La cooperación en las especies Por Isaac Asimov Los esposos cooperan y colaboran, como pueden ustedes ver. La cooperación es una palabra importante para el resto del mundo viviente también, pues ocurre muy a menudo y todos los días se descubren nuevos ejemplos y se examinan. Todas las criaturas multicelulares existen gracias a la cooperación de sus células componentes. A veces la cooperación a nivel celular puede parecer impresionantemente altruista. Mientras que ordinariamente se piensa que los espermatozoides son independientes y están en competencia, se ha demostrado que el espermatozoide normal de una rata (tratando de ser el primero en penetrar al óvulo) es auxiliado por otros espermatozoides normalmente deformes del mismo lote. Cuando el espermatozoide normal está en camino de una penetración exitosa, los espermatozoides deformes se unen para formar un tapón que evita que otros lleguen al tracto té reproductivo. Ciertas bacterias aparentemente cooperan para cazar y atacar a sus presas. Otras, hace mucho, entraron a células vivas no para destruirlas, sino para cooperar para beneficio mutuo. Estas bacterias se convirtieron en mitocondrias, partes esenciales de las células. No podríamos vivir sin nuestras mitocondrias. Parece que el auto-interés, que se pensaba no hace mucho era la fuerza tras de la evolución, no es necesariamente la norma. Ser altruista y cooperativo tiene enormes ventajas, asegurando que una especie sobrevivirá aún si el individuo no. Esto se ve más dramáticamente en los insectos sociales -termitas, abejas, avispas y hormigas. Algunos miembros de estas complejas sociedades nunca se reproducen, sino que trabajan para ayudar, a otros miembros de su especie. La genética incorpora el altruismo en la abeja, por ejemplo. Una hembra, pero estéril obrera, no puede evitar nacer así y sin pensar en ello automáticamente se esfuerza por ayudar a sus hermanas. En otros animales, la cooperación comienza con la devoción de los padres por sus hijos, algunos de quienes se quedan con la familia para ayudar a alimentar a sus padres y a sus nuevos hermanos. La rata africana desnuda pertenece a la especie Bathyergidae, suborden Hystricognathi (que incluye a los conejitos de Indias y a los puerco-espines). Se parecen mucho a los bebés de las ratas reales y no inspiran la reacción "ioh, qué lindos!" que los seres humanos normalmente tenemos hacia los cachorros (aun cuando nuestros bebés carecen también de pelo de la cabeza hacia abajo.) Pero estas ratas desnudas son sin embargo fascinantes, pues son el equivalente mamífero de los insectos sociales. Tienen una reina que se reproduce y obreros altruistas que la atienden y ayudan a mantener la gran colonia subterránea. Su compleja sociedad fue descrita sólo hace unos años por Jennifer Jarvis-y está ahora bajo intenso estudio. Parece que a los humanos nos intriga saber que el altruismo y la cooperación verdaderamente funcionan. Los primitivos humanos domesticaron al lobo y lo convirtieron en un útil perro que considera al humano el líder de su manada. Esto fue posible porque tanto los humanos como el lobo sabían cómo cazar y vivir en cooperación. Como los humanos, los cachorros de lobo no están genética, mente preparados para ser parte de un grupo social, pero pronto aprenden. Un cachorro criado por humanos los considera su "manada" y obedece al líder de la manada -para ventaja nuestra. Los rancheros del Oeste han utilizado este aspecto de la vida canina criando cachorros junto a las ovejas. Los cachorros crecen pensando que la! ovejas son su familia y las defienden. Nuestros más cercanos parientes, los chimpancés y gorilas, también viven en cooperación. Los chimpancés que se pelean se besan luego para mantener la paz. Los chimpancés del bosque han sido vistos cazando en grandes, grupos cooperativos, en la forma en que creemos se comportaban nuestros antecedentes homínidos. Los chimpancés del bosque están más inclinados a compartirla carne con otros chimpancés, y es probable que la supervivencia de los primeros homínidos mejorara con la cooperación. El trabajo de Jano Goodali con los chimpancés muestra que los individuos sobreviven más cuando forman nexos estrechos con otros. Una madre chimpancé vivió hasta avanzada edad porque su hijo le cuidó. Desafortunadamente, cuando murió, él aparentemente murió de pena. Primos, cercanos a nosotros, de hecho. Los seres humanos somos criaturas sociales por excelencia. No es posible ver por una ventana sin admitir que nada parecido se habría construido sin cooperación, sin importar lo desagradable que pueda ser el comportamiento humano en las calles de abajo. Reciente evidencia reunida por el arqueólogo de Harvard John Rick indica que los peruanos de la. Edad de Piedra vivían más ecológicamente que lo que creíamos de los primitivos. Para preservar las poblaciones en apareo, aparentemente trataban de matar animales jóvenes. Mantenían estable su propia población sin recurrir al infanticidio -probablemente diciendo a los jóvenes adultos que se fueran a otra parte y mediante la abstinencia sexual. Parecen haber vivido en armonía cooperativa como no se conocen siquiera en nuestros días. Mientras las naciones pelean entre sí y se separan en hirientes astillas, y mientras los partidos políticos luchan entre sí y -especialmente en un año de elecciones dentro de sus propias filas, es difícil considerar al humano como animal cooperativo. Pero los seres humanos somos cooperativos socialmente, una parte del biológicamente cooperativo planeta Tierra. Cuando no somos cooperativos, los resultados son sombríos y fáciles de ver. Es una lástima que no podamos aceptar nuestra verdadera naturaleza.