2013 La adopción internacional desde una

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XI CONGRESO DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE SOCIOLOGÍA
SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA
Mª Isabel Fernández Cáceres
mariaisabelfc14@hotmail.com
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
La adopción
internacional desde una
perspectiva sociológica.
22 de abril
En los últimos años hemos asistido a un “Baby Boom” de las adopciones
internacionales en nuestro país. En el caso español, China se erige como
uno de los principales países emisores de la misma.
Este trabajo tiene como objeto conocer la importancia, el significado y el
impacto que las redes sociales- comunitarias y familiares- y los beneficios
derivados del capital social que en éstas se genera, tienen sobre la familia
adoptante en China, tanto en su configuración, como en su supervivencia;
así como en la “retroalimentación” del proceso adoptivo.
Palabras clave: Familia, adopción internacional, paternidad consumista,
capital social, redes socio-personales.
1
2013
FAMILIAS
ADOPTANTES Y
REDES DE APOYO
EN EL CASO DE
LOS NIÑOS
CHINOS.
1. INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas los procesos de adopción en España han dejado de lado su vertiente nacional y
se han proyectado hacia el exterior, adquiriendo una relevancia e impacto sin precedentes. Esta
transformación en la naturaleza de las adopciones se contextualiza en un periodo que podríamos
denominar “Baby Boom” de las adopciones internacionales no solo a escala mundial, sino con una
especial mención a España que, tras ratificar en 1995 el Convenio de la Haya sobre la protección del
niño y de cooperación en materia de adopción internacional, se ha convertido en poco tiempo en uno
de los principales países receptores, sólo por detrás de E.E.U.U.
Gráfico 1: Mayores receptores tras EE. UU. 2001-2010.
Fuente: Selman, 2012
Si comparamos los datos totales de adopciones nacionales e internacionales para el caso español en el
periodo comprendido entre los años 1997 y 2009, podemos observar dos fenómenos: por un lado, las
cifras de adopción nacional se mantienen más o menos constantes en un intervalo de 800 a 1.000 casos
anuales y, por el otro, las cifras de adopciones internacionales aumentan estrepitosamente, alcanzando
su máximo valor en el año 2004 con 5.541 casos.
Gráfico 2: Comparación de cifras totales de adopción nacional e internacional en España.
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos del INE sobre adopción nacional e internacional.
2
En cuanto a los principales países de origen de los menores adoptados, como podemos observar en el
gráfico 3, la adopción internacional en sus inicios estaba dirigida fundamentalmente a países
latinoamericanos. El año 2000 supone un punto de inflexión que desvía la atención de las familias
adoptantes hacia Europa del Este y los países asiáticos. Éstos últimos, se hacen más visibles en el año
2005, al suponer más del 50% de los niños adoptados internacionalmente en España.
Gráfico 3: Adopción Internacional por continentes de procedencia de los menores adoptados
(1998-2009).
70
60
50
40
30
20
10
0
64,6
52,6
48,50 46,5
45,6
44,6 47,00 45,80 43,8
40,50 40,00 41,30
38,50
38,10
35,00
34,8
33,8
32,20 29,6 32,3
31,80
30,2
27,4
20,8
19,8 22,1 22,4 21
16,4 17,2
15,2 14,9
14,50
10,6 10,4 11
10,4 10,3 10,5
8,4
5,1
4,8
4,1
1,4
1,2
1,1
1
0,9
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
EUROPA
ÁFRICA
AMÉRICA
ASIA
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos del INE sobre adopción internacional
Por otro lado, y según los datos del INE sobre adopción internacional en España, a lo largo de todo el
periodo observado (1998- 2009), China predomina sobre el resto de países asiáticos en número de
casos, siendo esto más que evidente en el año 2005 ya que de 2.854 niños que fueron adoptados en
Asia en este año, 2.753 procedían de este país.
En este contexto de orientación de la demanda adoptiva hacia el Gran Gigante asiático, las redes
socio-personales de las familias adoptantes adquieren una gran relevancia ya que, es a través de ellas y
del capital social que circula en las mismas, donde se generan todo un conjunto de beneficios que
permiten no sólo la culminación del proceso adoptivo en este país, sino también su pervivencia a lo
largo de los años a pesar de las deficiencias encontradas en la administración y los problemas
cotidianos a los que se enfrenta la familia adoptiva actual.
La pretensión de este trabajo es el tratamiento de la adopción internacional en general y de la adopción
en China en particular como un fenómeno de carácter social y, como tal, susceptible de análisis bajo la
perspectiva sociológica, escasamente dedicada a esta temática.
3
Así pues, en este artículo se lleva a cabo un análisis de la importancia, el significado y el impacto que
las redes sociales- comunitarias y familiares- y los beneficios derivados del capital social que en éstas
se genera, tienen sobre la familia adoptante en China, tanto en su configuración, como en su
supervivencia; así como en la “retroalimentación” del proceso adoptivo.
Para lograr este objetivo, se han llevado a cabo una serie de entrevistas semi-estructuradas a familias
salmantinas adoptantes en éste país, que se verán complementadas en el futuro con un análisis de sus
redes socio-personales.
Los primeros resultados muestran determinadas constantes en el proceso de adopción y múltiples
particularidades desde el punto de vista de las familias.
2. MARCO DE REFERENCIA PARA EL ANÁLISIS
2.1.
La política del hijo único y su relación con las adopciones internacionales.
El desarrollo poblacional acontecido en la República Popular China en las últimas décadas ha
constituido un punto de debate en los círculos académicos a nivel internacional; no solo por tratarse del
país más poblado del mundo, sino por las consecuencias latentes derivadas de la implementación de
ciertas políticas de planificación familiar por parte del gobierno. A diferencia de los países europeos, el
Gran Gigante asiático ha llevado a cabo un proceso de transición demográfica de manera más tardía y,
sobre todo, más acelerada.
Los estudios poblacionales han derivado en dos tipos de posturas acerca del crecimiento demográfico:
la marxista o socialista y la malthusiana. A pesar de las críticas recibidas, ambos modelos han servido
como referente en la implementación de diversas políticas demográficas en muchos países. En el caso
chino, podemos observar el desarrollo de políticas demográficas en ambos sentidos a lo largo de su
historia.
Como sostiene Julio Pérez Díaz1, la etapa maoísta inicial se caracterizaría por ciertas inclinaciones
marxistas. Mao abogaría por una población de rápido crecimiento para la consecución de la fuerza
productiva necesaria para que la República Popular se convirtiese en una gran potencia (Weiliang,
2010). No obstante, este natalismo inicial pronto derivaría en el desarrollo de una doctrina neomalthusiana, al conocer los resultados obtenidos en el primer censo de la historia de China (Ríos,
2010).
1
Pérez Díaz, J: “La política de control demográfico más famosa del mundo: China y el hijo único, en
http://apuntesdedemografia.wordpress.com/polpob/maltusianismo/china-y-el-hijo-unico/ (Consultado el
21/3/2011).
4
Y es que el año 1979, como respuesta al fuerte crecimiento poblacional y a su posible contribución al
freno de las reformas del régimen post-maoísta, se introduciría en China la mundialmente conocida
como política del “hijo único”. Dicha política supondría la contención al crecimiento poblacional del
país y, a su vez,
podría contribuir a una reducción poblacional. Por lo tanto, mediante la
implementación de esta política demográfica, el Estado chino asumirá un rol crucial en la Transición
Demográfica del país; no tanto como catalizador de la misma, sino como acelerador de este fenómeno
(Wang Feng, 2011).Sin embargo, lo cierto es que antes del inicio de esta política de control de la
natalidad, ya existía una baja tasa de natalidad en el país y esto ha continuado en el tiempo (Nehru,
2010).
Pero no será hasta 1979, con la introducción de la campaña del “hijo único”, cuando se produce una
mayor movilización por la causa de la superpoblación. Ello se hizo más que visible en la aparición de
carteles anti-natalistas presentes en todo el país y que tenían como consigna “China necesita una
Planificación Familiar” o “El matrimonio y el parto tardío son dignos”, entre otros (Hays, 2008); en el
establecimiento de medidas mediante las cuales se autorizaba a las parejas a tener un solo vástago; en
la distribución de anticonceptivos de forma gratuita; en la promoción de abortos y esterilizaciones; etc.
El objeto primordial de esta política de control demográfico era la estabilización de la población china
en el 2000, alcanzados los 1200 millones de habitantes. No obstante, aunque se logró este objetivo, a
partir del 2002 con la Ley de Población y Planificación Familiar, el incumplimiento de la política del
“hijo único” sería un delito (Gomà, 2011).
Una de las consecuencias más perjudiciales derivadas de la política del “hijo único” es el creciente
desequilibrio demográfico por sexo, puesto que las “estrategias de adaptación” a esta política se
llevaron a cabo en detrimento de la mujer y actuaron como determinantes de una tasa de masculinidad
elevada (Yong y Lavely, 2007). Y es que la preferencia por el varón es tradicional en China, sobre
todo en las zonas rurales y, por tanto, el campo el varón goza de mayor relevancia (económica y social)
en comparación con las zonas urbanas ya que, en las áreas rurales, las niñas son consideradas mano de
obra desperdiciada, y responsables de la pérdida del linaje. Tal interés enfocado al nacimiento de un
varón, provoca que la mayor parte de los campesinos decidan tener un segundo bebé si el primero era
una mujer.
Por tanto, el límite de dos hijos en las áreas rurales y la cultura de la superioridad del varón; unidos al
temor a los castigos impuestos ante la violación de la política gubernamental, han derivado en una
serie de mecanismos que perniciosos para las mujeres. Y es que, en el reino de los “pequeños
emperadores” varones, la maldición de ser niña es un hecho palpable y se materializa en prácticas
socio-culturales tales como el abandono de las menores, la ilegalidad de las mismas o, en el peor de los
casos, el infanticidio femenino (Venegas Medina, 2010).
5
El abandono de un gran número de menores (en su mayoría niñas) y su internalización en diversos
orfanatos del país ha sido una práctica bastante común desde años atrás en el país asiático. Y es que la
problemática del caso chino reside en el hecho de que, al constituir el abandono de menores un delito,
las familias que los abandonan se mantienen en el anonimato, impidiendo al Estado la configuración
de ayudas familiares e instándolo, por ende, a inclinarse por un sistema de retirada de los menores. Así
pues, al no ser estas medidas de protección una opción viable, los menores pasan a ser evaluados para
la posterior declaración de su adoptabilidad, constituyéndose así el punto de partida del proceso de
adopción. De este modo, China configura una vasta “oferta” de niños susceptibles de ser adoptados y
acomodados en nuevas familias fuera de sus fronteras.
Por otro lado, resulta imprescindible mencionar la gran repercusión que tuvo en la adopción de
niños procedentes de este país la emisión en 1995 de un reportaje titulado “The Dyning rooms” (Las
habitaciones de la muerte) en el que reporteros del Channel Four del Reino Unido mostraban las
espeluznantes condiciones de vida de los pequeños en los orfanatos estatales de la República Popular
China. La emisión de este reportaje en RTVE, provocó el colapso de sus líneas telefónicas con
llamadas de personas interesadas en adoptar a una de esas niñas (Marre, 2004).
Pero pasó tiempo hasta que los gobiernos autonómicos habilitaron oficinas de información acerca de
las solicitudes de adopción en China. Por lo que, ante una respuesta negativa por parte de la
administración, gran parte de los demandantes se aglutinaron creando una asociación de apoyo a
padres y futuros adoptantes en China. Así mismo, con el incremento de las solicitudes de adopción en
este país, se fueron creando otras muchas asociaciones basadas en el asesoramiento y la ayuda a las
futuras familias adoptantes.
No obstante, aunque el mencionado reportaje generó un fuerte componente solidario asociado a la
adopción en este país, existen otras múltiples razones que ocasionan, no solo la adopción de niños
procedentes de China por parte de familias españolas, sino la no adopción de los mismos en otros
países del mundo e, incluso, en territorio nacional.
2.2.
La peculiaridad española: de emisor a receptor de adopción.
En el caso español, se presentan algunas cuestiones a responder: ¿Por qué nuestro país pasa de ser un
Estado emisor de adopción a uno de los principales receptores de la misma teniendo el índice de
natalidad más bajo de la UE? ¿Cuáles son los factores que llevan cada vez a más familias a adoptar?
¿Por qué la adopción internacional se impone a la adopción nacional en nuestro país? La baja tasa de
natalidad española ayuda sólo en parte a responder estas cuestiones, por lo que será necesario
profundizar en otras causas explicativas.
6
En relación a la primera y la segunda pregunta, Diana Marre (2009) atribuye la explicación a todo un
conjunto de factores socioculturales que hicieron cada vez más posible un control de la natalidad de
carácter libre y voluntario: la despenalización en el uso de anticonceptivos, la legalización del divorcio,
la despenalización de la esterilización quirúrgica, la permisión del aborto (bajo los tres supuestos), la
inclusión de la mujer al merado laboral y aumento de la edad de maternidad, etc.
Por su parte, José Ocón Domingo (2007) apuntará hacia el cambio de concepción social respecto a la
adopción, como uno de las posibles explicaciones del fenómeno. La adopción pierde su componente de
estigmatización, se democratiza y adquiere tintes positivos que, como sostiene Mª José Rodríguez
Jaume (2008), en ocasiones conduce a una hipervaloración de la paternidad adoptiva.
Lo cierto es que el mero hecho de que, bajo la circunstancia de que nos encontremos a un nivel
fecundidad sub-reemplazo y de déficit de natalidad en nuestro país, se produzcan tantas adopciones,
hace que esta vía de paternidad sea vista como un fenómeno de carácter social (Jareño y Rodríguez,
2010).
Por tanto hemos de preguntarnos ¿Cuáles son los factores que llevan cada vez a más familias a adoptar?
La infertilidad (como consecuencia de: la inclusión de la mujer en el mercado laboral, el retraso de las
uniones, una maternidad cada vez más tardía, etc) y el deseo de ser padres en solitario, aparecen entre
los principales motivos a la hora de adoptar nacional o internacionalmente en nuestro país.
Y son precisamente todas estas causas mencionadas las que hacen de la adopción una vía alternativa
hacia la paternidad y conducen a la configuración de la misma como una de las denominadas “nuevas
formas familiares”.
Dada la heterogeneidad de esta clasificación, Diego Ruíz Becerril (2004) propondrá la aglutinación de
las “nuevas formas familiares” en este grupo en torno a todo un conjunto de características
compartidas: extensión cuantitativa, extensión social, diversidad de los ciclos vitales, concepción
viable, publicidad, reconocimiento y legitimación social y orígenes.
Aunque cuando Ruíz Becerril se refiere a “nuevas formas familiares” hace alusión a tres de ellas
(familias monoparentales, familias compuestas y parejas de hecho) de forma exclusiva; José Ocón
Domingo (2006) será quien extenderá el análisis del primero hacia las familias adoptivas, como una
categoría más del conjunto de “nuevas formas familiares” y analizará su presencia en la sociedad
española en base a las características propuestas por el anterior.
Así pues, en primer lugar Ocón transmite una idea de familia adoptiva cuya presencia numérica y
proporcional en la sociedad española se hace notar, democratizándose y haciéndose extensible a todas
las capas de la sociedad. En segundo lugar, la publicidad de la que goza la familia adoptiva de hoy
contribuye a un mayor reconocimiento social y legitimación de la misma que la equiparan al resto de
familias en términos de igualdad. En tercer y último lugar, se trata de un modelo familiar factible que,
7
al igual que el resto, tiene su origen en el anhelo personal de formar una familia. Y son precisamente
aquellas motivaciones vinculadas al deseo y la necesidad de ser padres, las que se consideran válidas
en la configuración de una familia adoptiva.
No obstante, los hijos de “la nueva familia española” (Alberdi, 1999), a diferencia de los del pasado,
suponen una recompensa al percibirse no desde un punto de vista económico, sino desde un punto de
vista emocional y subjetivo. Por este motivo, algunos autores coincidirán en la existencia de un
componente individualista asociado a la paternidad (Lipovetsky 1994; Meil Landwerlin 2006;
Berástegui 2010 ).
Así pues, en base a éste creciente individualismo social y familiar, los hijos son entendidos como un
bien de consumo en la configuración de los planes familiares (Berástegui, 2010). Esta visión
consumista de la paternidad en general, se traduce en una visión consumista de la adopción en
particular y ésta, a su vez, se enmarca en una generación de padres adoptantes que comparte
características propias de todas las categorías propuestas por Hoksbergen y Laak (2005) 2 en su
análisis sobre la evolución de la cultura de la adopción en Europa.
Configurando, de este modo, una generación de paternidad adoptiva consumista basada en: los
problemas de infertilidad a nivel social, la solidaridad como impulso, el adoptante como un
consumidor que adquiere el rol de “cliente” o “demandante” frente a la administración y la influencia
de los medios de comunicación social.
Ahora bien, ¿por qué la adopción internacional se impone a la adopción nacional en nuestro país? La
“escasez” de niños adoptables en España aparece como uno de los principales razonamientos entre las
familias adoptantes a la hora de optar por una adopción internacional. No obstante, como han señalado
varios profesionales relacionados con el estudio de este fenómeno, la situación es más bien compleja.
Berástegui y Gómez Bengoechea (2008) apuntan a una creciente demanda de niños pequeños y sanos
en adopción nacional que choca con la realidad de que, en las instituciones españolas, no existen niños
adoptables con estas características. Los niños que se consideran adoptables en España suelen ser
mayores, con hermanos o con necesidades y problemas específicos. Por tanto, no es tal la escasez de
menores adoptables, sino la escasez de un grupo de menores adoptables que “cumplan con los
requisitos de la demanda de adopción”.
Ante la esa escasez de niños que cumplen los requisitos de la demanda y el aumento de la misma, los
tiempos de espera en adopción nacional se han incrementado.
2
Generación tradicional-cerrada (1971-1981).
Generación optimista-idealista (1982-1992).
Generación materialista-realista (1983-1993).
Generación optimista-demandante (desde 1993).
8
A estos inconvenientes asociados a la adopción nacional, se le unen otros dos de gran relevancia: el
temor a posibles complicaciones jurídicas y el conformismo de las instituciones públicas limitándose a
responder a las necesidades de la demanda (Palacios, 2009).
Así pues, siguiendo a Berástegui (2010) las familias que desean adoptar internacionalmente se hacen
esta pregunta: “¿Por qué habiendo tantos niños sufriendo injusticias en el mundo, no consiguen
deprisa y con pocos costes para mí, que lo necesito, uno pequeño, sano y sin traumas?” (Berastegui
2010: 21).
Esta consigna resume a la perfección el contexto en el que se desempeña la paternidad adoptiva hoy en
día puesto que alude: (1) al componente solidario de la adopción como respuesta a delicada situación
socio-económica en la que se encuentran los países de origen frente al desarrollo de países receptores;
(2) a la relevancia otorgada al factor tiempo vinculada a la sociedad actual: (3) al componente
económico–burocrático asociado a la adopción; (4) al componente individualista asociado a la
paternidad; (5) paternidad consumista y “a la carta”.
Frente a la escasez de un grupo de menores adoptables que “cumplan con los requisitos de la demanda
de adopción”, así como deficiencias de apoyo informativo e instrumental en la administración, ésta
prefiere desviar la demanda de adopción nacional hacia la adopción internacional; delegando
responsabilidades en organismos o personas ajenas a la misma. Por lo tanto, en vez de actuar en prodel interés del menor (tal y como estipula la legislación al respecto), actúa en pro- de las “necesidades”
de la demanda, haciendo juicios valorativos a cerca de la cuestión de la adopción en los diferentes
países emisores de la misma y siguiendo una lógica de mercado.
2.3.
La preferencia por China: las redes socio-personales y “experiencia positiva de
consumo”.
En esta lógica de oferta-demanda, los países emisores impondrán una serie de condiciones (muchas
específicas en cada uno de ellos) para la efectuación de un proceso de adopción que determinarán, en
la mayor parte de los casos, la decisión de los demandantes por un país o por otro.
En este contexto, China aparece como uno de los países que satisface más “necesidades” de los
demandantes y la administración es consciente de ello. China se erige como uno de los principales
países de procedencia de los menores adoptados en nuestro país.
Y es que la experiencia positiva de las familias que ya han adoptado en el país asiático se hace notar en
las reuniones y encuentros organizados por las asociaciones de adopción de menores procedentes de
este rincón del mundo; siendo dichas asociaciones las principales generadoras de redes sociopersonales por las que circula capital social y se generan beneficios de gran utilidad, no tanto para
quienes ya adoptaron, como para quienes piensan en hacerlo o ya han iniciado los trámites.
9
2.4.
Familias adoptivas y redes socio-personales: la generación del capital social y los
beneficios.
Las familias adoptantes configuran sus redes en torno a diferentes actores como: las asociaciones de
adopción y sus miembros; la administración; amigos; vecinos; compañeros de trabajo, y, por supuesto,
la familia extensa. Sin embargo, las asociaciones de adopción (entendidas en términos comunitarios) y
la familia extensa aparecen como los principales actores inmersos en las redes de estas familias y
principales generadores de capital social y beneficios que facilitan esta opción de paternidad.
El capital social constituye un concepto complejo y de carácter multidimensional ampliamente
discutido en diferentes disciplinas del mundo académico. En este trabajo se lleva a cabo una
descripción breve de los criterios o aspectos del concepto que se tendrán en cuenta a la hora de analizar
su relación con la cuestión de la adopción en China.
Nos referimos aquí al capital social individual, en tanto en cuanto argumentamos que la adopción se
basa en una elección racional desarrollada en el ámbito privado de la familia; y al capital social
comunitario en tanto en cuanto se incluyen en las redes para la consecución de sus objetivos y se
sirven de la ayuda proporcionada por la familia extensa en el desarrollo de la paternidad adoptiva.
2.4.1.
Capital Social asociado al componente comunitario o asociativo.
En primer lugar, la relevancia otorgada por Coleman (1988) al carácter instrumental del capital social
resulta imprescindible en este estudio ya que se considera que las familias hacen un uso racional del
mismo en base a la consecución de su objetivo, la adopción en China.
Cabe destacar el potencial de información (Coleman, 2000) como una de las formas de capital social
en la que los actores pueden obtener beneficios para lograr sus objetivos mediante el acceso a la
información que poseen sus contactos y relaciones sociales.
Se entiende aquí que la pertenencia a asociaciones de familias adoptantes y el establecimiento de
relaciones entre sus miembros configuran “redes de compromiso cívico” (Putnam 1993) en torno a la
adopción. De tal modo que la inclusión en las mismas implica la producción beneficios sociales entre
los que destacan una mejora en la comunicación y el flujo de información sobre la confiabilidad de los
individuos.
Son varios los autores que coinciden en el importante papel ejercido por las diversas asociaciones de
voluntariado en la tarea de formación de capital social (Putnam, 2000; Wollebaek y Selle, 2002).
10
Sin embargo, aunque las asociaciones de familias adoptantes no constituyen en sí asociaciones de
voluntariado, se las podría considerar como tales ya que las redes sociales que configura palian las
deficiencias informativas e institucionales experimentadas en la administración y ayudan a las nuevas
familias adoptantes en la satisfacción de sus “necesidades” sin esperar aparentemente nada a cambio.
Así pues, siguiendo el esquema de Omori (2001), se considerará que el capital social puede sustituir o
complementar las acciones desarrolladas por el mercado y las instituciones. De este modo, las redes se
componen de una gran diversidad de familias (adoptantes o con pretensión de adoptar) que se
relacionan entre sí para participar de los “beneficios asociativos relacionales” (Ayuso Sánchez, 2009)
que en ellas producen y, de este modo, favorecer el éxito en la adopción.
Y es precisamente la existencia de estas redes y la circulación de información positiva y satisfactoria
en ella (en base a la experiencia) la que garantiza la supervivencia del proceso adoptivo en ese país y la
configuración, gracias a él, de nuevas formas familiares en el nuestro. Pero no se trata de un proceso a
corto plazo, sino que se mantiene en el tiempo retroalimentándose en base a la misma dinámica.
2.4.2.
Capital Social asociado a la red familiar.
Con red familiar, hacemos referencia a la familia extensa o de origen que, según Diego Ruíz Becerril
“permite disponer de más recursos que aporten ayuda y soporte tanto social como psicológico o
económico, lo que garantiza una viabilidad más segura de la nueva familia” (Ruíz 2004: 223).
Lo que sucede es que, en función de las circunstancias y necesidades particulares, la red familiar actúa
como “capital relacional de reserva” (Meil, 2004: 288), que puede ser activado para la resolución de
problemas cotidianos.
2.5.
Tipología de beneficios -apoyo social obtenido
Los beneficios obtenidos a partir del capital social en redes son entendidos aquí en términos de apoyo
social a las familias adoptantes ya que, la existencia de una red de apoyo supone un factor de
protección para las familias en general, y para las familias adoptivas en particular (González y Sánchez,
2003).
El esquema de clasificación del apoyo social propuesto por Tardy (1985) parece ser un buen nexo de
unión en la relación beneficios-apoyo social.
Tardy clasifica el apoyo social a partir de cinco dimensiones propuestas: dirección, disposición,
descripción o evaluación, contenidos y redes.
11
Figura 1: Esquema sobre las dimensiones del apoyo social.
Fuente: Tardy, 1985.
Aunque en esta investigación se tienen en cuenta ciertos aspectos de cada una de las dimensiones del
apoyo social sugeridas por Tardy, las dos últimas (contenido y red) suponen la esencia del análisis del
mismo. En cuanto al contenido, se prestara especial atención a las
categorías instrumental,
informacional y valorativa; considerando en algunas ocasiones las dos últimas como una sola ya que la
información distribuida en la red suele basarse en experiencias subjetivas personales las cuales suelen
ir de la mano de juicios valorativos al respecto.
En lo que a las redes se refiere, la familia y la comunidad conformarán el eje vertebrador del análisis
(lo cual no quiere decir que no se traten aspectos asociados al resto de categorías en esta dimensión).
3. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
Objetivo General
El objetivo general de este trabajo es: conocer la importancia, el significado y el impacto que las redes
sociales - comunitarias (pertenencia a una asociación de adopción) y familiares (familia extensa)- y los
beneficios derivados del capital social que en éstas se genera, tienen sobre la familia adoptante en
China, tanto en su configuración, como en su supervivencia; así como en la “retroalimentación” del
proceso adoptivo.
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Objetivos Específicos
1- Describir los diferentes perfiles familiares que participan en este proceso (centrándonos en aspectos
como las características sociodemográficas, la morfología familiar, las motivaciones en relación a
la adopción las relaciones familiares y los cambios en la familia) así como sus estrategias de
comportamiento en base a su relación con los miembros de su red comunitaria.
2- Analizar la tipología y el alcance de los “beneficios-apoyo social” obtenidos a partir del capital
social realmente disponible en las redes de estas familias.
3- Evaluar la evolución de la dinámica en las redes de las familias. Esto se aplicará en diferentes fases
del proceso, tanto en su composición, como en su tamaño, el contenido de las relaciones y los
recursos derivados del capital social.
La investigación, todavía en curso, ha consistido en la realización por el momento de 15 entrevistas
semiestructuradas a familias adoptantes en este país; cuatro familias monoparentales y once
biparentales. El estudio se ha realizado en la provincia de Salamanca y existe la pretensión de
extenderlo a la provincia de Badajoz y comparar la temática a analizar entre ambos casos.
Criterios de selección
La dificultad de acceso a las fuentes secundarias de información sobre los datos personales y de
contacto es subsanada mediante la participación y colaboración con una de las asociaciones de
adopción de menores en la República Popular China, ANDENI 3 . En primer lugar se ha tomado
contacto con la muestra a través de la técnica de muestreo no probabilístico “bola de nieve” para,
posteriormente, seleccionar diferentes perfiles familiares (familias monoparentales y biparentales;
familias con hijos biológicos y sin hijos biológicos; primeras adopciones y segundas adopciones).
3
ANDENI: Asociación Nacional en Defensa del Niño que, a su vez, también constituye una ECAI.
13
Diseño del estudio
La metodología empleada es de corte cualitativo, siendo la entrevista semiestructurada el principal
instrumento de recogida de información, ya que permite conocer las diferentes experiencias subjetivas
propias de la vida privada de las familias y compararlas entre sí. Dichas entrevistas se verán
complementadas con técnicas de naturaleza cuantitativa como el análisis de redes socio-personales la
cuales, actualmente, están por desarrollarse.
Análisis de los datos
En el análisis de los datos cualitativos se está aplicando la técnica de la codificación del discurso a
través de categorías y sub-categorías establecidas en base a los objetivos del estudio. Las entrevistas
han sido grabadas, transcritas y analizadas de forma sistemática.
En segundo lugar, sirviéndome de programas informáticos propios del análisis de redes como Ucinet6
o Egonet, llevaré a cabo un análisis de las redes familiares. Las redes de apoyo de cada caso serán
evaluadas en relación a tres momentos del proceso: preadoptivo, adoptivo y postadoptivo.
4. RESULTADOS PRELIMINARES
4.1. Describir los diferentes perfiles familiares que participan en este proceso así como sus
estrategias de comportamiento en base a su relación con los miembros de su red
comunitaria.
4.1.1. Características sociodemográficas, estructura familiar, nivel educativo y ocupación.

Familias monoparentales:
Todas las familias monoparentales entrevistadas estaban formadas por mujeres solteras con una (un
caso) o dos hijas adoptivas (tres casos) en China, de edades comprendidas entre los cinco y los doce
años en el momento de la entrevista.
Se trata de mujeres con carreras profesionales exitosas que han optado por la maternidad en solitario
de forma tardía (39 - 45 años). Este retraso en la maternidad es explicado por Alberdi (2000) como una
consecuencia directa de la preferencia de las jóvenes españolas por la autorrealización centrada en los
logros laborales previa a la maternidad (maternidad como un complemento de la etapa posterior). Solé
y Parella (2004) atributen dicho retraso a la intervención de numerosos factores tales como: los
nuevos estilos de vida; necesidad de autorrealización profesional y estabilidad económica, etc.
14
Además, estas mujeres cuentan con unos ingresos anuales superiores a los 20.000 euros, de lo que se
desprende cierta estabilidad económica imprescindible para hacer frente a la maternidad en solitario.

Familias biparentales:
En el grupo de familias biparentales entrevistadas (once), la estructura familiar más común (seis casos)
es la compuesta por los padres y un hijo adoptivo; son tres casos en los que la pareja convive con un
hijo biológico y otro adoptivo y un caso en el que lo hace con dos hijos adoptivos. Un último caso lo
configura una familia de cinco miembros en la que la pareja tiene dos hijas biológicas y una adoptada.
En el momento de inicio del proceso adoptivo, las edades de los varones estaban comprendidas entre
los 32 y los 56 años y las de las mujeres entre los 32 y los 49 años.
En cinco de los once casos los ambos cuentan con estudios superiores, en cuatro casos al menos uno de
los dos cuenta con ellos y en el resto de los casos aparecen estudios de FP, bachiller o graduado escolar.
En cuanto a la ocupación, la muestra se caracteriza por su gran diversidad, abarcando las siguientes
categorías: Profesores de enseñanza primaria y secundaria, Profesores de enseñanza universitaria,
Funcionario Administrativo, Médico, Psicólogo (terapia clínica), Abogado, Gerente de empresa,
Arquitecto, Ingeniero, Desempleado, Jubilado, Pequeño Empresario, Administrativo (empresa privada)
y Técnico de desarrollo.
4.1.2.Motivaciones.

Familias monoparentales:
Aunque las entrevistadas son madres adoptivas, se observa cierto interés en la maternidad biológica
como primera opción. Apareciendo así la adopción como una estrategia de maternidad reflexionada,
en la que se observan temores asociados a la maternidad en solitario.
En relación a los motivos de optar por la adopción, en tres de los casos se menciona la edad como
una de las principales causas. Y es que la edad de estas mujeres no solo repercute en la imposibilidad
de tener hijos biológicos, sino también en el roce del límite de edad para adoptar. El deseo de
maternidad también aparece en el discurso de todas las entrevistadas y, aunque todas las ellas son y
eran solteras cuando adoptaron, tan solo una de ellas menciona la soltería como un argumento más de
la toma de decisión.
En último lugar, se atisba cierto componente solidario asociado a la adopción internacional en dos de
las entrevistadas.
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En los casos en los que existen segundas adopciones, las motivaciones son distintas, apareciendo
causas como la ausencia de una red familiar amplia o el ideal de familia.
Por otro lado, la adopción nacional aparece como una opción poco viable por cuestiones de
tiempos de espera, edad, tipo de familia, etc. Solo una entrevistada inicia un proceso de adopción
nacional en paralelo a la adopción en China pero termina renunciando a ella.
La Junta de Castilla y León desaconseja claramente a una de las entrevistadas la adopción nacional,
recomendándole la adopción internacional en China como una mejor opción.
En cuanto a la adopción internacional se refiere, China constituye la mejor alternativa por
diversos motivos entre los cuales se encuentran: la existencia de niños pequeños en adopción, el buen
funcionamiento del proceso de adopción (claridad, fiabilidad, garantías…), los plazos cortos de espera,
la admisión de solteras y la experiencia previa de conocidos que adoptaron en este país.

Familias biparentales:
Resulta interesante considerar la variable “tomar la iniciativa” en este grupo ya que se presentan
variaciones dentro del mismo. Siendo en la mayor parte de los casos (seis de los once) la mujer la que
la toma, frente a dos casos en los que aparece como iniciativa del marido coincidiendo con situaciones
de imposibilidad de paternidad biológica por enfermedad de la mujer. Solo en un caso se menciona
una iniciativa conjunta asociada a la edad y la imposibilidad de paternidad biológica.
Por otra parte, se aprecia un marcado componente solidario en relación a la adopción, ya que en
algunos casos se antepone la paternidad adoptiva a la paternidad biológica, incluso cuando esta
segunda es posible. Muchas familias declaran “haber tenido la adopción siempre en mente” y, en dos
de los casos, se contrae matrimonio con la finalidad de poder adoptar posteriormente. Resulta
llamativo que, en ambos casos, se tuviesen hijos biológicos después.
En cuanto a la adopción internacional se refiere, China constituye la mejor opción para los
entrevistados por diversas razones entre las cuales destacan por orden: la oferta de niños pequeños, el
buen funcionamiento del proceso (claridad, seguridad, transparencia, legalidad…) y la rapidez (corta
espera). Al igual que las monoparentales, las familias biparentales suelen preferir niños pequeños.
No obstante, aparecen otros motivos como: consejo por parte de la Junta de Castilla y León, el
hecho de que se tratase de un procedimiento de carácter adminsitrativo e irreversible y, por supuesto,
el componente solidario (en tres casos se habla sobre el reportaje “The dyning rooms”).
En cuanto a la posibilidad de adopción en otros países, ocho de las once familias lo pensaron pero,
ante la “dificultad” que suponía o el conocimiento de otras familias que “fracasaron” en estos países,
deciden hacerlo en China. Tan solo dos familias lo intentaron pero abandonaron esta opción al ser
estafados o por ventaja comparativa de la adopción en China. El resto de familias ni intentaron ni
16
pensaron en la adopción en otros países como una posibilidad, argumentando tener clara la adopción
en China desde el principio.
Por último, la adopción nacional se descarta por motivos como los tiempos de espera (cuatro casos),
inseguridad ante la posible reversibilidad del proceso (2 casos) o por edad (un caso). El resto de
familias piensan directamente en adopción internacional como opción de paternidad, coincidiendo con
los casos en los que se da un componente solidario más marcado.
4.1.3.Relaciones familiares y cambios en la familia.

Familias monoparentales
En el análisis de las relaciones familiares se han tomado dos etapas como punto de referencia: “Luna
de miel” (entre el primer encuentro paterno-filial y el primer o el segundo año de convivencia) y “postluna de miel –actual” (desde el primer-segundo año de convivencia hasta el momento actual). Aunque
existen diferentes opiniones acerca de esta cuestión (unas positivas y otras no tanto); cuando se le
pregunta a las familias acerca de la misma, su respuesta suele orientarse hacia: la adaptación mutua y
cambios y conflictos que han tenido lugar tanto dentro del núcleo familiar como en la relación con la
familia extensa. Destacan los problemas de sueño entre los principales problemas de adaptación.
En casos en los que existe una segunda adopción, aparecen celos por parte de las hermanas mayores
hacia las pequeñas, lo que provoca cierta tensión familiar. No obstante, no podría considerarse un
rasgo exclusivo de las familias adoptivas.
Con respecto a los cambios en la familia, destaca una dedicación casi exclusiva de las madres a las
niñas, sobre todo en los primeros años. Dicha dedicación se atenúa con el paso del tiempo y el
aumento de la autonomía personal de las pequeñas.

Familias biparentales
En el grupo de las familias biparentales, las relaciones paterno-filiales se muestran en términos
generales como más positivas y los padres tienden a restar importancia a los conflictos cotidianos. Este
optimismo podríamos suponer que tiene su explicación en un mayor reparto en el desarrollo de tareas
domésticas y de cuidado de los hijos, lo cual facilita el desarrollo de la vida en familia.
No obstante, eso no quiere decir que no se produzcan problemas o conflictos derivados de la
adaptación como, una vez más, los problemas de sueño; pero también casos de falta de apego que
traían de cabeza a los padres adoptivos.
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En casos de mayor edad del menor adoptado y una socialización previa, la adaptación se vuelve más
ardua, ya que los padres adoptantes deben “resocializar” a los pequeños. Aparecen situaciones que
ponen en tensión a los padres, provocan conflictos y dificultan la convivencia familiar.
Por otro lado, en lo que a las relaciones fraternales se refiere, aparecen variaciones en función de las
diferencias en cuanto a la morfología familiar. Así pues, en las familias con hijos biológicos, se
observa que cuanto mayor sea la diferencia de edad entre los mismos y el menor adoptado, menores
son los casos de celos y conflictos. Sin embargo, se dan casos de hermanos adoptivo-biológico que
precisamente por su corta diferencia de edad, tienen una muy buena relación.
Por último, las familias tienden a equiparar los cambios con los derivados de la paternidad biológica y
en los casos de familias que ya cuentan con hijos biológicos, sobre todo si éstos son pequeños, no se
mencionan cambios significativos.
4.2. Analizar la tipología y el alcance de los “beneficios-apoyo social” obtenidos a partir del
capital social realmente disponible en las redes de estas familias.

Familias monoparentales
Las familias monoparentales no hacen partícipe a la familia extensa en la decisión de adopción, pero
sí les comunican la noticia con casi inmediata posterioridad a la solicitud de la misma. Por su parte, la
familia extensa les brindará apoyo esencialmente emocional y valorativo.
La valoración es generalmente positiva, aunque se encuentran opiniones o valoraciones parcialmente
reacias (pero no opuestas) por parte de personas de avanzada edad que, con el paso del tiempo, se
tornarán positivas. El apoyo valorativo y emocional brindado por la familia se mantiene durante el
proceso de adopción. El apoyo instrumental aparece desde el momento de la realización del viaje y con
la llegada de los menores y se mantiene hasta la actualidad, en algunos casos utilizado con frecuencia
y en otros considerado como “capital relacional de reserva” (Meil, 2004), en la resolución de
determinados problemas cotidianos.
En lo que a la administración se refiere, las familias monoparentales dicen recibir apoyo de tipo
informativo- valorativo en la toma de decisión. Podría decirse que perciben que la administración se
desentiende (tras este momento) de ellas, delegando responsabilidades directamente en la asociación
ANDENI y su responsable en Salamanca. Además, aunque ésta lleva a cabo por ley dos seguimientos
postadoptivos a las familias como mecanismo de apoyo a las mismas, éstos las incomodan ya que los
consideran un mero trámite y los ven, en ocasiones, como algo injusto puesto que suponen un
cuestionamiento de su capacidad para la paternidad.
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La asociación de adopción presta apoyo a las familias durante todo el proceso, centrado sobre todo en
la figura de su presidente en Salamanca. El apoyo brindado es de carácter multidimensional. En primer
lugar, las familias reciben apoyo informativo sobre el proceso de Adopción en China y los trámites
que se complementa con el apoyo valorativo (ya que el presidente de la asociación también es padre
adoptante en China). Además, es la propia asociación la que pone en contacto a las familias con otras
que ya han adoptado en el país o que se encuentran en una situación similar a la suya. De este
modo, la asociación teje una red de contactos que podríamos interpretar como un tipo de apoyo
instrumental, ya que dicha red resulta de gran utilidad a las familias y permite el intercambio de
información y consejos basados en la propia experiencia. Además, la organización de diversas
reuniones y encuentros por parte de la misma, también fomenta el contacto entre las diferentes familias.
Otro apoyo que cabe mencionar es el de las personas cercanas a estas mujeres que deciden
acompañarlas en sus viajes a China para recoger a sus hijas. Este apoyo resulta fundamental ya que,
sin él, el proceso resultaría mucho más difícil. Se trata de apoyo en su mayoría instrumental, pero
también de tipo emocional y valorativo, sobre todo cuando se producen situaciones críticas. Destacan
también los vínculos establecidos con otras familias adoptantes a las que conocen en sus viajes, ya
que comparten una vivencia. Estos vínculos derivarán bien en una relación duradera entre familias
(que mantendrán el contacto, se reunirán al menos una vez al año e intercambiarán apoyo de tipo
emocional y valorativo en base al desarrollo y adaptación de los menores) o bien se irán disipando a
lo largo de los años hasta desaparecer. Los vínculos serán más fuertes cuando se ha afrontado una
adversidad común.
El apoyo instrumental prestado por las amistades tras la llegada de las niñas y hasta la actualidad es
bastante frecuente, sobre todo en los casos en los que las familias cuentan con una red familiar dispersa
o muy reducida.
Por último, a pesar de contar con cierto apoyo, las madres a cabeza de familias monoparentales se
sienten desbordadas y echan en falta una segunda persona que les aporte apoyo en todos los
sentidos.

Familias biparentales
En la mayor parte de los casos las familias biparentales comunican su proyecto de adopción en
China tras la toma de decisión. En dos casos se comunica durante el proceso y en otros dos casos tras
la llegada de la asignación. Entre las razones mencionadas por las cuales se mantiene en secreto
destacan: decisión privada del núcleo familiar; temor a la desesperación ante la ampliación de los
tiempos de espera; temor a un nuevo fracaso, en casos de adopciones anteriores fallidas; temor a que
no fuese segura la culminación de la adopción, en caso de imposibilidad de tener hijos biológicos.
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En cuanto a la reacción de la familia extensa y el apoyo brindado por parte de la misma, aparecen
diferencias significativas entre familias. También se dan en este grupo la existencia de reacciones
parcialmente negativas por parte de las personas de mayor edad o más tradicionales de la familia de
origen que también se tornan positivas con el paso del tiempo.
La peculiaridad de la variante biparental, en los inicios, reside en las reacciones negativas o la falta de
apoyo emocional y valorativo en el caso de familias que pudiendo tener o teniendo hijos biológicos
deciden adoptar en China; frente a quienes no pueden tener hijos biológicos, en cuyo caso la reacción
es más positiva y se presta un mayor apoyo. En los casos en los que la familia extensa presenta una
reacción negativa en la comunicación de la decisión, las familias adoptivas valoran más el apoyo
emocional y valorativo de amigos o de desconocidos.
En lo que a la administración se refiere, el grupo biparental también dice recibir apoyo de tipo
informativo- valorativo sobre todo en la toma de decisión, tratándose también de un apoyo escaso que
parece desaparecer tras el primer contacto.
La asociación de adopción, brinda el mismo apoyo que en el caso del grupo monoparental y también
genera redes de contacto. No obstante, en este grupo existen familias que prefieren formar parte de
las mismas porque consideran que, si lo hacen, la espera podría ser menos llevadera. Estiman más
oportuno tejer la red cercana al momento del viaje.
Destaca también el uso de la información presente en la web de la asociación o en otras webs
relacionadas como la de AFAC (Asociación de Familias Adoptantes en China) o Adopchina, como
punto de referencia para el inicio de la adopción.
4.3. Evaluar la evolución de la dinámica en las redes de las familias en diferentes fases del
proceso.
El análisis correspondiente a este apartado está en proceso de diseño ya que no se ha comenzado con el
análisis de redes por el momento. No obstante, a través de la información aportada en las entrevistas,
cabe esperar todo un conjunto de resultados que se contrapondrán con algunas de las premisas al
respecto que, por motivos de espacio, no han sido incluidas en este documento.
20
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