LA FLEXIBILIDAD EN LAS REFORMAS LABORALES DE 2010 Y 2012. ¿UN INTENTO REAL DE INTRODUCCIÓN DE LA FLEXIGURIDAD? Isabel Franco Carmona isfcarmona@gmail.com Facultad de Ciencias Políticas y Sociología Universidad Complutense de Madrid Abstract: El presente estudio se forma alrededor de las medidas dictadas por los dos RDLey 35/2010 y 3/2012, mediante los que se reforma profundamente el Estatuto de los Trabajadores y el funcionamiento de las Relaciones Laborales en España. Estas medidas se regulan a través del procedimiento de urgencia del que habla el artículo 86 CE, con el objetivo último de la reducción del desempleo, mediante medidas de flexibilidad interna, es decir, aquellas destinadas a la capacitación legal de tomar decisiones en cuanto a la adaptación de la organización empresarial a las exigencias de unos mercados globalizados con grandes dosis de incertidumbre, como forma más eficaz de hacer frente a la crisis sin suponer un coste social demasiado alto. El objetivo último será hacer un análisis del contexto en el que dichas normas han sido legisladas, reflexionar sobre la viabilidad de la introducción de la flexiguridad en el mercado de trabajo español, así como exponer los efectos que éstas han provocado sobre conceptos laborales como el desempleo o la temporalidad y conceptos sociales como el umbral de pobreza. Palabras clave: Flexiguridad, crisis, empleo, mercado de trabajo, reforma laboral. 1. LA FLEXIGURIDAD EN EL MERCADO TRABAJO. Actualmente las Relaciones Laborales se articulan en un contexto económico en el que prima la lógica capitalista bajo la cual la productividad, la información, la innovación, la competitividad y la flexibilidad son los conceptos principales (Castells, 1998). Así pues, la flexibilidad comienza a tratarse en el seno de la Unión Europea tras los llamados treinta años gloriosos de la década de los 70, en el que las empresas, 1 debido a la reconversión productiva industrial, necesitaban de estructuras organizativas dotadas de trabajadores formados, experimentados y fijos.(Valdés, 2013). La disciplina jurídica laboral, hasta entonces muy protectora del empleo comienza a ser revisada para introducir “flexibilidad” al mercado de trabajo. La principal implicación (que no hay que dejar de tener en el punto de mira siempre que se hable o se estudie la flexiguridad) es un cambio de escenario, que pasa de la relación de empresario – trabajador, en cuanto a un contrato para un puesto de trabajo dado, a ser una relación del mercado de trabajo en general y todos los empleos capaces de generar, en su conjunto. (Valdés y Lahera, 2010). Ello se debe a un cambio de paradigma en relación al mercado de trabajo que, desde el seno de Unión Europea comienza a consolidarse a finales de los años noventa y que ha significado la conexión entre flexibilidad y seguridad en las relaciones de trabajo. Estos conceptos, desde esta nueva lógica, no deberán entenderse conforme al juego de los principios tradicionales, de oposición o enfrentamiento, sino según una nueva lógica de convergencia en los objetivos finales, lo cual ha generado la producción de un nuevo concepto denominado “flexiguridad”. Con esta conexión se va a tratar de conciliar las dos posiciones tradicionalmente enfrentadas en el mundo del trabajo: la del trabajador frente al empresario, o la de la clase obrera frente al capital, mediante dotación de flexibilidad a las empresas, para que puedan organizarse acordemente con sus necesidades, y con una dotación de cierta seguridad en el empleo, para los trabajadores mediante conceptos tales como la “empleabilidad” o la “capacitación”. Así además existirá un nuevo deber de las autoridades gubernamentales dirigido a promoción y satisfacción de políticas sociales y de empleo de forma equilibrarla, satisfaciendo tanto las demandas de flexibilidad de la parte empresarial, como las demandas de seguridad de la parte trabajadora (Wilthagen y Tros, 2004). 2. LA FLEXIGURIDAD EN ESPAÑA, SEGÚN LAS REFORMAS LABORALES DE 2010 Y 2012. Las dos últimas Reformas Laborales hacen por primera vez alusión a los conceptos de flexiguridad. En concreto el RD-Ley 35/2010 habla de flexibilidad interna, incorporándolo como concepto normativo en el ámbito jurídico y el RD-Ley 3/2012, hace uso propiamente del término flexiguridad. 2 Ambas tratan de reformar el mundo de las relaciones laborales alrededor de las medidas de flexibilidad interna, desde la perspectiva empresarial de que “una cierta flexibilidad del empleo puede ser una buena fórmula para flexibilizar el trabajo” (Miguélez y Prieto, 2008). Hasta 1980, como vemos en el cuadro 1, el modelo de Relaciones Laborales predominante en Europa había estado caracterizado por un empleo estable, asalariado, a tiempo completo y con garantías sociales. A partir de dicho año, este modelo cambia manteniéndose altas tasas de desempleo y “grados importantes de inseguridad y deterioro progresivo de las garantías sociales mínimas”, predominando los mercados globalizados en los que los empleos se configuran inestables y de bajo coste salarial para el empleador. (Miguélez y Prieto, 2008). Periodo / Terminología Empleo Tradicional (IIGM - años Flexiguridad (años '90 - actualidad) '90) Emprendimiento (años 2000 actualidad) Tejido empresarial predominante Gran empresa Red empresarial de Pymes y microempresas Búsqueda de nichos de mercado por Pymes y microempresas Métodos de adaptación a fluctuaciones del mercado Reconversión profesional Empleabilidad: recualificación, recolocación, formación continua Espíritu empresarial, cultura emprendedora Concepción del empleo Asalarización: Pasividad del individuo (ser empleadocontratado) Ser empleable, búsqueda activa de empleo Autoempleo: Auto disposición dirigida (creación de empresas/trabajo autónomo) Construcción del individuo Engranaje en la producción Engranaje estratégico en la producción global Creador de riqueza y bienestar social Atribuciones laborales Profesión Competencias y capacidades Emprendimiento: creatividad, innovación, iniciativa Causas del desempleo Involuntario: atribución a la competitividad económica (dimensión colectiva) Voluntaria: salario de resistencia y/o por falta de competencias y capacidades (dimensión individual) Voluntaria: salario de resistencia, falta de competencias, capacidades y/o motivación de emprendimiento (dimensión individual) Papel de los Estados contra el desempleo Medidas paliativas y seguridad en el trabajo (trabajadores) Bonificaciones y apertura a flexibilización (empresas) Propulsor de fexibilización del mercados de trabajo y Seguridad en el empleo combinando políticas activas y pasivas Propulsor de flexibilización del mercados de trabajo y cultura emprendedora. Papel individual contra el desempleo Vulnerabilidad Activación Asunción del riesgo Cuadro 1. Cambios terminológicos fundamentales en la concepción del empleo y el desempleo desde la Unión Europea. Elaboración propia. 3 Ante estos cambios, España parece haberse posicionado por un modelo de flexibilidad que combina una alta temporalidad y una alta proporción de empleo sumergido y autoempleo, al tiempo que mantiene una alta tasa de desempleo y una baja tasa de empleo (Miguélez y Prieto, 2008). Por tanto, en nuestro país, los conceptos de flexibilidad y seguridad en cuanto al mercado de trabajo han sido tomados como conceptos enfrentados, en los que para fomentar la flexibilidad del empleo se ha retraído la seguridad en el puesto de trabajo. 2.2 LA REFORMA LABORAL DE 2010. El Real Decreto-Ley 35/2010 de 17 de septiembre, de Medidas Urgentes para la Reforma del Mercado de Trabajo, expone que los problemas básicos del mercado de trabajo español son una “muy alta contratación temporal, que suponía un tercio de la población contratada por cuenta ajena”; un escaso desarrollo de medidas de la legislación de flexibilidad interna que permitan a las empresas adaptarse a periodos de ciclos económicos deprimidos, sin la necesidad de llevar a cabo una extinción masiva de los contratos de trabajo; una insuficiente capacidad de colocación de los servicios públicos de empleo; y la persistencia de discriminación en el empleo de colectivos como el femenino, las personas con discapacidad y los desempleados de “avanzada edad”. Con la intención de corregir estos problemas, las medidas de la reforma se apoyarán en tres “pilares básicos”. En primer lugar, reducir la dualidad laboral1 para promover la estabilidad del empleo y la flexibilidad interna de las empresas2, mediante la creación de puestos de trabajos, estables y de calidad para llegar a un crecimiento económico más equilibrado y sostenible. El objetivo de este primer pilar es importante, pues muestra la intención del gobierno de “acabar” con las diferencias en cuanto a las posibilidades de acceder al mercado de trabajo entre aquellos grupos de trabajadores considerados “vulnerables”, de los que no lo son. No obstante, el argumento en el que se basa, y sobre el cual van a fundamentarse las medidas que incidirán en su solución 1 Personas incluidas y excluidas del mercado de trabajo. De entre las personas con acceso al mercado de trabajo hay que diferenciar entre los insiders, que son aquellos colectivos con seguridad en el empleo, y los outsiders, que son aquellos otros con menor estabilidad o seguridad, frecuentemente precarizados y susceptibles de estar en una situación de riesgo de exclusión del mercado de trabajo (Valdés, 2013). 2 La ley expone que la flexibilidad interna es uno de los objetivos finales de las reformas que va a imponer en el mercado de trabajo. 4 son algo discordantes. Así, respecto del problema de la dualidad, queda escrito el mensaje de que su existencia es consecuencia de que, una cantidad importante de los puestos de trabajo no son de calidad, culpando con ello, a la estructura productiva del país, muy fuertemente basada en los sectores de la construcción así como del turismo y ocio y no tanto en sectores intensivos e I+D+i. Pero la solución que propone no va a incidir en la estructura económica, sino que cargará la responsabilidad sobre los trabajadores, mediante la regulación de medidas de flexiguridad tales como la formación y la capacitación, como fuentes fundamentales de creación de empleo, cumpliendo así con parte de las recomendaciones que marcan las instituciones de la Unión Europea. El segundo pilar se dirige a reforzar los instrumentos de flexibilidad interna, haciendo especial hincapié en aquellas medidas relativas a la reducción de la jornada laboral, como mecanismos “más sanos” que las medidas de flexibilidad externa, como lo son las extinciones de contratos de trabajo y la contratación temporal. La metáfora de la salud del mercado de trabajo es, ideológicamente importante pues, por un lado alude al símil de que el mercado de trabajo está enfermo, pero no se refiere a la “enfermedad económica y financiera” de la economía y del sistema financiero, por tanto el “antídoto” que va a dispensar al “enfermo” no va a incidir en la raíz de la “enfermedad”. Así, de nuevo, se va a tratar de solucionar el problema de la crisis incidiendo en la consecuencia (precarización del mercado laboral con más contratos de jornada reducida y temporales como consecuencia de la inestabilidad económica de las empresas), lo que, a su vez, podría empeorar el problema de la dualidad laboral. Y en tercer lugar, elevar las oportunidades de acceso al mercado de trabajo en colectivos en riesgo de exclusión como los jóvenes, mediante contratos formativos y la mejora de los mecanismos de intermediación laboral. Este tratamiento de la exclusión laboral como “carencias individuales de formación” es, al fin y al cabo, un producto del cambio de concepción en cuanto al tratamiento del desempleo. Así, la normativa española incorpora al lenguaje del empleo la noción de vulnerabilidad individual frente a la vulnerabilidad política y social existente en la etapa anterior, por lo que la nueva concepción es la de que son los trabajadores quienes deben ocuparse y responsabilizarse de estar continuamente formados para no encontrarse desempleados. Por tanto, el desempleo es una responsabilidad inherente a las personas trabajadoras. 5 A través de estos pilares, el Estado español va a pasar de ser un protector de las situaciones colectivas, como re-integrador social y de protector del trabajo, a impulsar y animar a los trabajadores no sólo a que sean dueños de su propia vida laboral, sino además, a imponerles la respons-abilidad de disponer de habilidades de respuestas a la evolución y competitividad económica. Analizando las medidas que recogen los capítulos en los que se organiza la ley, encontramos que la reducción de la dualidad del mercado laboral, se orienta al fomento de la contratación indefinida y el descenso de la contratación temporal. Este es el primero de los pilares básicos de la reforma y se basa en una medida específica: las bonificaciones a la contratación indefinida de los colectivos que considera como “vulnerables”, que son los jóvenes (de entre 16 y 3l años) desempleados, los trabajadores de más de 45 años, aquellos que ocupen puestos de trabajo con contratos de formación, relevo y sustitución por jubilación y las mujeres, ejerciendo, así de protector de la población trabajadora, con la intención de dotarlas de un empleo digno. Pero, el fin proteccionista ante la vulnerabilidad de esta medida, se hace a través de una perspectiva económica: el ahorro de costes salariales empresariales, por tanto, la protección ya no es puramente social, sino que a su vez está influenciada por la supremacía económica que prima en el orden mundial de la globalización: la competitividad a través del ahorro salarial. Además, la ley sigue abriendo las medidas laborales a la flexibilidad (externa, a la salida), como un medio por el que se va a concebir el empleo como un instrumento al servicio de la obtención de beneficios económicos. Se podrá despedir procedentemente a los trabajadores, y hacer uso de los Expedientes de Regulación de Empleo, en función de “razones económicas, técnicas, organizativas o de producción”. Así, además, la protección social de los trabajadores ante estos métodos, como es el acogimiento a la prestación por desempleo, pierde su fundamento meramente proteccionista y, al igual que en el caso del fomento de la contratación indefinida, se va a basar en la idea de que lo importante es la competitividad, quedando el desempleo sometido a consecuencias económicas lo que, sumado a la obligatoriedad de los trabajadores de capacitarse y hacerse empleables, cambia radicalmente la concepción del empleo. Las medidas de flexibilidad interna son tratadas como un antídoto y la concepción del desempleo como la “enfermedad” del mercado de trabajo más peligrosa 6 (incluso terminal). Según la “prescripción médica” de esta ley, la solución se canaliza en agilizar y promover: la movilidad geográfica (artículo 40 ET), las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo (artículo 41 ET) y aquellas que permitan la desvinculación de la “rigidez oxidada” de la eficacia de los Convenios Colectivos (artículo 82 ET), comprendidos éstos como “monopolizadores del precio de la mano de obra”, e infiriendo mayor protagonismo a los convenios de empresa con vistas al descuelgue salarial y a la resolución extrajudicial de los conflictos. Como medida de aumento de las oportunidades de acceso al mercado de trabajo de las personas desempleadas, la ley se refiere a la intermediación laboral. Así prevén modificaciones como fomentar la contratación de los desempleados a través de acciones dirigidas a mejorar el funcionamiento de las agencias públicas de empleo. Esta “mejora” supone un cambio fundamental, que se traduce en que la lucha contra el desempleo ya no va a ser una competencia primordialmente estatal. Así, los servicios públicos cada vez van a formar menos parte de la tutela de la población, sino que, mediante la apertura de la intermediación laboral a empresas con ánimo de lucro, de un lado se va a abrir el derecho al empleo (recogido en la Constitución Española) a la mercantilización: la capacidad de trabajar de las personas va a pasar de ser una sustancia propia de la persona, a una mercancía más que se pueda vender. Y, al mismo tiempo, al dejar de ser una competencia social y colectiva del Estado, tendrá efectos sobre propia subjetivación de la obligación de los trabajadores de responsabilizarse de su empleabilidad. Por último, sobre el aumento de las oportunidades de acceso al empleo, esta ley refuerza la perspectiva individualista de la responsabilidad de cada trabajador para no estar desempleado (expuesta en diferentes comunicaciones de la Unión Europea), acerca de que debe ser sobre los propios trabajadores (individualmente) en quienes recaiga la obligación de aumentar su empleabilidad. Así, prevé la Disposición Adicional sexta del Real Decreto-Ley 35/2010 que, además de la obligación registrada en el artículo 231 de la Ley General de Seguridad Social sobre el compromiso de los beneficiarios de prestaciones por desempleo a la búsqueda activa de empleo y a su inclusión en las Políticas Activas de Empleo (P.A.E) para mejorar su “ocupabilidad”, una vez el empleo comience a recuperarse, se revisará y reformará la normativa referente a las prestaciones por desempleo para aumentar su vinculación a las P.A.E. 7 Y en relación a esa idea de enfrentamiento individual de los trabajadores contra el desempleo, en la Disposición Adicional octava, se establece como “derecho” de los trabajadores, en la relación de trabajo, el desarrollo de planes formativos que aumenten su empleabilidad. Esta última disposición, además lleva implícita una idea: Ya no es en el trabajo donde se encuentra la seguridad, sino en la capacidad de los trabajadores de ser empleados en cualquier momento, y para cualquier puesto de trabajo o, en otras palabras, los trabajadores deben ser en todo momento activos, pues el trabajo que puedan estar ocupando ya no es un trabajo fijo, sino transitorio. 2.3 LA REFORMA LABORAL DE 2012. En el RD-Ley 3/2012 de 10 De Febrero, de Medidas Urgentes para la Reforma del Mercado Laboral, queda claramente patente el cambio de concepción entre la comprensión empleo tradicional y la apuntada en la introducción de estas dos reformas laborales, sobre la subordinación del empleo a la economía, con la exposición de sus pretensiones: recuperación, creación y estabilización del empleo y la generación de seguridad para trabajadores, empresarios, mercados e inversores. En otras palabras, viene a decir que la creación y estabilización del empleo serán las que promuevan la seguridad no sólo de los trabajadores como parte activa del mercado de trabajo, sino la estabilización de toda la sociedad3. En concreto, trata de dotar de medidas de flexibilidad interna y externa a los empresarios, para que gestionen los recursos humanos4 de la empresa conforme a sus necesidades económicas, y de “crear seguridad a los trabajadores en el empleo y en niveles de protección social, satisfaciendo así, los intereses de todos”. Con ello, hace referencia, por primera vez, a un concepto de flexiguridad (como objetivo principal) muy acorde con la bibliografía europea, en cuanto a la liaison de flexibilidad y seguridad como elementos indisociables que integren tanto las necesidades de 3 En este sentido, la concepción de empleo que expongo en esta tesis, es la de un factor fundamental para el bienestar de las personas, tanto como proporcionador de un salario que permita el acceso al consumo y a la satisfacción de necesidades diarias, como de fuente primordial de enriquecimiento personal (bajo la premisa de la dedicación laboral en aquellas profesiones que motiven a cada uno de los individuos que componen una sociedad). 4 “Gestionar” a sus “recursos” humanos, una referencia a las personas trabajadoras en términos supeditados a los económicos, como recursos que pueden ser administrados de acuerdo con la teoría racional de la economía. 8 flexibilidad de los empresarios, como las de seguridad de los trabajadores. Pero, como ya se planteó anteriormente, la seguridad ha cambiado de ámbito. Si bien anteriormente, tanto en la concepción internacional como en la nacional, la seguridad de los trabajadores se refería al puesto de trabajo y/o a su evolución en forma de carrera profesional en una misma empresa, ahora se refiere a la seguridad en cuanto al empleo, en general. Es decir, a la activación e iniciativa de los trabajadores en el mercado de trabajo y a su empleabilidad económica. Ejecutando lo expuesto, destacan las siguientes medidas en la articulación de este Real Decreto-ley: Abordando la intermediación laboral, sigue el camino marcado por la ley anterior de dotar de un mayor protagonismo a las agencias de contratación privadas. Reforma este concepto en términos de apertura a la mercantilización, extendiéndola a las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) que, hasta la fecha, sólo podían ejercer la labor referente al “contrato de puesta a disposición”. Igualmente, abre a las ETT las tareas de formación profesional, como medidas dirigidas a favorecer la empleabilidad de los trabajadores y desempleados. La lógica va a ser la misma, dotar de un mayor protagonismo a las entidades privadas en términos de intermediación, considerándolas más eficaces, para la gestión de la contratación, que los Servicios Públicos de Empleo. El desarrollo de la formación profesional para el empleo se enfoca aún más a términos de flexiguridad, como el aprendizaje permanente y el desarrollo de las capacidades de los trabajadores, a modo de hacer al individuo dueño de su propia lucha contra el riesgo del desempleo. Estas medidas de formación van dirigidas, principalmente a los trabajadores jóvenes (colectivo vulnerable, con una tasa de desempleo del 57,22% según datos de la Encuesta de Población Activa -EPA- para el primer trimestre de 2013), como método de incentivar su particular entrada al mercado de trabajo. En cuanto a las materias referentes al fomento de la contratación indefinida y otras formas de trabajo, se hace especial hincapié en promover la contratación en PYMES y de jóvenes desarrollando las medidas clásicas de flexibilidad interna como el contrato a tiempo parcial y el teletrabajo, a modo de medida de redistribución del 9 empleo, con lo que pretende buscar un mayor equilibrio entre la flexibilidad y la protección social o seguridad ante el desempleo5. En este mismo sentido, la norma crea una nueva modalidad de contratación indefinida, pero con un periodo de prueba de un año, dirigida a empresas de menos de 50 trabajadores como medio de facilitar la creación de empleo en las pequeñas empresas. Hay que señalar que este nuevo contrato concuerda más con la idea del autoempleo y del emprendimiento que con la flexiguridad. En ello, la Unión Europea comienza a trabajar con el Libro Verde “El Espíritu Empresarial en Europa” de 2003 y recientemente lo ha especificado en la Comunicación de la Comisión Europea “Entrepreneurship 2020 Action Plan” de este mismo año 2013. Mediante esta nueva idea de “espíritu empresarial” y emprendimiento, se abre una nueva vía en cuanto a la concepción del empleo mediante la cual se profundiza en la idea (ya naturalizada en la primera dimensión de flexiguridad), de que es el propio trabajador el que debe, de su propia mano, hacerse cargo de su inserción laboral, pero esta vez, de una forma distinta: asumiendo el riesgo. De esta forma, la construcción de la idea de “empleado”, ha pasado, de ser un engranaje en la producción en el sentido del empleo tradicional, a ser un engranaje estratégico, como “fuerza especializada y capacitada” en términos de flexiguridad y, con esta nueva perspectiva, un creador de riqueza y bienestar social, que es el que funda el tejido productivo de una nación. Por otro lado, se prevé la racionalización del sistema de bonificaciones para la contratación indefinida, a través de la óptica anteriormente expuesta de la promoción estatal de seguridad para los trabajadores desde un punto de vista empresarial y económico a través del cual, las empresas puedan contratar indefinidamente a trabajadores minimizando el coste que para éstas significa en términos de pagos a la seguridad social. Las bonificaciones son racionalizadas, con la justificación de que su extensión anterior a gran parte de los contratos temporales6 habían causado el efecto contrario al que pretendían y se dirigen a las empresas de menos de cincuenta trabajadores, para la transformación de contratos en prácticas, de relevo o de sustitución de jubilados, y en los cuales las personas objetivo serán jóvenes de entre 16 y 30 años, o 5 Lo que la reforma anterior calificaba como “medidas más sanas” frente a la extinción de los contratos. 6 Los celebrados con jóvenes, personas mayores a 45 años y a contratos de prácticas, relevo o sustitución de trabajadores que se jubilen y su mayor proporcionalidad, en todos los casos, si dicha transformación implica el empleo de mujeres. 10 parados de larga duración. Esta medida, tiene gran influencia de la cultura del emprendimiento y del espíritu empresarial al que se aludía anteriormente, pues, con ello se pretende incentivar la consolidación de un tejido empresarial de creación de pequeñas empresas, como un método auto-dirigido de fomento de la “auto inserción laboral”. Las disposiciones dirigidas a la articulación de medidas de flexibilidad interna, como medida alternativa a la destrucción de empleo y de promoción de la de seguridad, se han desarrollado en torno a los siguientes ejes: la aprobación de un sistema de clasificación laboral más amplio y flexible que sólo tenga como referencia el grupo profesional (eliminando por tanto el concepto de categoría profesional); la simplificación de la regulación de los preceptos en cuanto a la cuantía salarial y las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, refundiendo ambas en el artículo 82.3 ET; la agilización de las instituciones laborales de suspensión del contrato de trabajo, despido colectivo y reducción de la jornada, mediante la eliminación del requisito de autorización administrativa7; y la modificación la estructura de la Negociación Colectiva mediante la posibilidad de descuelgue de los convenios colectivos y la regulación del régimen de su ultractividad, con el objetivo de acomodar la negociación colectiva como instrumento para adaptar las condiciones laborales a las circunstancias de la empresa. Todas ellas son medidas que van en el mismo sentido de lo hasta ahora expuesto: reforzar un régimen laboral en el que la problemática del empleo y el desempleo se ha reconfigurado alrededor de su concepción como una consecuencia económica bajo la cual, los límites del empleo y el desempleo quedan menos claros, con medidas de reducción del tiempo de trabajo, de ampliación de tareas que se puedan desempeñar en el puesto de trabajo y de incertidumbre salarial a cambio de no quedar relegado a una situación de vulnerabilidad en el mercado de trabajo en términos de desempleo. Esa misma corriente de supeditación del empleo a la economía es en la que se configuran las medidas de flexibilidad externa, con medidas que facilitan la extinción de 7 Con estas medidas, adicionalmente, se pretende eliminar el “despido express” de la redacción anterior del Art. 56 ET, mediante el que se contemplaba la posibilidad de que el empresario reconociera la improcedencia del despido y depositase en el Juzgado de lo Social la indemnización prevista legalmente, a disposición del trabajador, dando fin así al proceso judicial. 11 contratos laborales, bajo la lógica del paso de la seguridad en el trabajo hacia la seguridad en el empleo (o en tomar la responsabilidad individual de ser empleable). En base a ello se prevén medidas que faciliten la extinción de los contratos de trabajo, como la extensión de las causas habilitantes de los despidos dispuestas por la legislación anterior (objetivas y técnicas), a las económicas y productivas y la reducción del coste del despido, mediante la rebaja de la indemnización por despido improcedente, que ya se reguló en la Transición española, de 45 días por año trabajado, con un máximo de 42 mensualidades, a 33 días por año trabajado, con un tope de 24 mensualidades y la supresión de los salarios de tramitación (excepto en los casos de despido improcedente, en el que se opte por la readmisión o en su calificación como nulo). 3. LA VIABILIDAD DE LA FLEXIGURIDAD EN ESPAÑA: LA URGENTE NECESIDAD. A través de los apartados anteriores se hace patente cómo el papel del Estado “social” ha pasado de ser el de interventor ante situaciones de vulnerabilidad, en términos de protección frente a la exclusión social, al de incidir en la vulnerabilidad en términos de propulsor de la toma de iniciativas individuales hacia la lucha contra el desempleo, fomentando con ello, la supremacía económica a la política de empleo (Serrano Pascual, 2012a). Teniendo en cuenta el trazo de este nuevo paradigma, se procede a estudiar la viabilidad de la introducción de la flexiguridad en España. Ambas reformas laborales han sido llevadas a cabo mediante el proceso jurídico previsto para los Reales DecretosLey. Para poder legislar mediante esta figura, se necesita de una situación justificativa. En concreto, dicha situación debe ser de “extraordinaria y urgente necesidad” regulada por el artículo 86 de la Constitución Española, el cual exige que, justificación de una situación de extraordinaria y urgente necesidad. Cumpliéndose ese escenario, el Gobierno queda facultado para dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos-Ley y que no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos, al régimen de las Comunidades Autónomas, ni al derecho electoral general. Así, las dos Reformas Laborales que fundamentan este texto, han intentado fomentar una nueva cultura laboral que cambie la lógica del empleo tradicional hacia otras distintas, fundamentalmente la flexiguridad. Pero ¿es posible una correcta 12 introducción de la flexiguridad en un entorno de crisis y mediante procedimientos de producción de leyes bajo el procedimiento de urgencia? Mi respuesta respecto de este interrogante se asimila en gran medida a la expuesta por Wilthagen y Tros (2004). Estos autores argumentan que la introducción de estrategias de flexibilidad en el mercado de trabajo debe hacerse mediante políticas y orientaciones a largo plazo y bajo condiciones anticíclicas, por dos motivos: 1. Porque, si bien la introducción de medidas de este tipo podría ser muy efectiva en situaciones de crisis o desestabilidad económica, su diseño e implementación bajo estas circunstancias puede llegar a ser excesivamente dificultosa. 2. Porque la introducción de estrategias de flexibilidad debe ir acompañada de forma indisociable de la seguridad (y viceversa), de forma que se satisfagan las necesidades tanto de empresarios, como de trabajadores. Para ello, se necesita de consenso social, pero en circunstancias de crisis económica o desestabilización, las estrategias de flexibilización pueden dominar a aquellas de seguridad, lo cual entorpecerá las consultas y negociaciones entre los gobiernos y los interlocutores sociales. En relación al primero de los motivos, en el caso de ambas reformas laborales, la causa a la que apelan es la extraordinaria y urgente necesidad surgida a raíz de la rapidez e intensidad de la destrucción de empleo en España, a consecuencia de la crisis económica iniciada en 2008, culpándose, con ello, a la rigidez del mercado laboral del importante aumento del desempleo existente en el país. Es decir, se hacen bajo procedimientos de urgencia y, en ambos casos, con la intencionalidad manifiesta de que sean medidas dirigidas a suavizar los efectos inmediatos que la crisis ejerce tanto sobre el mercado de trabajo como sobre la economía. Además, en relación al segundo motivo, el contexto social en el que se han desarrollado ambas reformas se caracteriza de una muy visible falta de concertación social. En este sentido, ninguna de las dos reformas ha sido llevada a consenso con los representantes de la sociedad sino, que por el contrario, han sido sometidas a contestaciones sociales muy visibles por la gran confrontación de éstas con sindicatos y otras organizaciones. 13 El rechazo ha sido generalizado, y contundente. Tras la Reforma de 2010, se convocaron dos huelgas generales. La primera, por los sindicatos más representativos CCOO y UGT, a nivel nacional, el día 29 de septiembre, sólo diez días después de la entrada en vigor del RD-Ley 35/2010. El 27 de enero de 2011 se vuelve a convocar una segunda por los sindicatos ELA, LAB, ESK, y STEE/EILAS para el ámbito geográfico de la Comunidad Autónoma del País Vasco, y de la Comunidad Foral de Navarra, al que se unieron la Confederación Intersindical Galega (CIG), el Comité Confederal de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Cataluña, el Comité Regional de la Confederación Nacional del Trabajo de Cataluña y la Coordinadora Obrera Sindical y Solidaridad Obrera. Además, a principios de 2011, CCOO y UGT presentaron una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para cambiar la reforma laboral aprobada en 2010 por el gobierno socialista, con más de un millón de firmas recogidas, que, tras ser apoyada por PSOE, BNG, ERC, PNV la Izquierda Plural y UPyD (la abstención de CiU), fue rechazada por el Partido Popular, el cual disponía por esa fecha de mayoría absoluta en el Parlamento. Puede resultar paradójico que el PSOE se mostrase a favor de una ILP que pretendía modificar ciertos aspectos del RD-Ley 35/2010, considerados como lesivos por ambos sindicatos, y que fuese el Partido Popular, el que se mostrase contrario. Pero esta paradoja queda resuelta, si lo miramos desde la perspectiva de un bipartidismo español caracterizado por una lucha de intereses constante de ambos partidos desde la oposición. Así pues, se explica que el partido socialista apoyara tal ILP, y que el PP (que aunque en su programa electoral hace referencia a la renuncia del anterior Gobierno al consenso8) la rechazara, con vistas a una posterior reforma laboral, más contundente. En cuanto a la reforma de 2012, ha tenido como resultado dos huelgas generales. Una primera el 29 de junio de 2012, casi cinco meses después de su puesta en vigor, y la segunda, el 14 de noviembre del mismo año, ambas convocadas de nuevo, por los 8 Textualmente:” [...] Renunciando al consenso y a la continuidad institucional, que son parte del mejor acervo de la España constitucional, el partido socialista ha separado a España de su senda reformista y de modernización para llevarla al empobrecimiento, al desprestigio de sus instituciones y a la irrelevancia internacional”. 14 sindicatos más representativos CCOO y UGT y seguidas masivamente por otras organizaciones como SAT, USO o Izquierda Anticapitalista, entre otras. Así pues además de estas dos huelgas generales, hay que destacar una incesante ola de manifestaciones y huelgas generadas alrededor de dichas reformas, a nivel inferior al estatal, como la convocada por ambos sindicatos el día 11 de marzo de 2012 y la convocatoria de dos cumbres sociales (la primera en julio de 2012), convocadas por los sindicatos UGT y CCOO y secundada por otras organizaciones sociales. 4. LOS EFECTOS DE LAS REFORMAS. Como ya se ha visto a lo largo de este texto, la reforma de 2012, pretende generar la seguridad necesaria para trabajadores y empresarios, así como para mercados e inversores, en un intento del gobierno de “satisfacer los intereses (generales) de aquellos que estén buscando un empleo”. Pero lo cierto es que, a mi juicio, lo que se están satisfaciendo son los intereses de empresarios, de acreedores de deuda y de los mercados, en detrimento de los derechos conquistados por los trabajadores décadas atrás, sin la consecución, un año después de aprobarse, de los objetivos que perseguían las distintas medidas reguladas. A continuación se hace referencia a algunas de ellas que, sin consideradas como las más significativas en esta pérdida de derechos y precarización de las condiciones laborales, sí son significativas de las dudas que pueden surgir sobre la efectividad de dicho Real Decreto-Ley. - Se modifica el artículo 11.2.a) ET, por el que la edad máxima de los contratos para la formación y aprendizaje pasa de ser de 25 a 30 años hasta que la tasa de desempleo de España sea inferior al 15%. Esto significa, que las empresas podrán lucrarse de los beneficios que reporta, pues durante los dos años de vigencia máxima del contrato de formación o aprendizaje, podrá cubrir un puesto de trabajo con un coste (que podrá ser mejorado por convenio colectivo) de “un 60 o 75 % durante el primero o el segundo año de vigencia del contrato, respectivamente, del salario fijado en convenio para un trabajador que desempeñe el mismo o equivalente puesto de trabajo” siendo tanto los trabajadores que suscriban estos contratos, como aquellos que los podrían haber ocupado, en caso de no haberse aumentado la edad límite para el contrato de aprendizaje, los únicos perjudicados. 15 - Se causalizan los despidos colectivos y objetivos, pero de una forma tan amplia, abriendo el espectro causal a las razones “económicas, técnicas, productivas u objetivas”, que, a mi parecer, se limita la capacidad de protección a los trabajadores objetos de despidos de dichas características. - Se reduce el coste de despido improcedente, con el objetivo de reducir la brecha entre los trabajadores indefinidos y los temporales, para lo que se apela al principio de igualdad recogido en el artículo 14 de la Constitución Española. Pero lo cierto es que en este último año no se ha conseguido reducir dicha brecha. Como podemos comprobar a través del siguiente gráfico, los efectos deseados no se han conseguido, pues aunque el número de ocupados con contrato temporal se ha reducido, esto no ha sido un efecto imputable a una reconversión de contratos temporales en indefinidos, puesto que por el contrario, el número de estos últimos también se ha minorado, por tanto no queda otro remedio que presumir que son causas de la escasa capacidad económica para generar puestos de trabajo como consecuencia de los efectos de la crisis. Gráfico 1. Ocupados por tipo de contrato o relación laboral de los asalariados. En miles de personas. 12000 10000 8000 6000 Indefinido 4000 Temporal 2000 0 Fuente: INE. - Se aprueba un nuevo contrato presentado como indefinido, para emprendedores con un periodo de prueba de un año sin causa y sin indemnización destinado a empresas de menos de 50 trabajadores. En la práctica este contrato es susceptible de ser utilizado como un contrato temporal, ya que las empresas que lo 16 utilicen podrán contar con hasta 12 meses para la extinción del contrato indefinido, bajo el concepto del periodo de prueba, sin pago de indemnización. Las estadísticas que muestren los primeros efectos de esta medida no serán representativas hasta pasado los un tiempo prudencial desde su puesta en vigor, por lo que habrá que esperar de resultados más contundentes que los del primer año de funcionamiento de esta medida. - Se pretende aumentar el papel de las ETTs como empresas generadoras de empleo mediante la intermediación laboral. Si nos remitimos a la siguiente tabla, podemos ver cómo, según los datos facilitados por el INE, éstas empresas han disminuido su capacidad de crear empleo, desde 2008, con el comienzo de la crisis. En los que los contratos de puesta a disposición, no sólo han dejado de aumentar, sino que se han reducido en un 27,63% hasta 2010, con una pequeña recuperación en 2011. Por tanto surge la pregunta si realmente es sobre estas empresas sobre las que se debe dejar la competencia de intermediar entre empresas y trabajadores. Tabla 1: Contrato de puesta a disposición ETTs. En unidades. 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2384045 2557097 2705043 2207585 1691013 1957564 2062536 Fuente: INE. Boletín de Estadísticas Laborales. Ministerio de Empleo y Seguridad Social. - En cuanto a la intención de reducir los procedimientos de despido improcedente frente al juzgado de lo social, la reforma laboral de 2012, tiene la pretensión de hacerlo, como hemos visto, mediante la supresión de los salarios de tramitación excepto para aquellos casos en los que sea declarado improcedentes y se opte por la opción de la readmisión, o aquellos otros casos en que sean declarados despidos nulos. Pero esta medida, tras la salida de las estadísticas cuatrimestrales hasta el tercer cuatrimestre de 2012, se constata que no ha sido eficiente, pues los procedimientos de despido cuya sentencia es favorable para el trabajador, lejos de reducirse, tienen una tendencia a aumentar, siendo este incremento de 1002 procesos en el tercer trimestre de 2012, con respecto al mismo en 2011. Tabla 2: Procedimientos de despido. Sentencias favorables al trabajador. Unidades. 17 2011 TI 25778 2011 TII 2011TIII 2011 TIV 26259 20447 26291 2012 TI 28081 2012 TII 2012 TIII 28835 21449 Fuente: INE. Boletín Mensual de Estadística: Ministerio de Empleo y Seguridad Social. - Estas dos reformas tienen como objetivo último y prioritario, frenar y reducir el desempleo mediante capacidades de actuación que permitan a las empresas usar la flexibilidad interna frente a la externa, como una solución a la destrucción de empleo, así como ayudar a la creación de empleo, mediante otras medidas ya definidas a lo largo de este informe. Pero lo cierto es que desde los años 80 se atribuyen a la jurisdicción laboral unas capacidades que (en consonancia con la corriente de pensamiento de un amplio sector de expertos jurídicos y económicos) no tiene y, como se vuelve a demostrar a continuación, ninguna de las dos reformas ha conseguido frenar un desempleo que sigue avanzando a pasos agigantados. Tabla 3: Tasa de paro anual, en el periodo de crisis y trimestral en el año inmediatamente anterior y posterior a la reforma laboral de 2012 2008 2009 2010 2011 2012 11,34 18,01 20,06 21,64 25,03 2011TI 2011TII 2011TIII 2011TIV 2012TI 21,29 20,89 21,52 22,85 24,44 2012TII 2012TIII 2012TIV 2013 T1 24,63 25,02 26,02 27,16 Fuente: Ine La tasa de paro ha pasado de ser el 11,34% en el primer año de crisis a ser del 20,06% (casi el 9% más), siendo la reforma laboral de 2010 incapaz de frenar dicho incremento, pues sigue, el paro, aumentando en 4,97 puntos porcentuales en 2012. Por su parte, si miramos los datos cuatrimestrales de los años 2011 y 2013, vemos como la reforma de este último año no ha sido capaz de conseguir los efectos que pretendía. Por el contrario, el paro ha aumentado exponencialmente hasta el 25,03% en de media en 2012. No sólo eso, sino que además haciendo un análisis pormenorizado, trimestralmente, vemos como, fue en el segundo trimestre de 2011 en el único en el que se consiguió reducir el paro (en apenas un 0,4%) y desde entonces, la tasa de desempleo 18 no ha hecho más que aumentar cada trimestre, siendo el primero de 2013 el que mayor paro presenta, finalizando con una tasa del 27,16%. Mientras tanto en Abril de 2011, España, como podemos ver en el siguiente gráfico, seguía siendo uno de los países de la OCDE con mayor tasa de pobreza, superando en un 3,6% la media de la OCDE y siendo mayor que la de los otros tres países europeos en estado crítico por la crisis económica financiera que estamos viviendo (Italia, Grecia y Portugal). Gráfico 2: Porcentaje de personas que viven bajo el 50% de la media de los ingresos familiares de una sociedad. Actualizado a 04 abril 2011 Fuente: OCDE. En la sociedad en que vivimos, en la que el empleo juega un papel principal en la cohesión social proporcionando ingresos estables y la posibilidad de mejora de las condiciones de trabajo (Miguélez y Prieto, 2001), el hecho de que España la tasa de desempleo siga en aumento, se revierte en una situación de pobreza que no es de esperar que cambie de forma temprana sino más bien, que aumente la desigualdad en cuanto a renta y posición social, de acuerdo con la teoría de la estratificación social, conllevando 19 el incremento de la exclusión social de personas que pierden su valor como trabajadores y consumidores (Castells, 1998). 5. CONCLUSIONES. Como hemos visto a lo largo del informe, con el desarrollo de ambas Reformas Laborales, que han significado una profunda modificación del Estatuto de los Trabajadores, han sido puestas en marcha con el objetivo principal de frenar y disminuir el creciente desempleo y aumentar la tasa de ocupación en España desde comienzos de la crisis de 2008. Para ello, y siguiendo las normativas de la Unión Europea en materia de empleo, se ha articulado una serie de medidas tendentes a favorecer el uso de aquellas de flexibilidad interna, que permitan a las empresas adecuarse a sus necesidades económicas, productivas, técnicas y organizativas con vistas a limitar el uso de medidas externas tales que puedan traducirse en la destrucción de empleo. Ambas reformas se han dado en un corto periodo temporal, con dos formaciones gubernamentales distintas, siendo la primera de dos años desde el comienzo de la crisis, y poniéndose en vigor la segunda dos años después. Y ambas se han dado en un contexto de disenso social, con grandes contestaciones por parte de la población así como de distintos organismos, y de los sindicatos. Haciendo un estudio estadístico de los resultados obtenidos por ellas, se concluye que aún no se han dado los efectos esperados, en cuanto a sus objetivos principales, lo cual puede dejar entre ver que el Estado no está cumpliendo su papel de protección de los trabajadores en las Relaciones Laborales. Este estudio sale a la luz un año y cuatro meses después de la entrada en vigor del Real Decreto-Ley 3/2012, por lo que las conclusiones que se pueden sacar de sus consecuencias son limitadas. Aunque los primeros efectos, corroboran la idea anterior de restricciones en sus resultados, lo cierto es que se hace necesario esperar datos más contundentes. Lo que sí queda claro es que, sobre todo en épocas de crisis, es fundamental que los actores sociales sean implicados directamente en las decisiones públicas de regulación laboral, pues del éxito de ellas depende el bienestar y la cohesión de la 20 sociedad, siendo el actual, un escenario que dificulta y pone en duda la viabilidad de la introducción de la flexiguridad en el mercado de trabajo español. BIBLIOGRAFÍA. ACCIÓN DIRECTA. Madrid.tomalaplaza [En línea]. Actualizada: 30 julio 2011 [Fecha de consulta: 10 febrero 2013]. Disponible en: http://madrid.tomalaplaza.net/2011/07/30/huelga-general-sin-ccoo-y-ugt/ CABEZA GARCÍA, Laura y GÓMEZ ANSÓN, Silvia. Los procesos de privatización en España: determinantes e implicaciones de la eficiencia empresarial. En: XX Jornadas de Economía Industrial. (2013: Granada. España). Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de Granada. 2013. CASTELLS, Manuel. La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura, Vol. 3. 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