la pesquisa citológica. Con el apoyo logístico de la Alcaldía del
Municipio, La Casa de la Mujer, FUNDASALUD, MPPS y el CDCH-UC atendimos
en equipo 80 mujeres de las comunidades: Paradero, Jabillo, El Salto, Potrerito y El
Banco. Es de hacer notar que en el sector El Peñón, las mujeres no atendieron la
convocatoria; uno de los maridos que atendió a los promotores de la actividad les
informó que… “esa era la hora de atender la casa… de cocinar… y no de ir a tomarse
la citología…”
Para el 2010, nos trasladamos a la Parroquia La Aguadita, donde la aceptación de
la actividad fue masiva, incorporando 175 mujeres, las cuales mostraron mejor
disposición a la participación en este tipo de actividades, solicitando nuevas jornadas
para la atención de aquéllas que no pudieron asistir.
Simultáneamente, durante el 2008, 2009 y 2010, comunidades rurales
pertenecientes a otros Municipios del Sur y Oeste del Edo. Cojedes (Zanja de Lira y
El Amparo), han recibido el beneficio de esta investigación, formando equipo con
personal de FUNDACITE-COJEDES, en el marco de actividades de salud
relacionadas con las Redes Socialistas de Innovación Productiva (RSIP).
Finalmente, esta tesis incorpora una línea de investigación en el CIET-UC, con
múltiples interrogantes a resolver y hasta ahora tiene tres comunicaciones en
congresos nacionales galardonadas con el primer premio, tres publicaciones
cxxiii
cxxiv
nacionales, cuatro tesis de pregrado de estudiantes de Medicina aprobadas y una
comunidad inquieta intentando organizar de nuevo su programa preventivo, no
obstante se observa dependencia del equipo de investigación, probablemente como
consecuencia de limitaciones existentes en el propio sistema de salud local y regional
fundamentalmente relacionadas con escases de recursos humanos, insumos para toma
de muestras, transporte y una coordinación regional cambiante e inefectiva.
CAPÍTULO V
DISCUSIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el CaCu como el tumor con
mayores posibilidades de prevención (7). No obstante, la contextualización de este
problema en nuestro estudio, presenta una realidad en la que convergen múltiples
elementos, donde la interacción entre la perspectiva social y su entorno (local,
regional y nacional) refleja una crisis profunda, donde el CaCu sigue ocupando uno
de los primeros lugares entre las causas de mortalidad femenina en Venezuela, siendo
el Estado Cojedes uno de los más afectados por esta patología, con una tasa de
mortalidad específica de 16x100.000 para el año 2008, por encima de la tasa
promedio nacional calculada para ese mismo año en 12x100.000 (9-10).
Uno de los descubrimientos más importantes en la investigación etiológica del
cáncer en los últimos 25 años, ha sido la demostración de que el CaCu es una secuela
a largo plazo de una infección persistente por ciertos tipos de VPH (5,6,15,57), siendo
cxxiv
cxxv
el procedimiento más adecuado para diagnosticar infección por VPH, la detección de
ADN de VPH mediante pruebas moleculares que permiten detectar el genoma viral
(103-104) y la herramienta de pesquisa recomendada para el diagnóstico precoz de
las alteraciones citológicas que pudieran evolucionar a CaCu, la citología
ginecológica mediante la técnica de Pap (7,103,105).
De allí que, conocer la prevalencia y la incidencia de lesiones precursoras de CaCu
y de infección por tipos específicos de VPH, por edad, en diferentes contextos, es una
información necesaria para establecer nuevas estrategias de prevención secundaria y
primaria de CaCu (23).
En este estudio, 17% (38/227) de las mujeres evaluadas tuvo CEA en la citología,
frecuencia superior a la reportada en otros estudios de Venezuela: 5,3% en el
Municipio Lima Blanco, Estado Cojedes, durante el quinquenio 1999 – 2004, (95);
12% en los sectores centrales de la Parroquia Macapo Municipio Lima Blanco,
Estado Cojedes, durante el año 2007 (48); 12,4% en área urbana de la ciudad de
Barquisimeto, Estado Lara (106); 1,7% en una población indígena del Estado
Amazonas (49). Igualmente, en otras latitudes: Europa: 11,1%, Irlanda (107); 10,8%
en pacientes voluntarias del estudio poblacional de Gran Canarias – España (108), y
otras poblaciones latinoamericanas: 8,8% São Paulo, Campinas y Porto Alegre, Brasil
(109); 6% en un área urbana de Colombia (110); 3,6% Chile (111); 1,2% Uruguay
(112) y 0,6% en una región rural de Bolivia (113). Sin embargo, este porcentaje es
menor al obtenido por el mismo método y en el mismo laboratorio, en mujeres de
cxxv
cxxvi
otras comunidades rurales del Estado Cojedes: 30% de 37 mujeres evaluadas durante
el 2008 en Zanja de Lira Municipio Girardot, al Sur del Estado Cojedes (datos no
publicados) y de 178 mujeres evaluadas durante el 2010, en la Parroquia La Aguadita
Municipio Lima Blanco (114).
Estos contrastes pudieran ser explicados por diferencias en los grupos de edad
evaluados, discrepancias en la valoración subjetiva del personal de los diferentes
laboratorios, variabilidad en la exposición a factores de riesgo en los grupos
participantes en relación a conducta sexual, prevalencia de infección por diversos
genotipos de VPH y participación en los programas preventivos.
El mayor porcentaje de citologías alteradas, se observó en el grupo de mujeres
menores de 25 años, no obstante las diferencias observadas con respecto a los otros
grupos de edad, no alcanzaron significancia estadística. Las alteraciones celulares se
distribuyeron en el siguiente orden: ASCUS 81% (31/38), LEIBG 16% (6/38) y
LEIAG 3% (1/38); frecuencia similar a la reportada en el estudio de PopayánColombia (110) y en Gran Canarias (108); diferente a la de Barquisimeto con 22,2%
de ASCUS y 77,8% de LEIBG (106).
En coincidencia con la literatura mundial (7,11,30,33), se observó mayor
frecuencia de las alteraciones citológicas menores (ASCUS y LIEBG) en las mujeres
más jóvenes (menores de 45 años) mientras que las alteraciones mayores (LIEAG) se
observaron en el grupo de 45 a 54 años, sin embargo las diferencias observadas no
resultaron estadísticamente significativas, probablemente por el reducido número de
cxxvi
cxxvii
casos en algunas categorías.
Por otro lado, se evidenció un porcentaje elevado de mujeres con CRI en la
citología (53%), o procesos infecciosos de diversa etiología (29%), los cuales han
sido considerados condicionantes de alteración en la ecología vaginal (115-117) que
eventualmente pudieran favorecer la instalación y persistencia de infección por VPH;
siendo además indicio de deficiencia en la salud ginecológica de este grupo. Similares
hallazgos han sido reportados en otras poblaciones rurales de América Latina
(110,113).
La detección de ADN de VPH y sus genotipos mediante técnicas de PCR, presenta
gran variabilidad en la población general, según edad y situación geográfica, tal como
se ha puesto en evidencia en metanálisis de estudios publicados (11,68,77). Los
resultados indican una prevalencia global de ADN-VPH en el cuello uterino de
mujeres asintomáticas de 10,4%, con variación considerable por región. La
prevalencia es mayor en regiones menos desarrolladas (13,4% en promedio) que en
las regiones más desarrolladas (8,4% en promedio). La prevalencia más alta se
observó en mujeres africanas (22,1%), en particular África Oriental (31,6%); la
menor prevalencia se identificó al Sur-Este de Asia (6,2%), mientras que en América
fue 12,9% (11,68,77).
La prevalencia total de infección por VPH en el presente estudio fue 27%, sin
diferencia estadísticamente significativa entre las mujeres con citologías negativas
asociadas a CRI y condiciones infecciosas (26,7%) y mujeres con CEA (30,5%). De
cxxvii
cxxviii
acuerdo con los estudios mencionados (11,68,77) esta prevalencia es alta,
estadísticamente comparable con la observada en el metaanálisis de ocho estudios
publicados en el continente Africano (22,1%) y significativamente superior (p<0,001)
a la prevalencia promedio reportada para el continente Americano (12,9%). La
revisión de otros estudios poblacionales, corrobora la variación por continente y por
región de una misma área geográfica, observando similitud con la prevalencia
detectada en el primer estimado nacional de infección por VPH realizado en los
Estados Unidos de Norteamérica 26,8% (118); prevalencia menor a la reportada en
otras ciudades de países latinoamericanos como: Posadas-Argentina 61% (119), Rio
de Janeiro-Brasil 50,1% (120); Ushuaia-Argentina 41% (121), y Cauca-Colombia
36% (122); mientras que fue mayor que en otras regiones latinoamericanas como:
Concordia-Argentina 16,6% (123), México 14,4% (124), Chile 14% (111), áreas
urbanas de Colombia 10-15% (122), Guanacaste-Costa Rica 8,6% (125) y en Europa:
Irlanda 19,8% (107) y Gran Canarias 11,4% (108).
En todos los continentes (11,68,77) se ha reportado mayor prevalencia de
genotipos de AR, siendo el VPH 16 el genotipo más común, con una prevalencia
estimada de 2,6% en el mundo, variable en un rango de 3,5% en Norteamérica a 2,3%
en Europa; el segundo genotipo más frecuente en el mundo, Europa, Centro y Sur
América es el 18, con prevalencia menor a 1%. A diferencia de esos reportes, en este
estudio, se observó predominio de genotipos de BR 6 y 11 (68,4%) en infecciones
únicas (42%) o duales (26%), siendo tipo 6 el genotipo predominante; la prevalencia
cxxviii
cxxix
de genotipos de AR fue 12,2% y el tipo 18 fue el genotipo de AR predominante, en
infección única (1,7%) y en coinfección con genotipos BR y AR (8,7%); los tipos 16
y 33 se identificaron en coinfección BR y AR (1,7% cada uno).
Esencialmente podemos afirmar, que 36,8% (21/57) de los casos positivos
tienen más de un tipo de VPH, lo cual pudiera representar un factor predictivo de
riesgo para progresión de las alteraciones citológicas diagnosticadas, ya que esta
asociación se ha referido frecuentemente en CaCu, probablemente como
consecuencia de la acción sinérgica entre diferentes genotipos de VPH
(77,104,117).
Adicionalmente, en un porcentaje importante (19%) de los casos positivos, no
se pudo identificar el genotipo presente por la metodología empleada y estos
pueden pertenecer a cualquiera de los tipos VPH-AR o BR (conocidos o
desconocidos) con afinidad por el tracto genital, que no se encuentran en la prueba
utilizada.
Otros estudios han reportado variedad en la prevalencia de genotipos
indeterminados por diferentes metodologías, tanto de amplificación de ácidos
nucléicos como de amplificación de señal: 16,4% (104), 15,8% (126) 20% (103) y
30% (121), lo cual indica que los sistemas comerciales de detección de ADN de
VPH no incluyen todos los genotipos (77,103).
La distribución por edad de la infección por VPH y sus genotipos también ha sido
cxxix
cxxx
variable en regiones del mundo y aún en diferentes grupos de una misma área
geográfica (11,127-128). De acuerdo con las diferencias observadas en las curvas de
prevalencia de VPH específicas por edad, se han descrito tres perfiles o tendencias:
Declinación lineal, lineal plana y perfil no linear en U (128).
La prevalencia de ADN-VPH por continente y grupos de edad incluyendo tipos
AR y BR es alta (30%) en mujeres jóvenes (menores de 25 años) en todas las
regiones, declina en los grupos de edad media y se observa un segundo pico en la
prevalencia en mujeres de 35 a 44 años (en Norteamérica) o en grupos de 45 a 54
años (en Europa) (11,68,127-128). Este patrón no se observa en Asia donde la
prevalencia de ADN-VPH es baja en todos los grupos de edad y curva específica de
prevalencia disminuye progresivamente a medida que incrementa la edad y no se
observa este segundo incremento (68,128) y en Nigeria-África donde la prevalencia
es alta y similar en todos los grupos de edad (128). Las razones para este segundo
incremento no son claras, no obstante se han propuesto algunas explicaciones: 1)
Nuevas infecciones adquiridas debido a cambios en el comportamiento sexual,
contactos con nuevas parejas. 2) Reactivación de una infección latente debido a una
pérdida gradual de la inmunidad tipo-específica o pérdida de la inmunidad por
influencia hormonal. 3) Efecto de cohorte que traslada altas exposiciones a través de
la vida a generaciones mayores (11,127-129).
En nuestro estudio, detectamos un perfil no lineal con tres picos de prevalencia
incluyendo genotipos AR y BR: la mayor prevalencia en menores de 25 años
cxxx
cxxxi
(44,4%), declina entre 25-44 años para alcanzar un segundo pico en el grupo de 4554 años (40,5%), desciende entre 55-64 años y se eleva nuevamente en el grupo de
≥65 años (42,9%).
Los genotipos de BR en infecciones únicas o duales se observaron en todos los
grupos de edad, siendo los únicos detectados en mujeres mayores de 55 años. Ahora
bien, si consideramos solo los genotipos de AR, nuestro perfil de prevalencia es no
lineal en U, similar al descrito en Norteamérica considerando todos los genotipos: la
mayor prevalencia de ADN-VPH-AR en infecciones únicas y/o coinfecciones se
detectó en las mujeres menores de 25 años (25%); un segundo incremento en
coinfecciones entre 35 y 44 años (22,2%); desciende entre 45 y 54 años (13,3%) con
infecciones múltiples y coinfecciones; por encima de 55 años no se detectaron. Los
genotipos indeterminados tuvieron una prevalencia variable entre 16,6% y 20% en
todos los grupos de mujeres menores de 55 años, por encima de 55 años no fueron
detectados. Esto puede tener una aplicación importante en la planificación de
actividades preventivas, dirigidas a los grupos de mayor riesgo, tal vez retomando
actividades educativas permanentes como prevención primordial para todos los
grupos, introducción de la prevención primaria mediante vacunación en el grupo de
jóvenes y refuerzo de las actividades de prevención secundaria en las mujeres de
mayor edad, donde se esperan mayor número de lesiones precursoras de cáncer
invasor, como consecuencia de infecciones persistentes por VPH. No obstante estas
diferencias no resultaron estadísticamente significativas, probablemente por
cxxxi
cxxxii
subrepresentación de algunos grupos.
Consistente con nuestros datos, se han reportado discrepancias en relación con la
contribución relativa de la carga por tipos de VPH AR–BR en diferentes grupos, con
exceso significativo de tipos AR en mujeres menores de 35 años en algunos países
como Argentina y México (128), prevalencia constante de VPH-BR en todos los
grupos de edad (123) e incremento en la prevalencia de ADN VPH a expensa de los
tipos de BR, en los años de la peri-menopausia (11,111).
Diversos estudios han evaluado la asociación de la infección por VPH, tanto en
citologías normales como alteradas, fundamentalmente con genotipos de AR
(11,26,77,109), existiendo consenso en que está directamente relacionada con la
gravedad de la alteración citológica: 14,3% en citologías inflamatorias, 43% en
ASCUS, 63% en LEIBG, 78% en LEIAG y 100% en CaCu (109,127). Investigadores
venezolanos han reportado 70% y 45% de positividad para VPH-AR en LEI-BG/LEIAG corroboradas por biopsia y citologías normales respectivamente (26). En este
estudio, al relacionar infección por VPH con el diagnóstico citológico, observamos
que a excepción de las dos mujeres con citología DLN que resultaron negativas para
ADN de VPH, la prevalencia de infección por VPH es elevada en todas las categorías
de diagnóstico citológico: 26,7% en las mujeres con citologías negativas pero con
cambios reactivos o infecciosos y 30,5% en las mujeres con CEA, siendo mayor en
LIEAG (100%), seguido por: LIEBG (50%), citologías negativas con infecciones
asociadas (33,9%), ASCUS (24,1%) y citologías negativas con cambios reactivos
cxxxii
cxxxiii
(22,7%); no obstante estas diferencias no alcanzaron significancia estadística,
probablemente por el reducido número de casos en algunas categorías.
Igualmente observamos gran heterogeneidad entre el genotipo de VPH y el grado
de alteración citológica: seis casos VPH-BR en infección única o dual y uno VPH
indeterminado, se relacionaron con el diagnóstico citológico ASCUS; tres VPH-AR
tipo 18 en infección única o coinfección con LIEBG y uno VPH-BR en infección
dual, con LIEAG. Esta heterogeneidad también la han observado otros investigadores
(11,68,104).
Por otro lado, 80,7% de los casos ADN-VPH positivos, correspondieron a
pacientes con citologías negativas para malignidad y 19,2% a pacientes con CEA.
Adicionalmente, 69,4% (25/36) de las mujeres con CEA en la citología, resultaron
ADN-VPH negativas, tres casos con diagnóstico de LIE-BG y veintidós ASCUS.
VPH negativo en LEI-BG, utilizando la misma metodología, se ha reportado en
África (126) y en Costa Rica (131). Desviaciones de las prevalencias estimadas de
VPH para las lesiones cervicales se han explicado por variaciones en la calidad de los
especímenes testados y en la sensibilidad de la prueba de detección empleada; sin
embargo al evaluar la contribución relativa de cada tipo de VPH en mujeres positivas,
se considera que esta tiende a ser menos afectada por los problemas de sensibilidad
de las pruebas y sus variaciones pueden ser indicativas de diferencias reales alrededor
del mundo (11,34).
Una de las fortalezas de nuestro estudio es que todas las pruebas de detección de
cxxxiii
cxxxiv
ADN de VPH fueron realizadas en un laboratorio central de referencia utilizando una
prueba sensible y bien validada, sin embargo, hay que tomar en cuenta que la
variabilidad necesaria en el personal que realizó la toma de las muestras, pudo haber
influido en la calidad de los especímenes testados.
En este grupo es preocupante la heterogeneidad de los genotipos presentes en las
mujeres con lesiones citológicas menores, en especial las coinfecciones con VPH-AR
y más aun el predominio de VPH 18, dado que la infección persistente con VPH-AR
tiene valor predictivo positivo para el desarrollo y progresión de LIEBG a LIEAG y
CaCu (77,104,117,132); sin embargo como las pruebas ADN-VPH positivas no
permiten estar al tanto del tiempo de la infección y por tratarse éste de un estudio
transversal, no podemos conocer si la infección es incidente o prevalente. Por otro
lado, el genotipo 18 de VPH, aunque se elimina más rápido que la infección por
genotipo 16, se sospecha que induce más rápido la transformación maligna en
comparación con el 16 (132) y es asociado con la variedad glandular del CaCu, la
cual tiene peor pronóstico, probablemente relacionado con la dificultad del
diagnóstico precoz en virtud de su ubicación más profunda en el canal cervical (1112).
Estos hallazgos, junto a la alta tasa de mortalidad específica por CaCu registrada
en este municipio durante el año 2006, nos revelan un problema de gran magnitud,
hasta ahora desconocido en esta comunidad, y nos preguntamos si el reducido número
de casos con infección por virus de AR y con LIEAG hasta ahora detectados, se debe
cxxxiv
cxxxv
a que no han participado justamente las mujeres de mayor riesgo, puesto que se
conoce que entre 30% y 70% de las mujeres con CaCu, no se han realizado nunca
citología (28,133).
La misma interrogante se nos presentó durante el análisis de los resultados del
primer año del estudio, donde se incluyeron solo mujeres procedentes de los sectores
centrales de la Parroquia Macapo, detectando un porcentaje relativamente alto de
infección por VPH, con predominio de genotipos de BR, en concordancia con el
diagnóstico de alteraciones citológicas menores: ASCUS y LIEBG (48), por lo que se
aceptaron mujeres procedentes de otros sectores del mismo municipio durante el
segundo año del estudio, duplicando así el número de participantes, observando
aumento en el porcentaje de citologías alteradas de 12% (48) a 17%, se mantuvo la
prevalencia de ADN de VPH en 27%, pero aumentó la contribución de los genotipos
de AR de 15% (48) a 21%. Sin embargo estas diferencias deben tomarse con cautela
porque
no
resultaron
estadísticamente
significativas,
probablemente
por
representación desigual de los grupos de mujeres procedentes de diferentes sectores.
Adicionalmente nuestros resultados también revelan en esta población,
características que han sido previamente descritas en la literatura como factores
exógenos, determinantes o condicionantes de persistencia de la infección por VPH y
el desarrollo de lesiones precursoras de CaCu (14,37,47,51,58,59,61,62,65,93), tales
como: Nivel socioeconómico bajo, 89% de la mujeres evaluadas viven en situación
de pobreza; bajo nivel educativo, solo 24% han realizado estudios completos de
cxxxv
cxxxvi
secundaria; 94% utiliza o ha utilizado anticoncepción hormonal; 46% no han
utilizado nunca el preservativo masculino, porque “no le gusta a su pareja”; 51%
iniciaron precozmente las relaciones sexuales; 78% son multíparas y 45% no
participan regularmente en el programa preventivo. Sin embargo, la relación entre
estos factores y la frecuencia de infección por VPH en este grupo no siempre fue
consistente con estudios previos.
Educación, ocupación e ingreso son variables utilizadas en salud pública en la
identificación de grupos de alto riesgo para diversas patologías. Evidencias
epidemiológicas han considerado al cáncer cervical como una enfermedad de la
pobreza (8,134) siendo la tasa de incidencia y mortalidad por esta patología más alta
en las poblaciones de menor nivel socioeconómico (8). En acuerdo con otros autores
(134) observamos porcentajes de infección más elevados en las mujeres de menor
nivel socioeconómico (38,7%) y menor nivel educativo (31,4%). Siendo estas
diferencias estadísticamente significativas en relación con el estrato socioeconómico
(p<0,92) y no alcanzó significancia estadística en relación con el nivel educativo.
Dado que la principal ruta de infección por VPH son las relaciones sexuales, en las
últimas décadas se han incrementado los esfuerzos por conocer y comprender las
variaciones geográficas y culturales en los patrones de comportamiento sexual de
mujeres y hombres, que condicionan diferencias en las tasas de incidencia y
prevalencia de la infección por VPH y el CaCu (11,67-68).
Estudios de corte transversal han reportado que el debut sexual temprano es un
cxxxvi
cxxxvii
factor de riesgo que condiciona la prevalencia de infección por VPH, sin embargo la
razón para esta relación no está clara (11,68). Similar al informe de patrón global de
conducta sexual con datos de cincuenta y nueve países (67), en el grupo evaluado
nosotros observamos la edad del debut sexual en los años de la adolescencia tardía,
siendo la edad promedio 17,7 años, la edad menor 11 años y la mayor 30 años, sin
diferencias estadísticamente significativas con la edad de sus parejas masculinas que
en promedio fue 23 años, la edad menor 15 años y la mayor 41 años. La prevalencia
de infección por VPH fue similar en ambos grupos no alcanzando significancia
estadística las diferencias observadas según la edad del debut sexual y la edad de sus
parejas. Algunos investigadores opinan que el inicio precoz de las relaciones
sexuales, más bien representa un marcador para otras conductas sexuales de riesgo
(68).
Se ha establecido que el número de parejas juega un papel determinante en el
patrón de adquisición y la dinámica de la transmisión de las ITS, existiendo una
fuerte relación entre el número de nuevos y recientes compañeros sexuales y la
probabilidad de detectar ADN de VPH en muestras provenientes del tracto genital
femenino (68,103,135).
La mayoría de las mujeres que participaron en este estudio (52%), refirieron 2 o
más parejas sexuales en toda su vida. Sin embargo 100% informaron que durante el
último año habían tenido una sola pareja o no habían tenido relaciones sexuales. Al
relacionar esta variable con la prevalencia de ADN de VPH nuestros resultados son
cxxxvii
cxxxviii
paradójicos pues observamos mayor prevalencia de infección en las mujeres con una
sola pareja con diferencias estadísticamente significativas (p<0,05) con respecto al
grupo de mujeres con dos a tres parejas, y prevalencia similar de infección entre el
grupo con una pareja y el grupo con cuatro o más parejas; sin embargo estas
diferencias o similitudes deben verse con cautela porque el grupo de mujeres con
cuatro o más parejas es muy pequeño (menor de 30 individuos) y esto limita las
posibilidades de establecer asociaciones estadísticamente significativas. Igualmente
resultó paradójico para nosotros observar mayor prevalencia de ADN de VPH en
mujeres con una relación de pareja estable (casada o unida) aunque las diferencias
observadas no alcanzaran significancia estadística. Estas paradojas pudieran ser
atribuidas al comportamiento sexual de sus parejas y/o falta de sinceridad en las
respuestas de las participantes. Desafortunadamente en nuestro estudio no se cuenta
con información relacionada con el comportamiento sexual masculino ya que
diversos estudios han comunicado que las características de los compañeros sexuales
masculinos son críticas para la adquisición de VPH por las mujeres y que la vida
conyugal no es garantía de sexo seguro (11,67-68).
Adicionalmente, por las características generales del grupo evaluado en relación a
estrato socioeconómico, ocupación, religión y la información de que el 100% de las
participantes durante el último año habían tenido una sola pareja o no habían tenido
relaciones sexuales; 11% (24/224) reconocieron que sus parejas eran promiscuos y el
hecho de que la mayoría de las mujeres ve como “normal” que su pareja pueda tener
cxxxviii
cxxxix
otras parejas…“aventuras”… pero “mientras sea de la puerta de la casa para
afuera…” “mientras cumpla en la casa…”, pudiéramos pensar que el patrón de
comportamiento sexual en esta población corresponde al “patrón B”, donde se espera
monogamia por parte de las mujeres y se acepta que los hombres puedan tener otras
parejas (65,66). Por otra parte, la investigación de las redes sexuales ha sustentado
que la monogamia sucesiva podría condicionar un tipo de red suficiente para
favorecer la propagación del VPH, por tratarse de una ITS con un largo periodo de
infección (11,68).
Es discutido si la presencia de otras ITS representa simplemente un marcador de
exposición a VPH o actúan como verdaderos cofactores que incrementan la
susceptibilidad o infectividad mediante alteración del microambiente vaginal por
microabraciones e inflamación, o favorecen la persistencia a través de mecanismos
inmunológicos (59,60,68). En este estudio la prevalencia de ADN de VPH fue similar
en el grupo de mujeres con antecedentes positivos o negativos para otras ITS; sin
embargo la prevalencia de genotipos de AR e indeterminados fue mayor en el grupo
con antecedentes positivos para ITS, aunque las diferencias no resultaron
estadísticamente significativas.
Adicionalmente nosotros consideramos la seroprevalencia como marcador de
exposición a otras ITS, en 207 participantes. En relación con los escasos reportes
mundiales disponibles (136-141), observamos seroprevalencia baja para diferentes
ITS en las mujeres evaluadas: Chlamydia (IgG-IgM) en 6,7% (14/207); 1,4%(3/207)
cxxxix
cxl
HSV-IgM y 0,4%(1/207) HCV. No detectamos casos de VIH, sífilis y hepatitis B.
Solo en 5,2% (3/57) de las mujeres ADN-VPH positivas, se observó seropositividad
para otras ITS: 100%(3/3) para Chlamydia trachomatis (2 para IgG y 1 para IgM).
El trauma cervical producido por los partos vaginales se ha documentado como
cofactor que pudiera modular la persistencia y progresión desde infección por VPH a
lesiones intraepiteliales de bajo y alto grado así como cáncer invasor
(58,116,131,135). En este estudio se observó mayor prevalencia de ADN de VPH en
el grupo de mujeres con 4 o más partos, sin embargo las diferencias no fueron
estadísticamente significativas con respecto a los grupos de mujeres con tres o más
partos y nulíparas.
En cuanto a los factores hormonales exógenos, en particular la anticoncepción
hormonal, es un tema controversial; mientras algunos autores establecen que el uso
prolongado de anticonceptivos hormonales es un cofactor del VPH que incrementa el
riesgo de padecer CaCu (14,58,116,135), otros han reportado lo contrario (132) y hay
quien argumenta que no hay estudios epidemiológicos concluyentes al respecto, pues
la mayoría de ellos no han controlado otras variables de confusión tales como el no
uso de métodos de barrera y mayor número de parejas sexuales en la usuarias de
anticoncepción hormonal (103,117).
En este estudio, las mujeres que toman o han tomado anticonceptivos orales
tuvieron menor prevalencia de infección por VPH (p<0,05), probablemente debido a
que los reciben gratuitamente en los ambulatorios y esto motiva la asistencia a las
cxl
cxli
consultas preventivas. Sin embargo las diferencias observadas en la prevalencia de
infección por VPH en las usuarias de inyección hormonal no alcanzaron significancia
estadística.
El uso de métodos de barrera y en especial el preservativo masculino se ha
considerado un eslabón importante en la prevención del VPH y otras ITS (103),
igualmente se ha reportado asociación estadísticamente significativa entre el uso
regular de condón y un incremento importante en la tasa de resolución de la infección
por VPH de BR (62) y de AR (117); sin embargo otros autores consideran que es una
barrera inefectiva contra la infección por VPH puesto que la misma puede ser
transmitida a través del contacto con áreas genitales no protegidas (68). En este
estudio se observaron diferencias estadísticamente significativas entre la prevalencia
de infección por VPH y el uso de condón, siendo menor la presencia de infección por
VPH en el grupo que afirmó usar o haberlo usado (p<0,014). Sin embargo como la
pregunta fue “usa o ha usado”, no representa garantía de uso regular, por lo que es
lógico asumir que algunas personas se infectaron aún usándolo.
En cuanto al uso de dispositivo intrauterino (DIU) hay estudios que reportan
incremento del riesgo de infección por VPH (142). En nuestro estudio no se
observaron diferencias estadísticamente significativas en la infección por VPH
relacionadas con el uso del DIU.
Hay evidencia de que fumar incrementa el riesgo de presentar cáncer cervical
(58,116,143), siendo considerado el tabaco como el único factor de riesgo
cxli
cxlii
independiente asociado significativamente con esta patología (103), sin embargo la
interacción entre el consumo de tabaco con el ciclo vital del VPH es poco conocida
(135) y no está claro el efecto del tabaco en la adquisición del VPH (68) y su
asociación con persistencia (117).
En el grupo de mujeres evaluadas en este estudio no se observaron diferencias
estadísticamente significativas en la prevalencia de infección por VPH relacionada
con el hábito de fumar. Asimismo no observamos diferencias significativas
relacionadas con el consumo de café y bebidas alcohólicas, hábitos no mencionados
en la literatura consultada en relación con VPH y CaCu.
Estudios epidemiológicos han asociado la obesidad con diversos tipos de cáncer
incluyendo CaCu (144-146). Un estudio reciente referido por (146) evidenció que la
obesidad duplica el riesgo de adenocarcinoma de cérvix, no así el carcinoma de
células escamosas. Observando también que las mujeres obesas tienden a consultar
con menos frecuencia a los controles ginecológicos; en este sentido, se examinó la
asociación entre obesidad y la prevalencia de varios factores de riesgo para CaCu en
las participantes de National Health and Nutrition Examination Study durante 19992004 en un centro de atención médica en Boston Massachusetts USA, ese estudio
encontró que la prevalencia de VPH no varía según el índice de masa corporal (146).
En nuestro estudio identificamos un porcentaje elevado de mujeres con sobrepeso
o algún grado de obesidad 62% (133/215), y la prevalencia de ADN-VPH fue elevada
en todos los grupos, sin diferencias estadísticamente significativas relacionadas con el
cxlii
cxliii
índice de masa corporal, contrastando con lo informado por nosotros en el primer
grupo evaluado durante el 2007, donde el mayor porcentaje de infección por VPH,
correspondió al grupo de mujeres con sobrepeso o algún grado de obesidad (101).
Considerando que entre los potenciales mecanismos biológicos propuestos
para la relación entre obesidad y cáncer, se incluye el incremento de los niveles
hormonales endógenos (esteroides sexuales, y factores de crecimiento entre otros)
(144), y es conocido que el genoma del VPH contiene un segmento de
reconocimiento hormonal que ha sido considerado importante en su interacción con
hormonas exógenas (147), éste representa un tema interesante de profundizar en
investigaciones futuras en esta comunidad, no sólo en relación a la patología que
actualmente nos ocupa, sino en relación al riesgo a desarrollar enfermedades crónicas
degenerativas, no menos importantes (98,101).
Las limitaciones para acceder a los programas de prevención secundaria mediante
tamizaje citológico se han asociado al incremento de la incidencia y mortalidad por
CaCu en los países en desarrollo (8,28,133,143,146). Estas limitaciones se han
relacionado fundamentalmente con cobertura, calidad de servicio, y seguimiento
(148-152).
En estudios realizados para conocer las razones por las cuales las mujeres no
demandan los servicios de detección precoz de CaCu, se han establecido tres tipos de
barreras: Información, puesto que la falta de conocimiento se constituye en uno de los
primeros obstáculos para no solicitar los servicios; psicológicas como vergüenza,
cxliii
cxliv
temor al procedimiento y/o temor a los resultados y socioculturales donde la
influencia familiar y/o del entorno impiden acudir en busca de atención médica, sobre
todo si se sienten saludables (152,153).
En este contexto, nosotros identificamos varios elementos que pudieran estar
asociados con reducida eficiencia y efectividad del programa de pesquisa en la zona,
igualmente interesantes de profundizar en investigaciones futuras:
La cobertura promedio informada en los últimos registros disponibles del
programa de prevención de CaCu en el Municipio Lima Blanco (periodo 1999 2004) es de 28% (95). De la información obtenida en la presente investigación, se
puede deducir que 45% de las mujeres evaluadas no participan regularmente en el
programa preventivo, pues 34% señalaron un período mayor a tres años de la última
citología y 11% no la habían realizado nunca. Nos llama la atención que precisamente
en este grupo de mujeres, observamos mayor prevalencia de ADN-VPH, aunque las
diferencias no alcanzaron significancia estadística.
Por otro lado evidenciamos, que la mayoría de las mujeres evaluadas (89%)
afirmaron haberse practicado alguna vez en su vida por lo menos una citología, de las
cuales, cerca de la mitad (42%) había utilizado un servicio privado, a pesar de sus
recursos económicos limitados; esto pudiera estar iluminando alguna insatisfacción
con el servicio que se les ofrece en el ambulatorio de la localidad.
Esta opinión concuerda con los resultados de un estudio cualitativo realizado por
cxliv
cxlv
estudiantes de medicina a finales del año 2007 en esta comunidad (153) y coincide
con el contenido de los comentarios de las amas de casa y los representantes de los
consejos comunales durante los encuentros iniciales de planificación del estudio; los
de las mujeres en las sala de espera, registrados por la auxiliar del laboratorio de
anatomía patológica y el motivo de participación relatado por una de las mujeres,
quien confesó, después de ser atendida, que tenía una citología alterada, realizada en
el ambulatorio hace tres años, pero ella no creía ese resultado, primero porque no
sentía nada y además “no tengo confianza en esa gente del ambulatorio” y
lamentablemente no había tenido dinero para pagar una consulta privada. Esta mujer
resultó ser portadora de una LEIAG, que se corroboró con biopsia y fue tratada
oportuna y exitosamente. Éste ejemplo ilustra además que el seguimiento de las
mujeres con alteraciones en la citología no es adecuado, y corrobora los resultados de
otro estudio previo en el municipio, donde se refiere el seguimiento de los casos con
citologías alteradas en 5,5% para ASCUS, 25% para LIEAG y 40% para LIEBG (95).
Adicionalmente, las experiencias subjetivas de las personas que participaron
en el estudio, ilustradas a través de los aspectos cualitativos previamente narrados,
nos develan barreras de información, psicológicas y socioculturales que coinciden
con investigaciones previas (147-153) y refuerzan nuestros resultados cuantitativos
relacionados con los escasos conocimientos manejados por las participantes sobre
ITS, salud sexual y reproductiva, traduciendo falta de información, escasa
concientización en relación a conductas preventivas e insatisfacción con los servicios
cxlv
cxlvi
de salud. De donde emergen aspectos muy importantes a profundizar en
investigaciones futuras.
De nuestro trabajo sobre el terreno, aprendimos que el contacto de cada uno de los
integrantes del equipo con las personas es importante para modificar las conductas o
actitudes, sobre todo si se sienten respetadas, escuchadas y tomadas en cuenta. Ésta
experiencia debe ser transferida a quienes conciben, gestionan y ejecutan el programa
preventivo, involucrando a los líderes comunitarios, mediante un programa de
capacitación, para favorecer la participación de los grupos de mujeres con mayor
riesgo, que en la actualidad no asisten a las consultas preventivas y muy
probablemente tampoco se han incorporado a este grupo de estudio.
En este mismo orden de ideas, si reflexionamos la fascinante historia de
interrelación que nos presenta la nueva ciencia de las redes (69,88,89) y las leyes que
rigen el funcionamiento de las redes complejas, consideradas como “sistemas que se
encuentran entre el orden y el caos, entre el azar y el destino”, que crecen
constantemente mediante enlaces preferenciales, por lo que están dominadas por una
pequeña cantidad de “nodos” muy conectados, donde “pocos se quedan con casi todo
y los ricos se hacen cada vez más ricos”, podemos aproximarnos a la comprensión de
lo ocurrido en esta comunidad en relación a la participación de las mujeres que viven
más cerca del centro de salud, las más conectadas, por lazos familiares o de amistad
con el personal de salud y/o con los integrantes del equipo de investigación. Sin
embargo, no explica la baja participación de las mujeres de mayor edad, justo cuando
cxlvi
cxlvii
comienza a incrementarse el riesgo de padecer lesiones con alta probabilidad de
progresión a CaCu.
Pudiéramos pensar, que por encima de los 35 años de edad, la mayoría de ellas ha
completado su paridad, probablemente ha conseguido practicarse una esterilización
quirúrgica y pierden el contacto con los servicios de salud, estando por una parte tan
ocupadas con sus labores-deberes en el hogar que les impone su concepción de
género, que “nunca tienen tiempo para ellas” y por otra parte no consideran
necesarias las consultas en ausencia de síntomas.
En tal sentido, el abordaje de la infección por VPH y el CaCu, representa un
complejo fenómeno social en el que interviene de una u otra manera el azar, muchas
veces asociado a escaso o nulo conocimiento del problema y a creencias de carácter
mágico, oscilando la actitud de las mujeres ante las actividades preventivas entre dos
polos extremos: por una lado censura, represión, estigmatización, miedo e ignorancia
que les impide reconocerse dentro de un grupo en riesgo, lo cual se convierte en una
fuerza que limita el uso adecuado y oportuno de los servicios de salud conduciéndoles
al parecer “de un modo inexorable” (destino) a padecer cáncer de cuello uterino y por
el otro, fomento y utilización “sin orden ni plan” (azar) de los servicios preventivos
por grupos minoritarios de menor riesgo. Por lo tanto, la construcción de
conocimiento acerca de esta afección, con nuestras comunidades, bajo condiciones
reales, conjugando ciencia y tecnología con saber popular, promoviendo la reflexión
para un aprendizaje transformador, permitirá adaptar las medidas preventivas, de
cxlvii
cxlviii
diagnóstico, tratamiento y seguimiento a las necesidades locales, admitiendo una
mirada nueva a este viejo problema, uniendo experticias para flexibilizar el abordaje
de la problemática planteada por la infección por VPH y su más grave consecuencia
como es el CaCu.
Conclusiones y Recomendaciones
1. El presente trabajo representa el primer estudio de campo, descriptivo,
transversal y prospectivo, realizado en mujeres de 17 a 74 años de edad, de
una comunidad rural venezolana, y aporta conocimientos útiles sobre
epidemiología molecular y sociocultural en el abordaje de la infección por
VPH en el grupo evaluado.
2. La tasa de mortalidad por CaCu en el municipio Lima Blanco del estado
Cojedes, es elevada (2,14 x 1.000 mujeres entre 25-65 años de edad).
3. Los diagnósticos citológicos evidencian carencia de salud ginecológica en el
grupo de mujeres evaluadas, con prevalencia importante de procesos
infecciosos de diversa índole especialmente en las más jóvenes.
4. La prevalencia de infección por VPH es elevada (27%), con predominio de
genotipos BR, en consonancia con el predominio de alteraciones citológicas
menores (ASCUS – LIEBG).
5. El genotipo de AR predominante es el 18 y su prevalencia es alta (14,3%),
presentándose fundamentalmente en infecciones mixtas.
6. La prevalencia de infecciones mixtas es elevada (36,8%).
cxlviii
cxlix
7. En el grupo evaluado se detectaron características descritas en la literatura
como factores exógenos, determinantes o condicionantes de persistencia de la
infección por VPH y el desarrollo de lesiones precursoras de CaCu, aunque su
relación con la presencia de ADN-VPH, no siempre fue consistente con lo
informado en la literatura.
8. La seroprevalencia de otras ITS es baja (8%) tanto en la totalidad del grupo
evaluado como en el grupo de mujeres ADN-VPH positivas.
9. Los datos cualitativos revelan que: el cáncer de cuello uterino no es un
problema de salud sentido en esta comunidad, entre otras causas porque
es un problema que se oculta… que oculta la familia de quien lo
padece.
10. Existen barreras de información, psicológicas, socioculturales e insatisfacción
de servicio en relación a los servicios de salud en el grupo de mujeres
evaluadas.
11. El modelo teórico para el abordaje de la infección por el VPH, en mujeres con
vida sexual activa en su contexto ecológico, está centrado en la dinámica de
muestreo que emerge de la interrelación de las personas de la comunidad, con
un equipo de investigación inspirado en la complejidad como paradigma en la
búsqueda de saberes; lo cual propició la auto-organización de las mujeres
(como sistema complejo) para la participación en la construcción de los
conocimientos que aporta este trabajo, cuyos aspectos cuantitativos develaron
un problema de salud pública hasta ahora desconocido en esta comunidad y
cxlix
cl
los aspectos cualitativos iluminan experiencias subjetivas de los participantes
que, de acuerdo a las circunstancias del entorno, actúan como "elementos
perturbadores" que desestabilizan el sistema o "atractores" que tienden a
estabilizarlo, estimulando la participación o no en las actividades preventivas.
12. Este modelo de abordaje, aporta una visión novedosa del tema en estudio, en
la interacción con las comunidades, abre la puerta de dimensiones humanas
que van más allá de los números, como la necesidad de lograr la confianza y
credibilidad en el equipo de trabajo, la vinculación emocional de las
participantes con el equipo médico y la fe que empezó a surgir en la
comunidad sobre la importancia del estudio en desarrollo.
13. Consideramos que esta dinámica puede tener aplicabilidad a una amplia gama
de problemas de salud relacionados con el comportamiento y, muy
especialmente, en la adaptación de los programas de prevención de cáncer de
cuello uterino, a las necesidades particulares de nuestras comunidades,
mediante la aplicación del principio dialógico, donde los opuestos se
entienden y se complementan y la recursividad organizada, donde las causas
pueden ser efectos y los efectos pueden ser causas.
Las evidencias, plantean la necesidad de:
1. Evaluar el programa de prevención de CaCu en el municipio Lima Blanco.
2. Elaborar y ejecutar en forma permanente en esta comunidad un programa
integral de educación para la salud, con énfasis en aspectos nutricionales,
enfermedades crónicas no transmisibles, salud sexual y reproductiva.
cl
cli
3. Continuar el estudio en esta comunidad, controlando los elementos
perturbadores y propiciando el crecimiento de la red, incentivando la
participación del género masculino y mujeres mayores de 44 años,
procedentes de todos los sectores del municipio y el seguimiento de los casos
positivos. Lo cual proporcionará datos regionales relevantes acerca de la
dinámica de la infección por VPH y su relación con los factores de riesgo
presentes, aspecto de suma importancia para establecer alternativas de
prevención secundaria y primaria adaptadas a la realidad local.
4. Profundizar la experiencia en los aspectos cualitativos con proyectos que
incorporen, profesionales de disciplinas diferentes a ciencias de la salud, en un
esfuerzo por generar propuestas de intervención culturalmente adecuadas que
permita la participación de los grupos de mayor riesgo y contar con calidad de
atención de los servicios médicos, haciendo posible en conjunto, evitar
muertes como consecuencia de una enfermedad altamente prevenible.
5. Transferir la experiencia a otras comunidades similares del estado Cojedes y
del país, para avanzar en la construcción de conocimiento nacional de este
grave problema de salud pública.
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