¿Cómo influye la estructura familiar en la probabilidad de fracaso escolar de los adolescentes en España? Tamara Villalba Morente, CCHS (CSIC) tamara.villalba@cchs.csic.es RESUMEN El objetivo de este artículo es examinar la relación existente entre los resultados escolares de los adolescentes residentes en España y la estructura familiar en la que viven. Para analizar el logro educativo se utiliza la probabilidad de ser repetidor como indicativo del fracaso escolar, mientras que para examinar la estructura familiar se considera tanto el tipo de familia como el número y tipo de transiciones familiares. La literatura destaca una serie de factores mediadores que se sustentan en las perspectivas teóricas de índole económica y sociológica. La muestra está compuesta por 21.576 adolescentes residentes en España entre 11 y 18 años, obtenidos de la encuesta “Health Behavior in School-Aged Children” – HBSC-2006 (Estudio sobre las Conductas de los Escolares relacionadas con la Salud). Los resultados confirman la importancia mediadora de las características económicas del hogar y de las relaciones paterno-filiales, en la asociación entre estructura familiar y fracaso escolar. PALABRAS CLAVE: fracaso escolar, adolescencia, estructura familiar, características económicas, relaciones paterno-filiales. ABSTRACT The aim of this paper is to examine the relationship between educational outcomes of adolescents living in Spain and their family structure. To analyze educational failure, we measure the probability of having repeated a course, whereas to study family structure we have considered the type of family and the type and number of family transitions. The literature highlights a number of mediating factors based on economic and sociological theoretical perspectives. The sample is composed of 21,576 Spanish adolescents aged 11 to 18 years and has been drawn from the HBSC Survey (Health Behavior in School-Aged Children Survey) of 2006. The results confirm the importance of the socio-economic status of the household and the nature of parent-child relationships in explaining the influence of family structure on the likelihood of school failure among adolescents. KEYWORDS: school failure, adolescence, family structure, economic characteristics, parentchild relationships. 1. INTRODUCCIÓN El fracaso escolar es uno de los principales problemas del sistema educativo español (Calero et al., 2010). Si tomamos los datos más recientes (2011), el 26,5% de la población de 18-24 años no ha finalizado sus estudios de 2ª etapa de secundaria (3º y 4º 1 de ESO1). Este dato duplica la media europea situada en un 13,5%2. Por este motivo, resulta especialmente importante analizar los factores que influyen en el rendimiento académico de los adolescentes. Estos factores pueden ser individuales, familiares, socioeconómicos o escolares, aunque en este artículo nos centramos principalmente en la relevancia de la estructura familiar. La influencia de la familia es especialmente importante en una etapa como la adolescencia, donde el individuo adquiere y consolida su estilo de vida (Rodrigo et at., 2004). Esta etapa vital comprendida entre los 10 y 19 años (UNICEF, 2011) está marcada por múltiples cambios relacionados con el cuerpo, la mente y la vida social, por lo que puede ser definida como un proceso biológico, psicológico y social (Antona et al., 2003). La principal aportación de este trabajo es comprobar si, en España, la importancia tanto del tipo de familia como de los mecanismos mediadores (económicos y sociológicos) siguen las mismas pautas encontradas en estudios internacionales. 1.1 Sistema educativo en España En España la mayoría de los niños comienzan su escolarización a los 3 años con la educación pre-escolar que finaliza a los 6 años. Antes de los 3 años existe un primer ciclo de enseñanza no obligatoria desarrollada en las escuelas infantiles. De los 6 a los 12 años se encuentra la educación primaria, donde los niños desarrollan las principales habilidades cognitivas. Durante esta etapa, los alumnos pueden repetir curso sólo una vez y únicamente en los años pares (2º, 4º o 6º). La educación secundaria comienza a los 12 años (1º de ESO) y se extiende de forma obligatoria hasta los 16 años (4º de ESO) y de forma no obligatoria hasta los 18 años (2º de Bachillerato). En los años de educación secundaria se puede repetir hasta tres veces en 2º, 3º y 4º de ESO, mientras que en Bachillerato se puede repetir en ambos cursos. Dentro de la educación no obligatoria existen otras alternativas a los dos años de Bachillerato. Los estudiantes pueden realizar un Módulo de Grado Medio de educación especializada en una materia y continuar su formación con un Módulo de Grado Superior, al finalizar el cual pueden acceder a la universidad (educación terciaria). Los estudiantes que finalizan los dos años de Bachillerato normalmente acceden a la 1 2 ESO: Educación Secundaria Obligatoria. http://www.mecd.gob.es/horizontales/estadisticas/indicadores-publicaciones-sintesis/cifras-educacion-espana.html 2 universidad, aunque también pueden escoger realizar un Módulo de Grado Superior con el que posteriormente puede continuar su formación en la universidad (www.mecd.gob.es). La presente distribución por edad en las diferentes etapas formativas aparece con la Ley LOGSE de 1990. Sin embargo, a lo largo de la historia española, el sistema educativo ha experimentado múltiples transformaciones sujetas a los cambios de gobierno. La educación en España no ha alcanzado el nivel de otros países europeos como Alemania o Francia, pese al crecimiento de la tasa de escolarización y los cambios estructurales en el sistema educativo, como el incremento de la financiación o la renovación de la normativa. La tasa de escolarización ha aumentado, sobre todo en la población de 3 años, que pasó de un 61,3% en el curso 1996-1997 a un 99,1% en el curso escolar 2010-20113. Sin embargo, en el 2009, el 35,3% de los alumnos de 15 años han repetido algún curso en primaria y/o secundaria inferior, frente al 16% de la media europea (Ministerio de Educación, 2012a). 2. ESTADO DE LA CUESTIÓN El contexto familiar condiciona de forma importante el bienestar económico y emocional de todos sus miembros, así como muchas facetas de su curso de vida, entre ellas los logros educativos. En la literatura existen numerosas referencias al menor rendimiento académico de los adolescentes que viven en unidades familiares no tradicionales, como familias monoparentales o reconstruidas (Astone y McLanahan, 1991; Oliva et al., 2012). Habitualmente, las desventajas asociadas a las familias monoparentales se relacionan con aspectos económicos, mientras que en el caso de las familias reconstruidas se pone el énfasis en el funcionamiento de la unidad familiar a través del estudio de las relaciones paterno-filiales (Thomson et al., 1992). Además, se destaca la importancia de considerar la influencia de las transiciones familiares vividas (Wagmiller et al., 2010). 2.1 Importancia de la vía de entrada en una estructura familiar no tradicional Ante la ausencia de una base de datos longitudinal en España, en esta investigación la importancia de las transiciones familiares se analiza mediante la vía de 3 http://www.mecd.gob.es/horizontales/estadisticas/indicadores-publicaciones-sintesis/cifras-educacion-espana.html 3 entrada a las familias no tradicionales. De acuerdo con el estudio de Strohschein et al. (2009) podemos diferenciar tres situaciones previas a una familia no tradicional: el divorcio, el fallecimiento de un progenitor y el nacimiento dentro de una familia monoparental. • Cuando se produce un divorcio, el hijo experimenta una situación de estrés derivada del conflicto entre los progenitores (Tilman, 2007), que puede reducir sus resultados académicos (McLanahan y Sandefur, 1994). El divorcio también puede tener una influencia negativa en el logro escolar por el aumento de la inestabilidad en la vida del adolescente, producida por ejemplo por la movilidad residencial, el cambio de centro escolar o la distancia con la familia o amigos (Myers, 1999). Sin embargo, no siempre el divorcio causa un descenso del logro escolar de los hijos, ya que hay ocasiones en las que esta transición familiar reduce el estrés existente en el hogar (Amato y Sobolewski, 2001) o no produce un cambio en los recursos económicos disponibles para la educación – gracias a la pensión de manutención – (Bartfeld, 2000). • Cuando fallece de un progenitor, la tristeza puede reducir el logro escolar, pero suele ser atenuada por un fuerte apoyo familiar (McLanahan y Sandefur, 1994). Este apoyo familiar es externo al hogar en el caso de las familias monoparentales, dentro de las cuales se hace especialmente relevante por el menor tiempo disponible del progenitor residente (hipótesis de la madre trabajadora – Biblarz et al., 1997). En cambio, en las familias reconstruidas el apoyo puede ser proporcionado por la nueva figura parental, aunque en la mayoría de los casos la nueva pareja del progenitor sólo otorga beneficios a largo plazo (Thomson et al., 1992). • El nacimiento en una familia monoparental es frecuente que acumule desventajas tanto económicas como vinculadas a las relaciones paterno-filiales. Sin embargo, estas desventajas pueden ser reequilibradas a largo plazo con la entrada a una familia biparental reconstruida. Además, los adolescentes nacidos en familias monoparentales habrán experimentado un menor número de transiciones familiares, por lo que sus desventajas ante el proceso formativo 4 pueden ser menores (teoría de los cambios e inestabilidad familiar – Thomson y McLanahan, 2012). En resumen, las consecuencias de residir en un tipo de familia u otro suelen repercutir en el rendimiento académico de los hijos adolescentes, normalmente dejando en una peor situación a las familias no tradicionales (monoparentales y reconstruidas), lo que nos lleva a plantear esta primera hipótesis. H1. La probabilidad de repetir curso es mayor entre los adolescentes que viven en una unidad familiar no tradicional. Sin embargo, no siempre el rendimiento académico es menor en estos tipos de familias, por lo que debemos ampliar la explicación y considerar la importancia de la situación previa. Con esta nueva consideración, planteamos la segunda de nuestras hipótesis y matizamos la relación directa entre vivir en una familia no tradicional y tener un menor rendimiento académico. H2. La influencia de la estructura familiar actual en el rendimiento académico de los adolescentes varía en función de la situación previa en la familia (divorcio, fallecimiento de un progenitor o nacimiento en una familia monoparental). 2.2 Perspectivas teóricas económicas Varias perspectivas económicas explican gran parte de las desventajas de las familias monoparentales en función de la disponibilidad de recursos materiales. Estas unidades familiares cuentan con un único salario (teoría de la privación económica – Gennetian, 2005), por lo que generalmente tienen unos menores recursos económicos para invertir en educación, lo que puede provocar un descenso en el rendimiento académico de los hijos (teoría del capital cultural4 – Fernández y Rodríguez, 2008). Sin embargo, esta desventaja económica puede verse parcialmente reducida por una aportación económica extra que depende de la vía de entrada a la familia monoparental. 4 Este planteamiento teórico emerge para explicar la relación estadística entre el rendimiento académico y el origen social de los alumnos. Los alumnos que tienen un elevado nivel adquisitivo, unos progenitores altamente cualificados y que dedican mucho tiempo al proceso de aprendizaje de sus hijos suelen tener un mejor desarrollo educativo. Es decir, los alumnos que pertenecen a familias con unas mejores condiciones objetivas para transformar el capital económico en capital cultural (Fernández y Rodríguez, 2008). 5 En el caso del divorcio vendría dada por una pensión alimenticia, mientras que en el caso del fallecimiento por una pensión de viudedad y de orfandad (Bartfeld, 2000). En conclusión, los recursos materiales existentes en el hogar pueden frenar o fomentar las desventajas asociadas a las familias no tradicionales, siendo especialmente relevantes dentro de las familias monoparentales, lo cual nos permite plantear la tercera hipótesis. H3. Los recursos económicos del hogar explican gran parte de la influencia de la estructura familiar sobre la probabilidad de ser repetidor. Ahora bien, los recursos pro-educación no sólo se refieren a recursos materiales que mejoran o ayudan al proceso formativo, sino también al tiempo disponible por los progenitores para la supervisión y apoyo en las tareas educativas de sus hijos (Cid, 2011). Esto nos lleva a destacar la importancia de los postulados teóricos más sociológicos. 2.3 Perspectivas teóricas sociológicas Varias perspectivas sociológicas postulan que parte de la influencia del tipo de familia sobre el rendimiento académico de los hijos puede modificarse por la naturaleza y características de las relaciones paterno-filiales. Estas relaciones son tradicionalmente estudiadas en base a cuatro factores – cercanía, cohesión familiar, participación y comunicación (Turley et al., 2010) – y resumidas mediante el estudio de los estilos disciplinarios. Para analizar esta perspectiva merece la pena diferenciar entre las familias monoparentales y reconstruidas. En las familias monoparentales, la ausencia de un progenitor (hipótesis del padre ausente – Gennetian, 2005) suele reducir el tiempo disponible por el progenitor residente en el hogar (hipótesis de la madre trabajadora - Biblarz et al., 1997). Esta reducción del grado de atención, control y supervisión (teoría del control social – Gennetian, 2005), puede originar en el hijo la necesidad de asumir roles de adultos (teoría de los roles – McLanahan y Percheski, 2008), disminuyendo su tiempo formativo y aumentando la posibilidad de un abandono prematuro de los estudios. En las familias reconstruidas, la entrada de la nueva pareja del progenitor residente suele provocar a corto plazo un aumento del nivel de estrés en la vida del hijo 6 adolescente (teoría del estrés – McLanahan y Percheski, 2008), asociado a tres aspectos: (1) el aumento del control y supervisión por parte de la nueva pareja del progenitor, (2) la pérdida o reducción del contacto y grado de comunicación con el progenitor no residente y (3) la posibilidad de vivir tensiones entre las diferentes figuras parentales (teoría del conflicto de pareja – Biblarz et al., 1997). Sin embargo, a largo plazo, vivir en una familia reconstruida suele ser positivo para el rendimiento académico del hijo (Wagmiller et al., 2010). En resumen, no siempre podemos asociar un tipo de familia con un rendimiento académico determinado, sino que también debemos considerar las características de las relaciones paterno-filiales, es decir la calidad del clima familiar. Esto nos lleva a plantearnos la cuarta hipótesis. H4. La cantidad y calidad de las relaciones paterno-filiales explica parte de la influencia de los diferentes tipos de familias en la probabilidad de fracaso escolar en los adolescentes. 2.4 Otros factores explicativos A la hora de examinar el logro educativo de los adolescentes es importante tener en cuenta también otro grupo de factores explicativos relacionados con el centro escolar y con las características personales de los sujetos. En el estudio de la influencia de la escuela, se destaca el mejor rendimiento académico de los alumnos de centros privados (Calero et al., 2010). En la literatura abundan las explicaciones basadas en las características del alumnado, es decir el llamado “efecto compañero” (“peer effect”). Este punto de vista considera que el menor porcentaje de alumnos de origen extranjero o procedentes de un estatus socioeconómico bajo existente en centros privados favorece el rendimiento académico de los alumnos (Calero y Escardíbul, 2007). Habitualmente el género y la condición de inmigrante son las principales características personales examinadas en la literatura. Por un lado, se suele destacar el mejor rendimiento académico de las chicas en comparación con el de los chicos (Fernández y Rodríguez, 2008). Diversos estudios han atribuido esta diferencia tanto a los ritmos de maduración física y psíquica de los individuos, como al mayor esfuerzo de 7 las alumnas, conscientes de la situación del mercado laboral y de que la educación es una de sus principales herramientas de emancipación (Camarata y Woodcock, 2006). Por otro lado, la condición de inmigrante suele influir negativamente en el logro educativo de los adolescentes. No obstante, existen importantes diferencias según la generación (1ª o 2ª generación de inmigrantes) y tiempo de residencia. Normalmente, las desventajas están relacionadas, en un primer estadio, con el desconocimiento del idioma o el proceso de ruptura con la sociedad de origen y, en un segundo estadio, con su integración en la sociedad de acogida (Fuligni, 1997). En resumen, el objetivo de este artículo es examinar la influencia de la estructura familiar en el desarrollo educativo de los adolescentes teniendo en cuenta dos tipos de factores mediadores: (1) características socio-económicas del hogar y (2) funcionamiento de las relaciones paterno-filiales. Sin embargo, para determinar la influencia de la familia, también deben controlarse las variables referentes al contexto escolar y las características socio-demográficas de los sujetos. Las principales preguntas de la presente investigación son ¿Cuál es la influencia de la estructura familiar en el logro académico de los adolescentes residentes en España? ¿Dicha influencia se debe en parte o en su totalidad a la asociación con otros factores, como el nivel socioeconómico, el ambiente familiar, el contexto escolar o las características sociodemográficas de los adolescentes? 3. METODOLOGÍA 3.1 Fuente de datos Para documentar la influencia que tiene la estructura familiar de los adolescentes residentes en España en su rendimiento académico podemos hacer uso de diferentes fuentes de datos, entre las que destaca HBSC (Health Behavior in School-Aged Children). La encuesta HBSC se realiza a nivel europeo – aunque incluye algunos países extra-europeos como EEUU – y es coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (http://www.hbsc.es). En España desde la edición 2001-2002, el estudio HBSC es coordinado por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (Dirección General de Salud Pública) y la Universidad de Sevilla, bajo el liderazgo de la Doctora Carmen Moreno (http://grupo.us.es/estudiohbsc/index.php/es/). 8 La muestra española de HBSC-2006 es de 21.811 adolescentes entre 11 y 18 años (10.498 chicos y 11.313 chicas). El procedimiento de recogida de datos se realiza mediante dos cuestionarios administrados en el centro escolar, a un total de 377 centros (103 privados y 274 públicos). Los dos cuestionarios corresponden a los chicos y chicas de 11 años (5º y 6º de primaria) y otro diferente para el resto de adolescentes (de 1º a 4º de ESO, Grado Medio y de 1º a 2º de Bachillerato). Los cuestionarios incluyen preguntas comunes a toda la red internacional HBSC y preguntas nacionales que son añadidas por el equipo HBSC español, entre las que destacan el control y apoyo proporcionado por los progenitores (Moreno et at., 2011). 3.2 Variables consideradas en el análisis Variable dependiente A la hora de analizar la influencia de la estructura familiar en el rendimiento académico de los adolescentes residentes en España, seleccionamos como variable dependiente el haber repetido uno o más cursos como indicador del fracaso escolar. La OCDE propone tres manifestaciones diferentes del fracaso escolar: (1) alumnos con bajo rendimiento académico, (2) alumnos que abandonan o terminan la educación obligatoria sin haber obtenido la titulación correspondiente y (3) las consecuencias sociales y laborales que tiene el fracaso escolar en la edad adulta (Marchesi, 2003). En este artículo nos centramos en la primera de las manifestaciones, aunque las tres se encuentran interrelacionadas. En concreto, se operacionaliza el fracaso escolar a través de una variable dicotómica que distingue aquellos adolescentes que están en un curso inferior al que le corresponde por cohorte de nacimiento (N=4.841) del resto (N=16.735). Variables independientes Las diferentes variables independientes están clasificadas en cinco bloques: (1) tipo de familia, (2) características socio-demográficas de los adolescentes, (3) nivel socio-económico familiar, (4) características de las relaciones paterno-filiales y (5) variables referentes al contexto escolar. 9 Tipo de familia Para clasificar la estructura familiar se combina la información de tipo de hogar principal con el motivo por el cual los dos progenitores ya no conviven juntos5. Esto permite identificar los siguientes tipos de familias: biparental intacta, biparental reconstruida por divorcio, biparental reconstruida por fallecimiento, monoparental por divorcio, monoparental por fallecimiento, monoparental de nacimiento y otros6. Características socio-demográficas de los adolescentes Las variables incorporadas en el análisis son el sexo, la edad, el número de hermanos en el hogar principal, el tipo de hijo (adoptivo vs biológico), el hábitat de residencia (rural vs urbano) y la condición de inmigrante. Para clasificar la condición de inmigrante se aúna la información sobre el país de origen de los adolescentes y el de los progenitores. Con esta variable se diferencia entre: los adolescentes españoles (cuando han nacido en España y tienen progenitores españoles), inmigrantes de 1º generación (cuando han nacido en el extranjero y tienen progenitores extranjeros) e inmigrantes de 2º generación (cuando han nacido en España y tienen al menos un progenitor extranjero). Nivel socio-económico familiar Estatus laboral de la madre: Se crea a partir de la información aportada por las variables tiene trabajo tu madre, nivel ocupacional de la madre y motivo por el cual la madre no tiene empleo. Los adolescentes con madres con empleo (N=15.135) son clasificados siguiendo el nivel ocupacional de la madre7: alto (alto y medio-alto), medio, 5 Los encuestados que no contestan al tipo de hogar principal y al motivo por el cual ya no viven juntos sus dos progenitores, se han eliminado de la base de datos (N=235, 1,08%). 6 Dentro de otros tipos de familias se encuentran los hogares encabezados por los padrastros/madrastras sin progenitores, abuelos/as cuidadores, hermanos/as cuidadores, hogares de acogida y otros tipos. 7 Estas categorías de estatus ocupacional se realizan considerando los grupos de CIUO-88 (Organización Internacional del Trabajo, OIT): http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/stat/isco/docs/resol08.pdf Alto: Grupo 1. Directivos y gerentes. Medio-alto: Grupo 2. Profesionales científicos e intelectuales. Medio: Grupo 3. Técnicos y profesionales de nivel medio y Grupo 4. Personal de apoyo administrativo. Medio-bajo: Grupo 6. Agricultores y trabajadores calificados agropecuarios, forestales y pesqueros y Grupo 7. Oficiales, operarios y artesanos de artes mecánicas y de otros oficios. Bajo: Grupo 5. Trabajadores de los servicios y vendedores de comercios y mercados, Grupo 8. Operarios de instalaciones, máquinas y ensamblados y Grupo 9. Ocupaciones elementales. 10 bajo (medio-bajo y bajo) e inclasificables. Posteriormente, los adolescentes con madres sin empleo (N=6.070) son divididos en madres inactivas y buscando empleo. Capacidad adquisitiva familiar: Esta variable es una estimación calculada a partir de la suma ponderada de las siguientes preguntas: propiedad de vehículo propio en la familia (0 = ninguno, 1= sí, uno y 2= sí, dos o más), tener habitación propia (0 = no y 1 = sí), vacaciones familiares (0 = no, 1 = sí, una vez, 2 = sí, dos veces y 3 = sí, tres o más veces) y propiedad de ordenadores (0 = no, 1 = sí, uno, 2 = sí, dos y 3 = sí, tres o más). La escala resultante 0-9 es recodificada en tres niveles: bajo (0-3), medio (4-6) y alto (7-9). Características de las relaciones paterno-filiales Estilos de crianza maternos/paternos: Estas variables toman en consideración el control y el apoyo proporcionados por cada uno de los progenitores. Se diferencia entre el estilo autoritario (alto control y bajo apoyo), con autoridad (alto control y alto apoyo), permisivo (bajo control y alto apoyo) y negligente (bajo control y bajo apoyo). Se añade otra categoría que indica la ausencia de la madre/padre en el hogar. Nivel de actividades con los progenitores: Para generar esta variable se realiza una suma ponderada de las siguientes actividades: ver la televisión, jugar dentro de casa, comer juntos, salir de paseo, ir a sitios, visitar a amigos o familiares, hacer deporte y sentarse juntos para charlar. Cada una de estos ítems tienen las siguientes categorías de respuesta: 1 = nunca, 2 = menos de una vez a la semana, 3 = alrededor de una vez a la semana, 4 = la mayoría de los días y 5 = todos los días. La escala resultante 1-40 es recodificada utilizando los percentiles de la distribución en tres categorías: bajo (1-20), medio (21-24) y alto (25-40). Satisfacción con las relaciones familiares: La escala original de la variable va de 0 (muy malas relaciones familiares) a 10 (muy buenas relaciones familiares). La mayoría de los individuos se sitúan en los valores más altos de la escala – la mediana es 9 –, por lo que se decide dividir la variable entre un nivel de satisfacción medio-bajo (08) y un nivel alto (9-10). 11 Contexto escolar Finalmente se controla por un conjunto de variables que hacen referencia al contexto escolar: tiempo de dedicación a las tareas escolares fuera del horario lectivo, el tipo de centro escolar (público vs privado), un indicador sobre el maltrato escolar y un índice de actividades extraescolares. Indicador de maltrato escolar: Se considera que los adolescentes sufren problemas de maltrato escolar cuando viven tres o más de las siguientes situaciones en la escuela: (a) me han hecho daño insultándome, burlándose o riéndose de mí, (b) me han apartado de su grupo de amigos o me han ignorado por completo, (c) me han golpeado, pateado, empujado, zarandeado o encerrado, (d) han contado mentiras o inventado cotilleos sobre mí para que les cayera mal a los demás, (e) me pusieron mote o se burlaron de mi raza, color o religión, (f) me han gastado bromas, hecho comentarios o gestos sexuales molestos, (g) me han tirado, roto o quitado alguna de mis cosas y (h) me han obligado a darles dinero. Índice de actividades extraescolares: Esta variable se construye con la suma de 10 actividades realizadas fuera del horario lectivo: deporte, pintura, fotografía, teatro, religión, baile y cuatro actividades relacionadas con el mundo de la música (tocar o componer música, cantar en un coro, tocar un instrumento en una banda y cantar en un grupo). Cada una de estas actividades han sido recodificadas como variables dicotómicas (0 = no y 1 = sí). La variable final diferencia a los sujetos que no realizan ninguna de estas actividades con los progenitores de los que realizan al menos una. 3.4 Método analítico Los análisis multivariados se basan en la regresión logística, mediante la cual se quiere predecir la probabilidad de ocurrencia de un determinado evento a partir de los valores que presenten una serie de variables independientes. Para estimar esta relación y por lo tanto los coeficientes, se sigue el procedimiento de máxima verosimilitud que pretende maximizar la probabilidad de ocurrencia del evento que se analiza (D´Ancona, 2004). La ecuación básica empleada es la siguiente: logit (pi) = ln (pi/1-pi) = β0 + βixi + … + βkxk,i 12 En las tablas incluidas en este artículo no se presentan los coeficientes de regresión sino las odds ratio (o razones de ventajas) correspondientes a las distintas categorías de cada variable, ya que son más fáciles de interpretar. Las odds ratios son cocientes de proporciones entre la ocurrencia del suceso descrito por la variable dependiente en un grupo y otro grupo de referencia (DeMaris, 1992). A nivel estadístico, se corresponde con el exponente del coeficiente beta de la regresión. Las diferentes variables independientes son introducidas secuencialmente por bloques temáticos, con el fin de examinar la influencia de cada grupo de factores mediadores y observar sus interrelaciones. Para comparar modelos se realiza un contraste de hipótesis con el estadístico -2 log likelihood (-2LL). Este estadístico compara los valores de la predicción con los valores observados en dos momentos: (a) en el modelo sin variables independientes (donde sólo está la constante) y (b) una vez introducidas las variables predictoras (modelo saturado) (DeMaris, 1992). Lo ideal es que su valor vaya disminuyendo sensiblemente entre unos modelos y otros, porque eso indica que la diferencia entre los valores pronosticados y reales de los sujetos va reduciéndose conforme se controla por las variables introducidas en los diferentes modelos. 4. RESULTADOS 4.1 Resultados descriptivos Diferencias en función del tipo de familia Según los datos de la Encuesta HBSC-2006, entre los adolescentes en España la probabilidad de ser repetidor varía en función del tipo de familia en la que vivan. En el Gráfico 1 se puede observar cómo el rendimiento académico es mayor en las familias tradicionales (biparental intacta). Dentro de las familias no tradicionales existen diferencias no sólo sustentadas en el tipo de familia – en general, el rendimiento académico es menor en los adolescentes de familias monoparentales –, sino también respaldadas por la vía de entrada a esos hogares. Por un lado, entre las familias reconstruidas, el fracaso escolar es más frecuente cuando han sido antecedidas por un divorcio (con un 30,4% de adolescentes repetidores), frente al fallecimiento de un progenitor (con un 21,3% de adolescentes repetidores). Por otro lado, entre las familias monoparentales, destaca el nacimiento 13 como la vía de entrada más perjudicial, con el 38,2% de los adolescentes como repetidores, frente al 29,3% en el caso de un divorcio y el 35,1% en el caso del fallecimiento de un progenitor. Estas diferencias entre las familias no tradicionales, sustentadas en las vías de entrada a las mismas, se atenuarán o incluso desaparecerán una vez controladas las características económicas y la naturaleza de las relaciones paterno-filiales en el análisis multivariable. Biparental intacta (N=17881) 20,8 Divorcio (N=660) Monoparental ‐ Otros tipos (N=915) TOTAL (N=21576) 69,6 21,3 Divorcio (N=1586) Fallecimiento (N=377) 79,2 30,4 Fallecimiento (N=76) ‐ Reconstruida ‐ Gráfico 1. Fracaso escolar en función del tipo de familia 78,7 29,3 70,7 35,1 Nacimiento (N=81) 64,9 38,2 61,8 33,7 66,3 22,5 0% 10% 77,5 20% 30% Ha repetido uno o más cursos 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100% No ha repetido curso Perfil socio-demográfico de los adolescentes repetidores en España De los datos de la Tabla 1, podemos deducir que ser varón con 17 años o más, ser inmigrante de 1ª generación, tener un mayor número de hermanos en el hogar principal, ser hijo adoptivo o vivir en el medio rural se asocia con un peor rendimiento académico. De todas estas características, destaca especialmente la diferencia por el sexo de los encuestados (el 19,2% de las chicas son repetidoras frente al 26,3% de los chicos), por la edad (un 42,2% de los alumnos de 17 años o más son repetidores frente al 6,8% de los adolescentes de 10-12 años) y por el tipo de hijo (el 47,8% de los hijos adoptivos son repetidores frente al 22,3% de los hijos biológicos). 14 Asociación entre las características económicas y sociológicas del hogar y el fracaso escolar de los adolescentes Las características socio-económicas del hogar y de las relaciones paternofiliales son factores que podrían explicar el rendimiento académico de los adolescentes que viven dentro de los diferentes tipos de familias. A nivel económico, la familia tradicional posee unos mayores recursos; sin embargo, son las familias con un mayor porcentaje de madres inactivas, con un 27,6% (Tabla 2). Dentro de las familias no tradicionales, la monoparental de nacimiento tiene una capacidad adquisitiva familiar menor al resto de familias con un 43,4% en el nivel bajo. Al fijarnos en el estatus laboral materno, este tipo de familias también poseen un elevado porcentaje en el nivel bajo (53,8%). Sin embargo, también destacan las familias no tradicionales por divorcio (reconstruidas con un 54,8% y monoparentales con un 55,5% de adolescentes con madres de bajo estatus ocupacional) (Tabla 2). El bajo estatus laboral materno en las familias reconstruidas y monoparentales por divorcio no se vincula con una baja capacidad adquisitiva familiar. En las familias reconstruidas por divorcio, la aportación económica de la nueva pareja del progenitor residente puede aumentar el capital económico de la familia. En las familias monoparentales por divorcio, esta compensación puede venir de la pensión de manutención, aunque no disponemos de datos que corroboren esta afirmación. Las características económicas del hogar condicionan el logro educativo de los hijos adolescentes. Según varios estudios, los adolescentes de clase alta obtienen un mejor rendimiento académico porque disfrutan de mejores oportunidades materiales, desarrollan disposiciones más adecuadas a las demandas del sistema educativo e interiorizan mejor los contenidos escolares (Fernández y Rodríguez, 2008). Con los datos de la Tabla 1 podemos confirmar esta afirmación: un 35,1% de los adolescentes que viven en hogares con una capacidad adquisitiva baja son repetidores, frente al 16,6% de los que viven en hogares con un nivel económico alto. Si observamos la probabilidad de fracaso escolar asociada al estatus laboral de la madre se mantienen las conclusiones señaladas (el 9,4% de los adolescentes son repetidores cuando la madre tiene un estatus alto frente al 24,3% en el caso de un estatus laboral materno bajo). Esta variable además nos permite concluir que los adolescentes con madres que se encuentran inactivas o paradas tienen un peor 15 rendimiento académico (con un 24,3% y 24,9% de los adolescentes como repetidores, respectivamente) (Tabla 1). Además de las características socio-económicas del hogar, las relaciones paterno-filiales también ejercen una importante influencia en el logro educativo de los adolescentes. En general, dentro de las familias tradicionales, la relación paterno-filial presenta unas características más positivas para el logro educativo de los hijos, frente a las presentadas por las familias no tradicionales (Tabla 2). En este artículo se emplean los estilos disciplinarios de ambos progenitores, las actividades con los progenitores y el nivel de satisfacción con las relaciones familiares como indicadores del clima familiar. En la literatura especializada destaca el estilo con autoridad como el más positivo para un correcto desarrollo cognitivo de los hijos adolescentes, dado que combina altos niveles de exigencia (control) con alta capacidad de respuesta (apoyo). En contraposición, el estilo negligente suele ser descrito como el más perjudicial, al no controlar ni apoyar al hijo (Aunola et al., 2000). El estilo negligente es más frecuente en las familias no tradicionales y, en especial, en las producidas por un divorcio anterior. Este estilo corresponde a un 39,7% de las madres y un 46,1% de los padres en el caso de las familias reconstruidas, y un 36,5% de las madres y un 37,8% de los padres en el caso de las familias monoparentales (Tabla 2). La participación de los progenitores es mayor en las familias biparentales intactas, lo que favorece los recursos pro-educación ejemplificados por el tiempo de dedicación a los hijos. Sólo el 28,5% de los adolescentes de familias tradicionales declaran realizar pocas actividades con sus progenitores frente al 44,2% de los adolescentes que nacen en familias monoparentales (Tabla 2). Finalmente, la cohesión familiar es analizada a través del nivel de satisfacción con las relaciones familiares. Con esta variable confirmamos la situación sensiblemente mejor de los adolescentes en familias tradicionales. Por ejemplo, el 77,1% de los adolescentes de familias tradicionales otorga una puntuación muy alta a las relaciones familiares (9-10, en una escala de 10 puntos), mientras que en las familias monoparentales de nacimiento ese porcentaje se reduce hasta el 49,4% (Tabla 2). Todas estas características del clima familiar ayudan a mejorar el rendimiento académico de las familias tradicionales y por lo tanto empeoran la situación de los adolescentes de familias no tradicionales. Si observamos la Tabla 1, el fracaso escolar 16 es mayor en los adolescentes que perciben un estilo negligente, que pasan poco tiempo con sus progenitores o que no evalúan sus relaciones familiares como satisfactorias. Influencia del contexto escolar A la hora de estudiar el rendimiento académico no podemos dejar de lado un conjunto de factores relacionados directamente con el contexto escolar. Al fin y al cabo, el rendimiento académico no es una consecuencia unilateral de las características familiares y socio-demográficas de los sujetos, sino también es resultado de actitudes y comportamientos específicos del campo educativo. En la Tabla 1 podemos observar que el rendimiento académico es mayor en aquellos individuos que invierten más horas al día en los deberes, que no sufren maltrato escolar, que realizan actividades extraescolares y que estudian en centros privados. Así, por ejemplo, sólo un 18,6% de los individuos que dedican dos o más horas al día son repetidores, frente al 49,6% de los que no estudian ninguna hora al día. También destaca el menor porcentaje de repetidores en los centros privados (19,9%) frente a los centros públicos (23,6%). En resumen, a lo largo de todo este apartado se han comentado las características asociadas con una mayor probabilidad de ser repetidor y todas ellas se han vinculado con los diferentes tipos de familias. En general, se han destacado las ventajas de las familias tradicionales frente a las no tradicionales (reconstruidas y monoparentales). Sin embargo, estas ventajas pueden deberse a las características económicas del hogar y al clima familiar, tal y como señalan los estudios internacionales anteriores (Thomson et al., 1992). Por ello, resulta esencial realizar un análisis multivariado, con el fin de comprobar cuál es la influencia real del tipo de familia una vez que se ha controlado por las características socio-demográficas de los adolescentes, las características económicas del hogar, la naturaleza de las relaciones familiares y una serie de variables vinculadas directamente con el contexto escolar. 4.2 Análisis multivariable La Tabla 3 presenta las odds ratio de ser repetidor en función de la estructura familiar de los adolescentes. En el modelo bivariado sin controles (modelo 1), observamos cómo vivir en una familia no tradicional aumenta el riesgo de ser repetidor, 17 lo que nos permite confirmar lo encontrado en otros trabajos de investigación (Astone y McLanahan, 1991), y así mismo nuestros resultados descriptivos. Dentro de las familias no tradicionales, los adolescentes que viven en una familia monoparental desde su nacimiento tienen un riesgo de repetir de 2,44 veces superior al de las familias biparentales intactas. Les siguen los adolescentes en familias biparentales reconstruidas después de un divorcio con una odd ratio de 2,17. Por lo tanto, se confirma la importancia de considerar la situación previa que da paso a las familias no tradicionales (Wagmiller et al., 2010). Al controlar por las características socio-demográficas de los encuestados, observamos un descenso en la probabilidad de fracaso escolar de los adolescentes pertenecientes a familias reconstruidas y monoparentales por fallecimiento y a familias monoparentales desde su nacimiento (modelo 2). Las variables de control introducidas nos permiten señalar que la probabilidad de fracaso escolar es mayor en los varones, adolescentes de mayor edad, inmigrantes de 1ª generación, con un mayor número de hermanos, que son adoptados o que viven en el medio rural. Al introducir en el modelo de regresión las características del hogar (económicas y sociológicas) podemos confirmar su efecto mediador en la influencia del tipo de familia sobre el logro educativo de los hijos adolescentes. En el modelo 3, al introducir las características económicas del hogar observamos un descenso de la probabilidad de ser repetidor en los adolescentes de familias no tradicionales, siendo especialmente relevante en las familias monoparentales de nacimiento. Además, se confirma que el fracaso escolar adolescente es mayor cuando se dispone de una capacidad adquisitiva familiar menor o cuando el estatus laboral de la madre es bajo. El descenso en las odds ratios de ser repetidor es más aparente cuando controlamos por las características de las relaciones paterno-filiales (modelo 4). En este cuarto modelo, únicamente encontramos diferencias estadísticamente significativas entre las familias tradicionales y no tradicionales por divorcio. Además se encuentran desventajas educativas en los adolescentes que perciben estilos disciplinarios maternos no autoritarios, que realizan pocas actividades con los progenitores o que tienen una baja satisfacción con las relaciones familiares. Finalmente se controla por las variables referentes al contexto escolar (modelo 5). Estas variables nos permiten afirmar que la probabilidad de fracaso escolar es mayor 18 en los adolescentes que dedican menos tiempo a los deberes, sufren problemas de integración social en la escuela o que no realizan actividades extraescolares. Una vez controladas las características socio-demográficas de los adolescentes, el nivel económico del hogar, las características del clima familiar y del contexto escolar, únicamente podemos afirmar que los adolescentes de familias reconstruidas (odds ratio = 1,98) y monoparentales (odds ratio = 1,51) después de un divorcio poseen una mayor probabilidad de ser repetidores. En otras palabras, se confirman las cuatro hipótesis inicialmente planteadas. La probabilidad de ser repetidor es mayor en los adolescentes de familias no tradicionales (H1), aunque hay diferencias en función de su situación previa (H2), destacando negativamente el divorcio. La mayor parte de las desventajas de vivir en una familia no tradicional queda explicada por el nivel de recursos económicos del hogar (H3) y por las características del clima familiar (H4), de ahí que al controlar por este conjunto de variables los riesgos de ser repetidor vayan reduciéndose notablemente o incluso lleguen a desaparecer. Además, este último modelo nos permite confirmar dos importantes aspectos señalados por la literatura especializada. En primer lugar, la influencia negativa de las transiciones familiares, previsiblemente más comunes en las familias reconstruidas (Thomson y McLanahan, 2012). Y en segundo lugar, que el divorcio es la transición familiar más perjudicial para el desarrollo educativo de los adolescentes (McLanahan y Sandefur, 1994). 5. CONCLUSIONES El análisis de los datos de la Encuesta HBSC-2006 confirma los resultados aportados por las investigaciones en otros países, así como las hipótesis inicialmente planteadas. El fracaso escolar es mayor en los adolescentes de familias no tradicionales (hipótesis 1). Sin embargo, después de introducir todos los controles (modelo 5) sólo encontramos diferencias estadísticamente significativas entre las familias biparentales intactas y las familias reconstruidas y monoparentales después de un divorcio (hipótesis 2). Las desventajas asociadas a las familias reconstruidas por divorcio se basan en cinco factores: (1) un mayor número de transiciones familiares, (2) el estrés e inestabilidad familiar derivados del proceso mismo de divorcio, (3) la pérdida de contacto con el progenitor no residente tras la entrada de la nueva pareja, (4) el posible conflicto entre 19 las diferentes figuras de autoridad y (5) la inconsistencia en los estilos disciplinarios, con el predominio del estilo negligente. En las familias monoparentales las desventajas se basan en dos factores: (1) unos menores recursos de tiempo y dinero, producidos por el hecho de vivir con un único progenitor y (2) el estrés e inestabilidad familiar derivados del proceso de divorcio. Estos resultados nos permiten afirmar que el fracaso escolar no es necesariamente más alto en el adolescente de una familia no tradicional. Por ejemplo, si el adolescente vive en una familia reconstruida o monoparental con altos recursos económicos o que se caracteriza por un buen clima familiar, no presenta un rendimiento académico diferente al presentado por un adolescente de una familia biparental intacta. Es decir, las características del hogar son importantes mediadores en la influencia de la familia sobre el logro educativo de los adolescentes (hipótesis 3 e hipótesis 4). Los resultados del análisis dan respuesta a las dos preguntas inicialmente planteadas para el caso español. Por un lado, cabe decir que la estructura familiar sí tiene una influencia importante en la probabilidad de fracaso escolar de los adolescentes residentes en España, aunque no sólo influye el tipo de familia, sino también el tipo y número de transiciones familiares vividas. Por otro lado, en cuanto a la existencia de factores mediadores, hemos documentado a través del análisis multivariable que las características económicas del hogar, así como la calidad y cantidad de las relaciones paterno-filiales, condicionan la influencia del tipo de familia en el desarrollo académico de los adolescentes. No obstante, el análisis tiene algunas limitaciones, que no nos permiten confirmar todas las conclusiones encontradas en la literatura internacional. Estas limitaciones están relacionadas principalmente con el tipo de fuente de datos, con las variables recogidas por la encuesta y con el bajo tamaño muestral de algunos tipos de familias. Una de las principales limitaciones está relacionada con la naturaleza de la fuente de datos. Idealmente, el análisis de la influencia del tipo de familia, pero sobre todo del tipo y número de transiciones familiares, debería realizarse con una fuente de datos longitudinal. Las encuestas longitudinales nos permiten conocer el orden cronológico de los acontecimientos, aislando la importancia del tipo de familia de otros factores ambientales. Hay que tener en cuenta que la repetición de curso puede haber sido anterior a la transición familiar vivida, por lo que sólo se podrá atribuir a las características internas del hogar. 20 Otra limitación importante tiene que ver con las variables recogidas por la encuesta HBSC-2006. Por ejemplo, no tenemos información sobre si en las familias donde ha habido un divorcio se cuenta con la pensión de manutención. Esta información nos ayudaría a explicar por qué al introducir la capacidad adquisitiva familiar, la influencia de la variable familia no se atenúa. Con los datos recogidos en HBSC-2006 no es posible diferenciar entre los progenitores que cohabitan y los unidos en matrimonio, así como tampoco entre las familias monoparentales encabezadas por la madre y por el padre. Como el objetivo de este artículo es examinar la influencia de la familia en el logro educativo de los adolescentes en España, también sería muy positivo poder contar con el nivel educativo de los progenitores o las características del emplazamiento del centro escolar. Debemos admitir también que las conclusiones aportadas para las familias reconstruidas por fallecimiento (N=76) y monoparentales de nacimiento (N=81) deben tomarse con cautela, por el pequeño tamaño muestral en el que se basan. En general, los adolescentes no se enfrentan a las exigencias y retos del sistema educativo en condiciones de absoluta igualdad, por lo que sus resultados académicos no se pueden atribuir únicamente a sus actitudes individuales. En este trabajo hemos confirmado la importancia de su contexto más próximo, la familia. En el seno de la familia, el individuo se socializa, aprende y adquiere sus creencias y actitudes, a la vez que interioriza las normas y valores de la sociedad (Becoña, 2000). Por lo que, vivir en una estructura familiar donde exista un buen clima familiar y donde se tengan un mayor capital económico va a estar asociado con un mejor rendimiento académico. BIBLIOGRAFÍA Amato, Paul y Sobolewski, Juliana (2001) “The effects of divorce and marital discord on adult children's psychological well-being”, American Sociological Review, vol.66, nº6, pp.900-921. Antona, Alfonso et al. (2003) “Adolescencia y salud”, Papeles del Psicólogo, vol.84, pp.45-53. Astone, Nan Marie y McLanahan, Sara (1991) “Family structure, parental practices and high school completion”, American Sociological Review, vol.56, nº3, pp.309-320. Aunola, Kaisa, et al. (2000) "Parenting styles and adolescents' achievement strategies", Journal of Adolescence, vol. 23, nº2, pp.205-222. Bartfeld, Judi (2000) “Child support and the postdivorce economic well-being of mothers, fathers, and children”, Demography, vol.37, nº2, pp.203-213. 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Distribución de la muestra y porcentaje de repetidores8 N Porcentaje de repetidores (N=4841) % fam iliar Estructura Tipo de familia Biparental intacta Biparental recons truida por divorcio Biparental recons truida por fallecimiento Monoparental por divorcio Monoparental por fallecimiento Monoparental de nacimiento Otros tipos de familias 17881 660 76 1586 377 81 915 83,4 2,9 0,4 7,1 1,7 0,4 4,1 20,8 30,4 21,3 29,3 35,1 38,2 33,7 10361 11215 46,8 53,2 26,3 19,2 6802 5128 5721 3925 31,4 23,8 26,7 18,2 6,8 22,6 27,7 42,2 18525 1340 1098 613 87,6 6,0 3,8 2,6 21,3 38,2 20,7 31,0 Sexo Chico Chica Edad C aracterísticassocio-dem ográficas 11-12 años 13-14 años 15-16 años 17 años o más Condición de inmigrante Es pañoles Inmigrantes de 1ª generación Inmigrantes de 2ª generación N/C Número de hermanos en el hogar principal 0 hermanos 1 hermano 2 hermanos 3 o más hermanos N/C 3156 12,8 22,2 11879 4041 1919 55,8 19,9 9,0 18,9 25,4 35,5 581 2,6 35,0 21392 184 99,2 0,8 22,3 47,8 7618 13958 40,9 59,1 23,9 21,6 6078 12337 3059 102 28,4 56,7 14,5 0,5 16,6 22,2 35,1 33,0 2241 1469 9254 2171 5417 653 371 9,8 6,5 43,2 10,9 25,1 2,8 1,7 5257 6999 2562 6347 158 253 24,6 30,9 12,2 30,5 0,7 1,2 22,0 16,7 24,4 27,4 32,4 36,8 3424 3799 2497 10636 804 416 16,0 16,4 11,8 50,4 3,7 1,7 21,6 16,2 20,4 23,8 35,3 40,6 6347 5528 9567 134 29,6 26,2 43,6 0,6 27,6 22,7 18,8 41,9 5390 16186 25,2 74,8 28,3 20,6 769 2327 5280 12437 763 3,8 10,6 24,3 57,6 3,7 49,6 29,3 22,2 18,6 38,1 17202 3823 551 79,3 17,9 2,8 22,1 21,7 41,8 3250 18326 15,3 84,7 32,3 20,8 7133 14443 27,6 72,4 19,9 21576 100 22,5 Tipo de hijo Hijo biológico Hijo adoptivo Tipo de hábitat Rural Urbano del hogar N ivel económ ico Capacidad adquisitiva familiar A lta Media Baja N/C Status laboral de la madre A lto Medio Bajo Trabaja - nivel no clas ificado Inactiva Bus cando empleo N/C 9 8 7 7 7 7 9, 9,4 19,8 24,3 23,2 24,3 24,9 30,3 R elacionespaterno-filiales Estilo de crianza materno A utoritario Con autoridad Permis ivo Negligente No tiene o no ve a la madre N/C Estilo de crianza paterno A utoritario Con autoridad Permis ivo Negligente No tiene o no ve al padre N/C Actividades con progenitores Bajo Medio A lto N/C Satisfacción con las relaciones familiares Baja - Media A lta C ontextoescolar Horas de deberes al día 0h al 1/2 h 1h al 2h al N/C día al día día día Sufre maltrato escolar No Sí N/C Actividades extraescolares No Sí Tipo de centro es colar Privado Público Total 23,6 8 Porcentajes ponderados y N sin ponderar. 23 Tabla 2. Características socio-económicas y clima familiar según tipo de familia Tipo de Familia N Biparentalintacta Biparental-reconstruida Divorcio Fallecimiento Divorcio Monoparental Fallecimiento Nacimiento Otros tipos de familias Total Nivel económico del hogar Capacidad adquisitiva familiar Alta Media Baja N/C 6078 12337 3059 102 29,0 57,3 13,2 0,4 29,5 54,4 16,0 0,2 25,6 50,0 22,2 2,2 25,1 53,9 20,7 0,3 21,5 51,0 27,5 0,0 14,5 42,1 43,4 0,0 24,3 54,1 20,6 1,0 28,4 56,7 14,5 0,4 2241 1469 9254 2171 5417 653 371 9,7 6,3 41,8 11,3 27,6 2,5 0,8 10,0 8,5 54,8 6,8 10,8 5,3 3,9 6,7 9,0 46,1 6,7 15,7 1,1 14,6 12,5 9,1 55,5 8,1 7,4 5,4 2,0 5,4 7,6 40,1 4,6 21,5 0,8 19,9 12,8 5,1 53,8 11,5 11,5 0,0 5,1 9,3 5,1 43,3 13,6 18,2 3,0 7,4 9,8 6,5 43,2 10,9 25,1 2,8 1,7 Autoritario 5257 25,4 18,6 15,7 22,5 22,6 19,5 19,0 24,6 Con autoridad 6999 32,2 25,2 10,1 26,2 21,3 9,1 24,6 30,9 Permisivo 2562 12,2 12,7 12,4 12,1 9,8 10,4 13,1 12,2 Negligente 30,4 Status laboral de la madre Alto Medio Bajo Trabaja - nivel no clasificado Inactiva Buscando empleo N/C Relaciones paterno-filiales Estilo de crianza materno 6347 29,4 39,7 37,1 36,5 26,4 45,5 34,8 No tiene o no ve a la madre 158 0,0 2,1 23,6 0,7 16,9 5,2 3,9 0,7 N/C 253 0,9 1,6 1,1 2,0 3,0 10,4 4,7 1,2 Autoritario 3424 17,4 6,9 3,4 7,7 5,2 5,1 14,4 16,0 Con autoridad 3799 18,0 8,9 2,3 5,4 6,8 5,1 13,7 16,4 Permisivo 2497 12,1 15,6 1,1 11,3 2,7 1,3 11,2 11,8 Negligente 10636 51,5 46,1 34,1 53,8 8,7 7,7 47,2 50,4 No tiene o no ve al padre 804 0,2 16,3 46,6 16,8 66,9 73,1 7,9 3,7 N/C 416 0,9 6,1 12,5 4,9 9,6 7,7 5,6 1,7 Estilo de crianza paterno Satisfacción con las relaciones Baja - Media 5390 22,9 38,4 42,7 40,4 25,9 50,6 32,5 25,2 16186 77,1 61,6 57,3 59,6 74,1 49,4 67,5 74,8 Bajo 6347 28,5 36,1 38,2 37,8 32,7 44,2 30,6 29,6 Medio 5528 26,5 25,9 28,1 24,7 27,0 18,2 22,9 26,2 Alto N/C 9567 44,5 37,7 31,5 37,0 40,3 37,7 44,5 43,6 134 0,5 0,3 2,2 0,5 0,0 0,0 2,0 0,6 21576 17881 660 76 1586 377 81 915 Alta Actividades con progenitores N (Total) 24 Tabla 3. Odds ratios de la probabilidad de haber repetido un curso, según modelos de regresión logística V.Dep N % MODELOS DE REGRESIÓN LOGÍSTICA* Probabilidad de repetir curso (N=21576) (No repetidor) Repetidor 16735 4841 77,5 22,5 I 17881 660 76 1586 377 81 915 83,4 2,9 0,4 7,1 1,7 0,4 4,1 1,00 2,17 2,04 1,68 1,86 2,44 10361 11215 II III IV V familiar Estructura Tipo de familia (Biparental intacta) Biparental reconstruida por divorcio Biparental reconstruida por fallecimiento Monoparental por divorcio Monoparental por fallecimiento Monoparental de nacimiento Otros tipos de familias *** ** ** 1,00 1,98 *** 1,29 1,55 *** 1,21 1,63 1,00 1,98 *** 1,35 1,52 *** 1,26 1,52 2,30 *** 2,15 *** 1,99 *** 1,86 *** 46,8 53,2 1,58 *** 1,00 1,65 *** 1,00 1,58 *** 1,00 1,37 *** 1,00 6802 5128 5721 3925 31,4 23,8 26,7 18,2 0,18 *** 0,69 *** 1,00 1,71 *** 0,18 *** 0,69 *** 1,00 1,71 *** 0,18 *** 0,68 *** 1,00 1,74 *** 0,17 *** 0,66 *** 1,00 1,86 *** 18525 1340 1098 87,6 6,0 3,8 1,00 3,18 *** 1,08 1,00 2,79 *** 1,09 1,00 2,63 *** 1,07 1,00 2,59 *** 1,04 3156 11879 4041 1919 12,8 55,8 19,9 9,0 1,00 0,99 1,41 *** 2,43 *** 1,00 0,99 1,38 *** 2,31 *** 1,00 0,99 1,39 *** 2,21 *** 1,00 1,00 1,39 *** 2,10 *** 21392 184 99,2 0,8 1,00 2,71 *** 1,00 2,85 *** 1,00 2,64 *** 1,00 2,60 *** 7618 13958 40,9 59,1 1,04 1,00 0,99 1,00 0,99 1,00 0,99 1,00 6078 12337 3059 28,4 56,7 14,5 1,00 1,16 ** 1,67 *** 1,00 1,15 ** 1,61 *** 1,00 1,15 ** 1,52 *** 2250 1503 9309 9,8 6,7 43,5 4485 663 21,2 2,8 1,00 2,27 3,30 3,18 2,99 2,95 1,00 2,27 3,30 3,16 3,03 2,93 1,00 2,26 3,29 3,08 3,01 2,93 5257 6999 2562 6347 158 24,6 30,9 12,2 30,5 0,7 1,04 1,00 1,61 *** 1,37 *** 0,97 1,03 1,00 1,51 *** 1,28 *** 1,00 3424 3799 2497 10636 804 16,0 16,4 11,8 50,4 3,7 0,99 1,00 1,01 0,92 1,20 0,98 1,00 1,00 0,89 1,15 6347 5528 9567 29,6 26,2 43,6 1,00 0,83 *** 1,01 1,00 0,88 ** 1,10 5390 16186 25,2 74,8 1,10 * 1,00 1,05 1,00 769 2327 5280 12437 3,8 10,6 24,3 57,6 3,69 *** 1,94 *** 1,45 *** 1,00 17202 3823 79,3 17,9 1,00 1,20 *** 3250 18326 15,3 84,7 1,00 0,64 *** 7133 14443 27,6 72,4 1,04 1,00 *** ** *** *** *** 2,18 *** 1,00 2,17 1,84 1,71 1,57 2,30 *** * *** *** ** 1,00 2,14 1,56 1,68 1,45 2,12 *** Sexo Características socio-demográficas Chico (Chica) Edad 11-12 años 13-14 años (15-16 años) 17 años o más Condición de inmigrante (Españoles) Inmigrantes de 1ª generación Inmigrantes de 2ª generación Número de hermanos en el hogar principal (0 hermanos) 1 hermano 2 hermanos 3 o más hermanos Tipo de hijo (Hijo biológico) Hijo adoptivo Tipo de hábitat Rural (Urbano) del hogar Nivel económico Capacidad adquisitiva familiar (Alta) Media Baja Status laboral de la madre (Alto) Medio Bajo Trabaja - nivel no clasificado Inactiva Buscando empleo *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** Relaciones paterno-filiales Estilo de crianza materno Autoritario (Con autoridad) Permisivo Negligente No tiene o no ve a la madre Estilo de crianza paterno Autoritario (Con autoridad) Permisivo Negligente No tiene o no ve al padre Actividades con progenitores (Bajo) Medio Alto Satisfacción con las relaciones familiares Baja - Media (Alta) Contexto escolar Horas de deberes al día 0h al día 1/2 h al día 1h al día (2h al día) Sufre maltrato escolar (No) Sí Actividades extraescolares (No) Sí Tipo de centro escolar Centro privado (Centro público) 0,25 *** Constante -2 log de la verosimilitud 22701,55 Grados de libertad Chi cuadrado 2 R de Nagelkerke 0,3 *** 19937,96 0,1 *** 19501,75 0,09 *** 19347,54 0,12 *** 18851,16 6 36 45 59 67 271,85 *** 3035,44 *** 3471,65 *** 3625,86 *** 4122,24 *** 0,019 0,200 0,227 0,236 0,265 * Se incluyen los casos sin resp uesta como una categoría adicional de cada variable, aunque no se representen en la tabla. A partir del modelo II se controla también por CCAA, p ero no se rep resentan en la tabla. (p<0,001***) (p <0,01**) (p<0,05*) 25