INTERNADO NACIONAL BARROS ARANA DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA Prof. Sra. Eugenia González

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INTERNADO NACIONAL
BARROS ARANA
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA
Prof. Sra. Eugenia González
FILOSOFÍA PLAN COMÚN. CUARTOS MEDIOS
GUIA Nº 4
METAFÍSICA Y EPSITEMOLOGÍA
APRENDIZAJES ESPERADOS:
1. Conocen e identifican interrogantes planteadas desde la Metafísica
2. Comprenden las respuestas dadas al preguntar metafísico desde Platón y Aristóteles
3. Analizan críticamente cada una de las posturas
4. Conocen e identifican las interrogantes planteadas desde la Epistemología
5. Comprenden las respuestas dadas al preguntar Epistemológico desde Platón y Aristóteles
6. Analizan críticamente cada una de las posturas e indagan acerca de las respuestas en la
filosofía moderna/contemporánea
7. Leer comprensivamente
METAFISICA:
LA TEORÍA DE LAS IDEAS PLATÓNICA
La teoría de las Ideas representa el núcleo de la filosofía platónica, el eje a través del
cual se articula todo su pensamiento. No se encuentra formulada como tal en ninguna de sus
obras, sino tratada, desde diferentes aspectos, en varias de sus obras de madurez como "La
República", "Fedón" y "Fedro". Por lo general se considera que la teoría de las Ideas es
propiamente una teoría platónica, pese a que varios estudiosos de Platón, como Burnet o
Taylor, hayan defendido la tesis de que Platón la había tomado directamente de Sócrates. Los
estudios de D. Ross, entre otros, han puesto de manifiesto las insuficiencias de dicha
atribución, apoyando así la interpretación más generalmente aceptada.
La formulación tradicional
Tradicionalmente se ha interpretado la teoría de las Ideas de la siguiente manera:
Platón distingue dos modos de realidad, una, a la que llama inteligible, y otra a la que llama
sensible. La realidad inteligible, a la que denomina "Idea", tiene las características de ser
inmaterial, eterna, (ingenerada e indestructible, pues), siendo, por lo tanto, ajena al cambio, y
constituye el modelo o arquetipo de la otra realidad, la sensible, constituida por lo que
ordinariamente llamamos "cosas", y que tiene las características de ser material, corruptible,
(sometida al cambio, esto es, a la generación y a la destrucción), y que resulta no ser más
que una copia de la realidad inteligible.
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La primera forma de realidad, constituida por las Ideas, representaría el verdadero ser,
mientras que de la segunda forma de realidad, las realidades materiales o "cosas", hallándose
en un constante devenir, nunca podrá decirse de ellas que verdaderamente son. Además, sólo
la Idea es susceptible de un verdadero conocimiento o "episteme", mientras que la realidad
sensible, las cosas, sólo son susceptibles de opinión o "doxa". De la forma en que Platón se
refiere a las Ideas en varias de sus obras como en el "Fedón" (el alma contempla, antes de
su unión con el cuerpo, las Ideas) o en el "Timeo" (el Demiurgo modela la materia
ateniéndose al modelo de las Ideas), así como de la afirmación aristotélica en la "Metafísica"
según la cual Platón "separó" las Ideas de las cosas, suele formar parte de esta presentación
tradicional de la teoría de las Ideas la afirmación de la separación ("khorismós") entre lo
sensible y lo inteligible como una característica propia de ella.
El dualismo sensible/inteligible
Una de las primeras consecuencias que se ha extraído de esta presentación tradicional
de la teoría de las Ideas es, pues, la "separación" entre la realidad inteligible, llamada
también mundo inteligible ("kósmos noetós") y la realidad sensible o mundo visible ("kósmos
horatós"), que aboca a la filosofía platónica a un dualismo que será fuente de numerosos
problemas para el mantenimiento de la teoría, y que Aristóteles señalará como uno de los
obstáculos fundamentales para su aceptación.
Lo inteligible
En cuanto a las Ideas, en la medida en que son el término de la definición universal
representan las "esencias" de los objetos de conocimiento, es decir, aquello que está
comprendido en el concepto; pero con la particularidad de que no se puede confundir con el
concepto, por lo que las Ideas platónicas no son contenidos mentales, sino objetos a los que
se refieren los contenidos mentales designados por el concepto, y que expresamos a través
del lenguaje. Esos objetos o "esencias" subsisten independientemente de que sean o no
pensados, son algo distinto del pensamiento, y en cuanto tales gozan de unas características
similares a las del ser parmenídeo. Las Ideas son únicas, eternas e inmutables y, al igual
que el ser de Parménides, no pueden ser objeto de conocimiento sensible, sino solamente
cognoscibles por la razón. No siendo objeto de la sensibilidad, no pueden ser materiales. Y
sin
embargo
Platón
insiste
en
que
son
entidades
que
tienen
una
existencia
real
e
independiente tanto del sujeto que las piensa como del objeto del que son esencia, dotándolas
así de un carácter trascendente. Además, las Ideas son el modelo o el arquetipo de las
cosas, por lo que la realidad sensible es el resultado de la copia o imitación de las Ideas.
Para los filósofos pluralistas la relación existente entre el ser y el mundo tal como nosotros lo
percibimos era el producto de la mezcla y de la separación de los elementos originarios (los
cuatro elementos de Empédocles, las semillas de Anaxágoras o los átomos de Demócrito);
también Platón deberá explicar cuál es la relación entre ese ser inmutable y la realidad
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sometida al cambio, es decir entre las Ideas y las cosas. Esa relación es explicada como
imitación o como participación: las cosas imitan a las Ideas, o participan de las Ideas.
Lo sensible
Por su parte la realidad sensible se caracteriza por estar sometida al cambio, a la
movilidad, a la generación y a la corrupción. El llamado problema del cambio conduce a
Platón a buscar una solución que guarda paralelismos importantes con la propuesta por los
filósofos pluralistas: siguiendo a Parménides hay que reconocer la necesaria inmutabilidad del
ser, pero el mundo sensible no se puede ver reducido a una mera ilusión. Aunque su grado
de realidad no pueda compararse al de las Ideas ha de tener alguna consistencia, y no
puede ser asimilado simplemente a la nada. Es dudoso que podamos atribuir a Platón la
intención de degradar la realidad sensible hasta el punto de considerarla una mera ilusión. La
teoría de las Ideas pretende solucionar, entre otros, el problema de la unidad en la diversidad,
y explicar de qué forma un elemento común a todos los objetos de la misma clase, su
esencia, puede ser real; parece claro que la afirmación de la realidad de las Ideas no puede
pasar por la negación de toda realidad a las cosas.
TEORÍA HYLEMÓRFICA DE ARISTÓTELES
La Metafísica Aristotélica comprende una serie de tratados que escribió el filósofo en los
últimos períodos de su vida, después de su ruptura con la Academia y el platonismo en
general. Sin embargo, él no es el autor del título de dicha obra, sino su traductor y
recopidador: Andrónico de Rodas. Fue este el que tituló así a estos tratados que físicamente
se encontraban después de los libros de la Física. De ahí el nombre "ta meta tá Physicá":
más allá de la Física.
El nombre tuvo mucha fama y se acogió para denominar hasta nuestros días a
una disciplina filosófica que versa sobre el ser. Sin embargo, la metafísica aristotélica
mantiene una dualidad problemática en torno a la materia de que trata: metafísica designa no
sólo a la ciencia más general que existe (opuesta por ello a las ciencias particulares), por ser
una ontología o "Ciencia del ser ( tó ón) en cuanto ser y sus atributos esenciales ", sino que
él mismo denominó a esta ciencia filosofía primera o sabiduría, y en ese sentido puede
asimilarse a la teología, es decir, una ciencia particular entre las demás, que junto con la
Física (o filosofía segunda) y las Matemáticas constituirían las tres divisiones teóricas de la
Filosofía.
En algo coinciden, no obstante, la ciencia del ser en cuanto ser y la teología: en que
ambas son ciencias de los primeros principios, es decir, de aquellos que fundamentan
cualquier "región" de ser, en el resto de las ciencias particulares. Por este motivo la
metafísica
luego
se
dividió
en
metaphysica
generalis (o ciencia del
ser)
y metaphysica
specialis (o ciencia del ser supremo, aunque particular). Pero esta definición no es aristotélica,
sino bastante posterior.
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Teniendo en cuenta las declaraciones del propio Aristóteles en el comienzo de la Ética
a Nicómaco, donde dice que se debe preferir la verdad a la amistad, lo que si parece cierto
es que después de una época platónica, Aristóteles se separó de su maestro: la teoría de
las ideas no le pareció consistente.
De hecho, encontramos una crítica de ésta en los libros A, M y N de la Metafísica. En
los dos últimos habla el filósofo de los platónicos en tercera persona, poniendo de manifiesto
su voluntad de ruptura.
Sin embargo y pese a las profundas diferencias entre ambos filósofos, Aristóteles no
perderá la visión dualista de la realidad aunque sí echará por tierra la transcendencia absoluta
del mundo platónico de las ideas: el chorismós o abismo existente entre las esencias eternas
e inmóviles y la realidad siempre cambiante del mundo.
Aristóteles le ha devuelto al mundo su realidad: lo que "es" realmente son las cosas
(substancias) y no las ideas separadas de Platón.
Estas substancias están compuestas de dos coelementos o principios inmanentes: la
materia (hylé) y la forma (morphé). El hilemorfismo es la teoría que afirma que las
substancias son un compuesto de materia y forma.
LA FORMA es la esencia de la cosa, el qué es la cosa. Es decir, aquello que
determina a algo a ser ese algo y no otra cosa. Por eso la forma es la especie, las notas
esenciales que hacen que algo sea lo que es y, por lo tanto, pueda ser conocido y definido.
Esta forma es eterna, pero no puede existir sin la materia, el otro polo de la substancia.
La forma es también considerada la naturaleza propia de la cosa, es decir, su principio
inmanente de actividad y desarrollo por el cual llega a hacerse como tal ser.
Nosotros seguimos utilizando actualmente esta manera de hablar. Decimos que hay
personas que tienen una naturaleza irascible o inquieta. LA MATERIA es aquello que es
determinado por la forma para sacarla a la luz (hacer presente a la forma). Sin materia no
habría substancias. Y que efectivamente las hay no es algo que haya que demostrar.
La materia es indeterminada, ya que no posee ninguna forma que la determine a ser
algo. Es lo que es susceptible de recibir una forma sin ser de hecho ninguna. Sin una forma
que la determine, la materia no sería ni perceptible ni cognoscible
Por lo tanto la materia no es el material de que está hecho algo. Madera, hierro,
plástico,... son todos materiales que ya tienen una forma. Si podemos definir "madera" es
porque ésta ya posee de hecho un principio determinante que la hace ser lo que es: madera.
La materia de la que habla Aristóteles ( próte hyle) o materia primera, es algo carente
de forma, de cualidades o de extensión. Dicha materia es incorruptible y opera como sustrato
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último de toda determinación, aquello en lo cual tiene lugar toda determinación. Por ello la
materia primera es informe e indeterminada, imperceptible , incognoscible y eterna.
A lo material conocido, perceptible, lo llama Aristóteles eschaté hyle, es decir, materia
próxima, que constituye la diversidad de materiales que conocemos: bronce, mármol, madera,
poliuretano, vidrio, hierro, plástico, etc. Esta no es la materia pura porque ya está determinada
por una forma (la forma de bronce, la forma de mármol, etc.).
Así pues, la sustancia está formada por dos coelementos eternos, materia y forma,
que son diferenciables tan solo por el pensamiento y no en la realidad física, donde siempre
se dan indisolublemente unidas la una a la otra. Aristóteles ha solucionado así el problema de
la trascendencia de las esencias, al quedar estas inheridas dentro del compuesto.
Paradójicamente, no obstante es la materia la que individualiza las formas o las especies,
produciendo la multiplicidad y diversidad de seres dentro de una misma especie. Todos somos
hombres por tener la misma esencia común, pero no todos somos iguales. Las diferencias
sobrevienen por la materia: ésta recibe de múltiples maneras la forma universal.
EPISTEMOLOGÏA
PLATÓN
El problema que trata Platón es el de la relación de lo Uno y lo múltiple, es decir, cómo
conciliar la teoría del ser parmenídeo con el devenir de Heráclito.
La realidad se nos muestra plural, efímera, múltiple, en un devenir constante de seres
heterogéneos e, incluso, contrarios. ¿Cómo poder conocer esa realidad tan inestable? ¿Cómo
poder aprehenderla si se halla en continuo cambio? Ha de haber algo que permanezca
siempre, que sea estable y que nos permita diferenciar a unos seres de otros para poder
pensarlos y reconocerlos. Si no, ¿Cómo podríamos saber, por ejemplo, que un acto es
valeroso o que un objeto es azul? Tiene forzosamente que existir el valor mismo, el valor en
sí, absoluto, para que yo pueda referirlo a las distintas acciones que se realicen y que sean
tales. Tiene que existir lo azul en sí para que yo pueda reconocer como azul un objeto
cualquiera.
Estos conceptos absolutos (lo Azul en sí, el Valor en sí, lo Justo en sí), son denominados
por Platón IDEAS y éstas responden a la pregunta socrática ¿Qué es? Es decir, preguntan
por la determinación o esencia de de cada cosa: el ser propio de cada cosa, lo que hace
que cada cosa sea lo que es (valerosa, azul, justa, etc.).
Pues bien, precisamente para Platón la verdadera realidad son las ideas, también
llamadas FORMAS, ya que no sólo hacen que podamos conocer las cosas, sino que son las
responsables de que esas mismas cosas existan materialmente, tal y como las conocemos.
Las ideas son las causas directas de la existencia de todas las cosas: lo material o natural y
lo
moral.
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Con ello Platón intenta conciliar lo absoluto (el ser de Parménides), con lo múltiple: la
realidad material siempre cambiante que es nuestro mundo (Heráclito), la naturaleza, lo cual
producirá una profunda escisión, un dualismo entre dos realidades irreconciliables entre sí:
A. Mundo inteligible o de las ideas: eterno, inmutable, inmaterial, imperecedero. Es la
región de las ideas o formas. Estas constituyen la verdadera realidad, el ser de lo real, las
esencias de todo lo existente, no perceptibles por los sentidos, sino sólo cognoscibles por el
entendimiento humano.
B. Mundo sensible: mundo material, mudable, perecedero, de la mera apariencia.
Adquiere su ser participando de lo absoluto de la idea. Las cosa imitan a las ideas,
participan, para ser, de las esencias inmutables. Si las ideas están separadas de las cosas
¿Cómo es posible conocer éstas a través de las cosas mismas? Platón abordará este
problema desde tres aspectos u ópticas diferentes.
REMINISCENCIA E INMORTALIDAD DEL ALMA
" Cebes, interrumpiendo a Sócrates le dijo: - lo que dices en un resultado necesario de otro
principio que te he oído muchas veces sentar como cierto, a saber: que nuestra ciencia no
es más que una reminiscencia. Si este principio es verdadero, es de toda necesidad que
hayamos aprendido en otro tiempo las cosas de que nos acordamos en éste; y esto es
imposible si nuestra alma no existe antes de aparecer bajo esta forma humana. Esta es una
nueva prueba de que nuestra alma es inmortal.
Simmias, interrumpiendo a Cebes, le dijo:
- ¿Cómo se puede demostrar este principio? Recuérdamelo, porque en este momento no caigo
en ello.
- Hay una demostración muy preciosa- respondió Cebes- y es que todos los hombres, si se
los interroga bien, todo lo encuentran sin salir de sí mismos, cosa que no podría suceder si
en sí mismos no tuvieran las luces de la recta razón. En prueba de ello, no hay más que
ponerles delante figuras de geometría u otras cosas de la misma naturaleza, y se ve
patentemente esta verdad.
- Si no te das por convencido con esta experiencia, Simmias-replicó Sócrates-,mira si por este
otro camino asientes a nuestro parecer.¿Tienes dificultad en creer que aprender no es más
que acordarse?
- No mucha-respondió Simmias-; pero lo que precísamente quiero es llegar al fondo de ese
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recuerdo de que hablamos; y aunque gracias a lo que ha dicho Cebes, hago alguna memoria
y comienzo a creer, no me impide esto el escuchar con gusto las pruebas que tú quieres
darnos.
-Helas aquí-replicó Sócrates-. Estamos conformes todos en que, para acordarse, es preciso
haber sabido antes la cosa de que uno se acuerda. -seguramente.
-¿Convenimos igualmente en que cuando la ciencia se produce de cierto modo es una
reminiscencia? Al decir de cierto modo, quiero dar a entender, por ejemplo, como cuando un
hombre, viendo u oyendo alguna cos, o percibiéndola por cualquier otro de sus sentidos, no
conoce sólo esta cosa percibida, sinó que al mismo tiempo piensa en otro."
LA DIALÉCTICA
La
dialéctica
platónica
se
puede
entender
en
dos
sentidos:
como
el
auténtico
conocimiento del filósofo, es decir, dedicado a la intuición pura de las ideas; y como el
método
de
la
filosofía:
el
camino
para
alcanzar
el
verdadero
conocimiento.
En "La Republica" nos dice Platón que en el conocimiento es posible distinguir
diversos grados que se correlacionan con distintos grados de realidad:
Por una parte tenemos el mundo de la doxa, opinión, que es el conocimiento sensible
de las cosas corpóreas y sus sombras y reflejos. Abarca la creencia y la imaginación. Estos
grados de conocimiento versan sobre la pura apariencia, y por lo tanto, no proporcionan un
conocimiento verdadero ni fiable.
Otro grado de conocimiento sería la episteme, es decir, el conocimiento científico de la
realidad. Abarcaría la diainoia o razón discursiva del matemático y la nóesis o dialéctica
propiamente dicha, que es el conocimiento puro de las ideas.
La imaginación (Eikasia) es el conocimiento menos cierto, pues versa sobre copias (el
mundo físico) de una copia o reflejo de lo real (las ideas). El reflejo de un pájaro en las
aguas de un lago sería una imaginación y ontológicamnte este tipo de entidad no tiene casi
ser.
La creencia (Pistis) es el grado de conocimiento que se corresponde ontológicamente
con el mundo físico y abarca tanto los seres orgánicos e inorgánicos como los seres
artificiales y creados por el hombre. La física no es una ciencia de lo real, sino de la
apariencia de realidad y, como tal, no aporta verdades necesarias y absolutas. Platón no
otorga el título de ciencia a la física, sino de opinión (doxa).
Lo real es lo invisible para los ojos carnales, pero visible para los del alma. El
conocimiento verdadero es únicamente inteligible: accedemos a él a través de la razón, del
entendimiento y no de la sensación. Por eso Platón es considerado un idealista: porque en
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su filosofía prima lo formal (esencial, eidético) sobre lo material y físico propio de la sensación
(aísthesis).
Si queremos conocer algo con verdad (alétheia) debemos alejarnos lo más posible de
la información obtenida a través de los órganos sensoperceptuales. Todo lo que de universal y
necesario encontramos en las cosas no lo aprehendemos a través de nuestra experiencia
sensible, sino mediante el ejercicio puro de la razón (nous). En esto consiste la ciencia o
episteme platónica: salvar las apariencias buscando principios absolutos y permanentes donde
detenerse. Sin ciencia (basada en esencias, ideas) no sería posible establecer leyes y el
mundo sería como un barco a la deriva en el Caos. La existencia de las ideas no sólo salva
nuestro conocimiento de la realidad frente a las apariencias, sino que salva al mundo del
Caos, otorgándole orden y racionalidad: Las cosas son como tienen que ser, esto es: como
la idea determina y condiciona que sea.
Al tener que contar con la materia, las ideas no se realizan perfectamente en este
mundo nuestro, sino de una manera torpe y aproximativa: aquí no hay "lo azul" en sí, sino
miles de tonos y matices que intentan realizar la idea de "lo azul" sin lograrlo. La
imperfección no es de la idea, sino de la copia materializada que nosotros percibimos.
ARISTÓTELES
La jerarquía que propone Aristóteles respecto a los seres vivos deja al hombre en una
situación privilegiada: no sólo posee las mismas funciones que el resto de los seres vivos,
sino que posee una propia que le caracteriza y distingue de los demás: el pensamiento.
Esta
visión
conlleva
no
sólo
una
continuidad
en
lo
viviente,
sino
que
implica
una
irreductibilidad de lo superior a lo inferior.
A diferencia de Platón, Aristóteles no va a desdeñar la sensación y la imaginación
como fuentes de conocimiento. Es más, la sensación será considerada como el origen del
conocimiento. Por lo tanto, puede decirse que Aristóteles mantiene una postura claramente
empirista, en consonancia con su concepción física e, incluso, ontológica de la realidad.
Este mundo que vemos, percibimos y experimentamos es el único existente: el mundo
sensible, del cual forman parte todas las sustancias individuales que conocemos, compuestas
de materia y forma y portadoras, por lo tanto, de racionalidad.
Las esencias, al estar inheridas en la materia, permiten que el conocimiento tome su
origen en las cosas mismas, sin tener que ir a la búsqueda de principios absolutamente
trascendentes y separados del mundo sensible para acceder a la verdad.
El mundo sensible ya no es una apariencia ni una mala copia de otro mundo y sus
características no son tampoco ficciones que nos lleven a errar. El movimiento, los cambios, la
finitud son tan reales como las cosas que los producen o padecen.
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Las cosas llevan en sí mismas (como su forma), de modo inmanente, su principio de
inteligibilidad.
LA SENSACIÓN (aisthesis)
Si para Platón la sensación (o conocimiento de lo sensible mediante los órganos
sensoperceptuales) no proporcionaba un verdadero conocimiento, debido al carácter separado de
las ideas, en Aristóteles la sensación será la fuente básica y primera del conocimiento, es
decir, su origen.
Sentir puede tomarse en dos sentidos: como potencia y como acto.
Como
potencia
el
sujeto
recibe,
capta
una
una
forma
sensible
sin
su
materia.
Como acto el sujeto ejercita sus facultades : visión, oído, tacto, gusto y olfato.
Para que haya sensación es necesario que se de una presencia del objeto sensible
percibido. Esta es una de las diferencias fundamentales respecto al pensamiento. En el
primero no basta la voluntad para que surga la sensación, ya que no percibimos algo blanco
por tener voluntad de ello, sino por hallarse este color presente en algún objeto. En el
pensamiento, sin embargo, sí influye la voluntad:
"De esta manera está en el poder del hombre hacer uso de su mente cuando él
quiera, pero no está en su mano experimentar la sensación, porque para ello es esencial la
presencia del objeto sensible”
Otra diferencia entre ambos es que el objeto de la sensación es lo particular o
fenoménico, los seres concretos, mientras que el pensamiento consiste en captar lo que de
universal hay en lo particular: las esencias.
La facultad de sentir es una potencia que se actualiza por la presencia del objeto
sensible. Veámoslo.
En el hecho de contemplar un paisaje, primero tenemos un sujeto que tiene la
potencia (posibilidad) de captar a través de sus órganos sensoperceptuales un paisaje que
está en acto (presente, se manifiesta actualmente).
Una vez producida la sensación, el sujeto ha actualizado la potencia de ver un árbol,
por ejemplo, haciéndose , de alguna manera, similar (su vista, su visión) a lo percibido (el
árbol).
El árbol, que estaba en acto como objeto presente, es ahora el acto como objeto
presente de la visión. Y ambos actos (la visión y el objeto) son similares, según Aristóteles,
en cuanto a su cualidad.
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Por eso afirma Aristóteles que los sentidos reciben las formas sensibles sin su materia:
captamos todas las cualidades del árbol, pero no recibimos su materia.
Para que haya sensación es necesario también que se produzca una separación entre
el órgano sensorial y el objeto sensible: el medio. Éste varía según la naturaleza propia de la
facultad sensible: aire para el sonido y el color. Aire y agua para el olor. Medio líquido para
el sabor y aire tierra y agua para el tacto
EL PENSAMIENTO (Noesis, dianoia)
Los sentidos sólo pueden captar lo individual, las formas sensibles de las substancias
concretas.
Será el entendimiento (noûs) aquella facultad encargada de captar lo universal, las
esencias universales inmanentes a las cosas como su forma (morphé): captamos por la
inteligencia (noûs) la idea de caballo, el concepto universal "caballo" que se aplica (y define)
todos los caballos particulares de los cuales podamos tener un conocimiento sensible.
juicios"
"Entiendo por mente aquella parte por medio de la cual el alma piensa y forma sus
El
pensamiento
es
una
facultad
independiente
del
cuerpo,
sin
determinaciones,
susceptible de captar, partiendo de la sensación, las esencias universales ( eidós) sin su
materia (hylé). Decimos partiendo de la sensación, porque al estar las esencias (universales)
radicadas en las cosas mismas, habrá que partir del conocimiento de lo particular para
acceder inductivamente a lo universal a través de la abstracción.
La abstracción traduce el término aristotélico " aphairesis": eliminación de las cualidades
y determinaciones sensibles hasta llegar a la esencia que define a ese ente. La abstraccion
es un proceso inductivo porque no accedemos directamente a las ideas o conceptos
universales; lo universal no se halla separado de las cosas, sino radicado en las substancias
como
su
forma
(morphé).
Tampoco son éstas innatas al modo platónico. Sólo tenemos acceso a las cosas
concretas y, desde ellas, acumulando experiencias, accedemos a las esencias universales; por
lo tanto, desde lo particular ascendemos a lo universal, y en esto consiste la inducción
CLASES
DE ENTENDIMIENTO
Distingue también Aristóteles entre dos clase de intelectos (nôus), dependiendo si se
toman desde la perspectiva de la potencia o del acto.
Desde el punto de vista de la potencia (entendimiento paciente) el nous es una
dynamis pasiva, una potencia mental capaz de captar y recibir las esencias (formas)
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universales, los conceptos. En este sentido el entendimiento está en potencia de recibir y
conocer los
universales :
"El entendimiento, en sentido pasivo, es tal porque viene a ser todas las cosas" (Del
alma, lib.3, cap.8).
- El entendimiento paciente es el propio de cada hombre particular, y por ello es
inseparable, es decir, mortal.
Pero el entendimiento no sólo puede ser capacidad de pensar o potencia (en el
sentido pasivo de padecer). Ha de haber algo que sea enérgeia, es decir, aquello que posea
la potencia activa (acto, obra, cumplimiento) de producir los conceptos universales que
representan la esencia de las cosas.
- Este entendimiento, llamado entendimiento agente, es inmortal, separable y eterno,
por no ser nada de cada hombre sino causa eficiente (productora, activa) del conocimiento.
Pero con ello no afirma Aristóteles la inmortalidad del alma, puesto que ésta, al ser la
morphé del viviente (cuerpo), no puede existir a no ser en unión con aquel.
LA IMAGINACIÓN (phantasía)
La phantasía, imaginación, es un modo de conocimiento que reproduce una sensación,
sin presencia actual del objeto sensible.
Cuando soñamos o recordamos mediante imágenes algo conocido sensiblemente con
anterioridad se produce la imaginación.
La diferencia entre sensación e imaginación no se produce sólo por la ausencia de
objeto en la imaginación, sino porque lo representado en ésta puede ser falso (o verdadero),
pero la sensación siempre es verdadera. Por otra parte, la mente siempre tiene necesidad de
pensar las formas en imágenes.
ACTIVIDADES:
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LECTURA COMPRENSIVA
Para que realice en forma exitosa la actividad que se propone a continuación, primero realice
todos los pasos correspondientes a la comprensión lectora ya trabajada anteriormente. Se las
recuerdo

Haz una primera lectura en silencio, debes subrayar los términos que no
Comprendas

Averigua en un diccionario los términos que subrayaste

Es conveniente numerar los párrafos

Efectúa una segunda lectura, no olvides ir destacando las ideas principales, aspectos
que te llamaron la atención.


Luego realiza preguntas acerca del texto y respóndelas tu mismo
Vuelve a realizar una tercera lectura.
CUADRO COMPARATIVO
¿CÓMO SE REALIZA?
¿Cómo se habrán dado cuenta , en este texto tienen una estructura ideal para realizar un
cuadro comparativo. Les indico las acciones a considerar para realizar uno
•
En la comparación tienes que poner en relación dos teorías del mismo tipo de
diferentes autores.
•
Para ello es necesario que conozcas a fondo las teorías de los autores.
•
Lo que se busca con la comparación es exponer adecuadamente las semejanzas y
las diferencias entre los autores. Esto es un signo de que se ha comprendido
adecuadamente la teoría del autor
•
Lee a fondo las teorías de los autores para realizar la comparación.
•
Elige autores que tengan conexiones claras. Por ejemplo, Platón se suele comparar
con Aristóteles
•
Puedes utilizar un cuadro como el que viene al final de estas indicaciones para tener
la información más ordenada (proyecto de lo que redactarás), pero no te olvides
que
la comparación es un ejercicio de composición escrita, es decir, que no tienes que
poner el cuadro.
•
No te limites a poner juntas las afirmaciones de los autores. Evita esto:
aparte


“Platón considera que el las Ideas están separadas de las cosas en un mundo
que el filósofo denomina “Mundo de las Ideas”. Aristóteles piensa que las formas se
encuentran en los individuos sensibles como formas en la
Lo que tienes que hacer es comparar.
Esto sería lo correcto.
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materia”.
“Aristóteles y Platón se diferencian en que, mientras que para el primero las formas
existen pero no separadas de las cosas, sino en la Naturaleza, en los individuos
concretos como Forma en la materia, para Platón, al contrario, las Ideas se encuentran
separadas de las cosas, en un mundo aparte, denominado “Mundo de las Ideas”, de
modo que el mundo sensible, el mundo de los individuos concretos y de la Naturaleza no
es más que un error. Así mientras que para Platón las cosas no son substancias, para
Aristóteles sí.”
13
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