CAMBIOS Y TENDENCIAS DE FUTURO EN LAS DINÁMICAS RELACIONALES DEL TSAS CON LOS SECTORES PÚBLICO Y PRIVADO LUCRATIVO. GT 33 Política social y trabajo social (versión preliminar) Rodríguez Cabrero, Gregorio.(Universidad de Alcalá), gregorio.rodriguez@uah.es Marbán Gallego, Vicente (Universidad de Alcalá), vicente.marban@uah.es . RESUMEN Nuestro sistema de bienestar se ha ido reestructurando en las últimas décadas incidiendo cada vez más en la dinámica de las relaciones entre las distintas esferas de bienestar. Del papel del Estado como institución central en la acción social de responsabilidad pública, en la que el Tercer Sector de Acción social (TSAS) desempeñaba un papel subalterno y el sector privado era casi testimonial, hemos pasado en las últimas décadas a un sistema de bienestar donde parte de la responsabilidad en la gestión de la intervención social se ha ido trasladando progresivamente hacia el TSAS y cada vez más hacia el mercado. Partimos de la hipótesis de que la crisis actual ha acentuado esta tendencia provocando un marco general de competencia selectiva pero también de incipiente colaboración entre las esferas mercantil y del TSAS por la gestión de servicios públicos sometidos a procesos de contratación pública a la par que se profundiza en formas estables de cooperación del TSAS con el sector público. Según la encuesta de la Plataforma de Organizaciones de Acción Social (POAS) de 2015, la colaboración del TSAS con el Estado sigue siendo la más importante aunque desde 2011 se ha reducido (del 68% de las entidades al 63%) mientras que ha aumentado la colaboración con el sector privado (17% de las entidades a casi el 20%). La revisión de la literatura nos sugiere que los debates en el TSAS basculan entre posiciones de recelo, de confluencia estratégica o de cooperación estable con dichos sectores y sobre los que subyacen transversalmente aspectos como la búsqueda de equilibrios entre dependencia financiera y autonomía reivindicativa. Nuestro objetivo es analizar estas tendencias en clave cualitativa incidiendo en los debates internos que se están produciendo en el TSAS sobre los cambios actuales y el devenir futuro sobre su relación con el sector público y el sector privado lucrativo. En este sentido, nos preguntamos, entre otras cuestiones, sobre si la relación entre Estado y TSAS tenderá a consolidarse en los años venideros o si la relación entre el TSAS y la empresa mercantil seguirá siendo competitiva o tenderá a combinarse con nuevas formas de colaboración selectiva en determinados ámbitos susceptibles de colaboración como la inclusión laboral o la igualdad de género. Para ello, partiremos de la reexplotación de 6 grupos de discusión, 21 entrevistas en profundidad y un estudio Delphi a 31 informantes realizados entre marzo y julio de 2015 entre personal directivo de entidades sociales, expertos en TSAS y responsables políticos realizados en el marco del Proyecto de investigación de Ciudadanía Activa coordinado por la POAS cofinanciado por el Mecanismo del Espacio Económico Europeo 2009-2014. PALABRAS CLAVE: Tercer Sector de Acción Social, Estado de Bienestar, Economía Social, Sector Público, Welfare mix. Introducción La contención del gasto asociada a los procesos de consolidación fiscal, la supeditación del diálogo social, y en menor medida del civil, a dichos procesos o el condicionamiento de las políticas sociales al neoliberalismo emergente en la Unión Europea durante las últimas décadas ha difuminado la influencia central del Estado de Bienestar y ha potenciado la influencia del mercado y el Tercer Sector de Acción Social (TSAS en adelante) en la gestión de la intervención social de responsabilidad pública. El resultado es un escenario de interrelaciones e interdependencias cruzadas e influencias mutuas asimétricas entre el Estado, el mercado y el Tercer Sector donde éste último ocupa una posición intersticial y subalterna en el contexto de un Estado menguante y un mercado de servicios sociales en ascenso. En relación al Estado, el TSAS se ha convertido en una extensión sui géneris del mismo mediante la producción de servicios de responsabilidad pública y la cooperación mediante el Diálogo Civil, con inevitables tensiones entre su dependencia financiera y su autonomía reivindicativa. En relación al mercado, por un lado, la concurrencia colaborativa del TSAS con el sector mercantil en el desarrollo de proyectos de intervención social y, por el otro, la concurrencia competitiva entre ambos en la concertación y contratación de servicios sociales introduciendo intereses financieros en el diseño de las políticas públicas, también condicionan la autonomía del TSAS así como sus funciones de abogacía social y de democracia participativa. En este sentido, en el texto partimos de la hipótesis de que la crisis actual ha precipitado dos fenómenos. En primer lugar, que la crisis ha puesto de manifiesto que es necesario seguir desarrollando formas estables de cooperación del TSAS con el sector público, sobre todo en la gestión de servicios públicos y en programas de lucha contra la exclusión social y laboral. Esta cooperación estable continuará en el futuro aunque condicionada por la prevalencia de las políticas económicas pro-consolidación fiscal y políticas sociales pro-mercado. En segundo lugar, que asumiendo un escenario general de competencia selectiva del TSAS con el sector mercantil, la crisis está precipitando un escenario de incipiente colaboración estratégica entre ambas esferas no exentas de recelos mutuos ni de debates sobre cómo conciliar dependencia financiera y autonomía reivindicativa. Para contrastar estas hipótesis recurriremos a la reexplotación de 21 entrevistas en profundidad, 6 grupos de discusión y un estudio Delphi a 31 informantes cualificados realizados entre marzo y julio de 2015 entre personal directivo de entidades sociales, personas expertas en TSAS, responsables políticos y de la sociedad civil. Su realización fue posible gracias al Proyecto de investigación de Ciudadanía Activa coordinado por la POAS, de concurrencia competitiva y cofinanciado por el Mecanismo del Espacio Económico Europeo 2009-2014. Nuestro objetivo es analizar los cambios y tendencias de futuro en las dinámicas relacionales del TSAS con los sectores público y privado lucrativo. En particular, una vez descrita la metodología empleada (apartado 2) analizaremos dichas dinámicas en la actualidad (apartado 3) y esbozaremos en clave prospectiva y cualitativa cómo se percibe desde el TSAS la relación entre Estado y TSAS en el largo plazo y las propuestas tentativas para el desarrollo de un marco de colaboración entre los distintos sectores en los años venideros (apartado 4). 2. Metodología Los resultados presentados en este texto se basan en el análisis de fuentes secundarias, básicamente la revisión de la literatura relacionada con el tema propuesto y en la explotación de fuentes primarias de información como las entrevistas en profundidad, grupos de discusión y el estudio Delphi realizados a mediados de 2015. Con estas técnicas de investigación hemos recogido las opiniones, motivaciones e ideologías de entidades y líderes del TSAS, así como de representantes de la sociedad civil (movimientos sociales, empresa mercantil y economía social). Para este análisis cualitativo hemos tenido en cuenta variables como el tamaño de las organizaciones, su implantación territorial, el tipo de financiación prevalente (europea, estatales o municipal), el grado de articulación en red y tipo de actividad principal. En la selección de los informantes se tuvieron en cuenta criterios de igualdad de género1. En cuanto a las entrevistas en profundidad se han realizado 21 entrevistas entre tipos significativos de expertos académicos e investigadores, directivos sociales, representantes de la Administración Pública central, autonómica y local, organizaciones profesionales relacionadas con el TSAS y de representantes de las empresas y movimientos sociales. El objetivo de estas entrevistas fue doble: a) lograr información cualificada de representantes arquetípicos de la sociedad civil sobre el objetivo de la investigación; b) en segundo lugar, captar los problemas más importantes de presente y futuro del sector que permitiesen un adecuado diseño del cuestionario Delphi y de los grupos de discusión. Los grupos de discusión han servido para interpretar cómo los actores del TSAS ven la salida a la crisis actual, cómo contemplan la posición de dicho sector en la reforma social futura y qué tipo de alianzas prevén para el fortalecimiento del sector. Se celebraron 6 grupos de discusión en 5 ciudades (Bilbao, Madrid- dos grupos- Barcelona, Zaragoza y Sevilla) con un total de 43 participantes entre los cuales se encuentran representantes de movimientos sociales y vecinales y entidades de diferente tamaño y nivel (grandes, medianas y pequeñas; entidades de segundo nivel y plataformas de ONGs), orientadas a distintos colectivos y gestoras de servicios y programas de intervención social. 1 A lo largo del texto cuando nos referimos a expertos, directivos, etc. para no sobrecargar el texto evidentemente también nos referimos a expertas, directivas, etc. Con el estudio Delphi, al tratarse de una técnica interactiva y prospectiva hemos pretendido sistematizar el posible consenso entre participantes sobre la situación actual y tendencias futuras de la relación del TSAS con los sectores público y privado, entre otros aspectos. El cuestionario se remitió en dos rondas. La primera ronda fue remitida a 49 informantes y respondió un 65 % (32 participantes) a los cuales se les consultó en una segunda ronda, a la que contestaron 31 participantes. En la selección de los informantes se tuvo en cuenta su capacidad y visión amplia del Tercer Sector de Acción Social. En la selección de las entidades representadas por dichos informantes se combinaron criterios como el tipo de actividad (representación y gestión de servicios), tamaño (grandes, medianas y pequeñas ) y criterio sectorial o de colectivos con los que trabajan las entidades (personas mayores, personas con discapacidad, población gitana, drogodependencias). 3. Dinámicas relacionales del TSAS con los sectores público y privado en la actualidad Factores como la consolidación fiscal, la creciente presencia de la empresa mercantil en la producción de servicios públicos de bienestar en el espacio europeo y la apuesta de la UE por un acercamiento del TSAS a la empresa mercantil o por formas de partenariado y de welfare mix en la producción de bienestar (Fundación Luis Vives, Antares Consulting y Fundación Caja Madrid, 2011) han acelerado el debate sobre la relación entre las tres esferas institucionales y su papel en las políticas sociales. Para analizar sus actuales dinámicas relacionales, en el apartado 3.1 nos remitiremos a una breve revisión de la literatura y a los resultados de la encuesta de la Plataforma de Organizaciones de Acción Social (POAS, 2015)2 y, en el apartado 3.2 a los hallazgos de los grupos de discusión, las entrevistas en profundidad y el estudio Delphi realizados. 3.1. El estado de la cuestión. Apuntes básicos - La revisión de la literatura nos ha permitido documentar la relación entre el TSAS, el sector público y el sector privado lucrativo en la gestión de servicios sociales y en el desarrollo de políticas contra la exclusión (Casado, 2003; Fantova, 2005; FLV, 2009; 2 La encuesta de la Plataforma de ONG de Acción Social (POAS 2015) es una continuación de las realizadas por la Fundación Luís Vives en los años 2010 y 2012 (Fundación Luís Vives, 2010, 2012) referidas a información de los años 2008 y 2010 respectivamente. Los resultados de la encuesta POAS 2015 pueden encontrarse en enlace http://www.plataformaong.org/ciudadaniaactiva/tercersector/resumen_ejecutivo_el_TSAS_en_2015_imp acto_de_la_crisis.pdf Fresno, 2014; Marbán y Rodríguez Cabrero, 2006, 2008 y 2013; Montserrat, 2013; Pérez Díaz y López Novo, 2003; Pérez Yruela y Navarro 2013; Price Waterhouse Coopers, 2012; Revilla, 2002; Ruiz Olabuénaga, 2006; Vidal, 2013). En síntesis, en lo que respecta a la relación del TSAS con el sector público, buena parte de la literatura coincide en señalar la necesidad de una “relación estable” del TSAS con el sector público sobre la base de una menor dependencia financiera del Estado, potenciando un diálogo civil no corporatista o de orientación al poder por parte del TSAS y donde la producción de servicios sociales fuera compatible, o al menos no desplazase, el desarrollo de las funciones de incidencia política y democracia participativa (Fundación Luís Vives, 2009). En cuanto a la relación entre el TSAS y el sector mercantil existen coincidencias en dicha literatura en que el grado de porosidad o resistencia entre ambos está condicionado por variables como el sector de actividad, el tamaño organizativo o la propia orientación ideológica del sector de actividad de modo que la propensión a la colaboración tiende a ser mayor en las entidades de mayor tamaño, en las orientadas al ámbito de la inserción laboral o en aquellas entidades regidas por un lógica fundante proveniente del mercado (López Rey, 2006 y 2008). En cuanto a las formas de colaboración económica, las más habituales serían la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), el patrocinio empresarial o la creación de fundaciones privadas orientadas a la formación, la inclusión de personas con discapacidad, el consumo de drogas o la protección del medio ambiente (Valor y Merino, 2008; Revista de Responsabilidad Social Empresarial de la Fundación Luis Vives). Según la literatura revisada, los ámbitos de acción más propensos a la colaboración serían los relacionados con la inclusión laboral por cuanto contribuye a facilitar la entrada en el mercado de trabajo de los colectivos más vulnerables, en especial de las personas con discapacidad mediante los centros especiales de empleo que en buena medida se financian mediante la prestación de servicios de producción a empresas privadas. - Desde un punto de vista cuantitativo, según la encuesta de la Plataforma de Organizaciones de Acción Social (POAS, 2015), entre 2011 y 2013 ha disminuido la colaboración del TSAS con el sector público y se ha intensificado su colaboración con el sector privado (tabla I). En este periodo, se ha reducido en cinco puntos el porcentaje de entidades del TSAS que tienen mucha o bastante colaboración con el sector público (del 68,3% al 63%) y han aumentado en casi 5 puntos (del 0,5% al 5%) las entidades que no tienen ninguna colaboración. Por el contrario, la colaboración con el sector privado se ha incrementado en más de tres puntos (del 16,7% el 20%) y las entidades que no tenían ningún tipo de colaboración con las empresas se ha reducido en 5 puntos (del 18,5% al 13,2%). Tabla I. Distribución porcentual de las entidades del TSAS según el grado de valoración/cooperación con la Administración Pública, las empresas y las entidades del TSAS Administración Pública 2011 2015 0,5 4,7 Nula (1) 25,6 23,9 Poca (2) 50,1 41,2 Bastante (3) 18,2 21,6 Mucha (4) 5,6 8,7 NS/NC 100 100 Total 2,91 2,87 Media (escala 1-4) Fuente: Elaborado en base a Encuesta POAS 2015 y Anuario Empresas Entidades del TSAS 2011 2015 2011 2015 18,5 13,2 2,7 4,0 56,5 54,5 21,1 17,6 14,6 16,4 46,6 38,4 2,1 3,4 22,1 27,6 8,3 12,6 7,6 12,4 100 100 100 100 2,0 2,11 2,95 3,02 del Tercer Sector 2012 (Fundación Luís Vives, 2012). 3.2 La perspectiva del TSAS sobre su relación con el sector público y el sector privado Según los resultados de las entrevistas en profundidad, los grupos de discusión y el estudio Delphi realizados, la relación del TSAS con los sectores público y privado lucrativo se encuentra en un proceso de cambio gradual precipitado por la crisis, cuya consecuencia ha sido “una creciente desresponsabilización del Sector Público y una creciente mercantilización de la acción social” (entrevista 16). Ello obliga al TSAS a trazar una estrategia de colaboración estable con el Sector Público y de colaboración selectiva con la esfera mercantil para conciliar su sostenibilidad económica y visibilidad social con una autonomía suficiente para ser un actor clave de incidencia cívico-política frente a ambos sectores. - En cuanto a la relación del TSAS con el sector público el debate no está en la pertinencia de la cooperación con el Estado sino en cómo articularla. La consolidación organizativa del TSAS desde los años 90 surgida al calor de su colaboración con el Estado en la prestación de servicios sociales y en programas de intervención social también ha llevado aparejada una elevada dependencia financiera que ha cuestionado la autonomía y capacidad crítica del TSAS. Como constatamos en el estudio Delphi (gráfico 1), cuando preguntamos sobre las relaciones del TSAS con las administraciones públicas (AAPP) en el plano reivindicativo, observamos que existe un amplio consenso en que el TSAS es altamente dependiente del Estado, que necesita orientarse hacia un modelo de defensa de derechos y que es un sector muy heterogéneo en la reivindicación. Los académicos e investigadores, también consideran que su dependencia financiera lastra su capacidad crítica con las AAPP. Gráfico 1: Relaciones TSAS y administraciones públicas (AAPP) en el plano reivindicativo Fuente: Elaboración propia a partir de resultados del estudio Delphi (2ª ronda) Nota: Valor de la mediana= 5 totalmente de acuerdo; 1 totalmente en desacuerdo con la afirmación El debate subyacente entre los participantes en las entrevistas en profundidad y en los grupos de discusión bascula entre las siguientes interpretaciones sobre la relación entre Estado y TSAS, todas ellas con un mínimo común denominador: que la relación entre TSAS y Estado es una realidad incuestionable, que es necesaria para dar una respuesta eficaz a las necesidades de los colectivos vulnerables y excluidos de la sociedad y que la “participación del TSAS no signifique menos Estado” (entrevista 5): 1- La alianza estratégica general con el Estado. Esta interpretación no goza de grandes apoyos por cuanto supondría de mimetización con el sector público en detrimento de la capacidad de incidencia política. No se descartan, sin embargo, “alianzas puntuales para lograr objetivos claves en la lucha contra la exclusión social” así como “ formar parte de la gobernanza de las políticas sociales” (entrevista 4) 2- La colaboración económica o instrumental entre TSAS y Estado. Esta pauta de comportamiento, según apuntan los informantes, ha sido la pauta habitual en los últimos años y se ha acentuado con la crisis para hacer frente a los impactos sociales de las políticas de austeridad fiscal si bien corre el riesgo de dar lugar a “prácticas clientelistas y corporatistas” (entrevista 3) que cuestionen la autonomía del TSAS y reduzcan su capacidad reivindicativa. 3- La colaboración permanente y estable con el Estado con la máxima autonomía posible. Es la interpretación que cuenta con un mayor apoyo, lo que a su vez supone: a) Una mayor implicación del TSAS en el diseño de las políticas sociales; b) Una financiación suficiente y garantizada de los servicios sociales de responsabilidad pública provistos por el TSAS “sin que ello suponga merma alguna de su capacidad reivindicativa” (entrevista 8) y que permita la coexistencia pacífica de una colaboración estable y de la crítica del despliegue y efectividad de las políticas sociales; c) Consolidar la capacidad de negociación e interlocución con el Sector Público en base a un status reconocido. En este sentido, según nuestros informantes en el estudio Delphi (gráfico 2), el empoderamiento del TSAS como interlocutor ante las AAPP se ha fortalecido en los últimos años gracias a la articulación del TSAS en plataformas y a la creciente profesionalización del sector. En el caso de las plataformas de coordinación nuestros informantes confirman que tienen un impacto positivo en la simplificación de la colaboración con las AAPP, en la canalización de la diversidad de demandas de las entidades sociales y de los colectivos y en la reducción de los costes de transacción con las AAPP si bien los académicos e investigadores consultados en el Delphi advierten que la concentración de la interlocución con las AAPP en grandes plataformas también podría tener sus riesgos por su impacto negativo en el acceso de las organizaciones pequeñas y medianas a una financiación pública estable (gráfico 3). Gráfico 2: Razones del empoderamiento del TSAS como interlocutor ante las AAPP Fuente: Elaboración propia a partir de resultados del estudio Delphi (2ª ronda) Nota: Valor de la mediana= 1: el más importante, 5 el menos importante ( entre los 5 ítem elegidos) Gráfico 3: El TSAS y las grandes plataformas de coordinación Fuente: Elaboración propia a partir de resultados del estudio Delphi (2ª ronda) Nota: Valor de la mediana= 5 totalmente de acuerdo; 1 totalmente en desacuerdo con la afirmación - En lo que se refiere a la relación entre el TSAS y el mercado podemos calificarla de ambivalente por cuanto en la “heterogénea galaxia que representa el TSAS” convive la colaboración con las empresas a través de programas y acciones sociales, la RSC y el mecenazgo en ámbitos de interés común, con relaciones de competencia en aquellos servicios que son rentables desde el punto de vista del mercado. Según nuestros informantes la relación de competencia o colaboración con el sector privado depende de factores como: a) El tamaño de las organizaciones (con mayor tendencia a colaborar en las entidades de mayor tamaño); b) El grado de dependencia financiera de los fondos públicos (a mayor dependencia de fondos públicos menor propensión de las empresas por colaborar al tener menor margen de influencia en sus modos e intervención); c) El grado de “especialización” de las entidades en la acción reivindicativa o en la prestación de servicios. En este sentido, aunque no es generalizado en el sector, las entidades de clara orientación reivindicativa tienden a percibir a las empresas más como “amenazas” que como “aliadas” tal y como se refleja en algunos de sus discursos con los siguientes argumentos: i) porque “la empresa mercantil está entrando en el TSAS como apoyo financiero y reconvirtiéndose para ser tercer sector” (entrevista 4); ii) por moverse por intereses instrumentales al “invertir parte de sus beneficios en la estructuración de la sociedad” (E.3); iii) por las ventajas de partida con la que cuentan (precio, IVA deducible, mayor capacidad financiera..) en un contexto de escaso reconocimiento del valor añadido del TSAS en la ley de contratos del Estado en los que prevalece el bajo precio; iv) por la necesidad de mejora de la imagen externa de la empresa o v) por suponer un acercamiento indirecto al propio TSAS para influir en sus modos de intervención y organización. A pesar de ello también hay diagnósticos compartidos por ambos tipos de entidades (reivindicativas y prestacionales) como la preocupación de que la financiación de actividades del TSAS por el sector mercantil suele venir acompañada de la imposición de sus objetivos y el control de la ejecución de los mismos (“el sector privado ata”, entrevista 4); d) El sector de actividad de la entidad del TSAS en la prestación de servicios : como se afirma en una de las entrevistas “según las áreas de actividad, así interviene el mercado” (entrevista 6) siendo más probable la competencia en sectores de potencial rentabilidad como la atención a personas mayores o los cuidados de larga duración (salvo en grandes dependientes con discapacidad) y más propensas a colaborar en el ámbito de la exclusión social por su complejidad y baja rentabilidad asociada a la baja capacidad adquisitiva de los beneficiarios. 4. Tendencias de futuro en las dinámicas relacionales del TSAS con el sector público y el sector privado lucrativo 4.1. La relación entre el TSAS y el sector público La cooperación entre el TSAS y el Estado tiene ya un largo recorrido tanto por compartir fines en relación a los derechos sociales como por colaborar en la gestión de servicios sociales y en el desarrollo de programas sociales. Cuando analizamos la relación entre el TSAS y el sector público observamos cómo, en cierto modo, los retos del pasado del TSAS siguen siendo sus retos del futuro (Rodríguez Cabrero, coord. 2015). Ya hemos mencionado como el informe de la Fundación Luís Vives (2009) apuntaba en los inicios de la crisis a la necesidad de una “relación estable” del TSAS con el sector público que fuese compatible con una menor dependencia financiera del Estado y con sus funciones de incidencia política y democracia participativa. Estos retos seguirán vigentes según la posición de los directivos sociales y los investigadores en nuestro estudio con una perspectiva temporal de 2025. Tal como se puede ver en el Gráfico 4, la relación futura en el año 2025 entre TSAS y el sector público se consolidará en los ámbitos de la gestión de servicios sociales, como agente de transformación social, en su presencia en el diálogo civil y en el diálogo social, y en un tipo de colaboración más flexible, constante y estable en el tiempo. En general, en esta previsión a largo plazo coinciden los dos grupos objetos de la consulta Delphi si bien los investigadores dan mayor relevancia que los directivos sociales a estos supuestos de futuro. Esta visión, en conjunto, se corresponde con la resultante de la parte cualitativa de los grupos de discusión y las entrevistas en profundidad con directivos y expertos. Se considera que el Estado es su principal referencia relacional en la medida en la que de él recibe el grueso de su financiación tanto para gestionar servicios sociales como para desarrollar programas de inclusión e igualdad. El consenso mayoritario en el sector social es que se consolidará un modelo general de relaciones más intensas, flexibles y estables tanto en la interlocución como en la gestión de servicios y proyectos siempre sobre la base de ampliar la autonomía del TSAS y su incidencia en el diseño, desarrollo y evaluación de las políticas sociales aunque mediatizado por el tipo de gobierno existente en cada momento. Gráfico 4: La relación entre el TSAS y el sector público en el futuro tenderá hacia…. (2025) Fuente: Elaboración propia a partir de resultados del estudio Delphi (2ª ronda) Nota: Valor de la mediana= 5 totalmente de acuerdo; 1 totalmente en desacuerdo con la afirmación 4.2 La relación entre el TSAS y el sector mercantil Con respecto a la relación entre el sector mercantil y el TSAS existe un amplio acuerdo entre directivos sociales e investigadores, con una opinión más reforzada entre los últimos, (ver Gráfico 5) en que a largo plazo crecerá el interés del TSAS en colaborar con la empresa mercantil, que el TSAS deberá implicar más a las empresas en sus proyectos de inclusión social y que deberá medir con más eficacia el impacto de su actividad para poder justificar la colaboración con las empresas. Los investigadores creen en mayor medida que los directivos que, en el futuro, la dependencia de la financiación privada será mayor que de la pública. Gráfico 5: La relación entre el TSAS y el sector privado mercantil en el futuro tenderá hacia… (en 2025) Fuente: Elaboración propia a partir de resultados del estudio Delphi (2ª ronda) Esta previsión futura detectada en el Delphi viene a coincidir con la opinión mayoritaria de los directivos sociales en el análisis cualitativo, si bien, este aporta dos matices de interés: por un lado, como ya hemos mencionado, que la resistencia a la colaboración que aparece en una parte de las entidades del TSAS, sobre todo en las de perfil más reivindicativo y de menor tamaño, es mucho menor en las entidades sociales de gran tamaño y con tradición de colaboración en proyectos de formación y empleo. Ello sin duda requiere del TSAS un amplio debate para fijar las condiciones de una colaboración futura de consenso que permita conciliar autonomía económica y política con el aprovechamiento de sinergias que permitan incidir en la desigualdad social. Por otro lado, que dicha colaboración tendrá que ser compatible con el mantenimiento de su autonomía e identidad propia y más fructífera sobre todo en actividades relacionadas con el empleo, la formación y la no discriminación. En este sentido, desde el TSAS se nos reconoce que el ámbito de la inserción laboral se consolida como un espacio de creciente colaboración y de interés mutuo por razones diferentes en cada caso. Por parte del TSAS porque la inserción laboral se ha convertido en uno de sus objetivos fundamentales: facilitar la entrada en el mercado de trabajo de los colectivos más vulnerables. Por parte de la empresa mercantil porque no sólo encuentra en el TSAS un abastecedor de fuerza de trabajo relativamente entrenada sino, también, porque mediante la contratación de la misma logra objetivos de influencia social: añadir valor a la empresa como empresa con intereses sociales. 4.3. Hacia un marco de colaboración futuro A partir de este análisis también hemos indagado en algunas propuestas tentativas para el desarrollo de un marco de colaboración futuro entre los distintos sectores. En lo que se refiere al sector público, la consolidación de una relación estable pasaría por el fortalecimiento interno del TSAS. Este fortalecimiento no afectaría solo a su misión (desarrollo de la democracia participativa interna y externa al sector, la defensa de los derechos sociales o la incidencia política). También afectaría a aspectos relacionados con la cohesión interna, con una mayor valoración y visibilidad pública de sus resultados o impactos y con la gestión organizativa, por ejemplo, con la creación de tamaños más eficientes de organizaciones y nuevas formas de intervención conciliables con la heterogeneidad sectorial y territorial del TSAS. La cooperación con el sector público también pasará por consolidar otros aspectos exógenos al TSAS como la garantía de financiación estable de los servicios públicos fundamentales, el establecimiento de acuerdos de acción plurianuales, un tratamiento contractual y fiscal en igualdad con la empresa mercantil, la implementación de las cláusulas sociales, la extensión y consolidación del diálogo social o un diseño institucional que potencie la participación del TSAS en la definición e implementación de las políticas sociales de inclusión. En cuanto a la relación del TSAS con la empresa mercantil, el sector social es consciente de que inevitablemente transitará entre la colaboración y la competencia. La competencia requiere no excluir a las entidades sociales por razones fiscales y de precio y una mayor ponderación del valor añadido social de la gestión no lucrativa. En cuanto a la colaboración entre empresa mercantil y TSAS es necesario que la financiación privada no implique la imposición de fines y medios a las entidades sociales y que el objetivo de rentabilizar la imagen de la empresa no suponga sobredimensionar el objetivo social y desvirtuar los resultados del proyecto. Por parte del TSAS supondrá implicar más a las empresas en sus proyectos de inclusión social y avanzar en la medición de sus impactos. En este sentido, existen buenas prácticas de colaboración, sobre todo en el ámbito del empleo para personas vulnerables y excluidas, que requieren una mayor visibilización y que permitirían superar ciertos recelos mutuos en la colaboración entre ambos sectores. Por último, en lo que se refiere a la relación entre TSAS, Estado y empresa en proyectos conjuntos de carácter “híbrido” (Henriksen, Smith and Zimmer,2015), en España todavía se encuentra en una fase de ensayo y es estimulada por las instituciones europeas, sobre todo el Fondo Social Europeo. Ello requerirá no solo tiempo sino cambios de mentalidad para hacer posible este formato de partenariado o para ampliar las relaciones del TSAS con otras organizaciones de la economía social o con las nuevas organizaciones que están emergiendo de los nuevos movimientos sociales. Este marco ampliado de relaciones no dependerá sólo de la existencia de entornos favorables sino también del fortalecimiento y sostenibilidad del TSAS y de su capacidad para conectar con el conjunto de la sociedad civil. 5. Conclusiones Del estudio Delphi y los análisis cualitativos, se desprende que la relación entre Estado y TSAS tenderá a mantenerse y estabilizarse en los años venideros en los ámbitos de la gestión de servicios sociales, el desarrollo de proyectos y programas y como agente de transformación social. Dicha relación será de colaboración flexible, constante y estable con el Estado y no se contempla una alianza estratégica entre ambas en el medio o largo plazo. No se cuestiona la colaboración con el Estado pero se matiza cómo debe ser: existe un alto grado de acuerdo en que dicha colaboración es indisociable de la propuesta y la denuncia cuando los derechos sociales son vulnerados. Ello contribuiría a que el TSAS sea percibido como un polo de atracción hacia la recuperación de las atribuciones del Estado en la política social que se perdieron con la crisis en vez de como un socio del Estado. Es decir, la colaboración con el Estado es percibida como necesaria para dar una respuesta eficaz a las necesidades de los colectivos vulnerables y excluidos de la sociedad siempre y cuando la “participación del TSAS no signifique menos Estado” (entrevista 5) y su elevada dependencia no lastre la autonomía y capacidad crítica del TSAS. Ello debe traducirse en un pacto social entre los agentes sociales, incluido el TS en el que se garantice una relación financiera a medio plazo estable, plurianual y aséptica con respecto al gobierno existente en cada momento y con capacidad de incidencia política en el diseño, desarrollo y evaluación de las políticas sociales. En cuanto al sector privado, los participantes en el estudio Delphi consideran que la relación entre el TSAS y la empresa mercantil seguirá siendo competitiva si bien existe un amplio consenso sobre el creciente interés del TSAS en colaborar con la empresa mercantil en el futuro. Para ello el TSAS deberá implicar más a las empresas en sus proyectos de inclusión social y avanzar en la medición de sus impactos. Se apunta que los espacios de colaboración con el sector mercantil todavía están muy concentrados en las grandes ONG y plataformas, no así en las pequeñas entidades. En los discursos de los grupos de discusión y en las entrevistas también se destacan las tensiones internas sobre la forma de conciliar lógicas tan diferenciadas como la lucrativa y la solidaria. Los debates suelen bascular entre posiciones de recelo (todavía mayoritarias), de cooperación estable (en crecimiento) y de confluencia estratégica (minoritarias) con el sector mercantil con el telón de fondo de la búsqueda de equilibrios entre dependencia financiera y autonomía reivindicativa. En este sentido, no hemos encontrado una estrategia clara de intervención si bien se percibe cierta inevitabilidad a colaborar en el futuro. De tal modo, el TSAS todavía debe desarrollar un debate amplio para fijar las condiciones de una colaboración de consenso en el futuro una vez se superen los actuales obstáculos organizativos, ideológicos o de tipo cultural. 6. Referencias bibliográficas Casado, D. (2003): Imagen y realidad de la acción voluntaria. Barcelona: Hacer. Fantova, F. (2005). Tercer sector e intervención social. Trayectorias y perspectivas de las organizaciones no gubernamentales de acción social. Madrid: PPC. Fresno, J.M. (2014). Cambios sociales y tercer sector: actual en un nuevo contexto. Madrid: Instituto para la calidad de las ONG (ICONG). Fundación Esplai (2013). Ciudadanía y ONG. El nuevo papel del Tercer Sector ante el cambio de época. El Prat de Llobregat: Fundación Esplai. Fundación Luis Vives (2009). VI Foro Tercer Sector: Los retos del Tercer Sector ante la crisis. Madrid: Fundación Luis Vives. Fundación Luis Vives (2010). Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España. 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