XII Congreso Español de Sociología Título: PRÁCTICAS INNOVADORAS DE GESTIÓN EN LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS EN UN MARCO COMPARADO CON LA UE Grupo de Trabajo: Sociología de las Organizaciones Sesión 3. El reto de la innovación en las sociedades organizacionales Autores: Javier Pinilla García y Pilar Nova Melle jpinilla@poli.uned.es, pnova@poli.uned.es Facultad de CC. Políticas y Sociología. UNED PALABRAS CLAVE: Organización del trabajo, métodos de gestión, prácticas innovadoras, productividad, recursos humanos. Constituye un “lugar común” señalar que la economía española tiene un problema de productividad comparada con los países con los que mantiene mayores relaciones comerciales. Los análisis más frecuentes insisten en identificar responsabilidades y buscar soluciones en torno a los mismos factores, esto es, la escasa formación y cualificación de los trabajadores o la limitada difusión de nuevas tecnologías aplicadas a los procesos de trabajo. No obstante, se olvida frecuentemente que el trabajo es ante todo una actividad social que se realiza, lo más frecuentemente, en cooperación con otros trabajadores y en el seno de organizaciones dotadas de una estructura, objetivos más o menos explícitos y unos recursos para ejecutar su actividad y, sobre todo con unos procedimientos de trabajo explícitos o tácitos. Por tanto, la pregunta relevante es si ¿son las organizaciones labores en España lo suficientemente productivas, en el marco económico en que nos situamos? Responder a esta pregunta requiere analizar la forma en que las empresas se organizan y utilizan sus recursos humanos. Desde los años ochenta del pasado siglo muchas empresas en España han venido innovando en prácticas de organización del trabajo que posibilitaran un más eficaz cumplimiento de sus objetivos, en muchas ocasiones requiriendo una mayor implicación de sus trabajadores en ellos. Las primeras en aplicar nuevos enfoques organizativos fueron las actividades industriales, las más expuestas a la competencia. Posteriormente se fueron popularizando determinadas herramientas de gestión (sistemas “justo a tiempo”, polivalencia, equipos autónomos de trabajo, círculos de calidad, etc.) y aplicándose a la mayor parte de los sectores de actividad. En la presente comunicación pretendemos mirar cómo las empresas en España, y en el marco comparativo con las de otros países europeos, emplean instrumentos nuevos y flexibles de gestión de los recursos humanos, en particular los relacionados con el trabajo en equipo y las políticas de calidad. La hipótesis es que las empresas españolas utilizan una amplia y creciente variedad de herramientas gestionarías, similar en frecuencia a la de los principales países de nuestro entorno europeo. Para ello analizaremos los datos referidos a la muestra española de la última Encuesta Europea de Empresas, cuyo trabajo de campo se realizó en 2013 (Eurofound 2015) en la que se entrevistó a gerentes y directivos de centros de trabajo de 10 o más empleados, elaborada por la Fundación de Dublín para la mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (n 1.474). Se establecerá una comparación con la muestra global de los 28 países de la UE (n 23.672), los cuales pese a sus diferencias constituyen el referente comparativo más adecuado a fin de verificar nuestra hipótesis de trabajo. Por tanto, pretendemos describir la frecuencia de los cambios producidos en las empresas españolas y compararlos con sus homónimas de la UE-28 en lo relativo a: Los procesos y la organización del trabajo, La remuneración, la tecnología, la distribución tareas y en los horarios También, señalar la forma en que se han abordado las prácticas flexibles de la organización del trabajo en las empresas españolas y europeas, similitudes y diferencias en: Políticas de calidad y evaluación del empleado Sistemas “justo a tiempo” Trabajo en equipo y rotación de los trabajadores Incentivo salarial El recurso a la subcontratación. 1.- MARCO TEORICO El entorno en que operan muchas de las organizaciones laborales en la actualidad puede calificarse de fundamentalmente imprevisible, dado el incremento de la competencia en productos y también en ciertos servicios por el mayor tamaño de los mercados debido al mayor grado de mundialización de la economía. Este contexto opera exigiendo rentabilidades a muy corto plazo. Los inversores de las empresas cotizadas en bolsa exigen a menudo resultados trimestrales. Entre las opciones estratégicas que tradicionalmente han venido desplegando las empresas se encuentra la búsqueda de una reducción de costes (estrategia defensiva), así como un incremento de la contribución de los factores de producción, en particular del trabajo humano (estrategia ofensiva), (Boyer. 1986: 277). Se trata de dos modos diferentes de gestión empresarial a los que corresponden dos distintos tipos de flexibilidades de la relación laboral. El conjunto de las prácticas ensayadas (algunas son las mostradas el esquema) si bien no son novedosas, sí que por su dimensión y, sobretodo, por su acumulación pueden ser consideradas como un cambio sustantivo de los referentes sociales, jurídicos y económicos que durante la mayor parte del pasado siglo configuraron el trabajo asalariado (Nantehuil. 2000:2). Esas distintas prácticas podemos clasificarlas en dos grandes grupos, flexibilidad “externa” y flexibilidad “interna”, en función de si las modificaciones (funcionales, salariales, temporales o contractuales) se producen con respecto a la plantilla propia de la empresa o, bien se externaliza la actividad de la empresa a otra persona física o jurídica trasladando el vínculo contractual u organizativo, tal es el caso del empleo de trabajadores suministrados por empresas de trabajo temporal, la subcontratación, el empleo de autónomos y el trabajo a domicilio. Esta diferenciación es tan sólo conceptual pues la empresa combina de forma propia las distintas opciones de flexibilización (racionalización). Por ello, un completo análisis de los efectos de las prácticas flexibles no puede contenerse en los muros cada día más estrechos (aligerados) de la plantilla con la que una empresa tiene “relación laboral”, ya que las flexibilidades de unas empresas tienen como consecuencia las rigideces de otras (Castillo 1989:124). La tabla nº 1 resume los tipos de prácticas flexibles a disposición de las organizaciones de trabajo TABLA Nº 1. TIPOS DE FLEXIBILIDAD Y SUS PRÁCTICAS RESPECTO A LA ORGANIZACIÓN DE LA EMPRESA EXTERNA PRODUCTIVA FUNCIONAL INTERNA CONTRACTUAL TEMPORAL SALARIAL • • • • • • • • • • • • • • • Subcontratación Trabajadores cedidos por Empresas de Trabajo Temporal. Trabajo a domicilio y teletrabajo Polivalencia. Rotación entre tareas o funciones. Equipos de trabajo Procesos de trabajo “Justo a tiempo” y ”Gestión de la Calidad Total” Trabajadores temporales. Contratados a tiempo parcial. Extensión no regulada de la jornada Horas extraordinarias. Trabajo nocturno y a turnos rotativos. Trabajo de fin de semana y en festivos. Trabajo a tiempo parcial Individualización y variabilidad del salario vinculado al rendimiento, o cumplimiento de objetivos. Fuente: Elaboración propia Como vemos, no hay una flexibilidad laboral sino muchas posibles prácticas flexibles en el mundo del trabajo, de naturaleza y alcance diferentes. Al igual que con otras innovaciones el mundo anglosajón descubrió antes que el europeo las facilidades de un enfoque flexible de la producción. Ostermann (2003) señala tres grandes cambios en la concepción y organización de la empresa (estadounidense). La primera en función de qué interés es el que prevalece en la acción de la empresa. A este respecto es taxativo “parece claro que, actualmente, triunfa la perspectiva a favor de los accionistas” (Ostermann 2003: 348). A este respecto Alonso y Fernández (2013) ven una “reordenación de los perímetros empresariales” de forma que “la descentralización, sucursalización, minimización, subcontratación, flexibilización, informatización y reticularización de la empresa postfordista (…), además de basarse en una estructura organizativa permitida por las tecnologías informáticas, se fundamenta en un cambio de la misma filosofía empresarial que ahora, más que determinarse por su función productiva —el encaje tradicional de inputs y outputs—, se orienta a una permanente fuga hacia sus requerimientos financieros, sea como búsqueda desmesurada de más beneficios en el mercado de títulos, sea como obligación y subordinación a sus financiadores. (Alonso y Fernández.2013: 16)Todos ellos tienen un objetivo común: la maximización del rendimiento de las acciones bursátiles de la empresa; ésta es considerada como un mero valor bursátil cuyo objeto es crear valor para el accionista. (Philon.2006) La consecuencia es una financiarización de la gestión de las empresas con independencia de las realidades del aparato productivo. En esta lógica de crear valor inmediato se explican las adquisiciones y fusiones, que con el objeto de mejorar las economías de escala dan lugar a su vez a reestructuraciones en cascada en las empresas implicadas. De esta forma, entes por completo ajenos a la vida de la empresa y no comprometidos con ella, tales como los fondos de pensiones y los fondos de inversión, han tomado la iniciativa y aguijonean a las empresas para que pasen a la acción y aumenten el precio de las acciones. Las juntas directivas sufren presiones para que realicen el seguimiento de las acciones de los directivos de manera más firme” (Boltansky y Chiapello 2002: 349) La segunda gran transformación se refiere al rediseño de lo esencial para la empresa o negocio. “El punto de vista dominante en la actualidad es que las empresas deberían limitar sus actividades a sus competencias nucleares, esto es, a las actividades en las que aportan una ventaja competitiva especial. Esto ha llevado a un marcado incremento de la subcontratación y al establecimiento de acuerdos de colaboración o asociación entre empresas. También significa que la empresa está constantemente repensando y recalculando qué se sitúa dentro y fuera de sus límites” (Ostermann. 2003: 351). El análisis de la las cadenas de valor de la empresa tiene como consecuencia una descomposición del proceso de producción y el balance separado de en qué partes de él la empresa es más competitiva. Aquellas parcelas que no alcancen ese estándar serán transferidas para ser ejecutadas por subcontratas exteriores (Philon. 2006: 13). De esta forma, las exigencias de rentabilidad acrecentada salen fuera de los muros de la empresa y se transmiten en cascada hacia otros agentes económicos La tercera importante variación a que se refiere Ostermann es a las nuevas ideas de cómo se realiza el trabajo dentro de la organización, Una es el incremento del uso de la tecnología para gestionar mejor, ahorrando trabajo, la otra forma es “la adopción de una serie de prácticas de trabajo que pasaron a denominarse “sistemas de trabajo de alto rendimiento”. (Ostermann. 2003:352). Estos sistemas se justifican por “los esfuerzos de las empresas para mejorar la calidad”, y se concreta en la figura de los equipos de trabajo. Esta figura encarna en gran medida el nuevo espíritu de compromiso que se desea para las empresas reorganizadas, “empresas esbeltas que trabajan en red con una multitud de participantes, una organización del trabajo en equipo –o por proyectos- orientada a la satisfacción del cliente y una movilización general de los trabajadores gracias a las visiones de sus líderes” (Boltansky y Chiapello. 2002: 118) LA CRISIS ECONÓMICA Y LAS REESTRUCTURACIONES EN LAS EMPRESAS. Aunque la crisis que comenzó en 2008 afectó a todas las economías europeas, no lo hizo en la misma dimensión en todas ellas. La situación financiera puede ser tanto un elemento de motivación para implantar cambios como para posponerlos si conllevan inversiones. Por ello lo primero es caracterizar a este respecto las dos muestras (gráfico 1). GRÁFICO Nº 1: Situación económica y su evolución 2010-2013 de las empresas en España y en UE-28. 60 50 40 30 20 10 0 muy buena buena mala muy mala España en los 3 en los 3 ultimos años ultimos años ha mejorado ha empeorado UE-28 Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n= 1.474. UE-28 n=23.672) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Tanto la situación en 2013 como la trayectoria seguida desde 2010 muestran una peor situación de las empresas españolas respecto a la media europea. En estas circunstancias ¿cúal puede haber sido el comportamiento general de las empresas española frente a la innovación? En principio se pueden aventurar dos hipótesis al respecto, que bien las empresas españolas han aguardado mejores tiempos para la innovación técnica u organizativa o, por el contrario que esa situación económica es una buena coyuntura para acometer reorganizaciones profundas (tablas 2 y 3). TABLA Nº 2. Innovación en productos, procesos y organización en los centros de trabajo de España, durante 2010-2013 según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %) Indust ria Constru cción Come rcio y Hostel ería Transpo rte y comunic ación Servicios financier os Otros servic ios Nuevos productos 41,0 26,1 54,7 38,7 o servicios Procesos nuevos 33,7 26,1 40,9 26,6 Cambio 33,7 26,1 40,9 26,6 organizacional Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados, n: 1.474. 45,8 49,0 37,5 37,5 44,8 44,8 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Total 1049 50249 250 + 45,4 43,8 55,4 60,0 37,6 37,6 41,4 35,0 57,1 51,9 64,0 64,0 TABLA Nº 3. Innovación en productos, procesos y organización en los centros de trabajo de EU-28, durante 2010-2013 según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %) Indu stria Constru cción Comerc io y Hostele ría Transport ey comunica ción Nuevos productos 43,7 25,7 45,2 26,7 o servicios Procesos nuevos 41,5 25,6 33,7 29,3 Cambio 32,3 26,7 31,9 26,1 organizacional Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados, n: 23.672. Servicio s financie ros Otros servici os 35,6 42,6 38,4 42,1 36,9 35,8 Total 1049 50249 250 + 40,7 39,4 47,7 52,6 35,7 32,4 33,8 30,2 45,4 43,7 53,7 54,4 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound A lo que parece, el nivel de innovación pese a la crisis económica o bien, alternativamente como hemos sugerido, como respuesta a ella, no ha limitado a las empresas española en mayor medida que a sus homónimas europeas, el acometer procesos de cambio. Estas transformaciones globales se han plasmado en varios tipos de cambios organizacionales, tales como modificaciones en los sistemas de remuneración, la introducción y uso de tecnología, la distribución de tareas entre los empleados o la organización de los horarios laborales (tablas 4 y 5). TABLA Nº 4. Cambios organizacionales en los centros de trabajo de España, durante 20102013 según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %) Indust ria Constru ccion Come rcio y Hostel ería Transport ey comunica cion Servici os financi eros Otros servici os 18,7 32,1 27,5 27,9 41,7 35,9 37,5% 42,5% 49,5% 59,8% 50,0% Distribución de 33,7 34,6 46,9 43,4 tareas entre empleados Organización de 20,8 27,6 26,2 24,2 los horarios laborales Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados, n: 1.474. Sistema de remuneración Uso de tecnología Total 1049 50249 250 + 28,8 28,2 33,2 34,6 57,0% 49,1 47,8 58,8 60,0 36,7 44,1 41,1 % 40,4 % 43,9 % 44,0 % 27,1 35,2 27,6 26,6 33,0 38,5 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. En España las modificaciones en el empleo de tecnología son las más frecuentes, en particular en la mediana y gran empresa y en sectores como el Transporte y otros servicios. También son relevante las modificaciones en la organización de los horarios laborales que ha afectado a casi cuatro de cada diez centros de trabajo. TABLA Nº 5 Cambios organizacionales, en los centros de trabajo de EU-28, durante 20102013 según sector de actividad y tamaño de plantilla. (en%) Indust ria Constru cción Come rcio y Hostel ería Transport ey comunica ción Servici os financi eros Otros servici os Total 1049 50249 250 + Sistema de 27,7 29,4 27,7 31,7 remuneración Uso de tecnología 43,7 40,1 39,9 40,4 Distribución de 32,9 31,0 32,8 34,2 tareas entre empleados Organización de 16,2 16,1 20,5 18,2 los horarios laborales Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados, n: 23.672. 31,0 27,6 28,2 27,5 32,3 30,0 39,3 35,2 44,1 33,2 41,9 32,9 40,6 32,5 49,0 35,2 52,8 34,2 13,4 17,8 17,9 17,4 20,5 21,9 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Por el contrario en la media de las empresas de la UE destaca sobre todo el cambio tecnológico en la Industria, y en segundo lugar la modificación de la organización de las tareas entre los empleados. En general, las frecuencias de cambio tanto tecnológico como organizacional en España han sido en el período estudiado superiores a las del conjunto de la UE 28. Según los directivos entrevistados las modificaciones más relevantes para sus empresas, es decir, aquellas que determinaron las principales consecuencias, fueron en el caso de España en el mayor número de casos las modificaciones tecnológicas (gráfico 2) GRÁFICO Nº 2. Cambios producidos en las empresas según la importancia de sus repercusiones, según sector de actividad en España (en %) Total sectores Otros servicios 6,3% Servicios financieros 18,1%22,2% 21,2% 16,5% 22,0% 24,1% 12,5% 32,2% 31,4% 40,6% 40,6% 15,7% 15,7% 19,3% 16,2% 27,5%31,7% 17,4% 19,8% 17,6% 24,2% 34,1% 16,6% 25,6% 36,7% 13,6% Transporte y comunicacion Comercio y Hostelería Construccion Industria 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 44,6% 45% Organización de los horarios laborales Distribución de tareas entre empleados Uso de tecnología Sistema de remuneración Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. 50% Estos resultados son coincidentes con los datos a nivel europeo, si bien los directivos europeos juzgan más relevantes los cambios en la tecnología (el 42%) y la modificación en la distribución de tareas, 33%. LAS PRÁCTICAS FLEXIBLES DE ORGANIZACION DEL TRABAJO La globalización, o mundialización como mecanismo de competencia económica es señalada como la fuerza de cambio más influyente en los últimos años para las organizaciones de trabajo. También otras fuerzas de diversa intensidad y relacionadas entre ellas han contribuido a facilitar la tendencia hacia una creciente flexibilidad en el empleo y, en particular en los sistemas de trabajo. Este nuevo contexto ha alentado a buen número de empresas, las más grandes, cuestionarse la eficiencia de sus organizaciones. La extrema división de las tareas como paradigma para alcanzar la eficacia de la actividad requería una estructura centralizada de control. El dinamismo de las nuevas condiciones del mercado requiere de numerosas y urgentes tomas de decisiones que una organización burocráticamente organizada no está en condiciones de realizar. Al mismo tiempo, la primacía otorgada al mercado y, la entronizada supremacía del consumidor frente a la anterior situación de preponderancia del productor ha generado la emergencia de un nuevo requisito de la actividad productiva y de servicios, la calidad. La dimensión calidad aplicada al producto o servicio se convierte, en un mundo en el que el comercio se universaliza, en el elemento de diferenciación, y por ello de competencia entre las empresas. Un paradigma desarrollado en los últimos años por la teoría económica es que “cuando se mejora la calidad de los productos también lo hace la productividad, lo cual reduce el coste de producción, se compite en precio y se complace mejor al consumidor y, por último, se aumenta el beneficio” (Paniagua 1999: 42). Este círculo virtuoso del que el objetivo de calidad es la clave, se ha popularizado por el éxito productivo japonés que ya hemos citado, si bien su origen teórico y experimental es norteamericano. A esta estrategia se la denomina Calidad Total. Alcanzar este objetivo y entrar en el olimpo de las empresas competitivas está generando importantes inversiones y esfuerzos reorganizativos en muchas empresas y afectando al contenido de la tarea de un creciente número de trabajadores. Las políticas de calidad: las políticas de “calidad total” como activadoras de las transformaciones en el proceso de trabajo. Las empresas españolas más grandes y, en una primera fase las del sector industrial sometidas a las mismas presiones que las de sus competidoras han comenzado a plantearse la eficiencia de su organización laboral, experimentando fórmulas en dos vías principales: en primer lugar, mediante la normalización de sus procedimientos de trabajo, a través de la certificación de calidad ISO 1; y, por otro lado, alentando ciertos tipos de participación directa de los empleados a fin de mejorar su 1 I.S.O., siglas de la “International Standart Organization”, institución encargada de elaborar normas de carácter voluntario en los más variados ámbitos, desde la normalización tecnológica a la de procedimientos de gestión Las normas ISO contienen un numeroso conjunto de reglas que constituyen “el mejor camino posible” para asegurar la calidad de su producción o servicio. Las empresas que son capaces de acomodar sus procesos internos de trabajo y de mantener esta conformidad a lo largo del tiempo reciben, cual galardón, el certificado ISO. Con éste, la empresa asegura que lo que suministra a otras empresas y ofrece a sus consumidores posee una calidad probada. Cada vez más, operar en determinados mercados y sectores, sólo es posible poseyendo un certificado ISO. implicación en los objetivos de la empresa, modificando los sistemas de trabajo de, al menos, parte de su plantilla, en línea con lo que se ha denominado modelo japonés o "Justo a tiempo" (J.I.T). El número de empresas que cuentan con una certificación de calidad ISO viene creciendo de forma continua en todo el mundo. La conformidad con estas normas supone para las empresas la modificación profunda de sus estructuras internas de control de calidad i. La consecuencia inmediata de un proceso de acomodamiento a las normas ISO de calidad es, para las empresas, la reducción de su libertad de organización de la actividad, debiendo acomodarse a procedimientos prescritos a menudo de forma estricta. Efectivamente, las normas ISO constituyen una herramienta de gestión “que por su normatividad podría ser calificada de antigua, pero que por su empecinamiento en la calidad total y la constante mejora no es así” (Boltansky y Chiapello. 2002: 303) Otra consecuencia es la del crecimiento de tareas de control de la producción o servicio de forma descentralizada. Las tareas de control de calidad (conformidad) dejan de ser una actividad de "staff" para pasar a una gran parte de puestos de trabajo de la línea, añadiéndose a las de producción o prestación del servicio. La denominada Gestión de la Calidad Total obliga a todos los miembros de la empresa a que “hagan su trabajo con la mayor calidad y corrección, en el menor tiempo posible y de la forma más barata” (Paniagua. 1999.48). Además de más tareas y una constante presión (obsesión) por reducir los tiempos de ejecución, las políticas de calidad suponen para el trabajador el sometimiento a modos operatorios estrictamente regulados y, en gran medida, para los trabajadores de más edad, alejados de los aprendidos a través de la experiencia profesional (Fernández Steinko.1997:316). Las políticas enfocadas a la consecución de la calidad no son el resultado de una estrategia coyuntural, sino parte de un modelo de gestión de creciente difusión, cuyas consecuencias más directas para los trabajadores implicados es doble, por un lado, la suma de tareas a realizar, añadiéndose a las directamente de producción, las de inspección y control, mantenimiento y reparación de los equipos, lo que repercute en un aumento de su carga de trabajo. Además, el sometimiento a estrictos procedimientos establecidos por las normas de calidad, reduce el margen de autonomía de estos trabajadores para acomodar el ritmo de ejecución, así como los medios y procedimientos de trabajo, a sus diferentes capacidades, tanto físicas como mentales, originando así un incremento de la fatiga, en particular, de los trabajadores de mayor edad (Volkoff. 2001: 70). Pues bien, a este respecto tanto las prácticas de rotación entre tareas como el control continuo de la calidad parece ser incluso más frecuente en las empresas españolas y menor en el caso de los sistemas de trabajo justo a tiempo (gráfico 3). GRAFICO Nº 3. Frecuencia de empleo de determinadas prácticas de organización del trabajo. España y UE-28 (en %) 22,8 26,2 Mayoría de empleados rotan entre tareas 44,1 40,4 sistemas justo a tiempo o similar 76 controla calidad de forma continua 0 UE-28 10 20 30 40 50 60 70 80 España Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474. UE-28 n:23.672) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. 84,6 90 Los tres tipos de práctica descritas son empleadas más frecuentemente entre las empresas españolas del sector de industria, ámbito para el que fueron diseñadas inicialmente, así como en servicios financieros y comercio-hostelería. También es estadísticamente significativo un mayor empleo en la mediana y gran empresa (tabla 6). TABLA Nº 6. Frecuencia de empleo de determinadas prácticas de organización del trabajo en España, según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %). Indus tria 90,4 Constr ucción 83,6 Com ercio y Host elería Total Transp orte y comun icación 80,6 Servici os financi eros 87,5 86,0 Controla calidad de forma continua 42,4 42,2 37,3 41,7 58,3 Sistemas “justo a tiempo”, o similar 32,6 25,4 27,2 24,8 18,8 Mayoría de empleados rotan entre tareas Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. España n: 1.474. Otros servici os 79,7 84,6 1049 83,5 50249 88,8 250 + 88,5 38,4 40,4 39,3 48,9 60,0 21,7 26,2 27,2 20,7 23,1 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Además, en España en un tercio de la empresas a todos los trabajadores se les evalúa su desempeño de forma individual al menos una vez al año. Porcentaje sensiblemente inferior al conjunto de la UE 28 (tabla 7). TABLA Nº 7: Frecuencia de empleo de determinadas prácticas de organización del trabajo en UE-28 (en %). Indust ria 83,3 Constru cción 73,7 Come rcio y Hostel ería Transport ey comunica ción 71,7 Servici os financi eros 70,5 Controla calidad de 73,2 forma continua Sistemas “justo a 50,8 42,6 47,7 39,4 35,0 tiempo”, o similar Mayoría de 24,5 29,3 22,7 18,7 15,4 empleados rotan entre tareas Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (UE-28 n:23.672) Total Otros servici os 74,3 76,0 10-49 74,5 50249 83,6 250 + 87,1 35,4 44,1 42,2 52,9 67,5 20,9 22,8 23,7 18,0 18,1 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Entre las prácticas emblemáticas de las nuevas formas de gestión de los recursos humanos en la empresa destaca el empleo de equipos de trabajo como unidad básica de trabajo. A este respecto si bien la frecuencia en España es similar a la de la media de la UE, no lo es en lo que respecta a pertenecer a más de un equipo de trabajo en que es muy superior en España y, por el contrario la frecuencia en que estos equipos de trabajo dotan de cierta autonomía a sus componentes es muy inferior en el caso de España (gráfico 4 y tablas 8 y 9)). GRAFICO Nº 4. Frecuencia de existencia de equipos de trabajo en las empresas de España y UE 28 y características de éstos (en %) 80 España 70 UE-28 60 50 40 30 20 10 0 existen equipos de mayoría trabaja en miembros del trabajo más de un equipo equipo deciden Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474. UE-28 n:23.672) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. TABLA Nº 8. Frecuencia de existencia de equipos de trabajo en las empresas de España y características de éstos, según sector de actividad y tamaño (en %) Indust ria Constru ccion Come rcio y Hostel ería Transport ey comunica cion Servici os financi eros Otros servici os Existen equipos de 72,9% 83,3% 73,6% 63,1% 70,8% 79,3% trabajo Mayoría de ellos 51,2% 65,1% 43,7% 33,3% 57,1% 52,9% trabaja en más de un equipo* 13,4 16,4% 15,6 12,8% 5,9% 23,1 Los miembros del % % % equipo deciden* Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474. Base * 1075) Total 1049 50249 250 + 75,0 % 50,1 % 73, 3% 48, 8% 84,6 % 53,5 % 92,3 % 62,5 % 17,0 % 17, 2% 13,9 % 16,7 % Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. TABLA Nº 9. Frecuencia de existencia de equipos de trabajo en las empresas de UE 28, y características de éstos, según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %) Indus tria Constr ucción Com ercio y Host elería Transpo rte y comunic ación Servic ios financ ieros Otros servi cios 71,8 78,9 71,7 62,8 70,5 77,9 Existen equipos de trabajo 44,3 54,5 38,5 34,4 33,8 47,1 Mayoría de ellos trabaja en más de un equipo* 23,1 20,4 28,2 26,7 27,9 32,0 Los miembros del equipo deciden* Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (UE-28 n:23.672. Base*: 17571) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Total 1049 50249 250+ 73,2 71,0 84,2 91,0 43,3 43,5 42,7 40,5 26,9 28,2 21,1 19,1 En consonancia con el dato que muestra una menor autonomía de los componentes de los equipos de trabajo en las empresas españolas, vemos como en las empresas españolas el empleado que realiza la tarea no es generalmente quien decide la forma de organizar y ejecutar la misma (gráfico 5). GRAFICO Nº 5. ¿Quién decide en las empresas españolas sobre la planificación y ejecución de las tareas?, por sectores de actividad, (en %) Total Otros servicios Servicios financieros Transporte y comunicacion Comercio y Hostelería Construccion Industria 0% Ambos, empleados y jefes 10% 20% 30% Directivos o supervisores 40% 50% 60% 70% 80% El propio empleado que realiza la tarea Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. En cuanto a las empresas que más subcontratan y de manera comparativa entre las empresas españolas y las europeas, se contrasta que son las empresas españolas las que optan por el sistema de subcontratación en mayor medida que las europeas. Dentro del tipo de subcontratación lo más frecuente es la producción de bienes o servicios en ambos casos (España y Europa) pero en una proporción que casi duplica en España la media europea (gráfico 6). GRAFICO Nº 6. Tipo de subcontratación de las empresas españolas y de UE-28 18,5 venta o comercialización de bienes o servicios 17,7 26,6 producción de bienes o servicios 48,1 19,2 diseño o desarrollo nuevos productos o servicios 24,2 0 10 UE-28 20 30 40 50 60 España Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474. UE-28 n:23.672) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. TABLA Nº 10. Tipo de subcontratación de las empresas españolas según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %) SUBCONTRATACIÓN DE Indu stria Constru cción Come rcio y Hostel ería Transport ey comunica ción Servici os financi eros Otros servici os Total Diseño o desarrollo 17,1 37,1 20,2 25,8 32,6 28, 24,2 Producción 37,3 60,7 41,1 61,2 78,8 52,5 48,1 Venta o 15,3 17,9 19,9 17,9 23,4 comercialización Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474) 16,8 17,7 1049 50249 250 + 24, 1 46, 1 17, 5 24,6 24,0 60,2 62,5 18,8 16,0 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. TABLA Nº 11. Tipo de subcontratación de las empresas de UE-28, según sector de actividad y tamaño de plantilla (en %). SUBCONTRATACIÓN DE Industria Constru cción Comercio y Hostelería Transpor te y comunic ación 14,0 19,7 17,8 Diseño o desarrollo 18,7 27,8 17,2 Producción 30,5 38,4 22,5 Venta o 15,9 19,1 21,1 comercialización Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (UE-28 n:23.672) Servicios financier os Otros servici os 20,9 25,8 21,2 20,2 24,8 17,6 Total 19,2 26,6 18,5 10-49 18,7 25,9 17,9 Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. Otra de las prácticas frecuentes que buscan incentivar el esfuerzo de los empleados es la de vincular el salario o más frecuentemente una porción de éste a alcanzar objetivos. 50249 250 + 21,9 30,1 21,2 21,7 30,2 20,7 A este respecto la frecuencia de su empleo en España es sensiblemente inferior a la media de la UE, en su conjunto y en la mayor parte de sus formas (gráfico 7). GRAFICO Nº 7. Frecuencia del salario variable y tipo de éste en España y UE-28 (en %) 70 62,2 60 50 40 47,4 43 34,4 34 30 35 23,7 25 25,1 29,8 20 10 0 4,7 5,1 por por resultados por por reparto de en acciones producción individuales desempeño beneficios empresa equipo empresa España SALARIO VARIABLE UE-28 Base: total centros de trabajo de 10 o más empleados. (España n: 1.474. UE-28 n:23.672) Fuente: Third European Company Survey. 2013. Eurofound. No es el incentivo salarial tan frecuente en las empresas españolas como en las de la media de la UE. Tan sólo se asemejan en la forma de complementos salariales por producción. CONCLUSIONES Los datos explotados de la Encuesta Europea de Empresas nos proporcionan una mirada global sobre algunos aspectos sustanciales de las políticas actuales en las empresas europeas. La muestra española pese a su limitado tamaño permite, no obstante, reflexionar sobre las semejanzas y diferencias de la evolución de las prácticas de innovación en la gestión de las empresas. Las empresas españolas han seguido, durante los años estudiados, una trayectoria similar a la de sus homónimas europeas en cuanto a la experimentación de cambios en las formas de gestionar las empresas; y ello, pese a que la situación de crisis económica por la que ha pasado la economía española ha sido más aguda que la de otros países de la UE. No está claro por tanto si la mayor agudeza en la crisis ha contribuido a limitar las experimentaciones o, por el contrario incentivarlas a fin de aprovechar una mayor docilidad de las plantillas. En todo caso, a lo que parece, el nivel de innovación pese a la crisis económica o bien, alternativamente como hemos sugerido como respuesta a ella, no ha limitado a las empresas española en mayor medida que a sus homónimas europeas, el acometer procesos de cambio. Estas transformaciones globales se han plasmado en varios tipos de cambios organizacionales, tales como modificaciones en los sistemas de remuneración, la introducción y uso de tecnología, la distribución de tareas entre los empleados o la organización de los horarios laborales. En España las modificaciones en el empleo de tecnología son las más frecuentes, en particular en la mediana y gran empresa y en sectores como el Transporte y Otros servicios. En general los gestores en España juzgan como más relevantes para sus empresas estos cambios, los tecnológicos, mientras que sus homónimos europeos añaden en mayor frecuencia que los españoles las modificaciones en la organización de las tareas. También, en la media de las empresas de la UE destaca sobre todo el cambio tecnológico aplicado al sector industrial sector en el que España ha innovado en menor medida que sus competidoras europeas. En general, las frecuencias de cambio tanto tecnológico como organizacional en España han sido en el período estudiado superiores a las del conjunto de la UE 28. Los tres tipos de práctica descritas son empleadas más frecuentemente entre las empresas españolas del sector de industria, ámbito para el que fueron diseñadas inicialmente, así como en servicios financieros y comercio-hostelería. También es estadísticamente significativo un mayor empleo en la mediana y gran empresa. Entre las nuevas prácticas de gestión parece ir cobrando fuerza la de evaluar el desempeño de forma individualizada. A este respecto, en España en un tercio de la empresas a todos los trabajadores se les evalúa su desempeño de forma individual al menos una vez al año. Porcentaje sensiblemente inferior al conjunto de la UE 28. Entre las prácticas emblemáticas de las nuevas formas de gestión de los recursos humanos en la empresa destaca el empleo de equipos de trabajo como unidad básica de trabajo. A este respecto si bien la frecuencia en España es similar a la de la media de la UE, no lo es en lo que respecta a pertenecer a más de un equipo de trabajo en que es muy superior en España y, por el contrario la frecuencia en que estos equipos de trabajo dotan de cierta autonomía a sus componentes es muy inferior en el caso de España. En consonancia con ello, es decir la menor autonomía de los componentes de los equipos de trabajo en las empresas españolas, en ellas, el empleado que realiza la tarea no es generalmente quien decide la forma de organizar y ejecutar la misma. Por otra parte, las empresas españolas las que optan por el sistema de subcontratación en mayor medida que las europeas. Dentro del tipo de subcontratación lo más frecuente es la producción de bienes o servicios en ambos casos (España y Europa) pero en una proporción mucho mayor en España. Otra de las prácticas frecuentes que buscan incentivar el esfuerzo de los empleados es la de vincular el salario o más frecuentemente una porción de éste a alcanzar objetivos. A este respecto la frecuencia de su empleo en España es sensiblemente inferior a la media de la UE, en su conjunto y en la mayor parte de sus formas. En definitiva, el nivel de innovación en la gestión en los centros de trabajo españoles no difiere sustancialmente de la media de los países de la UE. Las prácticas nuevas se han venido ensayando de forma frecuente con lógicas diferencias por tamaño de plantilla y por sector. Por tanto, es evidente que las empresas españolas siguen las mismas pautas de comportamiento que sus competidoras en Europa. Ahora bien, dada las diversas estructuras productivas de los países que conforman la muestra de los países del conjunto de la UE y los distintos rasgos de sus sistemas de relaciones laborales estas comparaciones deben ser tomadas como una primera aproximación a un descripción rigurosa de los procesos de cambio en las formas de gestión de los centros de trabajo en España. Análisis más específicos de la gran riqueza de datos de la cita encuesta europea deben ser emprendidos BIBLIOGRAFÍA Alonso, L.E. y Fernández Rodriguez C.J. (2013). Los discursos del presente. Un análisis de los imaginarios sociales contemporáneos. Siglo XXI. Boltanski, L. y Chiapello, E. (2002). El nuevo espíritu del capitalismo. Akal. Boyer, R. (1986). “La flexibilidad del trabajo en Europa”. Madrid. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Castillo, J.J. (1989) La división del trabajo entre empresas. Las condiciones de trabajo en las pequeñas y medianas empresas de la electrónica y del mueble de Madrid. Madrid. 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