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Grupo de Investigación
Promoviendo el Empleo
y el Bienestar en Europa
XII CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA
GIJON, 1 y 2 DE JULIO DE 2016
Lost in transition? Análisis empírico de los efectos de programas de prácticas para jóvenes titulados
Israel Escudero Castillo (UO179414@uniovi.es)
Fco. Javier Mato Díaz (jmato@uniovi.es)
Departamento de Economía Aplicada
Universidad de Oviedo
1
Resumen
En los países del sur de Europa y especialmente en España, el desempleo juvenil, tradicionalmente
elevado, se agravó con la crisis económica hasta alcanzar niveles que hicieron saltar las alarmas en
cuanto al riesgo de tener una “generación perdida”. La utilización de políticas activas de empleo,
impulsada por el programa de Garantía Juvenil de la Unión Europea, llevó a los gobiernos a probar
nuevas fórmulas de activación, entre las que figuran las prácticas para titulados de diferentes niveles
educativos. Estos jóvenes, aunque mejor situados que quienes experimentaron abandono escolar
temprano, no carecen de problemas ante su inserción profesional, que puede malograrse, cayendo
en situaciones de “lost in transition” (Brinton, 2010). Este trabajo analiza los efectos sobre la
inserción de un programa de este tipo en el que participaron cerca de 400 jóvenes, la mayoría de
ellos de edades comprendidas entre los 21 y los 26 años. La investigación parte de un registro de
candidatos a participar en el programa, que ofrecía prácticas en empresas y en ayuntamientos. Con
ella se realiza un análisis cuasiexperimental, comparando con Propensity Score Matching a los
jóvenes en prácticas con un grupo de control formado por quienes no accedieron a ellas. Los
resultados obtenidos del análisis de registro han sido enriquecidos mediante una encuesta a una
muestra de 400 jóvenes. Los efectos estimados son positivos y significativos para la modalidad de
prácticas en empresas y negativos y significativos para la modalidad de prácticas en ayuntamientos.
En general, estos resultados coinciden con las de investigaciones realizadas en otros países sobre
programas similares, si bien cabe destacar la inusual oportunidad de llevar a cabo un análisis
empírico de efectos en nuestro entorno. Los resultados pueden ser muy útiles para la toma de
decisiones en materia de políticas activas dirigidas al colectivo juvenil.
Palabras clave: inserción juvenil, prácticas, titulados, Propensity Score
Abstract
Youth unemployment has been a social and economic problem in Southern Europe and especially in
Spain for many years. The Great Recession accentuated the need for policies that would help
reducing the risks of a “lost generation” of young people. The use of active labour market policies,
backed by the European Union’s Youth Guarantee programme, led the governments to try new
activation methods, amongst them internships for graduates of different education levels. These
youth, despite being better prepared than the early school leavers, still face problems along their
professional insertion processes. Faulty progressions could develop into “lost in transition”
situations (Brinton, 2010). This paper analyzes the effects of an internship programme in which
nearly 400 young people, most of them aged between 21 and 26 years old, took part. The research is
based upon a database formed by candidates to undergo internships either in companies or in city
halls. A quasiexperimental analysis is done by comparing with Propensity Score Matching intern
groups with a control group formed by candidates who ended out without an internship. The results
from this analysis with registered data were enriched by carrying out a survey to nearly 400 people,
half of them interns. Estimated effects are positive and significant for participants in company
internships, and negative and significant for interns who worked in city halls. Overall, these results
are in keeping with research performed elsewhere over similar programmes. However, the unusual
opportunity to do empirical research in Spain must be underlined. Results should be very useful for
decision making on active measures addressed to young people.
Key words: youth insertion, internships, graduates, Propensity Score
2
1. Introducción
Es sabido que los niveles de desempleo juvenil han sido tradicionalmente muy elevados en España,
de forma similar a los casos de otros países del sur de Europa. La crisis económica agravó el
problema hasta tal punto de que, incluso en países desarrollados con tasas de paro juvenil más
moderadas, sus consecuencias llevaron a hablar del riesgo de aparición de una “generación perdida”
(Scarpetta et al., 2010). Las consecuencias de la crisis sobre el colectivo joven adquirieron una
entidad que llevó a su estudio en países donde el problema era comparativamente menos grave,
como EEUU y el Reino Unido (Bell y Blanchflower, 2011a) o Alemania y Francia (Cahuc et al.,
2013). Un análisis del caso japonés plasmó gráficamente el riesgo de que el colectivo joven, con
independencia de sus diferencias en variables que son determinantes del éxito laboral, como el nivel
educativo, sufra procesos de inserción malogrados, llamándolo “lost in transition”, en referencia a la
conocida película (Brinton, 2010). En el contexto de unos mercados de trabajo cada vez más
liberalizados, la crisis puso el problema de la inserción juvenil en primera línea, tanto desde la
perspectiva de las políticas públicas como desde la perspectiva del análisis económico y social.
En España, el desempleo juvenil convive con la falta de políticas de protección para el colectivo
joven que, en la práctica, carece de la experiencia laboral necesaria para recibir prestaciones. En
este contexto, la utilización de políticas activas de empleo dirigida a jóvenes y estimulada por la
Estrategia Europea de Empleo de finales de los años noventa, recibió un nuevo impulso gracias al
programa Garantía Juvenil de la Unión Europea. Este programa pretende movilizar cerca de seis mil
millones de euros hasta 2010, de los que una sexta parte correspondería gastar en España. Las
prioridades de política y de gasto se dirigen a medidas de activación temprana, como facilitar
orientación, formación y prácticas profesionales en plazos reducidos (menos de 4 meses), así como
al fomento de la cooperación entre administraciones. Para acogerse al programa de Garantía
Juvenil, en marcha desde 2013, el Gobierno aprobó una Estrategia de Emprendimiento y Empleo
Joven 2013-2016, que recoge la situación de partida y las líneas de actuación de los primeros cuatro
años (MESS, 2014).
El estímulo de políticas activas ante un problema social grave ha ido acompañado de un incremento
de la actividad evaluadora, impulsada asimismo por la Unión Europea. La creciente convicción de
que es necesario evaluar, cuando no la necesidad de rendir cuentas ante la Comisión Europea, ha
llevado a un aumento de las evaluaciones.1 Sin embargo, dicha actividad adolece tanto de la falta de
evaluaciones independientes como de la escasez de análisis causales.
Esta investigación trata de contribuir al conocimiento sobre qué políticas de inserción juvenil
funcionan mejor y cuales peor, mediante un análisis empírico de las prácticas para jóvenes recién
titulados. El programa se llevó a cabo en una Comunidad Autónoma y consistía en prácticas no
laborales de cerca de seis meses de duración en dos tipos de organizaciones: empresas y
ayuntamientos. Para analizar sus efectos se llevó a cabo una comparación de grupos de jóvenes que
participaron en cada una de esas prácticas con un tercer grupo, formado por candidatos
preseleccionados que no participaron finalmente en el programa, que se utiliza como grupo de
comparación. Se analiza la situación laboral de los tres grupos entre 12 y 18 meses después de la
finalización de las prácticas, encontrando que los efectos de las prácticas en empresas son positivos,
mientras que los de las prácticas en ayuntamientos son negativos.
Uno de los rasgos del desempleo actual sobre el que se ha investigado durante los últimos quince
años es el alcance de sus efectos a largo plazo sobre quienes lo sufren y, concretamente, el riesgo de
1
Véase, por ejemplo, el análisis sobre las actividades de 2015 en: www.garantiajuvenil.com. es/analisis-delplan-de-garantia-juvenil-en-espana-en-2015/
3
que las “cicatrices” del paro sean permanentes sobre los individuos (Arulampalam, 2001).
Evidentemente, esos efectos son potencialmente mayores cuando los episodios de paro se producen
en las etapas iniciales de la inserción laboral (Schmillen y Umkehrer, 2013). Además, recientemente
se ha señalado el riesgo de que el desempleo juvenil sea especialmente elevado y duradero entre
jóvenes cuyos padres hayan estado en paro durante las crisis anteriores (Martin, 2012). Ello ha
suscitado la idea de que el “legado familiar”, esta relación causal entre el desempleo de los padres y
el de los hijos, constituye un rasgo novedoso del paro juvenil tras la Gran Recesión (O’Reilly et al.,
2015).
En esta investigación, dado que los datos de registro de jóvenes candidatos al programa de prácticas
carecían de información sobre las características familiares de los jóvenes que podía resultar útil
para introducir variables familiares, se ha llevado a cabo una encuesta individual a una muestra
cercana a los 400 individuos, que ha permitido incluir en el análisis la posible influencia de algunos
rasgos familiares, así como otras características personales, tanto de los jóvenes participantes en las
prácticas como de los que forman el grupo de comparación. Este segundo análisis confirma los
resultados del primero, indicando un impacto positivo de las prácticas en empresas y un
preocupante efecto negativo de las que se llevaron a cabo en los ayuntamientos.
El resto de la comunicación se organiza como sigue: un segundo apartado está dedicado a explicar
las características del programa analizado y los resultados encontrados en análisis de programas
similares disponibles en la literatura. La tercera parte presenta los datos y fuentes utilizados en la
investigación, junto con el método de análisis. El apartado cuarto aborda los resultados encontrados
y se concluye con un quinto apartado de conclusiones.
2. Programas de prácticas juveniles
2.1. Características del programa analizado
El programa evaluado consiste en una serie de prácticas específicamente diseñadas para jóvenes
desempleados de entre 18 y 25 años que acaben de obtener una titulación con contenido orientado al
empleo. Concretamente, podían participar titulados universitarios, titulados de formación
profesional y jóvenes que hubieran alcanzado recientemente un certificado de profesionalidad.
Dicho de otro modo, los titulados de primaria o de ESO quedan excluidos de este programa
específico al exigirse una mínima preparación con aplicación en el mercado de trabajo.
La duración de dichas prácticas oscila entre tres y nueve meses. Los participantes en estas prácticas
no pueden tener más de tres meses de experiencia profesional, descontándose para este cómputo las
prácticas curriculares necesarias para la obtención de los distintos títulos educativos o certificados.
Se trata de un programa autonómico que tiene como objetivo mejorar la inserción laboral de los
jóvenes recién titulados. Así, la estancia dentro de la empresa o el ayuntamiento se asume como
parte de un proceso de enseñanza-aprendizaje en el que todas las partes saldrían beneficiadas. En
primer lugar, el trabajador obtendría unas cualificaciones que harían que sus posibilidades de
inserción en el mercado de trabajo aumenten. Al mismo tiempo, las empresas se beneficiarían del
trabajo de esta persona a muy por un precio muy bajo. El trabajador recibiría 426 euros (el 80% del
IPREM) a modo de beca, y la empresa solo tendría que hacerse cargo de unas reducidas tasas a la
seguridad social. Además, si después de terminar el período de prácticas, se formaliza un contrato
con la persona por un tiempo superior a los seis meses, la empresa recibirá una subvención de seis
euros por hora y trabajador en concepto de labores de tutoría. En el caso de los ayuntamientos, el
coste para las administraciones locales participantes está subvencionado en su totalidad por la
Comunidad Autónoma.
4
Tanto los jóvenes como las empresas y los ayuntamientos acuden voluntariamente a este programa.
El Servicio Público de Empleo ejerce una mediación inicial por la que traslada a empresas y
ayuntamientos un conjunto reducido de candidatos, preseleccionados entre los jóvenes que se hayan
presentado al programa de acuerdo con las características demandadas por la organización. Son
estas, empresas y ayuntamientos, quienes realizan la selección final entre los preseleccionados. En
este trabajo se ha dispuesto de información sobre la totalidad de los preseleccionados y sobre si
finalmente participaron en las prácticas, lo que permitió utilizar un grupo de comparación.
2.2 Resultados encontrados en otros trabajos
No es sencillo comparar el programa objeto de análisis con otras medidas activas dirigidas hacia el
colectivo juvenil que tengan las mismas características, pero sí cabe referirse a aquellas más
parecidas y a los resultados que hayan podido ofrecer, de modo que se pongan en perspectiva los
efectos alcanzados en este programa. Ese es el objetivo de esta sección.
En primer lugar, en la década anterior aparecieron varios trabajos que, aprovechando la
proliferación de evaluaciones de políticas activas del mercado de trabajo (en adelante PAMT), las
toman en su conjunto y elaboran metaevaluaciones. Quizá los más conocidos son los de Kluve
(2006) y de Card et al. (2020). El primero realizó una investigación a partir de 95 evaluaciones de
impacto de diversas PAMT en Europa. En lo que toca a los programas más parecidos a los que se
analizan aquí, concluyó que los programas de empleo directo –a los que se podrían asemejar las
prácticas en ayuntamientos- son poco eficaces y, con frecuencia, presentan un efecto perjudicial
(efecto señal negativo). Además, este autor señala que los programas dirigidos a jóvenes están
relacionados con una probabilidad negativa de encontrar efectos positivos, por lo que llega a
preguntarse si estas medidas deberían ser abolidas. La conclusión de Kluve es que quizás las PAMT
no son apropiadas para este colectivo, siendo necesario evitar que los jóvenes se encuentren en
posición desfavorable; Card, Kluve y Weber (2010) analizaron un número similar de evaluaciones,
alcanzando conclusiones similares.2 Cabe señalar que la materia prima de estas metaevaluaciones
fueron trabajos realizados, en su totalidad, antes de la crisis.3
En segundo lugar cabe reseñar investigaciones realizadas a partir de programas de empleo
específicos. Por ejemplo, Ridder (1986) analizó, mediante un diseño cuasi-experimental, ciertos
programas desarrollados en los Países Bajos. Según este estudio, los programas de empleo alargan
los períodos laborales de los trabajadores jóvenes (menores de 35 años), las mujeres y los
trabajadores de minorías (por este orden). Además estos programas tienen efectos mayores que los
programas de subvenciones al empleo, que a su vez tienen mayores efectos que los programas de
formación.
2
Estos autores manejaron 97 estudios realizados entre 1995 y 2007 y concluyeron que los programas de empleo
en el sector público y los programas de empleo subsidiado para jóvenes son las PAMT que menor impacto tienen. Los
trabajos recogidos para el meta-análisis provenían de tres tipos de países: países de habla alemana (Alemania, Suiza o
Austria), países escandinavos (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) y países anglosajones (Australia, Canadá,
Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos).
3
Los escasos trabajos realizados en España son, en general, coincidentes con lo señalado anteriormente. García
Serrano (2007) hace un repaso de efectos micro y macroeconómicos de diversas PAMT, entre las que se incluyen
medidas de creación directa de empleo y programas para jóvenes, en ambos casos sin encontrar efectos positivos. El
autor concluye que, a la luz de los resultados, sería más conveniente aunar esfuerzos para evitar que los jóvenes se
conviertan en población vulnerable. En el segundo de estos trabajos, Garrido, Navarro y Climent (2013) desglosan las
PAMT dependiendo de sus efectos. Así, las medidas que conllevan empleos en el sector público tienen unos efectos de
duración limitada. Otras políticas como la orientación laboral presentan efectos positivos duraderos.
5
En Francia, Bonnal, Fougère y Sèrandon (1997) revisaron el impacto de las políticas activas puestas
en marcha en ese país durante los ochenta y concluyeron que para los trabajadores con baja
cualificación no existe efecto de las prácticas sobre la transición desde el desempleo hacia un
empleo regular. Más aún, en coincidencia con Kluve (2006), se indica que para los jóvenes
titulados, esta transición disminuye después de las prácticas. La participación en estos programas
puede actuar como señal negativa hacia los empleadores para los niveles educativos más elevados.
Brodaty, Crèpon y Fougère (2000) analizan los efectos de los programas llevados a cabo también en
Francia entre 1986 y 1988 y alcanzan resultados consonantes con los anteriores. Dentro de este
paquete de medidas estaba el Contrat Emploi Solidaritè. El empleador era el Estado; el salario era
enteramente pagado por la administración. El objetivo que se pretendía era aumentar la
empleabilidad. El grupo social objeto de este tipo de contrato son jóvenes de baja cualificación
desempleados de larga duración. Posteriormente se implementó el llamado Travaux D'utilite
Collective, con características similares al anterior. En último término, se concluye que los cursos
de preparación para la vida laboral son los más efectivos a la hora de conseguir un trabajo a largo
plazo. Por el contrario, el trabajo comunitario realizado al auspicio de los contratos anteriores tiene
la más baja probabilidad de efectos positivos.4
Caliendo, Hujer y Thomson (2005) analizan el impacto del programa Job Creation Schemes en
Alemania, un programa dirigido a jóvenes desempleados con poca experiencia laboral; las personas
trabajarían en áreas de interés público (como infraestructura o trabajo social), en la mayoría de los
casos dentro del sector público. Concluyen que, salvo excepciones, la participación en estos
programas no aumenta la probabilidad de encontrar empleo. Siguiendo la misma línea de trabajo
que el anterior estudio, Caliendo, Künn y Schmidl (2011) analizaron los efectos de diversos
programas sobre la población juvenil en Alemania. Entre ellos se incluía el ya mencionado Job
Creation Schemes (JCS) y Further Training (FT), un programa de prácticas en empresas dirigido a
jóvenes con cualificación profesional. Estos dos programas están dirigidos a la oferta de trabajo y
son similares al programa objeto de nuestro estudio. Según los resultados, mientras que otros
programas mejoran significativamente las perspectivas laborales de los participantes, no ocurre así
con los ya mencionados JCS y FT. De hecho, el haber participado en alguno de estos dos programas
disminuye la probabilidad de que los participantes encuentren un empleo en el futuro.5
En el Reino Unido, Dorsett (2004) analizó los efectos del New Deal, plan introducido en el año
1998 que tenía como objetivo la inserción laboral de la población de entre 18 y 24 años. Este
programa constaba de tres fases: en la primera los participantes se sometían a un periodo de
búsqueda intensiva de empleo; en la segunda, aquellos que no habían conseguido empleo en la
primera fase se sometían a cuatro alternativas: subsidised employment (el empresario recibe 60
libras por semana por la contratación de uno de estos trabajadores), full-time education or training
(FTET; formación), voluntary sector employment (VS; los participantes trabajan en empresas,
normalmente del sector servicios, para obtener experiencia) y employment in the Environmental
Task Force (ETF; parecido al anterior aunque dirigido a distinto tipo de población). Así, los dos
últimos suponen programas de empleo. Finalmente, la tercera fase se usaría para hacer un
seguimiento de la evolución de los participantes. En cuanto a los resultados de inserción, la
conclusión sigue el patrón marcado por los anteriores trabajos analizados: los participantes del ETF
son los que menos probabilidades tienen de salir del desempleo. La diferencia entre el programa de
4
Los trabajos franceses son coincidentes con un estudio de la Dirección General de Empleo y Formación
Profesional (2009) de la administración gala sobre una encuesta realizada a beneficiarios de contratos de trabajo en el
sector público. Según este informe, entre el 18% y el 31% de los encuestados tenían empleo estable después de 6 meses
de haber finalizado el contrato con la administración. Sin embargo, en una segunda modalidad de contratos,
subvencionados hasta en un 80% por la administración, los porcentajes de empleo posterior a la finalización del
contrato son más altos (entre el 42% y el 69%).
5
Los programas de mayor impacto son los subsidios salariales con los que la administración intenta hacer más
atractivo al trabajador y así fomentar su contratación.
6
trabajo voluntario y el de formación es difusa. El programa de empleo subsidiado sería el más
eficaz.
En Suiza, Gerfin y Lechner (2000) encontraron efectos positivos para programas de empleo
subsidiado. Sin embargo los programas de empleo directo, tanto en instituciones públicas como
privadas, funcionan mal, alcanzándose efectos negativos sobre la probabilidad de encontrar un
empleo.
Dentro de este panorama en el que predominan los efectos negativos, cabe señalar que estudios
relativamente más recientes han producido otros resultados. En primer lugar destacan dos de ellos
procedentes de países latinoamericanos. En Colombia, Attanasio, Kluger y Meghir (2011)
evaluaron el efecto de un programa dirigido a jóvenes de entre 18 y 25 años. Los participantes son
escogidos al azar, con lo cual el diseño del tratamiento es experimental. Según este trabajo, se
encontraron efectos positivos significativos sobre salario y sobre la probabilidad de estar trabajando
en mujeres y efectos más modestos en hombres. El programa evaluado combinaba formación con
prácticas en empresas. En Argentina, Alzúa et al (2013) evaluaron el impacto de un programa
llevado a cabo en Córdoba que tenía como objetivo la inserción laboral de jóvenes de entre 18 y 30
años de edad. Este programa, llamado Entra21, tiene un gran número de horas de prácticas de
formación en empresas. Los resultados de esta investigación encontraron impactos positivos sobre
el empleo registrado y sobre los salarios.
En segundo lugar, existen investigaciones que, sin estar necesariamente ligadas a políticas públicas,
analizan los efectos de las prácticas en empresas sobre el empleo posterior. Por ejemplo, un
experimento realizado en EEUU mediante la asignación aleatoria de experiencia en prácticas a
demandantes ficticios de empleo encontró que las prácticas incrementan la probabilidad de
conseguir entrevistas de trabajo en cerca del 14%. Los currícula enviados corresponden a titulados
universitarios y los efectos positivos destacan para los “titulados” de ramas no empresariales
(Nunley et al., 2014). En otra investigación realizada con titulados universitarios alemanes, aquellos
que pasaron por prácticas en empresas muestran, en términos relativos, una mayor propensión a
trabajar a tiempo completo y una menor probabilidad de experimentar desempleo durante los cinco
años posteriores a su titulación (Saniter, 2014).
En definitiva, la mayoría de los trabajos analizados en esta sección muestran resultados
decepcionantes de las prácticas, especialmente de aquellas desarrolladas en el ámbito del sector
público. Las excepciones vienen dadas por investigaciones hechas en América Latina y por los
últimos trabajos citados, que corresponden a titulados universitarios. No se ha encontrado ningún
trabajo que evalúe los efectos de las prácticas para titulados de otros niveles de estudios controlando
los posibles sesgos de autoselección.
3. Datos, fuentes y métodos
Los datos originales utilizados para realización de este trabajo han sido obtenidos a partir de los
registros del Servicio Público de Empleo. A partir de los mismos, y gracias a la existencia de un
mayor número de jóvenes candidatos en relación con los participantes, se cuenta con un registro de
personas que, cumpliendo los requisitos formales para participar en las prácticas y habiendo sido
preseleccionadas por el SPE, al final no fueron seleccionados ni por los ayuntamientos ni por las
empresas. Esta forma de diseñar el grupo de comparación hace que se reduzca significativamente el
sesgo de selección. Siguiendo a Bell (1995), las personas que buscan participar en un programa de
empleo son esencialmente distintas a aquellas personas que no se presentan de forma voluntaria. El
hecho de seleccionar como miembros del grupo de comparación a personas que no se han
presentado como voluntarias para participar en un programa, supondría asumir el riesgo de la
7
presencia de sesgo de autoselección. Las personas que se autoseleccionan para un programa podrían
presentar una motivación de la que, a priori, podrían carecer las personas que no se han presentado
como voluntarias. Dicha motivación también podría estar correlacionada con la consecución de un
puesto de un trabajo después de haber cursado el programa de PNL. En último término, este sesgo
podría hacer que concluyésemos como resultado del tratamiento lo que en realidad es debido a la
conformación de los grupos.
La formación de los grupos de investigación se realizó en tres fases bien diferenciadas. En una
primera fase, la administración nos mandó los datos de todas las personas que habían participado en
el programa de PNL, tanto para aquellas que habían sido seleccionadas (grupos de tratamiento)
como para las que no (grupo de comparación). Antes de presentarse a la entrevista en la empresa o
ayuntamiento, los sujetos son preseleccionados por la administración. Los criterios de selección
son, por este orden, la edad, la titulación y el área geográfica. En último término podría usarse el
criterio de tiempo inscrito como demandante de empleo. A la hora de formar el grupo de
comparación, se ha dispuesto de todos los sujetos que se habían presentado a alguna convocatoria
pero que no habían sido seleccionados. Estos sujetos estaban divididos dependiendo de la oficina de
empleo que había gestionado la convocatoria. En un primer momento se recibieron datos de 25
oficinas de toda Asturias. Todos estos datos se organizaron en un archivo único que, una vez
eliminados los repetidos y los sujetos no válidos, pasarían a conformar nuestro grupo de
comparación. En cuanto a los dos grupos de tratamiento, dispusimos de un archivo para cada uno de
ellos. Como era previsible, la mayor dificultad en esta primera fase fue conformar el grupo de
comparación. En estos archivos se incluía el DNI del sujeto, su nombre, teléfono y el resultado de la
entrevista (seleccionado/no seleccionado). A partir de estos datos comenzamos a construir los tres
grupos implicados en la investigación, cada uno de ellos en una base de datos independiente.
En una segunda fase, y una vez construidos los tres grupos, se le pidió al SPE la información
relativa a esas personas. La administración nos envió datos acerca del sexo, edad, municipio, nivel
formativo, titulación, idiomas, discapacidad e información acerca de su situación laboral una vez
terminadas las prácticas. Con la situación laboral se construyó la variable dependiente y con el resto
las variables independientes. En cuanto a la variable dependiente se ha considerado oportuno
diferenciar entre aquellos que actualmente están registrados como desempleados y los que, o bien
no están registrados como demandantes o bien son demandantes ocupados. Nótese que al hablar de
personas demandantes de empleo estamos unificando en un mismo grupo a personas que no tienen
empleo y por ello están registradas, con personas que sí tienen trabajo pero están demandando una
mejora de empleo. En nuestra muestra hay 48 sujetos que figuran como demandantes aun siendo su
situación laboral la de ocupado u ocupada. Para hacer la base más manejable y facilitar su análisis,
y dado que se ha considerado que los demandantes ocupados se parecen más a los no demandantes
que a los demandantes no ocupados, se han fundido estas dos categorías en una.
Por último, en la tercera fase se llevó a cabo una encuesta a una muestra compuesta por un centenar
de quienes participaron en prácticas en empresas, otros tantos casos seleccionados aleatoriamente
entre participantes del programa en ayuntamientos y cerca de 200 miembros del grupo de
comparación. En la encuesta se realizan preguntas relativas a la trayectoria educativa y laboral de
los jóvenes con anterioridad a la solicitud de las prácticas, así como a diversas características
familiares que podrían influir sobre su trayectoria laboral y que se pretende controlar
estadísticamente. Entre ellas están las posiciones educativas y ocupacionales de sus padres,
referidas al momento en que los encuestados tenían 16 años.
En el Cuadro 1 se presentan los estadísticos descriptivos de la base de datos de registro. En general
existe una similitud en las distribuciones de las variables de sexo, formación, discapacidad e
idiomas. En cuanto a las diferencias en las distribuciones, se observa cierta discrepancia entre las
personas de entre 21-23 años dentro del grupo empresa con respecto al grupo de comparación, y en
8
la distribución
equilibradas.
de algunas comarcas, si bien en otras las distribuciones están relativamente
En cuanto al método, y debido a la imposibilidad de formar aleatoriamente los grupos, se ha optado
por el uso de metodología cuasiexperimental. Siguiendo a Cook y Campbell (1986), un cuasiexperimento es como un experimento de asignación aleatoria en todos los aspectos menos en la
asunción inicial de la equivalencia entre los grupos. Debido a esta ausencia de equivalencia entre
los grupos a analizar, no podemos asegurar que las hipotéticas diferencias intergrupales posttratamiento estén causadas por dichas diferencias y no por el efecto del tratamiento, en este caso, el
hecho de haber participado en un PNL.
Dentro de la metodología cuasiexperiental, se utiliza el Propensity Score Matching, una de las
técnicas más adecuadas a la evaluación de programas y políticas públicas (Rodríguez, 2012). Dado
que el objetivo último de una evaluación es saber hasta qué punto un programa o intervención es
eficaz a la hora de cumplir con los objetivos para los que ha sido diseñada, la principal dificultad a
la hora de evaluarla es hipotetizar qué habría pasado con los sujetos a los que se les ha aplicado el
programa en ausencia de tratamiento. Véase que, por su propia definición, es imposible poder
observar a un sujeto como participante y a la vez como no participante. Lo que hacen los distintos
métodos es intentar estimar este contrafactual a partir de técnicas estadísticas. Bajo la asunción de la
metodología experimental, cuando la asignación de los sujetos al tratamiento es aleatoria, los
participantes y los no participantes son comparables a efectos de resultado, tanto en sus
características observables como en las inobservables. Así, la comparación de estos sujetos
participantes con los no participantes podría suponer una evaluación del resultado de un hipotético
programa. Es justo en este campo en el que actuaría el PSM. Para evitar las diferencias entre
participantes y no participantes, lo cual invalidaría cualquier tipo de comparación entre ellos, las
técnicas de emparejamiento (matching) tratan de emparejar una unidad no tratada con una tratada
que sea estadísticamente similar. Una vez hechos estos emparejamientos, se procederá a comparar
la media del grupo de los tratados en una variable resultado, con la media de los no tratados en esa
misma variable (Average Treatment on the Treated, ATT). El problema a la hora de comparar a los
sujetos tratados con los no tratados surge a la hora de saber qué variables se usan para dicha
comparación. En otras palabras, cuántas variables usamos a la hora de considerar a dos sujetos
similares y, de esta forma, comparables. Para solucionar este problema, Rosembaun y Rubin (1983)
propusieron el cálculo de la probabilidad de participar en el programa (propensity score) a partir de
una regresión mediante un modelo logic o probit. Así, la probabilidad de participación resumiría
todas la características observables del sujeto y será justamente este propensity score el que se usará
para comparar a los sujetos.
Para poder llevar a cabo estos emparejamientos, aparte de contar con un número suficiente de
variables, han de cumplirse dos supuestos, el supuesto de independencia condicionada y el supuesto
de soporte común. El primero de ellos asume que la participación en el programa será independiente
de los resultados en la variable objetivo; si las características de un sujeto están relacionadas tanto
con su condición de participante/no participante como con el resultado, este supuesto no se
cumplirá. El segundo de los criterios supone que ha de haber un solapamiento entre la distribución
de las características observables de los sujetos del grupo de tratamiento y de comparación. La
aplicación de PSM exige aproximarse lo más cerca posible al cumplimiento de estos dos supuestos,
cosa que se considera lograda en esta investigación.
9
Cuadro 1
COMPOSICIÓN DE LOS GRUPOS PNL Y DEL GRUPO DE COMPARACIÓN
Comparación
Población..................
Ayuntamiento
595
Empresa
Todos
86
980
43,0
57,0
43,8
56,2
22,1
34,9
17,4
25,6
20,7
32,0
25,5
21,7
12,8
24,4
55,8
7,0
6,7
38,5
51,8
3,0
299
Distribución por sexos (%)
Hombre..........................
Mujer.............................
46,6
53,4
38,5
61,5
Distribución por niveles educativos (%)
F.P. Grado Medio y
Cert. de Profesionalidad
F.P. Grado superior.........
Diplomatura.....................
Licenciatura y Máster.....
22,5
29,1
24,9
23,5
16,7
37,1
29,1
17,1
Distribución por edad (%)
(18-20).............................
(21-23).............................
(24-26).............................
(27-30).............................
7,1
40,0
50,4
2,5
4,3
39,5
53,5
2,7
Distribución por dominio de una segunda lengua (%)
No habla..........................
Habla un idioma .............
Más de un idioma...........
28,7
49,7
21,5
26,8
51,2
22,1
25,6
50,0
22,4
27,9
50,2
21,9
8,1
30,2
3,5
43,0
7,0
0,0
5,8
2,3
11,9
28,5
2,7
35,7
5,9
3,1
11,0
1,2
Distribución por comarcas (%)
A.......................................
B.......................................
C.......................................
D…...................................
E.......................................
F……...............................
G......................................
H…..................................
9,1
33,9
1,3
35,1
6,4
1,8
11,4
0,8
18,7
17,1
5
34,8
4,7
6,4
11,7
1,7
4. Resultados
La hipótesis de partida es que las PNL contribuirán a aumentar la inserción laboral posterior, tanto
de aquellas personas que realizan sus prácticas en una empresa como la de las que las hacen en un
ayuntamiento. Ese es el objetivo del programa. En el análisis realizado con datos de registro, la
mejora en la inserción laboral deberá redundar en un menor número de personas registradas como
demandantes de empleo. Este menor registro podría explicarse o bien por el aumento de la
cualificación laboral o bien por un efecto de señal positiva percibida por los empresarios (Mato y
Cueto, 2008).
10
En el cuadro 2 se muestran los resultados brutos de la situación laboral de los sujetos en torno a los
doce meses después de la finalización de las PNL, distinguiendo entre el grupo ayuntamiento, el
grupo empresa y el grupo de comparación. Como puede observarse, entre las personas que han
hecho una PNL en una empresa, el porcentaje de no demandantes o de demandantes ocupados es
mayor que entre las personas que han cursado unas prácticas en un Ayuntamiento. Las diferencias
encontradas son estadísticamente significativas al 99%. En el grupo de control hay prácticamente el
mismo número de demandantes que de no demandantes.
Cuadro 2
DIFERENCIAS EN LA SITUACIÓN LABORAL ENTRE LOS GRUPOS PARTICIPANTES Y
EL GRUPO DE COMPARACIÓN
Desempleados (%)
No demandantes y demandantes
ocupados (%)
Control
48,2
51,8
Ayuntamiento
73,6
26,4
Empresa
20,9
79,1
Nota: las diferencias encontradas entre cada uno de los grupos de tratamiento y el grupo de comparación son
significativas al 99 por 100 según la prueba de chi-cuadrado.
Cuadro 3
ESTIMACIÓN DEL PROPENSITY SCORE EMPRESA (MODELO PROBIT)
Empresa
Sexo (ref: mujer)
Coeficiente
.1200385
Error Est.
.1329607
z
0.90
P>|z|
0.367
Intervalo Confianza 95%
-.1405596 .3806367
Idiomas (ref: más de un idioma)
No
-.1385356
Un idioma
-.0275774
.2030853
.1658543
-0.68
-0.17
0.495
0.868
-.5365754
-.3526459
.2595042
.2974912
Formación (ref: licenciatura y máster)
F.P. Grado Medio
.0575109
y Cert. de Profes.
FP superior
.1963337
Diplomatura
-.0770171
.2213802
0.26
0.795
-.3763863
.4914081
.1817894
.1955309
1.08
-0.39
0.280
0.694
-.1599669
-.4602505
.5526344
.3062163
Edad (ref: 27-30)
18-20
21-23
24-26
-.2023373
-.8121534*
-.4990105
.3670714
.319741
.3083701
-0.55
-2.54
-1.62
0.581
0.011
0.106
-.9217839 .5171094
-1.438834 -.1854726
-1.103405 .1053838
Zona geográfica (ref: Comarca B)
Comarca A
.0450072
Comarca C
.6487789
Comarca D
.1360827
Comarca E
.1010528
Comarca F
-.2335613
Comarca G
.6522768
.2445741
.4227423
.1526694
.2659917
.25713
.5326661
0.18
1.53
0.89
0.38
-0.91
1.22
0.854
0.125
0.373
0.704
0.364
0.221
-.4343493
-.1797808
-.1631438
-.4202815
-.7375269
-.3917296
.5243637
1.477339
.4353093
.622387
.2704042
1.696283
0.035
-1.619176
-.059558
Constante
-.8393669*
.397869
-2.11
**: significatividad al 99 por 100; *: significatividad al 95 por 100.
11
No obstante, a partir de estos registros no cabe concluir un efecto causal de las prácticas, ya que las
diferencias que puedan existir entre los participantes de ambos grupos de tratamiento y el grupo de
comparación podrían estar explicando, al menos en parte, las diferencias en los registros. Para
calcular el efecto que se deriva exclusivamente de las PNL se ha usado, como queda dicho, el
método de emparejamiento basado en propensity score o probabilidad de asignación. El programa
que se ha utilizado para el emparejamiento es el método del vecino más cercano (nearest neighbor
matchig desarrollado por Becker e Ichino). Este método ordena los registros a partir de su valor PS
y una vez ordenados los casos, se emparejan los casos cuyos PS más se aproximen. El resultado de
las ecuaciones de participación en las prácticas con datos de registro se muestran en los cuadros 3 y
4.
Cuadro 4
ESTIMACIÓN DEL PROPENSITY SCORE AYUNTAMIENTO (MODELO PROBIT)
Ayuntamiento
Sexo (ref: mujer)
Coeficiente
.2479087 **
Idiomas (ref: más de un idioma)
No habla
-.1216425
Un idioma
-.0806727
Formación (ref: licenciatura y máster)
F.P. Grado Medio
.1841783
y Cert. de Profes.
F.P. superior
.430452 **
Diplomatura
.3381411 *
Edad (ref: 27-30)
18-20
21-23
24-26
-.4802823
-.2008405
-.0885431
Zona geográfica (ref: Comarca B)
Comarca A
.8511523**
Comarca C
1.345441**
Comarca D
.4356289**
Comarca E
.2048824
Comarca F
.4049254**
Comarca G
.9311158*
Comarca H
1.260561**
Constante
-1.28473**
Error Est.
.0939499
z
2.64
P>|z|
0.008
.1401781
.1173614
-0.87
-0.69
0.386
0.492
.162839
1.13
.1346116
.1352551
Intervalo Confianza 95%
.0637702 .4320471
-.3963865
-.3106967
.1531015
.1493513
0.258
-.1349804
.5033369
3.20
2.50
0.001
0.012
.1666182
.0730459
.6942858
.6032363
.3431943
.2845327
.2825424
-1.40
-0.71
-0.31
0.162
0.480
0.754
-1.152931
-.7585143
-.642316
.1923661
.3568334
.4652299
.1532974
.2927778
.118837
.2110457
.1581209
.4101168
.254898
.347334
5.55
4.60
3.67
0.97
2.56
2.27
4.95
-3.70
0.000
0.000
0.000
0.332
0.010
0.023
0.000
0.000
.5506949
.7716075
.2027126
-.2087595
.0950142
.1273016
.7609706
-1.965492
1.15161
1.919275
.6685453
.6185244
.7148366
1.73493
1.760152
-.6039674
**: significatividad al 99 por 100; *: significatividad al 95 por 100
Una vez calculadas las probabilidades de asignación o scores y comprobado el cumplimiento de la
condición de balance ente los grupos, en los cuadros siguientes se presentan los resultados de las
regresiones que abordan los efectos medios del tratamiento (las prácticas) sobre los participantes. El
cuadro 5 recoge, en primer lugar, los efectos estimados a partir de los datos de registro. En el
mismo se refleja que, como cabía esperar de los descriptivos de situación laboral a los 12 meses, el
coeficiente que recoge el efecto de las prácticas en empresa es positivo y significativo, mientras que
el referido al efecto de las prácticas en ayuntamientos es negativo y también significativo al 99 por
ciento.
12
Por tanto, un primer análisis con datos de registro ofrece como conclusión que el tipo de
organización puede ser determinante a la hora de explicar los primeros pasos en la inserción laboral
de los jóvenes titulados. Resulta especialmente preocupante que, si se confirmasen estos efectos, las
prácticas en entidades locales puedan estar restando posibilidades de empleo subsiguiente a los
jóvenes que las protagonizan. Una posible explicación de este efecto negativo podría encontrarse en
que el efecto de trabajar durante unos meses en un ayuntamiento fuese el incremento de los
opositores entre los participantes, extremo que la base de datos de registro no permite cotejar.
Cuadro 5
EFECTO DEL TRATAMIENTO SOBRE LOS TRATADOS (DATOS DE REGISTRO)
ATT
Error Est.
t
Prácticas en empresas
0,244***
0,068
3,566
Prácticas en ayuntamientos
-0,262***
0,050
-5,280
Nota: Coeficientes bootstrapping estimados con software Stata.
Como se ha señalado ya, la tercera fase de la investigación supuso la realización de una encuesta
que, en síntesis, tiene cuatro objetivos. En primer lugar, la encuesta permite preguntar a los jóvenes
extremos de su trayectoria familiar, educativa y laboral que generan un número de variables
observadas muy superior a las disponibles en los registros del Servicio Público de Empleo. Esto ya
es una ventaja porque la fiabilidad del propensity score se incrementa al aumentar el número de
variables en la ecuación de selección. En segundo lugar, la encuesta permite confirmar o rechazar la
hipótesis del incremento de opositores entre los participantes en prácticas de ayuntamientos.
Finalmente, en tercer lugar, la información relativa a los antecedentes familiares permite controlar
la posible incidencia de las circunstancias familiares, en línea con lo que se ha apuntado en la
introducción de esta investigación. Por último, la encuesta se realizó seis meses después de la toma
de datos de registro y debería servir para confirmar, en líneas generales, las situaciones laborales de
los jóvenes obtenidas del registro del SPE.
Los cuadros A-1 y A-2, en el anexo, recogen los resultados de las ecuaciones de selección
realizadas con cada una de las modalidades de prácticas. En las mismas se han introducido, además
del sexo, la edad y el nivel educativo de los jóvenes, variables que hacen referencia específicamente
al origen social, como el nivel educativo y el nivel ocupacional, tanto del padre como de la madre,
cuando el joven tenía 16 años; una variable relativa al desempeño educativo como es la nota media
aproximada (y autoinformada) durante el período de estudios; y dos variables relacionadas con la
trayectoria del joven, como son si éste se había independizado residencialmente de su familia de
origen con anterioridad a solicitar las prácticas y, por último, si había tenido experiencia laboral con
anterioridad a ese mismo momento. Los cuadros muestran que los niveles de estudios de los padres
son las únicas variables que contribuyen significativamente a explicar la participación en las
prácticas y que ello es así en las dos modalidades existentes.
Finalmente, el cuadro 6 refleja los efectos medios estimados con los datos de encuesta, utilizando el
método anteriormente citado del vecino más cercano. En el mismo se observa que los signos de los
coeficientes no cambian, aunque sus valores se reducen, indicando que parte de la capacidad
explicativa achacada a cada una de las modalidades del programa en los análisis con datos de
registro podría deberse a diferencias en variables de origen familiar y de trayectoria individual. En
todo caso, la encuesta realizada confirma que, una vez tenidas en cuenta diversas variables
adicionales, las prácticas en empresas producen efectos positivos, mientras que con las prácticas en
13
ayuntamientos sucede al revés, pues reducen la probabilidad de empleo a los 18 meses. Por tanto, se
confirman las pautas de situaciones laborales recogidas del Servicio Público de Empleo.
Por otra parte, se rechaza la hipótesis de que la causa de los efectos negativos sobre el empleo de las
prácticas en ayuntamientos se deba a la preparación de oposiciones, pues el número de jóvenes que
dice estar preparándolas, aunque superior al de los otros grupos, es insuficiente para extraer
conclusiones significativas.
Cuadro 6
EFECTO DEL TRATAMIENTO SOBRE LOS TRATADOS (ENCUESTA)
ATT
Error Est.
t
Prácticas en empresas
0,232**
0,084
2,772
Prácticas en ayuntamientos
-0,327*
0,096
-3,421
Nota: Coeficientes bootstrapping estimados con software Stata.
5. Conclusiones
La escasez de evaluaciones empíricas de políticas públicas y, concretamente, de políticas de
empleo, contrasta con la gravedad de los problemas económicos y sociales que la crisis no ha hecho
sino acentuar. También contrasta con los importantes recursos públicos destinados a cuestiones
específicas, como las que se abordan en este trabajo. Como ha ocurrido anteriormente con otros
tipos de políticas activas, como las subvenciones a la contratación, se podrían estar destinando
esfuerzos significativos a medidas que se han demostrado desfavorables para la inserción laboral
posterior.
En esta investigación se ha podido llevar a cabo un análisis empírico de políticas activas para
jóvenes gracias a los datos del Servicio Público de Empleo, promotor del programa analizado. Las
conclusiones sobre los efectos de las prácticas en la inserción laboral temprana de jóvenes titulados
de diversos niveles de estudios son muy claras: el paso por la empresa contribuye
significativamente a la inserción a medio plazo (entre 12 y 18 meses), mientras que con las
prácticas en ayuntamientos ocurre exactamente lo contrario.
Por si los datos de registro no fuesen suficientemente representativos o por si la falta de variables de
trayectoria familiar, educativa y laboral de los jóvenes pudiera llevar a otorgar a las prácticas una
capacidad explicativa de la que carecen, se ha llevado a cabo una encuesta a cerca de 400 jóvenes
cuya explotación confirma los resultados anteriores. Adicionalmente, la encuesta ha permitido
analizar la influencia de esas variables adicionales, entre las que el nivel educativo de los padres
parece influir sobre la probabilidad de selección a las prácticas.
Esta investigación arrancaba mencionando tres tipos de riesgos: el del legado familiar del
desempleo de los padres a los hijos, el de las cicatrices del paro sobre los individuos a largo plazo y
el de que los jóvenes “se pierdan” en la transición. El análisis realizado no se centraba sobre estos
riesgos, pero sus resultados pueden y deben contribuir a mejorar la toma de decisiones en políticas
activas para jóvenes y, al hacerlo, pueden coadyuvar también a reducir aquellos.
14
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